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Carné 050-15-13535
Edwin Alejandro Vásquez Rivera
Guatemala, 10 de junio de 2022
Índice
Introducción 1
Contenido insertando derecho comparado 2
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Chile 5
Diferencia entre la legislación de Guatemala e Italia 12
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Bolivia 15
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Puerto Rico 18
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Alemania 20
Conclusiones 24
Referencias Bibliográficas 25
Introducción
http://derechoyreligion.uc.cl/es/docman/publicaciones/230-celebracion-del-matrimonio-en-latinoamerica-desde-la-perspectiva-de-la-libertad-religiosa/file https://www.gob.pe/institucion/sunarp/noticias/550106-
cada-vez-mas-peruanos-se-casan-bajo-el-regimen-de-separacion-de-patrimonios
https://www.bcn.cl/formacioncivica/detalle_guia?h=10221.3/45666#:~:text=El%20art%C3%ADculo%20102%20del%20C%C3%B3digo,%2C%20y%20de%20auxiliarse%20mutuamente%E2%80%9D.
https://www.divorciofacil.com.bo/matrimonio-separacion-bienes/ https://gmk.com.uy/info-
interes_bienes.php#:~:text=En%20nuestro%20pa%C3%ADs%2C%20el%20r%C3%A9gimen,bienes%20adquirido%20durante%20el%20matrimonio. https://construccionelnuevodia.com/noticia/5-cosas-que-debes-saber-
sobre-la-nueva-ley-de-capitulaciones/#:~:text=En%20Puerto%20Rico%2C%20el%20C%C3%B3digo,durante%20la%20vigencia%20del%20matrimonio. https://idibe.org/wp-content/uploads/2019/05/cij.pdf
https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/114543/El%20matrimonio%20en%20el%20mundo%20actual.pdf?sequence=3
Contenido insertando derecho comparado
En Alemania, para ser válido el matrimonio debe ser celebrado ante el Registrador Jurado
y dos testigos de actuación. En Austria se celebra ante Oficial Civil delegado del Estado
mientras España reconoce el matrimonio contraído ante el juez del distrito o su substituto
de acuerdo a las formalidades religiosas, o ante el Cónsul u oficial diplomático cuando el
matrimonio es contraído en el exterior. (Si bien los españoles también pueden casarse de
acuerdo a la Lex Locus). En Francia, el acto que nos ocupa se celebra ante un Oficial Civil
en el domicilio de una de las partes. En Bolivia y Paraguay se exige la celebración ante el
Oficial Civil de la Circunscripción correspondiente al lugar de celebración, a diferencia de
Guatemala, en donde si bien se obliga a las partes a celebrar un matrimonio civil, puede
hacerse también ante un Mayor, un concejal del lugar, un Notario Público, o un Ministro
Registrado Oficialmente.
Otras legislaciones como la italiana - en virtud del Tratado de Letrán celebrado con el
Vaticano- admiten que un matrimonio católico pueda ser celebrado por un Ministro Católico
previa notificación al Registro Civil, a diferencia de los matrimonios no Católicos que deben
ser celebrados por los Oficiales Municipales autorizados, como el Alcalde.
Tanto la iglesia católica a través del cura párroco como el juzgado municipal
correspondiente al domicilio de la mujer pueden celebrar válidamente el matrimonio en
Colombia.
Por último, en Inglaterra hay distintas y variadas formas para celebrar matrimonio. Puede
hacerse mediante una licencia, que a su vez será especial o común, por un certificado del
Superintendente Registrador e incluso –práctica desconocida en nuestro sistema jurídico-
por la publicación de bandos.
Respecto de estos requisitos se debe señalar que no en todos los países y legislaciones
son aplicables todos y cada uno de ellos e incluso los requisitos internos de cada uno los
países son disimiles. Por lo tanto, su aplicación y contenido dependen directamente de la
legislación por la que deba regirse al matrimonio a celebrar.
Por lo demás, estos requisitos están sufriendo profundas modificaciones en nuestra época.
Es así como antiguamente era impensable el matrimonio entre dos personas del mismo
sexo, pero actualmente algunos países ya lo aceptan y en otros está en estudio.
En atención a los vicios del consentimiento que pueden afectar al matrimonio en nuestra
legislación se acepta el error, fuerza y rapto, pero existen otras legislaciones como por
ejemplo la alemana que incluye el dolo de uno de los contrayentes, por que induce a error
respecto de la calidad personal del primero.
La Ley de Matrimonio Civil regula “los requisitos para contraer matrimonio, la forma de su
celebración, la separación de los cónyuges, la declaración de nulidad matrimonial, la
disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar las rupturas entre los cónyuges y
sus efectos”; sin embargo, “los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges
y entre éstos y sus hijos” se regulan en el Código Civil (artículo 1º).
La Ley le reconoce efectos jurídicos tanto a los matrimonios celebrados ante un oficial del
Registro Civil, como aquellos celebrados ante una entidad religiosa de derecho público, el
que luego deberá ser inscrito y ratificado ante un oficial del Registro Civil para que produzca
sus efectos jurídicos dentro del plazo y en las condiciones que establezca la ley.
• Es una unión actual, ya que rige desde el momento que se contrae para
futuro.
La diversidad de sexo entre los contrayentes (el matrimonio en Chile es una unión
heterosexual, a diferencia del Acuerdo de Unión Civil);
La presencia de un Oficial del Registro Civil o la ratificación del consentimiento ante él, en
el caso de matrimonios celebrados ante un ministro de fe de una entidad religiosa con
personalidad jurídica de derecho público.
El artículo 4 de la Ley de Matrimonio Civil exige que “ambos contrayentes sean legalmente
capaces, que hayan consentido libre y espontáneamente en contraerlo y que se hayan
cumplido las formalidades que establece la ley”.
El artículo 5º establece los requisitos de validez del matrimonio y, por tanto, qué personas
no son legalmente capaces para contraer matrimonio. Si alguna persona que se encuentre
en estas hipótesis llegara a celebrar un matrimonio, este sería nulo. Por esto se han
calificado de impedimentos absolutos:
• Los que se encuentren privados del uso de razón y los que, por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de
modo absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio.
El artículo 6º establece una limitación para los parientes, al señalar que “no podrán contraer
matrimonio entre sí los ascendientes y descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni
los colaterales por consanguinidad en el segundo grado”.
Platón sentenciaba “donde reina el amor sobran las leyes”. Lo cierto es que cuando una
relación está constituida por pilares afectivos y morales, la legislación (que establece pisos
mínimos de conducta) está –en algún sentido– de más, y estas normas sólo encuentran
sentido verdaderamente cuando se ha perdido la concordia. Los artículos 102, 131 y
siguientes del Código Civil, entre otros, establecen una serie de deberes y derechos para
los cónyuges. Estos deberes, tienen un contenido moral o afectivo, sin que pueda
forzadamente exigir su cumplimiento; sin embargo, su infracción o no cumplimiento por
parte de uno de los cónyuges autoriza al otro para solicitar alguna de las sanciones
contempladas por la legislación, como, por ejemplo, la separación judicial o el divorcio.
Tales deberes son:
d. Regímenes matrimoniales
Este es el estatuto jurídico que regula las relaciones patrimoniales de los cónyuges entre sí
y respecto de terceros. En Chile existen tres sistemas patrimoniales, los cuales se
distinguen por la forma en que se administran los bienes y por cómo se protege a marido y
mujer en situaciones de deuda. El primero de estos regímenes se crea con el Código Civil
en 1855 y es la sociedad conyugal, el segundo se crea en 1934 y es el llamado separación
de bienes y el último aparece en 1994 y se denomina participación en los gananciales. Los
dos primeros regímenes se encuentran regulados en el Código Civil.
Al momento de celebrarse el matrimonio ante el oficial del Registro Civil, los contrayentes
deben optar libre y voluntariamente a cuál sistema de administración de bienes se acogen;
tratándose de matrimonios celebrados en Chile, si los cónyuges nada dicen, el artículo 1718
presume que optan por la sociedad conyugal (pudiendo cambiarse posteriormente al
régimen de separación de bienes o participación en los gananciales); tratándose de
matrimonios celebrados en el extranjero que se inscriben en Chile, en caso de no manifestar
opción, el artículo 135 del Código Civil establece que se considerarán como separados de
bienes. Sin perjuicio de lo anterior, los cónyuges pueden cambiar el régimen patrimonial
durante la vigencia del matrimonio.
e. Separación
Durante la vigencia del matrimonio pueden ocurrir hechos que provoquen el cese de la
convivencia y una separación entre los cónyuges, situación de hecho en que subsistiendo
el vínculo conyugal existe un distanciamiento que tiene (o puede llegar a tener) efectos
jurídicos sobre sus derechos y obligaciones. La Ley de Matrimonio Civil contempla la
separación de hecho, situación en la que los cónyuges mantienen el estado civil de
casados; la separación judicial que constituye un estado civil distinto. Ninguna de estas
figuras pone término al matrimonio, pero sí modifica sus efectos.
El término del matrimonio pone fin a la vida en común por lo que se debe finalizar el régimen
patrimonial, procediendo a su liquidación y el reparto de los bienes, dependiendo del
régimen de bienes que hubiesen tenido. El artículo 42 de la Ley de Matrimonio
Civil establece que el matrimonio termina por las siguientes causales:
• Por sentencia firme de divorcio que puede ser por cese efectivo de la
convivencia (conocido como divorcio remedio que puede ser de común
acuerdo o unilateral) o una falta imputable al otro, que torne intolerable la
vida en común (conocido como divorcio sanción).
Por otra parte, se introduce un nuevo precepto –artículo 80- que se ocupa de la restitución
de las donaciones efectuadas a causa de la promesa de matrimonio, salvándose la
inexistencia de un precepto análogo en el Código precedente, solventado mediante la
aplicación del artículo 1.068 del Código civil.
Finalmente, el artículo 81 del Código civil corresponde a la reforma practicada por Ley n.
151, de 19 de mayo de 1975, que reformó los Libros I y II del Código civil italiano de 1942.
Del texto del precepto se advierte que comporta ciertas modificaciones de detalle en
relación con el antiguo artículo 5483del Código civil de 1865.
Con esta reforma el legislador italiano modifica la primera parte del precepto, debido a que
la responsabilidad del menor prevista por la norma anterior, requería de su adecuación a la
reforma sufrida por el artículo 84 del Código civil en lo concerniente a la autorización de los
menores -aunque se trata más bien de una referencia84- precisando de forma expresa que
el limitado resarcimiento de los daños puede ser de aplicación a un menor que reúna el
requisito para contraer matrimonio contenido en el artículo 84. Asimismo, esta modificación
que elimina la anterior figura de la asistencia o autorización como
En síntesis, en el párrafo primero del artículo 81 del Código civil se precisa el carácter
mutuo de la promesa, por lo que se trata de una promesa de carácter recíproco; se adiciona
a la mención de los gastos hechos la aclaración de la obligación de resarcir las obligaciones
contraídas en consideración al matrimonio prometido y, finalmente, se limita el
resarcimiento de los daños únicamente a los gastos y obligaciones correspondientes a las
condiciones de las partes. Por otra parte, en el párrafo segundo se precisa que dicha
obligación sintetizada en el resarcimiento –tanto de los gastos como de las obligaciones
contraídas- deberá recaer sobre la parte que, por su propia culpa, haya dado justo motivo
de negativa a la contraparte. Y, finalmente, en el último párrafo se fija como dies a quo de
plazo el día de la negativa a la celebración del matrimonio, sin embargo, éste podría
presentar la cuestión de si el régimen de aplicación sobre el carácter del plazo de un año
es de prescripción o de caducidad.
En definitiva, el artículo 81 del Código civil a diferencia de los artículos 79 y 80, hace
referencia únicamente a las consecuencias derivadas del incumplimiento de una promesa
de carácter recíproco, mientras que los otros dos preceptos, aluden a otro tipo de promesa
de matrimonio -unilateral o bilateral aceptada de forma explícita o cuya aceptación haya
sido dada a entender-.
De acuerdo con las normas de este Código, hay dos tipos de régimen matrimonial en Italia:
el régimen de comunidad de bienes y el régimen de separación de bienes.
De conformidad con el artículo 159 del Código Civil italiano, en ausencia de un acuerdo
entre los cónyuges, el régimen económico matrimonial será de comunidad de bienes.
• las compras realizadas por los cónyuges conjuntamente o por separado durante el
matrimonio, a excepción de los bienes personales;
• las empresas manejadas por ambos cónyuges y constituidas después del
matrimonio;
• las ganancias de un negocio personal de cada cónyuge, si no se consuma entre el
momento de la disolución de la comunidad; otros.
La elección del régimen de separación de bienes puede ser hecha por los cónyuges en el
momento del matrimonio, o antes o después del matrimonio, con un acuerdo firmado en
presencia de un notario.
Ahora bien, es importante considerar que, a partir del matrimonio o la unión libre reconocida,
pierden todo valor los razonamientos por los cuales un cónyuge puede pretender arrogarse
mayores derechos patrimoniales que el otro. En muchos casos el cónyuge que trabaja o
aporta el negocio o la fuente de ingresos a la familia antes del matrimonio, piensa que tiene
mayores derechos patrimoniales. Lo cual queda desvirtuado con la propia ley pues
después del matrimonio ambos cónyuges tienen igualdad de derechos sobre los bienes
gananciales acumulados sin importar quién es el que los ha producido. Al respecto el
artículo 176 del mismo cuerpo legal establece que la comunidad de bienes gananciales se
constituye, aunque uno de ellos no tenga bienes o los tenga más que la o el otro. En ese
entendido, la comunidad de bienes gananciales se la constituye de manera independiente
a la situación económica de uno u otro cónyuge.
Ahora bien, las normas que regulan la institución de la comunidad de bienes gananciales
son de orden público, esto con el objetivo de precautelar que cuando se disuelva el vínculo
conyugal, los bienes gananciales se deben dividir en partes iguales. No solo las ganancias
o activos, sino también las pérdidas o pasivos, pues la ley claramente establece beneficios
u obligaciones contraídos durante la vigencia del matrimonio.
El matrimonio con separación de bienes como se lo conoce en otros países no está
permitido en Bolivia. Puesto que la Ley boliviana ha optado por un sistema matrimonial legal
y no contractual. En otras palabras, en Bolivia no se materializa un matrimonio con convenio
previo sobre bienes puesto que el mismo sería nulo de pleno derecho. Al respecto el artículo
177 del de la Ley 603 establece que:
Del análisis de esta norma, se tiene que no es posible renunciar o modificar por medio de
un convenio previo al matrimonio la futura comunidad de bienes gananciales. Esto significa
que cualquier documento que establezca de manera directa o indirecta la renuncia o la
alteración y/o modificación de la comunidad de bienes gananciales durante la vigencia del
matrimonio es nula de pleno derecho. Dicho de otra manera, los matrimonios con
separación de bienes, tal cual se los conoce en otras legislaciones extranjeras no son
posibles en Bolivia.
Debido a las constantes solicitudes de nuestros clientes, hemos desarrollado una forma
legal y ética de protección de patrimonio antes de casarse que no es, ni guarda relación
con el matrimonio con separación de bienes y que además de ninguna manera afecta la
conformación normal y natural de bienes gananciales. Sin embargo, el objetivo de nuestro
servicio tiene como finalidad proteger los bienes e ingresos logrados antes del matrimonio.
Una vez disuelta la sociedad conyugal de bienes, los bienes que adquirieron antes de la
disolución podrán permanecer en condominio entre ellos, o podrán ser repartidos a través
de una Partición que podrá ser judicial o extrajudicial.
Nos parece útil que el lector pueda conocer hasta donde pueden llegar los acreedores
respecto de los bienes conyugales. Podemos realizar las siguientes distinciones según el
régimen de bienes:
En Puerto Rico, el Código Civil establece que el régimen económico aplicable una vez
consumado el matrimonio es el conocido como Sociedad de Bienes Gananciales, donde
ambos conyugues participan por igual de los ingresos, dividendos, ganancias, deudas y
obligaciones originados durante la vigencia del matrimonio.
Antes de la vigencia de esta ley los bancos se encontraban bajo un dilema. Imagina el
siguiente cuadro: Rodolfo y Rocío se casaron felizmente bajo el régimen de Sociedad de
Bienes Gananciales, o sea, no otorgaron capitulaciones matrimoniales. Rodolfo y Rocío
llevan cinco años de casados pagando renta y quieren comprar su propiedad, por lo que
van al Banco de La Plaza a solicitar financiamiento mediante una hipoteca. El oficial del
banco encuentra que Rocío tiene un buen salario y que cumple con los parámetros de
capacidad de repago. No obstante, el trámite se confronta con una situación difícil: el crédito
de Rodolfo tiene una empírica muy baja por el historial recurrente de pagos en atraso. En
esas circunstancias el analista bancario opta por denegar el financiamiento, aun cuando
Rocío, de por sí, cualifica.
Este dilema tiene una vertiente distinta con esta nueva ley. ¿Qué pueden hacer Rodolfo y
Rocío para cualificar para el financiamiento hipotecario en este nuevo escenario?
Rodolfo y Rocío pueden visitar el notario público de confianza y solicitar cambiar el régimen
económico actual de Sociedad de Bienes Gananciales a uno de separación de bienes. Una
vez inscrito debidamente en el Registro de Capitulaciones, Rocío puede ir sola al Banco de
La Plaza y el analista podrá analizar el caso basado solamente en el historial de crédito y
capacidad de repago de Rocío.
En financiamientos comerciales a corto y largo plazo, o sea en líneas de crédito para capital
de trabajo y/o préstamos a término es política establecida de los bancos solicitar garantías
solidarias a los accionistas de la corporación deudora. En estos casos el banco quiere
asegurarse que si la deudora principal no puede pagar se obtenga una fuente alterna de
repago que provendría de los activos e ingresos de los garantizadores solidarios.
4. Esta nueva ley también enmienda el Código Civil. En específico el “Artículo 1272. -
Libertad de contratación. Ahora este artículo lee como sigue:
“Los cónyuges podrán transmitirse por cualquier título bienes y derechos, y celebrar entre
sí toda clase de acuerdos que no les estén expresamente prohibidos. Para ser válidos,
estos acuerdos tienen que cumplir con los requisitos formales y sustantivos esenciales de
las capitulaciones matrimoniales y del tipo contractual de que se trate. Los mismos no
podrán ser contrarios a la ley, la moral o el orden público ni afectar derechos de terceros”.
Esta enmienda al Código Civil elimina la restricción que existía en el Código Civil de que la
contratación entre conyugues tenía que ser antes del matrimonio… pero no solo eso. Ahora
pueden enmendarse y/o modificarse las capitulaciones matrimoniales sin restricción
alguna, las veces que sea necesario. Esto aporta flexibilidad y dinamismo al régimen
económico que de tiempo en tiempo los conyugues seleccionen como su mejor opción.
5. La ley es clara en cuanto a que los cónyugues casados que habían contraído deudas
bajo la Sociedad de Bienes Gananciales y que optan por capitular siguen manteniendo las
obligaciones que asumieron ante los acreedores bajo los mismos términos y condiciones.
En otras palabras, los cónyugues no podrán usar el mecanismo de capitulaciones como un
subterfugio para evadir las obligaciones previamente contraídas pre-capitulaciones.
Una ley de avanzada que hacía mucha falta para añadir un elemento de dinamismo y
flexibilidad que puede facilitar y mejorar el crecimiento económico.
“(1) Los cónyuges viven con el régimen económico matrimonial de participación en las
ganancias, si no acuerdan otra cosa en capitulaciones matrimoniales.
(2) En capitulaciones matrimoniales, los cónyuges pueden excluir también mediante pacto
expreso la compensación de pensiones. La exclusión es ineficaz si durante el año siguiente
al otorgamiento de las capitulaciones matrimoniales se presentare demanda de divorcio”.
Las capitulaciones tienen que estar presididas por el principio de la buena fe, lo que supone
quedar vetada cualquier discriminación que se produzca por uno de los cónyuges respecto
del otro otorgada de forma unilateral.
Estas pueden otorgarse antes o durante la vigencia del matrimonio y debe hacerse ante
Notario de conformidad con lo prescrito en el art. 1410 BGB, y puede modificarse siempre
que se sigan los requisitos formales, siendo posible en cualquier momento.
En cuanto a la disolución del matrimonio hay que decir que se obtiene por el divorcio, que
se adquiere mediante sentencia tras procedimiento instado por uno o ambos cónyuges por
causa de “fracaso matrimonial”.
Para la legislación alemana existe causa de divorcio cuando no prosigue la vida en común
de los cónyuges y no se puede esperar que se rehaga.
Se presume que el matrimonio ha fracasado en los siguientes supuestos:
Como vemos se trata de un divorcio causalista, con una única causa, el fracaso matrimonial,
que se da cuando no existe vida en común entre los esposos y no se espera que la haya.
Por tanto, es necesaria una previa separación de hecho para poder optar al divorcio.
Sin embargo, existe la posibilidad de divorcio sin que haya trascurrido el plazo de
separación legalmente establecido, cuando se trata de un caso de fuerza mayor, según lo
establecido en el art. 1565.2 BGB. Algunas de estas causas establecidas son: maltrato por
parte uno de los cónyuges al otro; maltrato sexual; cuando uno de ellos espera un hijo con
otra persona distinta al cónyuge; adicciones de uno de ellos.
Pero aun concurriendo la causa exigida para poder instar el divorcio puede no concederse
el mismo excepcionalmente, si el mantenimiento del matrimonio fuera necesario para los
intereses de los hijos o si el divorcio supusiera ese daño para el cónyuge que lo rechaza,
según se dispone en el artículo 1568 del BGB.
En caso de no existir mutuo acuerdo, existen dos supuestos de divorcio contencioso, según
haya transcurrido al menos un año de separación o si se han cumplido los tres.