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UNIVERSIDAD : UNIVERSISDAD PERUANA LOS ANDES

TEMA : DEMANDA DE SUMA DE DINERO Y PROCESO PENAL

1. DATOS INFORMATIVOS
1.1. TITULO DE LA MONONOGRAFIA

Demanda de Suma de Dinero y Proceso Penal

1.2. APELLIDOS Y NOMBRES DEL INVESTIGADOR

ALBITRES ALEGRE MARTIN

GALVES SOLDEVILLA ANDY JHONEL

OCAÑO CCOTO MARIA BELEN

LLANCARI YARANGO DAYANA LUDWIHTKA

RAMIREZ QUISPE GIAN FRANCO

1.3. PROFESORA

LUZ EDGA MEDINA PELAIZA

1.4. LUGAR DE INVESTIGACION

República del Perú

2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1
Aristóteles, en su obra conocida mundialmente como “Ética a
Nicómaco”, nos enseñó que existen tres clases de amistad, la de
placer, de virtud y de utilidad, refiriéndose a esta última como una
amistad propia de mercaderes, dado que buscan su propio provecho;
al respecto, escribió lo siguiente: “Es en la amistad basada en la
utilidad donde se producen litigios exclusivamente o en mayor
medida”. (1)

Consideramos que lo que el sabio griego quiso decir hace más de dos
mil años, es que, en las relaciones comerciales, cada parte busca su
propio provecho o utilidad, confiando que ambas partes cumplirán sus
obligaciones; sin embargo, si en dicho escenario, una de las partes
incumple, ello genera un desequilibrio en el patrimonio del contratante
que sí cumplió con su obligación, no recibiendo la correspondiente
contraprestación, generándose así el escenario perfecto para un litigio.

En el Perú, la realidad nos muestra que los procesos de obligación de


dar suma de dinero ya sea contra personas naturales o jurídicas, son
los que ocupan el mayor porcentaje litigios en las Cortes Judiciales,
ello en razón que los acreedores ven en el proceso judicial, la vía final
para obtener la recuperación de deuda; sin embargo, luego de varios
años de juicio ¿cuántos de ellos han visto recuperada su acreencia? y
más aún, ¿cuántos han encontrado en la legislación nacional, las
herramientas suficientes? La respuesta es, tal como se desarrollará en
más adelante, desalentadora.

Hablar de proceso, en su acepción judicial, es considerarlo como aquel


instrumento que tiene el Estado para administrar justicia respecto a los
conflictos intersubjetivos de intereses de sus integrantes. En atención
a esta noble función, nuestra Constitución ha incorporado
determinadas instituciones procesales y algunos principios
fundamentales del proceso.

Todo proceso, independientemente del tipo al que se refiera, debe


llevarse adelante con todas las garantías, ante un juez actúe con
imparcialidad e independencia, el que debe decidir en un plazo

2
razonable y, sobre todo, que tal decisión sea objetiva y justa. Por ello
nos encontramos frente a la aspiración en alcanzar un proceso justo, o
como también es conocido un debido proceso. (2)

El proceso de ejecución en el contexto del sistema procesal tiene una


gran importancia, por cuanto constituye, o debería constituir, el
instrumento para que los acreedores, frente a la renuencia de sus
deudores, puedan recuperar en forma efectiva sus créditos. Y de su
efectividad, no pocas veces, depende la efectividad misma de todo el
sistema procesal. Es más, los procesos de ejecución, en el conjunto de
la carga procesal de nuestros Juzgados, tanto de Paz Letrados como
Especializados, representan un elevado porcentaje.

3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACION MONOGRAFICA


3.1. OBJETIVO GENERAL

El presente trabajo de investigación tiene como objetivo,


analizar la legislación nacional vigente en cuanto a las acciones
que en un proceso judicial puede realizar el acreedor demandante
quien, luego de haber obtenido Sentencia firme en un proceso de
obligación de dar suma de dinero, no ve satisfecha su acreencia.

Para ello, revisaremos el Art. 692-A del Código Procesal Civil y las
distintas modificaciones que ha tenido desde su creación para
finalmente determinar si dicha norma, tal como hoy está
redactada, es o no lo suficientemente eficiente al acreedor a quien,
lo que realmente le importa, es el cobro de su acreencia.

3.2. OBJETIVO ESPECIFICO

El objetivo específico del presente trabajo es indagar un


marco legal que brinde mejores herramientas a los acreedores
judiciales frente al deudor, para lo cual analizaremos una
propuesta de modificación a la norma actual.

4. METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION
4.1. METODO DE INVESTIGACION

3
El marco metodológico contiene todo lo relacionado con los
procedimientos sistemáticos que se llevan a cabo para desarrollar
una investigación de acuerdo al método científico. En este se
describen el tipo y las características que la investigación
adquiere, asi como los métodos utilizados para abordar la
información recolectada, su procesamiento y presentación.

4.2. TIPO DE INVESTIGACION

De acuerdo a los objetivos del estudio, al alcance de los mismos y


la utilización de los aportes teóricos de autores, esta investigación
puede definirse como descriptiva, puesto que busca recopilar
datos. Para Hernández, Fernandez y Baptista, las investigaciones
descriptivas son aquellas que se orientan a describir las
características o propiedades mas importantes de las variables de
estudio.(3)

Según Witker, las investigaciones descriptivas son aquellas que,


utilizando el método de analisis adecuado, hacen posible
descomponer un problema jurídico en sus diversos aspectos,
estableciendo relaciones y niveles que ofrezcan una imagen de
funcionamiento de una norma o institución jurídica.(4)

Igualmente, esta investigación se define como documental, ya que


las información se deriva del analisis de las diversas normas,
leyes adjetivas, decretos, acuerdos y hasta proyectos de
investigación que van acorde al tema.

En tal sentido, Finol y Nava definen la investigación documental


como un proceso sistemático de investigación bibliográfica que
incluye la búsqueda, selección, lectura, organización, descripción,
analisis e interpretación de datos extraídos de fuentes
documentales existentes en torno a un problema, con el fin de
encontrar respuesta a interrogantes planteadas en cualquier área
del conocimiento humano.(5)

4
En el mismo orden de ideas, Balestrini señala que la investigación
documental permite la recolección de información para enunciar
las teorías que sustentan el estudio del proceso. El objeto de la
investigación documental es elaborar un marco teórico coneptual
para formar un cuerpo de ideas sobre el objeto de estudio.(6)

4.3. TECNICA DE RECOLECCION DE DATOS

Las técnicas de recolección de datos son los medios empleados


para recolectar información. En el caso que ocupa la presente
investigación, se utiliza la observación en su modalidad de
observación documental. En este sentido, Méndez señala que la
observación en una investigación es el proceso mediante el cual
se perciben rasgos existentes en la realidad por medio de un
esquema conceptual previo con base en ciertos propósitos
definidos generalmente por una conjetura que se quiere
investigar. (7)

Cabe mencionar que, a través de la observación documental se


detectan, obtienen y registran las informaciones relevantes para
este estudio; en tal sentido, según Fino y Nava, con la técnica de
la observación documental se selecciona y evalúa el material para
el posterior registro de los datos; por ello, la mayoría de la
información se recolecto examinando directamente leyes, textos
jurídicos, asi como textos especializados, los cuales fueron
analizados como objeto de estudio; de esta forma, se agotaron
todos los procedimientos que permiten desarrollar este tipo de
observación.

5. MARCO TEORICO

La legislación nacional actual, presenta al acreedor la posibilidad


de un proceso judicial sumarísimo, abreviado, de conocimiento o de
ejecución, los cuales en mayor o menor tiempo, concluyen en el fondo
con una Sentencia que declara fundada la demanda de obligación de

5
dar suma de dinero; sin embargo y aun cuando en efecto con dicha
decisión judicial queda firme la obligación de pago que tiene el deudor-
demandado frente a su acreedor-demandante, es aquí precisamente
donde este último ve que ni todos los años de juicio ni la existencia de
un Sentencia condenatoria, harán que el deudor tenga el mínimo
incentivo de pagar, ello debido a que la única sanción ante dicha
negativa es que se le inscriba en un Registro de Deudores Judiciales
Morosos.

Es decir, las costas, costos y todo lo que para el demandante


representa iniciar y sostener un proceso judicial durante años, verán
como única recompensa que la deudora será inscrita en un Registro;
sin embargo, la deuda continua impaga. Es por ello que resultaría
importante realizar modificaciones a la legislación actual que permitan,
por un lado, que el acreedor pueda cobrar la deuda y; por el otro,
fomentar que la deudora por iniciativa propia, cumpla con honrar la
deuda.

5.1. ANTECEDENTES
Primer cambio: sustitución del Art. 703° del Código Procesal Civil
En agosto de 1996, salió publicado en El Peruano, el Decreto
legislativo N° 845, cuya Segunda Disposición Final dispuso la
sustitución del Art. 703° del Código Procesal Civil, quedando este
tal como a continuación se muestra: Señalamiento de bien libre.
Artículo 703.- "Si al expedirse la Sentencia en Primera Instancia el
ejecutante desconoce la existencia de bienes de propiedad del
deudor, solicitará se le requiera para que dentro del quinto día
señale bien libre de gravamen, bajo apercibimiento de presentarse
solicitud de su declaración de insolvencia. (8)

De no señalarse bienes suficientes dentro del plazo


concedido, concluirá el proceso ejecutivo, y se remitirán los
actuados a la Comisión de Salida del Mercado del Indecopi o a la
entidad delegada que fuera competente, siguiéndose el proceso

6
de declaración de insolvencia según lo establecido en la Ley de la
materia. Si el superior revoca la Sentencia de primera instancia y
ordena se lleve adelante la ejecución, se aplicará lo dispuesto en
los párrafos anteriores. (Código Procesal Civil, 1993) Esta primera
sustitución muestra las siguientes características:

 La empresa sería sometida a declaración de insolvencia,


ello en virtud de lo establecido en el decreto Ley N° 26116 – Ley de
reestructuración patrimonial entonces vigente.

 La declaratoria de insolvencia se llevará a cabo ante


INDECOPI.

Sobre el particular, consideramos que dicha norma se


acomodaba mejor al Decreto Ley N° 26116, ya que, al darse inicio
a la declaración de insolvencia, se permitía la participación de
todo acreedor que tuviera derechos que oponer al concursada,
quedando entonces a potestad de la Junta de Acreedores, decidir
la reestructuración o la Disolución y Liquidación. (9)

Segundo cambio: sustitución del Art. 703° del Código Procesal


Civil
En junio de 1999, salió publicado en El Peruano, la Ley N°
27146, cuya Sétima Disposición Final dispuso la sustitución del
Art. 703° del Código Procesal Civil, quedando este tal como a
continuación se muestra:

Señalamiento de bien libre.- "Artículo 703.- Si al expedirse la


Sentencia en Primera Instancia el ejecutante desconoce la
existencia de bienes de propiedad del deudor, solicitará se le
requiera para que dentro del quinto día señale bien libre de
gravamen, bajo apercibimiento de presentarse solicitud de su
declaración de insolvencia.

7
De no señalarse bienes suficientes dentro del plazo
concedido, concluirá el proceso ejecutivo, y se remitirán copias
certificadas de los actuados a la Comisión de Reestructuración
Patrimonial del INDECOPI o a la entidad delegada que fuera
competente, la que sin más trámite declarará la insolvencia del
deudor. Si el superior revoca la Sentencia de primera instancia y
ordena se lleve adelante la ejecución, se aplicará lo dispuesto en
los párrafos anteriores.
El apercibimiento contenido en el presente artículo también
será de aplicación en la etapa procesal de ejecución forzada que
se desarrolle luego del inicio de un proceso de ejecución de
Sentencia derivada de un proceso de conocimiento, abreviado,
sumarísimo o ejecutivo. (Código Procesal Civil, 1993) Esta
segunda sustitución muestra las siguientes características: (10)

 INDECOPI declarará, sin mayor trámite, la insolvencia del


deudor.
 Se hace extensivo a los procesos de conocimiento,
abreviado y sumarísimo, que se encuentren en etapa de ejecución
de Sentencia.

Sobre el particular, debemos señalar que esta nueva


sustitución, ya no permitiría a la concursada, retrasar o cuestionar
su declaratoria de insolvencia, debido a que lo norma la declaraba
insolvente sin mayor trámite, siendo que su efecto era que el
insolvente quedaba bajo la decisión de la Junta de Acreedores
quienes decidirían su reestructuración o Disolución y Liquidación.

Otro punto importante era que incluía los procesos de


conocimiento, abreviado y sumarísimo, de esta manera, todos los
procesos judiciales de obligación de dar, independientemente de
si se tratarse de títulos ejecutivos o no, podían solicitar el
señalamiento de bien libre. (11)

8
Tercer cambio: sustitución del Art. 703° del Código Procesal Civil
En agosto de 2002, salió publicado en El Peruano, la Ley N°
27809, cuya Segunda Disposición Modificatoria dispuso –
nuevamente - la sustitución del Art. 703° del Código Procesal Civil,
quedando este tal como a continuación se muestra:
Señalamiento de bien libre. Artículo 703.- "Si al expedirse la
Sentencia en primera instancia el ejecutante desconoce la
existencia de bienes de propiedad del deudor, solicitará que se le
requiera para que dentro del quinto día señale uno o más bienes
libres de gravamen o bienes parcialmente gravados cuyo saldo de
cobertura posible resulte cuantitativamente suficiente para
cuando menos igualar el valor de la obligación materia de
ejecución, bajo apercibimiento del juez de declararse su
Disolución y Liquidación.

Consentida o firme la resolución, concluirá el proceso


ejecutivo y el Juez remitirá copias certificadas de los actuados a la
Comisión de Procedimientos Concursales del INDECOPI o a la
Comisión Delegada que fuera competente, la que, conforme a la
Ley de la materia, procederá a publicar dicho estado, debiendo
continuar con el trámite legal. El apercibimiento contenido en el
presente artículo también será de aplicación en la etapa procesal
de ejecución forzada que se desarrolle luego del inicio de un
procedimiento de ejecución de Sentencia derivada de un
procedimiento de conocimiento, abreviado o sumarísimo. (13)

Esta tercera sustitución muestra un cambio sustantivo en


cuanto a la situación del deudor, al disponer en forma directa
(obviando la declaración de insolvencia previa) la declaración de
Disolución y Liquidación del deudor, siendo que en dicho
momento entraba en vigencia la Ley N° 27809 – Ley general del
Sistema Concursal. Sobre el particular, debemos señalar que esta
nueva sustitución, no repara en el hecho de que son los
acreedores en Junta, quienes deciden o la reestructuración o la

9
Disolución y Liquidación; por lo que, al otorgarse tal potestad al
demandante, tácitamente se está excluyendo a los posibles demás
acreedores de poder oponer su derecho, habida cuenta que estos
últimos no formaron parte de una Junta de Acreedores inexistente
en este caso, siendo el único acreedor el demandante. Esta
situación, transgrede uno de los principios jurídicos del Derecho
Concursal, el de Colectividad; al respecto, Daniel Echaíz Moreno
señala lo siguiente: (14)
Colectividad. - Los procedimientos concursales apuntan a la
colectividad, de modo que, por un lado, buscan la participación y
el beneficio de la totalidad de los acreedores involucrados en la
crisis del deudor (sin embargo, no basta ser acreedor, sino titular
de un crédito reconocido) y, por otro, hacen prevalecer el interés
colectivo de la masa de acreedores frente al interés individual de
cada acreedor. Compartimos lo expresado por el autor en cuanto
al Principio de Colectividad en el Derecho Concursal, ya que son
los acreedores y no solo uno de ellos, quienes en un
procedimiento concursal deciden el futuro de la concursada; por
lo que, la norma ahora en comentario, al disponer que un solo
acreedor judicial podía lograr la Disolución y Liquidación,
desnaturalizaba el Derecho Concursal. (15)
Cuarto cambio: Derogación del Art. 703° del Código Procesal Civil
y creación del Art. 692-A

En junio de 2008, salió publicado en El Peruano, el decreto


Legislativo N° 1069, dispuso la derogación del Art. 703° del Código
Procesal Civil, así como la incorporación del Art. 692-A, quedando
este tal como a continuación se muestra:

Artículo 692-A.- Señalamiento de bien libre Si al expedirse el


auto que resuelve la contradicción y manda llevar adelante la
ejecución en primera instancia el ejecutante desconoce la
existencia de bienes de propiedad del deudor, solicitará que se le
requiera para que dentro del quinto día señale uno o más bienes

10
libres de gravamen o bienes parcialmente gravados cuyo saldo de
cobertura posible resulte cuantitativamente suficiente para
cuando menos igualar el valor de la obligación materia de
ejecución, bajo apercibimiento del Juez de declararse su
Disolución y Liquidación. (16)

Consentida o firme la resolución, concluirá el proceso


ejecutivo y el Juez remitirá copia certificadas de los actuados a la
Comisión de Procedimientos Concursarles del INDECOPI o a la
Comisión Delegada que fuera competente, la que, conforme a la
Ley de la materia, procederá a publicar dicho estado, debiendo
continuar con el trámite legal. El apercibimiento contenido en el
presente artículo también será de aplicación en la etapa procesal
de ejecución forzada de Sentencia derivada de un proceso de
conocimiento, abreviado o sumarísimo. (13)

Esta nueva norma tenía como principal característica que ya


no se refería a los procesos judiciales que culminaban en
Sentencia, sino que se refería a los autos que resuelve llevar
adelante la ejecución, también conocido como Auto Final; siendo
que, en los demás extremos, su contenido es similar al derogado
Art. 703°.

Sobre el particular, citamos a Marianella Ledesma Narváez


(2012), quien señala que: La norma permite la posibilidad de que el
ejecutado señale uno o más bienes libres de gravamen o bienes
parcialmente gravados cuyo saldo de cobertura posibilite
cuantitativamente suficiente para cuando menos igual el valor de
la obligación materia de ejecución. (17)

La actual redacción ha mejorado a la originaria que solo


contemplaba la posibilidad de señalar un bien libre de gravamen
ello implicaba que si el ejecutado tenía un edificio sobre el cual se
había constituido una hipoteca por un monto reducido al valor

11
comercial de dicho inmueble, no se aceptaba se ofrezca dicho
bien para la ejecución forzada porque no cumplía con el supuesto
que señalaba la norma: “libre de gravamen”; felizmente la norma
ha superado esta limitación y contempla la posibilidad de
incorporarlo a la ejecución, pero con la condición de que el saldo
de cobertura posible resulte cuantitativamente suficiente para
cuando menos igual el valor de la obligación materia de ejecución.

Por otro lado, nótese que la norma hace referencia a bienes


libres de gravamen, no de cargas. Ello es coherente porque los
gravámenes dependen de una obligación accesoria, la que de
incumplirse puede conllevar a la venta del bien afectado, como
sería en el caso de la hipoteca o del embargo; en cambio las
cargas, no hay obligación garantizada, por tanto, no tienen por
objeto la venta del bien, por ejemplo, las servidumbres que se
puedan constituir sobre el predio. (18)
El dispositivo legal, tal como señala Ledesma, en su
momento permitía que el ejecutado presente bienes libres o
también parcialmente gravados, siempre y cuando estos cubran la
obligación; asimismo, resulta coherente que no se incluyan las
cargas, ya que en estas no hay obligación garantizada.

Quinto cambio: Modificación del Art. 692-A del Código Procesal


Civil
En mayo de 2014, salió publicado en El Peruano, la Ley N°
30201, cuyo artículo N° 5 contenía la modificación del Art. 692-A
del Código Procesal Civil, quedando este tal como a continuación
se muestra:

Artículo 692-A.- Señalamiento de bien libre y procedimiento


de declaración de deudor judicial moroso Si al expedirse el auto
que resuelve la contradicción y manda llevar adelante la ejecución
en primera instancia, el ejecutante desconoce la existencia de
bienes de propiedad del deudor, aquel solicitará que se requiera a

12
este para que dentro del quinto día señale uno o más bienes libres
de gravamen o bienes parcialmente gravados, a efectos que, con
su realización, se cumpla el mandato de pago, bajo apercibimiento
establecido por el juez, de declarársele deudor judicial moroso e
inscribirse dicho estado en el Registro de Deudores Judiciales
Morosos, a solicitud del ejecutante.

El apercibimiento contenido en el presente artículo también


será de aplicación en la etapa procesal de ejecución forzada de
Sentencia derivada de un proceso de conocimiento, abreviado o
sumarísimo. (Código Procesal Civil, 1993) Sobre el particular,
citamos a Alberto Hinostroza Minguez (2016), quien en cuanto a
las características del Art. 692-A del Código Procesal Civil, señala
lo siguiente: (19)

- En el proceso de ejecución, una vez emitido el auto que


resuelve la contradicción desestimándola y ordenando llevar
adelante la ejecución en primera instancia, el ejecutante puede
solicitar al deudor(con cuya ejecución forzada podría satisfacer su
pretensión), que requiera a dicho deudor para que el plazo de Ley
(cinco días de notificado el requerimiento) cumpla con señalar los
bienes de su propiedad cuyo valor resulte suficiente para cubrir la
obligación ordenada en el mandato de pago, entendiéndose que
deben estar exentos de cualquier gravamen, salvo que este no
afecte la totalidad del valor bien o bienes en cuestión.

- El requerimiento del Juez en el sentido indicado líneas


arriba se hace bajo apercibimiento de asignarle al obligado la
condición del deudor judicial moroso y proceder a su inscripción
como en el registro de Deudores Judiciales Morosos, lo que se
hará a instancia de parte interesada (es decir, del ejecutante). (20)

- EL apercibimiento al que se hace mención en líneas


precedentes no solo opera en los procesos únicos de ejecución,

13
sino que, además, resulta aplicable si se está en la etapa de
ejecución forzada de Sentencia emanada en cualquiera de las vías
procedimentales contenciosas restantes; proceso de
conocimiento, abreviado y sumarísimo. (20)

Esta modificación (la última hasta la fecha), tal como señala


Hinostroza, muestra como principal característica, que reemplaza
la Disolución y Liquidación del deudor, por su inscripción en el
denominado “Registro de Deudores Judiciales Morosos”. Con
esto, se elimina la posibilidad de que el acreedor judicial pueda
iniciar el proceso concursal en vía judicial.

5.2. BASES TEORICAS DE LA MONOGRAFIA

Concepto de obligación

En el mundo actual, los recursos son escasos; sin embargo,


las necesidades son ilimitadas y estas, en gran parte, encuentran
satisfacción en el mercado mediante el cambio de mercancías,
prestación de servicios, etc., a través del intercambio. Asumiendo
que únicamente la obligación, considerada como relación jurídica,
satisface nuestras expectativas. Desde una óptica estrictamente
personal, considero que la obligación, entendida como
vinculación, puede ser conceptuada como una relación jurídico
especial de naturaleza patrimonial, establecida entre acreedor y
deudor, en mérito a la cual los sujetos vinculados buscan que el
primero alcance un bien o una utilidad, valiéndose para ello, de
una conducta positiva o negativa que habrá de desarrollar el
segundo. (21)

Asimismo, Felipe Osterling Parodi y Mario Castillo Freyre señala lo


siguiente: Para el Derecho de obligaciones lo importante son las
llamadas obligaciones civiles, es decir, aquéllas que generan un
vínculo requerido para su cumplimento o ejecución, vínculo que
debe existir entre personas determinadas o determinables. Por

14
tanto, una obligación civil no es cualquier tipo de deber, ya que
este deber corresponde a un vínculo o relación jurídica. (22)

El proceso judicial de obligación de dar suma de dinero

El proceso judicial es el conjunto de acto ejecutados por


medio del cual las partes en litigio, buscan en el Poder Judicial la
solución de una controversia y con ello, la satisfacción de su
derecho; en palabras de Juan Monroy Galvez: “El proceso judicial
es el conjunto dialéctico de actos, ejecutados con sujeción a
determinadas reglas más o menos regidas, realizados durante el
ejercicio de la función jurisdiccional del Estado, por distintos
sujetos que se relacionan entre sí con intereses idénticos,
diferentes o contradictorios, pero vinculados intrínsecamente por
fines privados y públicos”. (23)

En cuanto a procesos judiciales de obligación de dar suma de


dinero, de acuerdo con el Código Procesal Civil, permite al
acreedor iniciar la litis en la vía del proceso de conocimiento,
abreviado, sumarísimo o de ejecución, dependiendo ya sea de la
naturaleza del título que contiene la obligación, así como de la
cuantía de la misma. Con respecto al proceso de concomimiento,
abreviado y sumarísimo, las obligaciones de dar suma de dinero
tienen como fuente de la obligación un contrato por medio del
cual el obligado (deudor) mantiene una obligación frente a su
acreedor; por ejemplo, puede nacer de un contrato, de un
comprobante de pago, incluso de una declaración jurada, etc.; es
decir, cualquier un documento con que el acreedor demuestre la
existencia de una obligación de dar suma de dinero. Vale hacer la
precisión en este punto que, ante la inexistencia de un contrato
escrito, la obligación pendiente de ejecución debe ser
acompañada de pruebas adicionales, como boletas, facturas,
guías de remisión, correos, cartas, etc., las cuales sirvan para
demostrar la existencia de dicha obligación, todo lo cual será
merituado por el Juez en Sentencia. Con respecto al proceso de
ejecución, este tiene como razón de ser la existencia de un
15
documento con mérito ejecutivo, el cual contiene una obligación
cierta, expresa, liquida y exigible.

Concepto del dinero

El dinero creado por el Estado, constituye el medio normal


de pago. De ahí deriva la importancia en el ámbito de las
obligaciones. Aun cuando la obligación consista en dar cosas que
no son dinero, puede ocurrid que sea imposible su cumplimiento
en especie y entonces se resolverá en el PAGO DE UNA SUMA DE
DINERO. Lo mismo ocurre cuando se incumple una obligación de
hacer o no hacer o de los daños ocasionados por un hecho ilícito.

Jurídicamente el dinero es una cosa mueble, fungible, consumible


y divisible. cabe destacar otras características que son distintivas:
la numeralidad y la legalidad (tiene curso legal obligatorio como
medio de pago).(24)

Según Risolía, el dinero se concibe en función del valor, el cambio


y el pago. por lo tanto, es un medio para medir, representar y
conservar el valor; también es un medio de cambio que facilita y
acelera su desplazamiento y un medio de pago cancelatorio.(25)

Artículo 692-A.- Señalamiento de bien libre y procedimiento de


declaración de deudor judicial moroso Si al expedirse el auto que
resuelve la contradicción y manda llevar adelante la ejecución en
primera instancia, el ejecutante desconoce la existencia de bienes
de propiedad del deudor, aquel solicitará que se requiera a este
para que dentro del quinto día señale uno o más bienes libres de
gravamen o bienes parcialmente gravados, a efectos que, con su
realización, se cumpla el mandato de pago, bajo apercibimiento
establecido por el juez, de declarársele deudor judicial moroso e
inscribirse dicho estado en el Registro de Deudores Judiciales
Morosos, a solicitud del ejecutante. El apercibimiento contenido
en el presente artículo también será de aplicación en la etapa
procesal de ejecución forzada de Sentencia derivada de un
proceso de conocimiento, abreviado o sumarísimo.

16
Sobre el particular, citamos a Alberto Hinostroza Minguez, quien
en cuanto a las características del Art. 692-A del Código Procesal
Civil, señala lo siguiente: (25)

- En el proceso de ejecución, una vez emitido el auto que resuelve


la contradicción desestimándola y ordenando llevar adelante la
ejecución en primera instancia, el ejecutante puede solicitar al
deudor(con cuya ejecución forzada podría satisfacer su
pretensión), que requiera a dicho deudor para que el plazo de Ley
(cinco días de notificado el requerimiento) cumpla con señalar los
bienes de su propiedad cuyo valor resulte suficiente para cubrir la
obligación ordenada en el mandato de pago, entendiéndose que
deben estar exentos de cualquier gravamen, salvo que este no
afecte la totalidad del valor bien o bienes en cuestión.

- El requerimiento del Juez en el sentido indicado líneas arriba se


hace bajo apercibimiento de asignarle al obligado la condición del
deudor judicial moroso y proceder a su inscripción como en el
registro de Deudores Judiciales Morosos, lo que se hará a
instancia de parte interesada (es decir, del ejecutante). (26)

- EL apercibimiento al que se hace mención en líneas precedentes


no solo opera en los procesos únicos de ejecución, sino que,
además, resulta aplicable si se está en la etapa de ejecución
forzada de Sentencia emanada en cualquiera de las vías
procedimentales contenciosas restantes; proceso de
conocimiento, abreviado y sumarísimo. (Pág. 548) Esta
modificación (la última hasta la fecha), tal como señala Hinostroza,
muestra como principal característica, que reemplaza la
Disolución y Liquidación del deudor, por su inscripción en el
denominado “Registro de Deudores Judiciales Morosos”. Con
esto, se elimina la posibilidad de que el acreedor judicial pueda
iniciar el proceso concursal en vía judicial.

Análisis de la norma, previa modificación de la Ley N° 30201

17
El Art. 692-A (precedente a la norma actual) señalaba que si la
expedición de un auto firme (entiéndase auto final o también
Sentencia), el ejecutante desconoce la existencia de vienen de
propiedad del ejecutar, pedirá se le requiera que señale bien libre
o parcialmente gravado, dentro del plazo de cinco días, bajo
apercibimiento de que el Juez declare su Disolución y Liquidación.
En principio, dicha norma parece efectiva pues en la práctica,
generalmente los deudores lejos de señalar algún bien con el que
pagar la deuda, los ocultan para así evitar la ejecución de los
mismos ya sea, transfiriéndoles a terceros bajo contratos
simulados o incluso, adquiriéndolos a nombre también de
terceros, ocultando cuentas por cobrar, siendo que todo ello,
obviamente adrede, impide que el acreedor pueda satisfacer el
derecho crediticio, más aún si únicamente cuenta con la
información que aparece en los Registros Públicos y las cuentas
bancarias que, con suerte, pueda embargar; no hay más.

Entonces, la posibilidad de que se pueda judicialmente obtener la


Disolución y Liquidación de una deudora es, en principio, un arma
o herramienta útil por medio del cual se podía compeler el pago de
la deuda. Decimos en principio, porque los procedimientos
concursales por mandato judicial, es decir, aquellos que eran
iniciados al amparo del entonces vigente Art. 692-A del Código
Procesal Civil, no son compatibles con los procedimientos
concursales y su finalidad, ya que la Ley General del Sistema
Concursal, tiene como uno de sus Principios el de la Colectividad,
el cual busca la participación de acreedores, mientras que la
norma procesal proponía que la Disolución y Liquidación de la
empresa deudora, podía ser llevado por un solo acreedor,
desnaturalizando así el concurso.

Las obligaciones de dar sumas de dinero y la inflación.

El principal problema con que debe lidiar la regulación de


las obligaciones dinerarias es el efecto que la inflación tiene sobre
el valor adquisitivo de la moneda que debe entregarse. Si la
18
entrega del dinero se difiere a un momento posterior al del
nacimiento de la obligación, puede suceder que el valor de la
cantidad entregada no represente el mismo valor que tenía cuando
se pactó la obligación. De otro modo, que el dinero entregado no
represente la misma cantidad de bienes o servicios que se podían
adquirir al momento en que nació la obligación, sea convencional
o legal. (27)

Ante este problema el sistema puede determinar que,


cualquiera sea dicha pérdida de poder adquisitivo, el deudor
puede entregar y el acreedor debe recibir exclusivamente la
cantidad pactada, sin incremento alguno (nominalismo), o permitir
mecanismos o herramientas para tratar de reflejar la pérdida y
determinar una cantidad de moneda diferente, equivalente en su
valor al de origen (valorismo). Nuestro país transitó por diversas
etapas nominalistas y valoristas, en los que las reglas, en su
mayoría, iban siendo diseñadas por la doctrina autoral y judicial.

Concepto legal actual

El Código Civil y Comercial define a la obligación de dar


dinero como aquella en que "el deudor debe cierta cantidad de
moneda, determinada o determinable, al momento de la
constitución de la obligación". El objeto a entregar en esta clase
de obligación es una determinada cantidad de moneda, esto es el
"Instrumento aceptado como unidad de cuenta, medida de valor y
medio de pago", en la actualidad legitimado en tal función por
organizaciones estatales. (28)

Moneda y dinero son utilizados como sinónimos, aunque el


término dinero se asocia con inmediatez a la noción de moneda de
uso habitual en la actualidad, es decir el papel moneda. En este
sentido se dice que el dinero es "la moneda que autoriza y emite el
Estado, con la finalidad primordial de servir como unidad de
medida de valor de todos los bienes, como instrumento de cambio
y como medio de pago de relaciones patrimoniales".

19
El concepto que brinda el artículo aclara que la cantidad de
moneda a entregar puede estar determinada al momento de la
constitución de la obligación o ser determinable con
posterioridad. En tal caso, el instrumento constitutivo deberá
contener las pautas para que, en algún momento antes del
cumplimiento, se pueda determinar la cantidad de moneda a
entregar; cuando el precio de la compraventa de un inmueble se
fija en una determinada cantidad de dinero por metro cuadrado,
siendo la superficie determinada con posterioridad y según
procedimientos reglados en el contrato. Si no estuviese la
posibilidad de determinar la cantidad de dinero a entregar, no
habría objeto, y la obligación sería inexistente.(29)

Es decir, se instaura un régimen nominalista para la generalidad


de las obligaciones que se abonan en dinero de curso legal, sin
perjuicio de que abre las puertas a las obligaciones de valor, para
las cuales determina un sistema valoriza.

Las obligaciones en moneda que no es de curso legal en el país

Intereses compensatorios.

El "La obligación puede llevar intereses y son válidos los


que se han convenido entre el deudor y el acreedor, como también
la tasa fijada para su liquidación". Sin embargo, los excesos
existentes en un pacto de intereses podrán ser invalidados a
través de las mismas herramientas utilizadas durante la vigencia
del Código. Si no lo están, la tasa será la que determinen las leyes,
los usos y, en última instancia, el juez. El préstamo de dinero se
considera oneroso. (30)

Intereses moratorios

El mismo principio que sentaba "A partir de su mora el


deudor debe los intereses correspondientes", y la tasa aplicable:
la que las partes hayan convenido, la que dispongan las leyes
especiales y, en subsidio, las que se fijen según las

20
reglamentaciones del Banco Central. A diferencia del régimen
derogado, ya no se difiere a los jueces la fijación de la tasa
moratoria, sino que se sustituye la determinación judicial por la
del Banco Central de la República, en un intento patente de que
sea la autoridad monetaria, dentro de sus políticas sobre la
materia, quien fije una tasa que puede tener importantes efectos
macroeconómicos. (30)

Intereses punitorios

Constituye una novedad la inserción que determina que se


aplican a la convención de intereses punitorios las normas que
regulan la cláusula penal, consolidando la doctrina que permitió
su reducción en aplicación de las reglas de la revisión de dicha
cláusula. (30)

El acreedor puede reclamar estos tres rubros de intereses,


siempre que no sean exorbitantes (usura); por ej. que no superen
los intereses que normalmente pueda cobrar un banco o si lo
supera debe ser razonable (si un banco cobra un interés del 80%
yo no puedo cobrar un interés de un 200%)

Anatocismo

El anatocismo es la capitalización del interés, que pasa


también a devengar intereses. Por ejemplo, se prestan $1000 al
10% anual; el primer año, y no habiendo pagado el deudor los
intereses, éstos de acumulan al capital, de tal modo que durante el
segundo año los intereses se calculan sobre $1100 y así
sucesivamente. Al cabo de varios años la deuda se infla
enormemente. (31)

Anteriormente estaba prohibido por considerarlo un medio de


usura. Sólo se permitía cuando liquidada una deuda judicialmente,
con sus intereses, el deudor fuese moroso en pagar la cantidad
que resulta de la liquidación.

El Título Ejecutivo

21
El título ejecutivo existe porque la Ley así lo ha
determinado, atribuyéndole la necesaria suficiencia para que el
acreedor solicite el cumplimiento forzado de la obligación
contenida en él; así también, siempre debe estar contenido en un
documento, a lo que el artículo 688° del Código Procesal Civil
peruano señala que:

Solo se puede promover ejecución en virtud de títulos ejecutivos


de naturaleza judicial o extrajudicial según sea el caso. Son títulos
ejecutivos los siguientes: (32)

1. Las resoluciones judiciales firmes;

2. Los laudos arbitrales firmes;

3. Las Actas de Conciliación de acuerdo a Ley;

4. Los Títulos Valores que confieran la acción cambiaria,


debidamente protestados o con la constancia de la
formalidad sustitutoria del protesto respectiva; o, en su caso,
con prescindencia de dicho protesto o constancia, conforme
a lo previsto en la Ley de la materia;

5. La constancia de inscripción y titularidad expedida por la


Institución de Compensación y Liquidación de Valores, en el
caso de valores representados por anotación en cuenta, por
los derechos que den lugar al ejercicio de la acción
cambiaria, conforme a lo previsto en la Ley de la materia;

6. La prueba anticipada que contiene un documento privado


reconocido;

7. La copia certificada de la Prueba anticipada que contiene


una absolución de posiciones, expresa o ficta;

8. El documento privado que contenga transacción


extrajudicial;

9. El documento impago de renta por arrendamiento, siempre


que se acredite instrumentalmente la relación contractual;

22
10. El testimonio de escritura pública;

11. Otros títulos a los que la Ley les da mérito ejecutivo.


(Código Procesal Civil, 1993)

Como puede apreciarse, en el Código Procesal Civil se hace


mención a todos los documentos que constituyen ser títulos
ejecutivos, siendo que muchos de ellos, o mejor dicho su gran
mayoría, son susceptibles de contener obligaciones de dar suma de
dinero. (28)

Para obtener una mejor aproximación de lo que debe entenderse


como título ejecutivo, debemos revisar lo que el mismo cuerpo
legal, en su artículo 688° establece:

Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es


cierta, expresa y exigible. Cuando la obligación es de dar suma de
dinero, debe ser, además, líquida o liquidable mediante operación
aritmética. (13)

En cuanto a que el título ejecutivo debe contener una obligación


cierta, líquida y exigible, Dante Torres Altez señala lo siguiente: (33)

Cierta: cuando su objeto (prestación) de la obligación como la


participación de los sujetos (acreedor y deudor) están señalados en
el título

Expresa: Cuando aparece así (sin discusión) en el título y, no es


resultado de una presunción legal o de la interpretación de algún
precepto normativo

Exigible: cuando la obligación en el título no está sometida a alguna


modalidad (plazo o condición) o a alguna contraprestación. Por
tanto, será exigible, por razón de tiempo, lugar y modo.

Líquida: es una exigencia solo aplicable a las obligaciones


dinerarias y aparece cuando el monto es claro y concreto. Y será
liquidable cuando gracias a una operación aritmética se pueda
obtener el monto exacto. Asimismo, si en caso una parte de la

23
obligación sea líquida y otra liquidable, entendemos que se deberá
tener en cuenta el artículo 697 del CPC, esto es, se tendrá que
demandar por ser líquida.

Del mismo modo, en cuanto a los requisitos del proceso de


ejecución, la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia señaló que:
Una obligación se considera cierta cuando es conocida como
verdadera e indubitable. Expresa cuando manifiesta una intención o
voluntad. Y exigible cuando se refiere a una obligación pura y
simple, teniendo un plazo que haya vencido y que no esté sujeta a
condición. (Casación N° 68-2000-Arequipa. El peruano, 5 de mayo,
2000) (34)

De lo expuesto en este punto, podemos resumir que un título


ejecutivo, siempre que reúna las características que la Ley exige,
constituye un documento que permite al acreedor ejecutar su
derecho a cobro en la vía del proceso único de ejecución,
establecida en el artículo 688 y siguientes del Código Procesal Civil,
permitiendo por un lado, la recuperación del crédito de una forma
más rápida y efectiva y; por el otro lado, fomenta en el mercado el
otorgamiento de créditos ya que el acreedor confía en la seguridad
que brindan los títulos ejecutivos y en la rapidez que la Ley ha
otorgado para su cobro en un proceso judicial de ejecución que
resulta ser mucho más breve que uno de conocimiento, abreviado y
sumarísimo.

Tal es el impacto y trascendencia que representan en la sociedad


peruana los procesos de obligación de dar suma de dinero que, la
Corte Suprema de Justicia, mediante RA N° 006-2004-SP-CS,
dispuso la creación de la Sub Especialidad Comercial dentro de la
Especialidad Civil de los Órganos Jurisdiccionales los cuales,
según el inc. a del artículo primero, conocen:

Las pretensiones referidas a la Ley de Títulos Valores y, en general,


las acciones cambiarias, causales y de enriquecimiento sin causa

24
derivadas de títulos valores y los procesos ejecutivos y de
ejecución de garantías. (RA N° 006-2004-SP-CS, 2004) (35)

La norma en comentario al establecer la creación de Juzgados


Comerciales en la Corte de Justicia de Lima, dio una clara señal a la
sociedad que los procesos de obligación de dar suma de dinero
derivados de títulos valores, serían mucho más expeditivos debida,
ya que serían tramitados de forma exclusiva por estos Juzgados y
ya no por los Juzgados Civiles que, valga verdades, en la práctica
no son los más expeditivos debido a la carga de expedientes que
afrontan y, por qué no decirlo, a las gran variedad de materias que
en materia civil tramitan.

La Acción Ejecutiva

Recordemos que bajo un principio dispositivo – el cual


inspira nuestro el régimen procesal en materia civil - sólo a
iniciativa del acreedor se podrá ejercer la “acción ejecutiva”. Y es
que para Liebman, “el derecho de asumir tal iniciativa y de provocar
el ejercicio de la jurisdicción, en la forma de la ejecución forzada,
para la tutela del propio derecho, se llama acción ejecutiva”. Sigue
comentando el autor referido que “bajo el impulso de la acción
ejecutiva el órgano jurisdiccional pone las manos en el patrimonio
del deudor y provee, con los bienes que se encuentren, a satisfacer
el derecho del acreedor”. (25)

En este caso coincidimos con Rocco, cuando deja constancia que


“normalmente al desarrollo de la acción ejecutiva se procede
cuando ya se ha ejercitado la acción de declaración y la de
condena, y cuando, a pesar de que el derecho sea ya cierto y se
haya dictado la orden al obligado para que cumpla la prestación
que le corresponde, éste no se someta al imperio del derecho de
modo espontáneo, por lo que el mismo derecho siga violado
todavía”. Sin embargo, y sin perjuicio de lo antes expuesto,
tenemos también que admitir, que no siempre se pasa a la acción
ejecutiva y al proceso ejecutivo después de haber atravesado un

25
proceso de cognición previo, porque muchas veces la acción se
ejercita independientemente de una acción anterior de declaración
y de condena, sino que ésta se podrá dar inicio en base a una
declaración de otra naturaleza, esto es, de una declaración
contractual, o de cualquier otro acto al que se le atribuya efectos
ejecutivos y, por lo tanto, la posibilidad de proceder en la vía
ejecutiva.(26)

El principio de responsabilidad patrimonial

Fue la lentitud del proceso ordinario – en la edad media – lo


que motivó, ante su incompatibilidad con las necesidades del
tráfico mercantil, una evolución hacia el proceso de ejecución. Y ha
sido precisamente este proceso de ejecución, como bien describe
Eugenia Ariano, el instrumento del que dispone un ordenamiento
jurídico para hacer efectivo un principio: el de responsabilidad
patrimonial. (36)

Este principio se expresa en la máxima: el deudor responde por el


cumplimiento de todas sus obligaciones con todos sus bienes
presentes y futuros. Cuando este precepto dice que el deudor
responde con todos sus bienes, en forma implícita refiere que el
deudor sólo responde por sus obligaciones con sus bienes, es
decir, hoy el deudor no está sujeto a ninguna forma de agresión a
cargo del acreedor que afecte a su persona, como lo era antes.

Según diversos autores, en el tiempo de las XII Tablas, el


procedimiento ejecutivo se regulaba en unos cuantos artículos y el
mismo era de tipo personal, salvo en los casos de pignoras capio.

En efecto se dirigía la misma contra la persona, no contra sus


bienes, y éste era conducido ante el pretor teniendo así el derecho
de llevárselo a su casa y tenerlo allí encarcelado durante sesenta
días. Según nos comenta Socióloga, dentro de éste plazo, sesenta
días, se llevaba al condenado durante tres mundana, esto es,
durante tres días de mercado en presencia del pretor y se
proclamaba allí su deuda, para ver si se presentaba alguien a

26
satisfacerla. Intentada inútilmente esta formalidad y transcurrido
los sesenta días, el acreedor pasaba a ser directamente patrono del
deudor condenado a su favor, de manera que podía venderlo y
hasta hacerlo esclavo por derecho civil. Y es que el demandante
vencedor, ante el incumplimiento del demandado a lo condenado
en la sentencia y transcurridos treinta días, podía dar inicio a la
ejecución mediante la manus iniectio. (29)

Naturaleza jurídica del proceso ejecutivo

Tenemos que reconocer, como señala Eugenia Ariano que


hemos heredado, al igual que muchos países de éste lado del
continente, un proceso ejecutivo medieval en su vertiente hispánica
y por ello es necesario compartir diversas opiniones respecto a la
naturaleza jurídica del proceso de ejecución, y llegado el momento
asumir posición respecto a las diversas que hay en doctrina, por
cuanto es importante partir por la naturaleza jurídica de un proceso
– en este caso nuestro proceso único de ejecución - en tanto que la
misma será de utilidad para resolver ciertas dudas cuando nos
encontremos frente a vacíos o problemas interpretativos de actos
procesales en su interior. (35)

Para algunos, el entonces juicio ejecutivo no era más que un


proceso de cognición sumaria. Esta postura se apoyaba entre otros
fundamentos en que por su estructura, la finalidad de dicho juicio
ejecutivo radicaba en la creación de un verdadero título de
ejecución, ya que los documentos privilegiados por ley para iniciar
la tutela ejecutiva, únicamente permitían la entrada al juicio, pero
que sería la sentencia el verdadero título.

Ante ello Ariano nos comenta que, para gran sector de la doctrina
española, el juicio ejecutivo no es un proceso de ejecución, sino un
proceso sumario de cognición, con limitación cualitativa y
cuantitativa de la misma, heredero del processus executivus
medioeval. Pero es Montero quien nos comenta que la primera vez
en que se calificó al juicio ejecutivo como proceso de declaración

27
fue en las Adiciones a la traducción del Derecho Procesal Civil de
Goldschmidt. A raíz de ello, Alcalá Zamora habría considerado que
el proceso documental y cambiario de la Ordenanza Procesal Civil
Alemana tenía ciertas “afinidades fundamentales” con el proceso
ejecutivo español, al punto que llegó afirmar que el juicio ejecutivo
español no era otra cosa que un procedimiento documental y
cambiario.

He allí en donde se inicia la corriente de otorgarle naturaleza


declarativa al proceso ejecutivo. Sin embargo, quienes apoyaban
dicha teoría, no lo hacían de forma uniforme. En efecto, mientras
que un grupo atribuía dicho fundamento a la simple similitud que
advertían con el proceso documental y cambiario, otros se
limitaban a considerarlo como uno de cognición sumaria en virtud a
sus atribuciones cualitativas destinados a satisfacer pretensiones
dotadas de fehaciencia legalmente privilegiadas.

Posteriormente, sigue comentando Montero, Fenech, en un trabajo


conjunto con Carreras: Los procesos sumarios de ejecución,
calificó al juicio ejecutivo como “un proceso sumario de ejecución
con posibilidad de oposición al título”. Inclusive nos refiere que
Carreras en su obra El embargo de bienes llega afirmar que “la
cognición repugna en el proceso de ejecución, pero sólo antes de
que se despache ésta, no cuando despachada se insertan procesos
declarativos incidentales destinados, no a declarar derechos sino a
fijar alguna de las condiciones de la propia ejecución y terminados
por sentencia meramente procesales, desprovistas de carácter de
cosa juzgada”. (29)

Para otro sector de la doctrina avalan la posición de que el proceso


ejecutivo tiene naturaleza ejecutiva y no de cognición sumaria,
afirmando que no se puede aseverar que la sentencia de remate
innove en absoluto el contenido del título, pues se limita a disponer
la reanudación del procedimiento de apremio, iniciado en el
momento del embargo. Por eso le otorgaban un contenido

28
meramente procesal a dicha sentencia la cual ratificaría la decisión
jurisdiccional que dio inicio al juicio ejecutivo.

Liaban por su parte, sostuvo que el juicio ejecutivo se presenta


como un proceso mixto de cognición y ejecución o, más
exactamente como “un proceso de ejecución que contiene una fase
de cognición”.

Los títulos ejecutivos de naturaleza extrajudicial Para Liebman, “La


categoría de los títulos ejecutivos está formada sobre la base de
una valoración de la ley en torno a su idoneidad para proporcionar
una adecuada garantía de la existencia del crédito “. Luego
continua el autor citado manifestando “la ejecución se ha formado,
pues, por la ley como un procedimiento cerrado y perfecto en sí, del
cual queda excluida toda indagación de fondo, que camina
inexorablemente por su vía, como si no existiese incertidumbre
alguna sobre la legitimidad; y, al mismo tiempo, queda a salvo la
posibilidad de que desde el exterior (esto es con un especial y
autónomo proceso de cognición que lleva el nombre de oposición)
sobrevenga la orden de detenerse y, eventualmente, de restablecer
el estado anterior de las cosas.

El modo más simple para alcanzar este resultado consistiría en


establecer que la ejecución se pudiera pedir solamente sobre la
base de una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada; la
ejecución resultaría fundada así sobre la plena constatación de la
existencia del derecho y la hipótesis de que, no obstante, esto,
pudiera resultar injustificada quedaría reducida al caso marginal de
una extinción del derecho posterior a la formación de la cosa
juzgada. Pero ocurre que la ley ha debido tener en cuenta otra
exigencia; esto es, la de hacer más rápida la tutela de los derechos
del acreedor, y le ha atribuido por eso la posibilidad de pedir la
ejecución también en muchos otros casos en los que no hay una
verdadera declaración de certeza del derecho, si bien de este modo
resulte aumentado el riesgo de emprender una ejecución
injustificada”.
29
El mandato ejecutivo

Queremos empezar no sin antes citar una célebre frase de “el


proceso debe dar en cuanto es posible prácticamente a quien tiene
un derecho todo aquello y precisamente aquello que él tiene
derecho a conseguir”. Por ello dentro de la tutela ejecutiva,
tenemos el proceso de obligación de dar suma de dinero, el cual
constituye la actuación práctica del principio de responsabilidad
patrimonial y en donde el ejecutante busca una actividad del
órgano jurisdiccional dirigida a la realización forzada de los bienes
del deudor que le permita a éste obtener el dinero con la finalidad
de satisfacer el derecho del ejecutante.

Por ello debemos empezar éste análisis con el mandato


ejecutivo, el cual no es otra cosa que el primer acto del órgano
jurisdiccional en el proceso de ejecución. El contenido del mandato
ejecutivo tiene por objeto satisfacer un derecho de crédito
dinerario.

5.3. DEFINICION DE
TERMINOS

Abandono; dejadez o descuido voluntario de las responsabilidades


que tiene el padre, la madre o persona responsable del menor,
tomando en consideración su edad y la necesidad de cuidado por
un adulto.

Abogado de récord; abogado cuyo nombre aparece en el


expediente de un caso, identificado(a) como representante de una
de las partes. Quien no sea abogado(a) de récord en un caso no
puede intervenir en este, a no ser con la autorización del tribunal;
cuando ello ocurre, generalmente comparece en representación o
en sustitución de un(a) abogado(a) de récord.
Abrogar Abolir, revocar una ley, un reglamento, un código, etc. No
se debe confundir con arrogar. Véase más adelante la definición de
arrogar.

30
Absolución perentoria Facultad de un tribunal para examinar la
suficiencia de la prueba de cargo y decretar a base de dicho
examen, la no culpabilidad de un acusado.

Acreencia; Crédito, deuda que alguien tiene a su favor.

Acreedora; Persona que tiene acción o derecho a pedir el


cumplimiento de alguna obligación.

Adveración; Acción y efecto de adverar, es decir certificar,


asegurar, dar por cierto algo o por auténtico algún documento.

Amnistía; Es una palabra de origen griego que significa olvido. En


Derecho, es el olvido legal de delitos, que extingue la
responsabilidad de sus autores.

Arbitraje; Proceso adjudicativo informal en el que una tercera


persona (interventora neutral) recibe la prueba que presentan las
partes en conflicto y a base de dicha prueba emite una decisión o
laudo. El laudo puede ser vinculante, es decir, obligatorio para las
partes, o no vinculante en cuanto puede ser rechazado por alguna
de ellas. Aunque es discrecional de las partes someterse a arbitraje,
a diferencia de otros métodos de solución de conflictos, ellas
pueden pactar la obligatoriedad de someterse al proceso de
arbitraje, así como la del laudo que el árbitro emita. Se distinga de
la mediación y de la evaluación neutral de casos.

Archivo; sobreseimiento. Acción y efecto de sobreseer, es decir


poner fin a un asunto, a un procedimiento o a un pleito. Se usa
corrientemente en la frase “archivo y sobreseimiento de un pleito”.
Sobreseer una acusación en lo criminal significa que el proceso
queda terminado con respecto al acusado y este queda en libertad.

Patrimonio Hacienda que una persona hereda de sus ascendientes.


Bienes propios adquiridos por cualquier título. Conjunto de bienes
pertenecientes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin,
susceptibles de estimación económica.

31
Permutar; Cambiar una cosa por otra, sin que en el cambio entre
dinero a no ser el necesario para igualar el valor de las cosas
cambiadas y transfiriéndose los contratantes recíprocamente el
dominio de ellas.

Persecución maliciosa; Reclamación judicial fundada en que el


demandante ha sido objeto de una acción civil o criminal en un
tribunal, a sabiendas de que no había motivos legítimos para ello.

Persona Jurídica; La que sin tener existencia física, constituye une


entidad reconocida por ley que tiene capacidad de ser sujeto de
relaciones jurídicas. Sujetos de derecho constituidos por una
pluralidad de individuos jurídicamente organizados tales como las
corporaciones, asociaciones, sociedades, fundaciones, etc.

Pesquisa; Una pesquisa es sinónimo de investigación o


averiguación. Una persona o un organismo lleva a cabo una
pesquisa para descubrir la verdad sobre la ocurrencia de algunos
hechos. Peso de la prueba Se refiere a la obligación de demostrar
algo con prueba suficiente. Recae normalmente sobre quien alega
un hecho o reclama un derecho.

6. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

Actividades Dia 1 Dia 2 Dia 3 Dia 4 Dia 5


Determinar Tema X
Búsqueda de Leyes y Normas x X
relacionadas
Desarrollo de Resúmenes x X
Desarrollo de Monografía x X
Bibliografía x

7. FINANCIAMIENTO

32
El presente trabajo se financio por parte de los integrantes del
grupo en su totalidad.

8. BIBLIOGRAFIA

(1) COUTURE, Eduardo. Fundamentos de derecho procesal civil.


Cuarta edición. Montevideo: Editorial IB de F. 2005
(2) CHIOVENDA, Giuseppe. Instituciones de derecho procesal civil.
Volumen I. Buenos Aires: Valleta Ediciones.2005

(3) DINAMARCO, Candido Rangel. La instrumentalidad del proceso.


Lima: Editorial Communitas.2009

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Sistema Concursal, análisis artículo por artículo, (Primera Edición,
Diciembre 2002). Lima: Gaceta Jurídica SA. Pág. 306. 2002

(6) DEVIS ECHANDIA, Hernando.Teoría general del proceso. Tomo II.


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(7) Universidad. Nociones generales de derecho procesal. Madrid:


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(10) La corte suprema de justicia: rol e independencia, (Primera


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(11) Dante Torres Altez . El proceso único de ejecución, mecanismos


de ejecución y defensa (Primera Edición). Lima: Gaceta Jurídica SA,
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(18) Esteban Carbonell O’Brien. El Sistema Concursal, una mirada a la


novísima legislación peruana: Ley 27809, Ley 28709 y Decreto Legislativo
1050 (Primera Edición, Marzo 2009). Lima: Jurista Editores EIRL. Pág.
328.2009

(19) Felipe Osterling Parodi y Mario Castillo Freyre. Compendio de


Derecho de la Obligaciones. Lima: Palestra Editores SAC. 2011

(20) Ley de Enjuiciamiento Civil, (07 de enero de 2000), aprobado


mediante Disposición: Ley 1/2000. 2000

(21) Marianella Ledesma Narváez. Comentarios al Código Procesal Civil,


Análisis artículo por artículo, Tomo III (Cuarta Edición). Lima: Gaceta
Jurídica SA, Pág. 715. 2012

34
(22) Ley Nº 30201. (27 de mayo de 2014). Ley que crea el Registro de
Deudores Judiciales Morosos. 2014

(23) Proyecto de Ley 3076/2013-PE (12 de diciembre de 2013) 2013

(24) Pablo Elías Maza, Balance General o Información de la Situación


Financiera a una Fecha Determinada. 2015

(25) Marianella Ledesma Narváez. La tutela cautelar y de Ejecución,


Procesas de Ejecución, Tomo II (Primera Edición, agosto 2018). Lima:
Gaceta Jurídica SA, Pág. 115. 2018

(26) GARBERI LLOBREGAT, José. Constitución y derecho procesal.


Navarra: Editorial Aranzadi. 2009

(27) FAIREN GUILLEN, Víctor. Temas del ordenamiento procesal. Madrid:


Editorial Tecnos. 1969

(28) LAFUENTE TORRALBA, Alberto José. La oposición a la ejecución.


Navarra: Editorial Thomson – Civitas. 2006

(29) GUTIERREZ BERLINCHEZ, Álvaro. “Algunas reflexiones sobre el


concepto de sumariedad”. En Revista de Derecho Procesal. No. 1-3. 2003

(30) Llambias, Jorge Joaquín, Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, T.


II-A, 2ª. Ed., Perrot, Buenos Aires, 1975.

(31) Rocas O. Gaceta Civil & Procesal civil, Información Especializada


para abogados y jueces. Artículo: El Registro de Deudores Judiciales
Morosos: impacto no profundo en beneficio de los acreedores. Tomo 12,
junio. Lima, Gaceta Jurídica SA, Pág. 32-34.2014.

(32) Ley N° 26887. Ley General de Sociedades. Obtenida de


http://spijlibre.minjus.gob.pe/normativa_libre/main.asp.1997

(33) Ley N° 27809.Ley General del Sistema Concursal. Obtenida de


http://spijlibre.minjus.gob.pe/normativa_libre/main.asp. 2002

(34) MICHELI, Gian Antonio. Curso de Derecho Procesal Civil, Tomo III.
Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa – América, Bosch y Cia.
Editores.1970.

35
(35) Juan Monroy Gálvez. Teoría General del Proceso (Cuarta Edición:
setiembre de 2017). Lima: COMMUNITAS SAC, Pág. 229. 2017

(36) Enrique Elías Laroza. Derecho Societario peruano, la Ley general de


Sociedad del Perú, Tomo I (Tercera Edición, Abril 2015). Lima: Gaceta
Jurídica SA. Pág. 444. 2015

36

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