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SINDROME DE DOWN

NOMBRE DEL ESTUDIANTE: BLANCA JUTITH TOHON SUTUJ


CARNET: 202103158

UNIVERSIDAD DA VINCI DE GUATEMALA


FACULTAD DE ENFERMERÍA Y CIENCIAS DEL CUIDADO DE LA SALUD
TÉCNICO EN FISIOTERAPIA/TÉCNICO EN ENFERMERÍA
SEDE: ESCUINTLA
CATEDRÁTICO: LIC. NORA CECILIA IXCOPAL XITUMUL DE LEMUS
CURSO: PRACTICA CLINICA PEDIATRICA

SANTA LUCIA COTZUMALGUAPA, ESCUINTLA

31 DE MAYO DEL 2022


DEFINICION:

El síndrome de Down es un conjunto de alteraciones físicas y mentales producidas

por una anomalía genética en las primeras divisiones celulares. Es la anomalía más frecuente

del número de cromosomas; aparece en 1 de cada 800 recién nacidos vivos. Su incidencia aumenta

con la edad materna y así, oscila desde 1 por cada 1.500 nacidos vivos en las mujeres de 20 años,

a 1 por cada 30 nacidos vivos en las mujeres de 45 o más años.

CAUSAS DEL SÍNDROME DE DOWN:

Las células del cuerpo humano tienen 46 cromosomas distribuidos en 23 pares. El

síndrome de Down es una anomalía genética producida por la presencia de un cromosoma

extra (o parte de él) en la pareja de cromosomas 21, de tal forma que las células de estas

personas tienen 47 cromosomas con tres de ellos en el par 21. Las anomalías en los cromosomas

hacen que el cuerpo y el cerebro se desarrollen de forma anómala.


La extensa información existente sobre el síndrome de Down no explica el porqué sucede esta

alteración cromosómica. Los errores durante las primeras divisiones celulares en el embarazo son

muy frecuentes y se producen de forma espontánea sin que exista una justificación aparente. La

mayoría de los fetos con anomalías cromosómicas fallecen antes de nacer; sinembargo existen

algunas enfermedades compatibles con la supervivencia. La más importante en la clínica es el

síndrome de Down.

La existencia de un cromosoma 21 adicional se produce por uno de los siguientes mecanismos:

• Trisomía libre o no-disyunción. La mayor parte de los casos (92,5%) se deben a

que el par de cromosomas 21 del óvulo o del espermatozoide no se separan correctamente

durante las divisiones celulares y la célula reproductora queda con un cromosoma 21 “extra”;

cuando se une con otra célula germinal normal, la nueva célula que resulte de la fusión de

ambas tendrá un cromosoma más en el par 21 y, a partir de ella, se formarán todas las células

del nuevo organismo con 47 cromosomas.


• Translocación. En otros casos, tienen 2 cromosomas del par 21 completos más un

trozo de cromosoma 21 “extra” pegado a otro cromosoma. Las consecuencias son similares

a las del apartado anterior y aparece el síndrome de Down con todas sus manifestaciones. En

la translocación, el padre o la madre actúan como portadores y es importante que si el estudio

genético (cariotipo) del recién nacido con síndrome de Down revela que existe una

translocación, los padres y los hermanos se hagan también el cariotipo para ver si alguno es

también portador.

• Mosaicismo. Es la forma menos frecuente; la alteración genética se produce algo

más tarde, una vez fecundado el óvulo, durante las primeras divisiones celulares. En una de

las células hijas se produce el mismo fenómeno de no-disyunción del primer apartado de

forma que se originan dos líneas de células, una con 47 cromosomas y otra normal con 46

cromosomas. El porcentaje de células afectadas dependerá del momento en que se haya

producido la no-disyunción. Cuanto antes se produzca, mayor será la cantidad de células

afectadas y mayor será la afectación.


FACTORES DE RIESGO EN LA MADRE:

Los factores de la madre que se asocian a un mayor riesgo de un nacimiento de un hijo con

síndrome de Down son:

• La edad de la madre. El 25% de los niños con Síndrome de Down nace de madres

con más de 35 años de edad.

• Tener algún hijo previo con síndrome de Down.

• Tener algún hermano con síndrome de Down.

SÍNTOMAS PRODUCE EL SÍNDROME DE DOWN:

El síndrome de Down reúne varias características físicas, malformaciones y otros problemas

de salud. Los individuos afectados presentan un desarrollo, unas cualidades y un grado de

discapacidad muy diferente entre unos y otros.

No existe ninguna relación entre la intensidad de los rasgos físicos y el desarrollo

intelectual.
LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD PUEDEN SER:

Características faciales especiales:

• Cara aplanada.

• Aplanamiento del puente de la nariz.

• Ojos achinados.

• Epicanto. Presencia de un pliegue en el párpado superior que cubre la

esquina interna del ojo.

• Orejas plegadas que se implantan en una zona más baja de la habitual.

• Boca pequeña.

• Paladar estrecho.

• Dentición anómala.

• Lengua que quiere salir hacia afuera de la boca.

• Cabeza aplanada en el lugar de la nuca.

• Cuello corto.

• Manos anchas y cortas. En los recién nacidos existe con frecuencia un pliegue que

atraviesa transversalmente la palma de la mano.

• Separación amplia entre el primer y segundo dedo de los pies.


• Brazos y piernas cortas.

• Músculos débiles con articulaciones muy flexibles. Si la falta de tono

muscular (hipotonía) es grave puede producir problemas en la alimentación y reducir la

actividad.

• Discapacidad intelectual. Casi todos los niños con síndrome de Down presentan

algún retraso cognitivo. La mayoría presenta un cociente intelectual entre 50 y 70, aunque

hay casos con retrasos profundos con cocientes intelectuales de entre 20 y 35. La discapacidad

intelectual disminuye durante los 10 primeros años de vida y alcanza su estabilidad durante

la adolescencia que se mantiene ya a lo largo de la vida. El progreso intelectual es muy

dependiente del ambiente que rodee al niño.

LAS COMPLICACIONES ASOCIADAS

Las complicaciones de los niños con síndrome de Down pueden ser:

• Cardiopatía congénita, es decir, presencia de una malformación del corazón. Se

encuentra en el 50% de los casos de síndrome de Down. Entre las anomalías más frecuentes

se encuentran el ductus arterioso persistente, los defectos de los tabiques ventricular o

auricular, la tetralogía de Fallot y los defectos en las válvulas del corazón.


• Anomalías gastrointestinales. Se encuentran en el 10% de los casos. Las más

frecuentes son la falta de formación o estrechamiento del duodeno, el páncreas anular y el

ano imperforado. La incidencia de enfermedad celiaca es muy alta en la población con

síndrome de Down. También se encuentra un aumento de incidencia de la enfermedad de

Hirschsprung.

• Crecimiento. El peso, la talla y la circunferencia de la cabeza son menores en los

recién nacidos con síndrome de Down que en los recién nacidos normales. Los individuos

con síndrome de Down suelen tener baja estatura debido a una disminución de la velocidad

de crecimiento en la infancia y en la adolescencia. El estirón puberal se observa a edades más

tempranas, 11 años en los niños y 9,5 años en las niñas. Aunque los niveles de hormona del

crecimiento son normales, parece que su producción está afectada por una disfunción

cerebral.

El índice de obesidad es más elevado en los pacientes con síndrome de Down que en la

población normal.

• Trastornos endocrinológicos. Son frecuentes las enfermedades del tiroides siendo

la más frecuente el hipotiroidismo. El congénito se encuentra en el 1% de los casos y el

adquirido es mucho más frecuente. Durante la vida del niño deben realizarse pruebas de

función tiroidea con frecuencia.

La incidencia de diabetes tipo 1 también se encuentra aumentada entre los pacientes con

síndrome de Down.
• Enfermedades hematológicas. Las enfermedades que afectan a los glóbulos rojos,

a los glóbulos blancos y a las plaquetas son frecuentes en el síndrome de Down. La leucemia

aparece en uno de cada 75 a 100 niños con síndrome de Down. Los recién nacidos con

síndrome de Down tienden a tener una mayor cantidad de glóbulos rojos que los recién

nacidos normales, y durante la infancia suelen tener glóbulos rojos más grandes de los

normal. Los glóbulos blancos suelen estar disminuidos y las plaquetas tienden a estar

elevadas en la infancia.

La leucemia transitoria (trastorno mieloproliferativos o mielopoyesis anormal

transitoria) es una forma de leucemia que afecta casi exclusivamente a recién nacidos con

síndrome de Down. En la mayor parte de los casos no produce síntomas a excepción de unos

sarpullidos en la piel, y desaparece espontáneamente hacia los dos o tres meses de vida aunque

algunos niños pueden enfermar gravemente. Hasta el 26% de los niños con leucemia transitoria,

pueden desarrollar posteriormente una forma de leucemia llamada leucemia aguda

megacarioblástica (también leucemia mieloide del síndrome de Down). Su frecuencia es

aproximadamente 500 veces mayor entre los niños con síndrome de Down. Se desarrolla durante

los cuatro primeros años de vida. El tratamiento es complejo y se asocia a elevadas tasas de

mortalidad.
La leucemia aguda linfoblástica es de 10 a 20 veces más frecuente en los niños con

síndrome de Down. La clínica es similar a la de los niños que no tienen el síndrome y suele

responder a la quimioterapia.

• Sistema inmunológico. El síndrome de Down se asocia a una mayor

susceptibilidad a las infecciones, al desarrollo de enfermedades autoinmunes y de tumores.

• Enfermedades pulmonares. Las complicaciones más frecuentes en los niños con

síndrome de Down son el síndrome de apnea del sueño y el asma. También se han descrito

alteraciones en la vascularización de los pulmones, anomalías de las vías aéreas, aspiraciones

e infecciones del tracto respiratorio.

• Alteraciones de la piel. Las afecciones más frecuentes en el síndrome de Down

son el engrosamiento de la capa más externa de la piel en palmas de las manos y plantas de

los pies, las dermatitis con formación de escamas en las zonas grasas de la piel (dermatitis

seborreica), parches irregulares en la superficie de la lengua (lengua geográfica), manchas

azuladas en el tronco y las extremidades del recién nacido que dan un aspecto “como de

mármol” y que se deben al frío (cutis marmorata), la sequedad de piel y

membranas (xerosis) y la caída del cabello “en parches” (alopecia areata).

• Problemas de visión. Las alteraciones más frecuentes son los defectos de

refracción, estrabismo, nistagmo, cataratas y glaucoma. La incidencia de problemas de

visión aumenta con la edad.


• Pérdida de audición. Es frecuente en estos pacientes. Las otitis medias son muy

frecuentes.

• Fertilidad. Las mujeres con síndrome de Down son fértiles y pueden quedar

embarazadas. Los hombres son, generalmente, infértiles.

• Anomalías urológicas. En el síndrome de Down se ha demostrado un aumento en

la incidencia de hipospadias, criptorquidia, cáncer de testículo y malformaciones renales.

• Inestabilidad atloaxial. Es el aumento de la movilidad entre la primera y la

segunda vértebras cervicales, el cual puede predisponer a una lesión de la médula espinal a

ese nivel. Se manifiesta por dolor de cuello, tortícolis, anomalías al caminar, pérdida del

control del intestino o de la vejiga o alteraciones sensitivas y/o motoras en brazos y piernas.

• Manifestaciones articulares. La frecuencia de artritis es mayor en la población

con síndrome de Down.

• Desarrollo de rasgos similares al Alzheimer a partir de los 35 años.

• Alteraciones psiquiátricas (depresión) y del comportamiento (comportamiento

agresivo, déficit de atención e hiperactividad): Son más frecuentes en niños con síndrome de

Down que en niños normales.


DIAGNOSTICO DEL SÍNDROME DE DOWN

El diagnóstico del síndrome de Down puede realizarse antes o después del parto.

La indicación para detectar su presencia antes del nacimiento depende de las preferencias de los

padres y son ellos los que deciden si quieren descartar/confirmar si su hijo tiene o no un síndrome

de Down.

Las pruebas diagnósticas que se realizan antes del parto pueden ser de rastreo o de

confirmación. Las pruebas confirmatorias conllevan un riesgo de pérdida del embarazo, por lo

que solo se ofrecen a aquellas embarazadas que tengan mayor riesgo de tener un hijo con síndrome

de Down:

• Cuando existen alteraciones genéticas en los padres o en la familia.

• Si la madre es mayor de 35 años.

• Si las pruebas de rastreo dan probabilidades altas de que el feto tenga síndrome de

Down.

Las pruebas de rastreo no conllevan ningún peligro ni para la madre ni para el feto; se

utilizan para calcular el riesgo de que el feto tenga síndrome de Down. Los resultados negativos,

indican que el riesgo de que el niño tenga síndrome de Down es menor de 1 caso entre 250 y no

se recomienda realizar más pruebas. Cuando los resultados de las pruebas de rastreo son positivos

no indican que exista síndrome de Down, solamente que el riesgo es mayor de 1 caso entre 250.
En este caso se ofrece la posibilidad de realizar pruebas de confirmación y puede ser útil el consejo

genético.

Las pruebas de rastreo son las siguientes:

• Primer trimestre del embarazo:

• Ecografía de la nuca del feto.

• Análisis de sangre en la madre para determinar la unidad beta de la hormona

gonadotropina coriónica humana y la proteína A asociada al embarazo.

• Segundo trimestre del embarazo:

• Ecografía.

• Análisis de sangre en la madre para determinar

la alfafetoproteína, el estriol, la gonadotropina coriónica humana total y

la inhibina A. Este análisis se denomina prueba triple o cuádruple en función de si se

determinan las tres primeras pruebas o las cuatro.


LAS PRUEBAS DE CONFIRMACIÓN SON:

• Amniocentesis. Se realiza alrededor de la semana 16 del embarazo. Consiste en el

análisis de una muestra del líquido amniótico que rodea al feto, extraída mediante una

punción en el abdomen de la madre dirigida mediante ecografía. Solo se recomienda en casos

de que exista un riesgo elevado de síndrome de Down debido a que puede producir un aborto

en 1 de cada 100 casos.

La prueba de la amniocentesis puede presentar falsos positivos (el resultado del cariotipo

es positivo pero luego realmente el niño no tiene el síndrome) y falsos negativos (el niño nace con

síndrome de Down y las pruebas no lo han detectado). Estos resultados pueden originar situaciones

muy dolorosas, por lo que siempre es aconsejable valorar con el médico la indicación de la prueba.

• Biopsia de vellosidades coriónicas. Consiste en el análisis del tejido de la placenta.

Se realiza a partir de la octava semana del embarazo. El riesgo de aborto es algo mayor que

el de la amniocentesis.

Cuando no se realiza el diagnóstico antes del parto, los recién nacidos con síndrome de

Down se reconocen por sus rasgos característicos. El diagnóstico de confirmación se establece

mediante un análisis cromosómico (cariotipo) a partir de una muestra de sangre.


COMO DETECTAR EL SINDROME DE DOWN:

• La incidencia del síndrome de Down es relativamente alta y depende de la edad

materna.

• El síndrome de Down se asocia a múltiples enfermedades y requiere un coste

elevado tanto económico como psicológico a las familias.

• Las pruebas que lo diagnostican están disponibles.

• La mayor parte de las mujeres que reciben el diagnóstico de síndrome de Down

deciden interrumpir sus embarazos.

• Existen asociaciones del síndrome de Down que ofrecen su apoyo a las familias que

deciden continuar con el embarazo.

TRATAMIENTO DE SÍNDROME DE DOWN:

El síndrome de Down no es una enfermedad y, por lo tanto, no precisa tratamiento

médico como tal. No existe ninguna medicina o tratamiento que puede eliminar el cromosoma

“extra”. No obstante, estos pacientes presentan unas características especiales y unas

complicaciones que deben ser evaluadas regularmente.

Inmediatamente después del nacimiento se deben realizar todo tipo de pruebas para evaluar

el estado de salud del niño con síndrome de Down y enfocar su evolución. Es importante acudir a

las revisiones pediátricas de rutina para identificar y tratar cualquier problema que se detecte a

nivel de:
• Crecimiento. Las medidas de los pacientes con síndrome de Down deben ser

evaluadas para observar si existe retraso del crecimiento, asociado o no a otras alteraciones

como hipotiroidismo o enfermedad celiaca, o si la ganancia de peso es excesiva. Para prevenir

el sobrepeso a partir de los 24 meses se debe prestar especial atención a la dieta y promocionar

la actividad física.

• Cardiovascular. Todos los recién nacidos con síndrome de Down deben ser

valorados para detectar posibles enfermedades congénitas del corazón y se deben realizar

revisiones periódicas hasta la vida adulta por la posibilidad de desarrollar anomalías en las

válvulas del corazón. La corrección de estas anomalías suele ser quirúrgica.

• Audición. La revisión de la audición debe realizarse cada 6 meses desde recién

nacido hasta los cuatro o cinco años. A partir de esta edad se revisa anualmente. También es

importante diagnosticar y tratar las otitis medias que son muy frecuentes en estos niños.

• Alteraciones oftalmológicas. Entre el nacimiento y los seis meses de edad se debe

realizar un rastreo para detectar estrabismo, nistagmo y cataratas. Los defectos de refracción

aparecen en el 50 % de los niños con síndrome de Down entre los tres y los cinco años de

edad; requieren revisiones anuales hasta los 5 años, cada dos años entre los 5 y los 13 y cada

tres años a partir de esta edad.

• Función tiroidea. Las pruebas de función tiroidea deben realizarse al nacer, a los

seis meses y al año, después anualmente. El retraso de crecimiento asociado a aumento de

peso es sugestivo de hipotiroidismo.

• Enfermedad celiaca. Las pruebas para su detección deben comenzar al año de

edad.
• Hematología. A los niños con síndrome de Down se les deben realizar análisis de

sangre periódicos desde el nacimiento para rastrear posibles desórdenes como una leucemia

o policitemia (exceso de glóbulos rojos).

• Enfermedad periodontal (inflamación de las encías). Es más frecuente en los

pacientes con síndrome de Down y cursa con dolor, inflamación y periodos de infección

aguda. La correcta higiene dental es fundamental y se debe visitar al odontólogo cada 6

meses. La ortodoncia es recomendable en los casos necesarios siempre que se cuente con la

colaboración del paciente, lo que no es posible en todos las ocasiones.

• Inestabilidad atloaxial. Se recomienda realizar una cuidadosa exploración

neurológica anual en busca de signos de afectación medular. Se recomienda precaución en la

práctica de deportes de contacto y se desaconsejan los saltos de trampolín. En los casos con

síntomas se debe valorar la posibilidad de realizar corrección quirúrgica. La inestabilidad

atloaxial produce afectación de la médula espinal en la mayor parte de los casos. Los niños

con síndrome de Down en los que las radiografías demuestren esta alteración deben ser

seguidos muy de cerca.

• Problemas psiquiátricos y de comportamiento. El manejo de esta clase de

problemas puede requerir consejo específico con participación del colegio, de la familia y, en

muchos casos, con medicación.

• Apnea del sueño. Los ronquidos durante el sueño, la falta de descanso nocturno y

la posición al dormir deben ser valorados en las revisiones médicas de estos pacientes. Se

recomienda realizar un estudio del sueño a todos los niños con síndrome de Down a los cuatro

años.
• Enfermedad de Alzheimer. Es más frecuente en estos pacientes y suele

manifestarse a una edad temprana.

Los pacientes con síndrome de Down pueden necesitar:

• Medicamentos, como antibióticos para tratar las infecciones u hormonas tiroideas

si desarrollan hipotiroidismo.

• Cirugía, para corregir anomalías como defectos del corazón, obstrucciones

intestinales o malformaciones de la columna vertebral.

• Diferentes terapias como logopedia, estimulación física y consejos dietéticos.

Los adolescentes y los adultos con síndrome de Down suelen necesitar terapia ocupacional

para aprender oficios y ser independientes. Pueden necesitar consejo especializado respecto a las

habilidades sociales y las emociones.

No hay evidencias científicas respecto al efecto beneficioso que el suministro de suplementos

antioxidantes en la dieta pudiera ejercer en los pacientes con síndrome de Down.


CUÁL ES EL PRONÓSTICO DE LOS AFECTADOS:

La esperanza de vida de los pacientes con síndrome de Down es algo menor que la de

la población normal.

¿Cómo ayudar al niño con síndrome de Down desde su entorno?

Los padres de los niños con síndrome de Down juegan un papel importantísimo para

conseguir que el niño desarrolle todo su potencial afectivo e intelectual. Estos niños necesitan más

tiempo que el resto para alcanzar sus metas; los padres deben ser pacientes, constantes y optimistas,

y deben apoyarles y animarles durante el camino. Las investigaciones realizadas en este campo

han demostrado que la intervención temprana (durante los tres primeros años de vida) a nivel

educacional beneficia enormemente a los niños con síndrome de Down.

Bebés y niños menores de tres años

• Motricidad. Se puede ayudar a fortalecer su musculatura desde el juego. Conforme

vaya creciendo, el médico y el fisioterapeuta elaborarán un programa de ejercicios para

aumentar la fuerza muscular y desarrollar habilidades físicas como sentarse, mantenerse de

pie y caminar correctamente. En general, la edad media a la que comienzan a sentarse (11

meses), caminar a gatas (17 meses) y andar (26 meses) es el doble que la normal.

• Alimentación. Se puede ayudar a que el niño coma por sí solo sentándole a la mesa

con el resto de la familia a las horas de las comidas. El aprendizaje debe realizarse de forma

gradual; al principio se le puede permitir que utilice los dedos para comer.
• Vestido. Se le debe dedicar un tiempo adicional para que aprenda a vestirse por sí

solo. Por ejemplo, el abrochar y desabrochar botones desarrolla su psicomotricidad fina.

• Comunicación. Los niños con síndrome de Down suelen empezar a hablar más

tarde (sobre los 18 meses), aunque entienden lo que se les dice. Algunas medidas simples

como mirar a los objetos de los que se está hablando y el lenguaje de signos pueden ayudar a

establecer la comunicación.

• Aseo e higiene. Se debe explicar al niño la importancia de la higiene y de su aspecto

físico estableciendo una rutina diaria de baño y aseo personal.

• Socialización. Se debe fomentar que los niños con síndrome de Down se relacionen

con niños de su edad y que se mantengan físicamente activos. Es recomendable que participen

en programas con monitores especializados.

Niños en edad escolar

• Educación. Es importante implicarse en la educación del niño y tener grandes

expectativas para él. Se les debe proporcionar mucho ánimo. Muchos niños con síndrome de

Down pueden participar en grupos de niños normales mediante una adaptación

curricular.

• Actividad física. Es recomendable realizar actividades físicas de forma conjunta

con el niño; le proporcionará bienestar y evitará que desarrolle sobrepeso.

Adolescencia

Los padres deben estar especialmente atentos a las dificultades sociales que puedan presentarse

durante esta etapa de la vida, para orientar a los niños hacia unas relaciones sanas durante su vida

adulta:
• Se les debe inculcar el respeto hacia su cuerpo y el de los demás.

• Se les debe hablar abiertamente sobre la moral y las creencias personales.

• Se les debe hablar sobre las relaciones sexuales de forma que lo puedan entender.

• Se les debe hablar sobre los métodos anticonceptivos y sobre la forma de evitar la

transmisión de enfermedades sexuales.

Vida adulta

La mayoría de personas con síndrome de Down, a las que se les ha proporcionado la

atención adecuada desde su nacimiento, adquieren la autonomía necesaria para desenvolverse en

la vida cotidiana y vivir de forma independiente en centros especializados. La mayor parte de estos

centros exigen unos niveles mínimos de auto-suficiencia respecto a la capacidad de alimentarse,

vestirse y a la higiene personal.

Al igual que el resto de personas, los adultos con síndrome de Down se benefician si están

ocupados o trabajan fuera de casa y si mantienen actividades físicas o deportivas.

También se les debe estimular en actividades artísticas.

Las personas con síndrome de Down tienen un riesgo mayor que el resto de padecer

depresión, especialmente con las pérdidas de seres queridos. Lo suelen manifestar mediante

cambios en su comportamiento y puede ser necesario solicitar ayuda especializada.


REVISIONES PERIÓDICAS DE LOS PACIENTES CON SÍNDROME DE DOWN

De 1 mes a 12 meses

• Examen Ocular y audiológico (descartar alteraciones oculares y auditivas)

• Ingreso en programas de estimulación precoz

• Vacunación de acuerdo al esquema general

De 1 a 4 años

• Evaluación audiológica anual

• Evaluación de la visión (oftalmológica) anual

• Radiografías cervicales en flexión y extensión anualmente después de los 2 años

• Evaluación de la función tiroidea (TSH y T4) al menos en una ocasión

• Examinar con los padres los planes educacionales: guardería/ preescolar

De 4 a 15 años

• Revisión crecimiento y desarrollo psicomotor

• Evaluación Oftalmológica anual

• Estudio anual de la función tiroidea

• Control de peso y hábitos nutricionales

• Atención al progreso escolar y educativo

• Atención a la higiene dental

• Examinar con los padres planes educacionales y los problemas relacionados con el

despertar de la sexualidad
TIPOS DE EVALUACIONES PARA EL SINDROME DE DOWN:

Tratamiento fisioterapéutico para síndrome de down

Ejercicios en la pelota ayudara a desarrollar su las habilidades motrices las habilidades

motrices, aumentar la fuerza muscular y mejorar la postura y el equilibrio.

Ejercicios darse vuelta, gatear y alcanzar objetos ayuda a los bebés a aprender sobre el mundo

que los rodea y a interactuar con él.


Ejercicios terapéuticos flexión y extensión en el miembro inferior la disminuir la hipotonía,

abdominales en la colchoneta ayudándoles a levantarlos lo menos posible, rotaciones en los pies de los

niños, subir escalones, motivarlos a caminar mas para su desarrollo motor.

La terapia del habla y del lenguaje puede ayudar a los niños con síndrome de

Down a mejorar sus habilidades de comunicación y a usar el lenguaje de manera más

efectiva.

o Los niños con síndrome de Down suelen aprender a hablar más tarde

que sus pares. Un terapeuta del habla y del lenguaje puede ayudarlos a desarrollar las

habilidades necesarias para la comunicación más temprano, por ejemplo, cómo imitar

los sonidos. El terapeuta también puede enseñarle al bebé a mamar, ya que amamantarse

puede fortalecer los músculos que luego se utilizan para hablar.5

o En muchos casos, los niños con síndrome de Down comprenden el

lenguaje y tienen deseos de comunicarse antes de poder hablar. Un terapeuta del habla

y del lenguaje puede ayudar al niño a utilizar medios alternativos de comunicación,

como el lenguaje de señas o imágenes, hasta que aprenda a hablar.7

o Aprender a comunicarse es un proceso continuo, por lo que una persona

con síndrome de Down podría también beneficiarse al recibir terapia del habla y del

lenguaje durante los años escolares e incluso después. El terapeuta puede ayudar a

mejorar las habilidades para conversar, pronunciar y comprender lo que se lee

(comprensión lectora), así como para aprender y recordar palabras.


• La terapia ocupacional ayuda a encontrar maneras de ajustar las actividades y

las condiciones de la vida cotidiana a las necesidades y las habilidades de la persona.

o Este tipo de terapia enseña habilidades para el cuidado personal5 como

comer, vestirse, escribir y usar una computadora.

o Un terapeuta ocupacional podría brindar herramientas especiales que

ayuden a mejorar el funcionamiento diario, tales como un lápiz más fácil de agarrar.

o En la escuela secundaria, un terapeuta ocupacional podría ayudar a los

adolescentes a identificar trabajos, carreras o habilidades que se adapten a sus intereses

y capacidades.

Las terapias emocionales y conductuales ayudan a responder a los patrones de conducta

deseable o no deseable. Los niños con síndrome de Down pueden sentirse frustrados debido a la

dificultad para comunicarse, desarrollar comportamientos compulsivos y tener el Trastorno por Déficit.

Dispositivos de asistencia

Cada vez es más común que las intervenciones para niños con síndrome de Down incluyan

dispositivos de asistencia —cualquier tipo de materiales, equipos, herramientas o tecnología que

potencie el aprendizaje o facilite la realización de tareas. Algunos ejemplos son los dispositivos de

amplificación para problemas auditivos, las bandas que ayudan al movimiento, los lápices especiales

que facilitan la escritura, las computadoras con pantalla táctil y los teclados de computadora con letras

grandes.
COMENTARIO

Es muy importante las evaluaciones temprano para poder llevar a tiempo un buen tratamiento

fisioterapéutico, para el buen desarrollo motor del niño con síndrome de Down , ya que los ejercicios

terapéuticos les ayudaran a disminuir la hipotonía muscular, a desarrollar mas sus habilidades y la

marcha para tener una mejor alineación postural para mas adelante tener una mejor calidad de vida.

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