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Estados, sociedades
y nacionalismos en un mundo
globalizado
Módulo 1
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado
Objetivo general
Analizar los procesos de construcción y transformación de los estados y de las identidades
nacionales entre los siglos XIX y XX, así como los cambios promovidos por el contexto de la
globalización contemporánea, para determinar el papel de los nacionalismos en la historia
del siglo XX y el impacto de las nuevas estructuras políticas sobre el Estado Nación.
Desarrollo de competencias
Aprender a conocer
Interpretar la cultura como una
Aprender a hacer
cualidad humana fundamental
para la construcción de Valorar la diferencia y la
identidades, cuya riqueza esencial diversidad cultural en todos los
radica en su diversidad y momentos de la vida.
transformación constante.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
INTRODUCCIÓN
En 1985, a tres años de haber ocurrido la Guerra de las Malvinas, el escritor
argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) publicó un poema que tituló “Juan López y
John Ward”. Este pequeño relato es una obra de arte fascinante. En él, dos personas
que nunca se habían visto en el pasado (a quienes el lector infiere como inglés uno y
argentino el otro), se encuentran una vez cara a cara, “en unas islas demasiado
famosas”. Este breve encuentro, que en otra parte y otro tiempo hubiese sido grato,
dado el amor y admiración de cada uno por la cultura literaria y la lengua del otro,
termina en muerte. Juan López y John Ward se mataron el uno al otro, enfrentados
como estaban por efecto de la guerra. Fueron enterrados juntos.
¿Qué justificó que estos jóvenes cargados de sensibilidad por lo bello de la
creación artística, hayan tomado las armas uno contra el otro y se hayan asesinado en
el combate por unas islas sin ninguna riqueza material? Borges dibuja el signo del
tiempo en que este suceso se enmarca:
El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades,
de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios,
de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y
de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras.
A pesar de que su poema abre con este contexto, Borges no lo considera como
una explicación que brinde respuestas claras a por qué dos seres humanos similares
se despojaron de sus vidas en una guerra. Por eso, al final de su poema Borges
sentencia que: “El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender”
(Borges, 1985). ¿Es posible encontrar la manera de acercarnos a una respuesta y a
una comprensión?
Como bien indica Borges, la historia de la humanidad en los dos últimos siglos es
la historia de cómo el planeta fue dividido en estados y cómo a cada uno de esos
estados se le intentó construir una identidad nacional. Este módulo trata sobre ese
tema. El objetivo fundamental de este trabajo es analizar los procesos de construcción
y transformación de los estados y de las identidades nacionales entre los siglos XIX y
XX, así como los cambios promovidos por el contexto de la globalización
contemporánea, para determinar el papel de los nacionalismos en la historia del siglo
XX y el impacto de las nuevas estructuras políticas sobre el Estado-Nación.
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David Díaz Arias
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
CAPÍTULO 1
Objetivo general
Describir e interpretar los procesos de construcción de los estados
nacionales en Europa y América durante el siglo XIX y las primeras
décadas del siglo XX, para precisar las diversas formas en que se llevó
adelante la edificación de esas estructuras políticas y el papel que
jugaron en la definición de diferentes tipos de sujetos nacionales.
Objetivos específicos
Al finalizar el estudio de este capítulo, el estudiante será capaz de:
1. Analizar los principales procesos históricos experimentados por los
estados y las identidades nacionales en los siglos XIX y XX.
2. Determinar las principales transformaciones históricas que incidieron en
la construcción de los estados nacionales.
3. Estudiar la historia de los estados y las identidades nacionales con el fin
de que el(la) estudiante desarrolle una visión crítica de la historia de
esos fenómenos que le permita a su vez apreciar la pluralidad de la
historia mundial, regional y local como factor explicativo de la
constitución de las sociedades actuales.
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La Europa del siglo XVIII era una bomba a punto de estallar. Las tensiones sociales
y los cambios económicos que se habían estado desarrollando desde siglos atrás,
motivaban una reevaluación de la función de las estructuras políticas que habían
imperado en el viejo continente hasta entonces. Las monarquías, la nobleza y sus
estructuras de poder estaban en el centro de la disputa (Zmora, 2001: 37-54;
Wiesner, 2006: 78-115 y 284-325). El frente que mayores críticas desarrollaba en
contra de esas estructuras era la así llamada burguesía.
La burguesía era un grupo social que se había construido en torno a los
negocios mercantiles en toda Europa, poseía un creciente poder económico y
aspiraba a adquirir mayor poder político. Sin embargo, la forma en que el feudalismo
había configurado el poder en torno a los reyes, se lo impedía (Adams, 2005). Esto
quiere decir que el pensamiento feudal justificaba la existencia de las monarquías y
también el poder del rey. No es casual por eso que una serie de nuevos pensadores
que provenían en gran medida de la burguesía, afianzara el desarrollo del
pensamiento humanista que se había venido impulsando desde el siglo XV, y lo
redefiniera y actualizara a partir de una crítica política, económica y social al modelo
feudal monárquico europeo.
Así, nuevos pensadores comenzaron a plantear una serie de ideas que venían a
revolucionar la forma en que se entendía el poder político y social y las relaciones
económicas al interior de los pueblos europeos. Este movimiento es conocido en la
historia europea como la Ilustración y se originó en Francia, desde donde se difundió
a otras zonas como Inglaterra, Escocia, y también España (Fitzpatrick et. al., 2004).
Incluso, los pensamientos ilustrados llegarán rápidamente a América y contribuirán
enormemente en la estructuración tanto de los Estados Unidos, como de las nuevas
naciones latinoamericanas que nacen de las guerras de independencia.
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CUADRO 1
Visión simplificada y comparativa del poder de acuerdo con el pensamiento
feudal medieval (esquema a la izquierda) y de acuerdo con el pensamiento
ilustrado (esquema a la derecha)
Iglesia
Pueblo Pueblo
La primera expresión del choque entre una clase con poder económico que
ascendía (burguesía) y una monarquía que se negaba a ser desplazada, ocurrió en Gran
Bretaña en 1688. En ese año, el rey Jacobo II fue derrocado por una conspiración que
instauró una monarquía constitucional en el país que en pocos años más se convertiría
en el motor industrial del mundo. Luego, en 1776, las Trece Colonias inglesas en
América (los Estados Unidos) se alzaron en armas contra el poder colonial británico y,
por primera vez en la historia, fundaron una república constitucional que impactaría
ideológicamente otros procesos independentistas (Armitage, 2007) y que estaría
llamada a convertirse en una poderosa potencia mundial en el futuro (Wood, 2003).
Pero la más violenta y crucial transformación impulsada por la burguesía se llevaría a
cabo en Francia y comenzaría en 1789.
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Naciones y nacionalismos
Las otras revoluciones burguesas triunfantes siguieron el mismo camino. Empero,
las dimensiones, los problemas étnicos, las características poblacionales, la guerra, y
el proceso mismo de construcción de un estado moderno, provocaron que la idea
original del nacionalismo planteada en cierta medida por los ilustrados, abonada por
la visión de Rousseau sobre una religión civil, y puesta en práctica en el proceso
revolucionario francés, se adaptara y readaptara. Así, tres tipos de nacionalismo
tendieron a consolidarse (Smith, 1994: 7-22).
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CUADRO 2
Tipos de Nacionalismo
(Siglos XIX y XX)
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Sin embargo, las primeras dos concepciones de la nación (la civil y la étnica) son
las que han prevalecido y dominado los horizontes del nacionalismo y la
construcción de los estados nacionales en todo el mundo. Incluso, es probable que
se puedan encontrar ambas concepciones al interior de un mismo Estado nacional.
Así, las concepciones sobre la nación y el nacionalismo que se desarrollarían en el
siglo XIX, apuntaban hacia una redefinición de las maneras en que los individuos
participaban del control político de las sociedades de las que formaban parte. Una
mirada a la formación de los nacionalismos en el siglo XIX nos permitirá descubrir
las huellas de uno de los fenómenos más importantes del siglo XX.
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CUADRO 3
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Independencia en Suramérica
Uno de los primeros lugares americanos que se resistieron al reconocimiento del
poder napoleónico en España fue Buenos Aires, en Argentina. Allí, mientras que
Napoleón se apoderaba de España, un grupo de ciudadanos se reunió y declaró una
junta provisional que gobernaría las Provincias del Río de la Plata en nombre de
Fernando VII. En 1816, un Congreso decretó finalmente la independencia de esta
región.
Un movimiento similar surgió en Caracas (Venezuela), donde un cabildo
municipal organizó una junta para gobernar en nombre del rey. El más famoso de
los líderes que llevaron adelante esta iniciativa fue Simón Bolívar. Sin embargo, la
regencia pro-Fernando VII que se había instalado en Sevilla, miró con malos ojos
esta iniciativa y envió tropas a combatirla. Apoyadas por grupos de negros y por
llaneros del interior de Venezuela, las tropas españolas vencieron a los patriotas
venezolanos que eran guiados por Francisco de Miranda. Bolívar apenas pudo
escapar de esta refriega desplazándose a Nueva Granada (actualmente Colombia) y,
en 1814, a Jamaica. Sin embargo, en 1816, Bolívar retornó a Venezuela con nuevos
aires, aliado ahora con los llaneros, quienes se habían adherido a la causa de la
independencia. Hacia 1819, Bolívar y sus tropas ya habían controlado Venezuela
(Horowcz, 2004; O’Leary, 1970).
Mientras tanto, el general José de San Martín había organizado su propio
ejército y se encontraba luchando en el sur contra las tropas leales al rey. En un
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Independencia en México
En México, en 1810, un grupo de criollos guiados por un cura llamado Miguel
Hidalgo y Costilla (1753-1811) planearon tomar el poder, pero su plan fue
descubierto por las autoridades. No obstante, el 16 de setiembre de ese año, en el
pequeño pueblo de Dolores, Hidalgo dio un grito llamando a tomar las armas. Los
indígenas mexicanos atendieron este llamado y, en una masiva movilización que
portaba un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, se lanzaron a la
lucha. Después de que Hidalgo fuera capturado y ejecutado en 1811, otro sacerdote,
José María Morelos (1765-1815), tomó el liderazgo del movimiento clamando por la
abolición del tributo indígena y la esclavitud, y proponiendo una reforma agraria. Sin
embargo, Morelos y sus tropas también fueron derrotados en 1815.
La lucha por la independencia, aunque sin proponer esta vez grandes cambios
sociales, la retomaría Agustín de Iturbide (1783-1824), quien había sido el dirigente
de las tropas que aniquilaron el movimiento de Morelos. Iturbide, después de
persuadir al virrey para que le otorgara un grupo de tropas reales en el sur de
México, pactó con uno de los líderes de la independencia y en 1821 decretó un
documento que se conocería como Plan de Iguala, que garantizaba tres cosas:
1. que la religión católica continuaría siendo la religión de México;
2. que México quedaba independiente; y
3. que tanto los criollos (hijos de españoles nacidos en América) como los
peninsulares (españoles) debían permanecer unidos bajo un nuevo gobierno
monárquico. Iturbide se declaró entonces emperador de México, creando un
imperio que sólo duraría dos años (Arenal Fenochio, 2002; Van Young, 2001).
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Independencia en Centroamérica
El impacto en el reino de Guatemala de las noticias procedentes del norte, que en
setiembre de 1821 anunciaban no solo la independencia de México, sino también la
integración como parte de este de los cabildos de Comitán, Ciudad Real y Tuxtla (o
sea, de la generalidad de la provincia de Chiapas, que había pertenecido al reino de
Guatemala durante la época colonial), dejó a las autoridades frente al problema de
declarar la independencia o enfrentarse a México. El acta del 15 de setiembre de
1821, aunque a regañadientes y de forma hasta tímida, optó por el primer camino e
invitó a las otras provincias a hacer lo mismo (Luján Muñoz, 1982). Una por una, las
provincias de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica siguieron el camino de
la independencia.
Independencia brasileña
La independencia brasileña fue un poco distinta a la del resto de Latinoamérica.
Cuando Napoleón invadió España, la corte portuguesa y la familia real se trasladaron
a Brasil, en donde encontraron una región que a pesar de la riqueza económica no
tenía ni imprenta, ni universidades, ni comercio —excepto, claro está, el que tenían
con Portugal. Así, la monarquía exiliada en Brasil promovió el desarrollo material de
la colonia, creando en Río de Janeiro una biblioteca nacional, un museo nacional y
un jardín botánico.
Mientras tanto, en Portugal, cuando los franceses abandonaron el país se formó
una asamblea liberal que redactó una constitución. El rey Dom João regresó a Portugal
pero dejó a su hijo Dom Pedro como regente de Brasil. En 1822, Dom Pedro
convocó a una Asamblea Constituyente y, presionado por los propietarios de las
plantaciones brasileñas, se negó a volver a Portugal ante el llamado que le habían
hecho las cortes portuguesas. Así, Brasil se independizó de Portugal y creó una
monarquía que después de luchar contra las tropas leales a Portugal existió hasta 1889,
cuando el Mariscal Manuel Deodoro da Fonseca (1827-1892) declaró la República.
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era una empresa gigantesca. Para tener éxito en ella, estos nuevos estados debían
construir una serie de instituciones basadas en el pensamiento político moderno,
enfrentar las áreas que se negaban a formar parte de ese proyecto, y a la vez
consolidar su soberanía no sólo en el interior sino frente a otros estados que
intentaban hacer lo mismo. Además, era fundamental:
consolidar la paz interna;
un ejército disciplinado que se adaptara a las reglas del juego político;
una economía que alentara el desarrollo; y
un sistema de cobro de impuestos que garantizara la futura existencia del
estado.
En fin, estos nacientes países precisaban elaborar proyectos políticos viables en
las duras condiciones en que habían quedado luego de las guerras de independencia
(López-Alvez, 2003; Dunkerley, 2002; Peloso y Tenenbaum, 1996).
El período 1830-1880, aunque de forma lenta, vio desarrollarse los primeros
pasos hacia la consecución de una institucionalidad estatal. Luego de esa etapa, las
condiciones de estabilidad fueron más viables gracias a la rápida y exitosa inserción
de la mayoría de economías latinoamericanas en la economía mundial. Empero, este
hecho motivó además la llegada de capital extranjero y una creciente dependencia
respecto a las economías europeas, que se encontraban ya en la segunda revolución
industrial. En esta balanza, los países latinoamericanos salían perdiendo, lo que a su
vez significaba la intromisión de los países industrializados en la toma de decisiones
y, en muchas ocasiones, en la designación de aquel que detentaría el poder en tierras
hispanoamericanas.
Hacia el final del siglo XIX, cuando los países latinoamericanos ya han abrazado
el liberalismo como la ideología guía de sus decisiones, es posible encontrar dos
formas básicas de autoridad política en esta región: por un lado, terratenientes y
otras elites económicas tomaron un control directo del gobierno (como en Argentina
y Chile); por otro lado, un hombre fuerte, a menudo militar, aseguró la ley y el orden
a punta de la fuerza y siempre en beneficio de las elites agrarias (por ejemplo,
Porfirio Díaz en México) (Skidmore y Smith, 2005: 46).
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El liberalismo
El liberalismo es un sistema filosófico, económico y político, que—en principio—
promueve las libertades civiles y persigue limitar al máximo el poder de los
estados sobre las personas. En el siglo XIX, la versión del liberalismo que se
adopta en América Latina se puede resumir por dos términos: orden y progreso.
El orden abogaba por el control de las clases sociales y la reglamentación de sus
relaciones a través de constituciones, códigos y leyes. El progreso involucraba la
construcción de una economía nacional que permitiera el crecimiento urbanístico
y la implementación de medios de transporte. Aunque el Estado era el que
implementaba una buena parte de esas obras, el liberalismo pretendía que la
economía se rigiera por sus dos leyes principales (oferta y demanda). Así, el
Estado debía limitarse a ser un observador del juego económico. De allí las
expresiones que resumían ese ideal: dejar hacer y dejar pasar.
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CUADRO 4
Periodo de independencias 1808 1898
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Más información sobre la Ilustración puede ser encontrada revisando la obra de Susan Manning y Peter
France (editores), Enlightenment and Emancipation (Lewisburg, Pa.: Bucknel University Press, 2006).
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Esta es una pintura de la “La Casa de los Comunes” en Westminster (Inglaterra) antes de que
fuera destruida por un incendio en 1834. El cuadro fue realizado por los artistas Augustus Pugin
y Thomas Rowlandson. A través de esta imagen se nos revela el mundo político y los espacios
públicos que se habían desarrollado por efecto de las ideas de la Ilustración. Como puede
observar, en la pintura se nos muestra el dominio de los hombres sobre esos espacios. De
hecho, no se advierte ninguna mujer en el salón.
Otra cosa que llama la atención es la división del espacio: hay unos hombres más cerca de
la mesa central que otros. Algunos incluso están en un segundo piso. Este tipo de divisiones
generalmente se daba con base en bandos políticos. En el caso de la Revolución francesa,
cuando los representantes se sentaban en el salón de la Asamblea, los más radicales (es decir,
los que abogaban por reformas sociales más profundas) lo hacían en los asientos ubicados en las
alturas. Por eso los llamaron “la Montaña”.
¿Qué otras cosas nota en esta imagen que le llamen la atención con respecto al espacio, a
los participantes o a la moda?
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Esta es una imagen del cuadro realizado por el pintor francés Eugène Delacroix en 1830, que se
titula La Libertad guiando al pueblo. La obra original actualmente se conserva en el Museo de
Louvre, en Paris, Francia. Esta pintura expresa la idea de la nación francesa que se lanza a la
revolución en 1789.
Intente analizar la imagen tomando en cuenta el título con que la nombró el autor y la
discusión sobre los distintos tipos de nacionalismo que se hizo en el apartado anterior.
¿Por qué cree usted que se utiliza una mujer en esta imagen? ¿Qué significado tiene el
estandarte que lleva esa mujer y cómo determina ese estandarte la identidad de esa mujer y de
quienes parecen seguirla? ¿Quiénes son esas personas que siguen a la mujer? ¿Qué impacto
cree usted que tendría una imagen como esta en un ciudadano francés admirador de la
Revolución francesa?
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Aquellas personas que estén interesadas en conocer los alcances y límites del proyecto de unificación
de España en el siglo XIX, pueden revisar el libro de José Álvarez Junco, Mater dolorosa. La idea de
España en el siglo XIX (Madrid: Editorial Tauro, 2001).
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F. La tradición pactista
Quizás una de las cosas más difíciles de entender cuando se estudia historia, es que el mundo
del pasado no solo es diferente en cuanto a vestuario o tecnología; sino que también otras
cosas (como comportamientos políticos o culturales) que nos parecen normales hoy, en el
pasado no lo fueron o no existieron. Una de esas cosas es la forma individual en que tomamos
las decisiones políticas.
Generalmente, en el presente, no votamos por nuestras autoridades en grupo. En las
democracias actuales, el voto se ejerce en forma individual y de acuerdo con el gusto particular
de cada ciudadano. Sin embargo, en el final del periodo colonial (siglo XVIII) no existía siquiera
una visión semejante de la política. En ese periodo, grupos de personas, digamos indígenas de
un pueblo, artesanos de la ciudad, o bien sacerdotes de una determinada orden, solamente
podían establecer pactos entre ellos por medio de grupos. Esos pactos permitían delegar el
poder de representación de un grupo a otro.
Según esa visión, el rey era la persona, elegida por Dios, en la que se depositaba toda la
representación de la sociedad y con ello el poder. El rey, en ese sentido, era considerado como
el padre de esa gran familia que era el reino. Cada grupo social podía ser considerado como un
hermano de esa familia, pero un hermano que nunca alcanzaba la mayoría de edad como para
poder subsistir sin su padre. Esta metáfora del padre va a ser tan fuerte, que todos los pueblos
latinoamericanos al enfrentarse a Napoleón señalaron que lo hacían porque habían quedado
en orfandad.
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H. El Libertador y Centroamérica 3
El Libertador Simón Bolívar se convirtió en uno de los más
importantes referentes de la lucha latinoamericana por la
independencia. Por eso, su nombre, junto al de otros próceres de
la independencia, se recordará constantemente en diversas
partes del continente. Como un ejemplo, este es un texto
extraído del periódico costarricense La República, el 24 de
setiembre de 1887:
La América Central sujeta a servidumbre, cayó en tétrica
somnolencia; durmió el narcótico sueño de más de tres
siglos y sólo pudo despertar al estampido del cañón de
Ayacucho y a las voces de ‘libertad’, ‘igualdad’ y
‘fraternidad’ cuya trinidad magnífica proclamaba la
Revolución francesa y tenía un fuerte eco en alas de la
brisa marina hasta el Nuevo Mundo.
3
Datos dobre la imagen: H.F. Helmolt, ed. History of the World (New York: Dodd, Mead and Company,
1902). Disponible para uso público gracias a The General Libraries de The University of Texas at Austin.
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Miranda, San Martín, Vidaurre, Sucre, Santander y el hombre sin igual en la humana
historia ‘Simón Bolívar’ conmovían el corazón de los Andes con el clarín de Marte, y los
sacerdotes Morelos e Hidalgo hacían retumbar el cañón por todos los ángulos de
México, y aunque la suerte de las armas algunas veces les era adversa a esa falange de
varones invictos e inmortales, nada abatía su espíritu emprendedor y servíales más bien
para renovar ante el ara sacrosanta de la patria el juramento de ser libres o morir.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
2. ¿Cuáles son los diferentes tipos de nacionalismos que se produjeron entre el siglo
XIX y el siglo XX?
3. ¿Cuáles son las etapas por las que atraviesa el nacionalismo en Europa entre 1815 y
1914? Explique cada etapa.
4. Describa los procesos de independencia en América Latina. Indique además por qué
es diferente la independencia brasileña de las otras independencias en nuestro
continente.
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I PARTE
_________________________________
1. El fin de la monarquía.
2. _________________________________________________
3. _________________________________________________
4. _________________________________________________
Tipos de Nacionalismo:
1. Nacionalismo civil:__________________________________________________________
2. _________________________________________________________________________
CONTINÚA
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II PARTE
___________________________________
Segunda etapa: _______________________
Principales características:
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CAPÍTULO 2
Objetivos generales
Analizar el conjunto de transformaciones históricas que permiten la
fortificación del Estado como la principal organización política a nivel
mundial en el periodo 1918 1950.
Describir el papel que jugaron los nacionalismos en las movilizaciones
sociales durante esa época.
Objetivos específicos
Al finalizar el estudio de este capítulo, el estudiante será capaz de:
1. Analizar los principales procesos históricos por los que atraviesan los
estados nacionales durante el siglo XX y precisar sus especificidades.
2. Determinar las particularidades regionales que se producen en la
construcción de los estados nacionales en América Latina durante el
siglo XX.
3. Precisar el papel del nacionalismo en las movilizaciones sociales entre
1917 y 1950.
4. Determinar y analizar algunas de las principales transformaciones que
se producen en la vida cotidiana de la gente que vivió el siglo XX.
5. Dar herramientas analíticas que permitan al(a) estudiante vislumbrar las
formas distintas en que se produce la relación entre el pasado y el
presente en diferentes culturas.
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[El Angelus Novus4] ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos
manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona
incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él
detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el
paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que
el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el
futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él
hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.
Walter Benjamin, Tesis de filosofía de la historia
La Europa de entreguerras
La Europa de entreguerras, o sea la Europa entre el final de la Primera Guerra
Mundial (1917) y el inicio de la Segunda (1939), fue una Europa diferente a la que
vio crecer el siglo XIX. El fin de los imperios propició a su vez la concentración de
los estados y naciones europeas en sus propios desarrollos internos y, por efecto de
esto, de sus economías nacionales.
En gran medida, el siglo XIX había sido el siglo del liberalismo y el libre
mercado, lo que había propulsado una apertura económica a nivel mundial y un
mercado mundial de mercancías (impulsado, cuando era conveniente, por las guerras
coloniales y los cañones en aquellos lugares que, como China o Japón, se negaban a
abrir sus países y culturas a la Europa imperial). En cambio, el fin de la Primera
4
“Angelus Novus” es el título de una acuarela del pintor germano suizo Paul Klee realizó en 1920. Walter
Benjamin, quien conservó esa obra por muchos años, la describe en la cita con que inicia este capítulo
como una representación del “ángel de la historia”.
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Nacionalismo y deporte
La otra actividad de masas que volvió al nacionalismo un elemento central de la
identidad de la gente común, fue el deporte. Los Juegos Olímpicos y los partidos de
futbol a nivel internacional se convirtieron, no hay duda, en los momentos
fundamentales en que los países se medían uno frente al otro. En el campo de juego,
la relación entre los deportistas, sus coterráneos y la nación que representaban se
fortificó, y con ello el deporte se volvió uno de los principales vehículos de la
expresión del sentimiento de nacionalismo. Como indica Hobsbawm, el periodo de
entreguerras fue la época en que el Tour de Francia (famosa carrera ciclística a lo
largo del territorio francés que se corre anualmente desde 1903) fue dominado por
equipos nacionales; cuando la Copa Mitropa (primer gran campeonato internacional
de fútbol, disputado entre 1897 y 1911) promovió el enfrentamiento entre los
mejores clubes de Europa Central; cuando se creó la Copa Mundial de fútbol; y
cuando los Juegos Olímpicos se volvieron ocasiones para reafirmar la competencia
entre naciones (Ibid: 143).
Sin embargo, este sentimiento de competencia no sería suficiente para calmar las
ansias nacionalistas de ciertos grupos de derecha que en Europa se mostraban
temerosos del crecimiento de la amenaza roja, es decir, de la conciencia
revolucionaria y de las ideas comunistas entre las clases trabajadoras. El temor creció
en la medida en que Rusia pasó de una exitosa revolución social de tipo marxista
(1917) y una estabilización interna (1918-1920), a la fundación de una república cuyo
ideal final era la formación de una nación socialista, que sobrevivió más allá de los
primeros pronósticos. Así, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, fundada en
1922, representaba el peligro de una futura revolución mundial que acabara con las
naciones burguesas.
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EL NACIONALSOCIALISMO, EL FASCISMO
Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, 1933-1945
Si se quiere mencionar una sola causa que hizo que la humanidad se enfrascara en un
segundo conflicto de dimensiones mundiales, la respuesta es simple: la Segunda
Guerra Mundial fue producto de la agresión infringida por Alemania, Italia y Japón a
otros territorios. Las rutas que conducen a la guerra son la invasión japonesa a
Manchuria, al noreste de China, en 1931; la invasión italiana a Etiopía en 1935; la
intervención italiana y alemana en la Guerra Civil Española (1936-1939); la invasión
alemana a Austria en 1938; la mutilación alemana de Checoslovaquia (1938) y la
posterior ocupación de sus territorios (1939); la ocupación italiana de Albania; y las
demandas alemanas sobre Polonia, que finalmente hicieron explotar el conflicto bélico
mundial. A su vez, estas agresiones se hicieron posibles por una inacción o
incapacidad de respuesta por parte de organismos como la Liga de las Naciones (que
fue creada en 1917 con la intención de asegurar la paz mundial y para el arbitraje en
los conflictos internacionales) y de países como Gran Bretaña y Francia, que fallaron
en responder a las ocupaciones alemanas de otros territorios europeos, o de reaccionar
a la denuncia alemana del Tratado de Versalles (1919) (Hobsbawm, 1996c: 37).
5
Para más información sobre el Tratado de Versalles y la relación entre los países europeos en el periodo
de entreguerras, se puede consultar: Marks Sally, The Illusion of Peace: International Relations in Europe,
1918 1933, segunda edición (New York: Palgrave MacMillan, 2003).
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Fascismo
El fascismo italiano fue el primero en tomar el Benito Mussolini y Adolfo Hitler
durante la vivita official de Mussolini a
poder. Su gran líder, Benito Mussolini (1883- Munich, Alemania, en 1937.
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David Díaz Arias
1945), fue convertido en Primer Ministro italiano después de que liderara la Marcha
sobre Roma en 1922. De forma gradual, Mussolini fue reuniendo más poder en sus
manos, eliminando a sus opositores hasta que, tras el asesinato del diputado
socialista Giacomo Matteotti en 1924, se convirtió en dictador. Apoyado a su vez
por ciertos grupos católicos, Mussolini impulsó la persecución de minorías religiosas
al tiempo en que concentraba un discurso xenofóbico nacionalista. El totalitarismo
ya no estaba a la vuelta de la esquina, había entrado hasta la cocina de la casa italiana.
El nazismo, la variante alemana de esta ideología totalitaria, accedió al poder en
1933 cuando su líder, Hitler, consiguió ser nombrado Canciller. Al convocar
elecciones en las que el Partido Nazi consiguió el control del Parlamento, Hitler fue
investido de poderes ilimitados gracias a la aprobación de la Ley Habilitante; así, muy
pronto, se convirtió en el Tercer Reich. Desde allí, Hitler inició una modelación de la
economía alemana que, gracias a la recuperación que se venía dando, terminó
sacando a Alemania de los efectos de la Gran Depresión Mundial. A su vez,
siguiendo los sentimientos xenófobos y anticomunistas de que hacía gala la
ultraderecha, Hitler organizó una persecución tanto de minorías raciales
(especialmente judíos) como políticas (los alemanes que se le oponían) dentro de
Alemania. Esta posición terminó adornando al Führer con más etiquetas
nacionalistas y populistas. El salto de allí hacia la guerra fue en realidad solo un paso.
Tercer Reich
El término Tercer Reich fue inventado por los nazis. Básicamente hace alusión a
una cadena histórica de grandes poderes que los nazis creían que comenzaba con
el Sacro Imperio romano germánico (962 DC), seguía con el Imperio alemán de
1871 y llegaba hasta Hitler.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
fueron ellos quienes dieron el primer asalto a Berlín en 1945, en una lucha que se
hizo casa por casa y cuerpo por cuerpo.
Por otra parte, el movimiento que hizo a la guerra un asunto global, lo produjo
Japón el 7 de diciembre de 1941 cuando bombardeó Pearl Harbor, la base naval que
los Estados Unidos tenían en Oahu, Hawái. La guerra era ya mundial y enfrentaba a
las tropas del Eje (Alemania, Italia y Japón) contra las tropas aliadas.
El conflicto era sumamente grave. Los fascistas, no hay duda, portaban en su
ideología la idea de acabar con todo aquello que consideraban inferior o diferente. Las
tropas aliadas que frenaron y acabaron con esta amenaza, no sólo enterraron las
pretensiones imperialistas de los fascistas, sino que también le dieron otro futuro al
mundo. Las personas que dieron sus vidas en todos los frentes, ayudaron a que
aquellos que lograron sobrevivir hicieran flamear las banderas de la libertad para toda
Europa al finalizar la guerra (Chickering, Förster y Greiner, 2005).
Sin embargo, la verdadera dimensión de lo que habían hecho los nazis estaba
apenas por descubrirse. Al finalizar la Segunda Guerra en 1945, el mundo pudo ver el
criminal asesinato de millones de judíos realizado por los nazis en sus campos de
concentración. Pilas de cuerpos esperaban a que la conciencia humana llegara a verlas
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David Díaz Arias
como un testimonio que deberá durar y ser recordado por siempre con un Nunca
Más. Aquellos que sobrevivieron al Holocausto, quedaron marcados de por vida por
su experiencia dentro de aquellos macabros campos nazis, y sus memorias de dolor
serán todavía transmitidas a futuras generaciones (Reading, 2002).
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
Nueva York impactó al mundo entero de forma inmediata y lo hizo entrar en una
depresión mundial sin precedentes, ya mencionada más arriba como el contexto en
que los fascismos toman el poder en Europa (Nash, 1992).
Por otra parte, es claro el papel fundamental que jugó este país en la victoria
sobre las tropas del Eje, aunque todavía es objeto de crítica y análisis la decisión del
presidente Harry Truman (1884-1972) de lanzar la bomba atómica sobre las
poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, en un
momento en que Japón parecía ya vencido (Walker, 2004).
La cortina de hierro
47
David Díaz Arias
Para él, de un lado estaba la Unión Soviética y su mundo, y del otro, Occidente. Al
mismo tiempo su discurso apostaba por una unidad entre los pueblos angloparlantes
con el fin de romper esa barrera, es decir, para enfrentar a la Unión Soviética e
impedir su crecimiento. Como es obvio, Stalin entendió este discurso como una
declaración de guerra, y la mayoría de estudiosos coinciden en observar esto como el
acta de nacimiento de la Guerra Fría, un choque entre la Unión Soviética y los
Estados Unidos que no se materializó en una guerra real —es decir en el campo de
batalla— entre las dos potencias, pero sí en múltiples conflictos en lo que se llamaría
el Tercer Mundo (Dockrill y Hopkins 2006: 32-55).
El Tercer Mundo
¿Sabe usted de dónde viene el término Tercer Mundo y a qué se refiere?
El término Tercer Mundo fue utilizado por primera vez por el demógrafo
francés Alfred Sauvy, quien fue el primer director del Instituto Demográfico de las
Naciones Unidas. Sauvy acuñó el término Tercer Mundo a partir de una relectura del
famoso discurso del político francés Sieyès, quien en 1789 había definido al “Tier
État” (Tercer Estado) francés así: “¿Qué es el Tercer Estado? Todo. ¿Qué ha
significado, hasta ahora, en el orden político? Nada. ¿Qué pide? Convertirse en algo”.
La frase fue adaptada por Sauvy en un artículo publicado en el famoso diario francés
L'Observateur, para referirse a la nueva situación en que quedaron esos países que no
estaban incluidos ni en el mundo de la OTAN (Organización del Tratado del
Atlántico Norte, fundada en 1949 e integrada por Estados Unidos y los países
europeos) ni en el del Pacto de Varsovia (establecido en 1955 por países que eran
seguidores de la URSS) (Sauvy, 1952).
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
Reconstrucción de Europa
El problema para los Estados Unidos en 1945 era que Europa estaba destrozada.
Reconstruirla era fundamental no solo para la seguridad económica de Occidente,
sino también para asegurar su integridad política frente a la URSS. En junio de 1947,
el Secretario de Estado estadounidense George Marshall dio un discurso en la
Universidad de Harvard, en donde llamó a adoptar un esfuerzo para promover el
reavivamiento de Europa ya que tal cosa aseguraría la sostenida prosperidad de la
economía estadounidense. Marshall sugirió a los gobiernos europeos examinar sus
problemas, redactar un programa al respecto y establecer la ayuda financiera
necesaria para rectificarlos. Marshall también invitó a la Unión Soviética y a los
países de Europa del este a unirse a este esfuerzo en una conferencia que tendría
lugar en julio de 1947, pero Stalin se negó a participar.
El proyecto se llamó el European Recovery Program (ERP), pero popularmente fue
conocido como Plan Marshall, tuvo vigencia por cuatro años fiscales y fue un
completo éxito, ya que al final del periodo (1951) Europa había superado los niveles
económicos anteriores a la guerra. En los siguientes 20 años, Europa experimentó un
brillo económico sostenido y comenzó las gestiones para construir una unidad
regional, que en el futuro impactaría la forma en que se entendía a las naciones
(Killick, 1997: 80-179).
Por su parte, en cambio, en América Latina, a pesar de que esa unidad regional
ya se había planteado desde el siglo XIX, no se había podido completar ni siquiera en
los momentos en que era más evidente que estaban en la órbita de poder
estadounidense.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
no solo territorial sino también cultural. Ellos temían que la barbarie materialista
suplantara a la alta cultura.
La amenaza además ya se traducía en hechos reales, pues Estados Unidos
participó con un interés político muy fuerte en la guerra contra España por la
independencia de Cuba, en lo que luego se llamó la guerra hispano-americana (1898),
de la que se sirvió para anexarse Puerto Rico y las Filipinas y establecer un
protectorado sobre Cuba. Incluso, el gobierno norteamericano programó la
independencia de Panamá respecto a Colombia en 1903, con el fin de construir allí
un canal interoceánico (Brading, 1995: 55-77).
De forma muy distinta al desprecio que los liberales latinoamericanos habían
manifestado hacia lo indígena, esta valoración de la cultura latina comenzó a integrar
también fuertemente a las culturas aborígenes precolombinas, especialmente a los
antiguos imperios azteca, maya e inca, como componentes esenciales del pasado
hispanoamericano, algo que ya estaba anunciado en los trabajos de Martí y de Darío.
En México, luego de la Revolución (1910-1917) que había sido realizada
principalmente en las bases por campesinos pobres y por indígenas, los distintos
gobiernos comenzaron a resaltar el legado indígena que los liberales del siglo XIX
habían visto como despreciable y bárbaro. El antropólogo mexicano Manuel Gamio
(1883-1960) lideró este proyecto desde la década de 1910, al estudiar la herencia
arqueológica del Valle de México y publicar varios libros que se volverían
fundamentales para exponer la integración de las culturas indígenas al México post-
revolucionario: Forjando Patria (1916), La población del Valle de Teotihuacán (1921), El
inmigrante mexicano (1930) y Consideraciones sobre el problema indígena (1948).
Por su parte, José Vasconcelos (1882-1959) llevaría este proyecto a un plano
más espiritualista con su libro La Raza Cósmica (1925), donde proponía que la “raza”
latinoamericana era la raza encargada de llevar a feliz término la fusión de lo mejor
de todas las grandes civilizaciones occidentales, por ser su resultado (Brading, 1998;
Morales Moreno, 1994: capítulos 3 y 4; Fell, 1989).
Este proyecto identitario también se dio en Honduras y El Salvador después de
la década de 1920. Simultáneamente, el general Augusto César Sandino (1895-1934)
enaltecía la sangre indígena que corría por sus venas al combatir la ocupación de
Nicaragua por parte de los marines estadounidenses. No obstante, se debe advertir
que esta recuperación del pasado indígena se realizó suprimiendo todos los
elementos que no calzaran dentro del discurso nacional (generalmente de tipo
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David Díaz Arias
mestizo) de esas naciones (Euraque, 2002: 73-103; López Bernal, 2002: 35-71;
Gould, 1998; Díaz Arias, 2007: 58-72).
Poesía negrista
Un proceso parecido ocurrió con el desarrollo del discurso de negritud en el Caribe en
las décadas de 1920 y 1930. Este proyecto fue llevado adelante por poetas
vanguardistas como el puertorriqueño Luis Palés Matos (1898-1959), el cubano
Nicolás Guillén (1902-1989) y el martinico Aimé Césaire (1913-2008), entre muchos
otros. Además, el desarrollo de un verdadero boom de la música caribeña en Europa y
Estados Unidos precisamente en esta época, también contribuyó con el crecimiento
del movimiento negrista de esas décadas. Aunque de forma distinta, estos autores y
artistas ayudaron a recuperar la imagen y experiencias del negro marginado y
esclavizado, ubicándolas dentro del mundo del Atlántico, denunciando la esclavitud y
ligando a las islas caribeñas con el continente africano (Kubayanda, 1990).
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
Intelectuales de izquierda
Por otro lado, una creciente actividad intelectual que se había empapado del
marxismo-leninismo y que comenzaba a tener una importante participación política,
empezó en los inicios del siglo XX a denunciar la explotación de que era sujeta la
clase obrera latinoamericana, y a perfilar un discurso científico interpretativo que
adaptaba las teorías de izquierda europeas y rusas a su propia experiencia. Así,
intelectuales como los peruanos José Carlos Mariátegui (1894-1930) y Víctor Raúl
Haya de la Torre (1895-1979), se aproximaron al análisis de la experiencia capitalista
en Latinoamérica como una experiencia particular que debía ser identificada para
producir un cambio que, en el caso del primero pasaba por la revolución social, y en
el caso del segundo dependía de un proceso de transformación leve y controlado por
el Estado.
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Otros artistas, como los mexicanos Diego Rivera (1886-1957), José Clemente
Orozco (1883-1949) y David Alfaro Siqueiros (1896-1974) con su movimiento
muralista, se cansaron de la reproducción e importación de los modelos artísticos
europeos y crearon nuevos parámetros para representar la clase obrera y campesina
latinoamericana. En el caso de Rivera, el campesino y el obrero mexicano fueron
representados enmarcados no solamente en las tradiciones y el discurso nacional,
sino en un contexto más universal en el que el artista pintaba al cura Miguel Hidalgo
junto al líder revolucionario ruso Lenin (Vaughan, 2006).
Hacia 1959, cuando triunfa la Revolución cubana, el terreno latinoamericano era
muy fértil para tres cosas que se ligaban de forma íntima con el discurso nacionalista:
el antiimperialismo, la creación intelectual, y la revolución social. De la Revolución
cubana saldrá el grito del Ché Guevara de “Patria o Muerte”, que describía muy bien
ese nuevo contexto.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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6
Los interesados en leer análisis de la relación entre fútbol y nación en Costa Rica pueden leer: Carlos
Sandoval, Fuera de juego: fútbol, identidades nacionales y masculinidades en Costa Rica (San José: EUCR;
2006); y Sergio Villena, Golbalización: Siete ensayos heréticos sobre fútbol, identidad y cultura (San José:
Editorial Norma; 2006)
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
F. Concepto de “revolución”
Un concepto que ha aparecido constantemente desde el inicio de este módulo es el de
revolución. Hemos hablado de revolución burguesa, de revolución industrial, de revolución de
independencia y de revolución social. La historia del siglo XX no se entendería sin ese concepto.
Por esta razón, con base en lo leído hasta aquí, escriba su propia explicación de qué es una
revolución. Para hacerlo, tome en cuenta la heterogeneidad de ese concepto.
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G. El Holocausto 7
El término Holocausto significa literalmente “todo quemado” o “incendio total”. Esta palabra deriva
del griego “holokáutoma” que es un concepto compuesto por dos palabras: hólos (todo) y káusis
(acción de quemar).
En la antigüedad, Holocausto designaba rituales de cremación de animales en honor a un
dios. Cuando es aplicado a la historia del siglo XX, Holocausto designa el asesinato en masa de
judíos perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939 1945).
Este uso moderno del término holocausto aparece en 1942 en el Diccionario Oxford,
aunque solamente se generalizó hasta la década de 1950. Junto a esa palabra, también se ha
utilizado el término genocidio. Genocidio significa el intento de aniquilación completa de una
cultura o etnia por medio de la fuerza.
Algunos líderes judíos prefieren utilizar la palabra hebrea “shoá” (catástrofe) para referirse a
la tentativa nazi por hacer desaparecer a los judíos. Shoá refiere a una gran calamidad o
cataclismo, por lo cual se ajusta perfectamente a lo vivido por varios millones de judíos
europeos durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué opina usted sobre el término Holocausto? ¿Considera importante recordar hechos
como éste?
7
Si desea encontrar más información sobre el Holocausto, puede buscar en internet o en una biblioteca
pública. Un muy interesante artículo al respecto es el escrito por Howard F. Stein, “The Holocaust, the
Uncanny, and the Jewish Sense of History”, en Political Psychology, Vol. 5, No. 1 (Mar., 1984), pp. 5 35.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
H. El final de Hitler
El nazismo llevó al planeta a una guerra mundial. Los líderes nazis y fascistas justificaban este
enfrentamiento bélico en términos nacionalistas, afirmando que su causa era legal porque al
ser una “raza superior” debían gobernar a las “razas inferiores”.
El final de esa empresa está muy bien representado en la imagen de arriba que muestra
soldados del ejército ruso alzando la bandera soviética sobre el techo de Reichstag (edificio del
parlamento) en Berlín, Alemania, en mayo de 1945.
Pero, ¿fue ese el final de Hitler y de ideologías como las que el nazismo exponía? ¿Qué
piensa usted al respecto? ¿Cree que podría existir alguna relación entre el ideal nazi y la
manera en que cotidianamente se hacen chistes de inmigrantes o de personas “diferentes” a
sus conciudadanos? ¿En qué medida, actividades tan simples y pequeñas como un chiste
construyen ideas sobre otras naciones que fomentan el racismo?
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El texto completo fue publicado en La Revista Ilustrada de Nueva York el 10 de enero de 1891 y en El
Partido Liberal, México, el 30 de enero de 1891. Desde entonces se ha reproducido miles de veces y es
fácil de encontrar en antologías, libros, revistas e incluso en Internet.
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David Díaz Arias
levantan con la levadura del sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la
salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de
plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno de un
país han de acomodarse a sus elementos naturales; que las ideas absolutas, para no
caer por un yerro de forma, han de ponerse en formas relativas; que la libertad, para ser
viable, tiene que ser sincera y plena; que si la república no abre los brazos a todos y
adelanta con todos, muere la república. El tigre de adentro se echa por la hendija, y el
tigre de afuera. El general sujeta en la marcha la caballería al paso de los infantes. O si
deja a la zaga a los infantes, le envuelve el enemigo la caballería. Estrategia es política.
Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo
pecho y una sola mente. ¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos! ¡Con el
fuego del corazón deshelar la América coagulada! ¡Echar, bullendo y rebotando, por las
venas, la sangre natural del país! En pie, con los ojos alegres de los trabajadores, se
saludan, de un pueblo a otro, los hombres nuevos americanos. Surgen los estadistas
naturales del estudio directo de la Naturaleza. Leen para aplicar, pero no para copiar.
Los economistas estudian la dificultad en sus orígenes. Los oradores empiezan a ser
sobrios. Los dramaturgos traen los caracteres nativos a la escena. Las academias
discuten temas viables. La poesía se corta la melena zorrillesca y cuelga del árbol
glorioso el chaleco colorado. La prosa, centelleante y cernida, va cargada de idea. Los
gobernadores, en las repúblicas de indios, aprenden indio.
De todos sus peligros se va salvando América. Sobre algunas repúblicas está
durmiendo el pulpo. Otras, por la ley del equilibrio, se echan a pie a la mar, a recobrar,
con prisa loca y sublime, los siglos perdidos. Otras, olvidando que Juárez paseaba en un
coche de mulas, ponen coche de viento y de cochero a una pompa de jabón; el lujo
venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al
extranjero. Otras acendran, con el espíritu épico de la independencia amenazada, el
carácter viril. Otras crían, en la guerra rapaz contra el vecino, la soldadesca que puede
devorarlas. Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no le viene de sí, sino
de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y
es la hora próxima en que se le acerque, demandando relaciones íntimas, un pueblo
emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña. Y como los pueblos viriles, que
se han hecho de sí propios, con la escopeta y la ley, aman, y sólo aman, a los pueblos
viriles; como la hora del desenfreno y la ambición, de que acaso se libre, por el
predominio de lo más puro de su sangre, la América del Norte, o en que pudieran
lanzarla sus masas vengativas y sórdidas, la tradición de conquista y el interés de un
caudillo hábil, no está tan cercana aún a los ojos del más espantadizo, que no dé tiempo
a la prueba de altivez, continua y discreta, con que se la pudiera encarar y desviarla;
como su decoro de república pone a la América del Norte, ante los pueblos atentos del
Universo, un freno que no le ha de quitar la provocación pueril o la arrogancia ostentosa
o la discordia parricida de nuestra América, el deber urgente de nuestra América es
enseñarse como es, una en alma e intento, vencedora veloz de un pasado sofocante,
manchada sólo con sangre de abono que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la
de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. El desdén del vecino formidable,
que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la
visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe.
Por el respeto, luego que la conociese, sacaría de ella las manos. Se ha de tener fe en lo
mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se
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revele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece. Los pueblos han de tener una
picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.
No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensadores canijos, los pensadores
de lámparas, enhebran y recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el
observador cordial buscan en vano en la justicia de la Naturaleza, donde resalta en el
amor victorioso y el apetito turbulento, la identidad universal del hombre. El alma
emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color. Peca contra la
Humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas. Pero en el
amasijo de los pueblos se condensan, en la cercanía de otros pueblos diversos,
caracteres peculiares y activos, de ideas y de hábitos, de ensanche y adquisición, de
vanidad y de avaricia, que del estado latente de preocupaciones nacionales pudieran, en
un período de desorden interno o de precipitación del carácter acumulado del país,
trocarse en amenaza grave para las tierras vecinas, aisladas y débiles, que el país fuerte
declara perecederas e inferiores. Pensar es servir. Ni ha de suponerse, por antipatía de
aldea, una maldad ingénita y fatal al pueblo rubio del continente, porque no habla
nuestro idioma, ni ve la casa como nosotros la vemos, ni se nos parece en sus lacras
políticas, que son diferentes de las nuestras; ni tiene en mucho a los hombres biliosos y
trigueños, ni mira caritativo, desde su eminencia aún mal segura, a los que, con menos
favor de la Historia, suben a tramos heroicos la vía de las repúblicas; ni se han de
esconder los datos patentes del problema que puede resolverse, para la paz de los
siglos, con el estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental. ¡Porque
ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado
por los padres sublimes, la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el
lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las
islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva!”
O. Poesía negrista
Dos importantes poetas de este movimiento negrista son el puertorriqueño Luis Palés Matos
(1898 1959) y el cubano Nicolás Guillén (1902 1989). El estilo de ambos poetas es muy distinto,
como se puede ver en los ejemplos de su poesía que se presentan a continuación. El poema de la
izquierda, escrito por Palés Matos, se incluyó en su libro Túntún de pasa y grifería, publicado en
1937. El poema de la derecha, escrito por Guillén, apareció en 1930 con el título Si tu supiera.
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Después de leer los anteriores poemas, compárelos e indique en qué cree usted que se
diferencian y de qué formas se podría explicar esa diferencia. Tome en cuenta que la crítica
concibió a Palés como un “blanco” que escribía poemas negros, y a Guillén (quien era mulato)
lo acusaron de “deformar” la poesía.
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Templo mayor de Tenochtitlán. Detalle de un mural que representa la vida en la época de los aztecas.
9
Todos los murales que aquí se citan se encuentran en el Palacio Nacional (México DF). Fotografías de
Wolfgang Sauber.
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Detalle de un mural sobre la historia de Méxio. El hombre con barba y bigote blancos es Carlos Marx.
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3. ¿Por qué Europa experimentó dos grandes guerras (las llamadas Guerras
Mundiales) entre 1914 y 1945? Explique los diferentes factores que se conjugaron
para que esas guerras se produjeran y refiérase especialmente al papel de los
nacionalismos.
5. ¿De qué manera el crecimiento imperialista de los Estados Unidos en los siglos XIX y
XX promovió los nacionalismos en América Latina? Describa dos ejemplos de
producciones culturales (literatura, arte, etc.) que se insertan en ese contexto
nacionalista.
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I PARTE
Naciones y Guerra
(1918 1945) El término revolución mundial en el inmediatamente
posterior a la I Guerra Mundial se refiere a
________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
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_____________________________________________________________
El inicio de la
Guerra Fría _____________________________________________________________
_____________________________________________________________
CONTINÚA
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II PARTE
El término “arielismo” proviene del ensayo “Ariel” publicado por el uruguayo José Enrique
Rodó. En ese texto, junto con otros trabajos de intelectuales latinoamericanos, se
manifestaba un temor a los Estados Unidos porque
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CAPÍTULO 3
La mariposa y el alfiler
Objetivo general
Identificar los cambios que se promueven en la visión de la política
mundial por efecto de la aparición y consolidación de los frentes oeste
(“mundo capitalista”) y este (“mundo socialista”) y el inicio y desarrollo
de la Guerra Fría, así como el impacto de este conflicto en América
Latina y otras partes del mundo durante la segunda parte del siglo XX
(1950 1991).
Objetivos específicos
Al finalizar el estudio de este capítulo, el estudiante será capaz de:
1. Determinar el papel de la Guerra Fría en las crisis políticas que se
producen en diferentes lugares del planeta a partir de la segunda mitad
del siglo XX
2. Precisar los cambios y especificidades regionales de ciertos procesos
históricos del periodo 1950 1991.
3. Analizar las causas históricas de la desigualdad entre países durante el
periodo 1950 1991.
4. Brindar herramientas críticas al estudiante para que promueva la
participación social como mecanismo de respuesta ante situaciones de
desigualdad de género, étnica y clase social.
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siglo XX. Así, intelectuales africanos y jóvenes que se habían empapado de las más
importantes discusiones filosóficas, políticas y sociales que privaban en Occidente, se
empeñaron en sacudir el brazo imperial. Junto a ellos, otros grupos populares y
líderes locales clamaban por el rompimiento de los lazos coloniales. La
independencia de estas regiones no puede entenderse sin esos movimientos.
Sin embargo, la emancipación de estas regiones también fue resultado de las
condiciones que se crearon por efecto de la Segunda Guerra Mundial. Después de la
guerra y la clara decadencia del poderío europeo que se había construido en el siglo
XIX, las naciones del Viejo Continente se comprometieron con la independencia de
las colonias africanas, algo que quedó en tinta y papel cuando el presidente
estadounidense Franklin Delano Roosevelt y el Primer Ministro inglés Winston
Churchill firmaron la Carta del Atlántico (1941), en la que Gran Bretaña se
comprometía a conceder autonomía a sus colonias. En todo caso, esta concesión no
sería ni fortuita ni real. En realidad, las colonias tendrán que luchar por su libertad.
El caso indio lo muestra bien.
A los intentos de independencia por la fuerza que se habían sucedido desde que
comenzó la ocupación británica, se unió desde 1915 la voz de un abogado indio que
había luchado exitosamente por la igualdad en Sudáfrica: Gandhi (1869-1948). En
1920, gracias al empeño de Gandhi, el Congreso indio elaboró una nueva
constitución cuya meta final era la independencia. Lo más novedoso, sin embargo,
era la forma en que Gandhi llamaba a la desobediencia. Para él, la lucha libertadora
no debía empeñarse con las armas, sino a través de una vía estrictamente pacífica, del
retiro de todo tipo de colaboración con las instituciones coloniales, y el boicot de
todas sus actividades. Su simplicidad y humildad dieron
pruebas fehacientes de la calidez y valor moral de su
lucha, lo cual convenció a millones de indios para seguir
su camino.
Luego de ser recluido, Gandhi organizó una marcha
(La Marcha de la Sal) que se extendió desde el 12 de
marzo hasta el 6 de abril de 1930 y que hizo enfurecer a
los ingleses, que reaccionaron de forma violenta contra
los seguidores del abogado indio. Después de ahí, la
India estaba en una ruta decidida hacia la independencia.
En 1942, en el contexto de la guerra, Gandhi organizó Mahatma Gandhi
otro movimiento al que nombró “Abandonen a la India”, y (1869 1948)
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(1960), Uganda (1962), Kenia (1963), Rodesia del Sur (actualmente Zimbabue, 1965).
Portugal perdió Guinea-Bissau (1973), Mozambique (1975) y Angola (1975); y
Holanda perdió Surinam (1975).
EL PROBLEMA ÉTNICO-NACIONAL
El marco de estas independencias era la Guerra Fría. Por eso, tanto en sus procesos
de emancipación como en sus primeros años de independencia, la mayoría de esos
países sintieron sobre sí la presión de las dos grandes superpotencias (Estados
Unidos y la Unión Soviética) por hacerlas integrarse dentro de su propia esfera de
influencia. Esto, junto con los problemas étnico-tribales, promovió una
confrontación interna que estalló en guerras civiles por aquí y por allá, apoyadas de
forma disimulada por las superpotencias.
El asunto era sumamente complejo. Por un lado, las potencias occidentales
reclamaban la instauración de instituciones políticas modernas de tipo europeo, en
países cuyas tradiciones políticas no necesariamente respondían a esas fórmulas. Por
otro, como hemos visto, las naciones europeas habían dividido el continente
africano a su antojo sin contemplar límites culturales o tribales, fusionando o
dividiendo a su gusto poblaciones. Inevitablemente, los conflictos étnicos entre
poblaciones diferentes, que habían sido suprimidos a la fuerza por el colonialismo,
estallaron tan pronto como la independencia se consiguió (Saha, 2007). Uno de los
mejores ejemplos de esto es el conflicto étnico que tuvo lugar en Ruanda.
79
David Díaz Arias
de Ruanda, que era un Hutu, fue asesinado por medio de un accidente aéreo y los
Tutsis fueron injustamente culpados por ello. A partir de entonces, comenzó un
genocidio de Tutsis llevado adelante por los Hutus, de casa en casa. La imagen más
terrible de esta masacre, fueron los miles de cuerpos de Tutsis flotando por los ríos
desde Tanzania hasta Uganda (Glover, 2001: 119-122).
Sudáfrica y el apartheid
Otro ejemplo de la xenofobia y el racismo que siguió a la retirada de los imperios de
África es el caso de Sudáfrica. En 1948, el sistema de separación entre blancos y
negros se institucionalizó a partir de una legislación racista que dio nacimiento a lo que
se conoció como apartheid. Así, leyes y decretos buscaron mantener a los blancos
separados de los negros y tratar de marcar con eso también una diferencia económica.
La represión basada en la idea de superioridad se volvió cotidiana, y acentuó la
división social. Entre 1965 y 1988, esta división se amplió como resultado del
conflicto conocido como la South African Border War (la Guerra de la Frontera de
Sudáfrica) en la que se enfrentaron tropas sudafricanas, soldados de Angola y
miembros de la Organización Popular de África del Sudoeste (SWAPO), e
implícitamente detrás de ellos, los Estados Unidos y la Unión Soviética.
El sistema como tal se mantuvo hasta el periodo que va de 1990 a 1994, cuando
gracias a la presión internacional, al aislamiento y al desgaste interno, finalmente se
fracturó. En 1994 se llevaron a cabo las primeras elecciones pluriétnicas, que dieron
como resultado la elección del Congreso Nacional Africano, y con él la del
carismático líder Nelson Mandela (1918) como presidente de Sudáfrica.
El final del apartheid fue acompañado de la formación de una Comisión para la
Reconciliación y la Verdad, que reveló al mundo la capacidad represora de las tropas
y policía sudafricanas (Krog, 1999).
80
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
81
David Díaz Arias
La Revolución cubana
En ese año se produjo el triunfo de la Revolución cubana sobre la dictadura de
Fulgencio Batista (1901-1973). Lo que esta revolución significó para América Latina,
y en general para el mundo entero, fue todavía más importante. La Revolución
cubana era toda una fuente de inspiración para aquellos que sentían la opresión de
gobiernos corruptos y tiránicos, y buscaban un ejemplo a seguir.
De hecho, la Revolución cubana lo tenía todo: “romance, heroísmo en las
montañas, ex-líderes estudiantiles con el generoso desinterés de su juventud —el
más viejo apenas pasaba los treinta— un pueblo jubiloso, en un paraíso tropical
turístico movido a ritmo de rumba” (Hobsbawn, 1996c: 440). Las figuras de Fidel
Castro (1926-) y de Ernesto “Ché” Guevara (1928-1967) se convirtieron entonces,
junto a las de otros jóvenes líderes de la Revolución, en todo un hito y un modelo.
Las barbas y la cabellera larga se proclamaron como los símbolos de esa juventud
que soñaba con las montañas, la guerrilla y el triunfo sobre políticos y dictadores de
la etapa política anterior (Mallon, 2003: 179-215).
En un principio la lucha era en ese sentido. Sin embargo, pronto las cosas
hicieron que la Revolución cubana se moviera hacia el comunismo. En el contexto
de Guerra Fría, las revoluciones victoriosas eran miradas y definidas desde dos
perspectivas: integrándose al mundo capitalista liderado por Estados Unidos o
82
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
83
David Díaz Arias
La Vía Chilena
Lo otro que había que hacer era tener la fuerza suficiente para sostenerse en el poder
enfrentando los esfuerzos estadounidenses, elaborados por la CIA, en producir y
financiar contrarrevoluciones. Dentro de este contexto, los más interesantes
procesos de transformación social fueron parados.
Uno de ellos, fue el del gobierno de la Unidad
Popular en Chile (1970-1973), con su presidente
Salvador Allende (1908-1973), que había sido elegido
en elecciones libres y democráticas, y que experimentó
un golpe de Estado liderado por militares y apoyado
por la CIA, con la intención de detener las
transformaciones y echar vuelta atrás en las reformas
que se habían llevado adelante con el apoyo de una
Salvador Allende (1908 1973).
Presidente constitucional de buena parte de la población, y bajo la idea de que esta
Chile, derrocado por Augusto era una revolución que seguía una vía democrática, la
Pinochet mediante un golpe de
estado en 1973. llamada vía chilena.
Después de ahí, la instauración de una dictadura a
cargo del general Augusto Pinochet (1915-2006) aseguró dos cosas: la represión y
tortura de parte de la población civil chilena, y el comienzo de una transformación
radical en el modelo económico y de Estado en Latinoamérica, mejor conocida
como reforma neoliberal (Skidmore y Smith, 2005: 109-138).
La Revolución sandinista
En Centroamérica, varios países entraron en etapas revolucionarias en la década de
1970, en donde el lenguaje era plenamente de lucha de clases, y cuyo fin básico era
destronar las represoras dictaduras, como la de Somoza en Nicaragua, o bien con el
fin de enfrentar y transformar un régimen despiadado de explotación de las clases
populares mestizas y de los indígenas (como en El Salvador y Guatemala).
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
La Contra
Con el nombre de “la Contra” se denominó a la oposición al gobierno sandinista
que emprendió una guerra de guerrillas desde las fronteras Nicaragua Honduras y
Nicaragua Costa Rica. La mayoría de los miembros de la Contra eran personas que
habían pertenecido al gobierno de Somoza. El gobierno estadounidense fue
acusado por la prensa en 1985 de un presunto tráfico ilegal de armas con destino a
Irán cuyas divisas se utilizaban para financiar la Contra nicaragüense. Este
acontecimiento se conoce como el escándalo Irán Contra.
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David Díaz Arias
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
A. La partición de Palestina 10
Hacia el final del siglo XIX se fundó un grupo judío en Europa de carácter nacionalista cuya
máxima meta comenzó a ser el retorno de los judíos a Palestina. Ese grupo es conocido como el
movimiento sionista. El sionismo apoyó en esa época la migración de judíos europeos hacia
Palestina, en el Medio Oriente, cuya población era entonces básicamente musulmana.
A principios del siglo XX, se calcula que unos 180.000 judíos llegaron a Palestina con el
consentimiento del Imperio otomano, que dominaba por entonces esa región. Entre 1932 y
1938, esa migración se incrementó por efecto de la persecución a que fueron sometidos los
judíos en Europa, especialmente en la Alemania nazi.
Hacia 1946, cuando Palestina estaba bajo el mando de Gran Bretaña, había 1.415.000
árabes (divididos en 1.400.000 musulmanes y 15.000 druzos), 145.000 cristianos y 608.000
judíos. Los árabes y los judíos se disputaban ya agresivamente el territorio palestino. En esta
confrontación, ambos bandos recurrían a actos violentos que hoy podrían ser calificados de
terroristas.
En 1947 se llevó el asunto a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). En la
resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, la ONU dividió Palestina en dos estados, uno
árabe y el otro judío y declaró a Jerusalén como zona internacional.
El territorio otorgado al Estado judío (14.100 km²) era más grande que el que recibieron
los árabes (11.500 km²), a pesar de que los judíos tenían una población menor. Además, en la
zona judía quedaban las tierras de mejor calidad. Ya que la división se hizo con base en los
registros de propiedad y no tanto con base en la ocupación real de la tierra, muchas zonas
fundamentalmente árabes quedaron en territorio judío.
Los árabes rechazaron esta división. Así, una vez que expiró el mandato británico sobre
Palestina (14 de mayo de 1948), los árabes emprendieron una guerra contra el Estado de Israel,
que precisamente se había convertido en un estado independiente. Ese sería el primer gran
conflicto armado entre árabes y judíos después de la partición de Palestina.
Israel, luego de ganar esa primera guerra, expandió sus territorios hasta alcanzar el 70%
del territorio que antes era palestino. Por su parte, al perder el conflicto, miles de palestinos
10
Para quien esté interesado en leer más acerca del conflicto árabe israelí ver: Roberto Marín Guzmán, La
ocupación militar israelí de Cisjordania y Gaza (San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2003).
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David Díaz Arias
tuvieron que abandonar sus territorios y convertirse en refugiados. Según las cifras de la ONU,
para inicios de 1949 los refugiados palestinos alcanzaban la cifra de 750.000 personas, y hacia
junio de ese año llegaron a 940.000. Así empezó el conflicto árabe israelí que aun no parece
próximo a una solución.
B. La disputa de Jerusalén
Uno de los puntos medulares del conflicto árabe israelí es la posesión de la ciudad de
Jerusalén. Investigue por qué ambas religiones (judaísmo e islam) consideran a Jerusalén una
ciudad santa.
88
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
Ante este cuadro, Estados Unido emprende una operación para producir un golpe de
estado en Cuba con una invasión a través de la Bahía de Cochinos. La operación fue un fracaso
para los estadounidenses y, por consiguiente, un triunfo fundamental que fortificó la figura de
Castro como líder de Cuba. En ese momento, en un mundo dividido por la Guerra Fría, Cuba
comienza a acercarse más y más al enemigo estadounidense, es decir, a la URSS.
Cuba, a unos cuantos kilómetros de la Florida (Estados Unidos), representaba un duro
golpe para el imperialismo estadounidense y para su dominio sobre Latinoamérica. Para la
URSS, se le ofrecía una gran oportunidad geoestratégica. Poco tiempo atrás, Estados Unidos
habían asegurado una base militar con misiles en Turquía con la cual pretendía frenar el
expansionismo soviético. Por tanto, la URSS pensó en jugar el mismo juego, estableciendo una
base de misiles con cabezas nucleares en la isla cubana. No obstante, mientras se estaba dando
la instalación de la base, un avión espía estadounidense tomó varias fotografías que revelaban
claramente el plan ruso. La CIA le indicó al presidente estadounidense, John F. Kennedy, lo que
se había descubierto.
El 22 de octubre de 1962, Kennedy dio un discurso televisado a la nación estadounidense
en el que indicaba la necesidad de establecer un cerco alrededor de la isla, desplegando barcos
y aviones de guerra estadounidenses. El líder soviético, Nikita Jrushchov le envío un mensaje a
Kennedy el 24 de octubre, indicándole que la URSS veía en el bloqueo una agresión. La tensión
se acrecentaba a cada momento. El mundo estaba cada vez más cerca de una guerra nuclear
entre las dos superpotencias, cuyo poder armamentístico podía acabar con el planeta en poco
tiempo.
El 27 de octubre, mientras sobrevolaba Cuba, un avión espía U 2 estadounidense fue
derribado por un proyectil SAM, disparado desde una base soviética. La guerra estaba por
comenzar. Sin embargo, el mismo día Jrushchov propuso a Kennedy el desmantelamiento de la
base de misiles en Cuba a cambio de que los Estados Unidos se comprometieran a no realizar ni
apoyar una invasión a la isla. Además, los Estados Unidos debían desarmar su base en Turquía.
Después de varias discusiones secretas, Kennedy aceptó. Con ese acuerdo, el conflicto
denominado La crisis de los misiles terminó.
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David Díaz Arias
E. Revolución y moda
¿Ha visto las fotografías de los jóvenes de los años
1960 y 1970? La mayoría de ellos tenían una moda
en la que lucían el pelo largo y barba. Esa moda,
todavía fácil de ver en los jóvenes de hoy en día, fue
establecida por los guerrilleros latinoamericanos y
adoptada como una forma de rebeldía por la
generación que vio crecer la lucha contra las
dictaduras en nuestro continente. Las imágenes
varoniles de Ernesto “Ché” Guevara y Fidel Castro
afirmaron la visión de una revolución juvenil que se
enfrentaba al pasado latinoamericano.
F. La Mariposa y el Alfiler
El título de este capítulo apunta una relación entre un ser vivo y un objeto inanimado: entre la
mariposa y el alfiler. El objeto de tal relación es apuntar a un ser que se mueve y vuela de aquí
para allá y de allá para acá y un objeto estático. Además, el epígrafe que sucede al título,
extraído de una novela del escritor costarricense Rodolfo Arias Formoso, apunta una relación
estrecha entre ese ser vivo (amor, generosidad, orgullo de ser generoso) y ese objeto de forma
que la mariposa puede vivir porque tiene un alfiler (“dolaritos a destajo”) que la hace aparecer
viva. Después de leer sobre la revolución en América Latina, explique de qué manera esa
relación literaria entre la mariposa y el alfiler podría utilizarse para construir una metáfora de la
relación entre la revolución social en nuestro continente y los resultados de esa lucha.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
1. Explique los aspectos generales del proceso de colonización que llevan adelante los
países europeos sobre Asia y África desde el siglo XIX.
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I PARTE
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CONTINÚA
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II PARTE
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
CAPÍTULO 4
Objetivo general
Determinar el impacto de la globalización en la idea de estado nación
construida y fortificada durante los siglos XIX y XX, para comprender el
conjunto de transformaciones experimentadas por el mundo en las
últimas décadas y los nuevos tipos de identidad política que se
prefiguran en los inicios del siglo XXI.
Objetivos específicos
Al finalizar el estudio de este capítulo, el estudiante será capaz de:
1. Analizar las transformaciones políticas experimentadas por el mundo en
las últimas décadas del siglo XX y los nuevos tipos de identidad política
que se prefiguran en los inicios del siglo XXI.
2. Determinar el peso que las decisiones económicas neoliberales han
tenido en la redefinición del papel del Estado Nación a principios del
siglo XXI.
3. Otorgar herramientas analíticas que permitan al (la) estudiante
promover un proceso de globalización que tenga por base la
construcción de una mejor humanidad a partir de la solidaridad social y
el respeto por la diferencia.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
Posmodernización de la producción
La caída de la Unión Soviética marcó el final de un mundo. ¿Cuál es el mundo nuevo
que se ha formado desde entonces y cuál es el papel de los estados-nación dentro de
él? En las últimas décadas, el planeta ha entrado en lo que Michael Hardt y Antonio
Negri han denominado la posmodernización o la informatización de la producción
(Hardt y Negri, 2002: 261-280).
Desde este punto de vista, se argumenta que desde la Edad Media la humanidad
ha experimentado —y experimenta— tres paradigmas económicos (ver el cuadro 4):
“...el primer paradigma es aquel en el que la agricultura y la extracción de materias
primas dominan la economía; en el segundo, la industria y la fabricación de bienes
durables ocupan la posición privilegiada; y en el tercer paradigma, que es el actual, la
provisión de servicios y el manejo de la información constituyen la médula de la
producción económica. La posición dominante pasó así de la producción primaria a
la secundaria y de ésta a la terciaria. La modernización económica implica el paso del
primer paradigma al segundo, del dominio de la agricultura al de la industria. La
modernización significa industrialización. Podríamos decir que el paso del segundo
paradigma al tercero, es un proceso de posmodernización económica, o mejor aún, de
informatización” (Ibid: 261).
A partir de este marco, se puede decir que así como la industrialización
modernizó la agricultura y convirtió a la sociedad misma en una fábrica, en nuestra
época, con el conjunto de transformaciones que se han venido produciendo
fundamentalmente después de la década de 1970, “la modernización ha llegado a su
fin”, es decir, “la producción industrial ya no expande su dominio sobre las formas
económicas y los fenómenos sociales” (Ibid: 265). Así, mientras “el proceso de
modernización se caracterizó por una migración de la fuerza laboral de la agricultura y
la minería (el sector primario) a la industria (el secundario), el proceso de
posmodernización o de informatización se manifiesta a través de la migración de la
industria al sector de los servicios (el terciario), un desplazamiento que se ha estado
experimentando en los países capitalistas dominantes y particularmente en los
Estados Unidos desde comienzos de la década de 1970” (Ibid). Es esta nueva ruta la
que marca el desarrollo de la globalización contemporánea.
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CUADRO 5
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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El caso latinoamericano
En Latinoamérica, paralelo a la globalización, se ha producido una vuelta al
sentimiento antiimperialista, lucha liderada también por la Venezuela de Hugo
Chávez, pero en la que están presentes otros países como Argentina, Bolivia, Ecuador
y Brasil. En esos lugares, en donde la izquierda latinoamericana ha obtenido
constantes victorias políticas que, a diferencia de lo que ocurrió en las décadas de
1950 y 1960, han sido todas de tipo electoral, la llamada alternativa bolivariana
constituye un proyecto que a corto plazo les permite colocarse en la agenda mundial
y, a la vez, renovar el antiimperialismo y sus propios nacionalismos basados en el
aseguramiento de su soberanía (Petras y Veltmeyer, 2005).
Empero, un importante problema de este proyecto está en el populismo que lo
ha caracterizado, el cual debe superar para que se consolide como una verdadera
opción que resuelva los grandes problemas estructurales latinoamericanos: la pobreza
y la desigualdad. El llamado Socialismo del Siglo XXI (Díaz Rangel, 2006; Dieterich,
2005) está, sin embargo, apenas en su fase de arranque y habrá que ver si realmente
logra despegar y afianzarse.
El fundamentalismo islámico
En otros lugares, la llegada de la globalización ha producido movimientos opositores
sumamente fuertes, que se basan más en la religión que en las identidades políticas.
Así, en lugares como los países islámicos del Medio Oriente, el fundamentalismo ha
crecido como consecuencia de la amenaza que la globalización presenta para las
costumbres, tradiciones, e identidad religiosa de los musulmanes.
Principalmente, el fundamentalismo islámico busca rescatar esos valores que
considera propios e inherentes a su cultura, así como la aplicación única y precisa de
la Shari’ia o ley islámica (Marín Guzmán, 2001). En ese sentido, el fundamentalismo
islámico observa como una amenaza para el Islam la extensión de las ideas de
globalización, así como otros valores político-culturales que le llegan de Occidente.
Además, ese temor está relacionado con un profundo anti-americanismo, producto
del apoyo estadounidense a la causa y la existencia del Estado de Israel (establecido
en 1948 por la ONU en territorio palestino) y en su conflicto con los pueblos
musulmanes de la región. Por eso: “los fundamentalistas enfatizan en la trascendencia
de Dios sobre la inmanencia, con las implicaciones políticas que ello tiene en las
sociedades musulmanas… Defienden también la unidad frente a la diversidad y lo
propio del Islam contra lo ajeno. Estos asuntos significan de hecho la defensa de los
valores culturales propios contra la globalización así como la lucha por la justicia
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
CONTRADICCIONES DE LA GLOBALIZACIÓN
Un último punto refiere a la manera en que la globalización así como fomenta la
unidad regional y económica, niega las posibilidades migratorias y las sigue
restringiendo a los límites del estado-nación. En otras palabras, al tiempo en que se
habla de libre mercado, se cierran las fronteras a las migraciones fluidas. Si el capital
tiene libre tránsito entre los estados, las personas no lo tienen. Empero, auspiciada
por la tremenda pobreza que el neoliberalismo no ha sabido resolver, una corriente
migratoria gigante ha partido de los países pobres hacia los países ricos.
Las personas desesperadas por un mejor presente, han cruzado en forma ilegal
las fronteras, se han empleado en trabajos fuertes, y viven ocultas del brazo del
Estado receptor que las acusa por su ilegalidad. Estados Unidos y la migración ilegal
latina es uno de los mejores ejemplos, pero el mismo problema se presenta en España
con los migrantes africanos ilegales y en Francia con sus pares turcos (Beath, 2006:
151-192). Este fenómeno a su vez propicia la aparición de grupos conservadores,
xenofóbicos y racistas que, escudados en la idea de la legalidad, descargan todo su
temor y odio racial hacia esas poblaciones que, indefensas, viven la persecución.
Sin embargo, algo ha cambiado. De repente, en el 2006 y en el 2007, las
poblaciones de migrantes ilegales en Estados Unidos se lanzaron a las calles
produciendo grandes manifestaciones que no pedían sino exigían una reforma
migratoria que les diera la posibilidad de arreglar su estatus legal. Incluso, el 1º de
mayo del 2006 los latinos organizaron un día de huelga en toda la Unión Americana,
algo que no tiene ningún antecedente en la historia reciente de este país.
Sin duda, el siglo XXI, tremendamente diverso y heredero de los grandes
problemas del siglo XX, tendrá que intentar resolver el problema de las identidades y
los estados si es que la humanidad quiere sobrevivir.
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A. El muro de Berlín
Observe esta imagen. Es un grafiti que celebra la caída del Muro de Berlín. ¿Qué tipo de
explicación podría usted plantear para poder entender lo que este grafiti trata de
exponer?
B. Nacionalismo hoy
Antes de avanzar en la lectura trate de desarrollar el siguiente ejercicio. Supongamos que
usted es responsable de describir la manera en que se vive cotidianamente el nacionalismo en
su país, y para hacerlo debe comparar esa experiencia con la manera en que se vivió el
nacionalismo en el siglo XX. ¿Cree usted que la forma en que se vivió el nacionalismo en el siglo
XX se presenta todavía en su país actualmente? ¿Piensa usted que el nacionalismo de siglo XX
tiene todavía validez hoy? Razone su respuesta con al menos un ejemplo.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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E. Neoliberalismo
El neoliberalismo es un pensamiento económico vinculado a un equipo de economistas de la
Universidad de Chicago (U.S.A.), liderados por Milton Friedman. A partir de la década de 1950,
estos economistas desarrollaron una fuerte crítica de las políticas de intervención económica
estatal que se habían desarrollado en los Estados Unidos después de la Gran Depresión,
durante la década de 1930. Aunque el asunto es más complicado, las tesis neoliberales pueden
resumirse así:
1. oposición al desarrollo de políticas monetarias que pretenden producir un
aumento en la cantidad de dinero que circula dentro de un país, con el fin de
acrecentar el consumo de bienes y servicios que se consumen dentro de ese país
(demanda agregada);
2. oposición a la implementación de impuestos a las actividades de intercambio
comercial (ejemplo: impuestos a los productos extranjeros que entran o salen de
un país); y
3. reducción de los gastos y del tamaño del Estado.
A finales de la década de 1970, la visión neoliberal ganó popularidad entre profesores de
economía en todo el planeta. Desde ese momento, muchos estudiantes de los países del Tercer
Mundo que asistieron a estudiar economía a la Universidad de Chicago, se empaparon de ese
pensamiento y volvieron a sus países con la intención de ponerlo en marcha.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
F. Crítica al neoliberalismo
Muchos críticos del neoliberalismo han vinculado sus políticas a razones geopolíticas. Así,
apuntan que detrás de las reformas a la economía se encuentra el interés de mantener los
mercados sujetos al poder de las multinacionales y a la influencia del estilo de vida de la clase
media estadounidense.
Los opositores al neoliberalismo también aseguran que hay intereses de clase en la teoría
económica neoliberal, es decir, que los sectores más ricos impulsan este tipo de reformas con
la intención de volverse más ricos a costa de las empresas y negocios estatales privatizados o
vendidos por la reforma neoliberal. Por su parte, los defensores de las reformas argumentan
que son la única solución para conseguir el desarrollo económico y el bienestar de las clases
más pobres. ¿Qué opina usted?
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David Díaz Arias
H. El populismo 11
Generalmente se utiliza la palabra populismo como sinónimo de un líder político que
desarrolla, sin prestar atención al impacto económico, políticas continuadas para subsanar
problemas inmediatos de la población de su país. Esas políticas pueden involucrar la
construcción de casas, la emisión de bonos, el regalo de dinero, el abaratamiento de productos,
la creación de empleos en las instituciones estatales, entre otras actividades. Sin embargo, esta
visión del populismo, aunque cotidiana, es inexacta.
El populismo es un fenómeno muy complejo que va mucho más allá de las políticas
mencionadas y que involucra un conjunto heterogéneo de factores. Por eso, la forma en que se
utiliza el término populista en este texto, apunta a la visión compleja del concepto y no a la
simplista resumida más arriba.
Pero entonces, ¿cómo se puede definir al populismo? No hay una definición científico
social clara para hacerlo. Una de las personas que más ha estudiado este fenómeno es el
historiador y politólogo argentino Ernesto Laclau. En el 2005 Laclau publicó su versión más
refinada del estudio del populismo en un libro titulado On Populist Reason (La Razón Populista).
Lo más interesante de este texto es la radicalidad en la concepción del populismo de la
que parte el autor. La propuesta de Laclau es que si ha de entenderse el populismo como
11
Quienes tengan interés en profundizar sobre este tema pueden revisar el libro de Ernesto Laclau: On
Populist Reason (Londres: Verso, 2005).
112
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
fenómeno social, esto pasa por una reconstrucción completa del lugar desde donde se ha
analizado lo político social y el papel que en esto juegan varias teorías y conceptos impulsados
básicamente en la psiquiatría, a partir de la transformación promovida por los estudios de
Freud y Lacan y de la rearticulación del estudio de la hegemonía y la representación de los
conceptos políticos en las Ciencias Sociales.
El texto de Laclau da para una discusión muy amplia y compleja. Por eso, a riesgo de
simplificar, nos vamos a centrar en un elemento fundamental de su aparato analítico: lo que
Laclau llama demandas democráticas, las cuales son, básicamente, las células originarias que
dan origen al populismo.
De acuerdo con el teórico argentino, la insatisfacción social que no encuentra respuesta
en la institucionalidad estatal y cuya voz es desatendida constantemente, tiende a configurar
pequeñas demandas democráticas heterogéneas. Dichas demandas pueden ser muy
diferentes, pero al juntarse en un determinado momento histórico en su eje central (es decir, el
reclamo ante las necesidades insatisfechas), alienta una identificación entre todos los grupos
reclamantes y produce una unidad entre esos grupos sociales heterogéneos. Así, las pequeñas
demandas de pequeños grupos (como por ejemplo la recolección de la basura a tiempo, la
seguridad comunal, la existencia de un transporte público decente) van construyendo cadenas
con demandas más amplias que se lanzan en contra de la estructura institucional estatal y que
terminan por configurar un grupo social amplio, cuyas reales, justas e insatisfechas demandas
atribuyen a la clase política gobernante el origen de sus problemas y por lo tanto de su
descontento. En ese momento, el éxito de un(a) líder en hacerse con la representación de la
solución a todas esas demandas, residirá en la capacidad que tenga de convertirse en un
significante vacío que las reúna a todas ellas.
En otras palabras, el populismo adquiere corporeidad como movimiento político cuando
las heterogéneas necesidades insatisfechas son representadas en su solución en una persona y
en un programa igualmente heterogéneo. Entonces, la máquina de representación populista
comienza a andar con mayor rapidez, hasta alcanzar la cúspide del poder. A partir de allí se le
da corporeidad a las políticas populistas.
113
David Díaz Arias
2. ¿A qué se llama “fin de la historia”? ¿Qué relación tiene ese término con la caída de
la Unión Soviética?
4. ¿Piensa usted que el estilo de estado nación que se construyó en el siglo XIX y se
consolidó en el siglo XX está condenado a desaparecer en el siglo XXI? Ya sea que su
respuesta sea afirmativa o negativa, razónela con ejemplos.
114
Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
I PARTE
La caída
de la
Los conceptos “Perestroika” y “Glasnost” se refieren a las siguientes
Unión Soviética transformaciones dentro de la Unión Soviética:
Perestroika: ___________________________________________________
______________________________________________________________
Glasnost: ______________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
El final
de la Historia
Los problemas que presenta el argumento de la teoría del final de la
historia consisten en:
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
CONTINÚA
115
David Díaz Arias
II PARTE
Posmodernización de la Producción
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CONTINÚA
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
III PARTE
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En el inicio del siglo XXI ha habido una vuelta El “fundamentalismo islámico” pretende:
de la izquierda política en Latinoamérica como
producto de: ______________________________________
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Hacia el inicio del siglo XX, cuando ya se habían más o menos formado los
estados, y había exitosos proyectos de construcción de identidades nacionales, las
pretensiones estadounidenses sobre la región ayudaron a formar un sentimiento
antiimperialista que conectó a América Latina con el pasado griego, romano e
indígena precolombino. En el siglo XX, ese sentimiento madurará en forma de
revolución social, y hará temblar las bases de los estados burgueses y del
imperialismo. Hacia el inicio del siglo XXI, Latinoamérica ha vuelto a esta idea y,
con un fuerte giro a la izquierda en Suramérica, propone una nueva vía para alcanzar
la soberanía nacional y la solución de los problemas sociales. Sin embargo, no está
todavía claro si esa ruta será verdaderamente la transformación que necesita la región
o, en el peor de los casos, simplemente una repetición del modelo autoritario que
produjo el estalinismo en la Unión Soviética en el siglo XX.
En Asia y África la descolonización estuvo acompañada por la intervención
extranjera y por el reavivamiento de las tensiones étnico-nacionales. Al caer la URSS
esto se aceleró. La desaparición de la URSS en 1991 conllevó a una pérdida del
interés por mantener milicias y regímenes totalitarios en varias zonas del mundo,
como África o incluso en Europa del este, que durante la Guerra Fría se habían
considerado estratégicas. El retiro de las potencias provocó inmediatamente el
estallido de los problemas étnicos y de las diferencias al interior de los estados.
Incluso estados que habían existido básicamente porque fueron sostenidos por el
ejército ruso, desaparecieron en la década de 1990, no sin antes desatar guerras y
exterminios inter-étnicos.
En el siglo XXI no es tan seguro que los estados-nación tal y como fueron
concebidos en el siglo anterior, tengan posibilidades de seguir existiendo. La
globalización ha alterado fuertemente la manera en que la gente entiende los límites
territoriales y la economía global, y las empresas multinacionales aspiran a liberarse
de las ataduras y reglamentaciones que los estados nacionales les impusieron en el
siglo anterior. Por otra parte, la consolidación y éxito de espacios políticos regionales
como la Unión Europea y la formación de zonas de libre comercio, hacen pensar
que en el futuro próximo el estado-nación tiene sus días contados. Sin embargo, es
un poco prematuro afirmar una cosa así. Todavía la mayoría de relaciones
internacionales se realiza con base en el reconocimiento de los estados-nación;
además, el sentimiento nacionalista ha aflorado en diversas zonas del planeta. Es
nuestro deber sin embargo, replantear la manera en que esas identidades se han
utilizado de cara al siglo XXI.
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Si la historia nos puede dar una vía para emprender este nuevo siglo, esa vía está
en la manera en que podemos utilizar el pasado para evaluar las posibilidades
presentes y transformar las del futuro. Una de las llaves que nos da la historia para
eso, es el entendimiento de la diversidad cultural, del valor tanto de la historia ajena
como de la historia propia, de la necesidad de ubicar la vida y la humanidad por
encima de las ideologías, y de que a pesar de ser diferentes y heterogéneos, somos
también el producto de una historia de interacción compartida.
Es necesario por eso consolidar la tolerancia como una herramienta para el
contacto en la vida cotidiana y asumir como nuestra la lucha por un mundo justo,
democrático y multicultural. De ello depende el futuro del planeta, y eso es
justamente una de las cosas fundamentales que el estudio de la historia de las
naciones y los estados nos puede proporcionar. Existen además otros problemas,
más de tipo económico, de los cuales debemos conocer su historia para poder
brindar las necesarias respuestas para su solución. A eso precisamente se dedica el
siguiente módulo.
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Estados, sociedades y nacionalismos en un mundo globalizado Módulo 1
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Conexiones entre módulos
DE LA POLÍTICA A LA ECONOMÍA
Y EL MEDIO AMBIENTE
Interrogado acerca de cómo se podía entender el siglo XX, el historiador italiano
Leo Valiani dijo: “Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de la
justicia y la igualdad siempre es efímero, pero también que, si conseguimos
preservar la libertad, siempre es posible comenzar de nuevo… Es necesario
conservar la esperanza incluso en las situaciones más desesperadas” (citado por
Hobsbawm, 1996: 12). Esta frase de Valiani es un buen resumen del módulo de
historia política que acaba de finalizar.
En efecto, en las páginas anteriores, usted ha visualizado cómo algunos
buenos ideales terminaron el siglo hechos trizas. Hay poco que agregar al
respecto. Pero la respuesta de Valiani es también una advertencia acerca de la
posibilidad de que la esperanza, eternamente encerrada en la caja de Pandora, se
conserve intacta para aquellos que quieran recuperarla. Esta reflexión es también
válida no sólo para los ideales políticos sino para los económicos.
Una mirada a la política durante los dos últimos siglos es una mirada
incompleta para entender el mundo contemporáneo. Necesitamos precisar cómo,
en ese viaje de lo político hacia la construcción y desconstrucción de los estados-
nacionales, otros elementos fueron fundamentales para la modelación de la
sociedad en la que vivimos. Por eso, debemos ahora dejar el carro de la política y
subirnos a uno nuevo, cambiar así de ruta para lograr el mismo objetivo:
comprender el presente inspeccionando el pasado. Es hora de ir a la economía.
Pero esa nueva ruta no consiste solo en descubrir las fases económicas por
las que ha atravesado el planeta en los últimos dos siglos. Involucra más: precisa
inspeccionar la trayectoria del sistema capitalista desde la Revolución Industrial
hasta la construcción de una economía globalizada al final del siglo XX. Como se
verá, existen muchas coincidencias en esa ruta económica y la de la política que
acabamos de terminar. No es para menos; las actividades humanas están
interconectadas. Pero también se podrán advertir las particularidades de lo
económico frente a lo que ya hemos estudiado.
Además, el módulo 2 terminará profundizando en dos elementos que ya se
vieron en el primer módulo: el primer elemento constituye una concentración y
profundización en la manera en que los cambios económicos mundiales, así
como el arrastre del pasado, afectaron a la región centroamericana. El segundo
elemento constituye una reflexión sobre las relaciones sociedad – naturaleza -
ambiente en un intento por entender la crisis medioambiental del presente.
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Conexiones entre módulos
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