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CONTROLANDO EL ESTRÉS

Por Ramón E. Rivas T.


http://estrenando-dia.blogspot.com/2011/05/controlando-el-estres.html
<http://2.bp.blogspot.com/-z8e-MVDfafI/TeB6EoSmV5I/AAAAAAAAA6o/3gJfeNG-evc/s1600/Estres.jpg>

Como ya se sabe, el estrés <http://es.wikipedia.org/wiki/Estres > es la respuesta


del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la
persona tensionada. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de huir
de la situación que lo provoca o confrontarla violentamente, en un proceso que
implica, para bien o para mal, a casi todos los órganos y funciones del cuerpo,
incluidos el cerebro, los nervios, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal,
la digestión y la función muscular.

Por eso el estrés es como el chocolate negro. Un poco de él no nos matará. De


hecho, pequeños pedacitos aquí y allí pueden hacernos bien o al menos darnos
una razón para quedarnos en cama por la mañana. Pero la tensión crónica y
severa puede dañar su cuerpo y su mente, bloqueando la comunicación fluida a y
desde la mayor parte de órganos –sobre todo en el eje hipotálamo–hipófisis–
adrenal (HPA) y en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro.

Créame, entonces: usted necesita que estos dos sistemas –algo así como la casa
presidencial y el congreso– funcionen tan suave y armónicamente como sea
posible, con niveles sanguíneos bajos de las hormonas que causan la tensión. Es
así como he ido descubriendo algunas estrategias prácticas que me han ayudado,
en los momentos difíciles –todos los tenemos– a controlar mi estrés. Uso un
promedio de cinco de ellos por día. Y por si a Ud le sirven de algo, aquí están.

1. Simplifique.

Reduzca su lista de tareas diarias a la mitad. ¿Cómo? Hágase la siguiente pregunta


frente a cada una de ellas: ¿Moriré mañana o se acabará el mundo si no hago
esto? Adivino que tendrá muchos «no». Seguramente que Franklin Covey ofrece
un sistema más eficiente y complicado. Pero éste es el mío: cada mañana despejo
mi lista de tareas: y apenas siento que mi corazón comienza a palpitar, corto la
lista por la mitad.

2. Priorice.
Digamos que Ud. tiene diez grandes tareas para hoy. ¿Qué hacer? Póngalas por
escrito y luego señálele a cada una un número de 1 a 10 según su importancia
real: 1, a la que realmente parece ser de vida o muerte y 10 a la que al fin de
cuentas es una tontería. Empiece con la 1a y si no logra pasar de la 3a, está bien.
Ni Ud. se va a morir por ello ni el mundo se va a acabar. Mañana será otro día.

3. Use lápiz, no bolígrafo.

Para hacer la lista, quiero decir. Si usted confía en su lista de tareas tanto (o tan
poco) como yo, le conviene hacerla con lápiz. Así podrá borrar o tachar cuando le
dé la gana. Porque un importante reductor de tensiones consiste en tratar de
permanecer tan flexible como se puede. ¡Las cosas cambian! Y el cambio no es
nuestro enemigo, aun cuando nuestro cerebro lo clasifique como tal. Usted debe
ser capaz de borrar una tarea o su recordatorio en cualquier momento, porque
¡quién diablos sabe cómo será su día!

4. Quítese la capa de superhombre o súper mujer.

Espero que Ud. ya se haya dado cuenta de que no es una superpotencia, ni


pertenece al grupo de los Magníficos, ni posee cualidades ni capacidades
sobrenaturales. Lo siento, entonces, pero usted va a tener que unirse a la raza ... a
la raza humana. Lo cual significa someterse a limitaciones y condiciones, como el
número de horas que tiene un día ( no más de 24) y la cantidad de tiempo que
toma ir del punto A al punto B. En su carro, por supuesto no en el batimóvil..

5. Colabore y coopere.

Hay mucha gente por ahí con listas muy similares a la suya. ¿Por qué no deja que
ellos hagan algunas de sus tareas y Ud. hace alguna de las suyas? Sinergia, la
llaman, y funciona realmente. Por ejemplo, si Ud. es mamá, ¿por qué a veces no le
cuida los niños a su vecina, junto con los suyos, y otro día viceversa?... En este
sentido, la creatividad humana no tiene límites..

6. Ría

Así como la tensión crónica y severa puede dañar los sistemas orgánicos de su
cuerpo, el humor puede curarlos. Cuando la gente se ríe, el sistema nervioso
autónomo se activa y permite al corazón relajarse. La risa también puede
fortalecer el sistema inmunológico, como ha sido descubierto, aumentando la
capacidad de luchar contra virus y células extrañas, y reduce los niveles de las tres
hormonas de la tensión: cortisol, epinefrina, y dopac. Además, es divertido reírse.
Y divertirse es el mejor reductor de la tensión. Así que ríase, con razón o sin razón,
incluso de Ud. mism@. Nunca le va a hcer mal.

7. Haga ejercicio

El ejercicio controla la tensión de varios modos. Primero, los ejercicios


cardiovasculares estimulan ciertos productos químicos cerebrales que promueven
el crecimiento de las neuronas. Segundo, el ejercicio aumenta la actividad de la
serotonina y/o la norepinefrina. Tercero, un ritmo cardiaco elevado libera
endorfinas y una hormona conocida como ANP, que reducen el dolor, inducen la
euforia, y ayudan a controlar la respuesta del cerebro al estrés y la ansiedad. Para
ello usted no tiene que correr un maratón ni emular una proeza de Ironman. Un
paseo corto por la mañana o por la tarde podría ser suficiente para decirle a las
hormonas de tensión presentes en su sangre que se dispersen..

8. Deje de hacer malabarismos.

Si Ud. fue o es un estupendo camarero, quizás. Pero si Ud. tiene problemas, como
yo, para repicar las campanas y al mismo tiempo ir en la procesión, trate de
concentrarse en una sola actividad, cada vez.

9. Ponga límites.

Hablando de actividades, es necesario que Ud. ponga algunos límites, o sea que
fije un tiempo y un lugar para cada cosa de modo que su cerebro no tenga que
ponerse muchos sombreros al mismo tiempo. Yo pensaba que era imposible
cumplir con todas mis tareas mientras no puse límites muy sencillos: por ejemplo
el computador permanece desconectado cuando no trabajo, y no lo uso los fines
de semana a menos que sea absolutamente necesario. Mi cerebro se ha ajustado
amablemente y aprecia el aviso de cuándo y dónde requiero usar cada sombrero,
y ello en realidad ha comenzado a relajarme bastante

10. Piense globalmente.


No digo esto para inducir una crisis de culpabilidad. No, no, no. Porque aumentan
la tensión. Simplemente quiero recordarle que si compara sus problemas
personales con los problemas del mundo –pobreza, guerra, violencia, etc. – las
cosas que lo estresan resultan ser ciertamente mucho menores que aquellas. En
otras palabras, si cambia su perspectiva un poco, podrá ver que hay dilemas
mucho peores que el que la comida se retrase un poco o tenga que detenerse a
cambiar una llanta de su carro. Dicho de otra forma: No permita que le
compliquen la vida los pequeños problemas, porque realmente la mayoría de
ellos, son pequeños… ¿No es cierto?

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