Está en la página 1de 4

NEHEMÍAS 18

Les Invito a abrir sus Biblias en el capítulo 7 de Nehemías.

La construcción de los muros ha quedado atrás. Con la ayuda de Dios se


levantaron los muros que por decenios habían estado derribados y esto
fue motivo para que el nombre de Dios fuera glorificado en medio de las
naciones.

Para Nehemías esto no era el fin de su misión. Era simplemente un paso


para lograr un objetivo mayor, la restauración espiritual del pueblo de
Israel.

En este capítulo Nehemías deja de ser un constructor y pasa a ser un hábil


administrador de la ciudad.

La primera cosa que hizo fue delegar responsabilidades. Nehemías 7:1


dice: "Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron
señalados porteros y cantores y levitas"

Nehemías sabiamente delega responsabilidades dentro de la


administración. Un buen líder no es aquel que hace todo. Un buen líder es
el que ha desarrollado confianza en las personas que trabajan bajo su
mando y de acuerdo a las capacidades de estas personas encarga parte
del trabajo.

Por esta razón, Nehemías señala tres grupos de personas para hacer
trabajos específicos.

Estaban los porteros quienes se encargaban del manejo de las puertas.


Estaban los cantores, quienes elevaban alabanzas a Dios. Estaban los
levitas, quienes se hacían cargo del servicio en el templo.
Los que somos pastores o líderes de cualquier ministerio tenemos que
aprender de Nehemías a delegar responsabilidades. No pensemos de
nosotros mismos que somos cual pulpo que con sus múltiples tentáculos
puede hacerse cargo de una infinidad de actividades. Nehemías nunca
trabajó solo, siempre había a su alrededor personas de confianza, a
quienes podía pedir que se encarguen de algunas tareas importantes para
la buena marcha de la ciudad.

Además de delegar responsabilidades, Nehemías se preocupó de asegurar


la ciudad. Nehemías 7:2-4 dice: "mandé a mi hermano Hanani, y a
Hananias, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de
verdad y temeroso de Dios, mas que muchos); y les dije: No se abran las
puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí,
cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores de
Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa. Porque la
ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había
casas reedificadas"

Sin muro y sin puertas, la ciudad fue por mucho tiempo tierra de nadie.
Aun sus casas estaban derribadas. Era natural que la gente entrará y
saliera a cualquier hora. Pero había llegado el tiempo para poner orden en
la ciudad. Nehemías pide a dos hombres de confianza que se encarguen de
la seguridad de las puertas de la ciudad.

Estos, hombres eran su hermano Hanani y otro llamado Hananias. Es


extraordinario el comentario que nos da la Biblia sobre Hananias. Dice que
era un varón de verdad y temeroso de Dios más que muchos. Esto nos
habla de la valentía a toda prueba de este hombre. Su valor era fruto de su
temor a Dios. Hananias temía tanto a Dios que no temía a ningún hombre.
Oh cuanto debemos imitar este comportamiento. Muchas veces tememos
hacer algo para Dios. ¿No será acaso que actuamos así porque no
tememos a Dios?
Estos dos hombres recibieron órdenes de cerrar las puertas durante la
noche, aun cuando haya personas esperando afuera. Ciertamente que
Nehemías no quería correr ningún riesgo que los enemigos de la obra
aprovechen de la oscuridad de la noche para realizar sus fechorías. Hanani
y Hananias tenían a su cargo personas que por turno habían sido
señaladas por Nehemías para resguardar la ciudad.

Tenemos entonces que Nehemías delegó responsabilidades y aseguró la


ciudad. Una vez echo esto prosiguió poniendo orden en la casa.
Necesitaba saber cuantos eran los judíos en su totalidad. Un censo es una
herramienta importantísima para planificar el desarrollo de la población.
Nehemías como buen líder sabía esto y por eso, empadronó al pueblo.

Nehemías 7:5-7 dice: "Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a


los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según
sus genealogías. Y hallé en el libro de la genealogía de los que habían
subido antes, y encontré en él escrito así: Estos son los hijos de la
provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivo
Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá,
cada uno a su ciudad. Los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías,
Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum
y Baana"

Posteriormente, en los versículos 8 a 65 aparecen los nombres y


cantidades de los habitantes.

En los versículos 66 y 67 tenemos el total del censo, dice así: "Toda la


congregación junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin sus
siervos y siervas que eran 7337; y entre ellos habla 245 cantores y
cantoras"

Con esta cifra, Nehemías podía hacer su planificación de desarrollo de la


comunidad. Además de delegar responsabilidades, asegurar la ciudad y
empadronar al pueblo, Nehemías registró las posesiones y ofrendas del
pueblo. Según Nehemías 7:68-69 estas eran sus posesiones: "Sus
caballos,736; sus mulos 245; camellos, 435; asnos, 6720"

Después registra las ofrendas. Nehemías 7:70-72 dice: "Y algunos de los
cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para
el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y 530 vestiduras
sacerdotales. Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra
20000 dracmas de oro y 2200 libras de plata. Y el resto del pueblo dio
20000 dracmas de oro., 2000 libras de plata, y 67 vestiduras
sacerdotales"

Gracias a Dios que tenemos registrado esto en la Biblia, porque esto nos
muestra la meticulosidad con que se debe manejar los dineros del Señor.

Una gran parte de los problemas en las iglesias se debe exactamente al


mal manejo o pésimo control de los dineros que los hermanos ofrendan. Si
tuviéramos la misma meticulosidad y cuidado que ha demostrado
Nehemías estoy seguro que limaríamos muchas de las asperezas en
nuestras iglesias.

Una vez que Nehemías puso la casa en orden, Nehemías 7:73 dice: "Y
habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del
pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel en sus ciudades"

Si, la restauración comienza cuando las cosas se ponen en orden.


Nehemías delegó responsabilidades, aseguró la ciudad, empadronó al
pueblo y registró posesiones y ofrendas. Que Dios nos ayude a seguir su
ejemplo en nuestro diario vivir.

También podría gustarte