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La pequeña Abejita Llorona

Érase una vez una linda abejita pequeñita y gordita, su nombre era kooki, no
tenía muchos amigos nadie quería ser su amigo solo porque “era muy llorona”
con el tiempo ella se fue acostumbrando a que la llamaran la abeja llorona,
pero eso solo la hacía sentir más triste ¿Acaso nadie me entiende? ¡Se
preguntaba cada día la abejita, al no poder decir o hacer nada por para esos
comentarios solo la ponían más triste ―Hola linda abejita! ¿Por qué tan triste?
¿Qué? ¿Quién es ella? ¿Acaso no sabe quién soy? Se preguntaba la
abejita en su mente
―Me llaman lechita te vi desde lejos y me pareció verte triste ¿Estas bien?
―Hola, si estoy bien ¿Acaso no me conoces?
―No lo siento soy nueva por aquí, pero se ve que eres una buena abejita
¿Esto podría ser una nueva amistad?
―Me llamo kooki, ¿tengo 2 añitos y tú?
―Tengo 3 años, significa que soy mayor que tu- al ver su rostro se puede
observar la alegría que trasmite tal, ella puede ser una nueva amiga
―Creo que sí, te puedo a ayudar a conocer mejores lugares si quieres
―Me encantaría! :D
Desde ese día Lechita y yo nos hicimos mejores amigas, pero siempre
vivía con el miedo de que descubriera que era una llorona no sabía
cómo podía reaccionar y en verdad me encariñe tanto que no sé cómo
sería romper nuestra amistad
―Hola lechita! Buenos días-Mi cara cambio al instante que puede
observar a lechita con unos de mis compañeros, en ese momento
sentí pánico no sabía que hacer ¿¡y si nuestra amistad termina que
hare!?
¡Su rostro parecía enojado!, esperen ¿Acaso estaba gritando? No
puedo escuchar la muy bien, mi miedo se hace más fuerte
― ¿¡Y ESO QUE!? SOLO POR ESO LA MOLESTAN, QUE MALOS
AMIGOS
Me fui acercando cada vez más rápido, hasta quedar frente a ella.
―Kooki…
― ¡PERDON, NO SABIA QUE HACER, ¡TENIA MIEDO DE QUE
DEJARAS DE SER MI AMIGA!
Mi rostro se tornó lleno de lágrimas, no podía ver muy bien
― ¿Porque tendría que disculparte? No has hecho nada, lo que si me enoja es
que estos tontos te estén molestando ¿Por qué no me lo dijiste te podría haber
ayudado...
¿Qué?
―No vas a dejarme? Tu sabes porque soy muy llorona
―No, no te voy a dejar eres mi mejor amiga... te quiero y lo sabes, pero por tu
bien no dejen que te molesten
―Está bien-Conteste hipando
―Y ustedes abejas quiero que dejen de molestar a mi amiga, porque si me
verán más enojada de lo que estoy ¿Entendido?
―Si...- contestaron las otras abejas y de inmediato se fueron volando
rápido
―Gracias lechita, de verdad- La abrece y mi abrazo fue correspondido.
Desde ese día los comentarios malos hacia mi pararon y por fin tuve la
valentía de decirle a la lechita el por qué lloraba, pues ella había
perdido una joya muy importante y lloro muy fuerte que el piso era
puro lágrimas y desde ese entonces la molestaron, Sin embargo,
Lechita y yo seguimos siendo amigas de hecho ¡Somos mejores
amigas! Y Puede ver lo feliz que era el mundo.
Fin
Marcela Guadalupe López Cárdenas y Alma Lorenia Campos
Solórzano
Octavo B

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