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la
es 137
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1973
Texto para el Istituto Accademico di Roma, destinado a un libro colectivo
sobre la comunicación que no se publicó.
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fundidades pulsionales del cuerpo y a las producciones más sutiles dos Ít..i
y más felices del arte. Ésa es la trama del texto escritura!. Aquino turas · -=
hago más que disponer o exponer sus hilos. El dibujo ha de hacerlo lítica, r
cada cual. escriL,
parte, ..
Señales
perga...
En primer lugar, enumeraré las articulaciones muy reduddas de
una historia de la escritura: el montaje cronológico de algunos he- porte . . .
chos de aparición o de mutación, pero sin olvidar que, por ser toda al Cllé. ....
cronología una clasificación (a la vez selección y orden), ésta con- L.
lleva ab ovo cierto sentido mitológico: en este caso (puesto que se los te, ..
trata de nuestro saber de hombres modernos de Occidente), el re- L.
curso a un esquema lineal, descensional, que hace que las «escritu- Occic. ~
ras» «salgan» unas de otras, según la figura de la filiación y de la el Pªl- ~
evolución. L.
1. Los grafismos, o incisiones rítmicas en las paredes de las ca- uso d-.. .
vernas de la prehistoria, datan de finales del período musteriense, y L.
son abundantes unos 35.000 años antes de nuestra era. 1 .
2, La escritura propiamente dicha (escritura lineal) aparece en L.
Mesopotamia 35.000 años a. C., es decir, 2.500 años después de la dia) f _..
-rTJRA VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 89
'.Jes- Comunicación
,_ de
1.-ien La historia de la escritura china es ejemplar en este punto: esa
•r (la escritura fue primero estética y/o ritual (servía para dirigirse a los
dioses) y luego funcional (servía para comunicar, para registrar); la .,
función de comunicación, que nuestros lingüistas convierten en una ~.
sin embargo, ¿cómo no pensar que de una «neqgrafía» que no exis- para ha11
te saldría toda una sociología histórica, toda una imagen de las re- grado a 1,
laciones que el hombre clásico mantenía con su cuerpo, sus leyes y siglos b11
sus orígenes? Sucede una cosa curiosa: el historiador, en este caso, antigua. i
es semejante a un amnésico, cuya memoria, opaca en lo que con- dología))
cierne a su presente, se aclara poco a poco, a medida que se remon- cos: es E
ta más lejos en su pasado: ¡ah, la escritura del siglo VII y del si- Como lri
glo vrn! Es la que mejor conocemos, pero ¿y las escrituras del corporan
siglo x1x?, ¿y las de nuestro siglo xx? Estas últimas solamente son ral del ar
interrogadas desde un punto de vista «grafológico», es deCir, en
función de una psicología discutible y con fines la mayoría de las FuncionE:.
veces represivos. En cuanto se vuelve moderna, la escritura se re-
prime: sin duda a causa de la aparición del libro, pero también con Nues
el mov imiento mismo que, en la ciencia de la literatura, oculta el toda la ec
texto moderno en provecho de las obras pasadas: al imperialismo compete1
de la paleografía en el campo de las letras corresponde el de la filo- por una 1.,;
logía en el campo de las bellas letras. evidente
¿Guarda este «olvido» alguna relación con lo que llamamos co- · ción)-. J
múnmente la ideología burguesa? La escritura siempre está estre- les de la 1
chamet1te ligada a la historia del envite social; ha formado parte du- saber, ac:.1..
rante mucho tiempo (¿y aún hoy en día?) de los bienes de clase. que por 11
Así, en Francia, en los siglos XVII y XVII!, vemos cómo el Estado la evoluc
monárquico confía oficialmente el conocimiento canónico de la positivi~)L.
'·
desaparecidos, el lugar mismo del fenómeno estudiado (la escritu-
ra) en un sistema de vida, d,el que solamente conocemos algunos
elementos; desde ese momento, el saber se vuelve ideológico o,
más precisamente, proyectivo: el sabio proyecta sobre el fenómeno
extranjero (extraño) que ha localizado todo un conjunto de valores,
1,,_ de razones y de palabras procedentes de su propia historia: el saber
resulta a la vez etnocéntrico y logocéntrico, un peligro que etnólo-
gos e historiadores han denunciado: Marc B loch se burlaba de esos
sabios que sutilizan con mucha perspicacia sobre la fecha de un i~
;
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i.
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VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA VARL..\CI
VAR!A1..,1·
98 VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA
..~.~ \;.. ~·
Oral/escf.t'!f8 nuestr-.,.::
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nuestr.... (
Como es sabido, nuestros historiadores y nuestros lingüistas tanto i.-J
seemG~ <
presentan de buen grado la escritura como una simple transcripción
del lenguaje_oral. La antropología, sin e~bargo, nos recuerda la di- hablaL~
Ha habido de hecho dos lenguajes dependientes de dos zonas dife- una es,~
rentes del córtex: uno es el de la audición, «ligado a la evolución de blada \.1 :
los territorios coordinadores de los sonidos»; el otro es el de la vi- le pidé. .:.
sión, «ligado a la coordinación de los gestos, traducidos en símbo- cho, e'- _J
los que se materializa grcificamente». Cuando apareció el grafismo, del mi .~
se produjo un nuevo equilibrio entre la mano y la cara (se habían li- sam1eL .
berado la una al mismo tiempo que la otra, la una a la otra): la cara valenh.
tuvo su lenguaje (el de la audición y la locución) y la mano el suyo porta(.
(el de la visión y el trazado gestual).
Es necesario recordar, siempre que sea posible, la disparidad y, Le.
por así decirlo, la independencia (en muchos casos) de estos dos caverr_
lenguajes: el segundo no deriva pura y simplemente del primero: semeJ[
creerlo, decirlo o darlo a entender como evidente es un efecto de lo ensam
que podríamos llamar la ilusión alfabética, la nuestra, puesto que el con uc
alfabeto, pero no el ideograma, recordémoslo de nuevo, traduce a tre lo e
letras los sonidos del lenguaje. Por ejemplo, en los ritos religiosos sar est
de la antigua China, el habla y el escrito daban lugar a especializa- que la·
ciones antagonistas: si el habla servía con preferencia para dirigir- samen
se a las divinidades del mundo visible, a los antepasados-dioses, a gen. s:
los demonios benéficos, el escrito se utilizaba para dirigirse a las poster:
potencias punitivas y vengadoras del mundo subterráneo. Más tar- critura'
de, en esta misma China, la lengua escrita se enriqueció considera- guajes.
.blemente al secularizarse; se convirtió en depositaria de toda la he- nes (té
rencia intelectual, y repudió la lengua hablada, reduciéndola a la gesto, _
expresión de las trivialidades cotidianas. Inversamente, en India, gica df '
la lengua oral fue la que recibió toda la carga religiosa y cultural: por poco r;
una parte, las fórmulas védicas, si se llegaba a escribirlas, había que habla:
representarlas con su pronunciación real, exacta (la pronunciación futuro
tenía tal importancia religiosa que, en los procesos de brujería, en
lugar de quemar al brujo, se le rompía uno o dos incisivos); y, por Origer
otra parte, en la misma India, el saber no estaba ligado de ningún
ce~
modo a la escritura; se retenía a costa de un gran esfuerzo de me-
moria y se transmitía oralmente: los analfabetos (gran paradoja a discur: . .
ARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 99
i::l liza- que la imagen no hace más que ilustrar el habla, como que, inver-
,1r¡gir- samente, el habla no hace en cierto modo más que leyendar la ima-
>"eS, a gen. Sin duda, sería más justo decir (y debería ser objeto de análisis
! a las posteriores) que el lazo de la imagen (o de su continuación, la es-
~~ tar- critura) con el habla es un lazo estatutario: a través de estos dos len-
irtera- guajes, el cuerpo se distribuye con igualdad: especifica sus funcio- "
¡¡
1
grama (sin pasar por el relevo del lenguaje fonético), incluso la en el caso d
existencia de un verdadero código gestual (en ese caso, el gesto no caso del tex
se consideraría como la expresión «natural », «realista», de la ac-
ción), la articulación de los códigos entre sí (código sobre código, y ·.· Saberes
no código sobre realidad), y el origen muy lejano de la escritura, .
mucho más lejano de lo que se dice. ¿Qué sa· ::
dos en ella, 1
ARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 101
que los hombres, en todos los tiempos desde que escrfüen, han so- mo signo r1{
brecargado los códigos de escritura. ha tenido ' I
Este saber es heteróclito (y además rara vez es ligado): el saber municativ,.,~
histórico, con mucho el más copioso, es de inspiración positivista: cierto rnorlc
manejado por arqueólogos y paleógrafos, privilegia la aparición de nación, y. ~
los alfabetos y de los tipos de letra, y pocas veces se aventura a su- ella corno 1<
gerir los lazos entre la escritura y la civilización (la cual se descri- ha habido-
be entonces en términos de psicología corriente); el saber fisiológi- La poc.:i1
co, puramente descriptivo, es casi únicamente tautológico («la a este pre.i11i
flexión consiste en doblar el dedo», etc.); el saber penal sería pura-
mente técnico si no arrojara a menudo, por fortuna, una luz indis-
creta sobre los avatares de la propiedad y, por lo tanto, de los regí- U. Sistem~
menes sociales; el saber psicológico y el saber simbólico (no hay
ninguna razón para separarlos claramente) son puramente postula- Alfabetos
tivos, y establecen como prueba suficiente toda analogía entre un
significante (la escritura) y un significado (tal carácter, tal creen- Sin duct<
cia). En suma, -hay que decirlo, el saber escritura! oscila entre un sible recons
cientismo estrecho y una metafísica débil. Entonces, ¿ese saber es esbozado oc
dificil?, ¿tal vez incluso problemático?, ¿se enfrenta a resistencias, ejemplo, ¿.n<
a censuras? En realidad, en lugar de resumir ese saber, nos conten- la R)? Estas
tamos en este caso con hacerle preguntas y con esbozar la mitolo- los lingüista
gí=i. epistemológica que mantiene en torno a la escritura. una variac1é
dría reducir .
Transcripciones que los sm11·
el nombre w
Existe entre los lingüistas lo que hay que llamar un mito de la kobson, es o
escritura, a saber, que la escritura no es más que un procedimiento todas las len
que utilizamos para « inmovilizar, fijar, el lenguaje articulado, de para todos ic
esencia fugitiva»; seguros de este prejuicio transcripcionista, los ción: rasg0.::i
ling üistas pueden afirmar que «el código escrito es secundario en culares, g::1.11·
'. •' •• ' • ····-·· -····· ·., ..····- .:...·.-:...-~.:......·
-~·-'- ·~.•.
....., ,. .... ····-----·-.. --..- · -;· , .,.. , ., _.,,, , ...._.... , .,.,_,,.._. ___,.. ,_ ........... to'" ·"" ''" .....
104 VARIAC10NES SOBRE LA ESCRlTURA
quí Ilegible
· en
:, el Existen escrituras no descifradas (la de la Isla de Pascua, Ja del
- )ri- , valle del Indo); entendemos que, como mínimo, querían decir algo,
que no logramos descifrarlas por las carencias de nuestra ciencia
y que, en cierto modo, esperan a su Charnpollion. Existen también
·· :tu- !,escrituras que no podemos comprender y de las que, sin embargo, no
t' ~ne, :- se puede decir que sean indescifrables, porque están simplemente
:- : se ; fuera del desciframiento: son las escrituras ficticias que imaginan
! , un ·
·ciertos pintores o ciertos sujetos (se puede tratar en efecto de una
.. ·dos'° ! práctica de «aficionado», situada lejos de toda carrera artística,
_· como los cuadernos de grafismos de Mirtha Dennisache). André
~ Masson, por ejemplo, durante su época llamada asiática, escribió
«chino»; Réquichot escribió (pero evidentemente no «redactó»)
cartas de agradecimiento, ofensivas, un tratado de filosofia del arte,
etc. Ahora bien, lo interesante -lo estupefaciente-, es que nada,
absolutamente nada, distingue aquellas escrituras verdaderas de es-
_tas escrituras falsas: no hay ninguna diferencia, salvo el contexto,
entre lo no descifrado y lo indescifrable. Somos nosotros, nuestra
cultura, nuestra ley, quienes decidimos sobre el estatuto referente
de una escritura. ¿Qué quiere decir esto? Que el significante es li-
bre, soberano. Una escritura no necesita ser «legible» para ser ple-
namente una escritura. Podemos incluso decir que precisamente en
el momento en que el significante (los falsos ideogramas de Mas-
son, las misivas impenetrables de Réquichot) se desprende de todo
:¡
significado y suelta vigorosamente la coartada referencial, el texto "
- ' '.l
(en el sentido actual de la palabra) aparece. Pues para comprender
qué es el texto, es suficiente -pero necesario-- ver la ruptura ver-
tiginosa que permite que el significante se constituya, se ajuste y se
despliegue sin sostenerse en un significado. Estas escrituras ilegi-
jnres, · bles nos dicen (solamente) que hay signos, pero no sentido.
0 en-
Invención
- ~ , . . . . - •••• - - - .... ..... - ~ " " ' "" '· ' "' "... 1 , ,....... . ,,.. .............. ........ , • .,.., . , .
106 VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA VAR IACIO:N J
lus) habría añadido cuatro, y Simónides de Ceos otras cuatro. Más J\.1ayúsculu
cerca de nosotros y, al parecer, menos míticamente, el obispo Wul-
fila habría inventado en el siglo IV la escritura goda (no confundir La miu
con la gótica), destinada a anotar la lengua germánica de los godos mayúscula.
instalados al norte del mar Negro. Doalu Bukere dio una escritura a mento en u1
los vai de Liberia, y los mendé de Sierra Leona recibieron una escri- digma, la j
tura silábica de un cantero que la inventó para ellos. La escritura de- edad). Ese~
pende en efecto de una mitología de la invención: siendo puro siste- esencia (eu
ma, parece depender de un razonamiento de fabricación, de una bre se cor11¡
ingeniosidad de ajuste: en suma, mitológicamente, es un chisme. que la letra.
y no signi.u
Letras mente en l(
<lucen letiú
Según parece, algunos alfabetos tienen un origen mágico. Y la mismo ta1 ,,
magia, a su vez, ha interpretado ciertas letras. En la mayoría de oca- las palabr....~
siones, las letras se han asimilado simbólicamente a los elementos
del mundo (siete vocales. son por ejemplo siete planetas); transpo- Mapping
ner las palabras a números y especular sobre esos números es la ge-
matría, o, si complicamos el juego, la isopsefia (doy estas palabras La pr~t
pedantes para sugerir el despliegue irreprimible de un sistema de ¿cómo el ..
saber a partir de elementos tenues -las letras-y según un sentido recorta dE..,
mágico). ¿Están tan lejos de nosotros esas inclinaciones? Hoy en que el len 0
día, el psicoanálisis ve en la letra, mucho más allá de su función ra- real. Aho. ~
cional, una gran mediadora de inconsciente; me remito a los análi- Incluso c_
sis que S. Leclaire ha elaborado en Psychanalyser en torno a la le- recorta de. _
tra V (y la W). es muy VL_
conc1enci. __
La letra es precisamente lo que no se parece a nada: su ser mis- no hubo l .
mo es escapar inflexiblemente de toda similitud: todo el esfuerzo de crituras r. _
la letra es contra-analógico. Es ésta una proposición desorbitada, habla qut. .
pues todo termina por parecerse a algo (lo que no se parece a nada entre nos'- .
termina por parecerse a una letra); hay que pensar por lo tanto que la bras (o d1..
letra no se «desprendió» del pictograma, sino que más bien se opuso letras. En
a él. Y cuando los hombres, los artistas, se han puesto -a veces- a el habla, ,
imaginar letras figurativas, letras alineadas, por juego representativo, ta de lo n..
sobre siluetas humanas o animales, han realizado una transgresión el del len~
muy fuerte, alcanzando de golpe el punto extremo del barroco, ese (en el ca~
arte maldito (hemos de remitir en este punto al libro de Massin, ad- los winte.
mirable colección de letras humanas, o al alfabeto de Erté). · zado con
URA VARIACIO NES SOBRE LA ESCRITURA 107
\1ás Mayúscula
'Vul-
. ndir La minúscula viene de la mayúscula, y no al contrario: es una
1dos mayúscula deformada por la cursividad. Sin embargo, desde el mo-
''.ra a mento en que pudo oponerse a otro tipo de letra y entrar en un para-
--;cri- digma, la mayúscula adquirió «sentido» (igual que se adquiere
. ' de- edad). Ese sentido ha sido el del énfasis, el de la majestad y el de la
-;ste- esencia (en la imposición de una mayúscula a la inicial de un nom-
- una bre se compromete toda una metafísica). Hay por lo tanto casos .e n
que la letra, aun siendo rigurosamente lingüística, unidad distintiva,
y no significativa, está dotada de un sentido. Es lo que sucede clara-
mente en la escritura javanesa, donde en algunas palabras se intro-
ducen letras comparables a nuestras mayúsculas, aunque sean del
Y .la mismo tamaño que las otras: esas letras suplementarias confieren a
' '1Ca- las palabras que las contienen un carácter honorífico o respetable.
"''1tOS
. . c;;po- Mapping
h ge-
PlJras La pregunta que hemos de hacerle siempre al lenguaje es ésta:
r-q de ¿cómo el lenguaje (tal o tal otra lengua) recorta la realidad?, ¿qué
ntido recorta de esa realidad? Es el 11amado mapping, el mapá geográfico
--ven que el lenguaje pretende imprimir sobre la superficie terrestre de lo
'11 ra- reaL Ahora bien, también hay que hacer esa pregunta a la escritura.
~'láli Incluso cuando la escritura «transcribe» el lenguaje oral, no lo
tq le- recorta de una manera igual y universal: la conciencia de la «palabra»
es muy variable según las lenguas: el copista griego no tenía ninguna
conciencia de la palabra, pero el escriba latino sí; en India, donde
. rms- no hubo escritura anterior a la constitución de la gramática, las es-
70 de crituras no representan (no recortan) más que los elementos del
irada, habla que están reconocidos por la ciencia gramatical; y hoy en día,
nada entre nosotros, los métodos modernos de lectura parten de las pala-
J11e la bras (o de las unidades importantes del lenguaje) antes que de las
) 11USO letras. En cuanto a las escrituras pictográficas o ideográficas, no es
:s-a el habla, como es sabido, lo que transcriben y recortan; si no se tra-
at:ivo, ta de lo real (¿dónde está?), se trata al menos de códigos que no son
·esión el del lenguaje articulado: objetos, gestos, combinaciones de ideas
). ese (en el caso de la escritura china), o acontecimientos destacados (en
1. ad- los winter counts de los indios dakota, cada invierno era caracteri-
zado con el símbolo de una circunstancia memorable: el pictogra-
VARIACIONES SOBRE LA ESCRIT UR A VARfAC1v!
quierda, de ida y vuelta, etc. Sin embargo, en todos los casos, la escri-
. tura se extiende al modo de un hilo más o menos ancho, más o menos
compacto: es la cinta gráfica. Esta cinta expresa el estatuto funda-
mentalmente narrativo de la escritura. ¿Qué es el relato? Lo_ más sen-
cillamente del mundo, es la sucesión de un antes y un después, una
1\ le · mezcla indeterminable de temporalidad y de causalidad; la escritura,
jP de por su inscripción misma en el espacio del soporte (piedra o hoja), se
í ~ li- .: hace cargo de esa sucesión: leer es aceptar de entrada el relato. Véase
los pictogramas esquimales (aunque sean más tardíos de lo que se cree
y haya que seguir resistiendo a situar automáticamente el pictograma
en el origen del gramatograma): un dibujo (a partir de ahora podemos
llamarlo signo) representa a un hombrecillo que se señala a sí mismo
con un dedo e indica con el otro una dirección; en el dibujo siguiente,
el personaje muestra un zagual; luego se tapa los ojos con la mano,
etc. Todo esto es a-la vez relato y frase: se trata de mí; tomé tal di-
nara
:1::ma
rección y, tras viajar en barco, dormí una noche, etc. Como en todo
relato, la significación de cada momento (de cada episodio, de cada
1
.
.
'"
Sistemática
r1 re- Cada escritura es un sistema. Del mismo modo que toda una
•a la .·.· lengua, gracias al poder combinatorio, está formada por algunos so-
~udo · nidos, cada corpus gráfico (conjuntos de ideogramas, silabarios, al-
11 d», f abetos) está hecho de algunas formas (de algunos trazos). El siste-
ma comienza en la más simple oposición, la de la presencia y la
ausencia. En el quipu inca, los nudos de cuerdecillas tienen distin-
tos valores decimales; la ausencia de nudo remite al cero.
·Tipología
1nra-
: ii la En un mismo campo cultural o histórico, las escrituras se opo-
nen o se engendran. Se oponen a menudo por la función; así, en la
:rea- época helenística, contamos tres escrituras griegas de diferente uso:
ador una escritura de libro (libraria), muy caligráfica, trazada en uncial, una
;.J, el escritura de cancillería y una escritura privada (cursiva, ligera);
é:::>ti- además, en el siglo rv, existe una escritura turnbal (cuyas letras,
u ue concebidas por Filocalo, a petición del papa Dámaso, se terminan
:; del con bases hendidas: es el estilo filocaliano ): a un lado la Muerte, al
uos) otro el Estado, la Cultura, la Persona: hay una tipología funcional
; va- de las escrituras. Pero a menudo también hay, en nuestra historia,
.hdi- tipos escriturales fundados en simples diferencias de forma, unas
diferencias en cierto modo gratuitas, pero de las que s iempre es
posible extraer, de rechazo, alguna significación ética: el imperio
romano conoció dos escrituras nacidas de la imitación de las ins-
cripciones monumentales: la quadrata (de trazos verticales grue-
sos) y la rustica (de verticales delgados), cuyos nombres dicen bas-
i::ula, tante acerca del sentido que se les prestaba. Otro ejemplo de
suOS oposición: el árabe tuvo una caligrafía monumental, angulosa y rí-
1cS- gida (el cúfico) y una escritura de copista, suelta y redonda (nasji).
VARIAC , _,N
112 VARI ACI ONES SOBRE LA E SCRIT URA
De una manera general -es el problema lo que nos interesa-, ten- nace de - 0
demos de buen grado a nombrar o a comentar los tipos de escritura cos; toé. _$
según el ethos que suponemos en ellos: la unsial, donde triunfa la venciór1 JE
curva y donde se lee el deslizamiento eufórico de la pluma sobre necesi d ~lt
la vitela, se califica como escritura «joven», que atestigua una «ale- cierto p~.a
gría de escribir»; la textura (escritura gótica del siglo xv) se consi- unifom, _:
dera solemne, espesa y angulosa, pensando en los pueblos que la de todo _e
. . utilizaron principalmente (ingleses y alemanes): la gótica misma diterrár1_J
(en su generalidad) depende del espíritu arquitectónico de la época. promete ~1
En suma, como todo fenómeno cultural, la escritura está sobre-de- los bier. . .s
terminada: parece sometida a la vez a causas materiales (la escritu- neutras, .n
ra se aprieta cuando hay que ganar espacio porque el soporte cues- En :1
ta caro) y a motivaciones espirituales (se aprieta para unirse al hayan s_:e
estilo de una época y, por así decirlo, para «demostrar» cierta filo- ción an: -'
sofía de la Historia, a saber, que la Historia es una). cen los . ~
so, rituc.
necesid
III. Envite la inscr · e
para ac( j
Astronomía trato, pi ~
tiempo, )
Parece que exista un vínculo privilegiado entre la astronomía y cían un. r
la escritura. En el famoso quipu de los incas (ese sistema de cuer- cliente: r
decillas y nudos que siempre se cita como una de las formas primi- valor de )
tivas de la práctica escritura!), la ciencia de los números que se mo- que, en ._,!
viliza remite, al parecer, a períodos astronómicos (los seis orientes o al su~··c
tenían colores diferentes); y, entre nosotros, el sistema de los signos mo haz E
del Zodíaco, al mezclar las formas figurativas y las formas geomé- siones, · ~
tricas, es como un compendio de las posibilidades estructurales de bla de 1 ::
la escritura. El cielo se escribe; o también: al pasar por encima del Por·1
lenguaje, la escritura es el lenguaje puro de los cielos. to peli§: )
constitt ·e
Economía mortal:
tado ya
En el dominio mediterráneo, los lazos entre la escritura y la
economía son simples, al menos históricamente. La agricultura ya Otr E
existía en Palestina hacia 6000 a. C.: la primera necesidad alimen- tes entr
taria es la del enlace (de una estación con otra) y, por lo tanto, la del pués de lJ
cían una incisión por cada pan en un doble bastón, el suyo y el del i
n1ay
::uer- cliente: era imposible mentir. La inscripción tiene por lo tanto un
nm1- valor de obligación contractual: obliga al deudor del mismo modo
: ino- que, en China, antes incluso de la escritura, obligaba a la divinidad
:!11tes o al suplicante. La lengua árabe anuda los dos sentidos en un mis-
,&'.DOS. mo haz semántico: una misma raíz remite a la idea de hacer inci-
)1né- siones, de asignar a alguien su cuota y de dar leyes (cuando se ha-
:::i de bla de la divinidad).
'1 del Por lo tanto, la escritura es el intercambio; frente a ese momen-
to peligroso en que suelto de un lado y tomo del otro, la escritura
constituye el medio de prevenirme contra el riesgo de un golpe
mortal: si la escritura no existiese, me vería sin nada: habiendo sol-
tado ya y no habiendo tomado todavía: en estado de caída infinita.
r la
:u ya Otro ejemplo - más circunstancial- de los vínculos constan-
1.cn- tes entre la escritura y la economía: hacia finales del siglo XII, des-
a. del pués de una escasez de pergamino, la escritura se aprieta para ocu-
t1...1ón par menos sitio: tal vez habría que ver en ello el origen de la
ll4 VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA VARI ACnYl'
Máquina de escribir
y m a. C., apareció una escritura de borrador (trazada fuera de las nor- culas, ::i\.
mas formales de la cal igrafia de Estado) que no tenía una existencia cenes l.-.:
oficial y que se propagaba casi a espaldas del poder. En nuestra civi- copistá...,
lización también encontramos esta tensión política: cuando en el atribut~
siglo XVII (hablo de f rancia) se constituye el rigor del Estado moder-
no, una de sus primeras preocupaciones es la de sustituir autoritaria- ProfestJ
mente la escritura relajada del siglo XVI (escritura rápida, irregular,
personal) por una norma universal o, si se prefiere, por una escritura Es~.
oficial: en 1633, una decisión del Parlamento concede la protección mabaa.
del Estado a las «bellas manos»; al generalizarse un poco la escritu- ta ha ce..
ra, el Estado interviene, reprime esa generalización y restringe la es- campo, .t
critura legal a un determinado tipo. Aún hoy en día, a pesar de la ins- escritu.....
trucción obligatoria, ¿quién puede negar que la escritura manuscrita critos ¡., . . .
es un índice de clase? Hay escrituras «primarias»: es «primario» lo talleres _
que se aprende en la escuela primaria (popular), empezando por la es- ferenci_
critura (al hacer de la escritura el índice de un «carácter» psicológico, dismin_,.
la grafología contribuye a ocultar la diferencia social, que sin embar- sionarc.
go es la primera evidencia de la forma gráfica). nistrac __
..
-··:. ::.:.~.:._.-:.; ~
:- Precio
-- --::- ····
~:
: ~la Taquigrafia
mie-
c::i el ¡Cuántas escrituras nuevas, por el relevo de la cursividad, han
orió- nacido de la necesidad de escribir más rápido! El demótico egipcio
:~oi es una escritura jeroglífica simplificada y acelerada por el uso de li-
Jl')li- gaduras (puesto que discontinuar el trazado toma más tiempo que
1a se continuarlo); los sumerios cambiaron completamente su primer sis-
:010- tema gráfico porque tenían que escribir más rápido, pasando del
~ lOS pictograma (dicen) al cuneiforme, del punzón a la caña tallada en
~:10, bisel, evitando las curvas y cambiando la orientación de las table-
tas. Hay una obsesión económica en toda la historia de la escritura:
ganar tiempo, pero también ganar espacio (pues el soporte puede
costar caro); se inventan abreviaciones porque ahorran pergamino
(a veces, ganar espacio es más valioso que ganar tiempo: en la Edad
111aS Media latina, se acortan palabras, pero se reproduce cuidadosamen-
:1 es) te lo que no ocupa lugar: espíritus, acentos): desde las notas tiro-
l re- nianas -unas abreviaciones inventadas, dicen, por Tirón, liberto de
cito Cicerón, que fueron florecientes en los manuscritos de los siglos IX
al xv, en la época de la carolina y de la gótica (del tipo ff por jilii}-.
: .:;a- hasta las taquigrafías actuales, los sistemas taquigráficos han sido ·
). Y, innumerables.
'.11Ca Una razón más profunda --o, si se prefiere, más vertiginosa- ·
¡¡(lQ . puede conducir a escribir rápido (lo poético puede sobredeterminar
tan- lo económico): que la mano sea tan rápida como el p ensamiento;
,. ' ,,,,,, .,,.,._-_..,,.._,._.,,._.,_..w "M•-"-'-''"' '""' " "'" "''"'" ' "°" "• I'"' ''°'"' .......,..._.,., ,_. ..,_._...,_. ..,....,,,,,,, .....,,,,_.J-.," ' ' "->" • ' ' ' ""'""' .,...,.,... """'~"- '"·' .'''·'-' '·''.'.'•"' ' " ·"·"'•"'' •• •-'·•••••'
preguntarse sobre estos dos fondos de la escrit?Jra: por una parte, la dimos 3 es
sexualidad (todo el mundo sabe que, al llegar a la pube.rtad, los ni- la puntci d
ños cambian de escritura de la misma manera que cambian de voz), una im?-c~e
.y, por otra parte, el ritmo (la actividad acompasada se inscribiría en do, liger'J,
la parte más arcaica de nuestras estructuras encefálicas; y los antro- la fortUT'1. ,
pólogos nos enseñan que, milenios antes del nacimiento de la escri- En <)e
tura verdadera-atestiguada-, los hombres produjeron inscripcio- j udeocri e::.ti
nes abstractas y rítmicas). ra afort1111é
las cosa~ s
La relación con la escritura es la relación con el cuerpo. Esa re- la escritnn
lación, por supuesto, pasa por el relevo (por el código) de una cul- génesis. u.e
tura, y esa cultur'a varía de Oriente a Occidente. No dominamos la ontogP.n
nuestro cuerpo de la misma manera que un asiático, y no vivimos para dibitj<
nuestra escritura como él la vive. escriptor s
En Occidente, en la educación, la escritura del joven escolar se lógicamP.n
ha sometído comúnmente a leyes: reducción de las escrituras per- música, 1a
mitidas a unos pocos tipos codificados, uso de cuadernos pautados, rrozas ), P. i
sujeción a modelos; no se trataba de producir una escritura estética, Occidem:e,
sino una escritura conforme. La innovación aportada por ciertos ema:nctpar
educadores se ha referido esencialmente a Ja liberación del cuerpo cia, de arir
y a la expresión de la personalidad: renovar el aprendizaje de la es- tanto, es la
critura es procurar que todo el cuerpo, en la complejidad de sus
coordinaciones, se emplee en ella; contra la rigidez de la antigua
educación, en lo sucesivo el valor superior es la comodidad; Maria
Montessori desaconseja los palotes (símbolo represivo donde los
haya) y recomienda empezar por las letras redondas. Porque pro- Estt ar
longa el cuerpo, la escritura compromete indefectiblemente una éti- ¿No soy ~s
.ca; a finales del siglo XIX, se alaban las ventajas de la escritura de- conocer J<
recha: ésta obliga al niño a mantener su cuerpo derecho, de frente, ¿Qué pt.~c
con los dos brazos sobre la mesa y los dos ojos a igual distancia del midad Cvt1
papel; confusión corriente de la gimnasia y la moral, se explota la Por lo d-.,111
anfibología de lo derecho, que es a la vez rectitud física y derechu- mi cueri-0:
ra moral: escribir derecho es escribir francamente; si acaso, es obli- sión, dt; J I
gatoriamente no mentir. Luego, la moral se suavizó y los valores de productv, t
comodidad y de confort se impusieron; hoy en día, se promulga
(muy científicamente) que la mejor escritura es la escritura leve- Color
mente inclinada: en ella, el movimiento lateral de la mano es fácil y
rápido, mientras que un resto de derechura se justifica por el peso Ha1 '11
del cuerpo que traza naturalmente las letras de arriba abajo. Si aña- existen . ...:,¡
VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 123
Color
nuestros mensajes; por eso escribimos en negro; solamente nos per- escrin11
mitimos excepciones regladas, llanamente emblemáticas : azul para prop1;;ir
la distinción, rojo para la corrección. Todo c·ambio de color es par- cas). '{
ticularmente incongruente: no nos imaginam.os misivas amarillas o cimient
rosas, ni siquiera grises; ni tampoco libros en ocre, en verde botella cond11c
o en azul de ultramar. Y, sin embargo, ¿quién sabe si el sentido de produc1
las palabras no se alteraría? De ningún modo, por supuesto, el sen- }:,¡ '
tido lexicográfico, que, en el fondo , es poca cosa, sino el sentido rentes t
modal; pues los nombres tienen modos, como los verbos, una ma- ción ce
nera de llevar, _de ensanchar o de constreñir al sujeto que los enun- regu1ac
cia. El color d_ebería formar parte de esa gramática sublime e ine- sona1es
xistente de la escritura: una gramática utópica, y en absoluto cuanuo
normativa. por niz
ZOS Gel
Cursividad círcu10~
gram.le:
De buen grado creemos que el estado normal de la letra es la escnlu.r
minúscula: la mayúscula solamente sería su estado excepcional, en- na), t-1 e
.,.. ..
fático, ceremonial. Históricamente, ocurre" todo lo contrario: prime-
ro se escribió todo en capitales (hablo de los griegos y de los lati-
o perca o
los iu-..-:c
nos) y luego, a fuerza de acelerar la velocidad de la scripción, se instit..lc
ligaron las letras, se aceptó irregularizarlas, proveerlas de astas y de Bajo ,_n
palos, señales de la suelta de la mano, hasta terminar en la minús- dura~\(
cula. Por lo tanto, la minúscula es un producto de ese fenómeno tan tus: i .... r
importante para la escritura: la cursividad. ¡Que la escritura corra!
¿Detrás de qué? Del tiempo, del habla, del pensamiento, del dinero. prod . . ....:1
Que mi mano vaya tan rápido como mi lengua, como mis ojos: un ta eE ~!
viejo sueño demiúrgico, de Quintiliano a los surrealistas. porq ...-::
en st.. d .
Ductus natu1 ..J1
"'.a- Infinito
(pero detrás del papel está la mesa) . ¿Cuáles son los planos que el sign11
toda lectura descubre? ¿Cómo se construye la cosmogonía que esa lar defir
simple mirada reivindica? Cual singular cosmonauta, atravieso mu-
chos mundos sin detenerme en ninguno: la blancura del papel, la Var
forma de los signos, la figura de las palabras, ·1as reglas de la len- nos dan
gua, las obligaciones del mensaje, la profusión de los sentidos aso- vez ma~
ciados. Mismo viaje infinito, en la otra dirección, a lo largo del que la m uta
escribe: partiendo de la palabra escrita, podría remontarme a la Nuestro
mano, al músculo, a la sangre, a la pulsión, a la cultura y al goce del dores: L
cuerpo. Por ambas partes, la escritura-lectura se expande hasta el zones CH
infinito, compromete a todo el hombre, a su cuerpo y a su historia; en pum:
es un acto pánico cuya única definición segura es que no se detiene en bisel (p1
ning una parte. ·(siglo x.
ciadon::
Inscripción bolígrai·
prolon~
Tal vez dos escritüras: Ja del punzón (cincel, cálamo o pluma) y pararse.
la del pincel (bola o fieltro): la mano que fuerza y la mano que aca- depreda
ricia. La primera sería la escritura de la hendidura, de la incisión, de suaveni.
la marca, del contrato, de la memoria; su modelo original es el cu- llo; de u
neiforme y el jeroglífico, pero su ejemplo más puro sería tal vez la blasonu·
escritura oghámica (la de ciertas inscripciones celtas de Irlanda y dibujo v
del país de Gales, en el siglo VI d. C ., cuyo mítico inventor sería
Ogham): es un juego muy simple de incisiones repartidas a uno y Lecturu
otro lado de una arista de madera o de piedra. Con este gesto de ins-
cripción (en este caso, hay que tomar la palabra en su sentido ple- Pai,
namente etimológico: trazar en el interior mismo de la materia mi- volveri ...
neral o vegetal), hemos de vincular el devenir monumental de las de Sóf~ .
escrituras antiguas: el sentido de la inscripción es, por una parte, mos rár-
que el trazado no se p.uede corregir, la letra es irreversible (llama- rren) n'"'
ban ordenaciones a los trazados preparatorios que permitían una no gu&.
incisión sin retoques), y, por otra parte, que la escritura vale eterna- cuerpo.
mente, solitariamente, en sí, fuera de toda lectura (ciertas inscrip- muy di ~
ciones se sitúan a tal altura que es imposible que alguien pueda o al mt..
leerlas alguna vez). Frente a esto, la escritura con pincel (esencial- siempr ...
mente, la escritura ideográfica: no olvidemos que, incluso hoy en tonces .
día, el fieltro nos llega de Japón) es una escritura de la de-scripción, la leng-.
de la mano acostada, del dibujo descendido, depositado. Dos gestos nea, ne.
(dos civilizaciones): penetrar el secreto y racionalizar, o desplegar Anti gu_
TTURA VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 127
viendo suaveme·nte los labios. Sade dejó escapar esta escena (de- caClvt
masiado dulce para él): captar en la boca del que lee a media voz el una ,e
texto que está articulando, que está haciendo explotar. De esa eróti- hu111~
ca pasada, nada:es posible ya: la escritura y la lectura son prácticas dep1-'
clandestinas. carg,_
ente, ..;
Ligaduras con1..-..1
COlL-i
Ligar las letras de una palabra puede ser fruto de una preocupa- el k ..
ción económica: _sabemos, por una ley fisiológica, que interrumpir vteJ . . .
el curso de la pluma, levantar la mano y volverla a posar, es algo esta .
que torna tiempo: el punto cuesta caro; por lo tanto, la ligadura es acoi.J
una operación de velocidad, y no de estética; sin embargo, ha teni- dad. _
do consecuencias que, por supuesto, van más allá de su justifica-
ción práctica: primeramente, esas letras con ligadura recibieron un
nombre, el de logotipos; y en cuanto un nombre existe para una una ,
cosa, esa cosa deja de hallarse atrapada en un proceso puramente to) ·J :
transitivo (operatorio), y se une a un sistema, a primera vista léxico sus . .
pero en realidad mental, y, por lo tanto, ideológico (por ejemplo, las torn
palabras más ligadas en la Edad Media son los cimientos mismos som ;
del sistema escolástico, engendrando la ligadura la abreviación de bujL ,
los términos más frecuentes: aia en lugar de anima, sba en lugar guaJ
de substantia, etc.); luego, las ligaduras, al ser codificadas e inserta- pen_.
das .en una cadena operatoria que fue siempre la misma para gene- sien ,J
raciones de copistas, contribuyeron a dar a la palabra una forma esta~ es o
tutaria (unagestalt): a partir del dibujo de las ligaduras, la palabra se hab:,
· VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 129
tes),
i1 reconoce de un solo vistazo (de modo que esa palabra ligada se
e hoy .. aproxima al ideograma); dicho de otro modo - y esto complacerá a
1 lati- las mentes positivas-, el estilo de una escritura, puesto que depen-
lar de de de su rapidez, tiene como origen una necesidad de rentabilidad;
:nori- incluso puede estar muy directamente ligado a transacciones co-
r1: es- merciales (citemos el ejemplo del nabateo).
tano),
r1ado, Mano
:naría
1 LLL1Ci- Podemos hablar porque nuestras manos son libres: esto es lo
) 0 de que nos dice hoy la antropología (Leroi-Gourhan). Al pasar·a lapo-
;u!Ón, sición vertical, al convertirse en bípedos, los homínidos liberaron
i 1no- sus manos, que utilizaron desde ese momento para tareas de fabri-
1 (de- cación (la mano se prolongaba naturalmente con la herramienta); y
1vz el una vez liberadas esas manos de toda función locomotriz, el rostro
'-· óti- humano se vio liberado, de rechazo, de sus tareas precedentes (de
depredación), se vio aliviado, como dice Gregario de Nisa, de «la
carga pesada y penosa del alimento»: el rostro se pudo prolongar
entonces con una herramienta inédita, el lenguaje; «la paleontología
conduce exactamente a la mano que libera el habla» (Leroi-Gourhan
coincide en este caso con la tesis del soviético Bunak). Como vemos,
~~pa el lenguaje (por cuyo origen todavía nos preguntamos) sería tan
L.ipir viejo como la herramienta y estaría ligado a su aparición (según
_/go esta hipótesis, es probable que el primer lenguaje sirviera para
:• ..J. es acompañar y completar Jos primeros gestos técnicos de la humani-
. ~rn dad: era una herramienta como cualquier otra, precisamente porque
,__ ca- servia ... para fabricar herramientas).
1__ un
Éste es por lo tanto el cuadro de la humanidad durante milenios:
t 1na una vez liberados uno a otro, tenemos por una parte la mano (el ges,-
• ,1te to) y sus funciones de fabricación, y por otra el rostro (el habla) y
~ . . co sus funciones de fonación. ¿Y la escritura? Es evidentemente un re-
~, las tomo a la mano. Incluso cuando su función es la de «transcribir» los
; ,os sonidos del habla (en los alfabetos), y con mayor motivo cuando di-
' é . de buja el gesto (en los ideogramas), vuelve a pasar por la mano: el len-
, _;ar guaje retorna a ese trozo del cuerpo cuya independencia misma le
~ ta- permitió nacer: termina una gran carrera dialéctica. La escritura está
siempre del lado del gesto, y nunca del lado del rostro: es táctil, no
l · ~a- es oral; así, comprendemos mejor que pueda unirse, por encima del
t se habla, a las primeras huellas del arte parietal, las incisiones rupes-
130 VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA VARIALL
sentido que resulta del precio del material (en los manuscritos lujo- ple, la .
sos de Birrnania, los textos budistas sagrados son trazados directa- OJO po:.. .
mente sobre anchas placas de cobre o de plata). gelus S
Por ese
Inventado por los habitantes de Pérgamo, en Asia Menor, el critura
pergamenum (pergamino) provenía de la piel del cordero o de la ca-
bra y, más tarde y con mayor valor, del joven ternero (vitela); el Protoc, ·
más antiguo pergamino data de finales del siglo r d. C.; es de uso
corriente en el siglo rv y de uso general hacia el siglo XII; pero es (o El
se vuelve) una materia costosa; resulta obligatorio volver a utilizar (tal ve:;:
Z.lfURA VARIACIONES SOBRE LA ESCRITURA 131
perL, t
mente de un simbolismo que puede llegar hasta la neurosis, o hasta
la mística. Los calígrafos chinos practican una ascesis casi religio- lap ..it
sa: para escribir, un monje budista se aisló durante treinta años en estr .... ..:1
un pabellón de montaña. En las abadías cristianas de Etiopía, pocos los '1..i'
eran los que escribían, y solamente lo hacían después de un día de mei. ..c
reposo, que ocupaban en ejercicios preparatorios. Si preguntáramos tern .. n
la n .. s1
a los escritores de hoy (pero esta importante encuesta nunca se ha
m01._a
intentado), sin duda nos daríamos cuenta de que muchos de ellos no
idec 0 r
pueden ponerse a escribir sin un determinado aparato de hábitos y
de instrumentos: la predilección por ciertos horarios, por ciertos lu- (qUL .i
ra d l
gares, la afición a la papelería; todo ello, desarrollado a veces has-
c1er _,~
ta la obsesión, trae consigo un conjunto inextricable de motivacio-
nes: miedo a la página en blanco, pavor de la· esterilidad posible m1s ..a
(retardado por interminables protocolos preparatorios), sacraliza- gráf ,<
y la ,,
ción de la escritura como verdad (o como divinidad prestigiosa),
den.¡,
fascinación por el goce que se atribuye al ejercicio manual del gra-
fismo.
Ritmo
l
cap1 J
Resulta tan inesperado que es preciso repetir lo que ya se ha di-
seer e
cho, a saber, que, en el origen conjunto de la escritura y el arte,
hubo el ritmo, el trazado regular, la puntuación pura de incisiones al Cl ... ~
secL :i
in-significantes y repetidas: los signos (vacíos) eran ritmos, y no
las r
formas. Lo abstracto está en la fuente del grafismo, la escritura está
dese· 1
en ta fuente del arte.
gen ~
cont .i
Serniografia
man t
dad · ~
El grafismo, que apareció en la historia de la humanidad antes
que el arte, lo reconquista mediante un largo movimiento inverso.
Los elementos semiográficos de la pintura universal son innumera-
bles y multiformes: incluso en el gran arte figurativo, un número - .)
importante de trazados es estatutariamente gráfico, por su origen (:. -
ClOff ..
manual, su movimiento, su gestalt, su forma de inscripción, su rit-
Hist( i
mo, su abstracción; y, en la frontera de lo figurativo (por poco que
esta expresión dudosa tenga un sentido), algunos pintores incorpo-.. , jo ar 't
dere r ··.:
ran la letra al cuadro, sea en forma de palabras escritas, sea en for-
las f. ·r
ma de imitaciones gráficas (ideográficas en el caso de Masson);
~rTURA
VARIACIONES SOBRE LA ESCRITU RA 133
Soporte
t...nera- Vección
1...mero
vflgen ¿Qué direcciones pueden tomar las escrituras? Todas las direc-
. . . u rit- ciones. En el cuadro general de las escrituras del mundo y de la
1._J que
Historia, están todas las vecciones: de arriba abajo (chino), de aba-
tL.Jrpo- . jo arriba (líbico), de derecha a izquierda (etrusco), de izquierda a
L..1 for-
derecha (nuestra escritura), en zigzag (bustrófedon; hitita). Todas
::...,son); las formas de movilidad y de complicación están atestiguadas: el
........... ''"' .... ... ..._,,, _,.,. '"""" "• """·""'""
"'~:_,..-, ,~ -~ _ ....... ""--'·'··'·'··"··· ........
·• · ~ --- ._....... "' """"''·" ..·''·'"" "' ............... ~·-- ..
~-
~ l<ura :s .
111clus' ÁMBITO FRANCÉS
u ia lec;.
:.... arrib :.· Le cabinet des poim;ons de l 'Jmprimerie Nationale, París, 1963.
luOs ha- ' L 'écriture et la psychologie des peuples, París, Col in, 1963.
Cohen, M., La grande invention de l'écriture et son évolution, París, 1958 .
.février, James G., Histoire de l'écriture, París, Payot, 1959.
Gray, William S., L 'enseignement de la lecture et de l 'écriture, París,
UNESCO, 1956.
Higounet, C., L 'écriture, París, PUF, 1955.
Leroi-Gourhan, A., Le geste et la paro/e, París, Albin Michel, 1964.
Massin, La lettre et 1'image, París, Gallimard, 1970.
Périot, M . y Bosson, P., Morpho-physiologie de l 'écriture, Parí_~, Payot,
1957.
ÁMBITO ITALIANO
ÁMBITO INGLÉS
-~:·
.,.... .
~--~'"-