Está en la página 1de 1

Los no lugares. Espacios de anonimato.

Martínez Salas Jocelyn


Marc Auge. Teoría de la Arquitectura II. TJO
Gpo.5436

Dado desde un punto de vista antropológico, habla de una


investigación y comparación de la globalización y modernidad, además de los cambios que
ocurren en el mundo moderno. Entre otras, considero importante rescatar la mirada de la
antropología para el hecho del individuo o del habitante de los lugares en los que se está, que
la antropología ha prestado para el conocimiento de las sociedades y comunidades, incluyendo
la premisa de “lo social comienza con el individuo; el individuo depende de la mirada
etnológica”.
Ahora bien, el auto define el lugar desde tres vertientes, la identidad, que el habitante
haga suyo el lugar que permite la unidad y el sentido de pertenencia está fuertemente marcado
en quienes están en el lugar; relacional, donde los mismos habitantes al estar en un mismo
sitio y compartir el espacio, forman vínculos que desarrollarse, y por último, el histórico el cual
marcado por el tiempo que ha transcurrido y la estancia de sus habitantes en él, por lo que
viven la historia y los cambios surgidos en el sitio que viven. “Si un lugar puede definirse como
lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de
identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida
es que la sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en
sí lugares”.
Con esto, se puede entender que un “lugar” al que no se pertenece, donde no ocurren
relaciones entre habitantes y no hay historia en él, que no se encierre en un valor geométrico
es un “no lugar”, sin embargo, es relevante darle importancia a esos “no lugares”, puesto que
aparentemente, estos espacios efímeros y que no tienen un significado para sus habitantes,
porque la misma lectura hace referencia a el uso de los “no lugares” como medio de
comunicación a los “lugares antropológicos”, dando de pie a que los “no lugares” muestren la
relación de los lugares sin generar el vínculo con éste último, es como ver tras un cristal, entrar
a la sombra del anonimato, en víspera de un espacio que genere relación, pertenencia e
historia. Es así que considerar el “no lugar”, en el son de que al ser “imaginario” y sólo cumplir
con la funcionalidad, de algún modo, te hace desarrollar un vínculo, que no será propio del
lugar, pero eventualmente de haga mirar hacia él, posiblemente, cercano a un punto de vista
histórico, pero sin llegar a serlo del todo. Queda claro que son espacios complementarios, no
opuestos, por estas razones, como otro ejemplo dado en la lectura de la autopista, “evita todos
los lugares importantes a los que nos aproxima; pero los comenta,”, esto no crea relaciones
antropológicas con la ‘autopista’, pero comienza a generar un vínculo que se vive en este
espacio denominado para la comunicación e información con los “lugares antropológicos”,
eventualmente, las personas podrían volver a pasar, y existiría esa relación que roza el sentido
de lugar.

“Los lugares antropológicos crean lo social orgánico,


los no lugares crean la contractualidad solitaria.”

También podría gustarte