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La temperatura corporal normal de los seres humanos, oscila entre los 36,5 y los 37,2 °C, con
variaciones que dependen de la actividad física reciente, del consumo de alimentos y líquidos, la
hora del día, de la condición fisiológica y en las mujeres, de la fase del ciclo menstrual en la que se
encuentren.
Como ocurre con otras variables corporales, como la presión sanguínea o la regulación del azúcar
en la sangre, el control de la temperatura se mantiene gracias a sistemas de retroalimentación
negativa, es decir, el organismo responde de forma opuesta a la señal entregada.
El control de la temperatura corporal no cambia más allá de los 0.6ºC, aunque nuestro cuerpo esté
sometido a temperaturas altas (60ºC) o relativamente bajas (12ºC).
Esta condición de mantener la temperatura corporal estable, es decir en los 37°C, es de vital
importancia, pues permite que los órganos se conserven en buenas condiciones. A esta
temperatura la persona está en estado de consciencia y control motor. Cualquier variación de la
temperatura puede alterar las propiedades celulares, generando disfunciones fisiológicas.
Cuando la temperatura se eleva por sobre los 37,5°C se habla de hipertermia, es decir una
temperatura corporal interna muy alta, que podría inactivar las proteínas del cuerpo, e inclusive
podría modificar su estructura, provocando una desnaturalización de las mismas, inhibiendo su
funcionamiento. Mientras que, con una temperatura demasiado baja, que descienda a menos de
36° C, se conoce como hipotermia y puede provocar arritmias, inactivar las proteínas y causar la
muerte.
El sistema endocrino está conformado por una serie de glándulas que segregan hormonas, que
son sustancias químicas que regulan varias funciones dentro de nuestro organismo. Uno de estas
glándulas es el hipotálamo, quien tiene una importante labor en la termorregulación.
Si se requiere regular el exceso de calor actúa la región preóptica del hipotálamo anterior.
Si se requiere regular exceso de frío y la pérdida de calor, actúa la región del Hipotálamo
posterior.
Uno de los principales mecanismos hormonales para la regulación de la temperatura se da cuando
la glándula tiroidea secreta tiroxina, que se transforma en triyodotironina, la cual se encarga de
regular la temperatura corporal al aumentar el metabolismo celular.