Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POLÍTICOS Y PARTICIPACIÓN
DEMOCRÁTICA
CONCLUSIONES……………………………………………………………… 46
[2]
INTRODUCCIÓN
Por otra parte los que adoptan al hombre como objeto de estudio, pueden estudiar
al adulto normal “psicología experimental y psicología social”, al niño “psicología
infantil” o al adulto enfermo “psicología clínica” o bien pueden estudiar las diferencias
observadas entre individuos “psicología diferencial”.
[3]
CAPÍTULO I
PSICOLOGIA Y PSICOLOGIA SOCIAL: HISTORIA Y CONCEPTO
Historia de la psicología
¿Qué fue lo que hizo que la psicología dejase de ser una parte de la filosofía para
convertirse en ciencia? Principalmente el uso de instrumentos y técnicas que habían
sido empleadas con éxito en las ciencias naturales, cuando los que buscaban
respuestas dejaron de confiar en su intuición y su propia experiencia y comenzaron a
reunir información cuidadosamente a través de observaciones sistemáticas y
experimentos controlados y entonces dejaron de ser filósofos para convertirse en
científicos.
[4]
física y la expresión oral así como otros procesos mentales que no puede ser
observados directamente, tales como: La percepción, el pensamiento, el recuerdo y
los sentimientos.
[5]
El génesis de la psicología social deriva de la psicología, sociología, antropología
y la biología.
Psicología social.
Sin embargo, la psicología social es la razón por la cual una persona se relaciona
con un grupo de gente aunque no esté de acuerdo con lo que este grupo dice o
hace.
[6]
e) Es el estudio sistematizado del comportamiento del ser humano dentro de su
ambiente social y cómo interactúan. El ambiente social se ve impactado por el
hombre y el hombre se ve impactado por el ambiente social, donde es una constante
evolución del ser humano con su entorno social.
En definición, Psicología es el estudio del alma del ser humano así como la
conducta emocional de cada individuo, es también la que se encarga del estudio del
hombre, y de qué manera se relaciona con las personas que le rodean en diferentes
ámbitos de su vida social.
[7]
CAPÍTULO II
APORTES DE LA PSICOLOGIA GENERAL Y LA PSICOLOGIA SOCIAL
[8]
h) Motivación y emoción. Porque comemos. Como lo hacemos. Trastornos de la
conducta alimenticia. Sexualidad. Fisiología. Respuesta sexual humana y
activación del deseo sexual. Homosexualidad.
i) Estrés y afrontamiento. El síndrome de adaptación general “SAG”. Lucha o
huida. Estrés. Desarrollo. Ansiedad. Las enfermedades del estrés. Los cambios
de la vida y sus contratiempos. Los patrones del comportamiento tipo a.
ansiedad en un examen. Agotamiento. El estrés en la familia.
j) Los orígenes y el comienzo de la vida. Génesis y ambiente. Como se trasmiten
los rasgos genéticos. Las tres etapas del desarrollo prenatal. Nacimientos
múltiples y sus riesgos. Procesos del parto. Diferentes maneras de dar a luz.
Complicaciones durante el parto. Traumas durante el parto.
k) Aporte del estudio a la infancia. Como nos desarrollamos físicamente. Quien es
el recién nacido. Como influye en el desarrollo físico la naturaleza y la crianza.
Como nos desarrollamos intelectualmente. Las teorías de Piaget sobre el
desarrollo cognitivo. Como se desarrolla la psiquis emocionalmente. Teoría de
Erickson sobre desarrollo psicosocial. Diferencias individuales en el
temperamento. El apego. Como se produce el apego. Importancia del contacto
temprano entre madre y niño. Aprendiendo a relacionarse como iguales varón y
mujer. Diferencias de sexo y roles sexuales
l) Aporte de la ciencia psicológica de la adolescencia. Cambios fisiológicos.
Desarrollo cognitivo. Desarrollo moral. Desarrollo social, Edad adulta temprana
y media. Estado físico y saludad en la juventud y en la madures. Personalidad y
desarrollo social en la edad adulta. Edad adulta tardía. Estado físico de salud
de los ancianos. Personalidad y desarrollo social e intelectual.
m) Aporte evaluación de la personalidad. Enfoque psicoanalítico. Aproximación
ambientalista o de aprendizaje. Enfoque humanista. Teoría de tipo rasgo. La
controversia persona situación.
n) Aporte de la psicología anormal. Trastornos neuróticos. Trastornos por
ansiedad. Trastornos somatoformes. Trastornos disociativo. Causas de los
trastornos. Trastornos afectivos. Depresión y manía. Trastornos bipolares.
[9]
Trastornos de la personalidad. Personalidad paranoide. Personalidad anti
social. Trastorno pasivo agresivo de la personalidad. Trastorno esquizofrénico.
o) Aporte psicológico de terapia. Quien acude a la terapia. Quien proporciona la
terapia. Distintas formas de terapia. Terapia dinámica. Humanista. Conductista
y otras tendencias importantes de la psicoterapia. El enfoque familiar y de
grupo. Terapias médicas. Psicocirugía. Terapia electro convulsiva de schock.
Tratamiento farmacológico. Terapia ambiental.
p) Aporte psicológico de la influencia social. Las personas en grupo. Normas y
roles. Conformidad. Obediencia a la autoridad. Altruismo o comportamiento pro
social. Medidas de actitudes. Como formamos las actitudes. Como nos
convencen para cambiar nuestras actitudes. Cuál es la relación entre actitudes
y comportamiento. Como podemos reducir los prejuicios.
q) Nuestra relación con las personas que nos interesan. Enamorados y amigos.
Como nos sentimos atraídos por otras personas. Atracción interpersonal.
Estudio de la atracción. Medida de la atracción. Como tomamos decisiones
acerca de otras personas. Percepción de la persona y teoría de la atribución.
Que nos atraen de otra persona. Proximidad. Apariencia física. Otras
características personales. Reciprocidad. Porque somos atraídos y
mantenemos la relación. Recompensa. Teoría del reforzamiento. Teoría del
intercambio. Damos y recibimos. Teoría de la equidad. Amistad. Amor. Clases
de amor. Cuerpo y alma. Fisiología del amor apasionado. Matrimonio y divorcio.
[10]
resultados al desarrollo de los pueblos, los grupos sociales, la política, la religión, el
deporte, universidades, empresas y sobre todo el grupo más importante que es la
base de la sociedad. La familia. Por este motivo hablemos del aporte de la psicología
social a la familia.
[11]
supervivencia económica y sociales, estructura edipica y estructura social
organizadas.
Las familias para el cumplimiento de esas funciones sobre las bases de los
diferentes sexos, edades, roles, prescritos, madre, padre, hijos, hermano, esposo,
esposa y roles funcionales sometidos a una interacción dinámica interna y a un
intercambio con el exogrupo. Además las familias se ven como un objeto de estudio
bidimensional. Superación en dos niveles. En calidad de institución social cuya vida y
forma está determinada por la sociedad donde está insertada y como unidad
psicológica particular, como micro sistema de cualquier grupo familiar incluyendo el
conjunto de variables para evaluar la estructura y el funcionamiento de la familia.
Ahora bien, como enfocamos la Familia nuclear. En ese sentido se puede destacar
la Presencia hasta 2 generaciones. Padre e hijos. Matrimonio con hijos y sin ellos y
Hermanos solos. Si la pareja sufrió muerte separación o divorcio, uno de los dos
conyugues es nuclear y puede denominarse familia monoparental.
Familias mixtas o ampliadas. Cualquier tipo de familia que rebasa las anteriores.
Puede incluir otros parientes.
[12]
Familia punalua: tiene lugar en la época del salvajismo, el matrimonio era por
grupo. Las relaciones sexuales eran limitadas a los miembros de la tribu. Existía
además un compañero íntimo.
Familias sindíasticas: existe una pareja aunque débil, que permite tanto al hombre
como a la mujer tener relaciones con miembros de la comunidad.
Familia monogámica: que surge del matrimonio, del mismo nombre en la época de
la civilización. Producto de la Aparición de la propiedad privada y de la necesidad de
saber exactamente la paternidad con el fin de trasmitir los bienes de herencia.
Sin embargo, la familia ha sido abordada por diferentes ciencias a partir de las
peculiaridades de cada una de ellas y de sus intereses específicos. La filosofía, la
sociología, el derecho y la psicología, entre otras, han aportado el significado del
concepto con diferentes niveles de generalidad de la psicología social.
[13]
CAPÍTULO III
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL.
La curiosidad por el lenguaje humano lleva muy pronto a interrogarse sobre las
relaciones entre lenguaje y pensamiento. Desde la antigüedad religiones y filosofías
han considerado el pensamiento como una facultad del alma o de la mente, en tanto
que el lenguaje se le atribuye el papel de mero representante del pensamiento.
Según esto, las palabras son expresión de las ideas y, por tanto, primero son las
ideas y después las palabras que sirven para exteriorizarlas. Esta concepción, bajo
diferentes versiones ha perdurado a lo largo de los siglos.
En esas edades los niños ya dicen sus primeras palabras con significados y
función, y también por esa época pueden imitar comportamientos que han observado
con anterioridad.
También es a esta edad cuando aparecen los primeros juegos simbólicos, juegos
en los que el niño atribuye a los juguetes y a las acciones un significado que
trasciende sus características reales. El niño hace como si una calabaza fuera un
camión o da de comer, simbólicamente, una cucharada vacía a sus muñecas.
[14]
función simbólica, que es la base de la aparición de dichos comportamientos. Las
palabras son entonces manifestaciones del conocimiento simbólico interiorizado.
[15]
configurar los pensamientos?, en cualquier caso es cierto que los pensamientos
tienen casi siempre un substrato lingüístico y que hablar y pensar son dos procesos
mentales estrechamente relacionados que se condicionan mutuamente. Como suele
ocurrir en casi todas las cuestiones polarizadas, la solución no parece encontrarse
escondida en ninguno de los dos extremos.
Los contenidos del lenguaje se amplían a medida que el niño amplía sus
conocimientos sobre el mundo y adquiere conceptos progresivamente más
abstractos pero, al mismo tiempo, el lenguaje que rodea al niño desde el nacimiento
como una parte inseparable de su experiencia afectiva y social, le ayuda a conocer la
realidad y a nombrarla.
Una vez que el niño ha aprendido a nombrar los primeros objetos y relaciones
conceptuales, es posible que el lenguaje adquirido modifique la percepción de la
realidad y ayude a construirla mentalmente, en consonancia con el medio cultural en
que vive. Visto así, el lenguaje no solo es un instrumento para la comunicación sino
que también mediatiza la percepción de la realidad y ayuda a configurar el
pensamiento y a resolver problemas, es fin, el lenguaje es un instrumento de la
construcción social, y un determinante de la misma.
[16]
ACTITUDES Y AVITOS DETERMINANTES DE LA CONDUCTA SOCIAL
Los humanos estamos “condenados” de por vida a una existencia social basada
en la comunicación interpersonal. La capacidad o disposición para esta actividad
relacional depende en gran medida de nuestra propia habilidad. Se entiende como
habilidad social el grado de éxito personal de las en las interacciones que tiene lugar
en la esfera social, es decir, en cualquier situación que incluya a otros
independientemente del ambiente, de los objetivos o de los participantes. Dentro de
este ámbito de intercambios sociales hay una interminable variedad de actividades
que van desde saludar hasta comprar en un comercio o mantener una conversación
íntima con una persona significativa.
[17]
transformación de la institución familiar, la integración de la mujer en el mundo
laboral, el incremento de la delincuencia y competitividad social, entre otros. Factores
estos que pueden conducirnos a una sociedad cada vez más deshumanizada: poca
gente conoce a sus vecinos, o pasea para encontrar a los amigos, o va al bar o al
casino a encontrar gente. Día a día se hace mayor la dificultad para desarrollar o
mantener esas habilidades que son fruto de una relación interpersonal, las
habilidades sociales, por lo tanto, en construcción social, no es fácil intentar
establecer una definición rigurosa de lo que se entiende por habilidades sociales,
dado que estas varían en función del contexto en el que aparecen. Factores
culturales, la edad, el sexo o la clase social, estos son aspectos que influyen cuando
pretendemos matizar lo que representa una conducta socialmente habilidosa.
[18]
expertas en el tema sobre que se está hablando, o por aquellos que han demostrado
dignos de confianza. Los que están discutiendo un punto de vista con el que ellos
personalmente no tienen nada que ganar, los que no están tratando de que nos
pongamos de su parte y los que no se parecen a nosotros. Por ejemplo, los
estudiantes de raza negra del penúltimo año de la escuela superior estaban más
dispuestos a limpiarse más a menudo sus dientes después de haber oído un
mensaje sobre los cuidados dentales adecuados cuando este era emitido por un
dentista negro que sí lo era por un dentista blanco, sin embargo de acuerdo con el
efecto de latencia “una fuente de gran credibilidad tiene mayor impacto
inmediatamente después de trasmitir el mensaje y su mayor nivel de credibilidad se
disipa después de cuatro semanas. Esto se debe, probablemente, a que muchas
personas olvidan a quien y en qué lugar oyeron por vez primera el mensaje” Kelman
y Hovland, 1953.
Las llamadas a nuestras emociones parecen ser más efectivas que las llamadas a
nuestro sentimiento de la lógica. Muchas campañas persuasivas se basan en el
[19]
miedo: ¿Qué le pasara al mundo si no vota por este candidato? ¿Qué le pasara si
conduce después de beber? ¿Qué le pasara a su familia si no contrata un seguro de
vida? En general, los mensajes que inducen niveles moderados de temor tienen más
probabilidad de cambiar nuestra actitud. Si un mensaje resulta bastante
atemorizador, apagamos el interruptor “para librarnos de la incomodidad”, pero si no
nos asusta lo suficiente no conseguirá nuestra atención.
Según los psicólogos si usted interactúa con una o más personas ya está en un
grupo. ¿Qué implica esta relación mutua? Que los miembros del grupo son
conscientes uno del otro, que se toman en cuenta mutuamente, que su relación tiene
cierta continuidad y que tienen un pasado común y un futuro previsible. McGrath y
Kravitz, 1982.
En otras palabras, las personas que le empujan en una calle atestada de una
ciudad no constituyen un grupo del cual usted sería un miembro, a no ser que
sucediera algo que les obligara a detenerse y se prestaran mutuamente atención. Si,
por ejemplo, usted viera de repente a un individuo a punto de saltar al vacío desde lo
alto de un edificio y junto a algún otro transeúnte se detuvieran a observarle,
ayudarle o a animarle a saltar, desde este momento formarían parte de un grupo.
Pertenecemos a muchos grupos diferentes, desde el más básico, la familia, hasta las
agrupaciones infantiles, las clases en la escuela y unas cuantas asociaciones
basadas en los intereses comunes de sus miembros. Los grupos más significativos,
los que están formados por los amigos y la familia, poseen una larga historia y se
[20]
extiende ante ellos una esperanza de futuro. Otros – como los miembros de un
seminario de psicología o los invitados a una fiesta – duran un corto periodo de
tiempo y no tienen ningún futuro previsible. Pero siguen siendo grupos, porque sus
miembros están interactuando y en algún momento son interdependientes.
[21]
repertorio de conductas, de manera que incluso cuando estamos solos en casa, por
ejemplo, llevamos ropa encima y comemos con cuchillo y tenedor.
Probablemente a causa de las impresionantes preguntas surgidas de la tragedia
del holocausto, sin precedentes y no imaginable con anterioridad, es por lo tanto que
la psicología social apareció un fuerza después de la II Guerra Mundial, lo cual
resulta importante hacerlo notar. Steiner 1979.
[22]
sociales…, pero también la influencia que ejerce el grupo en nuestra conducta como
individuos.
Casi con toda seguridad, ninguno de los participantes en un linchamiento ha
cometido un asesinato con anterioridad ni lo cometerá en el futuro, pero el pertenecer
de repente a un grupo hace que personas que no matarían una mosca se
transformen en una masa capaz del comportamiento más abyecto.
¿Por qué ocurre esto? Formar parte de un grupo nos crea la sensación de
anonimato, de personas no identificables; es lo que se conoce como “des
individualización”. En casos así, sentimos menos preocupación por lo que los demás
piensen sobre nosotros, porque todos hacemos lo mismo y nadie va a identificarnos.
Las mayores atrocidades se cometen cuando mayor es el grupo. Muchas ilustres
personas se comportan como auténticos energúmenos en partidos de futbol,
conciertos de rock…
¿Por qué nos comportamos como todo el mundo?
Aunque no se nos exija hacerlo, la mayoría nos comportamos como los demás
miembros del grupo. Los experimentos demuestran que si los demás dicen algo
equivocado, somos proclives a corroborarlo. Esta conformidad depende de algunos
factores:
El tamaño del grupo: Solemos estar más de acuerdo con un grupo numeroso que
con uno más pequeño; pero si el grupo es excesivamente grande la adhesión
disminuye.
Unanimidad: Si todo el grupo parece estar de acuerdo en algo, tendemos a
adherirnos a la opinión mayoritaria; solo si alguien manifiesta una discrepancia,
empezamos a cuestionarnos si estar de acuerdo con la mayoría o no.
El tipo de sociedad: En todas las culturas se da el conformismo con el grupo pero
en las que prima el bienestar individual hay menos conformismo que en las que
prima el bienestar social.
Ser hombre o mujer: Estudios realizados en 1950 demostraban que la mujer era
más conformista; investigaciones posteriores (78 y 90) dicen que no es así.
[23]
Por lo tanto, la comunicación es la coyuntura que nos trasmite el conocimiento de
nuestros antepasados, sus creencias, valores, cultura, para vivir el presente en base
a lo aprendido en el campo experiencial. Sin comunicación es imposible el desarrollo
social. Se dificulta y tendremos a permanecer en el anonimato, la comunicación es
pues, un determinante decisivo, en el desarrollo de nuestra sociedad.
Comunicación verbal, escrita, visual, por señas, interpretación sentimental de las
palabras, los gestos, las mímicas, las lágrimas, todo representa un comunicado de
construcción social.
[24]
La teoría de la atribución propuesta por Frietz Heider “1958”, tendemos a atribuir la
conducta de las demás a una de dos causas posibles: A algo interno o realidad
interna “Rasgo de personalidad a los propios esfuerzos”, o algo externo o realidad
externa como la “situación social, las Acciones de otras personas o la suerte” .
[25]
Algunos de los individuos de Milgram se horrorizaron con las ordenes que recibían
y simplemente rehusaron administrar descargas eléctricas, y algunos buenos
samaritanos de los cuales hablare luego no dejaron de ayudar a los otros, incluso en
el caso de eso le hiciera llegar tarde a su propia cita. Parece que algunos aspectos
de su personalidad les llevaba a trascender la situación. Así pues, todavía es difícil
predecir la manera en que uno o un grupo va a comportarse tanto a partir del
conocimiento de su personalidad, como de la situación en que se encuentra. Es
importante recordar que lo que hacemos depende de la interacción entre quienes
somos y donde estamos. Incluso sabiendo que no es posible una predicción perfecta
sigue siendo importante buscar raíces del comportamiento, especialmente porque
ciertos tipos de comportamiento como la agresividad o el altruismo tienen un impacto
importantísimo tanto en la sociedad en su conjunto como a nivel individual.
Tanto ayudar como hacer daño a otra persona forma parten de la larga historia de
la humanidad, estas tendencias forma parte de nosotros o nos han enseñado. ¿Qué
es lo que las hace aflorar? ¿Qué es lo que hace que nos comportemos de un modo u
otro? Echemos un vistazo a los fundamentos del altruismo que ha sido definido como
el comportamiento que se lleva a cabo para beneficiar a otros sin esperar
recompensas de fuentes externas.
Altruismo o comportamiento pro social, las personas se ayudan a otras de alguna
manera: dando dinero, sangre o tiempo. La mayor parte de esta ayuda va dirigida a
la familia y amigos pero también alcanza a los extraños que nunca conoceremos.
La mayoría de nosotros realizamos una gran variedad de acciones, de ayuda que
implican cierto coste, auto sacrificio o riesgo por nuestra parte: participamos en
marcha por los derechos civiles, o en boicots, dejamos de lado nuestros propios fines
por el mayor bienestar de otros, etc. Estas redes de existencia entrecruza la vida de
cada día, y aun así la mayor parte de la conducta de ayuda y atención que damos y
recibimos pasa a menudo inadvertida a través del tiempo, los psicólogos han
intentado ahondar en las razones que subyacen al comportamiento altruista. Demos
una mirada. Demos un vistazo observando un tipo de ayuda muy específico, el que
se presta un desconocido en una emergencia.
[26]
Ayudar a un extraño en apuro.
La multitud que estaba en el andén del metro de Nueva York se espantó al ver a
un hombre ciego de 75 años que tropezaba y caía entre los vagones del tren que
estaba a punto de ponerse en marcha. Un hombre de entre la multitud – Reginald
Andrews, un padre sin empleo de 29 años que regresaba a su casa después de
haber rellenado otro solicitud de trabajo – salto sobre los rieles, suplico a gritos que
el tren se parara y tiro al ciego hacia un lugar seguro en un estrecho espacio bajo el
borde del andén. “No pensé en el peligro, solo que, ¡Caramba!, alguien necesitaba
ayuda”, dijo más tarde Andrews respecto a su hazaña en la que había arriesgado su
vida para ayudar a un desconocido (McFadden, 1982).
¡Que diferente fue la acción de Mr. Andrews comparada con la de 38 personas
que participaron sin querer en una investigación para averiguar porque algunas
personas emprenden una acción para ayudar a un extraño, mientras otras no hacen
nada! Esas 38 personas eran también neoyorquinos –residentes en un complejo de
apartamentos, que miraban por la ventana en plena noche, mientras un brutal
atacante apuñalaba hasta matar a una joven llamada Kitty Genovese -. A pesar de
sus agudos chillidos y de que era obvio que algo estaba pasando, pues el asesino
volvió tres veces para atacarla, ni uno solo de esos vecinos acudió en ayuda de la
joven, ni siquiera descolgando el teléfono para llamar a la policía, hasta después de
muerta (Rosenthal, 1964). ¿Por qué? ¿Eran monstruos esas personas? ¿Por qué se
mantuvieron indiferentes ante la difícil situación de la joven? ¿Estaban temerosos de
su propia seguridad?
Las respuestas que han surgido de docena de experimentos son complejas, pero
arrojan cierta luz sobre él porque una persona arriesga su vidas, mientras que otra
no dara siquiera un grano de ayuda. Cuando las personas ven que alguien tiene
problemas casi nunca se mantienen indiferentes. Incluso si no toman ninguna
iniciativa para ayudar, se sienten agitados y tensos, implicados en la saludo o
seguridad del otro y en conflicto con su propio ser. Una serie de factores nos ayudan
a explicar porque la gente tiende o no una mano para ayudar.
[27]
RECONOMIENTO DE QUE EXISTE UNA EMERGENCIA.
Antes de tomar una iniciativa, primero tiene que darse cuenta de que algo ocurre,
y luego tiene que interpretarlo como una emergencia (Latane y Darle, 1968). Cuando
una situación es claramente una emergencia seria, como la caída del ciega en el
metro, los intentos de rescate impulsivos, inmediatos, como el de Reginald Andrews,
se dan como mucha probabilidad (Pilavin, Dovidio, Gaertner y Clark, 1981).
Si una situación es ambigua, usted mitra en torno suyo a la gente que le rodea
para ver cómo están interpretando la situación. Si parece que nadie hace nada, es
probable que piense que estaba reaccionando en exceso y quedara quieto. Esto
salió a la luz en un estudio en el que se llenaba de humo una habitación. Cuando las
personas parecían que estaban solas, los sujetos informaban de ello, pero cuando
creían que estaban en compañía de otras que no hacían nada, lo ignoraba,
asumiendo probablemente que si hubiera existido peligro alguien más hubiera hecho
algo (Latane y Dar ley, 1968). (¿En qué medida esta situación es similar a las de los
estudios de Asch sobre la conformidad donde las personas dudaban de su propio
juicio cuando la mayoría adoptaba un punto de vista diferente?).
[28]
La segunda es la habilidad del observador para diluir la responsabilidad. Es el
viejo síndrome de “que lo haga otro”. “¿Por qué tengo que ponerme yo en una
situación precaria cuando hay aquí toda esa gente que podría ayudar?” O la
suposición de que “Si esto es realmente importante alguien debe haber hecho ya
algo, así que yo no tengo necesidad de hacerlo”. Otro impedimento importante es la
cantidad de personas que tienen miedo a parecer tontos: “Supongamos que lo
parece una crisis no lo es realmente –y que todo el mundo me ha visto meter la pata
-, y yo no quiero parecer tonto”.
¿Qué es la victima? Un hombre se desmaya en un vagón de metro en marcha
tiene más probabilidades de obtener ayuda si lleva un perro que si huele a alcohol y
lleva una botella envuelta en una bolsa de papel marrón (Piliavin, Rodin y Piliavin,
1969). Es más fácil comprender por qué las personas prefieren ayudar a una persona
incapacitada que a un borracho, que comprender los efectos de otras características
de la víctima. Por ejemplo, un hombre con un perro que se desmaya en un metro
tiene menos probabilidades de obtener ayuda si sangra por la boca (manifestando
una mayor gravedad) que si no sangra (Piliavin y Piliavin, 1972), y si tiene una gran
mancha de nacimiento en la cara que si no la tiene (Piliavin, Piliavin y Rodin, 1975).
Estos descubrimientos parecen indicar que la falta de iniciativa es a menudo causada
por el miedo o el desagrado que causa la víctima.
[29]
PRESIONES SOBRE EL TRANSEUNTE.
Las personas que tienen prisa no se paran tan a menudo para ayudar como las
que no experimentan las presiones del tiempo u otras obligaciones. Esto fue
descubierto en un estudio en el que estudiantes de teología ensayaban un discurso
en un edificio y luego salían a grabarlo en otro. A unos se les dijo que iban a llegar
darte a la cita para grabar, a otros que iban a llegar a la hora y a otros que iban a
llegar demasiado pronto.
En el camino cada estudiante paso junto a una persona tumbada en la puerta, con
los ojos cerrados y la cabeza caída, y que tosía cuando el estudiante pasaba. Más de
la mitad de los estudiantes, para los que aún era pronto la cita, se pararon a ayudar,
mientras que solo uno de cada diez de los que creían que llegaban tarde se pararon.
¿Cuál era el tema de los discursos de los estudiantes? ¿Podía ser otro que la
parábola de los samaritano? (Darley y Barson, 1973)
¿Qué sucede cuando usted ve a otra persona que tiene graves problemas?
Reacciona tanto en el terreno sentimental como en el ámbito del pensamiento. Se
activa, emocionalmente, una respuesta que puede haber sido instaurada en nosotros
como un medio de preservar nuestra especie. Incluso bebes de pocos días lloran
cuando oyen llorar a otro bebe (Simner, 1971; Sagi y Hoffman, 1976). Una respuesta
de este tipo acontece en un momento tan temprano de la vida que es imposible que
haya sido aprendida. Sin embargo, lo que aprendemos de verdad son los
fundamentos para decidir qué hacer. En una crisis nos preguntamos que tenemos
que ganar o perder al actuar o al no actuar. ¿Va usted a sentirse demasiado culpable
si no hace nada? ¿Va usted a correr riesgos absurdos si interviene?
Jane A. Piliavin y sus colegas han realizado un análisis de coste – beneficio del
porque ayudarnos. El principio subyacente es que, al decidir si se ayuda, tratamos de
minimizar nuestro coste y elevar al máximo nuestra recompensa. Según este
[30]
principio, usted ayudara si esta tan motivado emocionalmente que responde de
forma impulsiva, no pensando siquiera en los costes que le producirá; si estos son
bajos (dispone de tiempo, no arriesga la vida) o si la situación supone otros
beneficios para usted (encuentra que la víctima es atractiva, quiere hacer algo
interesante o quiere verse a usted mismo en el rol de héroe) (Piliavin, Dovidio,
Gaertner y Clark, 1981). Con frecuencia las personas se sienten incomodas cuando
no ayudan a alguien necesitado, pero siguen sin hacerlo a causa de que los costes
son demasiado altos para ellas.
Dado que algunos niños muestran altruismo desde una edad muy temprana,
mientras otros no, es posible que algunos nazcan con una naturaleza más generosa,
más solidaria. Puede que el altruismo este en los genes. Aunque el altruismo puede
causar daño al individuo que lo aplica, es beneficioso a la larga para la especie. La
existencia a gran escala de la conducta pro social en el reino animal hace pensar en
alguna explicación en términos de adaptación biológica y hereditaria o de tipo
hereditario.
Los Socio biólogos, científicos que estudian la base biológica de la conducta social
de diversos animales (entre los que se incluye la especie humana), señalan muchas
actividades altruistas entre los animales. Los chimpancés adoptan crías huérfanas,
pájaros pequeños como los petirrojos y los tordos silban para avisar a sus
compañeros de que se acerca un halcón (en muchos casos, dirigiendo la atención
hacia ellos mismo) y algunas abejas mueren defendiendo sus colmenas de los
intrusos (Wilson, 1978). Muchos socio biólogos han llegado a la conclusión de que
[31]
existe una cierta programación genética que nos hace actuar de modo altruista. Sin
embargo, la mayoría de los psicólogos sociales se centran más en el influjo de los
factores ambientales y el aprendizaje para explicar la presencia de este tipo de
conducta.
APRENDEMOS A HACERLO
En los últimos 20 años gran cantidad de informes han indicado que la gente
aprende a ser sensible y a ayudar a los demás. Los niños altruistas suelen tener
padres que ayudan a otros, que esperan que sus hijos ayuden a otros y que les dan
a conocer, sin ambigüedades, como deben comportarse (Musen y Eisenberg-Berg
1977). En otras palabras, entre las normas que estos niños aprenden aparecen las
de ayudar a los demás.
El grado de que un niño alcanza en la ayuda a los demás está en relación con la
capacidad que tienen sus padres de ser cálidos y sensibles y de ayudar a sus hijos, y
con la intensidad con que les ayudan a comprender el mensaje de que no deben
hacer daño a los demás. Las madres de los niños más altruistas no se limitan a
señalar “Jaimito está llorando porque le has pegado”, sino que muestran su gran
convicción y emoción cuando dicen – Y algunas veces gritan – a sus hijos: “No hagas
daño a Jaimito” o “Ya está bien”.
[32]
AYUDAR A LOS DEMAS NOS HACE SENTIR BIEN.
A las personas les gusta sentirse virtuosas. Como quiera que muchos de nosotros
hemos llegado a creer que el comportamiento caritativo es digno de elogio,
obtenemos una recompensa intrínseca en la opinión sobre nosotros mismo cuando
hemos ayudado a otra persona. La conducta de ayuda puede estar unida a dos
estados emocionales: Felicidad y tristeza. Cuando estamos tristes, el ayudar a otros
nos hace sentirnos mejor y puede hacernos creer que somos personas mejores
(Hauman, Cialdini y Kenrick, 1981). Esto podría apoyar el consejo tradicional a las
almas desgraciadas que les advertía que se sentiría mejor si en lugar de darles
vueltas a sus propios problemas hicieran algo agradable por los demás.
También parece que somos más capaces de ayudar a los demás cuando nos
sentimos felices. Esta es una conclusión a la que llegaron Bauman y colaboradores
(1981) y que confirmaron Rosenhan, Salovey y Hargis (1981). En este estudio, los
estudiantes que creían que iban a ser recompensados por su trabajo con unas
vacaciones en Hawái mostraban mayor predisposición a ayudar a un amigo que
aquellos que imaginaban que su mejor amigo era el que iba a conseguir el viaje de
vacaciones. Cuando nos sentimos afortunados, competentes y tenemos éxito,
nuestros buenos sentimientos respecto a nosotros mismos suelen estimular las
buenas acciones hacia los demás.
¿Por qué algunas personas dan sangre una y otra vez en un sistema de donación
de sangre de “responsabilidad comunitaria”? En estos sistemas los donantes no son
pagados, ni ellos ni sus familias reciben ningún beneficios en reciprocidad ni
seguridad de que ellos la tendrán en el caso de que la necesitaran. Parece que los
donantes no tienen nada que ganar al dar sangre, en tanto que sufren unos costos:
dan su tiempo, se sienten débiles durante horas o días, corren riesgos de efectos ,as
serios. Sin embargo, algunas personas se hacen donantes habituales de sangre.
[33]
Piliavin y sus colegas comparan la donación de sangre con el salto en paracaídas:
Al principio los participantes sienten toda clase de emociones negativas que giran
alrededor del miedo y la ansiedad pero cuando más a menudo saltan (o dan sangre),
más positivos son los sentimientos que rodean esa actividad, tanto en el caso de la
alegra o la sensación de competencia que siente el paracaidista, cuando el “cálido
rubor” por haber ayudado a alguien necesitado, que experimenta el donante de
sangre (Piliavin, Calero y Evans, 1982).
FOMENTAR EL ALTRUISMO.
[34]
el modo en que les hacemos desistir de la agresividad desde el comienzo de la vida
y les recompensamos por otras conductas, y en el conjunto de los valores
enseñamos – ayudar mejor que herir, preparse por los otros mejor que permanecer
indiferentes, cooperar mejor que competir e igualdad de sexos mejor que el dominio
del varon y el machismo -. Podríamos, por ejemplo, someter a los chicos “al mismo
aprendizaje que las niñas han recibido tradicionalmente en nuestra sociedad y
animarlos a desarrollar cualidades socialmente positivas, como la sensibilidad, la
cooperación, la cordialidad y la ternura, que son la antítesis del comportamiento
agresivo” (Eron, 1980, pág. 244).
Usted tiene una actitud hacia casi todas las cosas o personas del mundo en que
haya pensado en algún momento e indudablemente habrá expresado opiniones
sobre muchos temas. Su opinión es su actitud expresada en palabras. Su actitud es
su forma de responder a alguien o algo. Las actitudes se componen de tres
elementos: Lo que piensa (componente cognitivo), lo que siente (componente
emocional) y su tendencia a manifestar los pensamientos y emociones (componente
conductual). Por ejemplo, usted tiene probablemente una actitud sobre las relaciones
extramatrimoniales. A nivel cognitivo, puede que piense que es perjudicial para el
matrimonio; emocionalmente puede que usted se sienta celoso ante idea de que su
[35]
esposa haya tenido relaciones sexuales con algún otro y respecto a la conducta
puede que continúe siendo monógamo.
[36]
CONCLUSIONES
[37]
BIBLIOGRAFIA
[38]