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Créame, entonces: usted necesita que estos dos sistemas –algo así como la casa
presidencial y el congreso– funcionen tan suave y armónicamente como sea
posible, con niveles sanguíneos bajos de las hormonas que causan la tensión. Es
así como he ido descubriendo algunas estrategias prácticas que me han ayudado,
en los momentos difíciles –todos los tenemos– a controlar mi estrés. Uso un
promedio de cinco de ellos por día. Y por si a Ud le sirven de algo, aquí están.
1. Simplifique.
2. Priorice.
Digamos que Ud. tiene diez grandes tareas para hoy. ¿Qué hacer? Póngalas por
escrito y luego señálele a cada una un número de 1 a 10 según su importancia
real: 1, a la que realmente parece ser de vida o muerte y 10 a la que al fin de
cuentas es una tontería. Empiece con la 1a y si no logra pasar de la 3a, está bien.
Ni Ud. se va a morir por ello ni el mundo se va a acabar. Mañana será otro día.
Para hacer la lista, quiero decir. Si usted confía en su lista de tareas tanto (o tan
poco) como yo, le conviene hacerla con lápiz. Así podrá borrar o tachar cuando le
dé la gana. Porque un importante reductor de tensiones consiste en tratar de
permanecer tan flexible como se puede. ¡Las cosas cambian! Y el cambio no es
nuestro enemigo, aun cuando nuestro cerebro lo clasifique como tal. Usted debe
ser capaz de borrar una tarea o su recordatorio en cualquier momento, porque
¡quién diablos sabe cómo será su día!
5. Colabore y coopere.
Hay mucha gente por ahí con listas muy similares a la suya. ¿Por qué no deja que
ellos hagan algunas de sus tareas y Ud. hace alguna de las suyas? Sinergia, la
llaman, y funciona realmente. Por ejemplo, si Ud. es mamá, ¿por qué a veces no le
cuida los niños a su vecina, junto con los suyos, y otro día viceversa?... En este
sentido, la creatividad humana no tiene límites..
6. Ría
Así como la tensión crónica y severa puede dañar los sistemas orgánicos de su
cuerpo, el humor puede curarlos. Cuando la gente se ríe, el sistema nervioso
autónomo se activa y permite al corazón relajarse. La risa también puede
fortalecer el sistema inmunológico, como ha sido descubierto, aumentando la
capacidad de luchar contra virus y células extrañas, y reduce los niveles de las tres
hormonas de la tensión: cortisol, epinefrina, y dopac. Además, es divertido reírse.
Y divertirse es el mejor reductor de la tensión. Así que ríase, con razón o sin razón,
incluso de Ud. mism@. Nunca le va a hcer mal.
7. Haga ejercicio
Si Ud. fue o es un estupendo camarero, quizás. Pero si Ud. tiene problemas, como
yo, para repicar las campanas y al mismo tiempo ir en la procesión, trate de
concentrarse en una sola actividad, cada vez.
9. Ponga límites.
Hablando de actividades, es necesario que Ud. ponga algunos límites, o sea que
fije un tiempo y un lugar para cada cosa de modo que su cerebro no tenga que
ponerse muchos sombreros al mismo tiempo. Yo pensaba que era imposible
cumplir con todas mis tareas mientras no puse límites muy sencillos: por ejemplo
el computador permanece desconectado cuando no trabajo, y no lo uso los fines
de semana a menos que sea absolutamente necesario. Mi cerebro se ha ajustado
amablemente y aprecia el aviso de cuándo y dónde requiero usar cada sombrero,
y ello en realidad ha comenzado a relajarme bastante