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Las Drogas

No es difícil encontrar drogas y a veces se puede aparecer como si todo el mundo las fabricara
o quisiera que las probaras. Pero como ocurre con todo lo que parece demasiado bueno para
ser verdad, también tienes sus consecuencias y desventajas asociados al consumo de drogas.
Las drogas son sustancias químicas que modifican el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Algunos son medicamentos que ayudan a la gente cuando los médicos se los recetan. Pero
muchas de ellas crecen de utilidad médica. Cuando se toman, generalmente tragándolas,
inhalándolas o inyectándoselas, las drogas encuentran la forma de llegar al torrente sanguíneo.
Desde allí, llegan al cerebro y a otras partes del cuerpo. En el cerebro, las drogas pueden
intensificar o bien adormecer los sentidos, modificar el nivel de alerta de la persona y, a veces,
reducir el dolor físico. Aunque las drogas pueden hacerte sentir bien al principio, te pueden
provocar daños importantes en el cuerpo y en el cerebro. Beber alcohol, fumar o mascar
tabaco, consumir drogas ilegales y hasta esnifar pegamento son actividades que dañan el
cuerpo humano.

Las drogas de las que más abusa la gente son las siguientes:

 El alcohol

 Las sales de baño

 La cocaína

 Los depresores del sistema nervioso (sedantes, tranquilizantes, barbitúricos)

 La heroína

 El LSD

 La MDMA ("éxtasis)

 La marihuana

 La metanfetamina (o "meth")

 Las setas alucinógenas

LSD
El LSD es una droga de las más fuertes, el LSD (dietilamida del ácido lisérgico) es una droga
alucinógena. Las drogas alucinógenas cambian la forma en que la gente experimenta el mundo
que le rodea. La fórmula es Dietilamida de ácido lisérgico. LSD son las siglas en inglés de la
dietilamida de ácido lisérgico. Esta es una droga ilegal que se presenta en forma de polvo
blanco o de un líquido claro sin color.
LSD

PRESENTACIO
ORIGEN CAUSAS
N
La dietelamina de ácido lisérgico, LSD-25 o simplemente LSD (del alemán Lysergsäure-
Diethylamid), también llamada lisérgida y comúnmente conocida como ácido, es una susacias
psicodelica  semisintética que se obtiene de la ergolina y de la familia de las triptaminas y que
produce efectos psicológicos. Sus efectos pueden incluir alucinaciones con ojos abiertos y
cerrados, sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego, la alteración de
la percepción, la conciencia y los sentimientos, además de sentir sensaciones o visualizar
imágenes que al consumidor le pueden parecer reales pero que no lo son. Se utiliza
principalmente como una sustancia recreativa  ilegal, como enteogeno  y en algunos países
como droga legal bajo prescripción médica en psicoterapia . Por lo general el LSD se ingiere
tragándolo o poniéndolo debajo de la lengua. A menudo se puede conseguir en el MERCADO
NEGRO en PAPEL SECANTE o en gelatina o terrones de azúcar, aunque también se puede
inyectar. Aunque los ensayos científicos realizados hasta el momento muestran que el LSD no
causa adicción, su consumo puede provocar reacciones psiquiátricas adversas, algunas
potencialmente graves, como ansiedad, paranoia y delirios. No se conoce con precisión la
toxicidad aguda en el ser humano, pero la dosis letal mediana en las especies para las que se
conoce es baja: ratones, 50–60 mg/kg i.v., ratas, 16,5 mg/kg y conejos 0,3 mg/kg. La causa de la
muerte es la parálisis respiratoria. De todas formas, es muy difícil que se produzca el
envenenamiento por LSD, porque la dosis necesaria para producir sus efectos psicodélicos está
muy por debajo de las dosis tóxicas o letales, pues es suficiente con 20 a 30 microgramos para
experimentarlos levemente. El LSD, una droga que todavía se relaciona con el movimiento
hippie, vuelve poco a poco al ámbito de la investigación médica, 75 años después de su
descubrimiento en las probetas de un gran laboratorio farmacéutico suizo.  
Antes de convertirse en la droga recreativa asociada al Festival de Woodstock, a los artistas de
los años 1960 y a sus numerosas creaciones psicodélicas, la sustancia alucinógena creada en
1943 fue un medicamento experimental, muy utilizado en psiquiatría. Pero su uso cesó después
de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara sobre su consumo abusivo y llamara
a los gobiernos a tomar medidas al respecto. 
El ácido, que la ONU considera como un psicotrópico ilícito desde 1971, quedó al margen de la
investigación médica durante cerca de 40 años, para disgusto del doctor Albert Hofmann
(1906-2008), uno de los padres del LSD, que siempre defendió las virtudes terapéuticas de su
descubrimiento. 

Pero años después, la droga va camino de ser rehabilitada. 


"En 2006, se organizó una gran conferencia en Basilea sobre el doctor Hofmann con motivo del
centenario de su nacimiento", explica Hannes Mangold, el comisario de una exposición en la
biblioteca nacional suiza, en Berna, dedicada al libro de este químico suizo titulado "LSD: mi hijo
monstruo". Científicos del mundo entero escribieron entonces a sus gobiernos para solicitarles
permiso para retomar sus investigaciones, especialmente para estudiar los efectos de la droga
en el tratamiento de depresiones profundas o en el seguimiento de pacientes con
enfermedades incurables. Entre los pocos estudios autorizados desde entonces destaca uno
realizado por Peter Gasser, un psiquiatra y psicoterapeuta de la pequeña ciudad suiza de
Soleure. El objetivo de esa investigación, llevada a cabo con 12 pacientes, es entender cómo
puede el LSD ayudar a los pacientes a sobrellevar su ansiedad después de que se les haya
diagnosticado un cáncer en estado avanzado. El estudio, financiado por una organización
californiana, la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos (MAPS, por sus siglas en
inglés), se encuentra en fase II, la que comprueba la eficacia de las sustancias probadas en los
ensayos clínicos.
"Todo esto acaba de empezar, pero es posible que el LSD pueda regresar en forma de un
medicamento", considera Mangold.
El LSD, acrónimo del término alemán Lysergsäurediethylamid (dietilamida de ácido lisérgico),
nació durante experiencias con el cornezuelo, un hongo que ataca las espigas del centeno y
que el laboratorio suizo Sandoz utilizaba en aquella época para fabricar un fármaco contra la
migraña. Mientras manipulaba uno de los alcaloides presentes en el cornezuelo para descubrir
sus propiedades, el doctor Hofmann experimentó una sensación extraña. Para salir de dudas,
ingirió una gran dosis de la sustancia y tuvo fuertes alucinaciones. 
Arthur Stoll, el jefe de investigación de Sandoz, propuso entonces a su hijo, psiquiatra en
Zúrich, probar la sustancia con sus pacientes, antes de que el laboratorio decidiera distribuirla a
mayor escala con fines experimentales. El prospecto entregado en los años 1950 a los médicos
que deseaban ingerir LSD explicaba que la sustancia provocaba una especie de psicosis artificial
y pasajera, que podía permitirles entender mejor los pensamientos de sus enfermos. Y respecto
a sus pacientes, ese tratamiento milagroso iba a permitir atenuar la ansiedad y las neurosis
obsesivas. Pero el LSD salió del ámbito médico y se propagó en los círculos artísticos y
literarios, bajo la influencia de personalidades como el profesor de psicología Timothy Leary,
despedido de su puesto en Harvard por haber compartido la droga con estudiantes, y del
escritor estadounidense Ken Kesey, el autor de "Alguien voló sobre el nido del cuco". 
En sus archivos, la radiotelevisión suiza (RTS) encontró un reportaje de 1966 en el que tres
voluntarios probaban LSD ante la cámara para mostrar los efectos de la sustancia. 
"No sabe a nada", dijo el primer voluntario, un poco decepcionado, al ingerir una gran dosis de
la droga, antes de empezar a describir sus alucinaciones.
Se sentía "como en un acuario", contó al médico y al equipo de televisión. "Os veía como si
fuerais algas", añadió, explicando que la droga había liberado su creatividad. 

Niño monstruo o prodigio

Al final de los años 1960, las autoridades empezaron a prohibir el LSD, incluso en Suiza, en 1968.
El doctor Hofmann decidió entonces escribir un libro para defender su invento. 
"LSD: mi hijo monstruo" es "un documento absolutamente fascinante, a medio camino entre
un libro de química y un tratado de metafísica", dice Mangold,
que encontró varias ediciones de la obra para la exposición en
Berna. 
El comisario de la exposición sobre Hofmann reconoce, sin
embargo, que el libro está marcado por una gran parcialidad.
El doctor "escribió esta obra con el objetivo de aportar
nuevos argumentos en el debate en torno al LSD", y durante
toda su vida intentó dar una visión positiva sobre la sustancia,
aunque para ello tuviera que ocultar algunos aspectos
criticables. 
"Si lográramos aprender a utilizar mejor, en una práctica
médica relacionada con la meditación, las capacidades del
LSD para provocar experiencias visionarias en determinadas condiciones, entonces, creo que
podría dejar de ser un niño monstruo y convertirse en un niño prodigio", escribió el químico en
su libro. 

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