Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tamara Villa
Personajes
LA NIÑA RARA
C-CHAN
VOZ EN JAPONÉS
EL MAFIOSO RUSO
VOZ EN LA OSCURIDAD.
BAILARINAS SONRIENTES
MÉDICO FORENSE
AYUDANTE DE FORENSE
Escena I
LA MUJER DEL PELO BLANCO: ¿Cuándo me vas a sacar mi ropa del techo?
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Usted me dijo hace unos días que había tirado mi
ropa al techo.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Yo no estoy loca. Usted dijo que había puesto mi
ropa a secar en el techo.
LA NIÑA RARA: No, la puse a secar en los colgadores, pero eso fue hace días,
ahora su ropa está en los cajones.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Pero yo revisé y no están mis zapatos rojos.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Pero usted me tiene aquí, a pata pelada.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Yo no quiero pantuflas, quiero mis zapatos rojos.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Nunca fui bonita, nunca. Tenía los dientes
chuecos y se hacían montoncitos entre ellos.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Ahora si, porque ya se me cayeron los dientes.
LA NIÑA RARA: Hoy cuando venía de vuelta a la casa un hombre sin dientes se me
acercó.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: ¿Te preguntó sobre los zapatos rojos?
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Menos a un hombre sin dientes en la mitad del
desierto.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: No. Sus amigos me dijeron que se había ido con
una mujer.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Yo creo que le dio vergüenza. Una madre conoce
a su hijo, y la verdad él nunca fue muy de mujeres. Lo que más le gustaba de ellas
eran sus vestidos, sus zapatos…
Silencio.
Silencio.
Silencio.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Si está muerto ¿Por qué dices que viene a
buscarme?
Silencio.
Un bar de videojuegos
Un prostíbulo
VOZ EN JAPONÉS: C-chan, nos han llegado muchas preguntas para ti ¿Quieres
responder?
C-CHAN: Síi.
C-CHAN: No.
C-CHAN: Síi
VOZ EN JAPONÉS: Entonces sonríe C-chan
C-CHAN: No.
C-CHAN: ¿Qué?
VOZ EN JAPONÉS: Leviakerman12 pregunta por qué haces esto si es que tienes
familia.
VOZ EN JAPONÉS: Si
VOZ EN JAPONÉS: Entonces tendrás que ser más amable, C-Chan. ¿Quieres
seguir respondiendo?
C-CHAN: Si.
VOZ EN JAPONÉS: Han llegado muchos mensajes especulando que tienes los
dientes chuecos.
C-CHAN: Es caro para cualquier sueldo. Por eso tengo deudas millonarias con un
Mafioso Ruso.
VOZ EN JAPONÉS: Los usuarios no creen que arreglarse unos dientes genere
deudas millonarias C-Chan. Recuerda que no puedes mentir.
C-CHAN: ¿Perdón?
C-CHAN: Yo no la abandoné.
VOZ EN JAPONÉS: ¿Prefieres que vaciemos las monedas que quedan, C-chan?
C-CHAN: ¡No!
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: No me voy a dejar de sacar los pelos gruesos.
EL PADRE DEL AÑO: ¿Cómo voy a haber botado tus cuadernos a la basura? ¿De
dónde sacaste eso?
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: El otro día. Dijiste que los habías tenido que
botar porque podían estar infectados.
EL PADRE DEL AÑO: La caja donde venían los cuadernos podría estar sucia. Boté
la caja, no los cuadernos.
EL PADRE DEL AÑO: No sé, pero mañana mismo los tienes que buscar.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: ¿Por qué fuiste a la casa de la abuela
disfrazada de mujer? Hace cuatro años, cuando fuimos…
EL PADRE DEL AÑO: Y para de jugar con tu diente suelto o te van a quedar
chuecos.
EL PADRE DEL AÑO: Eso dices ahora. Cuando tengas dientes casi en las
amigdalas te vas a acordar.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Sólo me queda un diente de leche.
EL PADRE DEL AÑO: Cuando te salga el último diente definitivo tenemos que ir al
dentista.
Silencio,
Silencio.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: ¿Tienes una hermana? Los vecinos dicen que
su hija sabía que estaba ahí.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: ¿La volviste a visitar después de que fuimos
juntos?
Silencio.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Me tienes que decir ahora qué pasó.
Escena IV
LA MUJER DEL PELO BLANCO está acostada con los ojos cerrados. No puede
moverse. Habla, pero nadie puede escucharla.
Un médico la examina.
AYUDANTE DE FORENSE: Tomé el pulso por cinco horas. Luego revisé sus
pupilas con una linterna para ver si sus ojos respondían al estímulo de la luz.
También froté su esternón. No pasó nada, está muerta.
MÉDICO FORENSE: Por supuesto que está muerta, somos forenses, el cuerpo
está aquí, en la morgue.
AYUDANTE DE FORENSE: Por supuesto. Los tejidos están podridos. Los gusanos
ya han salido del intestino, han devorado hígado, riñón, bazo, intestino, corazón y
huesos.
AYUDANTE DE FORENSE: Es un poco oscuro verlo así, como si recibir una sonrisa
fuera una amenaza de muerte.
MÉDICO FORENSE: A nuestra edad es una ingenuidad pensar que de una sonrisa
pueda salir algo bueno. Por algo la boca y los dientes son la parte más fuerte del
cuerpo. Son nuestros cuchillos.
AYUDANTE DE FORENSE: Una caja con dos zapatos rojos, era un envío para la
muerta.
MÉDICO FORENSE: Debe ser de la familia, para que se los pongamos. A veces la
gente nos confunde con funerarias.
AYUDANTE DE FORENSE: Sentí algo duro en la punta. Así que sacudí los zapatos
y cayeron muchos dientes al piso.
MÉDICO FORENSE: Está bien, luego haz un proceso de conservación del cuerpo y
cose las partes abiertas. No queremos que la familia vomite arriba de su abuela.
Silencio y oscuridad.
Silencio y oscuridad.
C-CHAN: Yo no.
C-CHAN: Si quieres una sesión privada tienes que pagarle a ellos. Cuando pague
mi deuda con ellos puedo venderte mi cuerpo a ti hasta pagarte.
C-CHAN: ¿Qué?
VOZ EN LA OSCURIDAD: ¿Y por qué nunca has sonreído en todo este tiempo?
C-CHAN: No me pagan más por sonreír y no hay nada en mi contrato que me exija
sonreir.
C-CHAN: Si.
C-CHAN: ¿Qué?
VOZ EN LA OSCURIDAD: Te voy a sacar los dientes uno a uno, los voy a guardar
en una caja y me los voy a llevar.
C-CHAN: No.
C-CHAN: No lo he olvidado.
C-chan intenta sonreír pero sus músculos -atrofiados por el tiempo en desuso-, no
responden.
C-CHAN: ¡Basta!
C-chan es atrapada.
Caminando sobre pedazos de vidrio roto, LA INDIA DEL COLEGIO entra a la casa
por la ventana. EL PADRE DEL AÑO grita asustado.
LA INDIA DEL COLEGIO: Si, cuando mis papás me abandonaron me criaron los
pájaros en un nido.
LA INDIA DEL COLEGIO: No te preocupes. Vivía muy bien, veía la televisión con
ustedes. Desde mi rama tengo una vista perfecta de su living. Me enteré de que
murió tu abuela, lo siento muchísimo. Vine a dejarte una corona de hojas que hice.
LA INDIA DEL COLEGIO: Si era necesario, y justo ahora que has pasado por tanto.
Ayer mientras te miraba llorar me acordé de la mañana anterior cuando la profesora
te retó por ir sin cuadernos al colegio, y tu no parabas de reirte en su cara. Nunca
había visto a una persona reírse tanto, ser tan felíz, menos a una persona con unos
dientes tan feos como los tuyos. No quiero ofenderte, me parece que tus dientes
son maravillosos. Un día que no fuiste a clases la profesora nos dijo que que no nos
podemos reir de ti por tus dientes negros, nos contó una historia muy triste. Dijo que
se te habían quemado los dientes porque tu papá te dejó en un auto en el desierto
toda una mañana y te chamuscaste. Y que después te abandonó en el hospital
cuando estabas a punto de morir. Todos nos pusimos a llorar y no pudieron hacer
clases durante todo lo que quedó del día. Yo lloraba porque mis papás también me
abandonaron al sol, por eso tengo el pelo negro. Quise que la profesora también les
pidiera que no se rieran de mí, porque yo también me quemé al sol. Antes todos se
reían de las dos y ahora sólo se rían de mí. A veces me dan ganas de también
poder reírme de otra gente.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Podemos buscar otra persona para reirnos,
pero ahora te quiero pedir que te vayas porque…
LA INDIA DEL COLEGIO: Me gustaría que buscáramos a otra persona, pero creo
que ya no va a ser necesario. Hace unos años te vi volver de la casa de tu abuela
con muchos pelos blancos en una bolsa. Creo que se los sacaste de la cabeza a tu
abuela.
LA INDIA DEL COLEGIO: Cuando vi los pelos me hice una peluca blanca para que
la gente no se riera más de mi pelo negro. Mira.
LA INDIA DEL COLEGIO: El problema es que eran muy pocos pelos. Pero ahora
que se murió tu abuela estaba pensando que podíamos sacarle todo el pelo para
poder hacer la peluca bien. Sería muy triste que ahora me molestaran por ser
pelada.
LA INDIA DEL COLEGIO: Leí que en Japón los miembros de la aristocracia y los
samurais se ennegrecían los dientes, la tradición se llama Ohaguro. Los samurais
se teñían los dientes negros para jurar lealtad para el resto de su vida. Y como a las
dos nos abandonaron y nos quemamos bajo el sol, decidí que te iba a jurar lealtad a
ti para que seamos hermanas para siempre.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Siempre quise tener una hermana. Pero sólo
hay dos habitaciones en esta casa.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Está bien. Ahora deberías volver a tu árbol
para yo seguir hablando con mi papá.
LA INDIA DEL COLEGIO: Por favor, no quiero ser abandonada por segunda vez.
LA INDIA DEL COLEGIO: Debe ser el señor que vi en la entrada. Él también los
estaba esperando.
LA INDIA DEL COLEGIO: Un ruso. Decía que venía a verlo a usted, a cobrarle una
deuda.
Le cuesta respirar.
Muere.
Escena VII
LA MUJER DEL PELO BLANCO: ¡Auxilio! Por favor, ayúdenme. No estoy muerta,
estoy viva, estoy muy viva. No sé qué está pasando, mi cuerpo no se mueve, pero
estoy aquí. Sólo me quedé dormida en mi cama y amanecí acá. Ni se les ocurra
coserme el cuerpo, ni se les ocurra tocarme, menos meterme en un ataúd. ¿Por qué
estoy desnuda? Tráiganme algo para taparme. Estoy helada, estoy tiritando, tengo
frío, por favor tápenme con algo. Por favor… ¿Alguno me está escuchando? Me
estoy congelando, siento mi cuerpo entumecido, no me puedo mover. Si es que me
muero, va a ser su culpa, me voy a morir de hipotermia… ¡Escúchenme, por favor!
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Dios mío ¿qué hago? ¿Por qué no me hablan?
¿Tienen miedo de que una muerta les esté hablando? Les estoy tratando de
explicar que hay un error, que yo no estoy muerta.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Estoy llena de gusanos, la imagen debe ser
terrible.
MÉDICO FORENSE: Usted. Nunca había visto a una mujer muerta más hermosa.
MÉDICO FORENSE: No, al principio no. Pero ahora que le pusieron los dientes es
como si se hubiera iluminado el mundo en su presencia.
AYUDANTE DE FORENSE: Ahora entiendo lo que es querer morir. Yo moriría para
acompañarla al infierno.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Pensé que había olvidado cómo sonreír. Mis
músculos se habían atrofiado hace muchos años.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Nunca había sido más felíz. No puedo morir
ahora.
Silencio.
MÉDICO FORENSE: Si. Usted es la mujer muerta más hermosa del mundo, y
tendrá un ataúd con todas las comodidades.
MÉDICO FORENSE: Puede llegar una señal de radio para que se entretenga.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: Con eso estaré bien, podré por fin disfrutar mis
días y volver a ser felíz sola.
LA MUJER DEL PELO BLANCO: ¡No! ¿Cómo se le ocurre que se va a matar por
mi?
MÉDICO FORENSE: No me voy a matar, pero quiero permanecer con usted.
MÉDICO FORENSE: Entonces yo bailo con usted y así podrá pagarme el ataúd.
MÉDICO FORENSE: Usted bailará conmigo todas las noches por algunos años
hasta que pague su deuda del ataúd.
El médico le pone los zapatos rojos al cadáver, luego toma su cuerpo lánguido y lo
arrastra para bailar un tango. La mujer trata de gritar, pero el sonido no sale de su
boca.
Escena VIII
El bar-prostibulo-stripclub
Ella no responde.
MAFIOSO RUSO: Te falta más de la mitad del dinero aún, pero hace un mes, o un
año, o diez, que ya nadie pide verte. Entiendo tu tristeza, y no soy una mala
persona. Ya nadie más vendrá, probablemente nunca. Haz envejecido, yo también.
Nos conocimos tan jóvenes, y desde que te vi me enamoré de ti. Me has escuchado
todos estos años, has sido mi única amiga, mi única amante, la única que me ha
dedicado la vida. Te mentiría si te dijera que no me pone felíz tu deuda. ¿Te
hubieras quedado conmigo si no me debieras nada?
C-CHAN: No.
MAFIOSO RUSO: No.¿Quién no ha retenido un amor por puro egoísmo? Que lance
la primera piedra. Pero hoy quedarás libre, querida mía. Sólo te pido una última
cosa.
C-CHAN: ¿Qué?
C-CHAN: ¿Qué?
MAFIOSO RUSO: Pero no te preocupes, aún tiene dientes de leche. Aún puedes
reconstruir las cosas con ella.
C-chan lo ahorca.
Escena IX
El living con el cuerpo del papá muerto. Las dos niñas se abrazan escondidas
debajo de la mesa.
LA INDIA DEL COLEGIO: Porque me dijo que no se iba a quedar mucho tiempo.
LA INDIA DEL COLEGIO: Un mafioso, me dijo que te quería preparar para cuando
llegue tu papá.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Pero es mi papá hace mucho antes. Recién
hace diez minutos empezó a ser tu papá.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Eso es muy raro, y ¿dónde está mi papá de
verdad?
LA INDIA DEL COLEGIO: El mafioso ruso dijo que iba a venir a buscarte.
LA NIÑA CON DIENTES DE LECHE: Eso no nos alcanzará para pagar una casa.