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Introducción 432
Se dice que «las grandes ciudades nunca duermen». En Chicago o Los Ánge- corteza sensitiva está organizada de modo que podamos determinar el origen y
les a las 3 de la madrugada las tiendas están abiertas, se hacen repartos, la la naturaleza del estímulo con gran precisión. El capítulo 17 describe la distri-
gente está en la calle y el tráfico se mueve de forma dinámica. El sistema bución de la información sensitiva visceral y trata las respuestas reflejas a la
nervioso central es mucho más complejo que cualquier ciudad y está mucho sensibilidad visceral. El capítulo 18 examina el origen de la sensibilidad y las vías
más ocupado. Existe un flujo continuo de información entre el encéfalo, la implicadas en la transmisión de la información sensitiva especial, como el olfa-
médula espinal y los nervios periféricos. En cualquier momento dado, millo- to o la visión, hasta los centros de procesamiento consciente y subconsciente del
nes de neuronas sensitivas están transmitiendo información a los centros de encéfalo.
procesamiento del SNC, y millones de neuronas motoras están controlando Describiremos tres vías sensitivas que transmiten la información sensitiva
o ajustando las actividades de los efectores periféricos. Este proceso continúa somática hasta la corteza sensitiva de los hemisferios cerebrales o cerebelosos.
las 24 horas del día, estemos despiertos o dormidos. Tu mente consciente Estas vías incluyen una cadena de neuronas.
puede dormir profundamente, pero muchos centros del tronco del encéfalo
están activos toda nuestra vida, realizando funciones autónomas vitales a ■ Una neurona de primer orden es la neurona sensitiva que lleva la sensi-
nivel subconsciente. bilidad hasta el SNC; su cuerpo celular se localiza en un ganglio de la raíz
Existen muchas formas sutiles de interacción, retroalimentación y regu- dorsal o un ganglio de un nervio craneal.
lación que conectan los centros superiores con los diferentes componentes del ■ Una neurona de segundo orden es una interneurona con la que hace
tronco del encéfalo. Sólo unos pocos son conocidos con cierto detalle. En este sinapsis el axón de la neurona de primer orden. El cuerpo celular de la
capítulo nos centraremos en el diseño anatómico que permite a las estructuras neurona de segundo orden puede localizarse en la médula espinal o en el
nerviosas realizar las operaciones sensitivas y motoras, así como otras funciones tronco del encéfalo.
encefálicas superiores, como el aprendizaje y la memoria. ■ En las vías que terminan en la corteza cerebral, la neurona de segundo
orden hace sinapsis con una neurona de tercer orden en el tálamo. El
axón de la neurona de tercer orden lleva la información sensitiva desde el
Vías motoras y sensitivas tálamo hasta el área sensitiva apropiada de la corteza cerebral.
La comunicación entre el SNC, el SNP y los órganos y sistemas periféricos
incluye vías que transmiten la información sensitiva y motora entre la peri- En la mayoría de los casos, el axón de la neurona de primer orden o de
feria y los centros superiores del encéfalo. Cada vía ascendente (sensitiva) o segundo orden se cruza al lado opuesto de la médula espinal o del tronco del
descendente (motora) consta de una cadena de tractos y núcleos asociados. encéfalo cuando asciende. Como consecuencia de este cruzamiento, o decusa-
El procesamiento generalmente tiene lugar en varios puntos a lo largo de ción, la información sensitiva del lado izquierdo del cuerpo se entrega en el lado
una vía, dondequiera que las sinapsis envíen señales de una neurona a otra. derecho del encéfalo, y viceversa. El significado funcional o evolutivo de esta
El número de sinapsis varía de una vía a otra. Por ejemplo, una vía sensitiva decusación es desconocido. En dos de las vías sensitivas (la vía de la columna
que termina en la corteza cerebral incluye tres neuronas, mientras que una posterior y la vía espinotalámica), los axones de las neuronas de tercer orden
vía sensitiva que termina en el cerebelo incluye dos neuronas. Nuestra aten- ascienden en la cápsula interna para hacer sinapsis con las neuronas de la cor-
ción se centrará en las vías relacionadas con los principales tractos sensiti- teza sensitiva primaria del hemisferio cerebral. Puesto que la decusación se pro-
vos y motores de la médula espinal. En general: estos tractos son pares (bila- dujo a nivel de las neuronas de primer orden o de segundo orden, el hemisferio
terales y simétricos a lo largo de la médula espinal), y los axones de cada cerebral derecho recibe información sensitiva del lado izquierdo del cuerpo, y
tracto se agrupan de acuerdo con la región corporal inervada. Todos los trac- viceversa.
tos incluyen tanto el encéfalo como la médula espinal, y el nombre de un La tabla 16.1 identifica y resume las tres vías sensitivas somáticas prin-
tracto a menudo indica su origen y destino. Si el nombre empieza por espino-, cipales, también llamadas vías somatosensitivas: 1) la vía de la columna pos-
el tracto debe comenzar en la médula espinal y terminar en el encéfalo; por terior; 2) la vía espinotalámica, y 3) la vía espinocerebelosa. La figura 16.1
ello debe llevar información sensitiva. La última parte del nombre indica un indica su posición relativa en la médula espinal. Para una mayor claridad, la
núcleo o región principal del encéfalo cerca del final de la vía. Por ejemplo, figura que trata sobre las vías espinales (v. figura 16.2) muestra cómo se
el tracto espinocerebeloso comienza en la médula espinal y termina en el transmite a la corteza cerebral la sensibilidad que se origina en un lado del
cerebelo. Si el nombre termina en –espinal, el tracto debe empezar en el cuerpo. Sin embargo, es importante recordar que estas vías están presentes
encéfalo y terminar en la médula espinal; lleva órdenes motoras. Una vez en ambos lados del cuerpo.
más, el inicio del nombre indica generalmente el origen del tracto. Por
ejemplo, el tracto vestibuloespinal comienza en el núcleo vestibular y termi- Vía de la columna posterior [v. figura 16.2a]
na en la médula espinal. La vía de la columna posterior, o vía lemniscal medial (v. figura 16.2a), lleva
información muy localizada de la piel y el sistema musculoesquelético en rela-
Vías sensitivas [v. figuras 16.1/16.2 y tabla 16.1] ción con la sensibilidad propioceptiva (posición), táctil fina, a la presión y
vibratoria. Esta vía también lleva información acerca del tipo de estímulo, el
Los receptores sensitivos controlan las condiciones tanto en el interior del orga- lugar exacto de estimulación y cuándo comienza y finaliza el estímulo. Por ello
nismo como en el entorno externo. Cuando es estimulado, un receptor pasa la esta vía también proporciona información acerca del «qué», el «dónde» y el
información al sistema nervioso central. Esta información, denominada sensi- «cuándo» de estas sensaciones.
bilidad, llega en forma de potenciales de acción con una fibra aferente (sensi- Los axones de las neuronas de primer orden alcanzan el SNC a través de
tiva). La complejidad de la respuesta a un estímulo particular depende en parte las raíces dorsales de los nervios espinales y las raíces sensitivas de los nervios
de dónde ocurre el procesamiento y de dónde se inicia la respuesta motora. Por craneales. Los axones de las raíces dorsales de los nervios espinales ascienden en
ejemplo, el procesamiento en la médula espinal puede producir una respuesta el fascículo grácil o el fascículo cuneiforme, haciendo sinapsis en el núcleo
motora estereotipada muy rápida, como un reflejo de estiramiento [p. 382] . Sin grácil o el núcleo cuneiforme del bulbo raquídeo. Después las neuronas de
embargo, el procesamiento de la información sensitiva en el tronco del encéfa- segundo orden transmiten la información al tálamo del lado opuesto del encé-
lo puede dar lugar a actividades motoras más complejas, como cambios coor- falo a lo largo del tracto denominado lemnisco medial (lemniskos, cinta). La
dinados en la posición de los ojos, la cabeza, el cuello o el tronco. La mayor decusación tiene lugar a medida que los axones de las neuronas de segundo
parte del procesamiento de la información sensitiva se produce en la médula orden salen de los núcleos para entrar en el lemnisco medial. A medida que
espinal, el tálamo o el tronco del encéfalo; sólo un 1% aproximadamente de la viaja hacia el tálamo, el lemnisco medial incorpora la misma clase de informa-
información proporcionada por las fibras aferentes alcanza la corteza cerebral ción sensitiva (tacto fino, presión y vibración) recogida por los nervios cranea-
y nuestra percepción consciente. Sin embargo, la información que llega a la les V, VII, IX y X.
Fascículo grácil
Vía de la columna
Fascículo cuneiforme posterior
Raíz dorsal
Ganglio de
la raíz dorsal
Tracto espinocerebeloso posterior
Vía
espinocerebelosa
Tracto espinocerebeloso anterior
Raíz ventral
Tracto espinotalámico lateral
Vía
Tracto espinotalámico anterior
espinotalámica
Vía/tracto Sensibilidad Primer orden Segundo orden Tercer orden Destino final Lugar de cruzamiento
Núcleos ventrales
del tálamo
CLAVE
MESENCÉFALO
Axón de la neurona
de primer orden
Neurona
de segundo orden
Lemnisco Neurona
Núcleo grácil medial de tercer orden
y núcleo
cuneiforme
BULBO RAQUÍDEO
MÉDULA ESPINAL
Ganglio de
la raíz dorsal
La información sensitiva ascendente mantiene una estricta organización proyección. Las sensaciones llegan con la información sensitiva desde los dedos
regional a lo largo de la vía de un centro a otro [p. 367] . La información sensiti- de los pies a un extremo de la corteza sensitiva primaria y la información de la
va que entra en la médula espinal por debajo de T6 viaja hasta el bulbo raquídeo cabeza al otro.
en el fascículo grácil, mientras que la información sensitiva que entra en la El individuo «conoce» la naturaleza del estímulo y su localización porque
médula espinal a nivel o por encima de T6 viaja hasta el bulbo raquídeo en el la información se ha proyectado a una porción específica de la corteza sensitiva
fascículo cuneiforme. La información sensitiva de la vía de la columna posterior primaria. Si se transmitiera a otra parte de la corteza sensitiva, la sensación se
se integra en el núcleo ventral posterolateral del tálamo, que clasifica los datos percibiría como si se hubiera originado en una parte diferente del cuerpo. Por
de acuerdo con la región del cuerpo implicada y los proyecta a regiones especí- ejemplo, el dolor de un infarto de miocardio con frecuencia se siente en el bra-
ficas de la corteza sensitiva primaria. Los axones que llevan la información des- zo izquierdo; este es un ejemplo de dolor referido, un tema que se trata en el
de el tálamo hasta la corteza sensitiva se conocen en conjunto como fibras de capítulo 18. Nuestra percepción de una sensación dada como táctil, en lugar de
Homúnculo sensitivo
del hemisferio cerebral izquierdo
PROTUBERANCIA Árbol
de la vida
MESENCÉFALO
CEREBELO
BULBO
RAQUÍDEO
BULBO RAQUÍDEO
MÉDULA ESPINAL
Vía
espinocerebelosa
Tracto Tracto MÉDULA
espinotalámico espinocerebeloso ESPINAL Tracto
lateral posterior espinocerebeloso
anterior
Aferencias propioceptivas de
Sensibilidad dolorosa y térmica los órganos tendinosos
del lado derecho del cuerpo de Golgi, husos musculares
y cápsulas articulares
(c) Tracto espinotalámico lateral (d) Vía espinocerebelosa
como térmica o dolorosa, depende de su procesamiento en el tálamo. Si se lesio- Vía espinotalámica [v. figura 16.2b,c]
nara la corteza cerebral o se seccionaran las fibras de proyección, una persona La vía espinotalámica (v. figura 16.2b,c) conduce la sensibilidad al dolor
aún podría ser consciente de un tacto ligero porque los núcleos talámicos con- y la temperatura y la sensibilidad táctil «grosera» y a la presión. Las neuro-
tinúan intactos. Sin embargo, el individuo sería incapaz de determinar su ori- nas espinotalámicas de primer orden entran en la médula espinal y hacen
gen porque la localización es proporcionada por la corteza sensitiva primaria. sinapsis en las astas posteriores. Los axones de las neuronas de segundo
Si se estimula eléctricamente una zona de la corteza sensitiva primaria, el orden cruzan al lado opuesto de la médula espinal antes de ascender en los
individuo refiere la percepción de sensaciones en una parte específica del cuer- tractos espinotalámicos anterior y lateral. Estos tractos convergen en
po. Estimulando eléctricamente la superficie cortical, los investigadores han los núcleos ventrales posterolaterales del tálamo. Las fibras de proyección
sido capaces de crear un mapa funcional de la corteza sensitiva primaria (v. figu- de las neuronas de tercer orden llevan después la información a la corteza
ra 16.2a). Este mapa sensitivo se denomina homúnculo («hombre pequeño») sensitiva primaria. La tabla 16.1 resume el origen y destino de estos tractos
sensitivo. Las proporciones del homúnculo son obviamente muy diferentes de y la sensibilidad asociada. Para mayor claridad, la figura 16.2 muestra la
las del individuo. Por ejemplo, la cara es enorme y está distorsionada, con labios ruta de distribución de la sensibilidad táctil grosera y a la presión y de
y lengua muy grandes, mientras que la espalda es relativamente minúscula. la sensibilidad dolorosa y térmica del lado derecho del cuerpo. Sin embar-
Estas distorsiones ocurren porque el área de la corteza sensitiva dedicada a una go, ambos lados de la médula espinal tienen tractos espinotalámicos ante-
región particular es proporcional no a su tamaño absoluto sino más bien al rior y lateral.
número de receptores sensitivos que contiene esa región. En otras palabras, se
requieren muchas más neuronas corticales para procesar la información sensi- Vía espinocerebelosa [v. figura 16.2d]
tiva que llega desde la lengua, que tiene decenas de miles de receptores gustati- La vía espinocerebelosa lleva la información propioceptiva relacionada con la
vos y táctiles, que para analizar la sensibilidad que se origina en la espalda, posición de los músculos, tendones y articulaciones al cerebelo, que es respon-
donde los receptores táctiles son escasos y están distantes entre sí. sable de la coordinación fina de los movimientos corporales. Los axones de las
neuronas sensitivas de primer orden hacen sinapsis con las neuronas de segun- Vías motoras [v. figuras 16.3/16.4]
do orden de las astas posteriores de la médula espinal. Los axones de estas neu-
ronas ascienden en los tractos espinocerebelosos anterior y posterior (v. figu- El sistema nervioso central envía órdenes motoras en respuesta a la información
ra 16.2d). que proporcionan los sistemas sensitivos. Estas órdenes se distribuyen a través
del sistema nervioso somático y el sistema nervioso autónomo. El sistema ner-
■ Los axones que cruzan al lado opuesto de la médula espinal entran en el vioso somático (SNS) envía órdenes motoras somáticas que dirigen las contrac-
tracto espinocerebeloso anterior y ascienden hasta la corteza cerebelosa ciones de los músculos estriados. El sistema nervioso autónomo (SNA), o sistema
por medio del pedúnculo cerebeloso superior. Después estas fibras se motor visceral, inerva los efectores viscerales, como los músculos lisos, el múscu-
decusan una segunda vez en el cerebelo para terminar en el cerebelo ipso- lo cardíaco y las glándulas.
lateral1. Las neuronas motoras del SNS y del SNA están organizadas de forma
■ El tracto espinocerebeloso posterior lleva axones que no cruzan al lado diferente. Las vías motoras somáticas (v. figura 16.3a) siempre incluyen al
opuesto de la médula espinal. Estos axones ascienden a la corteza cerebe- menos dos neuronas motoras: una neurona motora superior, cuyo cuerpo
losa a través del pedúnculo cerebeloso inferior. celular se sitúa en un centro de procesamiento del SNC, y una neurona motora
inferior localizada en un núcleo motor del tronco del encéfalo o la médula
Puesto que las neuronas de la vía espinocerebelosa no hacen sinapsis en espinal. La actividad de la neurona motora superior puede excitar o inhibir a la
el tálamo, esta vía lleva información propioceptiva que será procesada a nivel neurona motora inferior, pero sólo el axón de la neurona motora inferior se
subconsciente, en comparación con la información conducida a la corteza cere- extiende hasta las fibras musculares estriadas. La destrucción o lesión de una
bral por la vía de la columna posterior. neurona motora inferior produce una parálisis fláccida de la unidad motora
La tabla 16.1 resume el origen y destino de estos tractos y la sensibilidad inervada. La lesión de una neurona motora superior puede producir rigidez
asociada. muscular, flaccidez o contracciones descoordinadas.
1
El tracto espinocerebeloso anterior también contiene un número relativamente pequeño de axones que En las vías del sistema nervioso autónomo (SNA) están implicadas al
no se cruzan y de axones que se decusan y terminan en el cerebelo contralateral. menos dos neuronas, y una de ellas siempre está localizada en la periferia
Núcleos motores
somáticos del tronco
del encéfalo Neurona
preganglionar
Efectores viscerales
Músculo
liso Núcleos
Ganglios autónomos
Músculo Glándulas autónomos del tronco
estriado MÉDULA del encéfalo
Neuronas Neuronas
ESPINAL Músculo
motoras ganglionares MÉDULA
inferiores cardíaco ESPINAL
Adipocitos
Núcleos motores Núcleos
somáticos de autónomos
la médula espinal de la médula
Neurona espinal
preganglionar
Músculo
estriado
(v. figura 16.3b). El control motor autónomo incluye una neurona pregan- La vía corticoespinal contiene tres pares de tractos descendentes:
glionar cuyo cuerpo celular se sitúa en el SNC y una neurona ganglionar en 1) los tractos corticonucleares bulbares; 2) los tractos corticoespinales laterales,
un ganglio periférico. Los centros superiores del hipotálamo y de otros lugares y 3) los tractos corticoespinales anteriores. Estos tractos entran en la sustancia
del tronco del encéfalo pueden estimular o inhibir a la neurona preganglionar. blanca de la cápsula interna, descienden por el tronco del encéfalo y salen a
Las vías motoras del SNA se describirán en el capítulo 17. cada lado del mesencéfalo formando los pedúnculos cerebrales [p. 410] .
Las órdenes motoras conscientes y subconscientes controlan los múscu-
los estriados viajando a través de tres vías motoras integradas: la vía corticoespi- Tractos corticonucleares bulbares [v. figura 16.4a y tabla 16.2] Los
nal, la vía medial y la vía lateral. La figura 16.4 indica la posición de los tractos axones de los tractos corticonucleares bulbares (bulbar, tronco del encéfalo)
motores asociados en la médula espinal. La actividad en estas vías motoras está (v. figura 16.4a y tabla 16.2) hacen sinapsis con las neuronas motoras inferiores
controlada y ajustada por los ganglios basales y el cerebelo. Sus aferencias esti- de los núcleos motores de los nervios craneales III, IV, V, VI, VII, IX, XI y XII.
mulan o inhiben la actividad de: 1) los núcleos motores, o 2) la corteza motora Los tractos corticonucleares bulbares proporcionan control consciente sobre los
primaria. músculos estriados que mueven el ojo, la mandíbula, la cara y algunos músculos del
cuello y la faringe. Los tractos corticonucleares bulbares también inervan los cen-
Vía corticoespinal [v. figura 16.4] tros motores de las vías medial y lateral [p. 416] .
La vía corticoespinal, en ocasiones llamada sistema piramidal (v. figu-
ra 16.4a), proporciona el control voluntario sobre los músculos estriados. Tractos corticoespinales [v. figura 16.4 y tabla 16.2] Los axones de
Este sistema comienza en las células piramidales de la corteza motora prima- los tractos corticoespinales (v. figura 16.4) hacen sinapsis con las neuro-
ria. Los axones de estas neuronas motoras superiores descienden por el nas motoras inferiores de las astas anteriores de la médula espinal. A medi-
tronco del encéfalo y la médula espinal para hacer sinapsis con las neuronas da que descienden, los tractos corticoespinales son visibles a lo largo de la
motoras inferiores que controlan los músculos estriados. En general, la vía superficie ventral del bulbo raquídeo en forma de un par de bandas gruesas,
corticoespinal es directa: las neuronas motoras superiores sinaptan directa- las pirámides. A lo largo de la longitud de las pirámides, aproximadamente
mente con las neuronas motoras inferiores. Sin embargo, la vía corticoespi- el 85% de los axones cruzan la línea media (se decusan) para entrar en los
nal también funciona indirectamente, como cuando inerva los centros de tractos corticoespinales laterales del lado contralateral de la médula espi-
las vías medial y lateral. nal. El tracto corticoespinal lateral hace sinapsis con las neuronas motoras
Homúnculo motor de la corteza motora Figura 16.4 La vía corticoespinal y los tractos motores descendentes
CLAVE primaria del hemisferio cerebral izquierdo en la médula espinal
Axón de la neurona (a) La vía corticoespinal se origina en la corteza motora primaria. Los tractos
de primer orden corticonucleares bulbares terminan en los núcleos motores de los nervios
Neurona craneales del lado opuesto del encéfalo. La mayor parte de las fibras de esta vía
de segundo orden se cruzan en el bulbo y entran en los tractos corticoespinales laterales; el resto
descienden en los tractos corticoespinales anteriores y se cruzan después de
alcanzar los segmentos correspondientes de la médula espinal. (b) Vista en una
sección transversal que indica la localización de los principales tractos motores
descendentes que contienen los axones de las neuronas motoras superiores. El
origen y destino de estos tractos se describen en la tabla 16.2. Los tractos
sensitivos (que se muestran en la figura 16.1) aparecen con líneas de puntos.
A los Tracto
músculos corticonuclear
estriados bulbar
Núcleos motores
de los nervios
craneales Raíz dorsal Tracto corticoespinal lateral
Pedúnculo cerebral
A los MESENCÉFALO Ganglio de
músculos la raíz dorsal
estriados
Núcleos motores
de los nervios
craneales
BULBO
RAQUÍDEO
Tracto
Decusación rubroespinal
de las pirámides Pirámides
Tracto
corticoespinal
Raíz ventral
lateral
Tracto Tracto vestibuloespinal
A los corticoespinal
anterior Tracto Tracto reticuloespinal
músculos
corticoespinal
estriados MÉDULA ESPINAL anterior Tracto tectoespinal
(a) Vía corticoespinal (b) Vista en una sección transversal de los tractos motores descendentes en la médula espinal
TABLA 16.2 Principales vías descendentes (motoras) y funciones generales de los núcleos asociados al núcleo del encéfalo
Localización de la neurona
Vía/tracto motora superior Destino Lugar de cruzamiento Acción
VÍA CORTICOESPINAL
Tractos corticonucleares Corteza motora primaria Neuronas motoras inferiores de los Tronco del encéfalo Control motor consciente de
bulbares (hemisferio cerebral) núcleos de los nervios craneales en el los músculos estriados
tronco del encéfalo
Tractos corticoespinales Como el anterior Neuronas motoras inferiores de las Pirámides del bulbo raquídeo Como los anteriores
laterales astas anteriores de la médula espinal
Tractos corticoespinales Como los anteriores Como los anteriores A nivel de la neurona motora Como los anteriores
anteriores inferior
VÍA MEDIAL
Tractos vestibuloespinales Núcleo vestibular (en el Como los anteriores Ninguno (directos) Regulación subconsciente del
límite entre la protuberancia equilibrio y el tono muscular
y el bulbo raquídeo)
Tractos tectoespinales Techo del mesencéfalo: Neuronas motoras inferiores de las Tronco del encéfalo (mesencéfalo) Regulación subconsciente de la
colículos superiores e astas anteriores (sólo en la médula posición de los ojos, la cabeza,
inferiores espinal cervical) el cuello y el miembro superior
en respuesta a los estímulos
visuales y auditivos
Tractos reticuloespinales Formación reticular (red de Neuronas motoras inferiores de las Ninguno (directos) Regulación subconsciente de la
núcleos en el tronco del astas anteriores de la médula espinal actividad refleja
encéfalo)
VÍA LATERAL
Tractos rubroespinales Núcleos rojos del Como los anteriores Tronco del encéfalo (mesencéfalo) Regulación subconsciente del
mesencéfalo tono muscular y el movimiento
del miembro superior
inferiores de las astas anteriores a todos los niveles de la médula espinal. El Vías mediales y laterales [v. figuras 16.4b/16.5
otro 15% continúa sin cruzarse a lo largo de la médula espinal formando los y tabla 16.2]
tractos corticoespinales anteriores. En el segmento espinal al que se diri- Varios centros del cerebro, el diencéfalo y el tronco del encéfalo pueden enviar
ge, un axón del tracto corticoespinal anterior se decusa al lado contralateral órdenes motoras somáticas como resultado del procesamiento realizado a nivel
de la médula espinal en la comisura blanca anterior. Después la neurona subconsciente [pp. 397, 410, 414] . Estos centros y sus tractos asociados fueron
motora superior hace sinapsis con las neuronas motoras inferiores de las conocidos largo tiempo como el sistema extrapiramidal (SEP) porque se pensa-
astas anteriores de la región cervical y torácica superior de la médula espi- ba que operaban independiente y paralelamente al sistema piramidal (vía corti-
nal. La información concerniente a estos tractos y sus funciones asociadas coespinal). Este esquema de clasificación es tanto inexacto como confuso, por-
se resume en la tabla 16.2. que el control motor se integra a todos los niveles a través de extensos circuitos
de retroalimentación e interconexiones. Es más apropiado agrupar estos núcleos
Homúnculo motor La actividad de las células piramidales de una por-
ción específica de la corteza motora primaria dará lugar a la contracción de
músculos periféricos específicos. La identidad de los músculos estimulados
depende de la región de la corteza motora que está activa. Como en la cor-
teza sensitiva primaria, la corteza motora primaria se corresponde punto
por punto con regiones específicas del cuerpo. Las áreas corticales se han
mapeado de forma esquemática, creando un homúnculo motor. La figu-
Nota clínica
ra 16.4a muestra el homúnculo motor del hemisferio cerebral izquierdo y
la vía corticoespinal que controla los músculos estriados del lado derecho Parálisis cerebral El término parálisis cerebral se refiere a una serie
del cuerpo. de trastornos que afectan a la ejecución motora voluntaria, que aparecen
Las proporciones del homúnculo motor son bastante diferentes de las durante la lactancia o la infancia y que persisten a lo largo de la vida del
del cuerpo real (v. figura 16.4a) porque el área motora destinada a una individuo afectado. La causa puede ser un traumatismo del SNC asociado a
un parto prematuro o inusualmente estresante, exposición materna a
región específica de la corteza es proporcional al número de unidades moto-
tóxicos, incluyendo el alcohol, o un defecto genético que causa un
ras implicadas en el control de la región más que a su tamaño real. Como
desarrollo inadecuado de las vías motoras. Los problemas del parto y el
consecuencia, el homúnculo proporciona una indicación del grado de con- alumbramiento pueden causar una compresión o interrupción de la
trol motor fino que aporta. Por ejemplo, las manos, la cara y la lengua, que circulación placentaria o del aporte de oxígeno. Si la concentración de
son capaces de movimientos variados y complejos, aparecen muy grandes, oxígeno en la sangre fetal disminuye significativamente durante tan poco
mientras que el tronco es relativamente pequeño. Estas proporciones son tiempo como 5-10 minutos, la función del SNC puede afectarse de forma
similares a las del homúnculo sensitivo (v. figura 16.2a, p. 434). Los ho- permanente. La corteza cerebral, el cerebelo, los ganglios basales, el
múnculos sensitivo y motor difieren en otros aspectos porque algunas hipocampo y el tálamo son particularmente sensibles, y pueden producirse
regiones muy sensibles, como la planta del pie, contienen pocas unidades anomalías de las habilidades motoras, la postura y el equilibrio, la
motoras, y algunas áreas con abundancia de unidades motoras, como los memoria, el habla y la capacidad de aprendizaje.
músculos oculares, no son particularmente sensibles.
y tractos en base a las principales funciones que realizan: los componentes de lizadas en los colículos superiores descienden en los tractos tectoespinales.
las vías mediales ayudan a controlar los movimientos groseros del tronco y los Estos axones se cruzan al lado opuesto inmediatamente antes de descender para
músculos proximales de los miembros, mientras que los de las vías laterales hacer sinapsis con las neuronas motoras inferiores del tronco del encéfalo o la
ayudan a controlar los músculos distales de los miembros que llevan a cabo médula espinal. Los axones de los tractos tectoespinales dirigen los cambios
movimientos más precisos. reflejos en la posición de la cabeza, el cuello y los miembros superiores en res-
Las vías mediales y laterales pueden modificar o dirigir las contracciones puesta a la luz brillante, los movimientos súbitos o los sonidos intensos.
del músculo estriado estimulando, facilitando o inhibiendo las neuronas moto- La formación reticular es una red parcialmente organizada de neuronas
ras inferiores. Es importante apreciar que los axones de las neuronas motoras que se extiende a lo largo del tronco del encéfalo. La formación reticular recibe
superiores de las vías mediales y laterales hacen sinapsis en las mismas neuronas aferencias de casi todas las vías ascendentes y descendentes. También tiene
motoras inferiores inervadas por la vía corticoespinal. Esto significa que las interconexiones extensas con los núcleos del cerebro, el cerebelo y el tronco del
diferentes vías motoras interaccionan no sólo en el encéfalo a través de las inter- encéfalo. Los axones de las neuronas motoras superiores de la formación reti-
conexiones entre la corteza motora primaria y los centros motores del tronco cular descienden en los tractos reticuloespinales sin cruzarse al lado opuesto.
del encéfalo, sino también mediante interacciones excitatorias o inhibitorias a Los efectos de la estimulación de la formación reticular están determinados por
nivel de las neuronas motoras inferiores. la región estimulada. Por ejemplo, la estimulación de las neuronas motoras
superiores de una porción de la formación reticular produce los movimientos
Vía medial El control del tono muscular y de los movimientos groseros del oculares, mientras que la estimulación de otra porción activa los músculos res-
cuello, el tronco y los músculos proximales de los miembros se transmite prin- piratorios.
cipalmente por la vía medial. Las neuronas motoras superiores de la vía medial
se localizan en los núcleos vestibulares, los colículos superiores e inferiores y la Vía lateral La información principal que transmite la vía lateral es el control
formación reticular (v. figura 16.5). del tono muscular y de los movimientos de las porciones distales de los miem-
Los núcleos vestibulares reciben información, a través del nervio vestibu- bros superiores. Las órdenes que conduce la vía lateral típicamente facilitan los
lococlear (N VIII), de los receptores del oído interno que controlan la posición músculos flexores e inhiben los músculos extensores. Las neuronas motoras
y el movimiento de la cabeza. Estos núcleos responden a los cambios en la superiores de la vía lateral se sitúan en los núcleos rojos del mesencéfalo [p. 410] .
orientación de la cabeza, enviando órdenes motoras que alteran el tono muscu- Los axones de las neuronas motoras superiores de los núcleos rojos se cruzan al
lar, la extensión, y la posición del cuello, los ojos, la cabeza y los miembros. El lado opuesto del encéfalo y descienden por la médula espinal en los tractos
objetivo principal es mantener la postura y el equilibrio. Las fibras descendentes rubroespinales (ruber, rojo). En el ser humano los tractos rubroespinales son
en la médula espinal constituyen los tractos vestibuloespinales (v. figu- pequeños y se extienden sólo hasta la médula espinal cervical. Proporcionan
ra 16.4b). control motor sobre los músculos distales de los miembros superiores; normal-
Los colículos superiores e inferiores se localizan en el tectum, o techo, del mente, su papel es insignificante en comparación con el de los tractos cortico-
mesencéfalo [p. 410] . Los colículos reciben la sensibilidad visual (superiores) y espinales laterales. Sin embargo, los tractos rubroespinales pueden ser impor-
auditiva (inferiores), y estos núcleos están implicados en coordinar o dirigir las tantes para mantener el control motor y el tono muscular en los miembros
respuestas reflejas a estos estímulos. Los colículos superiores reciben informa- superiores si se lesionan los tractos corticoespinales laterales.
ción auditiva transmitida desde los colículos inferiores, así como información La tabla 16.2 revisa los principales tractos motores que hemos comentado
somatosensitiva colateral. Los axones de las neuronas motoras superiores loca- en esta sección.
Tálamo
Ganglios
Putamen
basales
Globo pálido
Colículo superior
Colículo inferior
Núcleo rojo
Techo Núcleos cerebelosos
Formación reticular
Protuberancia
Núcleo vestibular
Bulbo raquídeo
Nervio craneal (#) Ganglio sensitivo Rama Función principal Agujero Inervación
Tracto olfativo
Cuerpo
Quiasma óptico
mamilar
Nervio óptico (N II)
Arteria
basilar Infundíbulo
Nervio trigémino (N V)
Nervio
vestibulococlear (N VIII)
Nervio
glosofaríngeo (N IX)
Protuberancia Nervio vago (N X)
Arteria
vertebral Nervio hipogloso (N XII)
Cerebelo
Bulbo
Nervio accesorio (N XI)
raquídeo
(a) Vista inferior
Médula
espinal
(b) Vista inferior
Crista galli
Diafragma
Bulbo olfativo (terminación de N I)
de la silla
Tracto olfativo
Infundíbulo
Nervio óptico (N II)
un método útil de clasificación, pero se basa en la función principal, y un nervio El primer par de nervios craneales (v. figura 15.22) lleva la información
craneal puede tener funciones secundarias importantes. Hay dos ejemplos que sensitiva especial responsable del sentido del olfato. Los receptores olfativos son
merece la pena señalar: neuronas especializadas del epitelio que cubre el techo de la cavidad nasal, el
cornete nasal superior del etmoides y la parte superior del tabique nasal. Los
1. Como en cualquier otra parte del SNP, un nervio que contiene decenas de axones de estas neuronas sensitivas se reúnen para formar 20 haces o más que
miles de fibras motoras para un músculo estriado también contendrá penetran en la lámina cribosa del etmoides. Estos haces son componentes de los
fibras sensitivas de los propiorreceptores de ese músculo. Se asume que nervios olfativos (N I). Casi inmediatamente estos haces entran en los bulbos
estas fibras sensitivas están presentes pero se ignoran en la clasificación olfativos, masas nerviosas a cada lado de la crista galli. Los aferentes olfativos
fundamental del nervio. sinaptan en los bulbos olfativos. Los axones de las neuronas postsinápticas se
2. Independientemente de sus otras funciones, varios nervios craneales dirigen al cerebro a lo largo de los finos tractos olfativos (v. figuras 15.21
(N III, N VII, N IX y N X) distribuyen fibras autónomas a los ganglios y 15.22).
periféricos, al igual que los nervios espinales que las reparten a los gan- Debido a que los tractos olfativos parecen nervios periféricos típicos,
glios a lo largo de la médula espinal. La presencia de un pequeño número hace aproximadamente 100 años los anatomistas identificaron erróneamen-
de fibras autónomas se señalará (y tratará más adelante en el capítulo 17) te estos tractos como el primer nervio craneal. Estudios posteriores demos-
pero se ignorará en la clasificación del nervio. traron que los tractos y bulbos olfativos son parte del cerebro, pero por
entonces el sistema de numeración ya estaba firmemente establecido. Los
Nervio olfativo (N I) [v. figuras 15.21/15.22] anatomistas agruparon un bosque de finos haces nerviosos olfativos bajo el
nombre de N I.
Función principal: sensitivo especial (olfato). Los nervios olfativos son los únicos nervios craneales unidos directamen-
Origen: receptores del epitelio olfativo. te al cerebro. El resto se originan o terminan en núcleos del diencéfalo o el
Pasa a través de: lámina cribosa del etmoides [p. 149] . tronco del encéfalo, y la información sensitiva ascendente hace sinapsis en
Destino: bulbos olfativos. el tálamo antes de alcanzar el cerebro.
NERVIO
Fibras
OLFATIVO (N I)
del nervio
olfativo
Lámina cribosa
del etmoides
Epitelio olfativo
Ojo
Bulbo olfativo
Tracto olfativo
NERVIO
ÓPTICO (N II)
Quiasma óptico
Hipófisis
Tracto óptico
Radiaciones
ópticas (fibras
de proyección)
Corteza visual
(en los lóbulos occipitales)
Nervio oculomotor (nervio motor ocular músculos intrínsecos oculares. Estos músculos modifican el diámetro de la
pupila ajustando la cantidad de luz que entra en el ojo, y cambian la forma del
común) (N III) [v. figuras 15.21/15.24] cristalino para centrar las imágenes en la retina.
Función principal: motor, movimientos oculares.
Origen: mesencéfalo. Nervio troclear (nervio patético) (N IV)
Pasa a través de: hendidura esfenoidal del esfenoides [p. 149] .
[v. figuras 15.21/15.24]
Destino: motor somático: músculos rectos superior, inferior y medial; el
músculo oblicuo inferior; el músculo elevador del párpado superior Función principal: motor, movimientos oculares.
[p. 267] . Origen: mesencéfalo.
Motor visceral: músculos intrínsecos del ojo. Pasa a través de: hendidura esfenoidal del esfenoides [p. 149] .
Destino: músculo oblicuo superior [p. 267] .
El mesencéfalo contiene los núcleos motores que controlan el tercero y
cuarto nervios craneales. Los nervios oculomotores (N III) emergen de la El nervio troclear (trochlea, polea), el menor de los nervios craneales,
superficie ventral del mesencéfalo (v. figura 15.21) y atraviesan la pared orbita- inerva el músculo oblicuo superior del ojo (v. figura 15.24). El núcleo motor se
ria posterior a nivel de la hendidura esfenoidal. El nervio oculomotor (v. figu- sitúa en la porción ventrolateral del mesencéfalo, pero las fibras emergen de la
ra 15.24) controla cuatro de los seis músculos extraoculares y el músculo ele- superficie del techo para entrar en la órbita a través de la hendidura esfenoidal
vador del párpado superior que levanta el párpado superior. (v. figura 15.21). El término nervio troclear debería recordarle que el músculo
El nervio oculomotor también contiene fibras autónomas pregangliona- inervado pasa a través de un polea ligamentosa, o tróclea, en el trayecto hacia su
res a las neuronas del ganglio ciliar. Las neuronas ganglionares controlan los inserción en la superficie superior del ojo.
NERVIO NERVIO
Músculo NERVIO Quiasma OCULOMOTOR TROCLEAR
recto superior ÓPTICO (N II) óptico (N III) (N IV)
Músculo
oblicuo
superior
Tróclea
Músculo
elevador
del párpado
superior
Nervio
trigémino (N V),
seccionado
Músculo
Nervio
oblicuo
vestibulococlear (N VIII),
inferior
seccionado
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3ECCIØN 8) Sistema nervioso periférico
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#APÓTULO Nervios craneales
a) Fibras eferentes somáticas: son aquellas que tienen NERVIOS MOTORES OCULARES
su origen real en núcleos motores del tronco del encéfalo.
Si están destinadas a inervar músculos estriados derivados
Los nervios motores oculares son el nervio oculomotor
de los primeros somitómeros se denominan fibras eferen-
(III par, nervio motor ocular común), el nervio troclear
tes somáticas generales. Si su destino son los músculos
(IV par, nervio patético) y el nervio abducens (VI par,
que se originan en los arcos branquiales, se denominan
nervio motor ocular externo)
fibras eferentes somáticas especiales.
Aunque se trata de nervios completamente individuali-
b) Fibras eferentes viscerales: son fibras vegetativas de
zados, su estudio conjunto simplifica su descripción, ya
carácter parasimpático para inervar musculatura lisa y
que tienen un trayecto semejante y, además, actúan con-
glándulas. Tienen su origen real en los núcleos parasimpá-
juntamente sobre la movilidad del globo ocular.
ticos craneales.
Recomendamos al lector leer previamente al estudio de
c) Fibras aferentes somáticas: son aquellas que tienen
estos nervios, el apartado de los músculos del globo ocular.
su origen real en ganglios sensitivos asociados al trayecto
Los nervios motores oculares contienen fibras eferentes
del nervio craneal. Pueden ser fibras aferentes somáticas
estriomotoras para la musculatura extrínseca del ojo y uno
generales (las que recogen sensibilidad de piel, mucosas y
de ellos, el nervio oculomotor, transporta, además, fibras
aparato locomotor) y fibras aferentes somáticas especia-
eferentes parasimpáticas para la musculatura lisa intrínseca
les (las que recoge el nervio vestibulococlear procedentes
del globo ocular y está asociado, en la órbita, al ganglio ci-
de órganos especiales de los sentidos).
liar. Estos nervios, al mover el ojo, permiten orientar la mira-
d ) Fibras aferentes viscerales: son fibras que tienen
da y asegurar que las imágenes se enfoquen sobre la parte
también su cuerpo neuronal en los ganglios sensitivos y
central de la retina; al actuar sobre los músculos lisos del ojo
recogen información de las vísceras. Se distinguen fibras
controlan la cantidad de luz que llega a la retina y el enfoque
aferentes viscerales especiales (las que proceden de los
de los objetos según la distancia a la que se encuentran.
receptores gustativos) y fibras aferentes viscerales gene-
rales (las que recogen todas las sensaciones originadas en
las vísceras, desde sensación de plenitud a dolor).
Origen aparente (Figs. 18-1 y 18-2)
En el estudio que haremos de los componentes fibrila-
res de los nervios craneales emplearemos, con preferencia, El nervio oculomotor emerge de la superficie ventral del
términos que indican de forma mas directa el significado mesencéfalo; lo hace por varias raíces a nivel del borde
funcional de las fibras. Así; 1) las fibras eferentes somáticas interno del pedúnculo cerebral, las cuales enseguida con-
se denominarán fibras estriomotoras, independiente- vergen en un tronco único.
mente de que inerven músculos derivados de miotomos o El nercio troclear es el único par craneal que sale por la
de arcos branquiales; 2) las fibras aferentes se especificarán superficie dorsal del tronco del encéfalo; nace en el mesen-
como procedentes de mucosas, de piel, de duramadre, de céfalo inmediatamente por debajo del colículo inferior.
vísceras, etc.; y 3) las fibras eferentes viscerales se denomi- El nervio abducens sale por el surco bulboprotuberan-
narán fibras vegetativas parasimpáticas. cial en las proximidades de la línea media, inmediatamen-
te por encima de la pirámide bulbar.
Clasificación funcional
Trayecto y distribución (Fig. 18-2)
Los nervios craneales pueden clasificarse conforme al tipo
de fibras que contienen. A diferencia de los nervios espi-
Tras emerger del tronco del encéfalo, los tres nervios se
nales, que son nervios mixtos —es decir, llevan fibras mo-
dirigen hacia la órbita, para lo cual recorren primero el
toras y sensitivas— los nervios craneales tienen una orga-
espacio subaracnoideo de la fosa craneal posterior, luego
nización más compleja e irregular. Hay nervios motores,
convergen sobre el seno cavernoso en la fosa craneal me-
sensitivos y mixtos; algunos conducen, además, fibras pa-
dia, el cual atraviesan, y, finalmente, penetran en la cavi-
rasimpáticas preganglionares para musculatura lisa y glán-
dad orbitaria por la fisura orbitaria superior distribuyén-
dulas. Por determinados trayectos de algún nervio craneal
dose por los diferentes músculos extraoculares.
(V par) circulan, también, fibras parasimpáticas pre y pos-
En la fosa craneal posterior (Fig. 18-12) discurren baña-
ganglionares «prestadas» por otros nervios.
dos en el líquido cefalorraquídeo del espacio subaracnoi-
Se distinguen:
deo. El nervio oculomotor recorre la cisterna interpe-
Nervios motores puros: IV, VI, XI, XII duncular, donde establece importantes relaciones con el
Nervio motor y parasimpático: III polígono de Willis; pasando primero entre la pinza arte-
Nervio sensitivo puro (sensorial): VIII rial formada por las arterias cerebral posterior y cerebelosa
Nervio mixto (sensitivo y motor): V superior (Fig. 18-12) y, luego, a los lados de la comuni-
Nervios mixtos (motor, sensitivo y parasimpático): VII, IX, X cante posterior. El nervio troclear tiene un trayecto más
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3ECCIØN 8) Sistema nervioso periférico
N. ciliares cortos
Ganglio ciliar
N. oculomotor
M. oblicuo
superior
N. troclear R. superior
III par
Nervio óptico
M. recto
externo
N. abducens
Raíz oculomotora
&IGURA
Trayecto general de los nervios motores oculares.
largo debido a su origen dorsal; se dirige hacia delante carótida interna; una delicada vaina fibrosa aísla el nervio
contorneando el pedúnculo cerebral bajo el borde libre de de la sangre venosa. Los nervios oculomotor y troclear dis-
la tienda del cerebelo y en la proximidad de la arteria cere- curren por la pared externa del seno en el espesor de la
belosa superior. El nervio abducens se incurva fuerte- duramadre; el nervio oculomotor por encima del troclear,
mente hacia arriba entre el puente y el canal basilar; en y, ambos, por encima del nervio oftálmico (rama del V par).
este espacio discurre por la cisterna basal por fuera de la
arteria basilar y, normalmente, por detrás de la arteria ce-
rebelosa anteroinferior. Las infecciones del seno cavernoso (tromboflebi-
tis) son complicaciones muy graves de infecciones de
la cara que se propagan por las venas orbitarias. En
Las relaciones de estos nervios con las arterias men- estos casos, los nervios motores oculares están afecta-
cionadas son de gran importancia, pues explican que los dos y se producen parálisis de los músculos del globo
aneurismas de estos vasos puedan afectar a los nervios y ocular. Los aneurismas de la carótida interna dentro
provocar parálisis de los músculos del globo ocular. del seno cavernoso comprimen los nervios que lo atra-
viesan.
Para alcanzar el seno cavernoso los nervios deben perfo-
rar la duramadre (Fig. 18-3). El nervio oculomotor atra-
viesa el techo del seno cavernoso por fuera de la apófisis Finalmente, los nervios motores oculares abandonan el
clinoides posterior, entre las inserciones de los bordes libre seno cavernoso por su extremo anterior y alcanzan la órbi-
y adherente de la tienda del cerebelo. El nervio troclear ta por la fisura orbitaria superior (Fig. 18-4). El acceso a la
pasa bajo el borde libre de la tienda del cerebelo y alcanza órbita por esta puerta es algo distinta para cada nervio. El
el techo del seno cavernoso inmediatamente por detrás y nervio oculomotor se divide poco antes de salir del seno
por fuera del III par. El nervio abducens perfora la dura- cavernoso en una rama superior y otra inferior, las cuales
madre más abajo, a los lados del dorso de la silla turca; pasan por el anillo tendinoso común frente a la parte an-
oculto bajo la duramadre sube hacia el borde superior del cha e interna de la fisura orbitaria superior. El nervio ab-
peñasco, el cual surca por un pequeño túnel meníngeo ducens atraviesa igualmente el anillo tendinoso común
sobre el vértice del peñasco. por fuera de las ramas del nervio oculomotor. El nervio
Una vez en el seno cavernoso, el nervio abducens se troclear, antes de acceder a la órbita, salta por encima del
sitúa en su interior, inmediatamente por fuera de la arteria nervio oculomotor y atraviesa la porción estrecha de la
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#APÓTULO Nervios craneales
N. oculomotor
N. troclear
Hipófisis
N. abducens
A. carótida interna
N. oftálmico
Seno esfenoidal
N. maxilar
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3ECCIØN 8) Sistema nervioso periférico
N. abducens
N. oculomotor
(r. inferior)
&IGURA Distribución de los nervios motores oculares en una visión anterior de la órbita.
dispone inmediatamente por delante de la sustancia gris Nervio troclear (Fig. 18-6)
central. Las axones se dirigen hacia delante en la calota
mesencefálica, atravesando el núcleo rojo y la parte me- Las fibras estriomotoras tienen su origen real en el núcleo
dial de la sustancia negra; finalmente, escapan del tronco troclear. Éste consiste en una pequeña población neuro-
del encéfalo por el origen aparente del nervio. Las fibras nal situada en el mesencéfalo, caudalmente al núcleo ocu-
inervan los músculos elevador del párpado superior, lomotor, en la parte ventral de la sustancia gris central, a la
recto superior, recto inferior, recto medial y oblicuo in- altura del colículo inferior. Las fibras que salen del núcleo
ferior. se dirigen hacia atrás contorneando la sustancia gris cen-
Las fibras eferentes vegetativas son de naturaleza para- tral; dorsalmente al acueducto cerebral se entrecruzan to-
simpática. Tienen su origen real en el núcleo oculomotor talmente (decusación troclear); finalmente, abandonan
accesorio (de Edinger-Westphal), el cual se sitúa dorsome- el mesencéfalo bajo el colículo inferior. El nervio troclear
dialmente con respecto al núcleo oculomotor. Ambos nú- está formado por fibras cruzadas que inervan el músculo
cleos constituyen el denominado complejo oculomotor. Las oblicuo superior.
fibras (fibras parasimpáticas preganglionares) siguen el
mismo trayecto intracentral e intracraneal que las fibras
estriomotoras. En la órbita viajan con la rama inferior
del III par y alcanzan el ganglio ciliar por la raíz oculo- Nervio abducens (Fig. 18-7)
motora (Fig. 19-9). En el ganglio hacen sinapsis con la
segunda neurona parasimpática, cuyas fibras posganglio- Está formado, como el precedente, por fibras exclusiva-
nares se incorporan a los nervios ciliares cortos y pene- mente estriomotoras que tienen su origen real en el núcleo
tran en el globo ocular. Inervan el esfínter liso de la pupi- abducens. Se trata de una población neuronal de forma
la y el músculo ciliar. Estas fibras constituyen el brazo redondeada situada en la placa ventricular del puente muy
eferente de los importantes reflejos de acomodación a la cerca de la línea media; contribuye a formar el colículo
luz y a la distancia. El esfínter liso de la pupila constriñe facial del suelo del IV ventrículo. Sus axones se dirigen
la pupila (miosis) reduciendo la cantidad de luz que en- hacia delante y hacia abajo atravesando la calota protube-
tra en el ojo; el músculo ciliar aumenta la curvatura del rancial, el lemnisco medial y la porción anterior del puen-
cristalino para enfocar los objetos cercanos. te para salir finalmente por el origen aparente en el surco
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#APÓTULO Nervios craneales
N. oculomotor
MÚSCULOS DEL GLOBO OCULAR
Los músculos del globo ocular (músculos extraocula-
res) son siete músculos estriados que se encuentran en la
Ganglio ciliar cavidad orbitaria (Figs. 18-8 y 18-9). Seis de ellos movili-
zan el ojo y uno, el párpado superior.
Se pueden distinguir tres grupos: músculos rectos,
músculos oblicuos y músculo elevador del párpado supe-
rior. Se denomina músculo orbitario a un conjunto muy
&IGURA
Origen real y sistematización fibrilar del ner- fino de fibras musculares lisas que cubren parcialmente la
vio oculomotor en una sección transversal del mesencéfalo
a nivel del colículo superior. 1) Territorio de inervación mo- fisura orbitaria inferior.
tora (rojo): músculos elevador del párpado, recto superior, Los múculos rectos son cuatro cintas musculares que
recto medial, recto inferior y oblicuo inferior. 2) Territorio se extienden desde el fondo de la órbita hasta la escleróti-
de inervación parasimpática (azul): músculos ciliar y esfín- ca. Reciben la denominación de la pared orbitaria con la
ter liso de la pupila.
que se relacionan: recto superior, recto medial, recto in-
ferior y recto lateral.
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3ECCIØN 8) Sistema nervioso periférico
N. abducens
Las fascias de los músculos rectos se unen entre sí dando
lugar a la formación de un cono musculoaponeurótico,
lleno de grasa situado entre el anillo tendinoso y el globo
ocular, y por el que discurren gran parte de los nervios y
vasos de la cavidad orbitaria (véase Topografía de la órbita).
Los músculos oblicuos son el oblicuo superior y el in-
ferior.
&IGURA
Origen real y sistematización fibrilar del ner- El músculo oblicuo superior se origina en el periostio
vio abducens en una sección transversal del puente. Terri- orbitario superomedialmente al conducto óptico; sigue la
torio de inervación motora: músculo recto lateral. arista que separa el techo de la pared medial de la órbita,
por encima del recto medial, y cerca del reborde orbitario
M. oblicuo inferior
M. oblicuo
superior
M. recto superior
M. recto
medial M. recto lateral
M. elevador
del párpado
superior
Anillo tendinoso
común
N. óptico
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#APÓTULO Nervios craneales
M. recto
superior
M. oblicuo
superior
N. óptico
Anillo tendinoso
común
M. recto medial
M. recto lateral
M. recto inferior
M. oblicuo inferior
se continúa con un tendón cilíndrico que se introduce en atravesando los fascículos del músculo orbicular del ojo.
un anillo de cartílago fibroso (la tróclea) que se fija en la La lámina profunda se inserta en el borde superior del
fosita troclear de la órbita. Apoyado sobre la polea y ro- tarso. Acompañando a esta lámina profunda hay fibras
deado de una vaina tendinosa, el tendón cambia de direc- musculares lisas (músculo tarsal superior).
ción y se dirige oblicuamente hacia fuera y hacia atrás,
pasa por encima del globo ocular, bajo el recto superior y
termina mediante un tendón plano en la parte superolate- Acciones
ral del hemisferio posterior del globo ocultar.
El músculo oblicuo inferior es el único de los múscu- El músculo elevador del párpado superior eleva el pár-
los del ojo que no nace en el fondo de la órbita. Tiene su pado y mantiene abierta la hendidura palpebral. Su anta-
origen en el suelo de la órbita, lateral al conducto nasola- gonista es el orbicular de los ojos. Su acción controla la
grimal; se dirige oblicuamente hacia fuera y hacia atrás intensidad de luz y contribuye al parpadeo, que facilita la
sobre el suelo de la órbita, pasa bajo la terminación del distribución de las lágrimas. El músculo tarsal superior
músculo recto inferior y termina por un tendón plano en ayuda al elevador y participa en la expresión de mirada
la parte inferolateral del hemisferio posterior del globo asustada.
ocular. El trayecto del músculo es paralelo al de la porción Los músculos rectos y oblicuos movilizan el globo
terminal del músculo oblicuo superior. ocular. El ojo se mueve en torno a tres ejes: transversal,
El músculo elevador del párpado superior es un vertical y anteroposterior. Los movimientos se definen se-
músculo delgado y triangular. Se origina en el periostio gún el desplazamiento de la pupila. Sobre el eje transversal
por encima del conducto óptico y se dirige hacia delante se producen los movimientos de elevación y descenso; sobre
inmediatamente por debajo del techo de la órbita. Termi- el eje vertical se producen los de aproximación (aducción) y
na mediante una lámina tendinosa amplia que se expande separación (abducción); en fin, sobre el eje anteroposterior
en abanico por toda la anchura del párpado superior. se producen las rotaciones medial y lateral (Fig. 18-10; Ta-
Dicha lámina tendinosa se divide en una lámina super- bla 18-1).
ficial y una lámina profunda. La lámina superficial ter- Los músculos rectos lateral y medial tienen acciones
mina en la piel párpado pasando por encima del tarso y simples, únicamente sobre el eje vertical. Así, el músculo
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3ECCIØN 8) Sistema nervioso periférico
M. recto medial
M. recto lateral
M. recto inferior
M. oblicuo inferior
&IGURA
Representación esquemática de las acciones de los músculos del globo ocular. Las flechas negras indican la
dirección del movimiento (véase Tabla 18-1).
-ÞSCULO !CCIØN
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1036 Sistema respiratorio
Aparato receptor
Se ubica en la mucosa de las cavidades nasales, en un terri-
Celdillas etmoidales torio delimitado, la mancha olfatoria [mucosa pituitaria] (figs.
Son cavidades neumáticas, tapizadas de mucosa, desarrolla- 91-15 y 91-16). Esta se halla situada en la parte superior de las
das en las masas laterales del etmoides (figs. 91-8 y 91-9). En cavidades nasales, con una vertiente medial extendida hacia la
número de ocho a diez, forman un sistema anfractuoso y com- parte superior del tabique, y una vertiente lateral, centrada en el
plejo, el laberinto etmoidal, que puede invadir los huesos ve- cornete superior y las regiones inmediatas adyacentes.
cinos (celdillas etmoidofrontales, etmoidomaxilares, etc.). Está En la mancha olfatoria están acumuladas las células sen-
interpuesto entre la base del cráneo, la órbita y las cavidades na- soriales olfativas [células de Schultze]. Son células bipolares,
sales. Su forma general es la de un embudo cuyo vértice se halla cuyas prolongaciones periféricas (dendritas) tienen cilios con re-
vuelto hacia el meato correspondiente. Ellas están bordeadas ceptores que se extienden hacia la superficie de la mucosa olfa-
por laminillas muy delgadas, reforzadas en la unión del cornete toria y quedan sumergidos en la capa de moco del epitelio, y sus
medio (raíz tabicante), lo que permite distinguir: prolongaciones centrales (axón) constituyen el nervio olfatorio.
Además de las células sensoriales el epitelio contiene células de
– Las celdillas etmoidales anteriores, que se abren en el meato soporte y células basales.
medio.
– Las celdillas etmoidales medias, que se abren en el meato
medio.
Sistema de transmisión
– Las celdillas etmoidales posteriores, abiertas en el meato su-
perior y, a veces, sobre el cornete superior. Nervios olfatorios
Cada nervio olfatorio (derecho e izquierdo) está integrado
Seno esfenoidal por 20 filetes olfatorios y cada filete se encuentra formado
por pequeños haces de axones amielínicos de las células
Está excavado en el cuerpo del esfenoides, a ambos lados sensoriales del olfato (fig. 91-16). En las cavidades nasales los
del plano mediano, detrás de las cavidades nasales (figs. 91-8 y filetes se agrupan en mediales y laterales, fibras verticales y fi-
91-9). En cada uno de los dos senos esfenoidales se describe: bras que son oblicuas hacia adelante o atrás. Los nervios olfato-
rios atraviesan los forámenes de la lámina cribosa del etmoides,
– Una pared medial que lo separa del seno esfenoidal del lado en cuyos bordes se interrumpe la duramadre, e ingresan en la
opuesto y prolonga hacia arriba el tabique nasal. fosa craneal anterior. En su trayecto intracraneal se encuentran
– Una pared lateral con dos partes: una posterior, craneal, en rodeados por una vaina de piamadre. Este trayecto es muy cor-
relación con el seno cavernoso que contiene la arteria ca- to ya que inmediatamente se incorporan al bulbo olfatorio por
rótida interna; otra parte anterior, orbitaria, en relación con el su cara inferior.
Nariz. Cavidades nasales. Senos paranasales. Órgano olfatorio 1037
Seno
frontal
Seno
frontal
Celdillas
etmoidales Celdillas
etmoidales
Órbita
Órbita
Porción
petrosa del Porción
petrosa del
temporal
temporal
Celdillas
Celdillas mastoideas
mastoideas
Seno maxilar
Seno
maxilar
Cavidad
nasal
Cavidad
nasal
A B
Seno frontal
Celdillas etmoidales
Seno esfenoidal
Seno maxilar
Celdillas mastoideas
C
Fig. 91-14. A. Radiografía del cráneo en proyección posteroanterior con leve flexión de la cabeza para la evaluación de los se-
nos paranasales. B. Radiografía del cráneo en proyección posteroanterior con coloreado de algunas estructuras superpuestas.
C. Radiografía del cráneo en proyección lateral con coloreado de algunas estructuras superpuestas.
Paladar blando
Fig. 91-15. Pared lateral de la cavidad nasal (lado derecho), con los nervios que se encuentran en ella.
ción odorífera. Así se produce un fenómeno de convergencia de 91-18). El tracto olfatorio está constituido por fibras (axones) y
la información olfatoria amplificando las aferencias recibidas. De sustancia gris. El sector lateral del tracto contiene los axones de
esta forma en el bulbo olfatorio se produce la primera sinapsis las células mitrales y en penacho. Algunos de estos axones
de la vía olfatoria. Los axones de las células mitrales y de las envían colaterales hacia el núcleo olfatorio anterior, mientras que
células en penacho salen del bulbo olfatorio para formar el tracto los otros continúan su recorrido hacia la corteza olfatoria y es-
olfatorio. Los axones de las células granulosas y periglomerulares tructuras subcorticales (límbicas). La sustancia gris corresponde
no se incorporan al tracto olfatorio. Las células periglomerulares al núcleo olfatorio anterior. Cada uno de estos núcleos, de-
y las granulosas aumentan el contraste entre los estímulos re- recho e izquierdo, se conecta con el núcleo y el bulbo olfatorio
cibidos interviniendo en los primeros niveles de procesamiento contralaterales mediante fibras que recorren la parte anterior de
sináptico tanto por interacciones con otras neuronas dentro del la comisura anterior. Además, en el tracto olfatorio se encuen-
bulbo olfatorio como por estímulos o inhibiciones recibidas des- tran proyecciones centrífugas de la corteza olfatoria que
de otros niveles encefálicos. también llegan a través de esta parte de la comisura anterior. El
tracto olfatorio termina hacia atrás en dos estrías, medial y lateral.
Tracto olfatorio
El tracto olfatorio es una lámina alargada con una longitud Estrías olfatorias
aproximada de 3 a 3,5 cm. Se aplica sobre el surco olfatorio, por Son dos: lateral y medial (fig. 91-18). Continúan al tracto
debajo del lóbulo frontal, y se dirige de adelante hacia atrás (fig. olfatorio caudalmente. En su origen se apoyan sobre un espe-
N. nasopalatino
Fig. 91-16. Pared medial de la cavidad nasal derecha. Ramos mediales de origen del nervio olfatorio.
Nariz. Cavidades nasales. Senos paranasales. Órgano olfatorio 1039
Cuerpo calloso
Septum pellucidum
Fórnix Giro
frontal medial
Comisura anterior
Tracto óptico
Fig. 91-17. Porción inicial del giro del cíngulo y del giro frontal medial. Porción olfatoria.
Bulbo olfatorio
Tracto olfatorio
Cuerpo calloso
Tálamo
Indusium griseum
Pilar del fórnix
Área subcallosa
Área paraolfatoria
Filetes olfatorios
Uncus
Giro
parahipocampal
Glándula pineal
Hipocampo
Tubérculo mamilar
Fig. 91-20. Vías que sigue el aire durante la inspiración (según A. Delmas). La corriente ventilatoria (en rojo) sigue en su mayor
parte la vía del meato medio. La corriente olfatoria (en azul), ascendente, recorre el surco olfatorio en contacto con los nervios
olfatorios.
404 Órganos de los sentidos
Espacio periorbitario
Tabique orbitario
Fondo de saco conjuntival superior
Tarso superior
Globo ocular
Tarso inferior
M. orbicular del ojo
M. oblicuo inferior
Espacio periorbitario
Periórbita
Periostio orbitario
M. recto inferior
Vaina del globo ocular
Cuerpo adiposo de la órbita
Maxilar
Fig. 45-6. Corte longitudinal de la órbita que pasa por el nervio óptico.
recto lateral, por el nervio abducens y el oblicuo superior, por cleo está conectado: con la vía motora voluntaria (fibras cor-
el nervio troclear. ticonucleares); con la vía sensitiva principal (lemnisco medial);
con las vías ópticas y cocleares (movimientos reflejos), y con
el cerebelo.
NERVIOS OCULOMOTORES B. El núcleo oculomotor accesorio [visceral o de Edinger-
Westphal] está situado por detrás del precedente y en él se origi-
Corresponden a tres nervios craneales: el nervio oculomo-
nan fibras iridoconstrictoras (eferentes viscerales pregangliona-
tor, el nervio troclear y el nervio abducens.
res) para el músculo esfínter de la pupila y el músculo ciliar.
El nervio oculomotor es el más importante, puesto que iner-
va todos los músculos extrínsecos del globo ocular excepto el
oblicuo superior, que es inervado por el nervio troclear y el recto
Origen aparente
lateral, al que inerva el nervio abducens. Además, el nervio ocu- El nervio emerge en la cara anteromedial del pedúnculo ce-
lomotor es el único que contiene fibras parasimpáticas para el rebral (espacio interpeduncular) (fig. 45-8). Sus fibras alcanzan
músculo esfínter de la pupila y para el músculo ciliar. este origen atravesando el pedúnculo, en particular la sustancia
negra, de atrás hacia adelante.
Acueducto del Colículo superior Ramo terminal superior. Inerva el recto superior y el eleva-
mesencéfalo dor del párpado superior.
Núcleo del n. Ramo terminal inferior. Origina tres ramos: para el recto
oculomotor medial, para el recto inferior y para el oblicuo inferior. De este
Núcleo visceral del tercer ramo nace el ramo destinado al ganglio ciliar, al cual le
n. oculomotor aporta el contingente parasimpático iridoconstrictor, destinado
Núcleo rojo al globo ocular, al que llega por los nervios ciliares cortos.
Sustancia negra
Comunicaciones
Se realizan esencialmente con el plexo carotídeo interno (de
origen simpático).
N. trigémino
A. cerebelosa superior
A. cerebral posterior
Fig. 45-8. Ángulo pontocerebeloso e inserciones de la tienda del cerebelo, vista superior, lado izquierdo.
Vías ópticas y centros de la visión 46
EI globo ocular debe ser considerado como una prolongación Los espacios situados entre las fibras nerviosas que consti-
del diencéfalo, del cual sigue la evolución embriológica. La retina tuyen el nervio se comunican con el espacio subaracnoideo.
y las formaciones que lo unen al tronco encefálico y al cerebro Prolongaciones de la duramadre recubren el nervio después
(nervio óptico, quiasma óptico y tracto óptico) son prolongacio- que emerge de la órbita. Una prolongación de la piamadre y de
nes cuya constitución es análoga a la de la sustancia blanca. la aracnoides se extiende sobre el nervio hacia el globo ocular,
Se estudian sucesivamente: el nervio óptico, el quiasma óp- constituyendo una envoltura que se continúa con la escleró-
tico, los tractos ópticos, las vías centrales, los centros corticales y tica.
las vías de asociación.
QUIASMA ÓPTICO
NERVIO ÓPTICO
Tiene la forma de una lámina cuadrilátera, alargada en direc-
Emerge cerca del polo posterior de cada globo ocular, cons- ción transversal (figs. 46-1 y 46-2). Recibe en sus ángulos ante-
tituido por los axones de las células ganglionares de la retina. rolaterales a los nervios ópticos, mientras que de sus ángulos
Recibe también la denominación de segundo (II) nervio cra- posterolaterales parten los tractos ópticos.
neal. Está orientado de adelante hacia atrás, y un poco de abajo
hacia arriba. Se ubica sobre el diafragma selar, por delante del
infundíbulo del hipotálamo. Por encima, la base del cerebro deja
Origen lugar para la cisterna quiasmática. Atrás, se adhiere a la pared
Las fibras retinianas convergen hacia el disco óptico [papila], anteroinferior del tercer ventrículo. Arriba, el receso supraópti-
atraviesan la coroides y la esclerótica y se reúnen en un ancho co del tercer ventrículo lo separa de la lámina terminal. Abajo, el
cordón nervioso que emerge medialmente y por encima del receso infraóptico lo separa del receso infundibular y del túber
polo posterior del globo ocular (fig. 43-3). cinereum.
En el quiasma óptico, las fibras de los nervios ópticos se dis-
ponen de este modo (fig. 43-3):
Trayecto y relaciones
A partir del globo ocular, se dirige hacia atrás, arriba y me- – Las fibras que provienen de la mitad temporal de la retina,
dial. Penetra y recorre el conducto (canal) óptico, entra así en el o sea que proyectan el campo visual nasal, se ubican lateral-
cráneo y termina en el ángulo anterolateral del quiasma óptico. mente y llegan directamente al tracto óptico homolateral.
En su trayecto intraorbitario (figs. 45-25 y 45-27), con- – Las fibras emanadas de la mitad nasal de la retina, o sea las
tiene los vasos centrales de la retina, hasta 1cm de la esclerótica. que proyectan el campo visual temporal, se cruzan en el
Se encuentra en el interior del cono muscular de los músculos quiasma óptico, y llegan al tracto óptico contralateral.
rectos, donde se acerca a las inserciones posteriores del múscu-
lo recto superior. Por arriba, está en relación medialmente con
el nervio nasociliar y el ramo superior del nervio oculomo- TRACTOS ÓPTICOS
tor, y lateralmente con el ganglio ciliar y los nervios ciliares Prolongan los ángulos posterolaterales del quiasma; se di-
cortos. La arteria oftálmica lo cruza de lateral a medial (fig. rigen hacia atrás y afuera rodeando el mesencéfalo (fig. 46-2).
45-10). Limitan medialmente y atrás la sustancia perforada anterior. En
Está sumergido en el cuerpo adiposo de la órbita.
su recorrido curvo hacia atrás quedan cubiertos, por debajo, por
En el vértice de la órbita, pasa acompañado por la arteria el uncus y el giro parahipocampal. Los tractos ópticos llegan al
oftálmica a través del anillo tendinoso común, en relación su-
cuerpo geniculado lateral correspondiente a cada lado.
peromedial respecto de las inserciones de los músculos rectos.
En el conducto óptico. Está rodeado por una prolongación
de la duramadre y acompañado por la arteria oftálmica. Puede VÍAS CENTRALES
ser lesionado por las fracturas de la fosa craneal anterior.
En el cráneo. El nervio óptico se aplana y se apoya sobre La 1.ª neurona retiniana está constituida por la neurona bi-
el diafragma selar y la parte más lateral del surco prequiasmáti- polar de la retina (figs. 46-3 y 46-4). Esta neurona es corta, y sus
co del esfenoides. Está situado debajo de la sustancia perforada dendritas se relacionan con las células especializadas en la recep-
anterior del cerebro y las estrías olfatorias. Se encuentra situado ción de estímulos luminosos. Los axones de esta neurona hacen
medialmente y anterior a la carótida interna, que da origen a la sinapsis con la 2.ª neurona, representada por la neurona gan-
arteria oftálmica (fig. 46-1). glionar, cuyas dendritas y cuerpo celular están también inclui-
420 Órganos de los sentidos
A. cerebral anterior
N. óptico
A. comunicante anterior
A. oftálmica A. cerebral media
Quiasma óptico
A. carótida interna
Infundíbulo
A. comunicante posterior A. comunicante posterior
A. basilar
Fig. 46-1. Cara inferior del círculo arterial cerebral y del quiasma óptico (según Favory).
dos en el espesor de la retina; su largo axón sigue por el nervio ÁREAS CORTICALES
óptico, y lo recorre en toda su longitud; luego pasa el quiasma
y el tracto óptico, para terminar en el cuerpo geniculado lateral. El área visual ocupa los dos labios del surco calcarino, si-
La 3.ª neurona tiene sus dendritas y su cuerpo celular en el tuado en la cara medial del lóbulo occipital del cerebro (área 17
cuerpo geniculado lateral y su axón constituye las radiaciones de Brodmann).
ópticas, que terminan en la corteza visual occipital. Dentro de
las radiaciones ópticas se distinguen:
VÍAS DE ASOCIACIÓN
– La porción retrotalámica, donde se entrecruzan con el
fascículo temporotalámico, fibras geniculotalámicas y fibras Corticales
temporopontinas.
Las dos áreas visuales, derecha e izquierda, están unidas por
– La porción retrolenticular, en la parte lateral de la cápsula fibras que pasan por el esplenio [rodete] del cuerpo calloso; se
interna; forman en su trayecto un arco convexo hacia adelan- establecen numerosas uniones con los diferentes centros corti-
te y llegan al lóbulo temporal. cales de la motricidad.
– La porción yuxtaventricular: las radiaciones ópticas a la altu-
ra del atrio ventricular, por encima y por debajo del asta occi-
pital del ventrículo lateral, pueden agruparse en un fascículo Descendentes
anterior, que contornea el asta temporal y llega al labio infe-
rior del surco calcarino, y un fascículo posterior, que cruza el Por el tubérculo cuadrigémino superior, las fibras de la vía óp-
asta occipital y llega al labio superior del surco calcarino. tica llegan al fascículo longitudinal dorsal, que las pone en
conexión con los diferentes núcleos de los nervios craneales, en
La 4.ª neurona es cortical, en el área 17 o área visual primaria. particular con los de los nervios oculomotores.
Puente A. basilar
N.trigémino
Quiasma
óptico Tracto óptico
Tracto tectoespinal
Núcleo intermediolateral
Fig. 46-3. Vías ópticas. La neurona bipolar, situada en la retina, no está representada. La neurona ganglionar se extiende desde
la retina hasta los cuerpos geniculados laterales de la siguiente manera: las fibras nasales son cruzadas y las fibras temporales
son directas.
Globo ocular
N. óptico
Quiasma óptico
Asta temporal del
ventrículo lateral
Tracto óptico
Cuerpo
geniculado
lateral
Radiación óptica
Lóbulo occipital
Fig. 46-4. Vías ópticas. Trayectos extracerebral e intracerebral, vista inferior, lado izquierdo. En rojo, las vías del mismo lado; en
azul, las que cruzan al lado opuesto.