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LA LLORONA: JUSTICIA DEL OTRO MUNDO

Lo que a mí me gustó en la película “La Llorona”, es como el Cineasta Jayro Bustamante,


utilizó el espectro de la Llorona para recordar el genocidio en Guatemala, de como la
versión de la célebre canción; adaptada por la cantante guatemalteca Gaby Moreno:
“Todos lloraban tu tierra, Llorona, tu tierra ensangrentada. Sollozos de un pueblo herido,
Llorona y de su voz silenciada, las almas perdidas vagan, Llorona y sus lamentos no se
olvidan”. Resume en esas letras toda la película, a mí parecer y nos transporta al pasado,
de lo que sufrieron los pueblos indígenas en las manos del ejército, me encantó el inicio,
el misterio, la forma creativa que utilizo para presentar el conflicto armado interno.
Los guatemaltecos, nos debemos sentir orgullosos del logro obtenido de la película, la
cuál ganó el premio al mejor Director en el Festival de Venecia, el Premio Satelitte de la
Academia de Prensa Internacional, el National Board Review y el otorgado por la Boston
Society of Film Crítics. Ha sido nominada ya a los premios Globo, Goya, Seattle Film
Critics Society y Dorian Awards; además de estar entre las 15 películas finalistas que
pueden ser nominadas al Oscar de Hollywood.
Bustamante, de 42 años, originario de la comunidad maya de Sololá, se formó como
cineasta en Europa, regreso a Guatemala para formar su propia empresa, La Casa de
Producción, con la que ha crea la mayoría de sus películas, la misma que les ha abierto
sus puertas a los nuevos talentos guatemaltecos, ha llevado el nombre de Guatemala a lo
más alto del cine mundial, lo cual demuestra que se está despertando un movimiento
donde se valora cada vez más la presencia latina.
La Llorona es un espectro del folklor hispanoamericano, es el alma en pena de una mujer
que ahogó a sus hijos (versión oral de generación en generación), y qué luego arrepentida
y denigrada, vagaba por las noches con su cabello largo, vestida de blanco, se aparece
de noche por los ríos, su andar es marcado por los desgarradores gritos que lanza al aire,
en busca de sus hijos, el llanto que aterrorizan a las personas que la ve u oyen, incluso
los lleva a la muerte.
El director vincula al espectro de la Llorona cuando llega la nueva muchacha de nombre
Alma (personaje interpretado por María Coroy), con su pelo largo, vestimenta blanca y su
mirada penetrante y una seriedad que te lleva al más allá; el pensar de como corre o se
escucha el agua, muchas veces nos da cierto escalofrió, eso entrelazado con la
penumbra de la noche, ese silencio que mengua, y de repente ese llanto ensordecedor
que solo representa a esta mujer La Llorona, que refleja el dolor y angustia de su alma en
pena.
Desde una forma particular de pensamiento que combina lo simbólico, lo evidente, el
suspenso y el drama, esta película, nos dice al público que las personas desparecidas,
asesinadas y víctimas del genocidio en el conflicto armado guatemalteco no descansan.
Su llanto se escucha, a través del recuerdo que llevan sus familiares que aun en estos
tiempos claman y piden justicia, cómo el llanto de las madres que perdieron a sus hijos en
las montañas durante el conflicto armado, establece otro relato posible de la Llorona.
Por las noches, ya con el sueño profundo, el grito estremecedor del alma en pena del
espectro de La Llorona, que atormenta a todo aquel que escucha ese llanto, así era el
despertar de cada noche del general, al abrir los ojos y ver por su ventana, salir a Alma de
la piscina y sin pensar, seguirla, ya que el llanto lo atormentaba haciéndolo recordar las
matanzas que había realizado con los indígenas en los pueblos, de la forma cruel que los
mataban, incluidos los ahogamientos, que es la forma de vincular la trama a la leyenda de
La Llorona, al ver ella como ahogaban a sus hijos, he de allí que el surgir de las aguas.
La trama se enmarca entre lo real y lo sobrenatural, las almas que perturban la realidad
del general, llevándolo a un estado de locura o esquizofrenia, en la cual se disfraza la
lealtad de la sirvienta para su gente, ya que ella (Valeriana), realizando rituales alejaba a
los espíritus de las almas en pena, que atormentaban al general, el cual llevo también a
que la memoria de Alma se encarnara en Carmen; conllevan su vida al desenlace de la
muerte del general.
Hablando sobre lo que a mi parecer perdió cauce en la película La Llorona, es qué no se
utilizó diversos espacios para su realización, me refiero a mas escenarios, los cuales se
centraron o basaron en la Corte de Justicia y en la residencia del general; el surgir de la
cinematografía guatemalteca en ese aspecto deja un poco a pensar que su realización
podría ser más diversa en cuestión de escenarios, ya que recordando, el conflicto armado
se realizó en el altiplano guatemalteco, y el cineasta contaba con más localidades para
desarrollar la trama.
Otro aspecto que a mi parece es negativo es, que en esos tiempos las infidelidades de los
hombres eran tomadas por las mujeres de la burguesía como cosa normal, sabiendo ellas
que en los cuarteles hacían y deshacían de las “indias”, lo que ellos querían y por lo
mismo también ellas las miraban con desprecio, denigrándolas al punto de llamarlas
“prostitutas”, sin desear pensar ellas que eran los hombres, que por su machismo se
burlaban de ellas y de allí los constantes rezos que realizaban las indígenas pidiendo paz
para las almas de sus mujeres.

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