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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Derecho Civil I
Código 212
Sección “B” Tercer Ciclo
Licenciado César A. López Girón

LA INSTITUCIÓN DEL MATRIMONIO EN GUATEMALA Y SU


INSTAURACIÓN EN OTROS PAISES.

Carné 050-15-13535
Edwin Alejandro Vásquez Rivera
Guatemala, 10 de junio de 2022
Índice

Introducción 1
Contenido insertando derecho comparado 2
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Chile 5
Diferencia entre la legislación de Guatemala e Italia 12
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Bolivia 15
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Puerto Rico 18
Diferencia entre la legislación de Guatemala y Alemania 20
Conclusiones 24
Referencias Bibliográficas 25
Introducción

El matrimonio es considerado en la legislación guatemalteca como una institución social,


protegido especialmente porque a partir de él se establece la familia, y de ésta el Estado.
Cuando la persona se integra a la institución del matrimonio, la autonomía de la voluntad
opera como elemento esencial en su máxima expresión de libertad y, siendo el legislador
quien crea las normas, lo hace en protección de valores superiores en favor de la familia,
los menores, la paternidad y la maternidad responsable. En el matrimonio hay un papel para
cada uno de los cónyuges, el que determina el Estado dentro de los valores tradicionales
guatemaltecos y la diversidad de concepciones, costumbres y creencias nacionales en
relación con el matrimonio. El Estado ha regulado la institución con normas precisas para
que den certeza y seguridad jurídica a cada uno de los cónyuges.

En nuestro país el matrimonio se rige por disposiciones obsoletas, dado que la


sociedad, tanto nuestro país como el mundo eran gobernados por otros principios y
criterios. El matrimonio era jerárquico, patriarcal y legitimador de la familia. Con el
tiempo, esta situación fue cambiando y el matrimonio evolucionó para ser cada vez más
democrático e igualitario entre los cónyuges, a tal punto que hoy la patria potestad la
pueden ejercer ambos padres conjuntamente, e incluso solo la madre por acuerdo de ellos
o en caso de separación de los padres. El matrimonio no parece estar en vías de
extinción, pero en el futuro no mantendrá su monopolio de la familia.

http://derechoyreligion.uc.cl/es/docman/publicaciones/230-celebracion-del-matrimonio-en-latinoamerica-desde-la-perspectiva-de-la-libertad-religiosa/file https://www.gob.pe/institucion/sunarp/noticias/550106-
cada-vez-mas-peruanos-se-casan-bajo-el-regimen-de-separacion-de-patrimonios
https://www.bcn.cl/formacioncivica/detalle_guia?h=10221.3/45666#:~:text=El%20art%C3%ADculo%20102%20del%20C%C3%B3digo,%2C%20y%20de%20auxiliarse%20mutuamente%E2%80%9D.
https://www.divorciofacil.com.bo/matrimonio-separacion-bienes/ https://gmk.com.uy/info-
interes_bienes.php#:~:text=En%20nuestro%20pa%C3%ADs%2C%20el%20r%C3%A9gimen,bienes%20adquirido%20durante%20el%20matrimonio. https://construccionelnuevodia.com/noticia/5-cosas-que-debes-saber-
sobre-la-nueva-ley-de-capitulaciones/#:~:text=En%20Puerto%20Rico%2C%20el%20C%C3%B3digo,durante%20la%20vigencia%20del%20matrimonio. https://idibe.org/wp-content/uploads/2019/05/cij.pdf
https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/114543/El%20matrimonio%20en%20el%20mundo%20actual.pdf?sequence=3
Contenido insertando derecho comparado

En el Derecho Comparado existe gran variedad de formas de celebración del matrimonio.


Tanto es así que en algunas legislaciones sólo es válido el matrimonio civil o eclesiástico
celebrado por un determinado funcionario y cumpliendo ciertas solemnidades legales para
su validez. Por el contrario, otras legislaciones reconocen que la simple convivencia de dos
personas durante un período determinado de tiempo acompañada del ánimo conyugal
puede bastar para que exista matrimonio sin necesidad de solemnidad alguna.

A continuación, se describen algunos ejemplos de esta diversidad:

En Alemania, para ser válido el matrimonio debe ser celebrado ante el Registrador Jurado
y dos testigos de actuación. En Austria se celebra ante Oficial Civil delegado del Estado
mientras España reconoce el matrimonio contraído ante el juez del distrito o su substituto
de acuerdo a las formalidades religiosas, o ante el Cónsul u oficial diplomático cuando el
matrimonio es contraído en el exterior. (Si bien los españoles también pueden casarse de
acuerdo a la Lex Locus). En Francia, el acto que nos ocupa se celebra ante un Oficial Civil
en el domicilio de una de las partes. En Bolivia y Paraguay se exige la celebración ante el
Oficial Civil de la Circunscripción correspondiente al lugar de celebración, a diferencia de
Guatemala, en donde si bien se obliga a las partes a celebrar un matrimonio civil, puede
hacerse también ante un Mayor, un concejal del lugar, un Notario Público, o un Ministro
Registrado Oficialmente.

Otras legislaciones como la italiana - en virtud del Tratado de Letrán celebrado con el
Vaticano- admiten que un matrimonio católico pueda ser celebrado por un Ministro Católico
previa notificación al Registro Civil, a diferencia de los matrimonios no Católicos que deben
ser celebrados por los Oficiales Municipales autorizados, como el Alcalde.

Un caso Peculiar ofrece la República Dominicana, en donde se comienza a la inversa, con


la ceremonia religiosa que se inscribe formalmente en el Registro Civil luego del quinto día
de celebrado el matrimonio.

En Brasil el matrimonio se debe celebrar ante un Ministro de Fe quien autoriza el vínculo,


pudiendo optar los contrayentes libremente entre una ceremonia religiosa o una civil.

Tanto la iglesia católica a través del cura párroco como el juzgado municipal
correspondiente al domicilio de la mujer pueden celebrar válidamente el matrimonio en
Colombia.
Por último, en Inglaterra hay distintas y variadas formas para celebrar matrimonio. Puede
hacerse mediante una licencia, que a su vez será especial o común, por un certificado del
Superintendente Registrador e incluso –práctica desconocida en nuestro sistema jurídico-
por la publicación de bandos.

El ejemplo típico de matrimonio consensual lo encontramos en el common law marriage,


vigente en doce estados norte americanos.

En el derecho comparado generalmente dicen relación con la diferencia de sexo, capacidad


de los contrayentes, impedimentos para celebrarlos, consentimiento de los ascendientes y
descendientes y vicios de que pueda adolecer el acto mismo.

Respecto de estos requisitos se debe señalar que no en todos los países y legislaciones
son aplicables todos y cada uno de ellos e incluso los requisitos internos de cada uno los
países son disimiles. Por lo tanto, su aplicación y contenido dependen directamente de la
legislación por la que deba regirse al matrimonio a celebrar.

Por lo demás, estos requisitos están sufriendo profundas modificaciones en nuestra época.
Es así como antiguamente era impensable el matrimonio entre dos personas del mismo
sexo, pero actualmente algunos países ya lo aceptan y en otros está en estudio.

En atención a los vicios del consentimiento que pueden afectar al matrimonio en nuestra
legislación se acepta el error, fuerza y rapto, pero existen otras legislaciones como por
ejemplo la alemana que incluye el dolo de uno de los contrayentes, por que induce a error
respecto de la calidad personal del primero.

En cuanto a los Bienes. Los regímenes matrimoniales de bienes más extendidos en el


derecho comparado son la separación total o parcial de bienes y el de comunidad universal
o restringida de bienes. Hay que tener en consideración que muchas legislaciones tienen
sus regímenes propios que obedecen a sus necesidades locales.

Diferencia entre la legislación de Guatemala y Chile

En la actualidad el matrimonio se encuentra regulado en el Libro Primero del Código Civil,


en los artículos 102 y siguientes, y también en la llamada “Ley de Matrimonio Civil” (Ley Nº
19.947).

El artículo 102 del Código Civil define el matrimonio como:


“Un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente,
y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”.

La Ley de Matrimonio Civil regula “los requisitos para contraer matrimonio, la forma de su
celebración, la separación de los cónyuges, la declaración de nulidad matrimonial, la
disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar las rupturas entre los cónyuges y
sus efectos”; sin embargo, “los efectos del matrimonio y las relaciones entre los cónyuges
y entre éstos y sus hijos” se regulan en el Código Civil (artículo 1º).

También en su artículo 2º establece que “La facultad de contraer matrimonio es un derecho


esencial inherente a la persona humana, si se tiene edad para ello”, siendo lo importante
que exista el libre y pleno consentimiento de los contrayentes. Se encarga a los tribunales
proteger este derecho cuando por acto de un particular o de una autoridad, sea negado o
restringido arbitrariamente, por medio de una acción popular (que puede ser presentada
por cualquier persona).

La Ley le reconoce efectos jurídicos tanto a los matrimonios celebrados ante un oficial del
Registro Civil, como aquellos celebrados ante una entidad religiosa de derecho público, el
que luego deberá ser inscrito y ratificado ante un oficial del Registro Civil para que produzca
sus efectos jurídicos dentro del plazo y en las condiciones que establezca la ley.

a. Características Del concepto legal se pueden desprender las siguientes


características:

• Jurídicamente es un contrato, por tal motivo requiere del acuerdo de quienes


contraen el matrimonio y conlleva el cumplimiento de derechos y deberes
establecidos en el Código Civil, la Ley de Matrimonio Civil y otras reglas. Con
todo, es un contrato con características especiales. En efecto, es más
propiamente tal una institución, lo que se revela en que tiene un contenido y
una normativa distinta que el resto de los contratos patrimoniales.

• Está sujeto a una serie de formalidades para producir plenos efectos


jurídicos. Estos requisitos son: celebrarse ante un oficial del Registro Civil e
Identificación y en presencia de dos testigos hábiles. También requiere una
serie de trámites previos. Con todo, es posible cumplir menos formalidades,
por ejemplo, cuando uno de los futuros cónyuges está próximo a morir,
dando origen al llamado matrimonio “en artículo de muerte”.
• Es la unión entre un hombre y una mujer, por lo que no se consideran dentro
del concepto las uniones entre personas del mismo sexo. Además, el
matrimonio ha de ser monogámico, es decir, no se permite que el marido
tenga más de una mujer (poligamia) ni que la mujer tenga más de un marido
(poliandria).

• Es una unión actual, ya que rige desde el momento que se contrae para
futuro.

• La finalidad es vivir juntos, procrear, y asistirse mutuamente. Respecto de


vivir juntos, el hogar común debe ser determinado libre y conjuntamente
(antiguamente la mujer debía vivir donde ordenara el marido). Sobre la
procreación, esta no es una obligación, pues, puede haber matrimonios sin
hijos. Por ejemplo, el matrimonio “en artículo de muerte” al que hicimos
referencia.

b. Requisitos Existen requisitos de existencia y de validez. Son requisitos de


existencia:

La diversidad de sexo entre los contrayentes (el matrimonio en Chile es una unión
heterosexual, a diferencia del Acuerdo de Unión Civil);

El consentimiento (no se permiten los matrimonios forzosos o no consentidos); y,

La presencia de un Oficial del Registro Civil o la ratificación del consentimiento ante él, en
el caso de matrimonios celebrados ante un ministro de fe de una entidad religiosa con
personalidad jurídica de derecho público.

El artículo 4 de la Ley de Matrimonio Civil exige que “ambos contrayentes sean legalmente
capaces, que hayan consentido libre y espontáneamente en contraerlo y que se hayan
cumplido las formalidades que establece la ley”.

El artículo 5º establece los requisitos de validez del matrimonio y, por tanto, qué personas
no son legalmente capaces para contraer matrimonio. Si alguna persona que se encuentre
en estas hipótesis llegara a celebrar un matrimonio, este sería nulo. Por esto se han
calificado de impedimentos absolutos:

• Los que se encuentren ligados por vínculo matrimonial no disuelto. El Código


Penal contempla para estos casos el delito de bigamia.
• Los menores de 16 años, por lo que los mayores de 16 pero menores de 18
años son capaces para contraer matrimonio, pero el artículo 107 del Código
Civil les exige contar con el consentimiento de sus padres. En todo caso, la
falta de esta autorización no acarrea la nulidad (ineficacia) del matrimonio,
aunque produce otros efectos jurídicos (como, por ejemplo, ser causal de
desheredamiento).

• Los que se encuentren privados del uso de razón y los que, por un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de
modo absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio.

• Los que carezcan de suficiente juicio o discernimiento para comprender y


comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio.

• Los que no puedan expresar claramente su voluntad por cualquier medio, ya


sea en forma oral, escrita o por medio de lengua de señas. Debe cuidarse
que esta causal no sea utilizada en forma discriminatoria, pues
históricamente ha habido tendencias para limitar el derecho a contraer
matrimonio de personas que posean algún tipo de discapacidad (Instituto
Nacional de Derechos Humanos, 2014; Benavides, 2015).

El artículo 6º establece una limitación para los parientes, al señalar que “no podrán contraer
matrimonio entre sí los ascendientes y descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni
los colaterales por consanguinidad en el segundo grado”.

Respecto del consentimiento libre y espontáneo, el artículo 8 de la ley establece las


situaciones en que este se encuentra viciado:

• Si ha habido error acerca de la identidad de la persona del otro contrayente.

• Si ha habido error acerca de alguna de sus cualidades personales que,


atendida la naturaleza o los fines del matrimonio, ha de ser estimada como
determinante para otorgar el consentimiento.

• Si ha existido fuerza, producida por una persona o por una circunstancia


externa, que hubiere sido determinante para contraer el vínculo. La fuerza
normalmente requiere ser ejercida por una persona, pero la Ley de
Matrimonio Civil también incorpora la idea de circunstancias externas. En la
historia de la ley se señala que esta referencia fue expresamente
incorporada para aquellos casos en que madres solteras eran socialmente
forzadas a contraer matrimonio, y sufrían mucha discriminación.

En cuanto a las formalidades, la ley establece en el artículo 17 una solemnidad, el


matrimonio, además de celebrarse ante un oficial del Registro Civil, debe hacerse en
presencia de dos testigos hábiles, y podrá efectuarse en el local de su oficina o en el lugar
que señalaren los futuros contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de su
territorio jurisdiccional.

c. Deberes y derechos entre los cónyuges

Platón sentenciaba “donde reina el amor sobran las leyes”. Lo cierto es que cuando una
relación está constituida por pilares afectivos y morales, la legislación (que establece pisos
mínimos de conducta) está –en algún sentido– de más, y estas normas sólo encuentran
sentido verdaderamente cuando se ha perdido la concordia. Los artículos 102, 131 y
siguientes del Código Civil, entre otros, establecen una serie de deberes y derechos para
los cónyuges. Estos deberes, tienen un contenido moral o afectivo, sin que pueda
forzadamente exigir su cumplimiento; sin embargo, su infracción o no cumplimiento por
parte de uno de los cónyuges autoriza al otro para solicitar alguna de las sanciones
contempladas por la legislación, como, por ejemplo, la separación judicial o el divorcio.
Tales deberes son:

• Deber de guardarse fe, es decir, tienen un deber de fidelidad: El artículo 132


inciso primero del Código Civil dictamina que el adulterio constituye una
grave infracción al deber de fidelidad que impone el matrimonio.

• Deber de socorro: Principalmente implica que se deben alimentos (ayuda


económica) según sus capacidades económicas, en los términos del artículo
321 Nº 1 del Código Civil.

• Deber de ayuda mutua: Consiste en los cuidados personales y constantes


que se deben los cónyuges recíprocamente.

• Deber de protección recíproca.

• Tienen el derecho y el deber de vivir en el hogar común, salvo que lo asistan


graves razones para no hacerlo (por ejemplo, un trabajo fuera de la ciudad).
• Deben proveer a las necesidades de la familia común.

• Deber de cohabitación: Tradicionalmente se ha dicho que los cónyuges


tienen el derecho o la obligación de tener relaciones sexuales entre sí. Se
trata de un deber que no es “coercible”, pues no se puede vulnerar la
autonomía sexual de los sujetos.

• Deber de suministrar auxilios y expensas para la litis: Los cónyuges están


obligados a suministrarse los auxilios que necesiten para sus acciones o
defensas judiciales.

d. Regímenes matrimoniales

Este es el estatuto jurídico que regula las relaciones patrimoniales de los cónyuges entre sí
y respecto de terceros. En Chile existen tres sistemas patrimoniales, los cuales se
distinguen por la forma en que se administran los bienes y por cómo se protege a marido y
mujer en situaciones de deuda. El primero de estos regímenes se crea con el Código Civil
en 1855 y es la sociedad conyugal, el segundo se crea en 1934 y es el llamado separación
de bienes y el último aparece en 1994 y se denomina participación en los gananciales. Los
dos primeros regímenes se encuentran regulados en el Código Civil.

Al momento de celebrarse el matrimonio ante el oficial del Registro Civil, los contrayentes
deben optar libre y voluntariamente a cuál sistema de administración de bienes se acogen;
tratándose de matrimonios celebrados en Chile, si los cónyuges nada dicen, el artículo 1718
presume que optan por la sociedad conyugal (pudiendo cambiarse posteriormente al
régimen de separación de bienes o participación en los gananciales); tratándose de
matrimonios celebrados en el extranjero que se inscriben en Chile, en caso de no manifestar
opción, el artículo 135 del Código Civil establece que se considerarán como separados de
bienes. Sin perjuicio de lo anterior, los cónyuges pueden cambiar el régimen patrimonial
durante la vigencia del matrimonio.

• Sociedad conyugal: se caracteriza, en términos generales, porque se forma


una sociedad de bienes entre los cónyuges, es decir, entre todos los bienes
que los cónyuges aportaron, además de los adquiridos durante el
matrimonio). Se establece que el marido es el administrador y que, como tal,
tiene la libre disposición de los bienes, sin perjuicio de que para ciertos actos
y tratándose de determinados bienes, necesita contar con la autorización de
la mujer. Cuando la mujer desarrolla una actividad remunerada separada de
su marido, los frutos de este trabajo y todos los bienes que adquiera con ello
pasan a integrar un patrimonio distinto e independiente llamado patrimonio
reservado de la mujer (artículo 151 del Código Civil), el cual es administrado
exclusivamente por ella.

• Separación de bienes: los patrimonios de marido y mujer se mantienen


separados, conservando cada uno la independencia y libertad para
administrar sus bienes.

• Participación de los gananciales: durante la vigencia de este régimen, los


cónyuges se miran como separados de bienes para su administración y
disposición, pero con la limitación de que para comprometer su patrimonio
por una deuda ajena necesita contar con la autorización del otro. Al término
del régimen, se deben comparar las ganancias obtenidas durante el
matrimonio y el que haya obtenido menos tiene derecho a participar del 50%
de la diferencia que se exista entre ambas.

e. Separación

Durante la vigencia del matrimonio pueden ocurrir hechos que provoquen el cese de la
convivencia y una separación entre los cónyuges, situación de hecho en que subsistiendo
el vínculo conyugal existe un distanciamiento que tiene (o puede llegar a tener) efectos
jurídicos sobre sus derechos y obligaciones. La Ley de Matrimonio Civil contempla la
separación de hecho, situación en la que los cónyuges mantienen el estado civil de
casados; la separación judicial que constituye un estado civil distinto. Ninguna de estas
figuras pone término al matrimonio, pero sí modifica sus efectos.

• Separación de hecho: es el cese de la convivencia, temporal o permanente,


que se produce de común acuerdo entre los cónyuges o por la voluntad de
solo uno de ellos. En este caso los cónyuges pueden regular, mediante un
acuerdo completo y suficiente o por vía judicial si no hay consenso, sus
relaciones mutuas (personales y patrimoniales) y con los hijos.

• Separación judicial: esta figura supone el fin de la vida conjunta de los


cónyuges, decretada por resolución judicial, pero mantiene el vínculo
matrimonial, pasando a tener el estado civil de separado judicialmente.
Puede derivarse del cese efectivo de la convivencia (solicitada
unilateralmente o de común acuerdo) o una falta imputable al otro. Una vez
declarada se suspenden aquellos efectos que sean incompatibles con la vida
separada de ambos, como, por ejemplo: los deberes de cohabitación y de
fidelidad. El régimen matrimonial se sustituye por el de separación de bienes.

f. Término del matrimonio

El término del matrimonio pone fin a la vida en común por lo que se debe finalizar el régimen
patrimonial, procediendo a su liquidación y el reparto de los bienes, dependiendo del
régimen de bienes que hubiesen tenido. El artículo 42 de la Ley de Matrimonio
Civil establece que el matrimonio termina por las siguientes causales:

• Por muerte de uno de los cónyuges.

• Por la muerte presunta de uno de los cónyuges, cumplidos determinados


requisitos.

Esta situación se da cuando, pasado cierto plazo, una persona ha


desaparecido sin que se tengan noticias de ella.

• Por sentencia firme de nulidad, la que procede cuando: uno de los


contrayentes no tuviera la capacidad legal exigida por la ley para contraer
matrimonio, el consentimiento no hubiere sido libre y espontáneo o no se
celebre ante el número de testigos hábiles exigidos por la ley.

• Por sentencia firme de divorcio que puede ser por cese efectivo de la
convivencia (conocido como divorcio remedio que puede ser de común
acuerdo o unilateral) o una falta imputable al otro, que torne intolerable la
vida en común (conocido como divorcio sanción).

Diferencia entre la legislación de Guatemala e Italia


En la actualidad, la figura de la promesa de matrimonio se encuentra recogida en los
artículos 79, 80 y 81 del Código civil italiano de 1942. Estos preceptos se encuentran
ubicados en el Capítulo I Della promessa di matrimonio, incluido en el Título IV Del
Matrimonio del Libro I.
Del análisis del precepto 79 del Código civil conviene precisar que, aunque se corresponde
sustancialmente con el derogado artículo 5382del Código civil de 1865, lo cierto es que se
diferencia en la modificación terminológica sufrida por la

institución, debido a que ‹la promessa di matrimonio› es la nomenclatura que sustituye la


tradicional ‹promessa scambiole di futuro›. Este término eliminado – acertadamente- pone
de manifiesto que el reconocido principio de libertad matrimonial –principio que comporta la
no obligatoriedad de los prometidos a la celebración del matrimonio- será de aplicación con
independencia de que la promesa sea realizada bilateral o unilateralmente, por las partes.

Por otra parte, se introduce un nuevo precepto –artículo 80- que se ocupa de la restitución
de las donaciones efectuadas a causa de la promesa de matrimonio, salvándose la
inexistencia de un precepto análogo en el Código precedente, solventado mediante la
aplicación del artículo 1.068 del Código civil.

Finalmente, el artículo 81 del Código civil corresponde a la reforma practicada por Ley n.
151, de 19 de mayo de 1975, que reformó los Libros I y II del Código civil italiano de 1942.
Del texto del precepto se advierte que comporta ciertas modificaciones de detalle en
relación con el antiguo artículo 5483del Código civil de 1865.

Con esta reforma el legislador italiano modifica la primera parte del precepto, debido a que
la responsabilidad del menor prevista por la norma anterior, requería de su adecuación a la
reforma sufrida por el artículo 84 del Código civil en lo concerniente a la autorización de los
menores -aunque se trata más bien de una referencia84- precisando de forma expresa que
el limitado resarcimiento de los daños puede ser de aplicación a un menor que reúna el
requisito para contraer matrimonio contenido en el artículo 84. Asimismo, esta modificación
que elimina la anterior figura de la asistencia o autorización como

condición previa y, que indudablemente, era configurada como un permiso especial


otorgado al menor para poder realizar la promesa de matrimonio, homologa dicho requisito
con la capacidad otorgada judicialmente a los menores para contraer matrimonio.

En síntesis, en el párrafo primero del artículo 81 del Código civil se precisa el carácter
mutuo de la promesa, por lo que se trata de una promesa de carácter recíproco; se adiciona
a la mención de los gastos hechos la aclaración de la obligación de resarcir las obligaciones
contraídas en consideración al matrimonio prometido y, finalmente, se limita el
resarcimiento de los daños únicamente a los gastos y obligaciones correspondientes a las
condiciones de las partes. Por otra parte, en el párrafo segundo se precisa que dicha
obligación sintetizada en el resarcimiento –tanto de los gastos como de las obligaciones
contraídas- deberá recaer sobre la parte que, por su propia culpa, haya dado justo motivo
de negativa a la contraparte. Y, finalmente, en el último párrafo se fija como dies a quo de
plazo el día de la negativa a la celebración del matrimonio, sin embargo, éste podría
presentar la cuestión de si el régimen de aplicación sobre el carácter del plazo de un año
es de prescripción o de caducidad.

En definitiva, el artículo 81 del Código civil a diferencia de los artículos 79 y 80, hace
referencia únicamente a las consecuencias derivadas del incumplimiento de una promesa
de carácter recíproco, mientras que los otros dos preceptos, aluden a otro tipo de promesa
de matrimonio -unilateral o bilateral aceptada de forma explícita o cuya aceptación haya
sido dada a entender-.

a. El régimen económico matrimonial en Italia (conocido como Régimen patrimoniale


coniugale) se rige por el Código Civil italiano.

De acuerdo con las normas de este Código, hay dos tipos de régimen matrimonial en Italia:
el régimen de comunidad de bienes y el régimen de separación de bienes.

De conformidad con el artículo 159 del Código Civil italiano, en ausencia de un acuerdo
entre los cónyuges, el régimen económico matrimonial será de comunidad de bienes.

Los bienes de la comunidad son:

• las compras realizadas por los cónyuges conjuntamente o por separado durante el
matrimonio, a excepción de los bienes personales;
• las empresas manejadas por ambos cónyuges y constituidas después del
matrimonio;
• las ganancias de un negocio personal de cada cónyuge, si no se consuma entre el
momento de la disolución de la comunidad; otros.

Algunos bienes personales no forman parte de la comunidad:

• los bienes de propiedad de los cónyuges antes del matrimonio;


• los bienes adquiridos durante el matrimonio por donación o herencia;
• los bienes de uso personal de cada cónyuge y sus accesorios;
• los bienes obtenidos como indemnización por daños y perjuicios.
Con respecto al régimen de separación de bienes, con este régimen cada cónyuge es el
único propietario de sus bienes adquiridos durante el matrimonio. Este acuerdo debe tener
la forma de un acto público bajo pena de nulidad.

La elección del régimen de separación de bienes puede ser hecha por los cónyuges en el
momento del matrimonio, o antes o después del matrimonio, con un acuerdo firmado en
presencia de un notario.

Diferencia entre la legislación de Guatemala y Bolivia


Por medio del Nuevo Código de las Familias se regule un régimen de matrimonio con
separación de bienes. Dicho de otra manera, de que los futuros cónyuges antes de casarse
puedan determinar que sus patrimonios crezcan separados o juntos durante la vigencia del
matrimonio. Sin embargo, el artículo 7 de la Ley 603 establece que las renuncias o
modificaciones de las instituciones reguladas en el Código de las Familias son nulas de
pleno derecho puesto que las mismas son de orden público y de interés social. En ese
entendido, conforme a la Ley boliviana no es posible modificar las normas de orden público
por mera voluntad.

Ahora bien, es importante considerar que, a partir del matrimonio o la unión libre reconocida,
pierden todo valor los razonamientos por los cuales un cónyuge puede pretender arrogarse
mayores derechos patrimoniales que el otro. En muchos casos el cónyuge que trabaja o
aporta el negocio o la fuente de ingresos a la familia antes del matrimonio, piensa que tiene
mayores derechos patrimoniales. Lo cual queda desvirtuado con la propia ley pues
después del matrimonio ambos cónyuges tienen igualdad de derechos sobre los bienes
gananciales acumulados sin importar quién es el que los ha producido. Al respecto el
artículo 176 del mismo cuerpo legal establece que la comunidad de bienes gananciales se
constituye, aunque uno de ellos no tenga bienes o los tenga más que la o el otro. En ese
entendido, la comunidad de bienes gananciales se la constituye de manera independiente
a la situación económica de uno u otro cónyuge.

Ahora bien, las normas que regulan la institución de la comunidad de bienes gananciales
son de orden público, esto con el objetivo de precautelar que cuando se disuelva el vínculo
conyugal, los bienes gananciales se deben dividir en partes iguales. No solo las ganancias
o activos, sino también las pérdidas o pasivos, pues la ley claramente establece beneficios
u obligaciones contraídos durante la vigencia del matrimonio.
El matrimonio con separación de bienes como se lo conoce en otros países no está
permitido en Bolivia. Puesto que la Ley boliviana ha optado por un sistema matrimonial legal
y no contractual. En otras palabras, en Bolivia no se materializa un matrimonio con convenio
previo sobre bienes puesto que el mismo sería nulo de pleno derecho. Al respecto el artículo
177 del de la Ley 603 establece que:

• La comunidad de gananciales se regula por la Ley, no pudiendo renunciarse ni


modificarse por convenios particulares bajo pena de nulidad de pleno derecho.

Del análisis de esta norma, se tiene que no es posible renunciar o modificar por medio de
un convenio previo al matrimonio la futura comunidad de bienes gananciales. Esto significa
que cualquier documento que establezca de manera directa o indirecta la renuncia o la
alteración y/o modificación de la comunidad de bienes gananciales durante la vigencia del
matrimonio es nula de pleno derecho. Dicho de otra manera, los matrimonios con
separación de bienes, tal cual se los conoce en otras legislaciones extranjeras no son
posibles en Bolivia.

LA PROTECCIÓN DE BIENES ANTES DEL MATRIMONIO

Debido a las constantes solicitudes de nuestros clientes, hemos desarrollado una forma
legal y ética de protección de patrimonio antes de casarse que no es, ni guarda relación
con el matrimonio con separación de bienes y que además de ninguna manera afecta la
conformación normal y natural de bienes gananciales. Sin embargo, el objetivo de nuestro
servicio tiene como finalidad proteger los bienes e ingresos logrados antes del matrimonio.

Esta técnica preventiva de protección de activos se la realiza cumpliendo estrictamente la


ley boliviana. La finalidad de este servicio es evitar que un futuro divorcio arrase con los
ingresos y bienes que se los ha obtenido con anterioridad. Es por ello que hemos creado
este producto de consultoría de bienes que tiene por finalidad proteger anticipadamente los
bienes que pueden llegar a ser sujeto de confusiones más adelante.

Diferencia entre la legislación de Guatemala e Uruguay


Los cónyuges pueden optar por un régimen distinto a la sociedad conyugal, como ser un
régimen de separación de bienes, de manera que aun estando casados, los bienes serán
propios del cónyuge que los adquiera; el régimen de separación de bienes puede lograrse
de las siguientes maneras:
a) Capitulaciones Matrimoniales: con anterioridad a que los cónyuges contraigan
matrimonio, éstos pueden otorgar Capitulaciones Matrimoniales, estableciendo las reglas
patrimoniales que deseen entre ellos, como ser un régimen de separación de bienes total
o parcial; las capitulaciones matrimoniales deben realizarse en Escritura Pública e
inscribirse en el Registro respectivo.

b) Disolución Judicial de Sociedad Conyugal de Bienes: durante el matrimonio y en


cualquier momento, cualquiera de los cónyuges en forma unilateral o ambos cónyuges
pueden decidir y requerir judicialmente la disolución de la sociedad conyugal de bienes; se
trata de un trámite judicial voluntario (el otro cónyuge no puede oponerse) mediante el cual
el Juez resuelve la disolución de la sociedad de bienes pero no el matrimonio que sigue
vigente entre ellos; a partir de ese momento, regirá entre los cónyuges un régimen de
separación absoluta de bienes (los bienes serán solo de quien lo adquiera); y, respecto a
los bienes adquiridos con anterioridad a la disolución de la sociedad conyugal, ellos
quedarán en condominio por partes iguales entre ambos cónyuges. La disolución judicial
de la sociedad conyugal también se inscribe en el Registro Público respectivo, por lo que
dicha información está disponible para cualquier interesado.

Una vez disuelta la sociedad conyugal de bienes, los bienes que adquirieron antes de la
disolución podrán permanecer en condominio entre ellos, o podrán ser repartidos a través
de una Partición que podrá ser judicial o extrajudicial.

Es importante destacar que los cónyuges pueden, en cualquier momento, modificar el


régimen de separación de bienes y volver al régimen de sociedad conyugal.

Nos parece útil que el lector pueda conocer hasta donde pueden llegar los acreedores
respecto de los bienes conyugales. Podemos realizar las siguientes distinciones según el
régimen de bienes:

a) Régimen de Sociedad Conyugal: Durante la vigencia del régimen de sociedad


conyugal, en el cual existe la ganancialidad, los acreedores de un cónyuge puede ir
solamente contra los bienes propios de ese cónyuge o contra los bienes gananciales que
adquirió dicho cónyuge (cónyuge administrador del bien); mientras que no puede ir contra
los bienes propios del otro cónyuge o contra los bienes gananciales que adquirió el otro
cónyuge.

b) Régimen de Separación de Bienes: En caso que no haya existido sociedad conyugal


o que ella haya sido disuelta, los acreedores de un cónyuge pueden ir contra los bienes
propios del cónyuge, o contra la mitad del bien del cónyuge que quedó en condominio luego
de disuelta la sociedad conyugal; el acreedor no podrá ir contra los bienes propios del otro
cónyuge ni contra la mitad del bien que corresponde al otro cónyuge luego de la disolución
de la sociedad conyugal.

Por último, es importante conocer que, en nuestro país, y en determinadas circunstancias


las Uniones Concubinarias que no se transformaron en matrimonio, tienen un tratamiento
especial que en algunos casos se asimila al matrimonio.

Diferencia entre la legislación de Guatemala y Puerto Rico

En Puerto Rico, el Código Civil establece que el régimen económico aplicable una vez
consumado el matrimonio es el conocido como Sociedad de Bienes Gananciales, donde
ambos conyugues participan por igual de los ingresos, dividendos, ganancias, deudas y
obligaciones originados durante la vigencia del matrimonio.

Ahora, con la aprobación de esta ley, se producen varios cambios importantes. A


continuación, cinco puntos claves:

1. En Puerto Rico, y con anterioridad a la vigencia de esta nueva ley, un matrimonio


contraído bajo la sociedad legal de gananciales estaba sujeto a sus efectos hasta que sea
disuelto. Esta ley terminó con esa restricción. Anteriormente las capitulaciones tenían que
ser firmadas antes de la celebración del matrimonio, pero con esta nueva ley un matrimonio
constituido bajo Sociedad de Bienes Gananciales puede optar por entrar en un régimen de
capitulaciones. La ley se flexibilizó para que el matrimonio pueda optar por un régimen
distinto mediante capitulaciones aún después de celebrado el matrimonio.

2. Una consecuencia directa de este cambio consiste en la apertura de nuevas


oportunidades de financiamiento.

Antes de la vigencia de esta ley los bancos se encontraban bajo un dilema. Imagina el
siguiente cuadro: Rodolfo y Rocío se casaron felizmente bajo el régimen de Sociedad de
Bienes Gananciales, o sea, no otorgaron capitulaciones matrimoniales. Rodolfo y Rocío
llevan cinco años de casados pagando renta y quieren comprar su propiedad, por lo que
van al Banco de La Plaza a solicitar financiamiento mediante una hipoteca. El oficial del
banco encuentra que Rocío tiene un buen salario y que cumple con los parámetros de
capacidad de repago. No obstante, el trámite se confronta con una situación difícil: el crédito
de Rodolfo tiene una empírica muy baja por el historial recurrente de pagos en atraso. En
esas circunstancias el analista bancario opta por denegar el financiamiento, aun cuando
Rocío, de por sí, cualifica.

Este dilema tiene una vertiente distinta con esta nueva ley. ¿Qué pueden hacer Rodolfo y
Rocío para cualificar para el financiamiento hipotecario en este nuevo escenario?

Rodolfo y Rocío pueden visitar el notario público de confianza y solicitar cambiar el régimen
económico actual de Sociedad de Bienes Gananciales a uno de separación de bienes. Una
vez inscrito debidamente en el Registro de Capitulaciones, Rocío puede ir sola al Banco de
La Plaza y el analista podrá analizar el caso basado solamente en el historial de crédito y
capacidad de repago de Rocío.

3. Las nuevas oportunidades de financiamiento no se limitan a la fase hipotecaria personal.


Esta nueva ley abre otras posibilidades para financiamiento comercial. ¿De qué manera?
Veamos el siguiente ejemplo.

En financiamientos comerciales a corto y largo plazo, o sea en líneas de crédito para capital
de trabajo y/o préstamos a término es política establecida de los bancos solicitar garantías
solidarias a los accionistas de la corporación deudora. En estos casos el banco quiere
asegurarse que si la deudora principal no puede pagar se obtenga una fuente alterna de
repago que provendría de los activos e ingresos de los garantizadores solidarios.

4. Esta nueva ley también enmienda el Código Civil. En específico el “Artículo 1272. -
Libertad de contratación. Ahora este artículo lee como sigue:

“Los cónyuges podrán transmitirse por cualquier título bienes y derechos, y celebrar entre
sí toda clase de acuerdos que no les estén expresamente prohibidos. Para ser válidos,
estos acuerdos tienen que cumplir con los requisitos formales y sustantivos esenciales de
las capitulaciones matrimoniales y del tipo contractual de que se trate. Los mismos no
podrán ser contrarios a la ley, la moral o el orden público ni afectar derechos de terceros”.

Esta enmienda al Código Civil elimina la restricción que existía en el Código Civil de que la
contratación entre conyugues tenía que ser antes del matrimonio… pero no solo eso. Ahora
pueden enmendarse y/o modificarse las capitulaciones matrimoniales sin restricción
alguna, las veces que sea necesario. Esto aporta flexibilidad y dinamismo al régimen
económico que de tiempo en tiempo los conyugues seleccionen como su mejor opción.

5. La ley es clara en cuanto a que los cónyugues casados que habían contraído deudas
bajo la Sociedad de Bienes Gananciales y que optan por capitular siguen manteniendo las
obligaciones que asumieron ante los acreedores bajo los mismos términos y condiciones.
En otras palabras, los cónyugues no podrán usar el mecanismo de capitulaciones como un
subterfugio para evadir las obligaciones previamente contraídas pre-capitulaciones.

La ley continúa manteniendo el requisito de establecer las capitulaciones mediante escritura


pública suscrita ante notario. Además, según indicáramos, añade el requisito de inscripción
en el nuevo Registro de Capitulaciones Matrimoniales.

Una ley de avanzada que hacía mucha falta para añadir un elemento de dinamismo y
flexibilidad que puede facilitar y mejorar el crecimiento económico.

Diferencia entre la legislación de Guatemala y Alemania


El régimen económico matrimonial en Alemania es el de comunidad de ganancias
acumuladas, así el artículo 1363 del Código Civil Alemán dispone:

“(1) Los cónyuges viven con el régimen económico matrimonial de participación en las
ganancias, si no acuerdan otra cosa en capitulaciones matrimoniales.

(2) El patrimonio del marido y el patrimonio de la mujer no se convierten en patrimonio


común de los cónyuges; lo mismo ocurre para el patrimonio que un cónyuge adquiere
después de la celebración del matrimonio. Sin embargo, las ganancias que obtienen
durante el matrimonio se compensan cuando se extingue el régimen de participación en las
ganancias”, que podríamos explicar cómo una separación de bienes con participación en
las ganancias, de modo constante matrimonio cada uno de los cónyuges mantiene su
patrimonio individual acrecentándolo con todas las adquisiciones que realice durante la
vigencia del mismo, ahora bien una vez finalice el régimen económico matrimonial bien por
la muerte de uno de ellos, bien porque los cónyuges otorgan capitulaciones matrimoniales,
o bien por divorcio, la ganancia patrimonial obtenida por cada uno de ellos, calculada como
la diferencia entre lo existente en el comienzo de la sociedad y lo habido en el momento de
su disolución, será dividida entre ellos.

Los cónyuges pueden otorgar capitulaciones matrimoniales, teniendo la libertad de elegir el


régimen económico que deseen dentro de los previstos en la legislación alemana,
quedando vetado cualquier régimen que no esté legalmente establecido ni siendo tampoco
posible la elección de un derecho extranjero, a no ser que el matrimonio en el momento de
otorgación de las capitulaciones residan en el extranjero, pues en este caso sí podrán optar
por el régimen económico matrimonial vigente en ese país.
En este sentido el Código Civil de Alemania dispone en el art. 1408: “(1) Los cónyuges
pueden regular sus relaciones patrimoniales mediante contrato (capitulaciones
patrimoniales), en especial extinguiendo o modificando el régimen económico tras la
celebración del matrimonio.

(2) En capitulaciones matrimoniales, los cónyuges pueden excluir también mediante pacto
expreso la compensación de pensiones. La exclusión es ineficaz si durante el año siguiente
al otorgamiento de las capitulaciones matrimoniales se presentare demanda de divorcio”.

Los regímenes previstos en el derecho alemán son, además del de comunidad de


ganancias acumuladas, el de separación de bienes previsto en el artículo 1414 del BGB, el
de plena comunidad de bienes (arts. 1415 y ss. BGB), la comunidad de bienes continuada,
y el régimen económico matrimonial francogermano de una comunidad de ganancias
acumuladas opcional.

El citado régimen de separación de bienes es el establecido como régimen legal supletorio,


puesto que en caso que los cónyuges otorguen capitulaciones en el único sentido de excluir
el régimen legal de comunidad de ganancias acumuladas sin establecer otro que lo
sustituya, será éste el que regirá.

Las capitulaciones tienen que estar presididas por el principio de la buena fe, lo que supone
quedar vetada cualquier discriminación que se produzca por uno de los cónyuges respecto
del otro otorgada de forma unilateral.

Estas pueden otorgarse antes o durante la vigencia del matrimonio y debe hacerse ante
Notario de conformidad con lo prescrito en el art. 1410 BGB, y puede modificarse siempre
que se sigan los requisitos formales, siendo posible en cualquier momento.

En Alemania existe un Registro de regímenes económicos matrimoniales, en el cual se


pueden inscribir las capitulaciones, de forma potestativa y a los únicos efectos de poderlas
hacer valer frente a un tercero, no siendo necesario para su validez entre las partes.

En cuanto a la disolución del matrimonio hay que decir que se obtiene por el divorcio, que
se adquiere mediante sentencia tras procedimiento instado por uno o ambos cónyuges por
causa de “fracaso matrimonial”.

Para la legislación alemana existe causa de divorcio cuando no prosigue la vida en común
de los cónyuges y no se puede esperar que se rehaga.
Se presume que el matrimonio ha fracasado en los siguientes supuestos:

• Si los cónyuges llevan viviendo separados al menos un año solicitan ambos el


divorcio o uno con el consentimiento del otro.
• Si los cónyuges llevan viviendo separados al menos tres años.

Se entiende que viven separados y no ha convivencia familiar y uno de ellos no quiere


continuar porque rechaza la vida matrimonial, o si aun viviendo bajo el mismo techo los
cónyuges hacen vidas separadas.

Como vemos se trata de un divorcio causalista, con una única causa, el fracaso matrimonial,
que se da cuando no existe vida en común entre los esposos y no se espera que la haya.
Por tanto, es necesaria una previa separación de hecho para poder optar al divorcio.

Sin embargo, existe la posibilidad de divorcio sin que haya trascurrido el plazo de
separación legalmente establecido, cuando se trata de un caso de fuerza mayor, según lo
establecido en el art. 1565.2 BGB. Algunas de estas causas establecidas son: maltrato por
parte uno de los cónyuges al otro; maltrato sexual; cuando uno de ellos espera un hijo con
otra persona distinta al cónyuge; adicciones de uno de ellos.

Quitando de este caso excepcional de fuerza mayor, no se puede obtener el divorcio,


aunque exista acuerdo entre los cónyuges si no ha trascurrido un año de estar separados.

Pero aun concurriendo la causa exigida para poder instar el divorcio puede no concederse
el mismo excepcionalmente, si el mantenimiento del matrimonio fuera necesario para los
intereses de los hijos o si el divorcio supusiera ese daño para el cónyuge que lo rechaza,
según se dispone en el artículo 1568 del BGB.

Si se trata de un divorcio de mutuo acuerdo, no es necesario invocar otra causa, solo la


separación mencionada de un año, pero debe existir acuerdo acerca de: la obligación de
alimentos entre cónyuges, el uso y atribución de la vivienda y ajuar familiar, y si hay hijos
sobre su custodia, régimen de visitas y alimentos.

En caso de no existir mutuo acuerdo, existen dos supuestos de divorcio contencioso, según
haya transcurrido al menos un año de separación o si se han cumplido los tres.

En el primero de los supuestos, se entenderá que el matrimonio ha fracasado por causa de


quien lo solicita. Aquí se requiere expresamente mencionar los motivos que justifiquen la
petición de divorcio. La petición puede provenir del cónyuge “causante”.
En el otro caso, en que el cónyuge solicitante pueda demostrar que han vivido separados
durante más de tres años, se entiende automáticamente que el matrimonio ha fracasado y
se decretará el divorcio, aunque el otro cónyuge no esté de acuerdo.
Conclusiones

1. En el derecho comparado, se observa que las causas más comunes de la


separación del matrimonio son la muerte, o la presunción judicial de
muerte de uno de los cónyuges y la declaración de nulidad del mismo.
2. En las legislaciones, se puede observar claramente que algunas de ellas
no admiten la disolución del vinculo matrimonial y por tanto no permite un
nuevo matrimonio, entre ellas las de Guatemala, Chile e Italia. También se
puede observar una marcada influencia en esta decisión, orden religioso,
principalmente de la Iglesia Católica.
3. En consecuencia, el matrimonio se puede definir como un “contrato
solemne por el cual una pareja homo o heterosexual (en las diferentes
legislaciones del mundo) se unen actual y disolublemente con el fin de vivir
juntos, auxiliarse, respetarse y ser fieles”
4. La facultad que se les otorga a los notarios de celebrar el matrimonio es
el servicio a la colectividad y desde el punto de vista del principio de
desconcentración de funciones permite ante este organismo garantizar la
eficacia y eficiencia en la administración pública.
5. En conclusión el sistema matrimonial es el civil pero puede ser celebrado
en forma religiosa o en forma civil.
Referencias Bibliográficas
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peruanos-se-casan-bajo-el-regimen-de-separacion-de-patrimonios
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https://www.divorciofacil.com.bo/matrimonio-separacion-bienes/ https://gmk.com.uy/info-
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nte%20el%20matrimonio. https://construccionelnuevodia.com/noticia/5-cosas-que-debes-saber-sobre-la-nueva-ley-de-
capitulaciones/#:~:text=En%20Puerto%20Rico%2C%20el%20C%C3%B3digo,durante%20la%20vigencia%20del%20matri
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https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/114543/El%20matrimonio%20en%20el%20mundo%20actual.pdf?s
equence=3

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