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Las operaciones llenas de gracia del Espíritu traen grandes bendiciones, pero
ellas involucran también grandes responsabilidades. Hablando en general, los
creyentes pueden contristar o mentir a la persona del Espíritu Santo o Apagar su
poder. Ef._4:30; Hch._5:3-4; 1Ts._5:19. Los incrédulos pueden blasfemar la
persona del Espíritu Santo y resistir su poder. Hch._7:51; Mt._12:31-32. El
contexto en todos los casos explicará la naturaleza del pecado. El señor Guillermo
Evans señala que "resistir está relacionado con la obra regeneradora del Espíritu;
contristar, con la morada del Espíritu y apagar, con el Aprestamiento para servir."
El pecado en contra del Espíritu Santo no solamente te aleja de Dios sino, que te
afecta espiritual y físicamente.
Presunción de salvación, sin merecerlo: por las obras que hace, que no
necesita la gracia de Dios es un signo de soberbia.
Negar la verdad conocida como tal: es lo que oímos del evangelio atribuyendo a
satanás las obras realizadas por Jesucristo, así mismo despreciar las verdades de
la fe, permaneciendo en su propia sabiduría un acto de soberbia una vez más.
Las palabras de los fariseos eran blasfemas porque eran perversas, mentirosas y
malignas. Decían que las obras de Cristo eran del diablo, pero sabían bien que no
lo eran, tal como Jesús les señaló. Los fariseos no pecaban en ignorancia, ni en
un impulso del momento, sino de forma premeditada y contra su propia conciencia
de lo que Cristo hacía.
¿Acaso El Espíritu Santo es más importante o más divino que Cristo? ¿Por
qué declaró el Señor a la blasfemia contra el Espíritu Santo un pecado
imperdonable? Hay una razón muy sencilla. El perdón de Dios se recibe cuando
una persona sensible a la iluminación del Espíritu Santo reconoce su pecado y
maldad y se arrepiente de ellos, confesándolos a Dios. La convicción del pecado
es precisamente una obra del Espíritu Santo, Juan 16:8-11. Quien blasfema contra
la tercera persona de la Trinidad resiste testarudamente su convicción contrario a
luz ya recibida. Por eso no se arrepiente ni recibe perdón de Dios. Mientras se
resiste a la convicción del Espíritu no puede haber perdón. La advertencia es que
se puede llegar a resistirlo en forma tan obstinada y decidida que se cae en un
estado de perpetuo rechazo, tan convencido queda por su forma de ver las cosas.
De todos los pecados que existen, los hombres pueden blasfemar contra el
Espíritu Santo, y este es el peor de todos. La razón queda expuesta porque es el
único pecado que Dios no perdona y condena.
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres;
más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que
dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al
que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni
en el venidero” (Mateo 12.31–32) Marcos 3: 28-30.
Este pecado es denominado como “el pecado imperdonable”. Fue realizado por
los enemigos de Jesucristo cuando lo acusaron de echar fuera los demonios por el
poder de Satanás después que Jesús afirmó firmemente que lo hacía solo por el
poder que el “Espíritu de Dios”.
Creer en la obra del Espíritu Santo es tan importante porque sin El no somos
nada Jesús mismo dijo; Juan 14:26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho. Sin El Espíritu Santo no podríamos
reconocer nuestros pecados y venir al arrepentimiento... Juan 16:7- 8 Pero yo os
digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador
no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.9. Y cuando él venga,
convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.