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ECONOMÍA POLÍTICA II

ANDERSON HARLEY DAZA CALPA

JULIÁN SABOGAL TAMAYO


ECONOMÍA POLÍTICA II

UNIVERSIDAD DE NARIÑO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS
ECONOMÍA
2013
DESDOBLAMIENTO DE LA GANANCIA EN INTERES Y GANANCIA DE
EMPRESARIO
CAPITULO XXI
EL CAPITAL A INTERES

La cuota general o media de ganancia esta ante nosotros en su forma definitiva, ya que la
compensación se operaba simplemente como compensación de los capitales industriales
invertidos en las diversas ramas. La cuota general de ganancia y la ganancia media se
presentan ahora dentro de límites más circunscritos que antes. Como a partir de ahora la
forma definitiva de la cuota media de ganancia es la misma para el capital industrial y
mercantil, no es tampoco necesario, cuando se trate solamente de esta ganancia media,
establecer una distinción entre la ganancia industrial y la mercantil, no es tampoco necesario,
cuando se trate de esta ganancia media, establecer una distinción entre la ganancia
industrial y la ganancia comercial

El dinero –considerado aquí como expresión sustantiva de una suma de valor, ya exista de
hecho en dinero o mercancías—puede convertirse a base de la producción capitalista en
capital y deja de ser, gracias a esta transformación, un valor dado, para pasar a ser un calor
que se valoriza, se incrementa a si mismo. Produce ganancia, es decir, permite al capitalista
extraer a los obreros una determinada cantidad de trabajo no retribuida, de producto
sobrante y plusvalía, y apropiárselo. Con lo cual adquiere, además del calor de uso que
posee como dinero, una calor de uso adicional: el que le permite funcionar como capital.
Esta cualidad de posible capital, de medio de producción para la ganancia, lo convierte en
mercancía, pero en una mercancía sui generis.

Digamos que un hombre que disponga de 100 libras esterlinas tendrá en sus manos el poder
para convertir esas 100 libras en 120 libras esterlinas, o lo que es lo mismo, producir una
ganancia de 20 libras. Si este hombre cede las 100 libras esterlinas por un año a otro que las
emplee realmente como capital, le entrega el poder de producir 20 libras esterlinas, es decir,
una plusvalía que no le cuesta nada, por lo cual no paga equivalente alguno. Si al final del
año este hombre abona al propietario de las 100 libras 5 libras, o sea, una parte de la
ganancia obtenida, le pagara de ese modo el calor de uso de las 100 libras esterlinas, el
valor de uso de su función de capital, de la función consistente en producir 20 libras
esterlinas de ganancia.

Es evidente que la posesión de las 100 libras esterlinas concede a su propietario el poder de
percibir los intereses. Si no se entregase al otro las 100 libras esterlinas, este otro no podría
producir ganancia ni actuar en modo alguno como capitalista con relación a estas 100 libras
esterlinas.

El punto de partida es el dinero que A adelanta a B. esta operación puede realizarse con
garantía prendaria o sin ella; la primera forma es, sin embargo, la mas antigua, si
exceptuamos los prestamos hechos sobre mercancías o con garantía de títulos como son las
letras de cambio, las acciones, etc. En manos de B el dinero se convierte realmente en
capital, describe el movimiento D-M-D’ para retornar luego a manos de A como D’, como
D+∆D, donde ∆D representan los intereses. En el caso en que el capital siga mas tiempo en
manos de B y los intereses se paguen periódicamente.

El movimiento es, pues, este:

D-D-M-D´-D’.

Aquí parece duplicado, primero la inversión del dinero como capital; segundo su reflejo como
capital realizado, como D´ o D+∆D.

En el movimiento del capital comercial D-M-D’, la misma mercancía cambia dos veces de
mano o, si el comerciante vende a otro comerciante, cambia de mano varias veces; ero cada
uno de estos cambios de lugar de la misma mercancía indica una metamorfosis, compra o
venta de la mercancía, por muy frecuentemente que este proceso se repita hasta que la
mercancía entre definitivamente en la órbita del consumo.

Por otra parte, en M-D-M nos encontramos con que el mismo dinero cambia dos veces de
lugar, pero revelando la completa metamorfosis de la mercancía, la primera vez en dinero, la
segunda vez para convertirse de dinero en otra mercancía.

Por el contrario, en el capital a interés el primer cambio de ligar de D no representa momento


alguno no de la metamorfosis de la mercancía, no de la reproducción del capital. Esto no se
produce hasta la segunda inversión, en manos del capitalista en activo, que comercia con el
dinero o lo convierte en capital productivo. El primer cambio de lugar de D no expresa aquí
mas que su transferencia o cesión de A a B; transferencia que suele realizarse bajo ciertas
formas y reservas jurídicas.

A esta doble inversión del dinero como capital, la primera de las cuales es una simple
transferencia de A a B, corresponde su doble reflujo. Refluye del movimiento a manos del
capitalista activo en B como D’ o D+∆D. B se lo devuelve a A, pero también con una parte de
la ganancia, como capital realizado, como D+∆D, donde ∆D no equivale a toda la ganancia,
sino solamente a una parte de ella, que son los intereses. A manos de B refluye solamente
como lo que el ha invertido, como capital en funciones, pero un capital que es propiedad de
A. para que su reflujo sea completo, tiene que pasar nuevamente de manos de B a manos
de A. pero, además de la suma capital, B tiene que entregar a A, bajo el nombre de
intereses, una parte de la ganancia obtenida por el mediante esta suma empleada como
capital, B tiene que entregar a A, bajo el nombre de intereses, una parte de la ganancia
obtenida por el mediante esta suma empleada como capital, ya que A solo le ha entregado
este dinero en función de capital, es decir, como valor que además de conservarse en el
movimiento rinde una plusvalía a su propietario. Solo permanece en manos de B mientras
funciona como capital. Y en cuanto deja de realizar esta función debe ser retransferido a A,
quien no ha perdido la propiedad jurídica sobre el.
Es dentro de la concatenación de todo el proceso, en le momento en que el pinto de partida
aparece al mismo tiempo como punto de retorno, en D-D’ o M-M’, cuando el capital aparece
en el proceso de circulación como tal capital. Pero en este momento del retorno, el
entronque ha desaparecido. Lo que existe ahora es D’, una suma de dinero igual a la suma
de dinero primitivamente desembolsada mas un remanente, que es la plusvalía que se ha
realizado. Y es precisamente en este punto de reflujo, en que el capital existe como capital
realizado, como valor valorizado, bajo esta forma –donde se haya plasmado ya como punto
quieto, sea de un modo imaginario o de un modo real—, como el capital no entra jamás en
circulación, sino que aparece mas bien como sustraído a la circulación, como resultado del
proceso en su conjunto.

Las mercancías prestadas como capital se presentan con su carácter de capital fijo o capital
circulante. Todo capital prestado, cualquiera que sea su forma y el modo como su devolución
pueda resultar modificada por el carácter de su calor de uso es siempre una forma especial
del capital-dinero, sobre la cual se calculan los intereses. Si lo que se presta no es dinero ni
capital circulante, se reintegra siempre al modo como refluye el capital fijo. El prestamista
percibe periódicamente los intereses y una parte del valor consumido del mismo capital fijo,
un equivalente por el desgaste periódico.

El capital prestado refluye de dos modos. En el proceso de reproducción retorna al capitalista


en activo; luego, el reflujo se repite como transferencia al prestamista, al capitalista dueño
del dinero, como devolución del capital a su verdadero propietario, como su reflujo a su
punto jurídico de partida.

El préstamo de dinero como capital tiene como premisa, el que el dinero se emplee
realmente como capital, refluya realmente a su punto de partida. El verdadero movimiento
cíclico del dinero como capital es, por tanto, premisa de la transacción jurídica por virtud de
la cual el prestatario se compromete a devolver el dinero al prestamista.

Los actos de circulación D-M y M-D’ en que la suma de valor funciona como dinero o como
mercancía no son mas que procesos intermediarios, fases concretas de su movimiento total.
Como capital, esa masa de valor describe el movimiento total D-D’. se desembolsa como
dinero o suma de valor en una forma cualquiera y retorna como suma de valor a su punto de
partida. El prestamista del dinero no lo desembolsa para comprar mercancías o, suponiendo
que la suma de valor exista en mercancías, no las vende por dinero, sino que hace el
desembolso como capital, como D-D’, como valor que revierte a su punto de partida al cabo
de determinado tiempo. No compra ni vende, sino que presta.

El prestamista desembolsa su dinero como capital; la suma de dinero que cede a otro es
capital y revierte, por tanto, a el. Pero el simple retorno a sus manos podría no ser reflujo
como capital de la suma de valor prestada, sino simplemente la devolución de una suma de
valor concedida en préstamo. Para que refluya como capital es necesario que la suma de
valor desembolsada, además de conservarse, se valorice, incremente su magnitud de valor
o, lo que es lo mismo, refluya con una plusvalía, como D+∆D, y este ∆D representa aquí los
intereses o la parte de la ganancia media que no queda en manos del capitalista en activo,
sino que es apropiada por el capitalista dueño del dinero. El hecho de que este enajene el
dinero como capital, quiere decir que debe serle devuelto como D+∆D.

El capitalista dueño del dinero enajena en realidad un valor de uso, por lo cual lo que cede
tiene el concepto de una mercancía. Hasta aquí, la analogía con la mercancía como tal es
completa. En primer lugar, se trata de un valor que se transfiere de manos de uno a manos
de otro. En la mercancía pura y simple, en la mercancía como tal, permanece en manos del
comprador y del vendedor el mismo valor que han enajenado, uno en forma de mercancía,
otro en forma de dinero.

El valor de uso del dinero prestado consiste en poder funcionar como capital y en producir,
como tal, en circunstancias usuales, la ganancia media.

El capital se manifiesta como capital mediante su valorización; el grado de su valorización


expresa el grado cuantitativo en que se realiza como capital. La plusvalía o ganancia
engendrada por el solo puede medirse comparándola con el valor del capital desembolsado.

Pues bien, el capital mismo solo aparece aquí como una mercancía cuando se ofrece en el
mercado y cuando el valor de uso del dinero se enajena realmente como capital. Y su valor
consiste en engendrar una ganancia. El dinero o las mercancías son de por sí, capital,
exactamente lo mismo que es potencialmente capital la fuerza de trabajo: 1. Porque el dinero
puede convertirse en elementos de producción y solo es, como tal, una expresión abstracta
de los mismos, su existencia como valor; 2. Porque los elementos materiales de la riqueza
poseen la cualidad de ser ya potencialmente capital, puesto que el termino antagónico que
los complementa y los convierte en capital –el trabajo asalariado— existe ya de suyo dentro
de la producción capitalista.

En el capital a interés todo parece desarrollarse exteriormente: el desembolso del capital


como simple transferencia de este del prestamista al prestatario; el reflujo del capital
realizado como simple devolución, como el pago del capital con sus interés del prestatario al
prestamista. Y también la determinación inmanente al régimen de producción capitalista
según la cuota de ganancia no depende solamente de la relación de la ganancia obtenida en
una rotación concreta con el valor-capital desembolsado, sino también de la duración de este
periodo mismo de rotación, debiendo considerarse como la ganancia que el capital industrial
arroja en determinados periodos.

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