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PROBLEMAS CULTURALES DE GUATEMALA

RACISMO

El racismo europeo recurrió a la ciencia y en especial a la biología para justificar la


superioridad de los propios europeos, o de algunas de sus etnias (germanos,
anglosajones, celtas, etc.) sobre el resto de los seres humanos, así como la
necesidad de que éstos fueran gobernados por aquellos. Este modelo de racismo
seudocientífico fue luego repetido también en algunos países extraeuropeos como
Estados Unidos para imponer el dominio anglosajón,37 Japón para colonizar Corea,
China y otros pueblos del sudeste asiático,38 Australia para impedir la inmigración
asiática,39 y en América Latina con las políticas implementadas para "reducir el
factor negro", a través del mestizaje y otros mecanismos de "limpieza" étnica. 22

VIOLENCIA CENTRA LA MUJER INDÍGENA

Diferentes sectores de Quetzaltenango ven con preocupación el incremento de


la violencia contra la mujer indígena, ya que según estadísticas de la Demi, el año
pasado se registraron al menos 715 casos.

Sin embargo, el Ministerio Público (MP) reportó mil 863 denuncias, de enero a
agosto de 2015, y en 2014 fueron mil 728.

Vilma Hernández, presidenta del Colectivo de Mujeres, aseguró que el aumento


de las denuncias presentadas por víctimas se atribuye a que ahora tienen mayor
conocimiento de sus derechos y que existen leyes e instituciones que las apoyan.

Julia Pastor, encargada de la Fiscalía de la Mujer en Quetzaltenango, dijo que


trabajan en brindar atención integral a las víctimas y que cuentan con dos
intérpretes en idiomas mam y k’iche’.

Lilian Wuj, directora del Centro de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de
Violencia, en Xelajú, comentó: “En el 2015 atendimos a unas mil 186 féminas, y
en el albergue se protegió a 240, entre ellas 167 adolescentes, quienes en su
mayoría, sufrieron violencia intrafamiliar”.

FEMINICIDIOS INDÍGENA

El feminicidio o femicidio es un crimen de odio, entendido como el asesinato de


una mujer por el hecho de ser mujer. El concepto define un acto de máxima
gravedad, en un contexto cultural e institucional de discriminación y violencia de
género,1 que suele ser acompañado por un conjunto de acciones de extrema
violencia y contenido deshumanizante, como torturas, mutilaciones, quemaduras,
ensañamiento y violencia sexual, contra las mujeres y niñas víctimas de este. Diana
Russell, promotora inicial del concepto, lo definió como «el asesinato de mujeres
por hombres motivados por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia
las mujeres».

TRABAJO INFANTIL INDÍGENA


La OIT se aproxima al fenómeno que denomina “trabajo infantil indígena” a través
de esquemas fijos que separan estrictamente el trabajo en el contexto de las familias
y las comunidades indígenas a un lado, y el trabajo fuera de este ámbito al otro
(véase OIT-IPEC 2009). Las actividades laborales que niñas y niños llevan a cabo
en el marco de su propia familia y de su comunidad indígena son “tolerables” para
la OIT, siempre y cuando estas actividades estén acorde a la edad de los niños y
contribuyan a su desarrollo y educación. Sin embargo, la OIT se cree en la
“obligación” de tener que advertir a las comunidades indígenas: “Ser indígena no
significa que los niños no tengan los mismos derechos y los padres no tengan la
obligación de enviar a los niños a la escuela” (op.cit.: 22).

Los tres cerditos


Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja se vino abajo. El
cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del
hermano mediano.

- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz! -
cantaban desde dentro los cerditos.

De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó


delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:

- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!

La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron a refugiarse en
la casa de ladrillo del mayor.

-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - Cantaban los cerditos.

El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los


Tres Cerditos más que nunca, y frente a la puerta bramó:

- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré!

Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno Sopló y sopló, pero la casita
de ladrillos era muy resistente y no conseguía su propósito.

Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó
en el caldero donde el cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos.
Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago Los cerditos no le
volvieron a ver.

El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en
peligro sus propias vidas, y si algún día vais por el bosque y veis tres cerdos, sabréis
que son los Tres Cerditos porque les gusta cantar:

- ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!

FIN

Medusa y Perseo
A lo largo de los años, muchos héroes valientes y bien armados habían venido a la
región del monte Atlas para matar a Medusa. Ninguno había podido matarla.Por
todas partes se veían guerreros y más guerreros, en actitudes diversas, pero
inmóviles y tiesos porque eran ya estatuas.

Entonces vino Perseo, hijo del dios Júpiter. Perseo sabía qué peligrosos eran los
ojos de Medusa, pero venía muy bien. preparado.Tenía una espada encorvada,
filosísima, regalo del dios Mercurio, tenía un escudo muy fuerte, hecho de bronce,
liso como un espejo.

Y tenía también unas alas que volaban solas cada vez que él se las acomodaba en
los talones.

Llegó, pues, volando. Pero en vez de lanzarse contra Medusa, se quedó algo lejos,
sin preocuparse más que de una cosa: no mirarla nunca cara a cara, no verla a los
ojos por ningún motivo.

Y como era necesario espiarla todo el tiempo, usó el escudo de bronce como
espejo, y en él observaba lo que ella hacía.

Medusa iba de un lado para otro, esforzándose en asustar a Perseo, Gritaba cosas
espantosas, y las culebras de su cabeza se movían y silbaban con furia. Pero nunca
consiguió que Perseo la viera directamente.

Cansada al fin, Medusa se fue quedando dormida. Sus ojos terribles se cerraron, y
poco a poco se durmieron también sus culebras. Entonces se acercó Perseo sin
ruido, empuñó la espada y de un solo tajo le cortó la cabeza.

Durante toda su vida conservó Perseo la cabeza de Medusa, que varias veces le
sirvió para convertir en piedra a sus enemigos.

FIN

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