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JUAN RIVANO

FILOSOFIA EN DILEMAS

EL PENSAMIilüTO DE McLUHAÑ,
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SANTIAGO. CHILE

I972
JUAN R,IVANO
Detechos reservados
Inscripclón NQ 40'220
lflI,OSOI,'IA EN DILEMAS

l.-"Cromwell iba a pulverizar toda ta cristiandad; la


IrLmilia real se hundiera y la suya brillara pbtente como
lr¡llca, si no fuera por un cálculo que se instaló en su uré-
l,er. La misma Roma iba a temblar bajo Cromwell; pero por
cstc pequeño pedruzco murió, cayó su familia, todo en paz,
r:l rey restablecido". (1). ¿eué harán con este cáIculo de
I)ascal los que conciben la Historia corno prrod.ucto de la ra-
ztin? Se dice que cuando se requieren hombres no le faltan
los adecuados a la Historia; y nadie se preocupa de éstos
cuando no se requieren. Pero resulta ridfculo decir que se
lequieren cálculos en los riñones de Cromwell; y mucho más
sr.¡stener que no faltan cuando se requieren.
z.-"Lo imposible es construir la vida absoluta en sus
detalles, tener la experiencia especlfica en que ésta consiste.
Pero obtener una idea de sus rasgos principales idea
verdadera en la medida en que aquella vida se -uriamanifiesta,
¿runque sea abstracta e incompleta- representa una tarea
diferente". (1). El detalle de la vida absoluta, ¿cómo podria
ucJ incluir un cálculo €n iros uréteres de Cromwell? Bradley
personifica la confluencia de idealismo y escepticismo: Con
el Absoluto podemos entendernos en general, no en el deta-
lle. Ya tienen un canon los filósofos de la Historia: Hablar
de Ia historia en general y dejar el detalle a los crbnistas.
Los héroes para Hegel; los cálculos renales para pascal.
3.-="dY te sentirÍas indeciso, Sócrates, sobre cosas cuya
mención harla reir, como eI cabello, el barro, la sucieclad o
cualquier otra sin valor y vil? ¿Supondrias que a cada una
corresponde una idea dlstinta de los olrietos reales con qu';
üenemos contacto? Ciertarnente no, dijo Sócrates. Cosas vi-
siloies como éstas son tales como aparec€n ante nosotros, y
temo que serla absurdo suponer ninguna idea de eilas. A ve-
ces me sient'o turbado y doy en pensar que nada hay si11
idea. Pero, de nuevo, cuando asurno esta posición' escapo,
por miedo de caer en abismos de sinsentido... " (1). PlatÓn
formrtla en términos rndos la distinción de Bradlel¡. Loi;
"abismos de sinsentido" denotan, al tiempo, el apartamien-
to enl,rc principio y existencia, y la imlltotencia humana de
cubrir cl lap.so. Dcl rnodci crolno a Platiln repugna que haya
idcas s;oblo l¿r sut:ictlacl, asi rcllttgn¿ a los lilósofos 'de la his-
tolia cxlllictr tln círlt:ulo cu cl tlrót,cr dr: Cromweil. Pero
¿quictr dcttlrrnina los .lirniLcs cle ll rcllugnancia? La sucie-
clacl ctc Platón y cl pcdruzco dc Pascal son "asper:tos cles-
preciables cicl detatle". ¿Cuá1 aspecto del detalle n'o 1o es?
Inquisidores y cotnisarios viven a expensas de esta dificul-
tad.
4.-"Todo 'debe ser o no ser, sea en el presente sea en el
futuro, pero no siempre es posible distinguir y establecer de-
terminadamente cuál de estas alternativas debe necesaria-
mente prodtlcirse. Por eiemplo: Una batalla navai debe ocu-
rrir mañana o no ocurrir. Pero nro es necesario que Qcurra
mañanan ni es necesario que nc, ocurra; 1o necesario cs qu0
ocurra o no ocurra mañana". (1) Aristóteles agrega que en
este caso está 1o que ni es siempre existente ni siempre no
existente, como una batalla naval. ¿Y qué especie de contc-
nido más genuino para la llistoria que una batalla naval?
Et filósofo de la Hisüoria dirá que es necesario que se pro-
ctruzca o dirá que no puecle proctucirse. Si no ocnrre 1o que
é1 dice, el filósofo de la Historia no removerá jamás las pre"
misas que tienen una batalla nava.l como conclusión. Ptor el
contrario, mostrará un silogisrno que olvidÓ hacer y debido
¿rl cual se desquiciaron los dlques, y no ,hubo l:atalla naval.
Esto tienen las batallas navales: que pueden llroducirse o no
producirse y no pbr ello verificar o destruir las premisas de
donde el filósofo de la historia la.s obtiene. (2). Porque ha-
bia una lucha de clases delria prociucirse una batalla naval;

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pero no se produjo, porque habla una lucha de clases. Asi,
pues, dos niveles del detalle: un cálculoen el uréter de Crom-
well, una batalla naval. El primerq sirve para hablar en ge-
neral sin comprometerse en el detalle; el btro, para sostener
en el detalie las generalidades.
5.-"De la impotencia de la naturaleza restar fiel al
concepto- proviene la dificuitad de obtener -dede la observa-
ción empÍrica diferencias seguras para las clases y órdenes.
La naturaleza mezcla siempre los limites por formas inter-
mediarias y perversas que sirven de instan,cia contra toda
distinción firme". (1). En Hegel, la naturaleza es la idea en
esta forma de reatidad que nombramos exterioridad. pero
hay también esta impotencia respecto del cbncepto que ha-
ee aparecer la naüuraleza como una materia reacia a una
forma. Se cuenta que a Hegel le pidieron que dedujera un
lápiz a partir del concepto. (2). Pero ¿quién puede asegurar
que el lápiz no sea creatura de la impotencia natural, un
elemento de una clase basüarda? No debcr¡ss, además, aten-
der a las objeciones que provienen de un detalle (p. ejemplo,
que un cálculo puede no deducirse y nro obstante interponer-
se ai paso de Ia Historia), porque tratamos de las,,catego-
rias", de las altas ideas, de la ,,historia grande', (B), no del
detalle.
6.-"En cuanto un elemento cualquiera cae fuera de una
totalidad ideal, es azar respecto de la totalidad. Lo contin-
genüe es contingente en cuanto, hasta un momento dadro,
no lo hemos subsumido ni conectado. No ha sido aún inte-
grado, como sabemos que debe serlo, dentro de alguna toüa-
lidad o sistema ideal. De mbdo que la misma materia es y
no es contingente. Es azat en relación a un sistema o fina-
lidad; es necesidad en relación a otro,,. (1). Es la enorme
profesión de fe racionalista bradteyana: nada hay que no
quede incluido en la continuidad coherente y omniabarcan-
te del Absoluüo. En ciencias, este principio postula la racio-
nalidad de 1o real y bpera extendiendo los sistemas cientÍfi-
cos. (2). Los filósofos de la llistoria tienen aqul también un
instrumento para inmunizar sus doctrinas. Sin embargo, nos
resistirnos a esta noción de lo contingente y lo necesario:
un pliego de peticiones es necesario, de acuerdo a la lucha
de elases; Fe¡b es imposibie, de acuerdo il la rcalización det
socialismo, es decjr, a Ia lucha de clases. ¿'Se dirá que la rea-
Iidad es incornpatible o más bien que Ios tramposos han si-
do descubiertos?
7.-¿Quién deduce las razas, quién la geografia, quién la
distribución de los hombres por el mundo? Todo ello es da-
clo y constituye un factor fundamental de la histtoria de los
pueblos. A los filósofos no les place esta manera de entender
la racionalidad histórica. Las razas son órganos de una fi-
nalidad; que Lraya diamantes en Brasil y piedras en Israel,
tecnologia en EE. UU. y esclavos en Boiivia, esperpentos en
Africa y rubias en Inglaterra, son accidentes históricos o se-
cretos cle la Idea. Hay crondiciones para la concreción del
esplritu infinito más propicias aqul que alli. Las piedras son,
a su manera, diamantcs. Todo madurará. ¡Paciencia!
B.---Los inclivicluos son, en relación con el pueblo, como
cI pucblo cn relación con el mundo. Para los nominalistas,
el pucblo y el mundo ston nombres colectivos. Para los rea-
listas son entidades en sI mismas. Caifás era realista: "Vos-
ctros no sabéis nada. Ni pensáis que nos conviene que un
hombr,e muera por el pueblo, y no que toda la nación se
pierda". (1). Los lógicos rcalistas hablan de especies infi-
mas y a regañadientes admiten un momento de individua-
ción que soluciona la ctontinuidad especie-individuo. (2).
Inquisidores y comisarios fueron siempre de vocación rea-
lista. ¿Qué vale un individuo en comparación con el pueblo?
¿Qué vale un pueblo en comparación con el mundo? Al todo
se camina subiendo por las especies y tos génerbs; cuando
se alcanza el Ser, el resto puede despaclrarse. Realismo, de-
nominación eufemlstica del nihilismo.
9.-Los individuos se disuelven en la especie como las
especies en el género. EI género se disuelve en las especies
como las especies en los individuos' El cero y el infinito del
realista son el infinitb y el cero 'del nominalista. "Proleta-
rios de todos los palses, unlos" y haced un cero de los pue-
blos y del mundo. Los proletarios son la realidad del mundo
burgués y la nulidad del mundo socialista'
10.-"El individuo sólo es real en la sociedad y la stocie-
Cad sólo es real en el individuo". Esta es una variación de la
fórmula dialéctica general: "La realidad se muestra en lo
a,parente y la apariencia se realiza en lo real". Cómo se pro-
duce exactamente esta consumación es algo que ignoramos.
Que nuestro comportamiento sea un detalle de esta consu-
mación es algo que postulambs. Uno da el golpe, el otro es
herido; dos sentimientos positivos y un crimen. El crimen es
real en la sociedad y la sociedad es real en el crimen. Pero,
no temas, la dialéctica tiene un gato para cada ratón y un
ratón para cada gato: el crimen es el casüigo y el castigo es
el crimen. En euanto al placer del que golpea y el dolor del
golpeadb, lo conciiia la naturaleza €n la identidad dialéc-
tica del placer y el dolor. No hay salida hacia la contingen-
cia, no hay volteretas hacia afuera del Todo: ganar es per-
der, relr es llorar.
11.- El Absoluto y su detalle. Parménides y Zenón: El
Absoluto es, el detalle no es. Hegel y Bradley: El Absoluto
es la totalidad concreta del deüaile. Platón y Sócrates ensa-
yaron lbs géneros y las especies como mediación entre el
Absoluto y eI detalle. Pero, ¿hay ideas del cabello, el barro,
la suciedad, en fin, de cosas viles y sin valor? AsÍ se dividió
el detalle del detalle: la materia trabajada por el concepto,
de la escoria de la impotencia natural. ¿Crees tú, Sócrates,
que haya una idea que subsuma y explique un cálculo en eI
uréter de Cromwell? " ... cuando asumo esta posición esca-
po por miedb de caer en abismos de sinsentido..." (1).
12.-"La sustancia en el sentido más fundamental, pri-
mero, y principal del término es lo que ni se afirma de un
sujeto ni está en un sujeto; por ejemplo, el hombre indivi-
dual o el caballo individual. Pero se llaman sustancias se-
gundas las especies en que las sustancias en el primer sen-
tido están contenidas, y a las especies hay que agregar los
géneros de esas especies". (1). Aristóteles no dijo que lbs gé-
neros eran sustancia en sentido tercero, los géneros de los
géneros, en sentido cuarto; no sugirió una serie que vaya
desde lo plenamente sustancia hasta la vaciedad de la gene-
ralidad suma. Tratar de la misma manera a las especies y
los géneros implica qu€ no son reconocidas cbmo propia-
mente sustaneias. Las sustancias forman la existencia na-
tural y todo el asunto se reduce a si la categoria de sustan-
cia es coextensiva con la existencia natural. ¿Son sustancia
el cabello, el barro, la suciedad?
13.-El hombre individual de Aristóteles ¿no está en un
sujeto? EI hombre está
en la Sosiedad' t:lo otexistencia
detalle de
se
esta Jorm¿ de
una totalidad co"cre# ó"iiuoui" realid-ad de la antltesis sus-
sllpone que aparece "lti¿l"lt natural es Ia sustancia del
tancial-accidental: "í';;;;;t quita-
el hombre
hornbre social. ¿até "J'"d#;;i'ttuoumettt" sin manso v sin hoja
da la relacio" 'o'i"ri"üi;;;;iil"t r1n padre. Asi también los
oue sirven p"ru ,u.rifi""?
nii* La categrorta
t'Lombres naturales fit*;; es-
1o no subsumido como
"o"Luto"-tociales'
aristotélica ¿e *o"tu"'ia segrega la existencia natural'
eoria inactuur v "ot'if iiuuuro"
"i;;;ñ-a y los pueblos individuales'
14.-Está ,u u'o*ii son
abiertamenit r"-qtt se implica' oue asi como
dirá pueblos
¿se l"tt"-sÍ los-pueúlos? Hay
las manzanas entre til *" pueblos que no pueden autode-
que se autodetermi"á" v
terminarse; o'r to*o'tt*í
itto'''"t't^s redondas y rlanzanas
tt'{fiTi;.ménides dice: El Absoluto- es' zenón dice: El de-
prin-
talle no es. Braclley dil;
ú;*os hablar de los rasgos El intento
no del detalle"
cipales de la vida #:;i";;' ;;;; puente entre el Absoiu-
cle los clásicto, v erü!o't-
tetá*t.un
principio y su esoecificación; exhi-
to y su detalle, "tit-l Alternati-
bir la apariencia coiro^f;;;;;"-de.la-realidad'
lieroe' en sus detalles o los
va inmerliatut o tiaü';i"b;.
#,;ii;; ¡'"1*t ;;t i:*$?yl"i"^Í:me'ü !::'!*,
pareció a rkrs
ii'iix5i;;,,to
fi:t:H: p""uoo"""ü;";; ;u'"ip"ia to.múltipre despliega su
,Je ;;*o el A¡soluto
Drimeros
il;;iái considerar el Absoluto co-
detalle. t a seducciÓi
*" being taken. alone means nothing " '
ffT?ftt";hl tritiíirt ttie cateeories"' (1)' Joachim se
Being is 'decline' ti "' y 1as-categorias como 'de-
representa lu si otra que ia
'"r"tü"""ii"
clinación" r'a relacián-de los
géneros entre es
con e1 'ser en
relación de los ;¿ilt;; ;;;los géneros entre sÍ es otra que
jcatlgorias)
cuanto ser'. La ,tiáti* O"
i' r" i" r J'" ?á"1' oñ f f
t:itff'ff1"il" t"'i JÍttTl;
"r,t' "
"io',universal se propone lomo el
d.,;. D" Pero no está aclarada ia
"uutol"to'
re-
entre el Absoluto V sus^¿etalfes' ni entre lo universal
Iacién entre Io tJt.tit;;"'i";io Absoluto en general'
pe-
y lo concreto' "PJ;:;;:'iuüiut-á"r
ro no en el detalle". Tampocb podemos hablar del Absoluto
como tal: "Essential being taken alone means nothing".
17.-Aristóteles: "El Ser y la Unidad son idénticos y de
rlna misma natu¡aleza en cuanto correlativos uno del
otro. . . " (1) Aristóteles dice también que el Ser tiene tan-
tas acepciones como las categorias. Un principio de articu-
lación de las categorÍas las resuelve en la unidad del ser.
Kant: "La conciencia original y necesaria de la identidad
clel yo es al mismo tiempo 1a concier¡cia de una igualmente
r:ecesaria unidad de la sÍntesis de todas las apariencias de
acuerdo a conceptos ..." (2) La conexión de lo diversq en
la unidad de una sfntesis, requisito formal de la vida abso-
Iuta autocentrada, y también de la experiencia necesaria' El
Absoiuto 'deelina' su actividad a través de las categorias.
La universaiidad y n€cesidad del saber cientificb es eI des-
pliegue consonante de un sujeto trascendental. Los griegos
clesarrollaron el tema en términos objetivos; los modernos
ofre'cieron la. versión subjetiva. L,os griegos no se daban
cuenta de que estaban pensandb en lugar del Absoluto. Lcs
modernos no se daban cuenta de que el Absoluto estaba
pensando en lugar de ellos. (3).
18.-"La apariencia es el único obieto que puede dárse-
nos inmediatamente, y aquello de la apariencia que se rela-
ciona inmecliatamente al obieto se llama intuición. Fero es-
tas apariencias no son ctosas en si mismas; sólo son repre-
sentaciones, que a su vez üienen su objeto, objeto que no
puede ser intuido por nosotros y que, por tanto, debe llamar-
se el objeto no-empÍrico, es decir, trascendental. Tal olriet'o
€s = X". (1) Tampoco puede Kant hablar de nada como no
sea en términos generaies. Su doctrina se reduce a explicar
cómo es en general posible la experiencia de objetos, sin
que logre decirnos cómo es real. Perb no pretende que el Ab-
soluto sea pensamiento ni que el pensamiento sea el Absolu-
to. Kant, subjetivista y escéptico. Bradley, idealista y escép-
tico.
13.-Et pensamiento fue enaltecido por su facultad de
aprehender lo diverso en unidad y trascender la experiencia
de lo singular. Pensamiento versus sensibilidad. El hombre
estéüico como el hbmbre inferior perdido en la inmediatez
de Io diverso y alógtco. Tras la exalLación del pensamiento
esti el instinto dJ dominio. La reducción de lo diverso al
revancha de
inversión de1 argumento ontológico,
sensibilidart impot€nte, técnica versus poesla' Todos nive-
"o"""pto,
ü
IaAos en el por el conflicto entre instinto de domi-
;fectiva. Todos reducidos a la identidad'
"ottcupto
;itt"".i,
"io-v
-o"áot v ¡edondos, listos para €1 proceso tautológico.de ]a
maquinaiia de dominio. Hegel no puede deducir un lápiz- con
ioáá lu tu"t"" dialéctica del concepto La improtencia de la
Iraiuraleza siquiera sirve para escribir.
20.-Doctrina: "la sociedad se compone de clas€s y pro-
gresa por la lucha de éstas; la clase prevalente es progresis-
ia desde que comlenza a prevalecer hasta su apogeo' que
histórico"'
coincide con eI cumplimiento callal de su destiuo
Suponembs que los conc€ptos incluidos en esta docNrina se
deducen dc las catcgollas. La socicclad es un género, las so-
ciedades particulares son sus especies En la sociedad ame-
Iicana l¡ay lucha de clases, en la soci€dad cubana no hay
lucha de clases. ¿Cómo es esto? ¿No quedamos en que lo que
se dice del género se dice de la especi€? La dificultad plo-
viene de la óoncepción burguesa de las categorÍas' Las cate-
qorias objetivas strn históricas dinámicas, dialéclicas La so-
ilu¿"¿ .u¡"t" marca el tránsito de la sociedad como cate-
no¡ia oue se niega a si misma, que romDe la crisállda de su
iarticularismo y anuncia €l reinado de la libertad Además'
ii ee""to socieáad es un género obietivo, vale decir, dialér'
ii.J; significa que consiste en el universal concreto de
""to
sus especies. pbr eso, porque €n la sociedad tenemos un
por
ejempló de unidad objeiiva e histófica de los contrarios'
oro ¿'"t representarnos la socieda'd como la vida histó-
lica "*os
absoluta.
21.-La sociedad como la vida histórica absoluta No es
uecesa¡io que nos ltt digan: No podemos conocer el detalle
cie esta vida, pelo hablar de ella en rasgos generales sl
que
podemos. La illtegración de las categorlas aristotéljcas como
iotalidad matemática; la integración de las categorlas he-
gelianas como totalidad dialéctica. El d€taue frente a la to-
[alidad matemática; el detalle frente a la totalidad
tica. l1). El azar como impotencia de la naturaleza; el 'lialéc-
azar
cbmo impotencia del pensamiento finito. Platón y Bradley'

10
La vida histórica absoluta, totalidad dialéctica, encarnación
obletiva de la imposibilidad matemática: la contradicción'
22.-ta cultura occidenial como un enorn]e argumento
ontológico. "Este argumento podemos formularlo de muchas
maneras, pero el punto fundam€ntal es muy simple: Tene-
mils la idea de perfección ----sobre esto no hay duda- y ]a
cuestión reside en si la perfección exisie también realmen'
te". (1). Una prueba significativa de Ia ambición omninclu-
yente de los filósofos: el aza¡ como lo irreal, el individuo an-
te ta historia como lo irreal, la sensibitidad como lo irreal,
la irrealidad de los pueblos no históricos, la irrealidad del
mundo. Obvib: t€ngo una idea perfecta de1 nundo; si su
perfección careciera de correspondiente obietivo no pcdrla
ser verdadera. Cuando los esbirros del dictador barren (de
basura y sospechosos) las calies por donde pasa, no hacen
más que quitar obstáculos a la maquinaria de un argunen-
to bniológico. El mastodonte histórico descendió dcl avión;
ulra pequeña de seis años sonrió al manstruo y le alargó uu
ramo de rosas blancas.
23.-La idea perfecta, clc socieclad afirma qnc cn l¿ so-
ciedad sin clases sólo hay comprcnsión y lolc¡alloia La idea
perfecta de sociedrlcl es la iclco dc ullit socicd¡t(l llcllccta La
iarea del .tilósolo de la socicctad pcllccta Uodtá crlmt)lilse de
dos maneras: probandro la ilrcllid:rd clc los l-rcchos dc in-
comprensión e intolerr-ncia; o reconociéndolos y mostrando
que no son incompatibles con la idea Derl€cta de socied¿cl
ia 'sociedad perfecta', idea, hacia la cual tÍende la'socie'
dad'. La idea de'sociedad perfecta' en Ia mente de algunos
hrombr€s que por el conflicto con la sociedad real van crean-
do hábit;s de inductores y celadores de Ia 'perfección' L¿
idea de 'sociedad pe¡fecta" crea a los hombres que son la
ccndicjón real de su realidad, los que sostien€n y desarrollan
ia sociedad a golpe de purgas y quinquenios. (1)'
24.-"Se ve claramente 10 que significa io dado para eI
sistema racionalista: es imposible que lb dado se deie en su
cxistencia, pues entonces ¡esulta 'contingente' de modo in-
superable; es necesario que se lo incorpo¡e integlalmente al
sisiema racjonal de los conceptos det entendimient'o " (1)'
Lukacs agrega que la buscacla superación de esta dificultad
¡a permiti¿o esiablecer los fundamentos del método dialéc-

I1
ticb; también, que las dificultades de la ineductibiltdad del
contenido no se resuelven en términos teórieos sino en ia
praxis. (2), Lukacs habla de razór'I histórica, concienciá de
clase, concielcia d€l proletariado, no'conciencia de la bur-
guesla. "La survie de la bourgoisie", dice, "a pour condition
qu'elle ne parvienne jamals a une comprehension claire des
conditions de sa prbpre existence". El racionalismo históri-
co de Lukacs enternece, Cuando, por el contrario, tiene que
pronuneiarse sobre e1 conflicto chino-soviético, adiós praxis
que conjuga las aporias del entendimiento puro. (3). Tam-
bién la conciencia burguesa, esa vieja decrépita que vive a
expensas de ignorarse a sl mlsm¿ y que emplea su sobrevi-
da, su estupidez ahlstórica, eD elevar la producción indus-
trial hasta la luna, tlene arrestos pollticos y militares, tan-
tos como p¿¡a apoderarre dcl mundo y fabricarl€ automóvi-
les, tractores y camiones a la Rusia histórica. Vende, ade-
más, esta vlela obsoleta, sus 'cxcedentes agrlcolas' a 10 re-
dondo del mundo; hace danzal a franceses, alemanes, japo-
aeses; destruye cuanta barrera bpone el 'mundo humanista'
a su furia tecnológica, tiene envuelta a la tier¡a en una red
de cohet€rla atómica que, si se lo propone, destruiria a to-
dos los seres vivientes en horas, impone su estilo de vida,
ven¿le divertimiento cinematográfico, y Cocacola hasta a los
elefantes de Africa, deja a ün paso del infarto a medio mun-
db mediante el decrépito expediente de reajustar el dólar,
está informada al segundo de lo que trama el último ratón
revolucionario, comercializa (Lukacs querrla que diiéramos
'reifica') las ideolosÍas de izquierda, transa la masacte en
Indonesla, Jordania, ceylán, Pakistán, calcula el futuro a
clncuenta años plazo, relnstala a los 800 millones de chinos
€n el 'concierlt, mundlal'; flnancia los avances de la técni-
ca, reduce a tres cuartas partes del mundo al paleolitico, to-
do esto hace y mucho más. Y ella nb conoce las condicioneE
de su existencla; pero Lukacs las conoce. Por esto están las
cosas comb están.
25.-Entre las ldeas y los hechos que tratamos de expli-
car y comprender mediante esas ideas media un intervalo
que nadie cruza y que todos saltan, El movimiento se prue-
ba andando; pasó la hora de pensar el mundo y llegó la de
tiarufo¡marlo; las diflcultades de la ir¡eductibilidad del con-

t2
tgnido no se resuelven en términos teórlcts, slno cn lrt l)¡l!'
xis. La tesis 11 sobre Feuerbach no cotrespondc a unu slltlo
ción objetiva. Los filósofos marxistas quieren a l¡lt(lh¡lnrtL(-
[itlo que ta teorla se transiorme en praxis. Toda l¿ (,rll,lrrtt
del idealismo filosófico degenera en un griterlo pracllcl¡1,¡!,
Et credo dice asl: "Ilembs descubierto la razón históric¿, l¡1
lucha de clases, la decadencia de la burguesia, la aul,ocoll-
ciencia de la idea encarnada en el proletariado levoluciona-
rio, basta de busc¿¡ nu€vas metaflsicas, con ésta sobra; lail
aporÍas errtre idea y exist€ncia quedan superadas histó¡ica y
teóricamente por 1a praxis r€voluciona¡ia". se asesina a
Tfotsky, se pacta con Hitler, con Roosevelt, se asesina a los
pblacosJ se transa Yugoslavia, se entra en llul.lgria y Che-
coslovaquia, se utiliza a Cuba, Vietnam, Ceylán, Egipto, In-
dia, todo esto y mucho mas (traición, persecución, tortura,
asesinato, masacre, guerra, miseria, postergación, engaño,
clesprecio, mediattzaclón) en nombre de la metafisica defi-
nitiva, la praxis, la lucha final, y (no podia faltar) la Hi6-
toria.
26.-"No to comprendo, camarada .." "Yb tampoco; po-
¡o no se preocupe, la historia avanza mediante nuestras
fr-ustraciones que son (¿qué otra cosa pueden ser?) mezqui-
na unilateralidad, estrecha perspectiva individual.Ustecl
quiere €omprender de acuerdo a los criterios de 1a lógica
clásica; se trata de un hábito pequeñoburgués que no llc-
mos termi¡adb de euadicar y que nos inclina a buscar en
las cosas la realización separada de nuesiras ideas o en las
ideas el reflejo fiel de las cosas. Este hábito r€llej¿ la inl-
potencia de la burguesia que xeifica el mundo y encubre la
lelación profu¡tda de las cosas, ]a dialéclica de los opuestos,
la identidad concr€ta de 1o diferente, la conciliación prác'
tica de lo que busca imponérsenos como real en s¡,¡antinomias
como cbn-
tiadicción insuperable y que no es ot¡a cosa que
cle la conciencia burguesa' denuciadas y superada.s en I[]
co¡ciencia del proletariado". 'Yo 10 e¡cucho con respeto,
eamarada", y me saco eI sombrero ante el p'ozo de su saber'
Pero Stalin era un DioE y ahora es un asesino. No comDlcll-
c]o, camarada. Debe haber un enr€do de todos los diablos
llajo ese nombre de p¡axis, cuando ayer era un orgullo pb-
nerle Stalin a mi hiio en tant¡ que ahora ni los pcrros lo

13
quieren". "Tenga cuidado, camarada. No caiga en las redgs I

sazabobos del formalismo nihilista. Cámbiele el nombre a su /

chico y no confunda el devenir real, la dialéctica históricai


con el nominalismo mitológico decadente, figura caracterÍs;
tica del imperialismo, última etapa del capitalismo".
27.-"¡Veamos, puesJ amigo mio! Mantente en lo tuyo f
no ced¿s a la falsa vergüenza. Por mi parte, tampoco puedo
pecar de timidez. Dime, pues, si es vjvü feliz tener sarná,
experimentar la necesidad de rascarse, poder hacerlb copio-
samente y pasar la vida rascándose. absurdidad, gó-
crates -Qué
Calicles-, habla.s como verdadero orador
polltico.-replicósusc¡té en Gorgias y Polo un estupor mezcla-
-Asl
do de vergüenza. Pero tú, Calicles, no suflirás lo uno ni lo
btro, porque e¡es valicnte. Responde, pues. bien
Caljcles,, respondo quc lascarse asl es todavÍa -Y vivir -diio
agra-
dablementc, csta vida cs agradable ¿es pues feliz? *Sin
duda. -Si
solan'¡enl,c cs cgradablc rascalse la cabeza o de-
-¿Y
bo llevar má6 adelsnte ta intolrogación? . . . " (1). El prin-
cipio y cl detallc. EI bien es el placer. Los teóricos grandilc-
cuentes hablarou del loce p¡oporcionado de los átomos, de
la lib€ración de la6 pasibnes, la sobresatisfacción de los sen-
tidos. el aporte de la fantasÍa, la dialéctica de la represión,
Ia posesión encubierta de la madre, Ia autoafirmación, el
dominio. Tener sarna en ]a piel, sentir deseos de rascarse,
poder hacerlo cuando uno quiera y hacerlo, ¿qué es eso?
Platón ha,bla de la falsa vergüenza. En el elem€nto social,
la falsa vergüenza significa una barrera y una división de
las acciones: las que se reaonocen públicamente y las que
no. Por esta división y esta barrera p'odemos dar plausibi.li-
da,d a nuestros argumentos idealistas. La falsa vergüenza,
llmite de la coerción social. El idealismo, figura sublimada
y falsaria de la privación y la impotencia.
28.-Sócr¿tes pudo dejar trab¿io a las generaciofles: De-
fecar, ¿€s eso el placer? (1). Hedonismo secreto, hedonismo
declarado. Todos hablan cbn asco de Sade, todos 10 devoran.
Disfrute natural, disf¡ute depravado. El principio de la ra-
zón no basta pa¡a crear Ia moral. El principio de la fuerza
no basta pa¡a srear la moral. La tazón discursiva, perspec-
tiva lineal trazada sobre la dialéctica de las fuerzas. El pla-
cer y el displacer son cualidades de la dialéctica de las fuer-

l4
zas. La dialéctica especulativa quiere ser ol refleJo dc la
rlialéctica de las fuerzas: de aul que para clla bi(rn y mal,
placer y displacer, sólo sean contrarios dlaléctlcos La ¡r-
i:i.onalidad omniabarcante aslixió la morali{'lad 12l'
I 29.-"!os €sptritus de los pueblos son los rnlcmblos dol
dc,sl
lroceso en que;1 esp¡ritu tlega al libre conocimiento
mi"mo. pero los pueblos son existencias por sl y como talcs
tienen una existencia natural Son naciones y, por tanto, su
DrinciDio es un principio natural. Y com'o los principios sotl
¡istjnios, iambién lo son naturalmente los pueblos cada uno
tiene su propio principio, a1 cual tiende como a un lin Al-
canzado este fin ya no tiene nada que hacer en el mu[-
do". l1).
30.-Crear una lengua, una religión; nedir los espacios
y el tiempo; tener sentidb de los origenes y el desiino; edi-
iicar señoreándose del espacio, cultivar apropiándose Ia tie-
.r-r'a; probar en las artes el sentido de lo bello y dominar las
pt"io.t"" 1¿ ley; en una palabra, desplegar un estllo de
i'ida, es to"otpropio de un pueblo. Asl pensaron los Ibmánti-
cos; desde entonces Yivimos un equlvoc'i): por miedo de que
dar enire Ios parias del mundo corremos de arriba abajo
buscando los "lngredlentes" de nuestro "estilo de vida" Los
desv€los de los fiolkloristas satisfacen las ansiedades artifi-
cÍales de los discipulos latinoamericanos de Hegel (1)'
3l.-Mientras los románticos defienden la lengua del
pueblo, predican ta ¡eligión uniYersal. Realismo lingüista,
nominalismo religioso. oiro nudb dilicil de desatar: el ex-
tremo r€presentado por la religión de los judios que éstos
conside¡án propla y los románticos común; el otro, por la
lilbsofia de los judios que éstos consideran comÍrn y los ro-
mánticos ajena. "Hemos roto definitivamente con la ldoliza-
ción de un pensamiento sin tierra ni poder. Vemos el fin dc
toda Filosofla que pudiera servirlo. Estamos cieltos de es-
lo: que una seguridad y vigor claros sobre Ia desencubierta
,roe"iión del ser vuelve a nosotros". (1). Ileidegger no quio-
re oir hablar del talento iudÍo, e1 talento de la distancil y
Ia critica, el análjsis escéptico, disolvente, universal, la va-
ciedad megalómana. El rasgo más sob¡esaliente dcl lalonto
jud¡b (y del griego también, aunque no les guste a los ro
mánticos) signlfica disolver las formas sustallcialcs clcl go-

t5
l,l(!l$ülo rbm¡lnllco. El Dios de Moisés y el de Anaxágoras, un
d,l.(:r (lnc (lisuelvelos dioses de los pueblos.
32.. .El ¡narxjsmo suscribe la doctrina hegeliana del es-
l)lrll,r¡ gcncral que hace uso de los pueblos para
curnclo se trata de pueblos explotados, los marxistas
r'omlntlcos; cuando de grandes potencias sbcialistas,
bión. Las grandes potencias no-socialistas son para lcs
xisli¿s como los pueblos decrépitos para los románticos:
coria del pasado, canalla capitalista. Pueblo que se
r¡a c\rntra los intereses soclalistas está penetrado por los
birros dei capital internacional. Pueblo que se determina eFr
f,ro del socialismo ha reeacontrado su dcstino. llay que dis-
tinguir el pueblo de sus dirigentes en el pais no socialista;
hay que identificar los dirigentes con el pueblo en el. paÍs
socialista. Nominalismo polÍticb de los capitalistas; realismo
pol¡tico de los comisarios. Los judios dirigen la revolución
en los paÍses socialistas y son expulsados de los comunistas.
33.-EI principio de identidad; la operattrria tautológi-
ca, impotente de alcanzar la existencia. Descartes dice que
no se la alcanza por la confusión (ese detritus de los inte-
lectuales); los antiguos de la escuela de Heráclito eran más
radiqales: el pensamiento no alcanza la realidad porque és-
ta encarna la imposibilidad del pensamiento: la contradic-
ción. Platón mostró que er¿ imposible la ciencia, si Herácli-
to sostenia lt) verdadero. (1). Por su part€, Hegel rechaza, la
tautologia matemática como cálculo sr'n concepto y preten-
de que la ciencia y Ia realidad se funden en el proceso dia-
léctico. Identidad y contradicción; momentos o funciones
de Ia totalidad sist€mática, cordiciones del píoceso inteli-
gente. Cuando Descartes formula los criterios de claridad y
distinción supone lo real como algo fijo, estable, idéntico. De
lo oscuro y confuso a lo clarb y distinto. Cuando se toman
como punto de partida las doctrinas filosóficas, el camino
cs éste: de lo claro y distinto a lo oscuro y confuso; de lt)
co¡npatible a lo contradictorio; de 10 necesario a lb contin-
gente; cie lo ideal a lo existente.
34.-"Cuando se quiere rep¡ender cron utilidad y mos-
trrr a alguien que se equivoca, es necesario observar desde
quó punto de vista enfoca la cosa, porque ordinariamente
c6 vcrdadera desde é1, y aceptar tal verdad; pero también

l6
r[ostrarle el punto d€ vista desde el cual es falsa La perso-
Da reprendida se satisface, porque ve que no se equivocaba,
(1)'
sino que le faltaba tan sólo ver todos los aspectos "
I,ascai apoya este canon de pedagogía (los sofistas hacell
¡raravillas con é1) en dos proposiciones: "naturalmenie, el
hombre no puede verlo todo" y "naturalmente, el hombre n'l
puede equivocarse en el aspecto que observ¿". Qne eI honl
tre no puede naturalmente verlo todo es un corolalio del
Dloblema de la €specificacióu Entonces, resulta fácil refor-
mar al inquisidbr y al comisario: Basta mostrarles el pun-
to de vista desde el cuat la proposición que les pelmite tor-
turar es falsa.
35.-La idea de perfección Pugna de los filósofos Dia-
Iéctica histórica del pensamiento con vistas a colstruir h
idea perfecta de pe¡fección. Aristóteles: lo que han pensado
hastJ aquÍ los fiiósofos. Libro primero de "Metafisica"'
Bladley: 10 que han pensado hasta aqui los filórbfos, Liblo
primero de "Ápari€ncia y Realidad". Hasta aqui, "]as ideas
mediante las cuales tratamos de eDtender el unive|so solt
intentos de supelar Ia ilusión y el errot"', pero " el mun-
do, según ellos pret€nden, está en contradicción consigo
*i.*o y tto es por tanto realidad, sjno apariencia" (1) La
i(iea fiúsófica perfecta es la que permite pensar a su iravós
consistentemente el mundo, y que se aplica en términos ge'
nerales a, 1a realidad sin ser incompatible con el detalle leal'
DÉ algún modo se conectan los rasgos generales que afir-
man ia idea perfecta con un cálculo en el uréter de crom-
well. Si no fuera asi, el mundo seria incompatible o (es lo
mismo) la idea pe¡fecta no seria pelfecta. Esib parece fatal
en fjlosofÍa: la idea perfecta es la idea de una realidad per-
fecta.
36.-Leibnlz: "EI estado pasajero que encierra y repre-
senta una multitud en la unidad o en la sustancia simple'
Do es otra cosa que la Percepción".
"La acción del principio interno que obra el cambio o
es la apetición"'
- ,i,. de una percepción a otra
pasaje
. como el sentimiento es algo que excede a una sim-
ple percepcjón dambs el nombre de alma só]o a aquellas mó-
n¿das cuya percepción es más distinta y que va acomp¿rla-
da de memoria.

77
"(tql rlmo) se apercibe de sus percepciones".
"1,¡r nlcmo¡ia suministra a las almas una especie de
r:oDso(:uclón que imita ]a raz6l¡, pero que debe distinguirse
(lt,(illf¡ -...Por ejemplo: cuando se muestra a los perros e1
biLsLón, se acuerdan del dolol que les ha causado y gritan
I[¡ycn".
"Los hombres actúan co¡no las bestias en tanto que
col-¡sccución de sus percepcibnes se ciñe al principio de
DrcmoIia".
"El conocimiento de las verdades necesarlas y eterna!
¡ros distingue de los simples animales y nos plocura la ra-
zón y las ciencias, eleyándonos al conocimiento de nosotros
rnismos y Dios. A ello se da el nbmb¡e de alma razonable c
csplritu".
"También es por el conocimlento de estas verdades ne-
cesa¡ias y por sus abstracciones que nos elevamos a pensar
lo que se llama yo, y a considerar que esto o aquello está en
nosotros".
"Nueshbs razonamientos se fundan €n dos principios, el
de contradicción, en virtud del cual juzgamos lalso aquello
que la implica y verdadero a lo opuesto a 1o dontradictorio
o falso, . .
"Y el de razón suficiente: que uingún hecho es verda-
dero sin una razón suficiente de que sea como es y no de
otra man€fa. Aunque a menudo esa razón no puede ser co-
nocida...
"Y como todo ese detalle implica otros contingentes an-
teriores o más detallados, cada uno de los cuales requiere un
¿nálisis semejante para dar razón suya, es necesario que la
Iazó¡r suficiente o última se encuentre fue¡a de la serie de
(rse detalle de contingentes.,. "
"De modo que la razón última de las cosas debe encon-
trars€ en una sustancia necesaria en que el detalle de l,os
ca¡rlbios no esté sino eminentemente". (1).
37. "Hay en Dios el poder, fuente de todo; el conoci-
r)ricnto, que contiene el detalle de las ideas; y la voluntad,
ql¡c llace los cambios o producciones según el principio de
k) rucjo¡. Y ellb responde a lo que en las mónadas c¡eadas
(r)n.stiLuyc el sujeto (o la base), la facultad perseptiva y la
llrcrrlt,¿d apetitiva. ( 1).

l8
r "...Dios, reglamentando el todo, ha tenido presente
orda parte, y particul¿rmente cada mónada, cuya natura-
lcza, siendo representativa, nada podria timitar a no reprc-
sentar más que una parte de las cosas; aunque sea verda-
dero que esta representación es confusa en el detalte de to
rlo el universo y no puede ser distjnta sinb respecto de una
pequeña parte de las cosas...De otro modo, cacla mónada
serla una divinidad. No es en el objeto sino en la noCifica-
ción de su conocimiento que son limitadas lás rn{tD¿das. To-
clas ellas van confusamente al infinito; pero son limitadas
y distingujdas por el grado de las pclcepcioncs clistill
tas". (2).
38.-En Leibniz hay grados de Ia expeliencia de lo con-
fuso a lo distinto; y de lo disperso ¿ lo coneútado. La per-
cepción; dispersión absoluta; la memoria: conexión exirin
seca; la !azón: conexión por ideniidad o razón suficiente
La seriación disperso-conectado no es Ia seriación confuso-
distinto. En lo cbnectado se supera lo disperso, refiriéndolo
a un principio; lo conectado no es ya el azar o lro contingen-
te sino Ia conclusión necesaria sea por identidad sea por ra-
zón sufici€nte; lo conectado referido al principjo, y asÍ Jir-
me, por el engarce lineal. En lo distinto se supera lo confusl¡l
por la determinación reciproca de los detalles de un iodo;
lo distinto se hace fi¡me explicitando su principio interro
de con€xión; fjrme por la multilineatidad de Ia conexión
del de¿alte. Lo conectadb alcanza' eI extremo de lo necesa-
rio y firme para degenerar en 10 hipotético y arbitrario. Lo
distinto no demora en ofrecerse como un ideal distante de
la. experiencia finita y efectiva. (1).
39.-La mónada se representa confusamente el detalle
de tocio el universo. Si se 10 represcniara distintalnente, le
nónada "ser¡a una divinidad". L¿ apetición: tendencia al
saber distinlo. La inquietud, sentiniento simultáneo y pro-
porcionado de la confusión. El alma se mueve en procura dc
su reposo. La dialéctica de la apetición es por la carencia'
Cuando la distinción es perfecta las diferencias han desple-
gado su naturaleza y recjprocidad en el instante eterno. Pe-
ro este extremo es un estado ideal vedado a la mónada. La
mónada: centro finito de distinción infinitamente sobrepa-

l9
sado por una totalidad confusa; como la belleza, genuina en
rl ¡ostro hasta degenerar en fealdad en las extremldad€s.
40.-"Como un artlfice legendario que mientras pule su
iámina de plata descubre que lo oscuro y opaco se torna lu-
minoso y transluciente hasta el exiremo de ve¡se él mismo l

reflejado, viendo a través y más allá de su trabajo revela-


da su propia forma, asi también et pensad{:}r jónico podlÍa
suponer que el perleccionamiento del hemisfedo obietivo
del conocimiento ha revelado el subjetivo, haciendo posibl-^
que se p¡uebe la exactitud de lo exie¡no por su reflexión
perfec¿a de lo lnte¡no..." (1). La parábbla de Ward ¡e-
cuerda a Kant: lo subj€tlvo como lo formal; 10 obJetivo co-
mo materia a detelminal y quc cl espiritru se apropia y do-
mina en el proccso ¡rlismo de dcsplaza¡se y conocerse, l,a
doctrina aristbtélica de las categolias y l¿ doctrina kantia-
nir de las categorlas, dos cxtrcmos aDartadbs que terminan
reflejándose uno en otlo. "Dc cstc rnodo srtlge prccisarnente
el mlsmo r¡úmero de conceptos Duros del entcndimiento que
se aplican a priori a los objetbs cte lu intulción en gene-
lal ... Llamamos, con Aristóteles, categorÍas a estos concep-
tos, porque nu€stro propósito primordial es idéntico al su-
yo. . . " (2). En Hegel, esta correlación es traspasada en mis-
midad concreta; la reflexión se resuelve en sl misma y la fi-
sura de lo objetivo y subjetivo es superada cuando la int€-
ligencia se despliega como libe¡tad absoluta: lo real en el
elemento de la intetigencia y el conc€pto; la expedencia dis-
ii¡ta; la vis infitdta cogi¿¿nili que ha rebasado la limita-
ción, relatividad, confusión y transitoriedad de la móna-
da. (3).
41.-La mónada, un punto de vista sobre el mundo; pe-
Io no le Duede ap¡eh€nder eD el detalle sino comb un todo
confuso. Un tÍmite de opacidad y oscuridad que el orfeble
de Warct no puede traspasar. En cuanto se hace un espejo
distinto del mundo, en tanto alcanza (la mónada) un graclo
de percepción distinta de si misma, (1). Lo confuso del mun-
clo tiene r,ln equivale¡te de cbnfusión en la mónada; como lo
r.eal se opone a lo aparente, asi la inteligencia se opone al
sentimiento. "Somos capaces de distinguir y reconocer, en
nuestro interno conglomerado sentido, un númefo de ele-
mentos; y también capaces, por btra parte, de establecer

20
que nuestro sentimiento contiene, lnás allá dc ellos, un lrlrtr-
g€n no reducido". (2). Y agrega B¡adley, al lgual quc Loll)-
niz, que ''este margen en su idea general puede tlansfor¡ltirl-
se en un \$jeto; pero no puede serlo en su particularl(l¡r(1"
tlablar de1 Absoluto en términos generales como Bradlcy: r!
pa¡tir del criterio de cbnslstencia. Hablar del Unlvcrso cn
térmjnos generales como leibniz: por la repres€ntación cor¡-
tusa del universo er la unidad de un sentimiento. (3).
42.-EI sentimiento como encrucijada de especificación
Entre la generalidad suma de la doctrina y Ia especificjdai
suma de los hechos la mediación de una experiencia que so
resuelve en afectividad. La percepción confusa del detallc
de la esp€cificación es la sustancia misma de la afectividad.
El análisis de la satisfacción Ia aniquila. El intelectualismo
de los estoicos frent€ al dolor. La percepción cbnfusa, pivo-
te de la persuasión demagógica. El discurso polltico, mosai-
co construido espigando en la percepción confusa. El análisis
parciat de la percepción confusa determina ia orientación
del sentimiento. En Shakespeare, logicidad }igurosa y tam-
bién candorosa de Brutb versus puntiltismo impresionista de
Marco Antonio. (1). El diálogo en Platón: La idea de engar'-
ce simple (largas cadenas de tazrones) por oposición a la iun-
tura múltiple del disculso polÍtico (2). El encadenamiento o
parti¡ de una tesis conduce a los valores metodológicos del
rnatematicjsmb. La iuntura de lo múltiple en iunción dema-
gógica y asambleÍsta conduce a los valores metodológicos de
la dialéctica. (3). La apropiación humana de Ia naturaleza
rranifiesta ia impotencia de especificación La técnica no es
n1ás que practicismo matemático. La manipulación técnica
de Ia naturaleza la define coüIo materia bruta La técnica
es liDeal y concatenada. La división de1 tlabajo, expresión
cte la impotencia de especificación. El hon'Ib¡e viene divjdi-
do por el hábito intelectualista; la división del trabajo, con
secuencia pr'áctica de1 intelectualismo.
43.-El diálogo, asunto en¿re dos. Las rrónadas no dialo-
gan; todas se reflejan en cada una y cada una en to.las Lrt
comunid¿d acordada y racional de las mónadas es pcrfecti!
pero les cae como un bien del cielo: al-monia pleestablcclclrt
Comunidad de las mónadas. Leibniz tenla pr¡oyectos sobr|
l¿ paz mundial. Pero la mónada percibe distintamonl't' s(il(r

2l
su entorno inmediato. El ideal de comunidad y armonia no
puede prescindir de la confusión y asi de la falsedad y la
falacia. En la asamblea politica el ideal (discurso multidi-
m€nsional) es más ambiciroso que el ideal dialógico (discur-
sc bidimensional); asi también la confusión y ia sbfister'ía
son mayores. Monólogo, diátogo, multidiálogo. La concate-
nación cosista y discreta de monólogo y diálogo; la emana-
ción por continuidad de momeDtos del multidiálogo. Lo real
como entidad material y vacia; lo real comc cualidad, atri-
buto y modo de una su.stancla germinat. El "discurso soli-
tarlo del alma". (1): arl¡uquia, solipsismo, panteismo El diá-
logo, primera potcncia concleta de la universalidad. La
asamblea, aparicnci¿t institrtiva y caricaturesca de la mui-
tidimensibnalidacl racional.
44.-Hegel se hacc calgo dcl pensamiento lilosófico en
general, pelo no en cl dct¿l]c. (1). El pensamiento filosófico
reflej¿ al munclo cn gcncral pcro no en el det¿lle La histo-
ria del pensamiento cs como la de una rnónada de mónada5
que va haciendo cacla vez nlás distintamente Ia experiencia
del universo. (2). I.¡os múltiples puntos de vista se van in-
tegrandio en el "punto de vista del absoluto". Las opiniones
dispersas y el conci€rto dialéctico de las opiniones. Las fuer-
zas dispersas y el concierto dialéctico de las fuerzas Platón
Densaba que la inteligencia era por derecho propio agente
y administrador de la relación so€ial. (3). Hegel coioca la ii-
lo.sofia en la culminación del espiritu absotuto. Para Marx
hay un racibnalismo y efectividad histórica de la fuerza
que aparta la especulación filosófica como opio sustitutivo
La razón filosófica se hace histórica a través de 1a clase
consciente de si y custodia de la libertad y la justicia. Lo
que efectivamente ocur{e es la integración de la fuerza y la
tecnologia. (4). No es la fuerza del Dios de Leibniz la que se
canaliza de acuerdo a la racionalidad de un entendimieltc
djvino regido p\rr €l principio de lo me¡or, sino el entendi-
r4iento el que se somete al sistema de las fuerzas que arlta-
gonizan por el dominio y el disfrute.
45.- "The common consciousness is not only the sour-
ce lrom wich the individuat gets his mbde of speech, thought
and action, but the court of app€al wich d€cides what is a
fact" (1). Azar, accidente, contingencia. Quitada la ceremo-
22
nia ritual -polltica, cultural, religiosa-- Ia realldad Nad!
es con-
cotl-
i-u!u- o oiap*iu para la "common consciousness"'
oñio " lt¿i"".io se muesira conectado; la res'liclad clc l'r
JJÁ*o" consciousuess" no tiene razón sulicientc. Llr tctt-
lidad coneciada, la realidad hegeliana, la cosa es¿
que so
á"*t.áUu como esp¡ritu absoluto es una realidad rituali co-
**iru"lá"'! ¡"quitidores lo saben y practican y santiflca¡r' El
ráiu.i"-¿"f pt"uro en Pekin tra llegado finalmente al cxirc-
iiá:
----'46,-¡iputtrttt"" dicen tambjén qué es real'
"ut los hechos no son incompatibles con la ldea' elr
tooc"" lt idea es verdadera y la realidad encarna la ide¿'
iá- ¿" ¡t"¡* prepara a la sociedad para la comunióno
ñJ u iá.r. 1,"" iecalcitiantes van a1 banquitlo, a la queda-
"á" cárcel
ri ro'rJ"o-io. Incapaces de percibü la realidad tóxica; han
pro-
áo-ui *ute"". Escoiia de la tierra; excrecencia
áo"io ¿u ú impotencia de la natural€za humana;podria freir'ineludible
iropot"i¿" de parias, lumpen, detriius Ni Di¡os
;;;.i; ecta¡ basu"a. jcómo enlonces hacer alardes pul-
cro.s corl Hitler o Stalin?
4?.-Los grados de la incornpatibilidad "Lo que nos une
es más fuerte que lo que nos separa" Dos clases de
enemi-
gos: aq""lfot cúya existencia se tolera y aquellos cuya exis-
-no se toman por no
iencia se puede tolerar. Estos últimos
uti tto ¡"y probl€mas de intolerancia ni senti-
""tJ"t"";
miento
- de culpa Por masacrarlos'
4S.-oos clasis ¿e hechos: aquellos cuya existencia ¡c
que se [oleran Distin]'os glados
se ouede lolerar; aquellos
á" iotetancia. Los rusos decÍan: socialismo b lascismu Pelo
ui nli"ltt"o ruso de RREE lirmó un pacto de no agresión
con
Ios alemanes y éstos pudieron invadir Francia siD ll¡eocu-
p-t" A" espaldas. Los comunistas franceses se dividic-
ion entre """
quienes no pudieron sobr€vivir al hechb' quicncs
tleclan que tenla una explisación en la menie de Stalin
olrr
ri"iJ""i" y qujenes (dioses a su manera) no tenian dificr¡l-
láJe" utilióttto diciendo: todos los medios son razonabl('s
cuan¿o
--'- se't.ata de defendet la patria del socialismo (1) .
¿é--'to restore the experience'of original inscD¿rrabill
tv" ifl. ¡t concepto y las especificaciones del yconccDto: "r'l
á"ro ,", deciina a través de las categortas": las cl'ltcgo-
¡las se dividen en los géneros; y los géDeros cn l'rs {rspoci(rrj
nuevas distin-
Y en la impotencia de especificación surgen
hay obreros aris-
f" áspecies fnfimas no son infimas'
"ior.r"",
;;;;;;.,*";i;ii;tas progresistas revolucionarios indepen'
.tipñrps neoueños burgueses. marxislas vulgares' periodi catoliccs
J-i''p"ilili"L"" narco sremialistas i'
;;;;i"":;;' a
criticos' militares pacilis-
ür';irriil;ñ;s,'universitarios de cen-
il.. .".át casados, tilósofos I erltistas izquierdistas
no alineados tros-
;;;' ;;;;;;t*
'u. ác izqtLi"r'¿¡ tercerisLas
cad-a quiÉl
i,ir,l'J" ii.ut."' ác Novienr¡re' dc Di'icmbre
La c'Jn-
aá" tu n"tt" clc conlrlsión cmncquetada a medias y
ir]u¿i""iá" .""r..pclc la homoger'¡cidad de los
concepios se
La distincjón' rc-
f,-"iot"o ollos mcdiintc la dislinción
t.ritl-ái
"u Lr ilrrsión de ir escla¡eciendo eL cnn-
"t."trJ"dcsta ¡cali¿a¿ a Lravés cle Ia esDecilicación
";i;;
;;;t";i. La cspccilicación oonccl)tual' reparto de
""*"";;;áo neg¿-
Platón: No de cste ladro' sÍ de1 otro (2r'
;,;;;;;;;"t" de
;;;';;;i";;*- del árbot de Porririo' con'o si la "Ip:.'it""ll
;;;;;;-;;;;" de luz sustantiYa v oscuridad adjetiva. La
i,i"""üi"'"tto;: no de esie lado' no del otro: com! el di-
i';'i" .t,. meramente divide una superlicie La división de la
quiere descender por
irtj"t It iiitiut.ión de la luz Platón
;;;#;";il ia luz plena d€l ser hasta la ropacidad suma
;;'ir*";tt;;;";; ier,sl¡t"; soro logra dividir lo oscuro .de lo
con su palte de confusión Baio eI cre-
-J"-l^quien
oscuro. Cada
áeterminación Iime overa Hegel:' tirios y
"t"*ii"
iri-v*át,- revohtcionarios y revblucionarios ca-
pitalistas. "upif,"rislas
--'-'áó--;ro xestore the experience of original inseparabili-
tv". ü1. e lu qpacidad insuperáble de la mediación original'
conc€p-
i"ual. la pureza y transparencia de la experiencia
ii"'itp"i"i"* ¿l la experiencia original versus confusión
á"-r"'op"tia"ai" original' Intuicióny versus
la
sentimiento'
verdad: volver a
ii"ti.ll.t-""t"t" Leibn-iz. r-a inocencia
pensado-
l* estado briginario paradisiaco de los
*o¿".tto"- La cultura como corrupción El
a", ""-iiná.ir crecimiento
ii-tga"i"o y ióxico de la cultura Apartar los "espesos ve-
ios"-det leneuaje, la convención y el prejuicio' recuperar la
á"-.iáait (2). La ruta de la duda: alli donde no hav
-it"olptJúiii¿.¿
rnil de dudar lo real se ha tlornado distinto v
;;á";;;; ;";; el orfebre de ward qu€ pule el metal hasta

24
percibirse en La duda, escala deductiva que permite acce-
é1.
ier ala cerLeza y 1o reat; la apetición, inquietud que empu-
ja ef se¡timiento confuso al extremo de io €xplicito y distin-
io; la manera, Zen lompe en el instante IfI unidad oxlinariR
ctei mundo y aventa sus dicotomia*s en l¿ ccguern luninosa
y plenar¡a áe1 medibdia. Con Descaltcs clc"scubro la vcldad
í, tranquito, la deposito en eI baúl de li ncnlolia;
viviJs dc
con Leib-
rlli scllli-
niz ta creo, la soitengo con los vinculos
miento; con el maestro zen Ia ¡estil'uyo nle(liant(r cl golDo
preciso'que descalabra la nadidad llabitual cle l& existoll('ia'
51.-i'to restore the state of purity and hansparcucc"
(1). La pureza y transparencia del estado oliginal se pügán
€strechez, transitoriedad, desconexión L¿
"o "up"ifi"iaüdád,
repreientación de la mónada ¡¡es confusa en el detalle (lc
toáo el universo y no puede ser distinta sino respecto de untr
pequeña parte de las cosas, es decir, las más p¡óximas o más
de en-
árattau"..." (2). La experiencia como una totalidadcomo
iorno en¡arecid'lr y centro distinto; Ia experiencia un
:]ílaz d.e Ilz que xecorre un obieto previamente distinto La
verdad como experiencia absoluta con centrb en todos los ex-
t¡emos; la verdad como fotografia del mundo Delrolver¡os
del esfuerzo que sul one la autoconciencia. Devolvernos de
ln gasfiterla de la curiosidad. "To ¡estore the state of puri-
iy ánd t¡ansparence, tl'Ie experience ol original is€parabili-
ty". El maestro Zen busca la susiancia baio el atrjbul'o' la
esencia t¡as el accidente, la unidad de ta multiplicidad, lo
real en lo aparen¡e, 10 verdadero dentro de lo falso, lo quie-
to más allá del movimiento, lo idéniico nlás acá d€ Io dife-
rente; busca Ia unión sustantiva y sempitelna de lo divid!
clo en la vanidad. La ambigüedad del triunfo del satori: la
Sonrisa Zen.
52.-Cuando Descartes formula los criterios de claridad
y distinción supone lo real como algo fijo, estable, idénii-
co. Esas "largas cad€nas de razones de los geómetras", los
eslabones, el engarce y la concatenación. Intuición de lt)
simple (término); intuición de 1o ctlmplejo (juicio); secuen-
cia de intuiciones (discurso). La conclusión como resultado
del discurso, El resultado se afianza como tal en la memo-
ria. La ciencia como sistema en Desca¡tes es el objeto conl-
pendiado y confusb de la memoria. ¿Podria se¡ algo diferen-

25
te la ciencia de este pode¡ acordarme de que hice la demos-
tración y que eila fue hecha €n el i¡stante de la intuición
y el tiempo del discurso? (1).
53.-La técnica como alternativa de la precaria existen-
cia de la ciencia en la memoria. La técnic¿, encarnación
material del resultado cl€l discurso cieniÍfico. La diferelicia
entre materialidad natural y mate¡ialidad técnica: la ma-
terialidad técnica es la encarnación cierta de un pensamien-
to; la materlalidad na¿ural, resultado de la compulsión y el
choque. Eacionalidad técnica versus ¡acionalidad natural.
La racionalidad técnic¿, crcatura del hbmbre, origina un
elemento que se lc opone y lo aplasLa. La lacion¿lidad rna-
t€rial, pura compulsión y alttagonismo de fuerzas, crea ¿l
hombre.
54.-Apropiaclón conceptt¡al del l¡!¡n(1o y apropiación
tecnológica del mundo. La iDrpoteDci¿ concOlltual de especi-
licación produce alie¡tación y scnambulisrDb. La impotencis
tecnológica de especificación favorece la ploducción en me-
sa, la unifor¡¡1idad, €l deterior:o de Ia sensibilidad. La impo-
tencia conceptual se refleja en la impotencia tecnológica:
las úlceras le vienen al estómago por ingerir generalidadcs.
El extravio en los conceptos nos d€ja a merced del comisa-
rilo; el extravlo en el status nos deja a merced del progra-
mador. Un entendimiento pueril en el carrusel de los siste-
mas c€rrados; una sensibilidad embotada en la ur¡iformidnd
fastidiosa del consumo, La totalización material y concep-
tual, un binomio de espejos que satiriza los sueños imposibles
de Espinoza.
55.-"Es entonces cuando se hace un dudroso balance en-
tre ia verdad y la voluptuosidad y cuando el conocimiento
cte una y el sentimiento de la otra realizan u¡ combate de
incierta decisión; porque, para juzgar, se tendria que cono-
cer cuanto ocurre en el interio¡' del hombre, que él mis¡no
no cbnoce casi nunca". (1). El intelectualismo de los filóso-
Jos divide la natrvtaleza humana er1 e¡tendimiento y volun-
tad. Para Pascal se trata de iacultades congruenües, cor¡ sus
principios generales, su discurso propio, su certeza y falibi-
lidad. "Iray ¡eglas tan seguras pa¡a agradar como para de-
mostrar, y quien las co¡lozca y practique pe¡feciamente lo-
grará hacerse amar como el geómetra logra demostrar lbs

26
elementos de Ia geometria". (2) Pascal supone que un espl-
el detalle de la verdad y el dis-
'ti"'1"."t"t"t" ionocerÍa de nlodo que sus
itri"-t-u""it^tl" infaliblemente v siempre d; la verdad y el pla'
actos serian un encuentro "t*o'iio'o
i". p""iii"i" r"telectualista de taque adecuación €nlre verdad
:1"i";"t*;"";l;;i' u etrp"t lo a solpes-.se.ha dividi-
y voluniad s€ han dlvrolqo' er rr!-
áo. CuanAo -nt.
entendimien[o
i"l"Jtt"¡.á", opera ta división, decreta su pr€valencia'
lrruu ao" po, donde recibe el alma las opinioncs'
"r,i.udu, La más natural es Ia del enten-
"'"t,íit*"ttt"l ""o-
""luntad.
,e ¿u¡etia aceptar iamá's sino verdades
;#;;'ü';; aunque contra la na-
á"*"tit"ai", p*o la más ordinaria,
turaleza. es la de la voluntad "
'"'-i"6.]el tt"*¡te
l3)'
de espÍritu penetrante realizaria conti'
nua y'perfectamente en su comportamientolola
operaclon
y voiuntad' sé verda'dero y
i"*iiirá" á" entendimiento placer; el bien €s la iusticia;
¡" ¡"""á. El bien es e1
"ri"i" Á l" El conflicto de voluntad y entendimien-cntre
in-1" niuntut D'Jlque cl bicn cs el plccer' EI contliclo
"Tüi"" "".aud.
blell es l¿
ese
vótunta¿ v entendimiento se amold¡za norque se des-
i;;;it. É;l conlliclo entle voluntad v entendimiento
¡i"tt It verdrd La iurticia' resaLeo d0l
;;;;";;n*;i es
la verdad v voluptuosidad lo r€-
;;;;; ;i "óttrti"to "ttt." promroviendo
i,r"fu" ul intelectualismo la voluptuosidad del
técnica
;;;;.. Ei i"ito a" lu teoria como lo práctico de la acción pro-
13
ffi;;;; ái"i.i¿" ""tt" lo teórico v .sócral'es:
tosuda convicción de que el saber es la condiclon
necesal-ra
., ..oti"ierrtu de la virtud. La actividad del Dios aristol'élico
;";;;ü;iá; p;r excelencia, v se resu€lve en autoconcien-
lo
cia teO¡ica. La imagen de lbs prisionel os en la.caverna: Ia
;;;";;;;";" v funáamento trasciende el devenir v ma-
;¿;td;;. ;; i""rla, técnica de Ia acción'acción provecta su éxito
la propja' con-
;;; ;; propio absoluto v declara
fundada, satisfactoria, Iibre v bienaventurada
"r.Ñt;lÉ,
teorle Pura.
-----¡Z-it
como
ciencia geomélrica, prol'olipo del saber' El -espa-
metalorlco
cio de los geómeiras, Ia pura extensión recursro pura'
oar*""""t"" del ideai dialéctico logicidad expttcitaelemen-
La extensión
v.evi-
í"^á" t" á""pii.gue conceptual;
dente; continuidad, homogeneidad contrapeso y eternroao'
27
La actividad dialéctica del concepto busca engendrar eI equi-
valente especulativo del espacio. Como los puntos se proyec-
tan en el espacio geométrico, sin molestia ajena ni inercia
propia, asi quiere encontrar el concepto un espacio dialécti-
co donde desenvolverse con libertad. Dialéctica de las ideas
en Platón; discurso autorreflexivo en Arisloteles; desplie-
gue de la fuerza pensante infinita en Espinoza; el saber ab-
soluto hegeliano. Dios está 'en y para s¡' sin problemas, Las
dificultades apa.rece¡r cuando crea el mundo y tiene qu€
bbrar esta ;inte6is de jd€a y rDate¡ia. La metafisica: arte de
extelder la coherenciÍt lógica por el lrnivelso y reducir ia
escoria al mlnimo. Arte tamt)ién de oculiar la escoria. ¿eué
ha¡las Sócrates, para dcsvanccer cl dcsor.dcn y la irraciona-
lidad que ploduce un cálculo cn cl uréter. de Cromwell? La
racio¡'Ialidad se mide por la excrccencia que produce.
58.-Job echa inrnr¡ndicia sobr€ su cÍlbeza; Juan corne
las raices y yerbas del desierto; Dióg€n€s, las sobr.as cle los
académicos. El marginado tiende a la identidad marginal.
Sade, media vida de lucidez en cárceles y manicomios. Dos-
toi€\,sky; el parÍa y el comisario, el apóstol y eI inquisidor.
Para que tliunfe el apóstol, una vida de mazmouas, y ello
para recrear al inquisidor o refrescarlo. Guevara asesinaclo
comb un perro, un cadáver mutilado y mosqueado Dara re-
levo de los ánimos y brlo revolucionario del movimienl,o jo-
ven. Güntt¡er Grass se define a si mismo: ,,oficiante de in-
nlundicia"; o sea, basurero. IIay quienes se satisfacen des-
cubriendo la basura que otros €sconden. Es comtr desnudar-
se uno mismo: "Al fin de cuentas, no es ningún escándalo
ser tan sucio". La parranda de los elegantes y esietas: co-
mienzan en las noches del barrio alto con sobren-resa af¡an-
cesada, siguen por el music hau, el prostlbuto, hasta desem-
bocar en los resumideros.
59.-Hay una recóndita frus¿ración que se solaza en su
manifestación externa: la basura. Los psicólogos lo saben.
Y lo practican también. Tema para filósofos: si no se cuida
al niño, se come sus propios excrementos, Sea sin sabe¡lo
o sabiéndolo, la clsa se hace igual, Lo moral irre-
-parece
batible* no es porque uno sepa. p¡eferible Dostoievsky a
Freud; el hombre de Dqstoievsky tiene la certeza ¡eligiosa
de su ruindad.
60.-Asl como se estudia el olganismo del hoüIbre me-
Ciante análisis de detritus, asi debiera estudiarse el 'orga-
Irismo social' pbr las excrecencias que expulse, o sea' el tillo
de hombre que no integra. Son más de los que uno piens¡';
no se sabe mucho de ellos, porque se les enierró con sus opi-
niones. "Desenterrar a Sade"; se hace en cualquier parte'
menos doude está enterrado. La generación pone al horno
su venenro y prepara un pastel digerible para Ia gcneración
subsiguiente, No hay tanto progreso del esphitu como mo-
mificación de los audaces. Ya tendrán alto precio los resto's
de Guevara,
61.-Está rnontado un mecanismo por el cual unos dis-
fruian a extlensas de otros El fundamento vilb de este me-
canisri'ro (funciona hasta mucho después de muerto el fun-
damento) es la fuerza. La interiolización y aceptación de
ie fuerza en el suieto sometldo, producto de la leligión, i&
noralidad o la filosofia. La dialéctica de las fuerzas es ob-
via: equilib¡io de las fuerzas; fue¡za prevalente y t\Letza
subvaléDte. EI aparatl, de aceptación: un iuego de márge-
nes para el reconocimiento proporciona'do de 1a fuerza El
-otg"Ir "" la clave de la aceptación
y de la dialéctica del
cambio: Ia fu€rza subvalente despliega un desarrollo mar-
ginal hasta el extremo de estar en condiciones de cuestio-
nar el aparato de aceptación y contrato. El rellejo de la re-
lación de fuerzas en la conciencia com\f, interiorización, lc-
conocimiento y aceptación. Los márgenes de 1a Ielación de
fuerzas se expresan en la conciencia como 10 plivado. la on-
ción, Ia responsabilidacl, la libertad. Es po¡ el margen inte-
riorizado que I¿ imposición aparece como accptación y ra-
cionalidad. Es DbI' el margeD interioriz¿clo (lue existc cl su'
jeto o su aDai-iencia. El nlalgen olljctivo cxprcsfl Ia toler?rn-
cia reciproca de las lucrzas; es cl csqücna c¡l qllc ¿motLi-
guan y olganizan su 0o͡traste. Iill trlargen subictivo es la
ficción de un suieto inteligente clonde lo impüesio "se disfra-
za de finalidad.
62.-¿Acepiariamos que alguicl] sosl,uviera que dice co-
sas verdaderas acerca de la fuelzil en gene¡al, pero que no
está en c'ondicion€s de explicar las especificaciones o el de-
talle de la fuerza? Entre los plincipios de la dinámica y la
adquÍsición de dos kilógramos de chuletas no hay solución

29
de continuidad. Nl la hay entre afirmar que el prirrcipio de
la conducta es el placer y los hechos €fectiyos de la conduc-
ta. El que suscribe doctrinas materialistas no tiene proble-
mas de especiiicación. El que suscribe doctrinas espirituales
no logra especificar nada. El motjor del acto €spiritual es la
fe; el motor del acto material es la naturaleza.
63.-El margen y el pl.acer: fuer¿ del margen la fuerza
es mera sustancia, yacencia, modor.ra, embotaniento. En el
margen la sustancja adquiere la figu¡a de sujeto y concien-
cia de si, por el juego ariiculado y dinámico de 1os cont¡as-
tcs. EI placer, denominación genérica para las fo¡mas dife-
lentes cbmo deriva ia fuerza en el margen. La derivación de
la fuerza, dialéctica de los márgenes.
64.-Los fleudianos son electricisia^s: energia, diferencia
de po¿encial. Todo se reduce a ¡egular el equilibrio interno
con la presión exterior. Freud dice que el organismo toma
pequeñas cantidades de la energia externa para hacerse una
miniatura conmensurable del muudo. (1). El dolor, incon-
gruencia entre las condici'ones del mundo y las condiciones
clel sujeto. La personalidad, imagen co¡]creia del cálculo y
€1 compromiso con vistas a la congruencia constante en el
mundo. Equilibrio de la dinámica interna a base del arte_
glo, el aplazamiento, la mascarada, el esquivarse inconscien-
tes. Un prodigioso aparato de diques levantadbs al buen tun-
tún a la carrera, según el albedr¡o y €l azar. del mundo en
torno: un buen dia, llay que hacer cuentas, porque ya r.e_
vien¿a el corazón y echamos fuera cantidades de suciedad
y hedor, nuest¡o propio detritus entre las esclusas improvi-
.,sadas.
65.-Interior-exterior, ¿por qué esta asimetria para dos
circuit'os de la misma cor¡iente? Los modernos decian ,,re-
flection" por oposición a ,,sensation" y entendian la ,,reflec-
tion" como la p€rcepción que el esp¡ritu tiene de sus propias
bperaciones. (1), Es por la reflexión que hay interior y exte-
IiOI; la naturaleza nO percibe sus operaciones; y el placel
es la sustancia de la reflexión. Esto queda firme: el sentido
inmediato, primer,ro, fundamental y suficiente del interior es
el disfrute. Con el refinamiento del disfrute se compiica el
int€rior y viceversa. ¿El refinamiento d€l disfrute o, más

30
bien, los largos rodeos a que obligan la coerción y la priva-
ción ?
66.-Disfrute natural y disfrute depravado. ¿Es genuina
esta distinción? Sade cree encontrar el cont&cto con la na-
l,uraleza a través de la depravación. Asi, pudie¡a ser natu-
ral el disfrute depravado y hasta depravado el natural. Las
recetas de Sade ct¡nducen a la cárcel, ai reforn'Iaiorio, al ma-
nicomio, a la marginalidad. El beato que vocifera contra el
sadiano no duerme pensando en el destello de su mirada: ia
realidad patente del placer, la única y perf€cta serteza, auR-
que titile en la depravación.
6?.-En lo exterior, Ia fuerza es ciega compulsión y re-
suelve inmediatament€ su contraste sin más razón que su
cantidad y su movimiento. El r¡o de Heráclito: unidad sin
concepto del antagonismb en bruto. En la interio¡idad, la,
fuerza adquiere la orientación del placer, el autodisfrute. En
eJ marg€n que iniercalan la,s fuerzas entre sÍ, se apropian e
i]lteriorizan su antagonismo- Entre el amo y el esclavo estí
la columna vertebral de la relación social, la forrna primera
y elemental como las fuerzas autagonizan sin destruirse.
Anl,agonizar sin destruilse: exprcsión objetiva del principio
de1 placer. Por el placcr la fuelza olicnta su desviación y
calcula. El placer es la fuente de l{r intcligcncia. Dos luerzas
que contrastan por su placer: la figu¡'a prirnitiva y básica
de la dialéctica.
68.-Los ma.rxistas cor¡clben la interiorización de la ¡e-
lación de fuerzas como alienación, ideologia y falsificación.
Los freudianos, como identificación, sublinación y culttua.
Según los freudianos, el espÍritu se despliega conlo la ¿brrt
que encontró ve¡des las uv¿g. $egún los marxistas, el espÍ-
ritu es el agente negativo del conflicto material, un no-exis-
tente que mueve por pura rabia de sel'.
69,-Hegel habla del enfrentamiento entre Ios hombres,
y de la muert€. (1), La pura oposición de las fuerzas que se
oponen y la destrucción absoluta de la fuerza subvalente
son sustituidas por la dominación: una fuerza se hace
el objeto o el instrumento del djsfrute de la otra. Por la vi-
d¿ y las formas más rudimentarias y deformes de1 disfrute,
a.ceptaron los hombres la esclavitud. Asi, sólo más allá del
placer no tiene sentido la vida y sólo lo tiene la muerte. Asi

31
trlllll) r;r, rll!rl(lr,(]l l)lllcrjf cll llaluL,al y
depr.avado, se divide
l¡url,lr.¡r ('r ljl)r) y sclvll. El placel.
¡ur¡t,
*." a" prá,"""
¡!l,Lilv(!s¡r(lo.
'/t, lil "i "1"'"i
I)l¡rccl. doi amo y el placer del esclavo: ambos
rr* t.iLr r¡r¡ nriximo; entre urn¡*'*¿*i_i.. il;;r#:ii;
ll rltlg(xr cstii la clepravación que la
{l( l)rrrv¿ciólt tolerada, sobrevivencia toi"r". i"
de la"oói"¿u¿
rurtrctr cn el elemento social. ""t.."f"rá'aii"ll
El ga"ito, ei ú,;ñ;#il;;
s r,'quicrcn lugares donde "lod,r esté p"r*itiaJ_. 'i¡"lii*
rr¡r¡.,¡burrdas de la naturaleza. EI
cjrin toler¿da, juicio de ta sociedad "p";il;;; d:;#;;
cl, rep.or¡Un. Juicio también sobre los su e""i"l";;"
"óu*
Umites" ¿el cánceltJ
nri¡u)o de repres)ón. La sociedad
or;;;";;;;;.;;;;il:
"" la relacion de serlidum_
elems¡¡¡; lo ahefl.oj:r en
li:: Y:r,."
bte lo soporta en Ia depravación
,",-],t,:l:t el piacer depravado busea
Iclscron con la na¿uraleza. O tambien: sade rpcuperar la
De la nitologia social mediante ta aepravación.
i" ,,;t;;;;; ;;;:
¡rera u otra, Sáde representa la destiucció¡r n;';;;;:
(le acuerdo a unt serie de d"l; ;;;;;
cer depr.avado. La lectura de'Sade en ,l;; ;;;; ;;;;ff
implicacjones
.inquieta y centrada en postulados ";;;r.";; "*;";:;
*"*i".,
l,:, lt :1p.Ygl:r".ia "rr"liá il'i"H1
y lc. imasinacion o"p.u"^a"'¡"iu .on_
j,,l.^..Tjlliln9. 1a muuipticac jon v ¿¡ueisi¡ica ct¿i'- jnfi njia
" y corapso de ros varores y
;",_*"ii11r;,1,,".. "S ii"iyj:*
h;;; l;"' ;;;.il"]1X,':f.T?;,ili""l"il :::
:il:l:'":,^ól
parecido recurso en fonesco,
que ja
fros¡on.
racron me¿iante l."ite-
en puntos singulares oe ta
logra rom1ler el sistema ordinar.io retaci¿n si;;"";tiji";;
su vaciedad, au p"r..p"üi ;""*;;i
-i superficiaiidad
¡u.. a-
" ;ñ;il;i
".u"'.medianre H,í.,"t ñT,ff
las inconsjsrencja" a"
;,,i,l#iii
lii,?,
iil::?j:",
Luacron ordinaria. r.a manera j;.;í_
"r."iru."oi.""ji
zen, por ei ;;;;;".
renra pol la conducta incompatibre ^";r;;ilr.i;;'#.il.
c_cnducta que demuestra la
supelficiatidaJ. ü;;;;;, ;;rv*
l€ncia, arbitrariedad. desarr¡io,
rua,.. con dá-,'ii
"á!¿"iJi;T'iJ'.iilfr'iililT,""ll#,láll:
t¡ca la tr-ansformación de sus ho¡rores en poesla, La escuela
zun codi.fica también determinaCas
operaciones-;r-;;;;:
32
?2.*La deprayación tolerada, sobrevivencia de la natu-
raleza deformada en el elemento social. En eI prostibulo, el
trbj€io sexual es mantenido corno cosa a puntapiés. Palpar,
tlajjnar, tasar y regatear un cuerpo con el deleite equivoco
de 1a t¡aición. En eI prostibulo, sÍ, se quita el honbre sus
hábitos sociales y aparece un animal culpable. EI prostillu-
lo: antro de la t¡aición. Sade presenta con nitidez Ia defor-
ma.ión de la naturaleza a través de la depravación; en la
nitidez se desvanecen los colores siniestros, el alma equÍyo-
ca-, claudicante, peligrosa y repugnante del deprayadb. La
naturaleza disuelve con su patencia las ambjgüedades tóxi-
cas de la imaginación. Los freudianos buscan hac€r cons-
cie¡ie Io inconscienie, reconocer lo reprimido. La cura por
le manifestación y la neutralidad subjetlva, de lo mairifes-
'úado. EI error, Ia angustia, la culpa, Ia inquietud lacerante,
creaturas de una vcluntad vergonzosa que se envanece a ex-
Pensas de su vergüenza.
73.-La depravación tolerada €xp¡esa con cblores repug-
nantcs el cor¡lpromiso sociai. El mundo social como desplie-
gjue y apotcosis clol compromiso. Cada uno ete¡no en cu iu-
gar (1); nonada en lugar ajeno; inmuncÍo en la reciproci-
dcd. ED el margen, donrle los opuesíos juegan su cont!'aste,
alli tan "sólo surgen la inocencia, Ia hipocresia, la crueldad;
sólo alli aparece como en lugar propio y con forzosidad la
dualidad de comprortamiento e intencióD, lenglraje y Densa-
mrento, apariencia y realidad, multiplicjdad y unidad. Cada
uno en si, fuera del malgen; cada uno alriesgando su anu-
lación Dor el saltc absoluto que exige la, caridad; cada uno
tragando las inmundicias del ccmf,fomiso por fingir la uni-
ve¡saiidad de1 encuent¡o; cada uno soporte de ia clueldad,
]a hlpocresia y e1 saclifr-ci'D, cada uno juguete del duaiismo,
hecho duplicidad inquietante; cada uno, consciente o in-
ccnscienteirente, cuarlrando su cÍrculo, duplicando su cubo,
t¡isectando su ángulo. (2).
I4.-"Satori,.. essentially con.sists in doing away with
the opposition of two terms in whatiroever sense this
-andmen-
cpposition is the principle of consciou.sness as belole
tioned, while satori is to realize the uncor]scious \ühich goes
beyond the oppbsition" (1). Salil de ta dualidad cotidiana
atreyesándola o apartándose de el1a. Diógenes a ia orilla de
I

ALr.r¡rri: l[l¡jcrl¿ dc deDc]rdencia ma¡ginal; doble actitud;


.\ol('(lt(l roblosa y depeuclencia inmunda. Se busca la per'
hcr.li,¡r {rn ol desiolto y se vuelve de alli perfecto para ser
c¡uclficrclo. trÁtamos, quieras que no, en Ia concupiscencia
l¡)luun{t& dcl cohabitar: la moral, hipócrita economia del
poquil'o mcnos y el poquito más; la dialéctica, soliste¡ia dis-
Ímzacla y vacaciones para todos; el misticismo, nihilismo
total para la positividad absoluta. "¿Crees, Sócrates, que ha-
ya también una idea para el vaso de cicuta cor el que te
asesinan? Vivimos en márgenes, Sócrates. No quieras edu-
carme para la muerte. Yo vuelco el vaso y grito isalgan,
asesinos! Vamos a hacer la pedagogia de la libertad, basta
de cavernas".
?5.''-¿Fbr qué representar la vida centrada eomo un
compromiso de la violencia y la. tazón (1), sobr€ todo cuan-
cio nada como no sea ia violencia misma eslá en condicio-
nes de i'omperlo? ¿Cómo desconocer que ]a violencia ha he-
chb de la razón una prostituta diligente que corre justifl-
cándola? ¿No tenfa clérigos y cientificos y filósofos el na-
cionalsocialismo? ¿No eran confiados a ia lógica y ra,cio-
nalidad politica los prisioneros de Stalin para que conclu-
yeran que eran 'objetivamente' contrauevblucionarios y
tlaidores? El que iome ei poder tendrá a la mañana siguien-
te una larga cola de teóricos que s€ proponen como emplea-
dos, listos para demostrar Io que sea. ¿Y qué más justiJlca-
ción racional requiere la violencia cuando los teóricos mis-
mbs, empachados de viento, dejaron sus historias -verbales
y prcclamaron la racionalidad de Ia violencia misma? La
viol€ncia contrajo nupcias con la razón bajo estas condicio-
nes: que la violencia se¡¡a racional €n gene¡al y 7a razótt,
vjolenta en el detaue. De allÍ resultó este prodigio: la his-
toria, una idea aceptable hecha con crlmenes.
?6.-"Identification presupposes ltrriginal opposition of
two terms, subj€ct and object, bul the truth is that lrom the
very first there are no two opposing terms whose identifi-
cation is to be achi€ved for Zen... The aim of Zen is to
restole the experience of original inseparability, which
means to restore the briginal state of puriiy and transpa-
Icnoe". (l). El diátogc, manera de los prearistotélicos: la
Iazón haciendo su camino en el minimo de universalidad

34
formado por dos sujetos. La armonl¿ preestablecjda es el
postulado para el concierto de las mónadas de Leibniz. La
naturaleza racibnal del hombre es el postulado de la célula
dialógica. Sócrates considera a calicl€s como agua regia en
que probará su alma (2). Si todos los hombres son idénti-
camente racionales, el diáiogo se hace superfluo. El carác-
ter reflexivo del discurso racional, su autoconciencia, trans-
fq¡ a el "diálog'o jnte¡ior" en monólogo o puramente dis-
cu¡so. Les leyes y principios, todo el aparato formal del dis-
curso dialógico se trasladan al sujeto singular. No hay co-
munidad del discurso y surge el choque desordenado y ex-
trÍnseco de las tesis. No hay más común denbminador que
el lenguaje: el nominalismo aparece: Celestina farisea del
compromiso. Es Ia hora de la proeza individual, la hora de
ia6 meditaciones metafisica,s avanzada la noche, la hora de
las ideas simples y las verdades necesarias y universales, la
ho¡a del yo soy yo, desciendo de ]a montaña, esiuve empo-
Iiando el mundo. EI m¿restro de la manera zen intuye el
equilibrio kaleidoscópico del mundo incbherente urdido con
el fundamentalismo iDdividu¡lista y busca el punto y opor-
tunidad de descalgar su baslbnazo. ¿Dónde, pues, hay fir-
Íreza? La sonrisa de Budda, un limite que se desvanece.
??.-El fundamentalismo individualista excluye ]a no-
ción de unidad de contrarios que ei diálogo contiene en mo-
do germinal, La unidad de lo diferenre, lo diverso concilia-
do en la actividad dialéctica, repele la noción de un indi-
vidualismo finito. La actividad dialéctica e¡cuentra su pri-
mera condición de realidad en un sujeto universal. I,a "ex-
periencia finita" n¡o sup€ra sus proyectos de conrumación
dialéctica. Asi, el pdncipio efectivo no es la univelsalidad
germinal de un sujeto dialógico y adquiere pol el contrario
la forma de la hipóiesis, el postulado, el axioma, la condl-
ción de posibilidad. Asi, del fundamentalismo individualis-
ta, y su unilinealidacl dlscursiva, surge el hombre de p¡inci-
pios, la fjgura individual 'de la cohelencia, el hombre-edifi-
cio que yace srobre cimientos firmes y consta de partes bien
tlabadas. De1 fundamentalismo individualista nace también
Ia figura humana ideal, el hombre verdadero e interior, a
ciryo descubrimiento se lanza el metafisico con arrestos in-
irospectjvos. (1).
I
'/lt. lrjl t)rincipio como &xioma y el principio como hipó-
l,('riiri. I¡il .li$curso cromo operación formal y el discurso como
¡rrl,lvi(lr[.] dialóctica. El hombre qu€ se desarrolla como e]
(lr:il)lirguc libre de su propio conflicto y confusjón; y el hom-
l.llr, quc, lrace tabla rasa de1 "preiuicio", "la confusión"
y.la
"(io¡1cic11cia natural" para encaiar sus primeros prlncrplos
y su l)oquitin de geometria. Perfeccionals€ a t¡avés de la
nr:cirin: lr al desielto a perfeccircnarse. Los filósofos: "Lo
l)r'jr[clo es un buen esqueleto". La I\[ue¡te: "Lo último 9s
ulr buen esqueletc". La sa'bidurÍa €urge en el asonbro, se
I)nrjln!! en ]a angustia, y m.uere en el rigo!. La lógica
no es
iD¿is quc el ilazado de una tumba decenie. Rigor, exaciitud'
(1)'
coherencia: cuánta inquietud soiocada en esta tumba
?9.-"Los inmoderados dicen que los continentes se ale-
jan de la naturaleza, mientlas que elibs la siguen Como
quienes están en un barco y creen que son los de la orilla quie-
it" ," -u"u"t. EI tenguaje es similar desde todos 1os ángu-
io,s. Se requiere un punto de referencia fijo para iuzgar' El
puerto juzga a quienes están en un barco; pero ¿dón'f,e en-
co¡rtraremos un puerto para la molal?" (1). Del modo comb
Ios ¡elativistas elaboran fórmulas, más firmes, abarcadores
y consistent€s rechaza¡do la representación rigida de un
"sistema absoluto de referencia, asi
los diaiécticos se esfue¡-
zan por superar €1 fundamentalismo geomet¡izante de la
,r'rorol. Oo*o el. reposo y el movimlento, asi el bien y el l¡al
son relativos. Caifás: "Es ¡recesado que mue¡a uno por to-
dos". Herodes: "Es necesario que mueran todos por uno" El
clialéctico: Descle un punlo de visia, Caifás tiene razón; des-
clc otro punto de vista, Herodes tiene razÓn La plbposición
con sujeto Caiiás-Herodes es supe¡ior, más amplia, cohe-
rentc, satisfactoria y real que las proposiciones separadas"
Cr¡arnclo veas a dos pelsonas peleándose, atiende ¿rl conjun-
lo y supe¡arás los gloipes-
tto. La mitologia del hc'mbre interior y las proeza-s de
fiu birs.luccla. conócete a tj mismo. Uno se retira al desierto
y sr. cclilica a si mismo como un templo. Los plincipios y eI
(,orrl)orl,.üriento, cbmo las leyes ¡&turales y sus aplicacio-
¡r(.Í. (lu(i la conducta sea idéntica, previsible. "Lo que quie-
ro l)lr|lr, rni, es un i]onlbre cuyos actos r:€spo4dan de sus
lrl('rs; {t] otras pal¿bras, un mllerto que can'Iine La ética
36
de 1os ¡acionalistas dice asÍl la libertad es el reconocimien-
to, aceptación y adopción de la necesidad. ¿Qué punto de
refere¡¡cia más firme y absolut'o que la necesidad? Ilay que
desligarse de los hábitos, peculiaridádes y mezquinas ata-
duras; que 10 univer.sal teDga en nuestra simllicidad un lu-
gar adecuado, como en el pesebre de gelén o €n el rostro
de un niño. La n€cesidad se hace presente cuando tú te mar-
chasfe.
81.-"Un marxista no podria abrir un periódico sin ha-
llar en eada pági¡a prueba"s confirnratorias de su iIltexpre-
tación de ]a historia; ... los analistas freudianos subraya-
ban que sus tebr¡as eran constantemente verificadas por
sus 'observaciones cllnicas'... Era ¡lrecisamente esie hecho
siempre se adecuaban a los hechos, que siempre eran
-que
conflrmadas- el que a los ojos de sus admiradores consti-
tui¿ el argumento más fuerte en favor d€ esas teorlas. Co-
mencé a sospechar que esta fuerza, aparenl€ era cn realidad
su debilidad... Asi llegué a e$la conclusióu: Una teorÍa
que no es Ielutada por ningún €ucol,t) concebible no cs cicn-
tifica". (1). ¿No es eI id€al de la ciencia alcanzal ese exirc-
mo en que dé cuent& cie l,odos los hechos, es decir', en qüe
no es refutada por hecho alguno que "podamos concebir"?
El cli¿e¡io de Popper scbr-e lo cientifico recuelda aquella
nbción de la verdad cientÍlica como un concepto iimite y la
imagen de l¿ "trayectoria asintótica" del saber. Las nocio-
r¡es de conjetura, Yerificación y refutación car¿cterizan
circuios de adecuación, progreso y dialéctica del saber cien-
tlfico. Imposibte separar el proceso de1 conocimiento cientl-
fico en un ideal de adeeuación absoluta. Este ideal impllci-
to exptica el éxito popular de doctrinas que se las arreglan
para dar, aparcnt€mente, cuenta de 0odas las cosas. Una
doctrina que lo explica todo ¿cómo podria no ser verdadera?
¿Podria haber dos explica,ciones distintas y exhaustivas del
mismo mundo? Explicarlo todo, no impo¡ta cómo, es la as-
tucia elicaz del fanatismo sectario. El f undamentalisntr
geometrizante de los comisarios primitivos pereció en su
propio rigor. A la impotencia de especificación de los con-
ceptos debe sustituir 1¿ ambivalencia de los principios. Na-
da mejor pa¡a empaquelar la contradicción de los hecl-ros
que la c'ontradicción de los fundamentos.
ll2 -"L^ idcntificación con el padre adquiere entonces
llll l,r)¡r{) dc hosttlidad y se t¡ansforma en el deseo d€ elimi-
llilllo y l,onar su iugar iunto a la madre. De aqui adelante,
lll ¡r'lación con el padre se hace ambivalente (Debido a la
b|scxurlid¿d) el niño no solam€nte tiene una actitud ambi-
virlclrte hacia el padre y una relación afectuosa hacia la ma-
(lrc, sino que al tiempo se conduoe comb niña hacia el pa-
dlc, con hostilidad y celos hacia la madre". (1)' Freud re-
conoce que la bisexualidad lo complica todo y que no per-
mitc una descripción inteligible de las p¡imeras €lecciones
de objeto e identificaciones. Meior decir que Freud todb lo
permiie al aceptar sólo diferencias de matiz, de grado, de
iniensidad, proporción; o al admitir el otro miembro de la
oposición mediante frases encubrjdoras como "potencial-
¡'inheren-
mente", "implicitamente", "latente", "larvado",
t€", "germinal": kt a1 identificar los opuestos: femenino-
.rrn"",rtitro, padre-madre, falo-vagina; o m€diante conceptos
cle manejo a discreción, como los de identificación y ambi-
valencia;' o mediante operaciones de equÍvoca estraiegia:
desplazamiento, inversión, sublimación, proyección, fiiación,
regresión. con tales princjpios ¿qué aspecto del co¡¡lport¿-
mientb humano podrá escapar de nuestra obsesión explica-
toria? Yo cont¡arlo mis inclinaciofres narcisistas pa¡a indu-
cir un sentimiento de sulp¿ en quienes molestan mi narci-
sismo: delicioso pa¡a mis inclinaclones narcisistas. El auto-
sacrilicio es autoafirmació¡, y viceversa. Doniuanismo es
frigidez; frigidez es donjuanismo Todo bbjeio es un falo;
todo movimiento un coito; el espacio, una vagina. El hom-
bre eÍr el sueño: el pene del padre en la vagina de la mt-
clre; el suۖo, coito ancestral. (2). A la base de todo com-
po-
Doltamientb está la culpa, la frustración, la violencia, 1¿
,scsióI, y puede ser primitivo lo que ptazca, deriv¿do lo que
plazca, prev¿lenle, determinant€, excluyent€, 10 que plazca
83.-La racionalidad es el principio de identidad en ac-
ci(in, el determinismo autoevidente. Los átomos se proyec-
t.utl cn iinca r.:cta mientras nada los estorba; asl es 1a ra-
cjr)neliclrd: móvjl imagen de la quietud en un espacio ple'
no (lc nadidad. La racionalidad supone cosas simples y pos
lulx s:r¡s cu:lliclÍldes y relaciones primitivas; se despliega
(i{'iirl0 ('l ¡rupl¡csto y el postulado como definición y prueba'
concepto e inferencia, juicio y deducción. Segura de sl mis-
lna, se consumió en misticismo y diaiéctica; cuidadosa de
verificación, se encadenó en la ciencia. Apartada del supu€s-
¿o y el posiulado, se hizo convencional y tautológica; ahita
d€l supuesto y el pos¿ulado, cayó en sofisterla y confusión.
84.-Lo racional es el principio del movimiento y su mo-
vienre manifestación. El despliegue y manera de cada exis-
tente define su especÍfica racionalidad. Dos racionalidades
se descbnocen, se suman, se destruyen o se combinan. Los
filósofos disponen Ia racionalidad en serie: grados d€ reali-
dad y verdad, figuras de Ia conciencia que se gana a sÍ mis-
ma, realizacio¡es cada yez más perfectas de la actividad
perfecta. Como lo existente no esiá de asuerdo con las je-
¡arqulas de verdad y valor, los filósofos der¡uncian la impo-
tencia de la naturaleza, la trampa maniqueista del Señor,
la materia alógica, la insolencia de una realidad nivelante
y basta¡da, La jerarquia y orden de las ideas aspira a refle-
jarse en las cosas; la coexistencia y equivalencia de las co-
sas frustra los arrestos consumatorios de las ideas, ¿Y si hu'
biera un sujeto que está pensando el mundo, una rnente in-
finita que resuelve esta multiftlicidad recalcitrante en su
dialéctica pluscuamperfecta? ¿Si fuera el mundo mismo la
actividad omnicluyenie de un dios, eternamente resuelto to-
do en todo, ibtalidad excluslva de lo firme y absoluto? Las
alternatiyas m€tafisicas: maneras dilerentes de prolongar
Ia expresión humana de lo real y verdadero, prurito consu-
matorio, masoquismo mental- Porque la gueua estalla en to-
das partes hice de la guerra la forma mjsma de lo ¡eal y
postulé un sujeto que €ra la conciiiación infinita de esta uni-
yersal discbrdia. Cuando podia entender de las cosas por el
temor, la aversión, el placer, el comptomiso y la c¡ueldad
fui apartado y, elr lugar de la modesta gtandeza y Ia ruin-
dad natural, me puse a soñar la"s glorias de la totalidad di-
vina en pleno basural.
85.-Dos racionalidades se enfrentan. En lugar de rotu-
lar su diversidad como apariencia y perde( su realidad en
postulados de identidad, descendamos de esta anable habla-
durÍa al plano de la acción y los hech,os. Olvidemos también
las preferencias: que el drama prosiga sin coneesiones al es-
pectador. Si la última de las clases es liquidada por la pe-

39
Ii¡ll,lr¡)r y lc Histolia se queda con los crespos hechos
,,,qul,:',, ,,i,no Do sea un grave imbécil, se asombrarÍa? Dos
i,,lli,,,r'irl¿n¿"t se enfrentan: su oposición irresuelta prbcu-
,.,i ,',r,,,,r,,l: cn lc pi€1. Ráscate y sé feliz a la buen¿ de
Dios'
(ir¡i r(lo los ilnimales se rascan ¿no hay elt su rostrc como
,,i, lr,r.',fuzo del placer? En esos 'momentos shakespearianbs"
|sc l¡rt'crvalo inmediaiamente anieribr al cuchiilazo' marg€n re-
r rl,r'o rcsolución y acción, ¿qué prodigio de racionalismo
,','"i"" continuidad? Sin embargo, alli para que lo exis-
se anuda el cleta-
lf,,-¿r to "t ta^*u. Hay una razón sulicieate
l( rrtr -sea asi, y no de otra malera; si es de otra mar¡era'-su
que maña-
rllzirD le basta para que no sea aJÍ. Es necesario
i,o rl"vu o ,ro ñuy" to" batalla navall si la hay, será por
habrá Para que nb
,u" r'.ror-t""; si IIo la hay' E1ls razones tran-
*"rr1 .arot-r"a trasnochadas hay que dejarlas do¡mir
quilas.
B6.-Dos racionalidactes se enfrentan: el principio del
l,l,:rcer y el principio de la realidad; o,
si se qniere reducir
:r términos más lianos, Ia fuerza propia y la fuerza ajena'
For la interioridad está ligada y particularizada la fuerzs;
por estar ligada no se resuelve y es recalcitrante-y se retre-
ia. ¡i sue¡J det tirano: eliminar la interi"rrida'd de la fuer-
z¿1. ia interioridad de ia fuerza no
queda absorbida en la
resolución politica; en esa margiralidad se gestan el disen-
timiento y 1a coniura. El sueño d€l politico: absorber la in-
pla-
terioriclaci de la fuerza. El tilano quiere una realidad
un Dos racibnalidades se
na; el polltico, cÍrculo cuadrado.
cuando son ambas pu¡a exterioridad, la racio-
"l]i"entan:
naliclad resultante se puede anticipar con ecuaciones; en el
caso cont'rado, se estima¡án ¡eclprocamente objeho, instÚ
n)€nio o amenaza de su place¡; la racionalidad resultante
ije exDresa en una figura de servidumbre y se'¿culta en otra
de reientimiento y frustración. Los visionarios de la revolu-
cjr'rn: corazón de demiurgo, cabeza de chincol Dos raciona-
lial",t,," ," enfrentan: una diferencia absoluta traspasará el
( D[JeDtamlento.
8?.-". .. to sagrado no es de ningÍln modo una cosa si-
r1o lo clont¡alio de una cosa; es eI contagio de uioa fuerza
r.I]l,c]rcli(l¿ cn el mismo sentido en que el ser en nosotros mis-
rrrrx sn ¡Ianifiesta como una fuerza; es el contagio de lo que

40
nos es lntlmo y no puede mantenerse fuera de nosotros' de
iá qu" rr,o reducl¡lé a una cosa, y a 10 que libcramos ai-des-
li.ir rr. .ot"t como tales (en el sacrificio) se
"" t¡ata de 10
o* *totto" somos cuando no admitimos la imposición ir}-
trerente al ord€n de las cosas. Una masacre, las saturnales'
unu ln*utr* fiesta o una llcencia ilimitada nos ofrecen la
l-agen ¿e ellb". (1). Bataille identifica esta noción suya de
i; con el "desencadenamiento de las pasiones" Al
";;;; ¿" desencadenamiento y dispersión aniquilante'
ptl""ipio
'gutri opottu el principio platónico de la esencia' idea o
-ttut"att¿"ttte
tro.*, " at ó¡den cle las cosas existentes' ¡Qué
(lo
más diferente y opuesto que un principio de disolución
sagradb) y otró de coherencia (el arquetipo) ! sin embargo'
desde exiremos contxarios se oponen al mundo
"nirn "-bo"
de las cosas existentes, Bataille opina que se va constituyen-
do "una región d.onde se. encue¡tlan, cqlnciden y ejercen
una acción i¡.utua, lo sagiado y la idea, 10 divino y la ¡azón"'
En esie naridaje, Io sagradb encauza su violencia contla las
cosas a t¡avés de la nonra imperativ¿ de la idea; lo racio-
nal, por su pa¡te, impera por l¿r violencia, que lo sagrado po-
ne a"su disposición. Bataille dice que "la debilidad y la fuer-
za del sistema consiste en sancionar la viol€ncia que se de'
sencadena". En esta dialéctica de la suieción normativa la
y
violencia sagrada, to sagrado €ntrega la fuerza de su propia
sanción y lb racional, la forma y posibilidad de la transg¡e-
sión. Dios queda atrapado en las tenazas de un t€orema dla-
léciico, Diol es eI infierno, y ambos corren pareja suerte
Desde que la moral se transforma €n cálculo, en "a¡te de vi-
vir racional", Dios desaparece.
88.-Lo que Bataille caractedza como lo sagrado se pre-
senta a casúlli como ltt demonÍaco: "¿Por qué esas tentati-
vas de anonadamiento fueron llamadas tentaciones? P¡eci-
samente porque el sentido de la consistencia -y de esa con-
sistencia máxima cual es la santidad- exige un esiuerzo'
De manera que bien podrÍa decirse: seduce el abandono de
si y también s€duce la renuncia al esfue¡zo de mantenerse
en la consistencia; meior aún, la seducción de abandonarse,
de no ser, aTcar\za lal violencia que, sin la gracia, el ser ha-
cia el que debe tender la humanidad, de ningún mbdo po-
drla realizarse. Pero la, gracia no abandona a quien perdu-

4l
r¡! (,¡r |l ll¡rn¿rclo de Dtos". (l). Lo que es seducción en Cas-
lr'ltl, r¡l,r:r ol dcsencadenamiento en Bataille. Lo sagrado se
lll)( r:r ¡Dcdirnl,e la destrucción d€i mundo de las cosas' dice
llir i,il lll('. Por su parte, Castel.Li sostiene que el desgauamien-
lo rs "ol Iundamento del asalto demonlaco". Lo dem\f,niaco
sc iDt,roduce mediante la naturaleza cuya exterioi:idad co-
rtcr)/r conlo desgartamiento hasta terminar en un senti-
¡nicnto de absurdo y de inconexión de lo existente como tal.
Lír evjrlencia, lo firme y to inteligibte qu€da circunscrito
.r l¡r Dercepción atomizante y 1o existenle se revela como
un lnstante kaleidoscópico (listo para ser derrumbado por
cl bastolazo zen). gablando de Ia seducc¡ón demoniaca
t)or el desgarramiento, d¡ce Casteili: "Es el suplicio de re-
sistir lo que no pbsee sentido o sólo posee sentido inicial.
Mas. este s€ntido inicial es verdaderamente d€monlaco,
puesto que nos mueve hasta el umbral de la comprensión
y desde allf nos empuja a integrar algo inintegrable". (2).
¿Cómo se elude esta invitación a la atomización y el no
ser? Dice Bataill€: "El mundo profano es mantenido den-
tro del dominio de la razón, y la religjón sólb concede a 10
sagrado el mlnimo necesario para salvaguardar el todo, y
Dor consiguiente, es necesariamente ambigua, ya que tiene
como objetivo lograr lo sagrado y al mismo tiempo salva-
gualdar 10 p lfano". (3). Dice Castelli: "¿Las vias de la
ra-zón? Ilusiones". Si se quieren recorler se llega a la con-
clusión que 1o "sentido es inseparable de quien siente, y
que el sujeto no puede salir fuera de si; demencia el pre-
tenderlo.. - Sóto la Gracia salva al hombre.. , la Gracia es
l¡na seducción sob¡enalural que mantiene la unidad de la
conciencia y el sentimiento. La embestida demonlaca por
la brecha de Io 'horrible (monstruosb) se rompe contra el
pct.sislir de la Gracla". (4). La oposición es clara y taian-
l,c: la coherencia y el enquiciamiento por la Gracia; la co-
herencia y el enquiciamiento por la racionalidad- Razón
vcrsus Gracia.
B9.-La lógica: pura forma que, apartada, determi¡a la
lllrlcria como multiplicidad inmediata, "Io sono logico",
dicc cl dcmronio (1). La dicotomla de Russell: misticismo
y lógtcr. La dialéctica busca sobrepasar el atomicismo ló-
fíl(,o, cl c,¡lcülo y la calda en la pura exteriorid¿d natural.

+2
lógl-
El convencionalismo se propone superar el aprlortsmo.
ü. la aeencia anémica de la pura racional¡dad La dtaléc-
it t. fi"ii" evolucionada del misticismo; el convencionalis-
;;' Jt"!t del fideismo Pasando por el desfl-
i"áLt" ¿" la";;alista
exte¡ioridad, la razón dlaléctica pretende res-
por su parte'
trui.".ii" unidad real; e1 convencionalismo, mundo qu€ se
uliag" áaa¿u fuera sus determinacion€s a un
;;;;;"t"; iir*" "tt si mismo' E1 demonio dice: ro sono lo-
gico; eI rellgioso dice otlo tanto. (2)'
" ó0.-r," leligión "es o"ses¿¡i¿mente ambigua, pttrque
tfunu-"omo obiátivo tog¡ar lo sagrado y al mismo tiempo
io protanó". El compromiso, como solución de
""l"rgr"tá"a
i"- ¿"i¡tie de modo impllcito y esencial su.propio
"p"t""t¡,
¡tfia-t"", í, lucha sontr¿ el demonio pone €n cuestión el
partes'
;;;;;";i.", irrita v profundiza el conflicto de sus y provoca
s"tr"ibilira et principio
-i"oig"u"ión particular de ca'la una,
iu *ot. de s¿cerdotes y comisarios' La ¡ogue-
tá yll pi"tol"iu"o son la respuesta de los custodios del com-
ptJa¡o- u los santos y a los puros' santidad € integridad'
extremismo idealista peligroso; su reino no es de este mun-
áo. rr"y o"u gradación del disentimienio marginal: En las
y ántros de tortura se forjan los santos; en las
-"rllro.au.
-""i"o*ibs y extramuros se fur¡de la
escoria El
"aiól"i,
l*im ¿u It religión proYiene de Ia doctri¡a del alma y el
decir, el compromiso se postulB como dato cien-
itt¡"o, "" una reaudad blpeda. EI alma y €l cuerpo in-
"ua"po,
u*u.tu*""te sus principios. La claYe de la religién
"o-o
"i"r1Jt-
no es ambigüedad sino iesuit¡smo sistemáticb'
91.-La proposición "DÍos ha muerto" corre como mo-
neda seglra en todas paúes. Su argumentación' es cosa me-
nos conócida. En todo caso, tratándose de Bataille' el mane-
jü O" e"ta afirmación resulta equlvoco: "¿Pero si. Dios tra
muerto,.. f ¿Qué significan si Dios ha muerto, estas reglas
a las cuales nos somet€mos?" La proposición "Dios ha muer-
to" sólo puede significar aqul: el v¡nculo de lo sagrado y la
iazón se ia disuelto. Bataille supone que la proposición "Dios
ha muerto" implica la pbposición "El v¡nculo de lo sagrado
y la mt6rL se ha disuelto", siendo que, en verdad y de acu€¡-
áo a sus principios se trata de dos maneras de decir lo mis-
mo. Apunlemos de otra manera sob¡e los hechos: ¿IIa muer-

43
I.r¡ l)lr)rLi'('r lrr¡r prcgunta que se traduce asl: ¿Se ha disuelto
I lvlllr'lllo r,ülrc lo sÍrgrado y lo racibnal, es decir, entre la
vl\,h,ll(il¡r r)llrlll.sl,a y la norma plaiónica? Bataille nos dice
rl i, ril y ¡rglLigr que más altá de esa disolución "el hombr€
(i) l,lllÍ¡rl, (]omo un perro qu€ corre detrás d€ su cola, condu'
r'l('r(k)sc blc¡r y no tenlendo otdtr fin sino loglar que oiros
lro¡r¡))r('s continúen conduciéndose bien". (1). Esta conclu-
riioD il,ct.lcü del sinsentido, la repetición, la vida to¡nada en
IJ('r'fo (luc corre traa su cola no puede engañarnos sobre la
¡rirl,llralcza de la religión. ¿llay o no un comprtf,miso entre
Io ,s¿gr'¿rdo y lo racional, entre violensia y represión, Eros y
J'irrltos, como dirÍan los freudianos? ¿Cómo se expresa di-
cl'¡o complomiso en la prástica religiosa sink, como un mo-
qus vivendi adornado con los colores dramáticos del mito?
¿,Dónde encontraremos la religión, en la susta¡cia o en el
Alributo de esie comportamientb? cuando pasamos
crnplear imágenes de Bataiile-, de la moral llena de-para la re-
ligión a la moral vacla de 1a cola del perro ¿hemos cambia-
clo de plano o, más bien, nos damos más cabal cuenia de1
trlano en que estamos? Iu€jor deja¡ de lado los giros nomi-
¡ralistas disfrazadbs de 'rupturas históricas'. Las cosas que
ocurlen al hombre no van a explicarse porque cambi€ de
modo de hablar y vea en ello Ia muerte de Dios, (2)
92.-La transformación de la religión en humanismo (o
la esencia religiosa de éste) es evidente: "si se pierde el con-
trol de la, razón sobr€ la violencla (lo sagrado) la posibili-
cl{¡d humana se esfuma. Aquel que ha perdido ese control ya
ro es un homllre sino un loco. Y, en consecuencia, un recha-
zo se plantea inevitablemente; de la misma manera, inevi-
tablement€, el hombre continúa, como un perro que co¡re
detrás de 6u cola, conducié¡¡dose bien y no teniendo bt¡o fin
que lograr que oiros hombres sigan conduciéndose bien" (1).
con t¿l manera de contar una historia (D¡os ha muerto,
¡hor¿ ¡e ha tran¡formado la moral en una técnica y cá]cultr
(lo la conducta), las alternativas paresen una determinación
objelÍl'a y finalmente alcanzada del 'drama humano'. Esta-
¡¡los cn cl punto en que no hay más nada firme como no sea
nucstro libertad, en que podemos optal entre la buena con-
dlrct& y cl desencadenamiento universal: "No obstan¿e nb sé
sl {rl miealo Duede ser tomado como una barrera o como una

44
protección deflnitiva. Desde el mismo momento en que la pa-
jr¡,bra miedo es p¡onunciada nadie duda en que es uua exl-
gcncia del hombre por lo menbs sobrepasar, ya qu€ no es po-
iible no tener miedo, su miedo .. Pero si bien es cie¡to que
cl hombre no pu€de ceder totalmente al miedo, rechaza in-
clefinidamente el momento en que €nlrentará e1 objeto, el
momento en que se hallará desnudo frenie a si mismo d(ln-
cle ya no tendiá la idea de la razón que garaIj'tiza Dios' doII-
de ya no tendrá la idea de Dios, qu€ garaltlza la razó\\" '
¿No será el miedo la esencia inmediata de la religión? ¿Dón-
áe está la experiencia que corresponde a esta caracterización
filosófica dei desamparo? Dice Bataille: "No sé si el miedo
puede ser tomado comtl una barrera o una prot€cción defi-
;itiva". Este humanismo de la cola del perro, esta moral va-
cia, esta calculatoria de1 comportamiento ¿son frases ade-
cuadas a la conducta hurnana efectiva? Dice Bataille:
" .. . un rechazo se plantea iuevitablemente" El Pulto de
apoyo del rechazo ¡ésa es la incógniia que impolta despeiar!
oecimos ¡no! a la sugestión nihilizante de lo sagrado' ¿Por
qué decimos no? (2).
g3.-Dios existe o no, según €l nivel culiu¡al que uno po-
sea. No sólo eso: Dios tiene diferente.s rnaneras cle no existir'
cuando somos €ducados y manejamos hipótesis como aqué'
lla de lb sagrado, Io plofano y la razón Dios es un producto
histórico que nace con los dfas contados Desaparece por la
unión imposibte de 10 saglado y la razón. Si uno sabe esto'
clebe deci.dir entre som€terse a la rutina y sinsentido de la
mera racionalidad o triunfar sob¡e el miedo y ssltar. Si uno
no 10 sabe, pbdrá tener otras urgencias, pero éstas ¿cómo
gran salto'
Fod¡Ía tenerlas? Bataille supone que Sade dio un
Esto ocurre muchas veces: Ios hechos cle alguien lo dejan a
uno en el aire para certificar las ideas de un tercero'
g4.-Todo lo que dice B¿taille se resuelve en la p¡oposi-
ción condiclonal de Dostoievsky: "Si Dios no existe todo está
tiermitido" . . . En términos más vulgares: Nos portamos bien
|or miedo .det Infierno. El Infierno es una frase para nues-
tia personal representación del dolor insoportable. Si Dios
no existe, no hay Infierno. Enionc€s, no es necesario inhiblr
lruestros impulsos, obstaculizar nuestro placer. Si Dios no
existe, ia obstaculización del placer aparece como mal abso-

45
lü1.r,. l,r. ¡r¡ll lr f¡osc dc B¿taille: El bien es el desencaaena-
(l(, lr\s l)luilo¡lcs. ¿Por qué entonces esta escasez dc
'lllr,rür rcr,ucll,os sicnctt) I¿ f¡ase de los que poseen la tierra
ltollrl¡r('.,¡
rlr¡(. o ('{lsl,c Dlos? Bataille habla del miedo; ¿miedo de
r¡url'¡ ¿S|r'á qr¡c Dios existe y que dice su palabra en el mie-
(lr)i, ¿¡j{'r'ri (luc cl micdo real se ha reYelado como miedo a la
c¡r¡)rrcld¡rd dc daño de los otros? ¿Será que el lrlierDo dejó
(l(' cxl.sl,lr cuando se instaló en nosrotros una segunda natu-
r¡rlczlL, r¡n temor condicionado cuyo condicionamiento requi-
¡l(i l¡r fucrza, Dero ya no la requjere, u¡ hábito instalado en
cl íDimo que nos acobarda sin que haya que gas¿ar energlas
c[ amcnazarnos? (1), Ante las incitaciones siquiera libr€s-
cll.s de Sade yo digb no. No me explicarán este rechazo me-
dlonte vaguedades como el miedo. Todo está pres€nte alll en
cl ¡cchazo, como su razón, Quiero saber especlficamente po¡
qüé digo no, tal como se explica la muerte de Cromw€ll: por-
que tenla un cálculo en el uréte¡.
95.-Los recoglan mientras asaltaban Eudlpa y los en-
viaban a las cámaras del gas. Habla hombtes, pero la mayo-
rla eran niños, ancianos y mujeres. De entre ellos mismos
selecclonaban a los auxiliares de ca¡celeros y verdugos. Lle-
gaban amontonados en trenes, por miles. Muchos no resis-
t¡an el hacinamiento en lbs vago¡es de sarga: al término
del viaje desembarcaban sr¡s cadáveres, Los hijos se estre-
chaban a sus madres; los abuelos cogian en brazos a sus nie-
tos. Por oleadas, al vaivén de la entrada de los trenes, pasa-
ban de las cámaras de gas al crematorio. Todo estaba calcu-
lado para la liquidación rápida y coordinada de decenas de
miles al dia: se apartaba a los más fue¡tes para los se¡vi-
citls del campo, se despachaban d€ un pistoletazo los casos
molestos (yiejos agónicos, mujeres parturientas con sus re-
cién nacidos, enfermbs que no podlan caminar). Cuando ter-
miDaban con el gas, quitaban anillos, brazaletes y joyas de
Ios cadáveres desnudos; con tenazas arrancaba! el oro y el
platino de las dentaduras; cortaban las t¡enzas de las mu-
lc¡es. Llegarbn a arranc-ar las carnes de los cadáveres para
cxpclimentar con ella. Aplicaron también a sus cuerpos vi-
vos distintas especies de infecciones. Cuando no sitvieron
nlá5, mas¿cralon a los que habfan seleccionado. Redujeron
it l{)s sobt'cvivientes por bajo iodo nivel animal: machacaron
46
Ius cráne'os cadavéricos contra las paredes del antro; los
obligaron o beber- sus orines, comer sus andrajos y agonizar
cn calabozos donde no podÍan ni encuclÍllar'se; inyeciaron fe-
¡rol directamente al corazón de los niño's y los enfermos;
sus pef¡os srobre los cuerpos maniatados; tortura-
Ion y mutilarol), ahogaron, ahorcaron, fusilaron. Seis nillo-
^zlrzaron
nes de iudios, cuatro millones de polacos, tr€s millones de
uli.sionelos soviéticos, llcho mittones de civiles de la Europ¿
central, todos asesinados ei1 un despliegue nunca antes visto
de envilccimiento y desprecio. Tal cantidad de crimenes
obraron centenares de miles o, segu¡amente, millones de
hombres. Durante una decena de años lograron hacerse
fuertes en esta resolución. Pero a la vuelta de unb o clos años
después de su d€rrota, nadie logró encontrar- un responsable'
No iólo esc, Quince o veinte años más tarde todos se habian
conce¡lado para tender en torno de estos hechos el sil€ncio
y el blvido. Los nazis y la generación mundial que los suce-
de, ellos si han dado un peso contundente y lleno de signifi-
cación a la sentencia de que Dios no existe (1)
96.-Lo principal del Cristo lo hace él mismo. La materic
más preciosa la emplea en los lnicios con mucha convicción
y escaso efecto. Sus primeros discipulos lbs fabrica casi en-
teros, en todo grandes y semeiantes. A la mitad de su ca¡r€-
la, el Cristo es apenas el pe¡sonaje pinioresco det lugar; el
odio que suscita 1o consumen entre plato y plato los gordos
de su generación; su cabeza nb tiene todavia precio ni entre
las prostitutas de provinclas; sus hechos y doctrinas son la
habiadurla de tres o cuatto cofrades calculistas. A partir de
este punto, el Clisto se echa andar con más seguridad y am-
bición. Ahora sus enemigos crecen en mayor proporción que
sus heohos; y su leyenda también. El Cristo se va haciendo
grande y peligrosb, y con ello €xpuesto a la duda y la dese6-
pe¡ación. Es el ti€mpo en que la lglesia comienza a rondar-
lo y vigilarlo y sopesarlo, En Jerusalén, en Roma o en Boli-
via, los guardas simula.n indol€nte modorra mientras el C¡is-
tt' avar¡za entre €l griterlo valiente del público haragán.Las
embajadas ronronean por fuera y telegrafian por dentro'Fi-
nalmente, eI C¡isto se lanza disparando su iuror de verda-
des en medio del desbande y Ia traición... cuando d€spide
el último estertor, queda cumplida la parte que a él le co-

47
'f-
rÍ,]lpr)r(l(', ¡,rrri l)r'lr)cil)Lrs d0 los sacerdotes que habÍan cor-
h ¡llrk' lrr lr.sl)lf¡rflorr, se abtaz¿n entle si con entusiasmo:
"ll:l (jrl¡l() r'('slstjól ¡Por fir llegó ¡epuest'o!" Falta lo más
t¡i|ll: (,xl)tlrg¡r,r lu, nLreya doctrina, embalsamar el cadáver,
llr c¿rpilla.
Ir¡irt,¡rlflr
l,?. lil Crjsto, Iigura y privilegiada de la jmpo-
singula,r
Ei mundo s€ ve por el reverso en
l,r'|l(:ir! (lL. ospccil.icación.
l¡r kx:lr[!, cl rcy en el bufón, y la lglesia en el Cristo. A cada
llr¡si(iu Lle firmeza absolu¡a su propia criatu-ra de burla y
dcricrhrblo. El Cristo yivo es la, penitencia de la lgtesia, la
Iirbjr y vcrgüenza de sus comisarios. Cada cielto tiempo se
cxt)olo un Clisto. El Cristlr es la prueba viva de la intoxica-
cióD inorgánica de la lglesia. Marx se propuso escribir la his-
tori¿L del hombre como hjstoria natural. ¿De qué otro nodo
podlia csc¡ibirse alli donde el Cristo será siempre Dada más
(luc un tumor?
98.-El Cristo y el Partido son poios del mismo imán;
Dero el imán no es más que la realidad definida por el Cris-
to y el Partido. Comprendel esto es hacerse dialécNico con
el pie derecho. Entonces no es dificil comprender y desar.ro-
lla¡ la identidad dialéctica del Cristo con el inquisidor y el
cumisalio. EI inquisidor y el comi.sario barren de basuras el
mundo inferior para que resalte ciara la figura del Cristo.
Nunca está más diáfana 1a atmósfera del mundo, nunca más
djstinta la locura humana, que cuando el Cxisto maniatado
cscandaliza y descalabra la solemnidad bobalicona de Cai-
gg.-Cuando los cristianos vieron dónde iban a caer, era
ya demasiado tarde: habÍan estado por siglos urdieüdo Con
su sangle y su sudor t¡n nuevo aparato para el rmperio Ro-
na¡)o. Los cristianos "traian una nueva conclencia", surgi-
da en €l disentimiento marginal, en el rechazo de la ruindaC
y el fariseismo. Y los ruines y los fariseos fuelbn haciéndose
gladualnente cargo de esa nueva conciencia, transforman-
do cn Dalabrerfa sus conceptos y en ritual sus hábitos hasla
lrarlsubstanciarla plenamente en ruindad y fariseismo. ]l
ll{)gó cl punto en que las hijas de los fariseos decian entre
.!l¡sl)hos "bienaventurados los que tienen hamb¡e y sed de
Jrr;liciir"; y los hijos de 1bs fariseos eran diputados obreros
col¡ col]cicncia de clase que clamaban "a cada unro segrln Su

48
nece.sidad"- Los cristianos denunciaban ante sus lÍdeles es-
l,a infiltración de la secta, esta inversión de los ideales; y los
llcl€r€s replicaban que se trataba de una dialéctica 'uan lin-
tada como otra cualquie¡a: que habian embuchado al fari'
seo y que, pol ello y necesa¡iamente, el fariseo los había em-
buchaclo a ellos; de mbdo que ta realidad no era ya e1 anta'
gonismo del cristiano y €l fa¡iseo, sino la unión de estos
opuestos, su simbiosis realista y plogresista en una figu¡a
superior, más rica e interesante, de Ia realidad social: el fa-
riseo en adeiante hablaria po¡ boca del criótlano; el clisLla-
no por boca del faris€o. Y todo €sto, coniinuaban los lideres.
porque ahora lo _que nos une es más firerie que lo que nos
separa, la cont¡adicción antagónica se ha hecho contradic-
cjón conciiiada, las condiciones históricas han cambiado y
ei mismo Constantino se pasó al malxismo. "Nosrotlos no
queremos eso", clamaron los cristianos más recalcitrantes y
menos dialécticos, "el emperador es el Anticrisio". Y los li-
cieres replicaron que la unión en Uno del Cristo y e1 Anti-
Cristo era una proeza más real y asrcmbrosa qu€ la Santlsi-
ma Trinidad. Con lo cual los crislianos recalcitrantes huye-
ron al deslerto. La Iglesia los combatia con la delecha y los
amparaba con la izquierda. A v€ces, la derecha se extrema-
ba y se le reventaban antes de maduros (por eiemplo, arria-
nos, trotskistas); pe¡o en genelal aguantaban en este sÍ es
no es rertllucionario hasta el dÍa de la muerte a manos de
los rangers y Ia beatificación dialéctica en labios de los de-
magogos.
100.-"Los antiguos no teDlan historja en este sentido.
Existla entonces la infamia sanguinaria de los callgul¿...
ExistÍa Ia pomposa, difunta eternidad de los monumentos..
Sólo después de Cristb los siglos y las generaciones han res-
pirado libremente. Só1o después de él comenzó la vida en la
posteridad y el hombre no nruere más por la calle baio un
pa¡edón, sino en su ca"sa, en la historia, €n la culminación
de una actividad dirigida a superar la muerte..." (1). El
misÍro personaje de Ia obra de Pasternak dice anies que "el
homb¡e no vive en Ia naturaleza sino en la historia". Se su-
pone que €n la naturaleza se nace. se vite y se muere sin
más rr¡ido ni prbtesta; y se abunda sob¡e la fndole trágica
de la €xistencia humana, porque el hombre lucha pof'tras-

49
- r:(,n(l(.r (lr l¡L ¡lirturolczo, no quiere ¡norir, y siD embargo,
ntrl.r('. A$1,lrr Ilisl,olia y la iilagedia vienen juntas al mu¡do;
los (:irvllir(lofl's (llcc¡r quo la tragedia de la historia es la his-
l,r)¡l¡r (lc l1r [¡o.gcdia, ctc., ctc. Los antiguos hablaban de Ia
|o¡lvcncló¡) y la Datulaleza; lo5 modernos, de la sociedad y
l¡r ¡r¡rl,rlr¡l0za; lros contemporáleos hablan d€ la realidad
lrlsl.(irion y lfi rcalidad natural, y co1]iraponen la fiia indi-
t'r'r'cl|(:it de la naturaleza a la orientación y trascendencia
(l(. lrr iri.stoiia. "El hombre ¡o muere más por la calle baio
u¡¡ l)¡rr0dó11, sino en su casa, en la hisroria, en la culmina-
clón dc una actividad dirigida a superar la muerte". Es una
¡rrtiumentación más razonable y filosóJica que la cie los an-
liguos acerca de la resignación: yo, instrumento del futuro;
¡. siqulera, error que importaba cbmet€r. El r:eloj cle la His-
lorill.; crrdr cual acomodando el paso. Peor que i¿ mue.te: es-
lar al margen de la historia. SÍ, indudableruente, la filosofia
dc la historia es un viejo tema de la religión y Ia filosoffa:
lr prep¿ración para la muerte.
101.-"Sólo después de Cristo comenzó la vida en la pos-
teridad". La llist,oria es algo que hace el hombre. AsÍ, el iu-
turo es el ideal con que mide su acclón, Nada tiene yalor ¿i
sentido sino por el futuro, que es la postuiación de un sen-
lido y un valor. Por ahora, hay tres lugares donde morir: en
Ir natulaleza; en la calle (o en la mazmolla), pol orden de
C¿rlig a; en la historia, para realización del futuro y supe-
ración de la muerte. Hace apenas unros dias, u¡¡ millón de
bcngalies fueron ultimados por los soldados de Pakistán,
Drien¿ras l¿s nacio¿es hisióricas aguardaban el momento
prcciso; hace apenas unos m€ses, trescientos cincuenta mil
t)alestinos fueron liquidados por los ejércitos de Hussein en
medio de un cerco de silencib; no sabemos cuántos cayeron
(.n Ceylán; se dice que €n Indonesia fueron asesinados no-
vccientos mil comunistas, o más. Vietnam, Corea, Polonia,
los c¡¡¡rlenes de Hitler, las purgas de Sialin, ¿dónde encon
l,rl¡o¡nos un futuro que se estime a si mismo la radiante
rr('irtur¿ de estos hechos? Sin embargo, 1¿ demagbgiá, nomi-
r1.ülsta puede mantener activo el horno del crimen por los
sif.ilrls dc los siglos: "Lo que ha pasado no prueba la false-
(¡u(l dcl soci¿lismo, sino la fragilidad, la inexperiencia de
¡r¡cstlLs ¡lcciones revolucionarias. Nlo nos fue dado extermi-

50
nar la flaqueza, la cobardÍa, la Yileza humana". (1). Se si-
guen manejando viejas an tesis: lo qu€ debe ser y lo que
es; la vileza humana y la virtud; la historia, el reino de losl
cielos. ¿No dicen los dialécticos que no hay más suieto de la
historia que el hombre mismo? ¿cómo en onces no buscar
proposicion€s ci€ntificas sobre el hombre en lugar de aguar-
dar que surja nadie sabe de dónde el superhombre?
102.-¿Es verdadero en cualquier sentido y en cualquier
instansia esto: que el hombre no muere más en la calle co-
mo un perro labioso sinb en la historia? Yo veo manzanas,
ello responde a mi deseo, doy los rodeos necesarios hasta
sdquirirlas y consumirlas. El futuro no es como las manza-
nas; tengo que hace¡lo yo y mis s€mejantes. Pertt viene Sta-
lln, pero viene llitler, pero viene Johnson, Suharto, Hussein-
Y no vienen solos: millones los acompañan; y tanques, bom-
barderos, destructores, bazukas, metrall€tas; y apa¡atos de
producción bélica, y presupuesto y prensa y maquinaria !b-
lltica. Y a los iluminados que buscan al hombre nuevo en
las cimas del platonismo, que tienen por fundamento de las
cosas terrenas la razó¡ y la dialéctica, les ocu¡re aceptar la
tiranla y el asesinato de millones y millones como etapa ne-
cesaria, y autodescalificarse como imbéciles y aYenturerbs y
traidores, y alegar que Ia histo¡ia tiene siempre razón y es,
siempre también a largo, largulsimo plazo- com'
-aunque
patibte con la libertad y la justicla; y les ocurre asimismo
morir en la calle o en la mazmorra, sor¡ un signo de perplel¡-
dad sobre sl mismos y sin más que ver con un futuro que no
se hace con perplejidades. "Fiscal: Solicito que todos estos
perros rabiosos sean fusilados. Cerdos y mala hierba crece-
rán sobre sus tumbas. Deben ser apartados para siempre de
los dignos hombres soviétictls. Sinovlev: ¡Habéis prometido'
que nos perdonarlais la Yida,. si confesábamos! (Risas de los
soldados). ¡Po! favor, por el cielo, llamad a Yosif Visa¡iono-
vich, é1 nos lo pbmetió pexsonalmente! Kamenov: ¡Me di-
rijo a mis hijos! ¡No volváis la vista atrás, s€guid siempre
adelante, al lado de¡ pueblo soviétlco! Smirnov: ¡Deiad en
iibertad a mi mujer, a mi hija! Sinoviev (sacado a rastras,
grita): ¡Escucha, Israel! ¡Nuestro Dios €s eI único Dios!" (1).
103.-Se lee a menudo sobre la enttada en la Historia de'

5l
i\)r, |'¡rlrx.r irlrlciu¡os, subl0 cl atraso histórico de Lathloamé-
rl( ¡r. rol)n' ¡irr{)l)&, quc va quedando al margen de la Ilisto-
ll¡t. li,r,tioll|l¡(i t[mblón, y se escuch¿, de los paises que de-
l¡r,r lllLcr'¡ riu rcvolución bulguesa anles de su revolución
lr , (lc los que sclt¿n etapas, de las burgueslas nacio-
l r r¡ ) lr. l,r l r
ll l(,ri ro¡llol¡)nrs quc no se disponen a cumplir el ¡ol qu€ les
r,rrf('irl)(|lclc clcsclc el punto de vista de la Historia. La doc-
lrlrrr (10 la Ilistbli¿ como el género abstracto de las histo-
rj¡L.i l)rtliculares prevalece sobre la doctrina de los paises
lrlslo¡i(!r.t Ilcnte a los no histórlcos y sobre ia doütrina de
i¡r lllsttjri.! Universal (es decir, la que sostiene que todos de-
..r(.r)rl)criamos un pap:l recesatio en el concierto lnundial).
l,ls comiln escuchar que cada cual debe buscar su propio ca
r[l¡]b l]acia el socialismo. Pero la docirina de los palses his-
l,olioos se hace presente (y mucho más que cloctlina se mues-
Lra como verdad) cuardo hay que invadir, bioquear o de-
s(nbalcar, La doctrina de Ia Historia Universal, por su par-
tc, dcscubre su rol ideológico cuando hay que plcs€ntar la
I¡clrada de mundo libre o justj.ficar la explotación bajo la
Io¡ma de división iüternaci.rnal del trabajo. Asf, pues, ha-
blando en grueso, Ia Historia no es, según ¡ie presen¿a, ni si-
quiela una mala doctrina; una carta, n1ás bien, con valores
diícrentes que le dan posibilidades infinitas de operación:
sc puede hacer historia en un solo pais y también á,iegar que
ol aislacionismo nos maxgina; s€ puede hacer historla co-
¡niéudoss a otras nacibnes y denunciando a la vez a quienes
hagan ot¡o taniio; se puede hacer historia dejándose cone¡
Uor unos y no dejándose comer por otros; se puede hacer
hjstoria quemando etapas o contandb los pasos; repitiendc
receLas históricas o denunciando trasplantes mecánicos; se
l)uede l,acer historia polÍtica con Oriente y económlca con
Occidente, y viceversa; se puede hacer historia mediante Ia
lucha de clases o ia solaboración de sla-ses, mediante la li-
brrllclón nacional o la estrategia iaternacional; por la vfa
(lo la cbexistencia pacffica, la alianza táctica, la defensa del
lllr.¡rldo libre, la defensa del socialismo, Ia paz mundial ...
104.-Los artistas, escritores, pensadores, ci€ntlficos, po-
lll,icos y clér'igos de los palses pobres, de los medianos o de
li¡s l)otencias de tercer orden queuán deci¡ una palabra so-
i)r0 las doctlinas cor¡ientes de la Histbria. Porque si la his-

52
toria se hace en cada pa¡s como en compartimentos y repi-
ie sus fases, entonces, lo cuerdo será aceptar las maneras
feudales alli donde se vive la Edad Media, confomarse con
las técnicas del vapor donde el siglo XVIII recién termina,
consultar a los brujos si se está en el palebliiico y, si se ha
avanzado un poquito, dejar que los filósofos descubran el
Meditelráleo. Si, por el contrario, Ia Historia son los hechos
de los imperios, nuestras élites qucrrán emigrar a hacer his-
toria dbnde sea posible, o tunlbarse a dormir su siesta p]'o-
vinciana sin aiborotar. Finalmento, si Ia Historia es una so-
ia y mundial, habrá que acep¡ar la valiedad jerárquica de
ios "países y naciones y pueblos" il¡co¡Porados a estc con-
cierto: habrá que aceptar que ia pa$e plincipal la juega
siempre un mismo instrumento aunque cambie con frecu€n-
cia de manos; habrá que acepiar el papel secundario de pu-
ra comparsa; habrá que conlormarse con sobreYivir en me-
ciio de 1a pelea de los titanes. Si combinamos todo esto y
multiplicamos las numerosas consecuencias, ¿¡lo será cla¡o
lo gra,tuito y estúpid.o de eslas representaciones? Cuando ni-
ños, tenembs insuperables difiqultades para encontrar y or-
denar los huesos el dÍa de la resurrección de la carne. ¿Y
quién pondrá orden en el mundo para dar respuesta a la
grotesca supelcheria de la Historia? (1).
105.-En un epilogo a "La llldagación" de Peter Wejss
se dice: "Nuevamente €1 tema de Auschwitz, el tema de la
absoluta destrucción del modelo humano, el tema del refi-
namiento técnico al servicio lacionalizado del mal comro to-
talidad, ocupó las columnas de los roiativos. Entre el can-
sancio, la repulsión, la indifelencia y un ambiguo sentimien-
to de 'vergüenza nacional' fueron alzándose las no escasas
voces de quienes requerlan, por fin, el últid,l silencio sob¡e
&quel escándalo de un 'paréntesis polÍtico' vencido ya y su-
pcrado". Dice también el epilogista que'rno es en una pos-
trera denuncia de aquel sjstema donde hay que ver el sen-
tido más profulldo d€ "La indagación" sino en su caráctel'
cle alegato contra el munCo que lo hizo ptsible. Es decir, con-
tra esa sociedad cuya radicalización absoluta procuró el ad-
venimiento del nacionalsocialismo". Su postura termine
Dor precisarse en el último párrafo: "Indágacjón, sl, pero de
cste orden nuestro, el de uno de lf,s dos grandes bloques en

)J
rlllr. rir. i'¡r(u{¡¡lr¿! (lividido cl lnundo. Una indagación que
ot'llf:¡r ll (lr,(:l¡ ll ulro dc los tcstigos del proceso, con palabras
(tl|r, vr¡r'lr(. rr)l)r(' lll r'clr]iclad y la denuncia: Yo sali del cam-
l'r,rr) ol (ionrl)o siguc cntre nosoiros" (1). Algunas afir-
¡rt[cl\)¡)(:ri Iltcr'cccn comentario: "El tema de la absoluta des_
l,r'r¡c(ii(ill dol modelo humano, el tema del refinamiento téc"
r¡luJ al scrviclo racionalizado del mal como totalidad". I,o
I)lol)1o de nuestros hábitos mentales es la impotencia de es-
t)o(:lli(:ación y, correspondientemente, el desp¡ecio de lbs he-
chos. El tremendismo verbal no tiene dificuitades con el c¡i-
Bl{rn iremendo. Tenemos "el mal como totalidad"; la cosa
cntera resulta infinitamente mejor presentable que el deta-
lle de la cosa: por entera le viene la perfección, y el deta-
lle, necesa¡iamente y tautológicamente, se integra; todo en
su "enteridad"; y esto bcu¡re de algún modo que la inteli-
gencia finita no puede percibir en el detalle, pero que cap-
ta en general y en su principio. De manera que los nazis ca-
si desaparecen para los que escriben epllogos, su acción pa-
sa al desván del "coming to be and passing away" en el mo-
mento mlsmo en que surge y porque surge "el mal como to-
talidad" y (también €s un aspecto de la misma opelación)
¡€ abren los editbrial€s y funciona perl€ctamente el apara-
to: todas las perfecciones son congruentes y coincidentes.
106.-El alegato de Weiss dicen los distlibuidores
de frases- se orienta no contra-asi
el nacionalsocialismo sino
"cont¡a el mundo que lo hizb posible, es deci¡, contra esa
sociedad, cuya radicalización absoluta procuró el adveni-
miento del nacionalsocialismb". Nuevamente el principio y
su expresión: La cosa ocurle en un medio, elemento o espa-
clo, que aqul se llama "la sociedad". Que la cosa ocurra sig-
nifica que la sbcledad está comprometida o imp¡icada: algo
repudiatrle que se produce en tal "sociedad" impo¡ta un jui-
cio sobre ésta. Nadie va a proponer lo contrario: que la cosa
ocurre sin esta responsabiiidad, qu€ justamente la falta de
esl,a relacló¡ es un rasgo de lo que llamamos sociedad. Como
si la lógica estuviera operandb, escuchar€mos que el crimen
es ¡esponsabilidad de dicha sociedad; tendremos la sa,tisfac-
ción de escuchar buena poesia: que no se alega 'tanto' con-
tra el crimen como contra la sociedad qu€ lo hizo posible.
con l,ales términos y posturas lunciona la máquina de escri-

54
bir, porque fue hecha para escribir estas cbsas. Y ahora hay
tribuna y eco y sueldo para el tntelectual
lo?.-Tenemos (supongámoslo asi) al mundo dividido en
dos bloques de ideologtas irreconciliables. Si eI mismo cri-
¡nen se produce en ambos bloques, diremos que aübas ideo-
llrg¡as se reconcilian en el crinlen. O diremos que el cri¡nen
es ajeno a las ideologias. Pero ¿podremos decir "el mjsmo
crimen"? Quienes no son dialécticos ni están sujeios al cre-
do de la historia no encuenitan dificultades en decir: éste
es ei tirano, éstos son sus crlmenes. Para los dialécticos, por
el cbntrario, la pureza, y conexión del concepio tiene por
consecuencia n€cesaria la opacidad tornadiza de sus instan-
cias. Los dialécticos, sin embargo, se comportan según el
bloque: si es bloque occidental, entonces se trata de "mal
como totalidad" y de la "radicalización absoluta"; si orien-
tal, sal€n en el acto a repr€seniar su papelito las necesida-
des de la Historia, Ias menudencias del Gran Partb. "Trots-
ky: Frente al socialismo se alza todavla el otro orden' EI or-
den de la baieza absoluta, de 1a codicia absoluta, del egols-
mo absoluto. Est€ orden es inmutable. Por su €sencia, sólo
puede convertirse en más rapaz aún, en más destructivo. En
cambiro, el socialismo, pese a los crimenes que en su nombre
se han cometido, es transformable, pued€ ser renovado, co-
rregido" (1).
108.-Un poco de análisis sobre algunas expresiones mo-
¿ales. Se dice que tal sociedad hace posible el crimen. Pu€
de entenderse que en principio no 10 excluye; puede €nien-
derse que trae al mundo su posibilidad; puecle en1'enderse
que conduce a su realizasión. El tercer sentidb es €l menos
adecuado a la noción cor¡iente .de posibilidad; es también
el que normalmente se entiende cuando se dice que tal so-
ciedad (burguesa, capitalista, occidental) hace posible el
crjmen. Se supone, además, que otra sociedad (prolctaria,
socialista, soviética) no lo hace posible; y esta vez se quiere
decir que lo excluye en pdncipi[r; y "en principiob quier€
decir que Do 10 exsluye de h€cho, que los millones de asesi-
nados en purgas y aplastamlentos no deben considera,r-
-si
se ellos en verdad como criminales apartados del camino de
la Historia por la Razón revolucionaria- son un precib ne-
ceEario de la liberación del hombre, un 'costo histórico' ine-

55
l||(lllrlr,. (:||irr'(lo jr. Irüb]lt dc crirnenes que hace Dosible esta
roIir,rlr(l y (lr¡(: rro so1l posibles c11 oi,ra, se iflplica el bino-
¡lllo rl'|il,ol(!iirlr d0 la materia y la forma, y su combinación
r rl,r'l rrcit, lltbiLllIiA, transeúnt€: bajo tal conformación
ro( lrLl, L¡r l)luaiso. la radicalización absoluta del bien como
LoLrrIit|LcI; lrírjo tal otra, el infie¡no, la "absoluia destrucción
(lr,l rrodolo hun¡ano", la racionalización del "mal comD tot¿-
ll(l.r(1". Asi, el hombre resulta una [rateria con posibilidades
(x)lrLI1rrirls y que han de actualizarse o no según e1 lado de
llr lroDlicla que le caiga en suerte. Según estos argumentos
('l lror¡bre tiene la posibilidad del mal absoluto; pero es tam-
bióD Dbsible persuadúlo de una fo¡ma de convil'encia que
hom irnposible esa posibilidad, ¡Sancta simplicitas!
109._La posibilidad de ser cruel es en propotción de Ia
Ir¡crza en que uno excede a 1os otros, El p¡obleua, entonces.
sc plantea como concentración de la fuerza conceltrada.
¿Es necesario que la iuerza yenga a esiar concenilada? Es
Ical; y eso debiera tomarse comb punto de partida, porque
la fuerza no va a atender a razones que la desmovilicen. ¿Es
inevitable que Ia fuerza corlcentrada obre en ventaja de unos
y desventaja de otros? EIlo es la razón misma, el sostén y el
Dropósito de Ia concentración de la fuerza. Cuando algún
ilumlnado llega a controla¡ la fuerza y pretende llumani-
zarIa, Ta tuerza misna lb destruye sin apetación, y la medi-
da en que se manriene es la medida en que d€ja de ser ilu-
minado y aplica la fuerza al servicio que le esiá destinado.
Los hombres delegaron la fuerza sin del€gar el de¡echo a
destruir al ti¡ano; pero Ia fuerza l1egó a ser incontrastatrle
(si no lo fue siempr€) y configurada de tal manera, que no
hay ¡unca más posibilidad de reestructur¿rla si¡to tan sólo
úc c¿mbiar de tirano, No hay l¡mites para la crueldad del
(lue contr\fla el poder ccmo no sea el poder mismo que con-
l,r.ola, u otro poder mayor que el suyo; Ilitl€r y Stalin se erl-
(f¡rrgaron de denostrarlo a la vista de todos y co¡-r la compli-
ci{lad y'aguda conciencia crltica' y amplia pelcepción po1¡-
lic.l, histór'ica, ideológica y hasta dialéctica de todos. Cuan-
(¡o urr Pitpa cierla los ojos ante el asesinato ma,siyo (por ,ra-
?iolloii suDerioles', desde lu€go) (1), cuando todos quieren ol-
virlrr lo anters posible el ,desencadenarniento del mal como
l,ol,rli(lacl'¡l tiempo que.siguen incinerando millones en pa-

56
kistán, Indochina, Indonesia, cuando hay la complicidad que
ploduce obras de arte y discute ]a estruetu!-a del teatro con
ocasión de la masacre de millones, cuando se pone a cargo
de Ia razón histó¡ica la purga arllitraria y sangrienta ¿quién
vend¡á a dect: aqul el illfierDo, allÍ el paraiso? ¿quién ven-
cirá a suponer h€rrojos formales y filosóficos a la bestiali-
dad? ¿quién nos restr€gará jamás el sermón de la univer-
salidad?
110.-"Si se pierde el contro] de la razón sobre la vlo-
l€ncia (1o sagrado), la positilidad humana se esfurna Aquel
que ha perdido ese controi ya no es ur'! hombre sino un 10-
co. Y en consecuencia, un rechazo se plantea ine-/itablemen-
tc.,.' (1). ¿Querrá Bataille conceder que su concepto de ]b
sagrado se aplica a ta violencia de lliiler y de Stalin? Por
muy sollcitos que anden los dialécticos con Stalin, llenando
su crueldad de razones hisióricas y por mucho que, comc al
pasar, reduzcan el nazismo a la última de las consecuensias
¡reeesarias de la silogistica capitalista (2) estarem'Js mucho
menos convencidos de que sea asi como lo estaremos de la
¡ndole servil y ociosa de las lazones. Pero, sul'ge una dili-
culiad de esas que fascinan a los filósofos: ¿cómo llaremos
para determinat cuándo I¿t razóu ha perdido eI cbnt¡ol so-
bre la violeucia? Podlla pretende'-se que el critcrio se obLie-
ne del mis¡ro texto de Bataille y clue rcza asi: Ia razón ha
perdido su control sobre la violencia cuando nos vemcs for-
zados al rechazo, porque es a]li clDnde "Ia posibilidad huma-
na se esfuma". La dificultad parece obvia: ¿quién nos dirá
que tal extremo es alcanzaclo? ¿Dónde están los hombres !e-
finados y sensjbles, los que midcn en sÍ mismos la naturale-
za y limiies de lo humano, los que clicen sus clisaulsos ]]un-
tualmente y de quienes escucha el mundo novedadcs sobre
Dics, Si existe o nro existe, o .soble cl dcsgarramieDto, dónde
están mientras se nasacla y sc toltrrra,? ¿Por qué e[tonces
no escuchamros su diapasón que nos instluy¡, acerca de la Io-
cura y el crimen pala saber el punto en que estamos?
111.-"Desgraciadamente, Rou,sscau (como Fiehte más
tarde) toma la voluntad solamenie en su forma rletermina-
Ca ale voluniad individual, y consiclera ia \bluntacl universal
no como el elemento absolutanente lacional en la voluntad,
sino sólo como una voluntad 'general' que piocede de esta

57
volr¡rl¡L¡l lr¡(llvl(lr¡itl collto de una voluntad consciente. EI ¡e-
,rlrllr{lt) Iri (lt¡Li roclucc la unióD de los individuos en el esta-
rl{r lr ull (:o[l,ri\l,o y I)oI li,tnto a algo basado en sus arbitra-
llllri vr)ir¡¡¡Lil(lcij, .su opinión y su consentimiento expreso da-
(l{) (l¡ l)rl(,1¡ris&rncn le; y los razonamientos absir.actos proce-
r

r¡r.ll rr obtc¡cr las inferer]cias lógicas que destruyen ei prin-


fl¡)i\) ¡rb.solutamente divino del estado, junto con su majes-
Lii(l y ¡,1¡tolidad absoluta..." (1), Que el estado aparezca
(x)nro cl subproducto, la añadidura, la unidad adventicia y
r.xtrlnscc& de la concurrencia ciega y particularista es pre-
l,(!)siór.¡ que saca de quicio a Hegel, por el modo como éste
(rrliclrde el estado, parece que tal particulartsmo y arbitra,
ric.lad de las voluntades individuales es más un producio
dc las especulaciones de Rbusseau que de la existencia so-
cial misma. Lo que dice Hegel, por Io melcos, contrasta cla-
r¿rnente con lo que (seglin el mismo Hegel) piensa Rous-
se¿u. Para Hegel la relación entre lo individual y 10 univer-
sal ¿lasciende iufinilament€ la noción de contrato. En el es-
tado tenemos que "el uniyersal ni p¡evalece ni alcanza con-
sumación sino conjuntamente cbn los inte¡eses particulares
y a tr¿yés de la cooperación del saber y la voluntad pariicu-
la¡es; del mismo modo, los individuos no vjven como perso-
nas p¡ivadas sólo con vistas a sus fines, si¡lo que en el acto
mismo de querer tales fines quieren 1o universal a la luz de
lro urÍversal, y su actividad no se dirige conscientemente a
nada que ¡¡o s€a el fin universal" (2). La solución de la vo-
luntad individual y la voluntad universal en el estado sig-
nifica, hablando rudamente, que los deseos de uno son idén-
ticos a los deberes de unoJ y viceversa. ¿eué diferencia les
lue a.gregada a los fines individuales para hacerse idénticos
a un fin universal? Si son fines individuales, ninguna; si al-
go diferente hay en ellos, ¿cómo pbdria quererlos como si
Iueran mÍos?
112.-"El problema es encontrar una fo¡ma de asocia-
ción que proteja y defienda con la totalidad de la fuerza
conún los l¡ienes y persona d€ cada asociado y en que cada
uno, al tiempo que está unido con t'odos, pueda, sin embar-
go, obcdecer nada más que a sÍ mismo y perma¡tecer ian li-
ble con1o antes" (1), Rousseau encuentra qu€ la cuestión se
¡e"sr¡elve mediante "la enajenación total de cada asociado,

58
conjuntamente con todos sus derechos, a la comunida'd"'
De
est; manera nadi€ va a gravar a nadie' todbs se sentirán
a na-
únidos y "dándose cada uno a t-odos no se da ninguno
;i;;i--;" una palabra: propiedad, solidaridad v libertad'
¡'cada uno co-
noot"a"o reduce la esencia del contrato asl: la vo-
iá"u ro p.t.o"" y poder bajo la dirección suprema de recibe
iu"i"¿-i""a"ur, y,-en esta capacidad cbrporada' se a
parte indivisible de 1¿ totalidad" (2)'
;;;;;b-'";;o
úl ro"¡o v el supuesto rejterado una y otra vez €n la filoso-
ñr-*.i"i¿. los modernos: despeiar un 'espacio social' ho-
con los'principios de la naturaleza hu-
-ág"""o "o"tttuidb
;;;;;1, con los mis*os principlos, construir (congruente- repre-
me¡rte ó no) las i¡lstituciones reales. Lo universal se
senta como a¿iciOn de infinitos particulares, como lo igual'
iu indifurett"iat una hom\lgeneidad abstracta y ficticia de
trltotuf"ru colectiva es la base de l¿ mitologia sociopsicolo-
gi"iá, general, conciencia colectiva, espiritu de la
"olo"tt¿
iot"iior¿, razón universat' como el espacio de los geómetras'
perfec-
ü ro.iuoá¿ de los modernos está pbblada de figuras
contractual
tL.'iu ii¡"*"¿ en las sociedades de naturaleza
es el equivatente del movimiento en elespacio de Euclides:
Deriecto e irreal.
- - iiá-Ouut"t yo lo mlo dentro de una sociedad construi-
da de modt tal que ello sea un querer colectil'b, social' uni-
u"taul; qrr"t"t yó 1o universal concebido de modo tal
que
elto importe querer lo mlo. Rousseau considera qu€ lo uni-
versal es una realidad de artificio y convención; para He-
gel, en cambio, lb particular es arbitrario y recalcitrtrnte' Lo
iarticutar resulta en ambos ¡eacio a la absorción univers:rl'pol'
rn Hegel por impotencia de la naturaleza; en Rolrsseau
impote-ncia de la razón. Todo viene a parar en el extremo
desde donde se parte, la existencia o la idea: el contractua-
y
lismo, cleación a su imagen de una llulguesia hacendosa
del feudalismro gó-
¿vi¿a; et absolutismo, figura apropiada
iico, áutoritario, aristócrata, dueño de la tier¡a' El absolu-
tismo gótico deiine la libe¡tad como la necesidnd reconoci-
da y ac-eptada: el contractualismo lndividualista define la li-
be¡iaci como la voluniad desligada y autárquica Para Hegel'
;o hacer la experjencia de la liberta'd ni c'oncebirlay es lim!
tación nu€stra, carencia de dotes para lo universal el con-

5S
r.r.l,l,r);r.l Allsoll¡l,o sc exprc.sa, clesallolla y mantiene con ta-
l,r¡1,o. c¡r'¡gla, ¿uclacia y valor. Para Rousseau, la c¿rencia
rl{'lll)irfl,lld cs por lo imperfecto del contrato, Ia fiaturaleza
n¡l¡ir¡rr dc la universalidad const¡uida, la obligación de los
(l rl,rn li&ntcs, Hegel se r€presenta un suieio universal crean-
)r

(lo sr¡s coDdiciones de existencia a través de una sustancia


Icrciai R,ousseau ve un sujeto individual creando sus condi-
cloncs de convlvencia como generalidad contractual'
114.-"Só1o cuando el hombre real reasimila en su pro-
llio se¡ al ciudadano abstracto del Estado y, cttmo hombre
inaividuat en su vida empfrica, en su trabajo individual, en
sus relaciones individuales, se ha conve¡tido en esencia de
la esDecie, sólo cuando el hombre ha reconocido y reorg¿ni-
zaclo ses fo¡ces propres como fuerzas sttciales, y por lo tan-
to ya no desglosa de si mismo fuerza social en forma de
fuerza polÍtica.,. sólo entonces .se ha completado la eman-
cipació; humana". (1). Bien pu€de conaiderarse un pasaie
oif. la definición perfecta de libertad. Los geómetras
tienen la ctlstumbre de primero definir la cosa y luego pro-
"omo
bar su realidad. Tal cosa es un paratelógramo y tal cosa
exisie. Par€cen dioses los geómetras, tienen ideas perfectas
y son capaces de hacerlas existir' Pero la es que de-
la vista puesta en lo definido "'erdad
qué ponen la
iitr"tr ¿En
visia los"ottrománticos cuando definen la libertad?
115.-"El hombre €s 'esencia de la especie' cuando ya no
t-"r.oyecta sus cualidades inherentes a ün Ser extraterrenal, ni
plantea un mundo situadb más a1lá del Estado burgués co-
iicliano existente. como sucede en la alienación polltica En
€se momento cada individuo ha logrado, según sus aptitu-
cles naturales, la con.sumación que, para é1 y con é1. la hu-
manidaci viviette tla materializ¿do gracias al trabaio hu-
manlzado". (1). Fetscher agrega detalles obvios de esta con-
sum¿ción, acerca del irabajo, Ia retigión, las clases, e1 Esta-
do. Por ejemplo: "La superfluidaal del Estado (democrático)
c.lepende de Ia aparición de u¡a sociedad en la cual los in-
clividuos se habrán convertido en seres genéricos total y po-
sitivamente ligados a sus semeiantes". También se €xtingui-
rá la ¡eljgión en el punto mismo en que se consumi¡á según
la neccsidad y no según el dinero, cuando no haya más tra-
bajo as¿lariado, cuando las clases desaparezcan y el htrm-
60
bre no tensa más su perfección :t ilq",ib:::":::i..:':::t"L
Iiclicio. Es el momento "" ol" it"'"i:; "iu'i'"i"rr"ui,lr'0"
acercado francamente, cuanc{o
:

de hombre' cuando nb sc
H;;TáüiJ ;;áaná vnoconcepto es negocio cuando uno reco.n-occ
porque
sermon' cuan-
i""práxis, no meramente en el
"""ia'*"*"¡t"t,-rtttillas
l'1;"";;;í;;
iJ i#'"ti"il, e inmediatamente están a Ia mano
las frutillas . ''
'*'iid-É" asf: la €specie
ou"a" también conlar el cuenüo
sea por eI Deca-
iá";"io;;;;;eálata ¿e los in.lividuos. divisjón del
"".
;:,"#-i;;il; iuJ'o¿ottiui¿ttr v la consisui€nte
;;;;j?,- ;;l*de .ra especie, querr" ;ltHilJ:":tllirXrT:.
diada, explicjta, auioconscienüe' especie se divjdieron v
iii.lná''* qt" Ios miembros de la
;;;iil;; lip,""¿i.,*.,._g,j,fi ::lj:Jll:';,'""":ii".'::
dui$tr ser especie Por su cllen[a presente hsvr obieciór
-loshasia el impusieron sobre los
:l,"J;;itt;ii;;;, v {"1" qu" fuertes se
iJrá'i-".i" ;ipi'caciónI desde lueso' la es-
I'llii"l rrüti¿tá"ros esclavos. Por lo cual'
va no pudo vivir
:::i:i";";;;;'-ai¡tlocontra¿ictoria v -en
iJ!'l i'"" r'". :.". t"'",*".",113,':3].l1^ Iil; f il*
"il"*,i""' pelo volo
voló a I'os cielosi aI "l
;;;;', .;;;;;i;' ;omosénea' por ro cuar habla disputa en-
de los cit-los-se-
i""'ilt'ii"Áu*" v unos declan que elalreino dios de los canones'
H ;" ;;;;;ú v otros ador'banque resolvian todo esto
;it."it*";;-*"n los dialécticos
/istas
;;;;r;á;-t"r srandes cabezas Y los realistas v nJsiti
¿iatécticos: "vosoiros sois una
i"'iiiitii,""",ñiJ.n a tos 1a risurosi-
con
' i"';i";;;;Ñ;;uiere sustituir la relisión trcéis. consuma
olá^'v' del concc¡Lo: vosol'r'Js
"l""lti,i."ro Absoluto: noso-
mismt' impotencia (lct Eiplritu gcsl:los
;i;;";;;la^o*"^"t,rnos por Lenct mannras y con las
iilt'it lógicos para desviar la
cosas concretas y andar c"ln mcneos
pol dixléctico
ti.i.tl". todcs modos gracils el mótodo-
-hjstoria hacernos eIectivame.n-
i,:"i';t"rÁ* "" ;;;ender 'la v
y la Jt!s-
iu ¿" la consumación hum^nc dc la libertld la
""rgo haremos que el h'umüre sea la 'esencia
;;";'fr;;;t sean fuerzas sbciales
-de
N-ada
esDecie', que ses forces propres
ii"""ttlt]". ni de ¡acionalidad de absolula: nosolros' no Sar-
esio
ñ,"H#;1"1";áaaera critica la razón dialéctica'
61
, . l¡r l)ri!xlri l ovo lllcionaria". Después d€ bpinar más o me-
y realistas y cientÍfiCoS se dediCaron
rr)..i ¡rril, l(,r\i lx)$itivlst¿s
ll rf0nlil,ürir iiu propio imperio. Asi podemos, tamtién, con-
Irrr ('l cucD1,o.

117. -"Una de las más grandes visiones románticas, cla,


uLrn{)1rlc lo¡mulada por Shiller y tr¡Or Herder desde 1793, y
rr¡n vil¿l cn los sist€mas de llegel y Marx, es que la hisioria
(l{i lir hurnanidad consiste en un partir de una condición de
ixd¡Iclcnciada unidad p¡imitiva consigo misma y con la na-
l,r¡ralcza, en un perlodo inüermedio en el cual los pode¡es
(icl hombre se d€sarrbllan a través de la diferenciación o el
¿nlagonismo (la enajenación) consigo mismo y con la na,
turaleza y un retorno final a la unidad en u¡ nivel más
clevado, o sea a la armonÍa" (1). Brown agrega que nocio-
ncs como éstas de unidad original, diferenciación antagóni-
ca y armonÍa "permanecen en los rbmánticos como arbitra-
r'ias y misticas, po¡que carecen de un fundamento psicológl-
co". Sobre e6to, Brown sobrepasa las ideas de Freud hasta
el extremo de la profecia, Piensa que la salida del pesimis-
mo freudiano, y también de las filosofias de la trascenden-
cia, y del misticismo platónico y de la religión y de la his-
toria se obtiene superandb el apartamiento de los instintos
de la vida (Eros) y los instintos de la muerte (Tanatos). La
dualidad de estos instintos se produce en el hombre: "lo que
en el ¡ivel biológico apalece como el estático plincipio del
Nirvana, en el nivel humal'ro aparece como un dinámico
principio del placer". (2). El "dinámico principio del placer"
cs la cor¡espondiente pslquica de la tepresión y la insatis.
facción. Originalmente (en el nivel animal) el principio del
placer se resuelve er1 la satisfacción reiterante y especilica
do los iDstin¿os. Por la represión, la satisfacción es impedi-
djr y la unidad y actividad sin tiempo de ]a vida animal se
r0nrpe. En busca de la satisfacción de lo reprimido, el hcm-
brc (cste animal que, nadie sabe por qué, ha roto su ¡orma
I)¡ol)ia) da oligen a "la incansable búsqueda cle nor/edades,,,
0xl)¡osion neurótica de la compulsión instintiva de repeti-
(:i(in. Ill hornble es un animal neurótico, insatisfecho; y su
lristorir cntcra lo es: "la represión y la compulsión de 1a
r(,1)0li(,i(in goncran el tiempo histórico,' (3). Todo resulta de

62
Ia ruptu¡a del equilibrio animal, "14 tendencia de toda vida
orgánisa a buscar un estad'o de equilibrio". Superar la re-
presión implicar¡a recuperar la forma propia de la especie
humana, salir de la neurosis de la historia, abolir el tiempo,
instaurar la eternidad, lograr que el hombre adquiera .su
individualidad y viva en sada caso ta vida d€ la especie,
identificar la vida y la muerte. "... la consecuencia de la
ruptura de la unidad de la vida y la muerte en el bombre es
hacer a1 hombre un animal histórico. Puesto que e1 inago-
table principio del placer *manif€stación mórbida del
prinaipio del nirvana- es lo que hace al hombre fáusticro,
y el hombre fáustico hace la historia. Si la represión fuera
superada, la incansable catre¡a del hombre fáustico termi
narla, porque estaria satisfecho y podr¡a decir;'Veñveile
ilooh, ilu bist so schóÍJ ' (4).
118.-La noción romántica de unidad originaria (aso-
ciación inmediata, comunismo primitivo, familia b clan an-
cest¡al) es contrastada con la doctrina del estado de na-
turaleza (guera de todos contra, todos, plevalencia del más
fuerte, unidad de la guerra general), Para ésta, se va de la
naturaleza a la sociedad y de óst¿ no se sale como no sea
para volver al estado de ¡raturaleza. Pero, lio que hacen los
hombres reunidos lo hacen por €l miedo, y se resuelYe en
convención y contrato. No hay oráculos en la existencia 5o
cial, ni vÍnculos indisolubles, ni actividad universal preña-
da de necesidades. El hombre permanece en la condición
social plor miedo del riesgo de vivir en dura y permanellte
prueba ante los otros. La idea de la sociedad ccnlo represión
tiene este reverso: eliminar la represión conduce al enfren-
tamiento de todos contra todos. No hay dialéctica de la re-
presión; su 'superación' conduce al punto de partida.
119.-fnventar, crear, descublir las condiciones de un
'espacib social'dentro del cual pueda habitar un animal ra
zonable. El hombre hace existir este 'espacio' como algo ar'
bitrario, sin necesidad que no sea pura y extrlnseca coln-
pulsióni el 'espacio social' aparece como Ia circunsta cia
de algo elevado y aieno que en él se produce; exactamente
como Jesús en el pesebre. ¿O no hay tal c'onstlucción arti-
ficiosa? gegel pret€nde percibir una corriente espiritual y

63
r¡r¡lv(,r'rirri llr¡y('t¡d(, bajo cl cont¡ato social. ¿Percibe algo er-r
vr,rlll¡l 0 r,¡illclvc Dr¡is blen con delicadas hipótesis la rudeza
rl(. ll,r.r lr('ol¡os y st¡ llrutal juntura? La fuerza de Hegel: et
l¡or¡tl)r'(' lr^co cxistir el ,espacio social,; sin que importen 1a6
r.fl)r'r,i¡('lr LiL(:i(nrcs inmediatas, irreflexivas, ni el c\trmporta-
!rl{'¡rl,(r uuDo tal, toda la vida social implica y pone en jue-
ti{, rnr[ dj¡ncnÁión de universalidad que es sustaniiva y que
lr r l cdiatarnrnte aporta el hombre; como representación y
vololll,iid la apo¡tal como medio o elemento de su pl.opia
n,llizt0ión. De manera que el hbmbre se realiza individual-
nr( r¡Lc rcquiriendo y a la, vez sustentando su universalidacl
ficnérica. La debilida.l de llegel: el hombre hace existir e1
'(.sD¡.cio sociai' no por la fuerza de Ia lógica que, ante la im-
l)ol,cncia de la ma¿eria, dialectice su operación ¡efuglándose
c¡l la, ficción mental del Estaclo sino inmediata, continua y
|r'cvalentemente por causa del conflicto material, la guerra
(lo ]o8 impulsos e intereses. ¿Cómo se r€mueve esta causa
y con qué se la reemplaza para creal el ¡espacitl social, de
la "emancipación humana"?
120.-L¿ forma dialéctica pug-na por existir y,se co¿gu-
l¿'cn Ia materia. La fuerza, el choqu!", la compulsión, únlca
y ve¡gonzante creatura de la uniyerñaliCad pugna¡te. Lo
extrinseco y recalcitrante impregn¿ y resuelye ia relación
de las ccsas. La naturaleza hegeliana cclno ámbito .ie la
c:iterioridad; como libro esctito con caracteres maiemáti-
cor. es decjr, cbmo expxesión de un cálculo sin concepto (1).
Ma¡x: Quiso escribt la histcria del hombre como historia
nitural. nra adecuado, porqlte la idea hegeliane de exte-
¡iorjdad es, probablemente, más ver.dadera de la historia hu-
r.llallft que de la naturaleza. Para Marx, la explotación €s la
¡¿zón eutera de la caÍda del hombt€ en Ia exteriori,lad I]a-
tr¡¡al; eliminar la explotación es el sentido y térmjno de la
bj.storia, es la reinstauración de la unidad primitil¡a €n un
ujvcl doncle el merb ser y la contradicción se reúnen como
¡calidad expllcita, autoconsciente, En la sociedad de explo-
l,rción el hombre €stá djvidido del hombre, apartado de su
l,r'onio conc,apto, rodeado de precariedad, descuartizado en
lir ünivcrsalidad del contrato, ahito de especutaciones y ayu-
nb dc cspiritualidad, disperso y entregado a la furia y la so-

64
ledad. Eliminar la explotación es quitar todo el fundamento
material del particularismo y crear las bases matcriales de
ia univer.salidad real. Es el momento en que "el hombre real
reasimila en su propio ser al ciudadano abstracto del esta-
do", cuando la especie d€sciende del ptano de la universali-
dad abstracta y se encarna en el hombre concteto y éste
existe no ya com'o indiyiduo sino como especie (2),
121.-¿Cuá1 es la causa efectiva y especifica de la dis-
persión y atomización y exlerioridad del elemento social?
¿Afán de dominio, afán de posesión, avidez de se¡vidumbre,
avidez de placer, te¡ror animal, suspicacia general, miseria
económica? El parasitismo lo inventó la naturaleza y el hom-
bre, si puede, tomará sin retribución la riqueza que otro
hombre crea. Aqui un asunto de suma importancia: ¿En
cuánias frormas, si es posible enumerarlas, puecle manifes-
tarse ia explotación? Se dice: propiedad colectiva de los
medios de producción. Haremos frases dialécticas: la reali-
dad y acción colectiyas, condición de la socialización de los
medios productiyos; la socialización de ios medios producti-
vos, condición de la realidad c,olectiva misr¡a. El hecho es
ot¡o: los inedios productivos son propiedad cle una burocra-
cja que €xplota al pueblo. ¿Cuáles sol'r los principios de la
€xplotación? ¿Son históricos y removiblcs? ¿Sbn naturales e
inmutables? Si, por ejemDlo, se sostiene que tal princiDio es
la escasez, ¿juzgaremos que en ello está el tétmino y que re-
moviendo la escasez no hay ya explotación? O diremos que
la escasez proyiene de la avidez de posesión y que pelsistirá
mientras haya la fuerza para poncr en acto la avidez sem-
pite¡na? ¿Dónde p'ondremos un limite para d€cir: hay tal
abundancia de bienes que no hay obstáculos para la a\id.ezz
"En ese momento cada individuo ha logrado, según sus ap-
titudes naturales, la consumación que, para él y colr é1, la
humanidad viviente ha materializado . . . ', eue vengan por
fin los poetas sociales y nos digan qué significa ,,según sus
aptitudes natuales", porque con esta frase han transfor-
mado en alglo más prodigioso que un miste¡io di¿léctico ta
"consumaciónD del hombre.
122.-"El hombre existe genéricamente',, ,'ta humanl-
dad retorna a la unidad,,,,.el homb¡e real reasjmila al ciu-

65
rlr(lrr¡r, ¡rl)str¡lcto dcl eslado", "ltjs individuos se han conver-
llll r'll srlrs gcnéricos", todas estas frases quieren signifi-
i,rr¡ lrr r'cl¡nlón ¡cal de los hombres en una sociedad que vie-
rr, ¡r r,xi.sLlr como despliegu€ iibre y efecti!'to de lo universal'
I,:l lr¡(llvidr¡o y su abstracción han superado el apartamien-
10: cl i)rdividuo y lo universal han liberado un elemento en
(¡rrc o¡gánicarnente se despliegan; el concepto y la existen-
( irl ri(' iclentifican; queremos lo que se espera de üosotros y
c¡l)cl¿lnos de los demás lo que €llbs quieren; pensando co-
u¡o l)cnsamos y conduciéndonos como nos conducimos pro-
loDgarlros el pensamiento y la conducta de los otÚos. Cada
uno, no ya ia mónada si¡ ventanas que conYerge con las
ol¡as pol una a¡monia extrÍnseca y adventicia, sillo un cen-
I.ro en que €l todo se exp¡esa y consuma; un punto de vista,
si se quiere, pero del abgoluto respecto de si mismo, del ab-
soluto que es muy hed.oni6ta y gusta de multiplicarse en in-
finita variedad y que no vacila en hacer el largo y dificil ca-
mino de la historia (el camirio de la masacre y la impiedad)
con tal de arribar a la fase del descubrimiento, l& reconci-
Iiación, et gozo sin mengua, eI tiempo alegre y f€liz del es-
pÍritu. ( 1).
123.-EI estado, la tigura siniestra que prevalece en 10
alto del burgo, simbo¡o, simulacro y adveltencia de la fuer-
za acantonada. Esa es 1¿ frase exacta: La sociedad perfecta
comienza a existir en el momento mismo en que se desva-
nece et principio del estado. Todas las ciudades, pueblos, a1-
cleas, villo¡rios, hogares, ll€van dentro de sÍ el prinaipio del
estado. Donde siquiera asroma imprecisa la existencia colec-
tiva, el apoyo y esqueleto de su realidad surge como sLlbor-
clinación y mando. Cuando la realidad colectiva converge o
s¿ asocia para tealizat su más alto p¡opósito la libe¡tad'
alii nos dicen los filósolos que se despliega formidable "el
principio absolutamente divino del estado, junto con su ma-
jestad y autoridad absoluta" (1) o que "cada uno coloca su
t,e¡sona bajo la direcció4 suprema de la voluntad general"
(2). Y quien lo reconrozca asi vera también la diferencia en-
t,c el principio y sus especificaciones, verá cómo el princi-
fJio aparece disperso y deformado y mezclado con otros, al
oxtler¡o que por ¡azón de sostener nuestras ocurrencias es-

66
t¿remos hablando de impotencia de la naturaleza, de ideales
que apenas sirven para medi¡, de estadt? ideal, civitas dei,
cjudad del sol en contraposición con el derecho positivo, el
estado empÍrico, la polltica contingente, la sociedad históri-
ca, la iealidad real. El estado, tema d€ las especulaciones de
la lilosofÍa polltica, busca prevalecer como la fo¡ma funda-
mental, ct¡mo el principio de la libertad; pero sólo es el uni-
versal abstracto que encubre la violencia, la servidumbre, el
ter¡or y el crimen. Con tal denuncia vienen los profetas de
la sociedad sin clases y el hombre genérico, pero no hacen
¡nás que reesc¡illir la FilosofÍa del Derecho, con cargo a cos-
tos de propaganda de ¡os nuevlos imperios.
124.-"El hombre es el animál que ha separado en opues-
tos en conflicto la unidad biológica de la vida y la muerte,
y ha sometido entonces los opuestos en conflicto a la repre-
sión. La destrucción de la unidad biológica de la vida y la
muerte transforma el principitr del ¡irvana en el principio
del placer, transforma la compulsión de la repetición en una
fijación en el pasado infantil, y transfo¡ma el jnstinto de la
muerte en un agresivo principio de negación. Y estas tres
caract€risticas especificamente humanas del pla-
-principio
cer, fijación en el Dasado y negación agresiva- sqn aspec-
tos del modo de ser caracterlsticamente humano, del tiem-
po histórico". (1). Parece que es el crimen anc€stral ase-
snato del padre- el que da cuenta del rompimiento -eIde la
unidad primitiva y la unidad bi'ológica, y origina el temor
de Ia muerte. "Los homb¡es se aglomeran en hordas como
un sustituto de los padres, para salvarse a sI mismos de la
indepe¡dencia, de'ser dejados solos en la oscu¡idad"'. (2) En
fu¡ción de tales condiciones de carencja y d€samparo surge
una operación ideal en demanda de compensación, de reen-
contrar la situación inicial. El problema reside en saber si
lg.s ctrndiciones que dieron iundamento a la sociedad ances-
tral no permanecen, si no es la sociedad represiva la misma
figura primitiva que continuamente rompemos para conti-
nuamente restablecer. Bro\¡rn pr€tende (como otros con él)
o-ue es posible superar la ¡epresión; pero, como ocurre con
la explotación, nb estamos cie¡tos de sus principios ni de
sus especificaciones. Pjensa, incluso, situándose más allá, en

67
l¡r ¡r'clrlror¡rclón de la forr¡a natural de la vida y el cuerpo
lrlll)ül¡)r)s: "Dl animal no reprimido no tiene la ployección
lr)¡tllrllv¡r de cambiar su propia naturaleza; la humanidaC
(!rlxr sut)cr'or la represión pa¡a encontrar una vida no gobs¡-
nt(lo l)or l& Droyección inconsciente de encontrar otra clase
(lo vlcl&, nb gobernada por lo negativo inconsciente. luego
quc la búsqueda lnconsciente del hombre de su propio mG
clo cle ser telmine que la historia telmine- los miem-
b:os particulares -luego
de la especie humana podrán lleüar una
vid.r qüe, como la vida de los organismos inferjores, encarna
iDdiviclualme¡te la naturaleza de la especie. Sóio una vida
individual en este sentido puede s€r satisfactoria para el in-
diviclub que la vive. Loglar una individualidad en la especie
humana significarfa por ello volver del inagotable principio
del placer a la paz del principio del nirvana, EI principio dei
nilvana regula una vida individual que goza de plena satis-
facción y encarna, concretamente la es€ncia total de la es-
nccie, y en la cual la vtda y la muett€ se afil'man simultá-
neamente, porque la vida y la muerte constituyen unidas ix
i¡lclividualidad, y la madurez es todo". (3).
125.-Par€ce que Brown piensa como los lógieos escolás-
ticbs cuando habla de la especie y el individuo humanos. La
especie humana que la historia termine"- apare-
ce como la especie -"luego
que concebÍan los re¿listas extremos en
l¡ antigua querella de los universales: la "vida indivlduai
goza de plena satisfacción y enca¡na concretamente la esen-
cia total de la especie". Los románticos suponen que el abjs-
mo entre la especie y sus i¡dividuos se resueh'e cn el ele-
mento universal de la sociedad sin clases; Brown, pbr su
parte, confia en que llegará un tiempo (cuando no haya más
tiempo y la muerte y la vida se ¡eúnan en la eternidad de
lfl Derfección natural) en que "la esencia total de Ia especie"
sc¡'á actual en cada individuo. Será la nueva Edad, cuando
no habrá más ideas con qué intoxicar la existencia, ni diver-
fícncias cnt¡e verdadero y real, ni residuos de suEpicacia en
nu0stras relaclones, ni ansiedad, ni insatisfacción, ni infi-
nlLo, ni nostalgia. Tampoct' serán necesarios los cánones mo-
¡at.s, nl el concierto colectivo, ni el monstruo omniabsor-
l)c¡rl,c del cstado, ni la búsqueda de inmortalidad, ni la tras-

68
ce¡ldencia, Diel complemento ultramundano de la humana
pe¡fección; el hombre individual será perfecto en sl y mo-
rirá comb cuando terminan sus p¡uebas los geómetras, con
la nibrica y visto bueno de lo que era necesario demostrax.
126.-"El circuito eléct¡ico ha demolido el régjmen de
'tiempo' y 'espacio', y vuelca sobre nosotros, al instante y
continuamente, las preocupaciones de todbs los otros hom-
bres. Ha reconstruido el diálogo en escala global. Su mensa-
je es el cambio toial, que acaba con el parroquialismo psl'
quico, social y económico y polltico. L¡os viejos agmpamien-
tos clvicos, estatales y nacionales ya no funcionan. Nada po-
dria estar más alejado del esplritu de la nueva tecnologle
que ¡un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar'. Usted
ya no puede irse a su casa". (1). Mc Luhan contrapone la
ctmunicación auditiva que llena el espacio en todas direc-
ciones a la, comunicación visual escritula- que procede
por el engarce y la yuxtaposición -lalineal. La plimer.a, preal-
fabética, es propia del mundo soliclalio y reducido de la al-
dea primitiva. La segunda, rompe eI aldeanismo y crea las
condiciones para la consiruccÍón occidental del mundo:
"Hasta que se inyentó la escritura, el hombre vivió en el es-
pacio acústico: sin limites, sin dirección, sin ht{izonte, en
las tinieblas de la mente, en el mundo de la emoción, con la
intuición p¡imordial, con el terror. El lenguaje es un mapa
social de €ste pantano. La pluma de ganso acabó con la coÍ1-
versación. Disipó el misterlo; dio arquitectura y ciudacles:
trajo caminos y ejércitos, la burocracia, Fue la metáfora
básica cbn que comenzó el ciclo de la civilización, el pasaJe
de la oscuridad a la luz €n la mente',. (2). para Mc Luhan
también, como pala tantos otros. las cosas ocurren en tres
momentos: el tercero es una forma más al¿a, una supera-
ción, del primero; éste es una aparlencia imperfecta, timi-
tada, implicita y dispersa del terc€ro. El hombre de la cul-
tR¡a prealfabética vive en una aldea, todo en todo, en el es-
pacio acttado y adecuado al canto del rapsoda, a la adver"
tencia del vigfa, a la danza del bruio. El hombre de la cul-
tura alfabética pasa de1 espacio acústico al visual, de la tn-
tuición al dlscurso, de la fusión a la djspersión, del colecfi-
vismo al indivldualismo, de la identiflcaclón a la privacta.

69
rl{,1 l)r¡¡l,o (1(rvlsta múltiple al punto de vista fijo, de la im-
l)llr¡rcl(i¡r a l¿ no-implicación. El hombre de la cultura post-
¡rlf¡¡lnll,icn sul)cra la linealidad discursiva del espacio viaual
y, mo(ll¡lnte las posibilidades del sircuito eléctrico ¡estable-
oc rr lo rcdbndo del mundo el espacio auditiYo de la aldea:
"il{l shock del ¡econocimiento! En un ambiente de inform¿-
ción cléct¡ica, los grupos miuoritarios ya üo pueden ser con-
tf¡riclos (ignorados). D€masiadas personas saben demasiado
l¡rs unas sobre las otras. Nuestro nuevb ambiente obliga al
compromiso y a la participactón. Cada uno de nosotros está
¿lror¿ lrrevocablemente envuelto en la vida de los demás, y
{is lesponsable de ellos". (3).
l2?.-Cuando Rousseau hablaba de Ia voluntad general
sr¡ponia instituci¡ones como la asamblea del pueblo, el sufra-
gio universal, el coriseio de notables, La forma cómo están
en contacio vivo y dan asl expresión efectiva a la uniYersa'
lidad, los miembros de un colectivo supone alguna form¿ de
superación del espacio y el tiempo habituales, alguna cons-
trucción espacio-tempbral que peünite la refusión de mu-
chos individuos €n un acto coleciivo simple. La hegeliana
majestad y divinidad absoluta del estado requiere segura-
mente una estructura mejor trabada y más firme para asen-
ta¡se. Se supone que la comunicación de los hombres se lo-
gra, no mediante el parloteo general que busc¿ el asenti-
miento medio o estadfsticb sino por la v¡a silogistica casi,
mediando las instituciones sobreindiv¡duales del Esplritu
oLrJ€tivado. De modo parecido, el marxismo no pieDsa en las
masas como otra cosa que factor de plesión. La inteligencia
está asumida por el burócrata que organiza la p¡balucción y
el consumo; los hombres de la'sociedad sociallsta' están
coincidiendo no en la asamblea ni en universo espacio-
temporal alguno que asegure una dimensión de reconoci-
miento sino en la planificación que les es ajena e impuesta.
sesún Mc Luhan, no es el prbletariado el que crea y susten-
t¿r las bases materiales del eventual encuentro y el recono-
cilulcnto, sino la tecnologfa: el chsuito y tos 300.000 kilóme-
l,ro.s po¡ segundo de velocidad de las ondas electromagf¡étl-

128 totallzación instantánea de la inlormación, po-


-La
70
sible gracias al circuito eléciricb, sugie¡e a Mc Luhan múl-
tiples consideraciones sobre la historia de la cultura, Ia re-
lación de las fases culturales, la cultura de la era tecnológi-
ca, la 'crisis de1 mundo ¿ctual'. Con las antitesis de lo audi-
tivo y lo visual, lo multidireccional y lo orientado, la totali-
zaaió\ y la djspersión, Mc Luhan a¡gumenta sobre el co¡n-
promiso y la no-implicación, la educación obsoleta, el efecto
de espejismo del pasado, la politica, la guerra frla, las estu-
pideces de la actual sociologia décimonónica, la Juer.za po-
tencial de las masas de la era tecnológica, la mitologia ra,
cionalista, etc. Por €Jemplo: "Nuest¡a ,Era de la Ansiedad'
se debe, en g¡au patte, a que tratamos de ejecutar las tareas
de hoy con los conceptbs de a,yer"; "el recuento de votos,
una parte apreciada del proceso de fragmentación del sigto
XVIII, en un ambiente de yelocidades eléctricas instantá-
neas se ha conyertido ¡ápidamente en una forma engorrosa
e ineficaz de eyaluación social"; "está surgi€ndo una nueva
forma de politica. El living room se ha convertidb en un
cuarto oscuro electoral"; "la pa¡ticipación a través de la te-
Ievisión en marchas de la libertad, en la guerra, Ia revolu-
ción, la corrupción, está transfotmando todo"; "la introduc
ción del alephbet fonético dio forma a unos tles mil años de
hlstoria occidental"; "la racionalización y la visualidad han
sido durante largo tiempo términos in¿ercambiables, pero ya
no viyimos en un mundo esencialmente visual,'; ,,la frag-
mentación de las actividades hábito de pensar en
trozos- reflejan el proceso de -nuestro
departamentalizasión lineal
propio de la tecnologÍa del alfabeto"; ,,el nr¡estro es un mun-
do fiamante de repentineidad. El ,tiempo'ha cesado, el ,es-
pacib' se ha esfumádo. Ahora vivimos en una aldea global,,;
"hemos comenzado a ¡eestructurar el sentimientt, plimor-
dial, las emociones tribales de las cuales nos divorciaron
varios siglos de alfabe¿ismo"; "Ya no podemos construir €n
serie, bloque tras bloque, porque la comunicación instantá-
nea nos asegura que ltls factores de la experiencia y el am-
biente coexisten en un esiado de interacción activa',; ,,la
tecnologla de la imprenta creó el público; la tecnologfa eléc-
t¡ica creó la masa"; "el público consiste er indiyiduos ais-
lados que van de un lado a otro con puntos de vista separa-

7t
rlr'r, ll.lr,$. Lrt llucva tccnolbgia exige que abandonemos el Iu-
lo (l(.r,ijl¡! Ibstura, este enfoque iragmentario"; "somos tes-
Llgr)¡J dc ulr choque de proporciones cataclfsmicas entre dos
l,r,r:r¡r)loÉlí¡s. T¡atamos de acceder a la nueva con el condi-
cltr¡¡urric¡rlo psicológico y respuestas sensoriales de la anti-
[tr¡¡t'; "l¿ verdad€ra guerra, la gueua total es hoy una gue-
L[ cle infornación . . . Cuando en estos tiempos son necesa-
llrs las guerras calientes, las libramos en las trastiendas
c¡ol mundo, con las técnicas antiguas... son happenings, iue-
go.s l,rágicos... La bomba de hifuégeno es el signo de ad-
D¡ir'¿ción de ta historia, Pone término a una antiquisima
scDt€ncia de violencia manifiesta"; "el circuito eléstrico es-
tá orientalizando a Occidente. Lo contenido, lo distinto, 1o
scparado legado occidenial- está siendo reem-
-nuestro
t)lazado por 10 fluyente, lo unificado, lo fundidtt".
129.-"Toda filosolÍa monista tiene la dificultad funda'
mental de encontrar un significado inteligible para la rela-
tiva independencia que contiene ta Unidad. Toda filosofia
pluralista tiene la dificultad fundament¿l de lograr que
cualquiela unión d€ elementos últimos y simples s€a inteli-
gible. En el primer caso, ienem'os la Unidad, y encontramos
la dificultad de reconciliar con ella una variedad o plurali-
dad. En el 6egundo, tenemos la Multiplicidad y la dificu¡tad
de retener ta simplicidad o independencja de los elementos
Ieconociendo la unidad y el ser de lo no simple". (1). ¿Echó
el filósofo de la existencia social sobre sus hombros la joro-
ba de Ia unidad y la multiplicidad trayéndola de la metafl-
sica o es la vida social misma l¿ que impone una y otra vez
la exigencia de superar el conflicto entre mundo privado y
mundo público, individuo y colectivo, libertad y determinis-
mb. e.s decir, la que impone la exigencia de superar lo qu3
parece, po¡ otra parte, la condición má,s esencial € i¡remo-
vibte de la existensia social?
130.-En el manicomio €legido por Peter Weiss para es-
crlbir su fábula de la revolución, el papel d€ Carlota Corday
co[esponde a una catatónica que amenaza extinguir el cur-
so de la acción:
"Mas como nuestra actriz en la actual ocasión
suf¡e letargia crónica y también depresión

i2
nos tiene, hay que deci¡, un pocb en vilo
pensando que al actuar puede pe¡der el hilo". (2).
En cuantg a Duperret, lo representa un malliático se-
xual encargado a la medida para la caricatura grotesca de
este poeta. La mofa de la utopia posas veces logró tan vio-
lento impacto:
CARLOTA (En estilo recitativo):
IIa de llega¡ prontb ese dia
en que el hombre como antes,
conseguirá la armonfa
con él y sus semeiantes.
(Dupe¡ret cubre de besos su mano y su brazo).
DUPERRET (Acariciándole los cabellos, canta):
Ese dia habrá ur orden social.
(T¡ata de pasar su mano debajo del traie de carlota.
Esta se defiende)
en que el hombre, con uu p'oco de suerte,
dependerá de su ser personal
y será libre, lible hasta la muerte.
(Intenta besar a carlota en la boca. Ella 10 evita)
CARLOTA.-Tendrá alli sus derechos cada cual
y también sus deberes y todo por igual.
DUPERRET (Estrechando fuertem€nte a Carlota y cu-
briéndola de caricias):
Se harán contratos nuevos
fundamentales
sabiendo que los hombres
son desiguales.
(Carltlia se pone en arco y se separa violentament€. Du-
peüet la persigue, sin dejar de hablax)
más las desigualdades
(que dent¡o están)
en el orden supremo
se integrarán.
(Casi sln respiración)
Asl los hombres torpes
o inteligentes
serán al tiempo iguales
y diferentes. (1).

73
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" 8?.- (1) Bataiue, Sade Y la Mora.l
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(4) Caste[], Lo d€mo¡iaco en el 4rt€.
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v E€caso alel hegelianismo'
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(2) Rlvelto, De l¿ R,eügión al Eümanisr¡o.
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(2) RlveDo, D€ h rieügión ¿l llumanismo.
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welss: La lDilagación; Eochhuth: 8l vicario; €tc
" r00.- (r) Pastelnak' Doctor Zhiv¿go.
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75
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nistno Merrista,
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(2) lióhetú, cltado po! B¡own en Eros y T¡natos.
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76
EL PENSAMIENTO DE MCLUHAN

1.-El distingo totalización-dispersión (implicación-ais-


laniento, participación-separación, etc.), coüforma Ias co-
ordenadas de1 pensamiento de Mcluhan. El motor que obra
el tránsito de la coherencia a la disperslón social y de ésta
nuevamente, a Ia coherencia es la explosión tecnológisa Las
formas de la sociedad coherente son otras que las formas de
la sociedad individuallsta: en e1 hombre se organizan di-
versamente los ó¡ganos sensoriales según plevalezca la co-
herencia sobre la separación o la separación sobre la cohe-
Iencia. El espacio acústico, el espacio táctil y el espacio
visual son diferentes. El espacio acústico es el espacio dado
de una vez, en la cohesión simultánea de sus partes; es el
espacio de la tribu, de la participación. El espacio táctil im-
porta, asimismo, intimidad, implicación, ¿lcance y comunión'
ior el cont¡ario, el espacio visual es el espacio del punto de
vista, de la percepción desinteresada, el espacio de la mó-
nada que encierla su interior sin más ventanas que el pun-
to neutro y frio de Ia pupila. De maner-a que la sociedad
coherente será aquetla en que prevalece la sensodedad au-
dio-táctil y Ia sociedad de la dispersión individualista será
aquella en que plevalece e1 ojo sobre el oido. Mcluhan dice
que el homble sale del mundo tribal al mundo individualis-
ta cambiando el oído por el ojo.
2.-Pero hay más, El espacio acúsiico es una prolonga-
clón del cuerpo y asi no tiene l¿ linealidad y orientación
(¡r,¡ (,ll)lclr) i)l)l,lcl). l['rrrnpoco sugier.e la homogeneldad e in- I
llrll.t¡rl r
.
t ¡ (
:II(I I ¡ III I I dc óste últino ni su abstracta y cuan-
lllIllvlr Dl espacio acústico es cerrado, cualitati_
v¡tcl(!dLld.
vrr v a{}trcxo: t¡n cnto¡no conmensulable con la aldea an_
Ir'rilr¡rl. Mcl,uh¿n contrapone la homogeneidad inocua,
¡rl)lcrl.r! y obvia del espacio óptico al mundo cualitativo, ce_
¡r'¡L{lo y circundado por el te¡ror del espacio tribal. La di_
(x)k)oli¿ rccuer.da la imagen platónica de la cavet.na: el es_
l)¡(:io dc los prisionelos, oscuro, encerrado, es conttaDuesto
iLl rrrndo abierto de Ia racionalidad IiiosóIica. Fue¡,a de la
(iilvcrn¿t ios objetos se oflecen con nitidez: los límites entre
lrLs cos¡s son 1as creaturas mismas de la geometría, es decir,
cl l)unto, la linea, la superficie. Su forma de realidad habla
¿l bjo: lo visible, lo desencubierto, claro, diáfano y patente
trl londo de la ca,verna se representa como pi.ivació; obje_
tiv¿L de la visión. para Mcluhan, sin embargo, la imagen
platónica no seria más que la exaltación unilateral y rela-
tive de una opsión cultural: el mundo confuso de Ia ca_
vcrna, su inmediatez y promiscuidad tesultarÍa tal desde la
modalidad visual, distante, objetiva, no participante, homo-
gónea y geométrica de la realidad; por eI contrario. desde 1á
pc'spcctiva tribal serian los valores del platonismo los que
expiesarian angostamiento, puntillismo, separación, €spe_
cialización.
3.-¿Cómo se obra el tránsito desde el mundo tribal al
mundo del individuo? por la separación de lo visual y ]o
acústico. ¿CuáI es la, causa de esta separación? A esta cues_
tión responde la tesis fundamental de Mcluhan. Según es_
tc pensador, la división det ojo y del oido se debe a la in_
vención del alfabeto fonético. El alfabeto fonético separa la
palabra hablada de la palabra esc¡ita; y también, lá pala-
bra del significado. E1 oido no tiene más el monopolio de
la comunjcación del pensamiento; mediante la esc¡itura. el
ojo puede bastarse para esta función. Además, el alfabeto
lonético elimina l¿ sujeción at significado de los signos
tdeo€ráficos y con su emllleo una serie de veintiseis silnos
lonéticos es suficiente para reducir a escritura todas las
cxplcsioncs de la lengua. La rcducclón analitica del habla
al allabeto ionético significa e.l derrumbe de las categortas
l,rJb¡rlcs: "el alfabeto fonético establece una división tajante
cn cuanto a experiencia, dándole a quien 10 eurplea un ojo
r cambio de un oido y tiberándole del trance tribal de ]a
r¡agia lesonante de la palabra y de la red de la parente-
la" (1r. No sólo eso, sino que l¿ reducción al común deno-
r¡rinador alfabético disuelve la unidad especifica de la cul-
tura tribal y abre el espacio, uniformando lo diverso y aven-
tando lo heterogéneo. De curvo, cerrado, finito y discontinuo
cl espacio pasa a ser lectilíneo, abierto, infinito y conti-
nuo. Es también una tesis de Mcluhan que el carácter ana-
lítica, Iineal, compositivo del lenguaje escrito se transfiere
al nuevo sentido dei espacio. Es una tesis suya, también,
que e1 pensamiento discursivo se origina en el orden se-
cuensial de la escritura.
4.-A partir de este punto las implicaciones prácticas y
teóricas se suceden en profusión. "PodrÍa, pues, argüilse
que el alfabeto fonético por sí solo es la tecnologÍa que ha
servido de medio para crear al 'hombre civilizado'; los in-
dividuos separados se igualan ante un código legal escito.
La separación del indtviduo, la continuidad de espacio y
tiempo y la uniformidad de los códigos son las malcas p¡i-
mordiales de las sociedades letradas y civilizadas. Al igual
que las culturas de indios y chinos, las culturas tribales
pueden sei inmensamente superiores a las cultura occi-
dentales en cuanto a extensión y delicadeza de sus percep'
ciones y de su expresión. Sin embargo, no hemos de ocu-
Darnos aquÍ de la cuestión de valores, sino de la configu-
ración de las sociedades. Las culturas tribales no pueden
mantener ]a posibilidad del individuo ni la del ciudadano
separado" (2).
"El alfabeto significó poder, autoridad y conttol de las
est¡ucturaó militares a distancia. Cuando se Ie sumó el pa-
piro, el alfabeto significó eI final de las burocracias e-qta-
cionarias del templo y de los monopolios sacerdotales del
".raber y el poder. Distintamente a la escritura
prealfabéti-
ca que con sus innumerables signos resultaba dificil de do-
minar, fue posibte aprender el alfabeto en unas pocas ho-
ras. La adquisición de un conocimiento tan extenso, de una
aptitud tan compleia como la representada por la escritu-
ra prealfabét¡ca, cuando era aplicada a materiales tan di-
ficilmente manejables como la piedra y el ladrillo, asegu-

79
urlr¡! ¡r [l crLstil dc ]o$ cscr.ibas un monopolio de poder sa- /
rr.r(lr)1,¡rl. t,)l lllltbcto, más fácil, y el papiro tan tigero, ¡a-
r¡rl(, y Lrtlujporlable produjeron conjuntamente ei
J

(L] l¡xl0l l,r¿nsfiriéndolo de la qlase sacerdotal a lacambio


mili_
l¡rr" (:l L
".. .l¿ conciencia es considerada como la marca del ser
llrclo¡Itl; sin cmbat,go, en el campo total del conocimiento
quc cxi.\lc en cualquier momento de conciencia no hay na_
cl¡, lincal ni secuencial. El estado concier¡te,ro ur, ,i"t"-
rril vcrbal. Sin embargo, duranie todos nuest¡os "" siglos de
insNrucción fonética ltemos sido partidalios de la cadena
dc inlcrencias corno la huella de la lógica y la razón; en
coDti&ste, la escritura china inviste a cad¿ uno de los ideo_
gromas con una intuición total de ser y de razón que no
deja más que un papel muy reducido a la secuencia lisual;
ci-r tani.o que señal de esfuer.zo y organización mental en la
sociedad letrada occidental sigue siendo todavia plausible
y accptable el decir que algo se,sigue de algo,, cuál si hu_
biese ¿1guna causa e¡t acción que estableclela semejante se_
cuencia. Fue David llume quien en el siglo XVIII demos_
tró que ninguna secuencia natural o lógica lieva indicada
car¡salid-ad alguna. Lo secueDcial no es más que adiciona,l y
no c¿usal. El argumento de Hume, decía Immanuel Kani.
'me sacó de mi sopol dogmático. Sin embargo, ni Hume ni
Kant descubrieron la causa oculta de nuestra predisposi_
ción occidental a la secuencia, en ecuanto la misma e.s la
'lógica'en la tecnología del atfabeto que todo lo invade,,(4).
"Sólo las culturas alfabéticas han dominado en cual_
quier época las secuencias lineales permeables, entrelazada^s
colrlo lorm¿s de organización sÍquica y social. El desmenu_
zamiento de toda cla.se de experiencias en unidades um_
formes con el fin de producir una acción más rápida y el
c¿mbio de forma (cbnocimiento apticado), ¡¡an cónsütul¿o
el secieto del poder occidental sobre el hombre y la natu-
Ialcza por igual. Este es el motivo por e1 cual nuestros pro,
gr'írmas industriales occidentales han sido, de modo com_
plchmente involuntario, tan mititantes, y nuestros progra_
¡rliH rnilitares han sido tan industriales. nn cuantó i su
tócnic¿ de transformación y control, unos y otros están con_
{olrncclos por eI alfabeto al tracer que todas las situaciones

BO
iriul uniformes y continuas. Este procedimiento man:fiesio
iDcluso en la fase grecouomana, pasó a ser más inter¡óo
(:on la uniformidad y repetición del invento de Gutenberg.
La civilización se levanta sobre el alfabetismo debido a
que este ú1timo es el sistema uniforme de una cultura me-
diante un sentido visual extendido por el alfabeto en eI
csp¿cio y el tiempo. En las culturas tribales 1a experiencia
viene arreglada por una vida de los sentidos, dominante-
nente auditÍva, que reprimc los valores visuales. Disiinta-
mente el ojo frio y neutral, el sentido del público es hiper-
estésico, delicado y io abarca todo. Las culturas orales ac-
cionan y reaccionan a un mismo tiempo. La cultur'¿ foné-
tica rpolta al hombre los medios para quc rcptima sus sen-
timientos y emociones cuando está entregado a la acción.
Actuar sin reacciones, sin implicación, es la ventaja pecu-
'liar del letrado hombre occideDtal" (5).
5.-La segunda explosión, en imporiancia, dentro del
mundo alfabético, es para Mcluhan la invención de la im-
prenta. Aqui, Ias tendencias ya aparentes de la introduc-
ción del alfabeto fonético adquieren una significación ca-
da vez mayor. El libro impreso ofrece a todos, todo el saber
scumulado y se agiganta Ia prolongación del ojo hacia el
pasado y abarca todas las latitudes. Desapar.ece el coloquio.
la lectura en voz alta; surge el lector aislado y se acentúan
eI indiyidualismo y la interioridad. Se afianzan las ciencias
gfamaticales, se depuran y establecen las lenguas, apatece
el sentido de la nacionalidad. También, el enciclopedismo y
cl racionalismo inician el asaito de la cultu¡a tribal. Es,
asimismo, una tesis de Mcluhan que la movilidad de los
tipos gráficos y eI montaje de Ia imprenta son los gérme-
nes de la linea de montaje en ser.ie y ia fragmentación del
tI-abajo. Todo el plimel momento de Ia era indust¡ial se
caTactetiza por la fragmenta,ción, procero cohel'ente con la
prevalencia del individuo en oposición a. Ia persona, proceso
coherente con el significado más Íntimo de la tecnologia
alfabética-
6.-En e1 mundo de la cultura alfabética todo puede
leerse al tenor de estos principios. La cultula tribal es la
cultura de la participación (Mcluhan dice ,,de Ia implica-
ción") de "todo en todo", de la conexión intrínseca; el

8l
rllll¡(lo l,riblll sc olrcce como or.ganismo; el espidtu tribal se
rlltlrlll(.sl,it como alma del grupo; prevalece Io místico, lot
rriFllü). lo colcctivo; el trabajo tribal (Mcluhan ni siquiera
lo llir¡ullia trabajo) es una actividad ligada en todos y con_
lllc sl¡r'ablc con el consumo tribal. La comunicación tribal
r,s (,rt{rinica al glupo, acústica y ritual. En el ¡¡undo tribal
¡l() l,icnc sentido el apartamiento (el exilio es peor que ia
rlrtlo¡te), no tiene sentido el itdividuo, no tiene sentido la
i¡)solidaridad. De modo, entonces, que la cultura alfabética
¡s posible sobre principios clontrarios a la cultura tribal: la
cohelencia social viene como una modalidad subsiguiente a
la fragmentación; las institusiones, las corporasiones. las
empfesas, 6e ofrecen como resultado, como algo constr.uido
y convenido. La fragmentación no es traspasada en la or_
ganización de la sociedad mecánica o alfabética, sino que
peln]anece eomo la sustancia o materiai que hace posible
lo organización; de modo que el individuo y su fragmen_
tación, su aporte especializado a las empresas sociales per_
inanecen como la condición sustantiva de la sociedad mecá_
nica. Asimismo, y en reciprocidad, ia sociedad mecánica
Dutre al individuo y su fragmentación. OtIa tesis de McLu_
han es que no podemos considerar correlaciones de este ti_
po en términos de categorías inadecuadas: lo correcto es
ver la sociedad mecánica como Ia sociedad del individuo v
a éste como al hombre que corresponde a la sociedad mecá_
nica. Esta tesis de Mcluhan se formula en términos más
amplios: la tecnologia es coherente con un tipo determi_
nado de hombre, y un tipo de hombre determinado es co_
herente con una tecnología.
T.-Mcl,uhan generaliza también su principio de sepa_
ración del oido y el ojo mediante la tecnologia alfabética.
cada innovación tecnológica introduce una ampliación, ex-
tensión, intensificación, especiatización de algún órgano
senso¡-ial humano (la rueda es una extensión del pie, el
Dapcl es una extensión y ampliación det ojo, el cañón es
una extensión, amptiación e intensilicación del puño, el
vestido es una extensión de la piel, el teléfono del oido). En
virtud clel impacto que significa una tecnología, la sensibi-
lidad, cl apa¡ato perceptual y todo el sistema humano de
funciones debe reacomodarse. Esto explica que cada defi_

82
r¡ición tecnoiógica sea coherente con un tipo de hombre.
Además, a través del progreso tecnológico, viene el hombre
colrlo prolongado sensorialmente en todas las direcciones; y
g¡rno tales prolongaciones son mecánicas, la era alfabética
s;
puede conside¡ar como aquella en que la tecnología desa-
rrolla un gigante mecánico que muestra a nivel colectivo
una r'éplica material de1 homb¡e de la socieda,d mecánica.
B.-El impacto de la tecnologÍa sobr.e la sensibilidad Der_
mile a Mcluhan olrecer una explicación del cambio leino_
Iógico o desarrollo material de la sociedad mecánica. por_
que, como dijimos, Mcluhan sostiene que toda iccnologia
cs una extensión sensorial del homb¡e y que toda exten_
srión ¡ensorial det hombre requiere un reacbmodo s€nsorial.
Pero el reacomodo sensorial requiere nuevos cambios tec_
nológicos, de mane¡a que la tecnologia, por la mediación
de la sensibilidad human¿, lleva consigo el principio mis_
mo de su desarrollo. En cuanto a la razón del reaconodo
de la sensibilidad, Mcluhan sosiiene que toda exterlsiól
de un órgano provoca irritabilidad y que el sistema nervio_
so se defiende de esa i{¡itabilidad por el embotamiento y ta
5.utoámputación. De manera qug para supelat. este estado
se ¡equieren contrair.Titantes que se induciián por medio de
la extensión de ottos órganos sensoriales. ,.Socialmentc, lo
que promueve los inv€ntos e innovaciones en su condición
de contrairritantes, es la acun-rulacjón de iuitaciones y pre_
siones del grupo...
L¡, época que sigue a una invasión constituye un Deriodo
rico en técnicas debido a que la, cultura sometida tiene rue
ajusla¡ todas las relacjones entre sus leniidos pa a c;us_
tarse a la presión que ejerce la cultura invaso¡a...', (6).
"Cualquier invento o técnica constituye una p¡olongación
o autoamputación de nuestro cuei.po fÍsico, y esta piolon-
gación reclama también razones o equilibrios nuevoi entre
los demás órganos y p¡olongaciones del cuerpo...
.. . En la Europa audiotáctil, la televisión ha intensificado el
seniido yisual, induciéndola hacia estilos de empaques y
formas de vesii¡. En la percepción ampliamente visuaf ¿e
los EE.UU. la televisión ha abierto las puertas cle la per_
cepción audiotáctil al muncto no visual de la.s lenguas ha_
biadas, de los alimentos y las artes plásticas" (?).
f-
l)o |t(xlo rllltonccs quc la lntroducción de uua técnlca l

l)r(,(llr(| lrrll,"rclón que obllga a un reacomodo de la sensibi-


ll(ln(1, r-r,l(:o[rodo qr¡e se logra mediante la introducción de
lllr('v¡rs l,écnicas. El hombre ya cambiando con el cambio
l,(rrrtt(')glco y las tecnologlas van desplegando en el tiem-
t,1) v el csfJacio de la cultura mecánica (por. ejemplo) la fi,
ft¡rr de ese honbre que caurbia: el hombre de la cultura
r¡lccÍnica es el hombre en la modalidad mecánlca de exis-
lcDcia.
g.-De modo, pues, que frente a la cuestión del proceso
l)i$tór'icoy el motor que lo impulsa, así como Mar.x propone
la di¿léctica de los modos de producción y Toynbee la dia-
lóctica del reto y la respuesta, asi por su parte Mcluhar
la lesuelve en términos de elongación tecnológica y ¡eaco-
¡Dodo sensorial. Y asf como Marx entiende el cambio al ln-
Ncrior de cada figura del proceso de ploducción como an-
tagonismo de clases y Spengler como un proceso de orga-
Diciclad cultural, asi Mcluhan ensuentra que la actividad
social, en este aspecto, debe entenderse po¡ la pugna entre
las distintas tecnologías y la energía que a5i liberan y el
ülrpuiso que asÍ inducen. Las cosas no ocurren por ciega y
dieléctica compulsión, ni por una finalidad acl hoc; ias co-
sas ocuiren porque eI equiiibrio sÍquico ha sido roto y hay
que establecer un nuevo equilibr.io. Mcluhan cita a Mc
wllinnie: "Durante la mayor parte de nuestra vida la gue-
IIa civil ha hecho furor en el mundo del arte y 1a diver-
¡rión... e1 cine, los discos, la radio, ias películas sonoras...
la mayol parte de esta guerra civil nos afecta también en
lo Diofundo de nuestra vida síquisa, puesto que esta guerra
cs dirigida por fuerzas que son pr.olongación y ampliación
de nue.stro propio ser. A decir verdad, la interacción entre
medios no es más que otro nombrc que damos a esta gue-
rr.a civil" (B). Dice por su parte x.lcl,uhan que ,,ios cr.uza-
micntos o hibridaciones de medios libelan g¡andes fueúas
I' ei.reigiirs nuevas, cual si fuese por fisión o fu.stón', (9). pa-
r o lfcI,Llhan, además, la gran liberadora de energía en
func!ón al cambio social sigue siendo la oposición entre
l¿r clrll]rra letrada y la cultura o¡al. No se trata, pues, de un
¡uotol clüe se va leinstalando a si mismo a través de un
l)r-occso que Ienueva sll plincipio sino más bien de un de_

M
rrumbe iniciado en los inicios de ta cultura alfabética y
que no iermina aún de consumarse: ,.En realidad, de todas
los glandes uniones híbridas que dan origen a furiosas Ii-
belaciones de energia y cambios no hay ninguna que so-
¡lrepase a la conjunción de las culturas letradas y orales.
Darle al hombre un ojo en lugar de un oido, tal como
hace la cultura letrada, constituye, política y socialmente,
la explosión probablemente más radical que pueda darse
dentro de cualquier estructura social. Esta explosión de¡
ojo, repetida con frecuencia en 'regiones atrasad¿rs,, es lo
que llamamos occidentalización. Actualmente, a punto de
que ¡a alfabetización hibridice las cultura"s de los chinos, los
hindúes y los afficanos, estamos al borde de enf¡entarnos a
una libelación tal de poderio humano y de violencia agie-
siva que ltará que la historia anterior de la tecnolog.ía clel
elfabeto fonético resulte completamente insÍpida" G0),
10.-Uno podria decir de antemano, que la oposición
de l'6cluhan entre cultura tübal y cultura allabética no
puede ser tajante a riesgo de no ser operativa. La reiaclóD
o ei intervalo entre estos dos extremos de lo tribal y lo al-
iabético tiene que ser real como no sea que el inter.cambio
del oido por el ojo se entienda literalmente, Io que resulta
absurdo. Si se entiende 10 visual como asociado a ia dis-
tanci4 el desinterés y el aislamiento individual; y el oído,
el tacto, el olfato, como sentidos que comportan participa-
ción, implicación, inmediatez totalizante, entonces. ias tec-
nologias y medios de comunicación que extienden nuestTos
órganos sensoriales serán más o menos aislanies, n1ás o
menos comunicantes en pxoporción de los sentidos que in,
tervienen. Esta variancia queda aceptada y adoptada en la
ciistinción que hace Mcluhan entre medios cátidos y me-
dios frios. "Es un rnedio cálido el que piolonga o amplja un
solo seniido en una 'alta definición'. Alte delinición es el
estado del ser bien abastecido de datos. Visualmente, una
fotografía es una 'alta definición'. Una ca¡icatur.a es una
'definición baja', por la sencilla razón de que propoi.cion¿
muy poca información visual. El teléfono es un medio frio
o un medio de definición baja debiclo a que se da al oído
una cantidad mezquina de información, y el habla es un
medio frio de definición baja debido a que es muy poco
Ir rllrr, rir. (lit y rnr¡(:llo lo que el oyente tiene que comple_
l:rr .. 1,,)r Io l,anto, los medios cátidos son de baja partici_
t|,( loll llrlrD|lit.s quc los medios fríos son de alta participa-
¡1l,ll l)lü-t[ cluc cl público ]os compleie,'. (11). Los medios
lr[)]i t)( ultlten, entonces, que la sensibilidad se despliegue
r.¡¡ (,1 lnitr[Jcn que dejan a la participación. El esfumado
clur:D)írtogr'áfico, por ejemplo, es como un lapso de la se-
(:!cnci¿ cálida de este medio visual, la sensibilidad deja de
cstrccl¡atse al conducto visual y responde al propósito del
dilcctor que quiere exptesar la transición a otro plano de
la acción. La gesticulación al telefonear estarÍa manifes-
hndo el carácter frlo de este medio: el que habla, instuye
Ia deficiencia del medio y trata en vano de completarla. La
Dintula de un Rembrandt serla un medio frlo que deman-
da una participación que tra.sciend€ de lo sensorial hasta
una participación espiritual completa.
11. Es una tesis importante de ]\lcl,uhan que el calen-
t¿miento de ios medios hasta una alta intensidad engendra
cspecialización y fragmentación. por ejempio, el r.eloj es un
medio altamente cálidtr en comparación con la clepsidra o
las unidades toscas que emplea el campesino. Ei reloj de-
sultnntiya, el tiempo y 1o r.educe a uniforme y vacia dura-
cjón computada en unidades regulares y minúsculas. El
tiempo no se aprecia, ni se intercambian parece¡es sobre el
tiempo cuando hay reloj; no se trata ya de las impi.esiones
del ánimo ni del cansancio del cuerpo: el iiempo avanza
uniforme e ineluctable desde que existe el reloj; 1os fisico,s
quielen expr-esarlo literalmente: el tiempo es el tiempo de
los relojes. El desbande que produce el reloj parece apoca-
lipsis: "El tiempo no sólo medido por la experiencia serso-
rial sino en unidades unlformes abstractas, va impregnan-
do paulatinamente toda la vida sensorial del mismo modo
que Io hacen la tecnologia, la escritura y la imprenta. No só-
10 el trabajo, sino también las comidas y el sueño, acabau
Dor acomodarse al reioj, más bien que a las necesidades
or.gánicas. A medida que la pauta de medición arbitraria y
r¡nilorme del tiempo fue extendiéndose en la sociedad, has-
t¡ cl ves¿ido comenzó a sufrir aiteraciones anuales de un
ü)oclo conveniente para la industria...,'(12). .Al dividir el
urivcrso en segmentos visuales, el reloj y et alfabeto pu-

86
..iie¡onfin a la música de la inteuelación. Lo yisual desa-
craliza el universo y produce al 'hombte no religioso de las
sociedad modernas"'(13). "En el Renacimiento, el reloj se
sumó a la uniforme respetabitidad de la nueva tipografia,
para ampliar el poder de la organización social hasta lle-
varlo a una escala casi nacional. Para el 6iglo XIX el reloj
había proporcionado una tecnologia de coerción que resultó
inseparable de la industria y el transporte, haciendo posi-
ble que toda una metrópoli actuara casi como un autóma-
ta". (14). "El Ieloj sacó al hombre del mundo de los ritmos
y repeticiones propia.s de las estaciones de modo tan efec-
tivo como el alfabeto lo habia liberado de la mágica reso-
nancia de la palabra hablada, asi como de la trampa tri-
bal" (15). Otro buen ejemplo sobre la función de fragmen-
tación y especialización de los medios cálidos lo ofrece la
moneda como medio de cambio y de precio. En el t¡ueque,
las mercancias son recíprocamente medios de cambio y de
plecioJ y es obvio que aparecen como medios frios en re-
lación a la n-roneda: el trueque requiere participación en
forma de tanteo y estimación altanente subjetiva de las
mercanclas que se transan; el precio ¿ien€ tantas fluctua-
ciones casi como transacciones se producen. La moneda co-
mo mediación del bueque resulta un patrón ideal de caru
bio y de precio. Pero, además, la moneda rompe el particu-
larismo del mercado y se establece como medio universal
del intercambio de mercancía5; de modo que este proceso
se amplÍa y acelera e induce una dimensión nueva de la
demanda, inc¡emento de la p¡oducción, fragmentación del
trabajo y especialización.
12.-La distinción frio cálido €xpresa la convivencla y
grado relativb de las forma.s tribales y atfabéticas de¡tro de
una sociedad determinada. Las soci€dades del mundo actuál
(salvo excepciones en Africa, Asia) son tan sólo predomi-
nantemente tribales o ipredominantemente alfabéticas o,
comparadas entre si, más alfabéticas unas que otras. La opo-
sición frio-cálido puede conslderarse com'o principio dinámi
co de desarrollo tecnológico, como indice de esta destribali
zación y alfabetización, como termómetro cultural, patrón
de producción, de programaeión. Por ejemplo, et hacha de
hie¡fo es un medio caliente en dompar.ación con el hacha de
1

¡rlr.(¡l1r; M(:¡,r¡ltan r.cficr.e que .,clrando Ios misioneros dieron


lrr{:l¡rlli (lo tccto ¿ los indÍgenas de Australia, se derrumbó
I | ( [llul.lt b.rs¿da cn el hacha de pied¡a. Esta no solamenle
I¡rrlll¡! oscilscado sino que habÍa constituido un slmbolo fun-
(lr¡r¡¡(irll!l dc r.ango, de importancia varonil. IJos misione-
ir)i; rrtx)rtrron grandcs cantidades de hachas de acero, que
(ljsl,rjlrr¡ycron entre uujeres y niños. Los hombres tuyieron
¡rl.luso qlle pedir prestadas las hachas a las mujeres, con
lj quc llrbo de derrumbarse la dignÍdad varonil', (16). Tam_
bión dice Mcluhan, a propósito del equilibrio dinámicb cul-
lr.r¿l inpiicado en la dist;nción frÍo caliente: ,,Indudable-
D.ntc esLamos llegando, dentro del alcance de un mundo
lcgido automáticamente, hasta un punto en que podrÍamos
docir': 'seis horas nenos de radio en fndonesia o se produ-
cir'á un g¡an derrumbe de la atención literar.ia,. O bien: ,ptr.
dcmos plogiama¡ v€inie horas má.s de lelevisión para la
scmana siguiente en Africa del Sur para que se enfrÍe la
lomperatura tribal que la radio elevó en el curso de la Ee-
ulaDa pasada'. Ahora se podrÍan programar todas las culiu-
¡ ns pa¡a mantener estable su clima emocional, en la misma
Ior.ma en que hemos comenzado a saber algo acerca de como
se [rantiene el equilibrio de las econbmlas cornerciáles del
mr¡Í¡do" (17).
13.-No es difÍcil percibir el grado de r€lativización que
introduce Ia disti¡ción frio-cáliCo en el mundo de los valo-
res, la estética, la moralidad, las a¡tes aplicadas, la indus-
tria, la información; ni lo es darse cuenta de la importanci&
práctica que tiene conocer acerca de la frialdad y calidez
de los medios, de la relación frio-cálido, de la a,dscripción cul-
tural que ctnresponde a unos y otros. por ejemplo, Mcluhan
distingue el periódico como medio flio, del llbro como medio
cálido; la pugna entonces entre estos dos medios de iDfor-
r¡r¡rción queda referida a un principjo que la profundiza y
(,xplica; la contraposición superficial,profundt), ordinario-
riirio aplicada a la instrucción por el periódico o por el libro
s0 rccluce a muy poco cuando se apu¡ta sobre la participa-
ció¡r en un caso y el aislamiento en el otro. Otro ejemplo:
el cinc se puede considerar un medio cálido; pero es más
cilido cl cine hablado que el mudo. f. en el cine mudo es
rrrirj c¿ilido el cine de Chaplin que el cine de Einst€in. pero
no podria dirimirse absolutamente una disputa sobre si el
cine debe ser hablado tt no, o sobre la cuestión del monta-
jc !f, ia fotografia. Más bien, habda que despachar todo esto
considerando el medio industtial en que produce Chaplin
en cont¡aste con el medio oral en que produce Einstein, De
manera que una proposición de estética cinematográfica
Du€de no ser más que una encubjerta creaiura del determi-
ujsmo cultural, otro ejemplo, tomado de Mcl,uhan: "No se
ha bbserv&do ningún resultado más inesperado del teléfono
que Ia eliminación del barrio de los faroles rojos y su crea
ción de la call-girl. Para el ciego todas las cosas sor, inespe-
radas. Las formas y el carácter del teléfono lo mismo que los
de tbdas las tecnologias eléctrlsas se deian ver claramente en
esia espectacular consecuencia. La p&stituta er-a una es-
pecialista y la call-girl no lo es. Una 'casa' no era, un hogar
(alusión a 'A House is not a Home', d€ Polly Adler) pero la
c.all-girt no sólo vive en un hogar sino que hasta puede ser
una matrona. EI poder que el teléfono tiene para descentra-
llzar t'odas las operaciones y poner lin a la guerra pol los
puestos, lo mismo que a la prostitución localizada, lo han sen-
tido pero no 10 han comprendido todas y cada una de las
empresas del pais... La call-girl prescinde del alcahuete y
el ama. Tiene que ser una persona articulada, de conversa-
cjón yariada y Cotes sociales... si la máquina de escribjr
ha desgajado a la mujer de su hbgar y Ia ha convertido
en una especialista de la oficina, el teléfono la ha llevado
al mundo ejecutivo con el carácter de un r¡1edio general de
armonla... La máqui¡a de €scribir y el teléfono son los
hermanos gemelos tdénticos que han tomado para sÍ, de
manera tecnológicamente despiadada y plofunda, la tarea
de renovar a la ioven norteamericana" (18). Si comparamos
las cruzadas contr¿ 'el barrio de los faroles roios' (]as can-
tidades enormes de energla y doctrina moral con vistas a
€rradicarlo), con la irrupción del teléfono y las consecuen-
cias descritas, no cabe duda que las pretensiones del mate-
rialismo y €l determinlsmo tecnológico, bbligan a pensar. El
t€léfono es un medio frlo y es un medio eléctrico; como me-
dio frlo requiere de participación y la induce: no es el farol
rojo en barrio oscuro, c{rn significación inequfvoca ante una
casa donde está montado un aparato de explotación lncon-

89
li'¡¡rl)l(,, ¡ilno r¡D mcdlo que pcrmite y ¡equiere por sl sólo
li)(lo ('l (l(,ril)llcguc de recursos persuasivos; pero ;s tambié.il
r¡r ¡r¡r:rllo clóctrictr y como tal obra la destrucción de toda
r r,¡r l,r'¿llzr¡ción y l¡agmentación: aunque el ejemplo
es la
¡lr.rrl,lblo, Dclntite en tan equivoco nivei comprobár la ten-
(l(,rcill dcpuradora, de abertura, veracidad y compromiso
de
los llr.ldios eléctrjcos de comunicación. Otro ejemplo: la ¿e-
lcvislón, medio asimismo frio y eléctrico qu¿ irrumpe en
los ambientes letrados con fuerza incbntraitable. L; tele-
visión se establ€ce en el living con su espacio peculiar in-
teglando a la familia cor¡o célula de un organismo gigantes-
co. L¿ fórmula de este medio de comunicación iilnitica
una nueva estructura de las r€laciones personales que se
cxpresa en mil detalles de completación del mensaje: las
oDiniones, el disentimiento, la aceptación, el comentario, La
crftica,. el concierto, la divergencia, en tbdos süs matices, van
¡)r'oduciéndose en simultaneidad y en abierta charla Ju;to &l
tclcvisor; el close up no puede evitar y por el cont¡ario im_
Donc Ia comparación entre lo que se dice y el rostro con
que se lo diee; el fariseo va a gritar su fa¡.iselsmo ante
las
c¿iDraras; se manejan ltts controles para fijar la imagen en
busca del secreto, patente en la mirada; la cámara vuelt¿
sobre el lugar de los hechos no puede ocultar todos los de
talles de la verdad; el diálogo de los sordos termina, por
declarar a gritos la estulticia sec¿aria; el mosaico de las
noticias no puede €scbnder por mucho ¿iempo sus lagu_
¡ias; las cargas de la preocupación y el desaliento nadie p;e-
de ocultarlas cuando lbs rostros de los polÍticos €;tá:l
ahi Dara ser vistos. Los medios calientes inducen fragmeD
tnción y centralización; tos medios frÍos coherencia y
cil)a,ción. La máquina de escribi( árranca a la mujer de la
farti-
tribu familiar; la televisión ¡eliga la sociedad. El semana-
rib es_ cálido respecto del libro y frlo respecto del periódico;
aqul hay tambjén una relación con el ti€mpo y ei tira5e; y
la lray con el tipo de lector y el tipo de cuttura. Ivfclu¡an
djcc quc el teléfono es más adecuado a la cultura oral del
Ir¡so cn tanto que el teletipo se presta mejor a los hábitos
lctr'&dos del &mericano: la lÍnea de comunicación Wasning-
ton-Moscú se resiente de esta divergencia.
l4.-Para Mclü¡an toda tecnolog¡a €s ura extensión

90
del hombre, aunque no de la misma manera si¡o que se
cx¿iende un órgano (el brazo, el oido, e1 ojo, la gatganta,
la piel, el pie) o se extiende un coniunto de órganos (telé-
Iono: garganta-otdb, televisión: ojo-o¡do) o se extieüde el
cuerpo todo (Language is a technology \trich extends all of
the human senses simultaneonsly (19) ). La manera como
progresa el cambio tecnológiso es en términos de acomodo
sensbrial movido por el juego de la irritación y la contrairri-
tación, Sobre esto (como sobre todo, por 10 demás) Mcluhan
csboza, tantea, sugiere. De toalos modos, sir¡ que importe la
conexión de las cosas (y parece que Mcluhan no quiere te-
ner mucho que ver con lbs modos alfabéticos de la prueba
y el fundamento) el hombre ha venido a un punto d€ desa-
uollo tecnológico en el que todo palece concluir y consu-
marse: r'La herramienta prolonga el puño, las uñas, los
dientes o el brazo, La ¡ueda p )longa los pies en rotación
o el movimiento secuencial. La implenta, primera mecani'
zación compl€ta de un oficio, descompone el movimiento de
la mano en una serie de pasos discretos que son tan repeti-
bles como Ia rueda giraioria. De esta secuencia analltica na-
ció eI principio de mlf,ntaie, pero hoy, en la edad eléctrica,
aquella es ya anticuada debido a que la sincronización ya no
es sesuencia. Con las ciDtas grabadoras eléctricas puede ha-
cerse simultánea la sincronización de cualqui€r número de
acciones diferentes. Asl, ha llegado a su fin el principio me
cánico d€l análisis, Incluso la rueda ha llegado ya, en prin-
cipio, a su final, aunque el estrato mecánico de nuest¡a cul-
tura sigue llevándola consigo uodavia como pafte de un im-
pulso acumulado, de una coniiguración arcaica"(20). Pode
mos decir que el alfabético fonético crea la dimensión espa-
cio-temporat y, al tiempo, la metodologia propia d€ una ex-
tensión mecánica del hombre y una apropiación mecánica
de una realidad mecánica. Tbda la era alfabética de McLu-
han consiste en este desatrollo tecnológico que culmina en
los inicios mismos de la tecnologia eléctrica, Las implica-
ciones teóricas y doctrinarias de tas tesis de Mcluhan sobre
los tres periodos de la historia de las culturas (prealfabé-
tico o ¿ribal, alfabético b mecánico, postalfabético o elés-
trico) sobre el tipo humano de cada per¡odo, sobre la di-
vergencia categorial de un periodo a otro, sobre el riguroso

9I
(lcl,{.rrnlnlsmo cultural y prevalencia incontrastables dé lás
¡to neccsitan de calificación. La ldea de McLu-
l,{r(i¡¡{)logl¿rs
llr¡r soblc la no percepción del medio, de su extensión y su
rncnsaJc, de Ia reeestruc¿uración que aporta al plano d; la
Icl¿rción social da todavla un peso más g¡ave a;quellas im-
plicociones. Un ejemplo interesante para la, aüe;ación de
nucstro ambiente: según la manera de ver de Mcl,uhan. las
id(rs de Ma¡x y los marxistas colresponden a una sociolo.
gi¿r mecánica; Marx estaba levantando un pr.ograma
de ti_
beración del hombre mecánicb en términol mecánicos en
ei momento mismo en que la tecnoiogfa eléctrica (que cier_
tirmente no es marxista) iniciaba la eliminación def hombre
y de la era mecánica_
15.-El per¡odo eléctrico se inicia con la utilización de l¿
electricidad como medio de extensión del hombre. Desde que
es posible servüse de la elect¡icidad, el hombre ha pueito
en existencia las condicibnes pal.a una extensión del siste_
ma ne¡yioso central misno; ya no hay cambio cle elemen¿o
Di co¡mensurabilidad de las velocidades entre los mecanis
mos del sistema netvioso y los mecanisnos eléctricos, como
oculre cuando el hbmbre logra su €xtensión con elementos
mecánicos: la tecnologia eléctrica (cada vez más. en el te
rrcno de la computación y la automación ) va jnstalando un
apara[.o de gigantescas proyecciones quc supone e imponc
tl]1a €xtensióD nerviosa colectiv¿ del hombre. La frase ,.ex-
tensión del hombre,, adquiere signilicación literal en Ia €ra
de la electricidad. Es una te,sjs central de Mcluhan que las
tecnologias eléctricas, pbr su naturaleza misma, intróducen
fo¡mas de relación social que alcanzan prontamente el ex_
tremo de abolir el tiempo y eI espacio y establecer. en ge-
rleral y a nivel mundial, las condiciones dei lejano mundo
1ribal: la tecnologÍa eléctrica va insialando un cerebro co
lectivo que impone pttr el mundo la simultaneidad, la par
ticip¿ción, la información plena¡ia y conectada, la imptica-
cjóD y la responsabilidad colectiva. Desaparecen _con ei mrrv
llumilde y material expedientc de extender los cables. ins_
tclar las redes hidrocléctricas, mont¡r las cnnlrales de ra_
clio y televisión, alzar las antenas de la telegrafÍa inalám,
brica, instalar el Telstar- los centr.os Ae póaer con todo
su migico pres¿igio, desaparecen los gesüoies de la eslu

92
l)idez masÍva, los tramposos de provincias, los tontos ca-
;ismáticos. Ya no es posible irse a casa, porque el mundo
se ha transformado en una aldea. "La escritura proyectó
su resplandor en las altas, tenebrosas sierras del lengua-
¡e; ruó ta visualización del espacib acústico. Iluminó las
iittiub1""... La mecanización de la escritura mecanizó la
metáfora acustico-visual sobre la que se asienta toda ci-
vilización; creó el aula y la educación popular' la plen-
sa moderna y el telégrafo. Fue la llnea de montaje pri-
migenia. Gutentierg puso toda la historia al alcance de
todos comrtr un fichero... I¡os jóYenes que han experi-
mentado una década de Tv absorbieron natulalmente un
impulso apremiante hacia el €ompromiso en profu¡didad'
que hace que todas las metas remotas y figuradas de ]a
cultura visual parezcan no sólo irreales si f, iraplicables,
y no sólo inaplicables sino también anémicas... E1 hom
bre electrónico como el homble prealfabético, extrae por
¿blación o externaliza al hombre iotal. Su ambiente de
info¡mación es su propio sistema nervioso... Llos europeos
han ocupado durante un tiempo muy largo los espacios de
ias vi€jas ciudades como para ser capaces de ocupar los
nuevos espacios creados por los nuevbs nteclios. Malx
Iue, tanto como sus oponentes, una vlctima del espeio 1e-
trovisor. Uno y otros estaban cegados a los nuel'os am-
bientes de seryicios cblectivos por las plesunciones deri
'Vadas de siglos de instituciones y libros impresos .. 10 que
s€. convirtió €n la pesadilla de la amenaza comunista fue
una mala interpletación de hechos que ya habian ocu-
r-rido.,. Los marxistas se pasaron la vida tratando Ce
prom'over una teoria, cuando ya se habia logrado en lfl
realidad. .. la lucha de clases es un espectrl:) clel antiguo
feudalismo en el €spejo retlovisor'" (21).
16.-Las consecuencias de las tecnologlas eléctricas
lcomo en general de toda tecnologia) no tienen que ver
con el contenido. Cuando alguien argumenta que no sie
trata de la televisión sino del empleo que ie dam'os, est,r
iomando exactamente el camino contrario del debido. Pa
ra Mcluhan no se trata del empleo que le damos sino
de la televisión; este medio -como otlo cualquiera- im-
plica e impone su plopio ambiente y nb l'a a cambiar su

93
la lnstale en el comedor más bieD que
{'fccl,o l)o¡que se
(rr cl llvlng, porque
se le programe en pedagogla más bieu
qr¡c on deportes: la t€leyisión implica (podrlamos decir)
r¡n¿ nucva relación de las personas por virtud de su for_
m¿. Las consecuencias de este principio de Mcluhan pa
¡ecen múltiples. por ejemplo: nb importa el contenido de
la doctrjna (siquiera tanto) como los medios de propagan_
da; el desarrollo tecnológico eléctrico a ambos lados del
mundo actual tlende a eiiminar las diferencias ideológicas;
la occidentalización no es traspasb de doctrü¡as sino- tra^s-
paso de técnicas; la uniformidad de la doct¡ina no pue-
de compara¡se con la uniformidad tecnológica; el hombre
no puede concebirse como algo idéntico a través de dife_
rentes medios tecnológicos; hbmbres de diferentes medios
tecnrológicos difieren ciertamente, hombres de diferentes
medios ldeológicos pueden no dif€rir en absoluto; la lu_
cha de hombres de diferentes medios tecnológicos és iucna
de tecnologlas diferenúes; las tecnologias ion agresivas
respecto .de otras tecnologias y desconócen oltmpiámente
toda oposición ideológlca.
. l7.-Desde
te¡cia
Smith, Malius, Marx, los profetas de ta exis_
social fueron p¡edominantementó mabrialistas. De
ellos adelante, es común exigir que los principios emplea_
dos tengan el sentido de algo inmediato al cámbio social
mismo: por ejemplo, la riqueza y el poder de las naciones.
cl capital inte¡nacional, la potencia induslrial. el sistema
de_la guerra. junto con su agresividad ostensible y eficaz;
o la organización de los trabajadores y sus cruzádas rei_
vindicatiyas; b la dialéctica de fuerzas en efectivo con_
traste; el equitibrio de la población; la contradicción entre
capacidad productiya y relaciones de producción. la lucha
de clas€s; la eclosión productiva y el equilib¡io armamen
tista, la carrera nuclear, las guerras incendiarjas. También
desde entonces prevalece la doctrina s€gún la cual los
t)rincipios en juego obran y se despliegan de acuerdo ¿
leyes que son suyas, avasallandb toda voluntad y p¡opósito
que no sean un engaño eufem¡stico puesto a su servicio.
Mcluhan, con sus esbozos y aproximaciones impregnados
inequivocamente y hasta lo más ptofundo de d¿ter;i¡is_
mo cultural, pertenece a la misma escuela de pensadores.

94
L¿ diferencia es con ventaja para Mcluhan. En las últi-
rnas décadas, la realidad ha liquidadb las condiciones que
(lieron peso a las doctrinas marxistas: no más proletaria
do mundial, no más crisis de sobr€producción, no más in-
compatibilidad entre el Este y el Oeste. Sólo fuerza des
nuda de dos impedos armados hasta los dientes que no
|lben qué dÍscurso pronunciar. La fuerza se ha desallro-
lLaclo y concentrado hasta la paralización. Ante 1a posibi
Iidad de que, al tanto de su impotencia reciproca, los pe-
queños agarren los higos mientras los gigantes se vigilan,
s'" apresuran éstos a entenderse y obrar como buenos mer-
caderes. La idea de un d€sar*)llo paralelo, inexorable a su
rDanera, de la tecnologia eléctrica hasta el extremo de
inundar el mundo de lucidez y responsabilidad colectivas
rn erFce toda nuestTa consideración

1.- Marshall Mcl]utrga. La compr€nslón d€ los me'lios coúo exten


siones clel holabre: pá9 115.
2.- Ideür. PÁ9. 1ls.
3.- Idem. pág 114
4.- IdeE¡. pág. 116.
5.- ldeE. Fás. u?.
6.- Ialem. pá9. 74.
?-- ldem- Pág. 72
8.- rdem. pá9. ?6.
9.- Ideú. pá9. 76.
10.- Idem. pá9. 78.
r 1.- Idem. Pá9. 46.
1?.- IdeE. pá9. 185.
1¡.- Idem. pá,9. 196.
I4.- Idem. pá9. 188
l5-- IdeE. P6g. 196.
¡6.- Idem. pá9. 48.
r?.* Idem. Pág. 53.
l8- ldem. pá9. 325_6
r0.- Mcluhar, ¡'roE cllcbé io srchetvpe, pá9 20.
20. Mcluha¡r, comp¡enslóD de los medios, pá9. ls2
)r- Mcl-uhan Cotrtrs - exploslór, pá9.21

95
lD)resoreE: P¡eDss Ltrthosñe¡¡c¿na S. a. Roo! i3? - Santiñso

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