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La Esperanza Intibucá
JURISPRUDENCIA TÉCNICA
Tomando en cuenta la definición anterior, podemos decir que la citada disciplina ofrece dos
aspectos fundamentales: uno teórico o sistemáticos. Otro técnico o practico. En el primero,
es una exposición de las reglas jurídicas que pertenecen a un ordenamiento temporal y
especialmente circunscrito; en el segundo, el arte de interpretación y aplicación de las normas
(legales o consuetudinario) que lo integran.
La jurisprudencia técnica es una doctrina del orden positivo, ya que no versa, como la teoría
jurídica fundamental, sobre la esencia del derecho, ni estudia los valores supremos del
mismo, como la Axiología Jurídica, sino que se reduce a la sistematización de las reglas que
constituyen determinado ordenamiento, e indica en que forma pueden ser resueltos los
problemas que su aplicación suscita.
Problema de la clasificación de las ciencias. Una de las clasificaciones mas reconocidas son
las del filósofo alemán Wilhelm Wildelband (1848-1015). Hay según el mencionado
pensador, dos clases de disciplina científica: nomotéticas e ideológicas. Las del primer grupo
(ciencias de leyes), expresan las relaciones necesarias que existen entre los fenómenos
naturales; las del segundo (ciencias de sucesos) estudian los hechos pretéricos en su
individualidad característica. A estas últimas suele dárseles la denominación de ciencias
históricas.
El análisis de las teorías de Wildelband y Kelsen revela, pues, la existencia de tres grupos de
disciplinas:
Nomotéticas o Explicativas.
Ideográficas o históricas.
Normativas.
Creemos que es posible definirlas como ciencias de axiomas, ya que están integradas por
proposiciones que se obtienen deductivamente partiendo de una serie de principios
necesarios o evidentes.
Ciencias de leyes.
Ciencias de sucesos.
Ciencias de axiomas.
Disciplinas normativas.
Integración: la interpretación solo resulta posible cuando hay preceptos que debe ser
interpretados. Pero puede presentarse el caso de que una cuestión sometida al conocimiento
de un juez no se encuentre prevista en el ordenamiento positivo. Si existe una laguna, debe
el juzgado llenarla. La misma ley le ofrece los criterios que han de servirle para logro de tal
fin.
Lo único que por el momento nos interesa es subrayar que, además de la función puramente
interpretativa, los jueces y tribunales desempeñan una labor creadora.
Retroactividad: una de las cuestiones mas arduas que pueden surgir en el momento de la
aplicación, estriba en saber si una disposición legislativa puede aplicarse a situaciones
jurídicas concretas, nacidas bajo el imperio de una ley anterior. Bien conocida como el
principio que domina esta materia: a ninguna ley se darán afectos retroactivos en perjuicios
de persona alguna, o, como dice el artículo 2 del código civil francés: “la loi ne dispose que
pour l´avenir; elle n´a point d´effect rétroactive.”
Conflictos de Leyes: la jurisprudencia técnica debe señalar las reglas de acuerdo con las
cuales han de solucionarse los problemas derivados de la pluralidad de legislaciones. A estos
se les conoce con el nombre de problemas sobre aplicaciones de las leyes en el espacio, para
distinguirlos de los relativos a la aplicación de las normas jurídicas en el tiempo
(retroactividad).
SUPUESTOS Y HECHOS JURIDICOS
Las normas jurídicas genéricas encierran siempre una o varias hipótesis, cuya realización de
nacimiento a las obligaciones y a los derechos que las mismas normas, respectivamente,
imponen y otorga.
Muchos serán discutidos acerca de la índole del vínculo que une los supuestos y las
consecuencias normativas. Algunos autores la comparan al que existe entre las causas y los
efectos.
¿Qué diferencia hay entre los dos enunciados? Desde el punto de vista gramatical ninguno.
Trátese de juicio expresado hipotéticamente. Pero, en tanto que el primero alude a un nexo
necesario entre fenómenos, el segundo se refiere al enlace normativo de una hipótesis y una
o varias consecuencias de derecho. El efecto sigue a la causa de manera ineluctable; la
consecuencia jurídica debe en todo caso enlazarse a realización del supuesto, aunque, de
hecho, puede ocurrir que aquella no se produzca.
La ley de causalidad jurídica. Siguiendo el paralelo entre la ley natural norma Fritz Schreier
habla de la ley de causalidad jurídica, que puede expresarse así: no hay consecuencia jurídica
sin supuesto de derecho. O, en otra forma toda consecuencia jurídica ahí hace condicionada
por determinados supuestos. (Aludimos a la oposición entre necesidad condicionada y deber
condicionada que corresponde a la distinción entre reglas técnicas y preceptos jurídicos.)
Hay que advertir, desde luego, que el primer caso se trata de un vínculo entre fenómenos
naturales y, el segundo, del enlace entre la realización de una hipótesis y determinados
derechos y deberes. La semejanza que las dos realizaciones nos ofrecen estriba en su carácter
necesario; pero una es relación entre hechos, en tanto que la otra es puramente normativa.
Supongamos que la hipótesis que esa norma establece se realice. Tendremos entonces que
distinguir con todo cuidado:
La realización de esta.
Supuestos jurídicos simples y complejos. Los supuestos jurídicos pueden ser simples o
complejos. Lo primero están constituidos por una sola hipótesis: los segundos se componen
de 2 o más supuestos simple. Como ejemplo de aquellos citaremos la mayoría de edad o la
muerte de las personas; de estos, el homicidio calificado.
En el caso del homicidio calificado, el supuesto jurídico complejo encierra las siguientes
hipótesis:
El homicidio.
La premeditación.
Lalo alevosía.
La ventaja.
Clasificación de los hechos jurídicos en materia civil. Los hechos jurídicos pueden
consistir en hechos o estados de hechos independientes de la actividad humana, o en acciones
humanas voluntarias o involuntarias, como de hechos o estados de hecho puramente naturales
podemos citar el nacimiento, la mayoría de edad, o la muerte de las personas.
Se llama delito al hecho por el cual una persona, por dolo o malicia, causa daño o un perjuicio
a otra. Los delitos y los cuasidelitos difieren de los cuasicontratos en que el hecho de donde
resulta el cuasicontrato es permitido por las leyes, en tanto que el que constituye el delito o
el cuasidelito es un hecho condenable.
Bibliografía