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Carrera: TÉCNICO SUPERIOR EN


OPERADOR PSICOSOCIAL

Temas:

 Contradicciones Grupales

•Ansiedades básica

•Vectores, Roles y más…

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Contradicciones Grupales y Psicología Social


Avanzamos un poco más en el recorrido que iniciamos al analizar el concepto de
dialéctica y sus leyes específicas -que aplica nuestra Psicología Social-, para
adentrarnos ahora en las contradicciones que conducen a la producción de un
saber-hacer-aquí-y-ahora. Cuando los operadores psicosociales trabajamos
coordinando grupos, nuestra tarea se resuelve al modo de una mayéutica socrática
sostenida por un diálogo crítico. Así, se van alternando ideas e interrogantes
múltiples que tienen una direccionalidad y, precisamente, derivan en la producción
del referido saber. Veamos a continuación algunos de los pares contradictorios que
se presentan en los procesos grupales y que son, en definitiva, los que tenderán a la
promoción de transformaciones creativas (in-ventos) de lo existente, redundando en
una mayor -y mejor- adaptación activa a la realidad.

Las cinco contradicciones fundamentales que aquí abordaremos son las siguientes:
1) sujeto - grupo, 2) necesidad - satisfacción, 3) lo viejo - lo nuevo, 4) proyecto
resistencia al cambio, y 5) lo manifiesto - lo latente. Comentaremos algunas
consecuencias que conlleva la aplicación de la dialéctica a la comprensión de los
procesos grupales, operando con los distintos ropajes que tales pares opuestos
presentan en el decurso de su movimiento espiralado. Cada situación grupal, cada
una de sus etapas constitutivas que la determinan, va a estar marcada por el
predominio de alguna de estas contradicciones, a la que llamaremos,
consecuentemente, contradicción dominante o principal. Abramos la temática con
algo más de detalle y, por supuesto, sin una pretensión mayor que la de constituir
un esbozo meramente ilustrativo acerca de esta cambiante dinámica.

Sujeto - Grupo: Conocemos a este par dialéctico como verticalidad (lo referido a la
historia personal del individuo) y horizontalidad (aquello que involucra a todos los
miembros de un grupo). Esta contradicción suele aparecer fuertemente en las
primeras reuniones de un grupo nuevo, jugándose aquí el impacto subjetivo de cada
integrante frente a los demás. Ser soporte de las escenas transferenciales de los
otros es siempre inquietante. Vemos, además, que un polo está contenido en el
otro, pues todo grupo está integrado por sujetos y en todo sujeto siempre
encontramos presente su grupo interno (familia, maestros, referentes ideológicos,
etc.). Es importante el respeto a la singularidad y a las diferencias, pues un grupo
con la fantasía de ser todos iguales logra convertirse en una masa amorfa, ya que
no se discute, no hay oposición… y no hay crecimiento. Jaime Rozenbom dice: para
ser dos lo mejor es que cada uno sea uno.

Necesidad - Satisfacción: Entendemos al individuo como un ser de necesidades,


que sólo se satisfacen socialmente en relaciones que lo determinan. En los grupos
advertimos que cada miembro tiene sus propias necesidades, como así también
puntuales expectativas de satisfacción. La necesidad es el fundamento motivacional
del vínculo. Pues, entonces, nos encontraremos con necesidades comunes,
complementarias y contradictorias. El proyecto grupal será la estrategia que va a
permitir cubrir esas necesidades. Podríamos plantear una fórmula ideal: a partir de
la satisfacción de las necesidades complementarias, marchemos a la búsqueda de
satisfacer las necesidades comunes, resolviendo en el trayecto las necesidades
contradictorias. Un posible peligro surge en grupos donde siempre se está

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acríticamente conforme con lo producido. Hablamos aquí de estancamiento en la


satisfacción.
Lo viejo - Lo nuevo: Tal como podemos apreciar, lo nuevo tiene muchas veces la
tendencia a colocarse como enemigo del sujeto, pues requiere de recursos
operativos para su resolución. Por apasionante que pueda ser una tarea grupal,
siempre está al acecho su par opuesto: la resistencia. Esta contradicción dialéctica
es permanente, es constante. Un polo está contenido en el otro, pues lo viejo alguna
vez fue nuevo y el destino de lo nuevo es transformarse en viejo. Desde nuestra
óptica psicosocial, en los cambios hay por lo menos tres momentos de relevancia: a)
la negación de aspectos sustanciales de lo viejo; b) la conservación de otro modo de
algo de aquello que era lo anterior; y c) la superación dialéctica y la ulterior
emergencia de lo nuevo. Tal superación es el fundamento principal, la síntesis de un
orden superior y más acabado.

Proyecto - Resistencia al Cambio: El proyecto es la estrategia para la acción que


permitirá la satisfacción de las necesidades. Implica, por ende, elaborar un futuro
adecuado de un modo dinámico, con un estilo propio y con una concepción que
contemple la propia finitud del individuo. Pero sabemos que toda situación grupal es
potencialmente generadora de ansiedades, produciendo tanto desestructuraciones
como reestructuraciones en sus integrantes. Si ese umbral de ansiedades se eleva
bastante, suele aparecer la resistencia al cambio. Frente a la tarea del grupo surgen
dos miedos básicos: 1) el miedo a la pérdida del equilibrio ya logrado; y 2) el miedo
al ataque de la nueva situación, en la que el sujeto no se siente adecuadamente
instrumentado. Ambas ansiedades básicas, que coexisten y cooperan entre sí,
configuran -cuando su monto aumenta- la aludida resistencia al cambio.

Lo manifiesto - Lo latente: Existen dos categorías de fenómenos que los Psicólogos


Sociales debemos distinguir: por un lado, la dimensión de lo manifiesto o explícito; y
por el otro, el mundo de lo latente o implícito, lo subyacente u oculto. Ello toda vez
que incluimos los contenidos inconscientes para comprender el acontecer grupal.
Cada miembro del grupo, al hablar dice más de lo que voluntariamente quiere. Más
que hablar, somos hablados. Pues, al hacerlo cada sujeto se hace portavoz -
inconscientemente- de sus modelos de pensar, sentir y hacer… de sus matrices de
aprendizaje. Toda vida psíquica es considerada como la interacción entre aspectos
del mundo interno (grupo interno) en permanente interrelación dialéctica con el
mundo exterior. Aplicando técnicas de acción idóneas podemos lograr hacer
explícito un contenido oculto pues todo pozo, por profundo que sea, empieza por la
superficie.

Sostenemos una Psicología Social que no pretenda transformarse en una


cosmovisión de mundo inamovible, sino que pueda encontrarse con otros saberes
en su condición de verdadera interciencia. La singularidad humana se construye en
su realización con los otros -en la intersubjetividad- como así también en el interior
de una cultura concreta. Cuando operamos en el terreno de lo grupal y sus
contradicciones, la posición del coordinador psicosocial oscilará entre una ataraxia
no respondiente y una cálida sensibilidad, en pos de cohesionar eso de lo
heterogéneo que hallamos en el pensar, en el sentir y en el hacer de cada
integrante. Una contradicción nunca va en contra de una coherencia. Desde nuestro

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lugar de co-pensores y agentes del cambio planificado, estamos acostumbrados a


trabajar con lo opuesto, con lo distinto, con lo diferente… afortunadamente!!! Sólo
los peces muertos nadan con la corriente.
Grupo Operativo
El estudio de los grupos se ha realizado desde diversos enfoques y disciplinas: la
sociología, la psicología, el psicoanálisis, la filosofía, etc. Cada territorio de análisis
ofrece una mirada al fenómeno grupal y enriquece su estudio.
Para el desarrollo de este trabajo tomaré como guía el pensamiento psicológico de
Enrique J. Pichón Rivière, quien define al grupo como un “conjunto restringido de
personas que, ligadas por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua
representación interna, se proponen, en forma explícita o implícita, llevar a cabo una
tarea que constituye su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de
adjudicación y asunción de roles”.
Analizando esta definición, podemos decir que con un conjunto restringido de personas
Pichón Riviere hace referencia a un pequeño grupo, no a una multitud. El grupo será
comprendido en un tiempo y un espacio compartido, donde existan relaciones
personales, individualizadas, cara a cara.
Habla también sobre la articulación refiriéndose a la interdependencia entre los
miembros del grupo, al vínculo que existe entre ellos. En este punto no podemos dejar
de lado que en cada grupo existen verticalidades (propias de cada individuo como lo son
sus experiencias personales y conocimientos) y que con esta articulación y/o
intercambio lo que estaríamos logrando, de alguna manera, es la horizontalidad del
grupo. Lo que enriquece enormemente su trabajo.
Para Pichón, estar articulado es la condición de existencia del grupo como tal y lo que
articula es la mutua representación interna, es decir que cada uno tiene un lugar en la
interioridad del otro, en el mundo interno. Se refiere a la construcción de imágenes
interiores que se juegan dentro del propio sujeto, interrelacionándose con las imágenes
que se nos van representando del mundo exterior.
La asunción y adjudicación de roles Riviere señala complejos mecanismos de
asunción y adjudicación de roles, definiendo al rol como "un modelo organizado de
conducta relativo a una cierta posición del individuo en una red de interacción ligado a
expectativas propias y de los otros".
El mecanismo de adjudicación y asunción de roles se da en dos tiempos; en el primero
hablamos de adjudicación y el segundo tiempo se refiere a la asunción. El primer tiempo
es cuando por ejemplo una familia determina un lugar para un nuevo integrante y
segundo es cuando este nuevo integrante llega y asume, o no, el lugar vacío.
Pichón dice que en un grupo operativo hay seis roles: Dos preescritos y cuatro adscritos.

Los 2 roles preescritos. Los roles preescritos son el del coordinador y el del observador.
Son “preescritos” porque están determinados por la estructura de la técnica del grupo
operativo.

1. El rol de observador
El observador es fundamental para la programación de la estrategia, de la táctica en
el trabajo con el grupo.

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2. El rol de coordinador
Mientras que el coordinador tiene como función romper con los obstáculos a la
tarea, ayudar a visualizarlos. En este punto es importante decir que no es lo mismo
el rol de un coordinador, que el de un líder.
• El líder es aquel que mueve al grupo hacia la superación de los obstáculos. Es
diferente dirigir al grupo hacia la superación del obstáculo a tener como objetivo
develar el obstáculo.
• El coordinador hace explícito aquello que en el grupo no se ve claramente,
aquello que forma parte de la latencia grupal y es el líder de un grupo el que logra
que se supere el obstáculo.
El complejo mecanismo de asunción y adjudicación de roles se da desde el lugar
que cada miembro ocupa en la red interaccional en la que rotan dinámicamente.
Cuando los roles se estereotipan, el grupo esta bloqueado y el coordinador deberá
intervenir para romper con la estructura.
El coordinador cumple un papel fundamental, ser facilitador de la comunicación y el
aprendizaje, participando activamente con el grupo en la construcción de nuevos
conocimientos. Abre la información, la hace circular, distanciándose del supuesto
saber, para posibilitar la autonomía y el crecimiento del grupo.
El coordinador hace una lectura de los emergentes grupales, qué se dice, qué no,
qué se habla, cómo son las relaciones. Intenta desocultar lo oculto, lo que saben, lo
que necesitan. Tiene como función también: crear, fomentar y mantener la
comunicación; promover y proponer actividades que faciliten el vínculo y la tarea;
detectar y señalar los obstáculos y situaciones emergentes; analizar la funcionalidad
de los roles.
Los 4 roles adscritos
Los roles adscritos son: el de portavoz, el del líder, el del chivo emisario y el de
saboteador. Los roles adscritos, no están determinados por la estructura misma,
sino que la estructura grupal los va poniendo en determinados integrantes, a veces
uno es el portavoz, y otro es líder, otro chivo o no hay chivo.
3. El rol de portavoz
El portavoz lo define Pichón como el vehículo de una cualidad nueva, es el
emergente grupal, aquel que enuncia, expresa lo que esta ahí, rondando al grupo
(del acontecer grupal), pero que el resto de los integrantes no está en posibilidad de
nombrar. Lo transmite como propio sin saber que tiene significación grupal, lo afecta
a él más que a otro.

En ese integrante ocurre una conjunción de la verticalidad y de la horizontalidad. La


verticalidad se refiere al integrante, a su historia personal, a sus deseos, a su
historia vivida, lo horizontal es aquello que tiene que ver con el grupo, con el
proceso grupal, con la historia del grupo. En el portavoz se conjugan estos dos
elementos y es entonces capaz de develar cierta latencia grupal. En diferentes
situaciones grupales pueden aparecer distintos portavoces.

4. El rol de chivo emisario


El rol del chivo emisario es aquel al cual se le depositan todos los aspectos
desfavorables, de tensión o conflictivos en un proceso grupal, aparece después de
un proceso de separación. Personaje cargado de culpas ajenas.

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El chivo es el depositario de ciertos aspectos atemorizantes o negativos que la tarea


ofrece al grupo. Es habitualmente segregado del grupo, se lo hace cargo de cosas
que a los demás les dan miedo o que piensan que son cosas malas de sí mismos y
que depositándolas sobre uno, se las va a llevar cuando se vaya. Cuando se va un
chivo emisario de un grupo no se lleva todo lo malo, generando en el grupo un
sentimiento de culpa frente al chivo.
5. El rol de líder
El rol de líder es aquel que se hace cargo de los aspectos favorables del grupo,
tiene seguidores, mientras al chivo se le segrega para colocar en él todo lo malo, al
líder se le funda en todo lo bueno. Entre el chivo emisario y el líder se establece un
par contradictorio (los extremos de lo bueno y lo malo).
Respecto al líder, Pichón toma la conceptualización de Lewin y habla de cuatro tipos
de líder: autocrático, democrático, laissez-faire y demagógico.
• El líder autocrático asume directividad, rigidez, favoreciendo la estereotipia y
confundiéndose con el grupo, representando un obstáculo a la tarea. Un
ejemplo muy claro es el líder sindical donde él se confunde con el grupo
sindical. Esta actitud es un obstáculo para la movilidad de los roles en la
conformación de un grupo, no permite la ruptura de estereotipias, lo cual es el
objetivo de un grupo operativo.
• El líder democrático es el líder ideal, aquel que facilita la tarea en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, agiliza la participación grupal y el abordaje del
objetivo (tarea).
• El líder laissez-faire, es decir, el “que deja hacer” se caracteriza por su actitud
de delegar al grupo el proceso grupal, es el pasivo y desinteresado.
• El rol del líder demagógico es el que aparenta ser democrático pero
realmente es autocrático. Es el impostor.
Las características de un líder son las de definir una dirección, proteger las ideas y
crear principios, crear sueños: es decir, los objetivos. Es el encargado de crear un
grupo de trabajo y conducirlo con eficacia. Debe aprender a manejar las
herramientas necesarias de conducción de grupos de trabajo.
El grupo, una vez formado y funcionando, se consolida a partir de su líder. Los
objetivos le dan verdadero sentido a su existencia y el estar dirigido por alguien con
carisma permite un nivel de autoestima. La acción de liderar implica competencias
en:
• El ámbito de la creatividad, de la construcción de interpretaciones que
generen nuevas oportunidades para el entorno.
• En el ámbito del lenguaje, de la comunicación de visiones y narrativas que
movilizan a otros.
• En el ámbito emocional, de las disposiciones para escuchar, comprometerse
y actuar en pos de una visión.
• En el ámbito corporal, del desarrollo de presencia, empatía, proximidad.
6. El rol de saboteador
El rol del saboteador es aquel que se hace cargo de la resistencia al cambio, de la
angustia por lo nuevo; de esa sensación de: “es mejor quedar igual que aceptar la
movilización”. Juega este rol indispensable: ser el depositario de la resistencia al
cambio.

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Sin alguien que se haga cargo del temor a lo desconocido, no se puede vivir el
hecho de estar cambiando. No hay cambio sin resistencia. En otras palabras, asume
el liderazgo de la resistencia al cambio. Se encarga de sabotear toda propuesta de
modificación de la realidad grupal.
Las emociones del grupo
Junto con todo lo anterior, tienen lugar varias emociones dentro de un grupo, Pichon-
Rivière, plantea que hay dos ansiedades básicas dentro de las emociones que pueden
experimentarse. Las llamó “miedos básicos”:
• el miedo al ataque (ansiedad paranoide, de la nueva situación) y
• el miedo a la pérdida (ansiedad depresiva).
Miedos que aparecen como obstáculos para el conocimiento, y que son
determinados por el enfrentamiento a lo nuevo, a lo desconocido; sea esto
producido por el otro sujeto que tengo junto a mí, o por una información que viene a
modificar la que ya tenía, una nueva forma de trabajo, un modelo nuevo de
aprendizaje, entre otros.
Las tareas del grupo
La concepción de grupo se completa para realizar explícita o implícitamente una
tarea como finalidad ya que esta es uno de los elementos fundamentales para la
conformación del grupo. La tarea se plantea para satisfacer necesidades y el logro
de los objetivos propuestos.
Pichón sostiene que la técnica de grupo se caracteriza por estar centrada en una
tarea que puede ser el aprendizaje, la curación (en grupos terapéuticos), la creación
publicitaria, el diagnóstico de la dificultad de una organización laboral, entre otros.

Dice también que “bajo esta tarea explícita subyace otra implícita que apunta a la
ruptura, a través del esclarecimiento, de las pautas estereotipadas que dificultan el
aprendizaje y la comunicación, significando un obstáculo frente a toda situación de
progreso o cambio”.
En la tarea existen diferentes momentos:

1. Las pre-tareas

La pre-tarea: es un momento natural, normal, aquel momento en el cual el grupo


empieza a dar vueltas, como si pusieran en juego técnicas defensivas movilizadas
por la resistencia al cambio.
Lo que ocurre es que por distintos motivos: el tema a abordar produce ciertas
resistencias, aparecen los miedos básicos: miedo a la pérdida de todo aquello que
resulta conocido y da seguridad, lo que produce un estado de depresión, y miedo al
ataque, en actitudes de desconocimiento, de no ser aceptado, aparece una
ansiedad de tipo persecutoria. Esto no permite el abordaje de la tarea. Cuando el
grupo enfrenta la tarea se siente tironeado por dos fuerzas de signos contrarios: de
un lado está la resistencia al cambio y del otro lado está el proyecto. El grupo hace
como si estuviera trabajando, está utilizando mecanismos defensivos como falso
self (simulación), negación, postergación, evitación.

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2. Las tareas propiamente dichas


La tarea propiamente dicha se produce en dos situaciones: cuando se está haciendo
el abordaje del objeto de conocimiento, pudiendo integrar el pensar, el sentir y el
hacer y el momento de la tarea explícita. Riviere define los obstáculos de dos
maneras: el epistemológico, que estaría relacionado con el objeto de conocimiento y
el epistemofílico que esta en estrecha relación con la historia de aprendizajes del
sujeto.
En el momento de la tarea se dan 4 principios básicos:

• LOGISTICA: (observación del campo), se habla de un diagnóstico grupal, se


incorporan hipótesis teóricas. Hecha la recolección de datos se pasa a:
• ESTRATEGIA: elaboración de un plan de acción a largo plazo, con objetivos
finales.
• TACTICA: cuales son los pasos que tenemos que ir dando para poder llevar
delante el plan a largo plazo, para eso debemos saber cuándo, cómo y dónde
se deben hacer las acciones.
• TECNICA: instrumento para desarrollar la estrategia y la táctica.

3. Los proyectos

El proyecto, nace cuando se ha logrado la pertenencia de los miembros


concretándose de esta manera la planificación. capacidad de planificación que
adquiere el grupo para plantearse objetivos a largo alcance, cuando los grupos
pueden proyectarse hacia el futuro.

Desde la Psicología Social se puede analizar la efectividad o no de la tarea,


evaluando ciertas fuerzas que van actuando dentro de un grupo:

• AFILIACIÓN Y PERTENENCIA: es el grado de identificación que los integrantes


del grupo tienen entre sí y con la tarea. En la Afiliación los integrantes empiezan a
acercar al grupo, formando parte de él. El pasaje de la afiliación a la pertenencia
equivale a dejar de sentirse individuos aislados, para pasar a ser un grupo
propiamente dicho. En otras palabras, se trata del compromiso hacia el grupo.
• COOPERACIÓN: es operar en conjunto, ayudarse mutuamente, desarrolla
roles diferenciados y complementarios. Este punto está relacionado con la empatía,
el poder ponerse en el lugar del otro. Básicamente, al hablar de cooperación nos
referimos al vínculo que se puede establecer entre los miembros del grupo. 
PERTINENCIA: es la capacidad del grupo para situarse en direccionalidad al
objetivo y no perder de vista la tarea. Se refiere a la pertinencia en las respuestas y
el análisis que lleve a cabo el grupo.
• COMUNICACIÓN: proceso por el cual dos o más personas se influencian
mutuamente, comparten algo en común. Mediante un mensaje, que deberán
codificar y decodificar, para iniciar una relación. Básicamente en este punto
debemos tener en cuenta la comunicación en base a la relación (entre los miembros
del grupo) y el contenido. Esta claro también que la comunicación es uno de los
pilares básicos del trabajo en grupo.

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• APRENDIZAJE: produce un salto cualitativo, una integración de los fragmentos


de conocimiento que cada persona aporta desde su verticalidad. Para el cambio
cualitativo es necesario que el grupo tenga un modelo comunicacional saludable, a
mayor comunicación mayor aprendizaje grupal.
• TELÉ: se refiere al nivel de agresividad que puede llegar a tener cada uno de
los integrantes del grupo. Esta TELÉ puede ser tanto positiva como negativa. Por
otro lado, con Telé nos referimos a la proxemia, a la posibilidad de lograr la
cohesión entre los miembros del grupo.

El coordinador debe reflexionar sobre la relación entre los integrantes (roles) y la


tarea. En este aspecto, los roles se identifican en relación a las funciones de
facilitación y coordinación de las actividades para la solución de problemas del
grupo (tarea). Cada miembro puede desempeñar mas de un rol en cualquier
intervención o gran cantidad de roles en intervenciones sucesivas.

El comportamiento como un juego de ajedrez


Cuando hablamos de roles, considero que la manera mas gráfica de identificar
aquello a lo que se hace referencia es a partir de la comparación de un grupo con
un partido de ajedrez.

Dentro de este juego tenemos que la partida de ajedrez es jugada entre dos
oponentes, los cuales mueven sus piezas alternativamente sobre un tablero. Cada
uno de estos ejércitos está compuestos por figuras, las cuales corresponderían a
cada uno de los integrantes del grupo.
Se trata de un juego con una fuerte dimensión estratégica dado que el estratega
debe conocer todos los movimientos que puede realizar con cada una de sus fichas
para poder tener una noción del todo y de esta manera poder pensar en el largo
plazo con cada movimiento.
Esta claro que al conocer nuestros posibles movimientos, también conocemos los
de nuestro rival (competencia), entonces una vez identificada cual será su estrategia
debemos cumplir con una de las reglas básicas del ajedrez que sería que: hagas lo
que hagas, nunca debes jugar el juego de tu oponente, sino que debes jugar tu
propio juego. En este punto también tenemos una expresión de empatía dado que
nos tenemos que poner en el lugar de nuestro oponente para intentar determinar
cómo actuará él frente a nosotros.
Cada una de las figuras del ajedrez cumple, al igual que cada integrante del grupo,
un rol dentro del juego. Lo que obliga al estratega a tener una visión global de todas
ellas para saber como utilizarlas en cada jugada. Dado que si alguna de estas
piezas no se encuentra apoyada, se la puede considerar perdida.
Esto mismo ocurre dentro de un grupo, por eso es que necesitamos, para alcanzar
la tarea, que se evalúen constantemente la cooperación, comunicación, telé,
pertenencia, pertinencia y aprendizaje dentro de un grupo.

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PSICOLOGIA SOCIAL Y MIEDOS BASICOS


Comenzamos a tratar la temática relacionada con los Psicólogos Sociales como
agentes de cambio. Decíamos entonces que nuestro campo de acción es el de los
miedos o ansiedades básicas, que son inherentes al ser humano pero que,
usualmente, se encuentran sobredimensionados o abultados por la sociedad en la
cual estamos insertos. No hay malestar fuera de una cultura dada. Nuestra tarea
profesional consistirá en procurar esclarecer su origen y el carácter irracional de
esos temores, los que en última instancia pueden ser reducidos a dos: el miedo a la
pérdida y el miedo al ataque.
Enrique Pichon-Rivière y Ana Pampliega de Quiroga afirman que la tarea del
Psicólogo Social es trabajar con los referidos miedos, que crean la incertidumbre y
la inseguridad social que son comunes a todos los individuos (ver "Psicología de la
Vida Cotidiana" – Ediciones Nueva Visión de marzo de 1998). Estas dos ansiedades
básicas surgen en la situación de conflicto con la percepción de la hostilidad propia
y la ajena. Para el Psicólogo Social habrá que dejar los miedos de lado para operar
desde la fisura, construyendo las estrategias tendientes a tales fines. Es sabido que
con los miedos no se puede pactar: o los vencemos o nos vencen.
El miedo a la pérdida se manifiesta en las circunstancias de cambio, al abandonar el
sujeto lo conocido. Es el sentimiento de quedarse sin lo que se posee, el temor a la
pérdida de nuestra estructuración ya lograda. Algo así como la ansiedad ante la
pérdida de un status determinado. Por su parte, el miedo al ataque se manifiesta
como temor hacia lo desconocido, la ansiedad ante una nueva situación a
estructurar. Es el temor al ataque frente a las nuevas condiciones de vida del sujeto.
Muchas veces la persona siente que pasa de la omnipotencia a la impotencia,
siendo la labor del Psicólogo Social propiciar la capitalización de la propia potencia.
El miedo a la pérdida (ansiedad depresiva, en términos de Melanie Klein) y el miedo
al ataque (también ansiedad persecutoria) están presentes en las situaciones de
cambio, tales como divorcios, separaciones, mudanzas, desempleo, violencia
familiar, duelos, enfermedades, vejez, síndrome del nido vacío, inicio de nuevos
estudios, etc. Aparecen y se instalan en nuestro mundo interno cuando no nos
sentimos instrumentados ni creemos poseer los medios suficientes para hacerles
frente. Ambos temores producen lo que en esta profesión conocemos como
resistencia al cambio o reacción correctora negativa. Veámoslo más claro en el
siguiente esquema:
Miedo al Cambio = miedos a la pérdida y al ataque Resistencia al Cambio =
reacción correctora negativa
En el acontecer grupal con el que trabaja el profesional de la Psicología Social,
generalmente cuando uno de los miedos básicos aparece manifiesto o explícito, el
otro queda latente o implícito. Hay un interjuego permanente entre el temor a la
pérdida de lo ya conocido (lo viejo) y el temor al ataque de lo que puede venir (lo
nuevo). Ambas ansiedades son universales esenciales de toda tarea grupal, es
decir, de nuestro oficio como operadores sociales eficaces o agentes del cambio
planificado. La cuestión no consiste en no tener miedos, sino en trabajar para
superarlos mediante otros paradigmas que apunten a nuevas formas de pensar,
sentir y hacer.

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El pasaje de lo viejo (o lo conocido) a lo nuevo (o lo no conocido) -que se repite de


modo constante en cada sujeto- es precisamente lo esencial del cambio. Todo lo
viejo alguna vez fue nuevo, como así también el destino de lo nuevo es convertirse
en viejo. Todo cambio significa, en un primer momento, la dispersión de nuestros
roles sociales. En Psicología Social, nos encontramos con grupos y personas que
podríamos denominar conservadoras, donde lo viejo suele ser siempre lo bueno y
deseable. Y también los hay de características pseudo-revolucionarias, donde a la
vez se suele sacralizar y venerar solamente lo nuevo.
Nuestro maestro, Enrique Pichon-Rivière hacía referencia a que el ser humano está
moldeado como una estructura formada por elementos interdependientes, de modo
tal que la eventual modificación de uno cualquiera de esos elementos afecta a todos
los demás. El todo es más que la simple suma de sus partes constitutivas. Al
incorporar el devenir como dimensión temporal, abordando al individuo en sus
condiciones concretas de existencia, se perfecciona así la idea que sostiene que el
hombre en situación sartreano es una estructura estructurándose, una figura
configurándose continuamente, una totalidad totalizante.
Los miedos y las ansiedades básicas nos hacen sentir vulnerables, sin los medios o
herramientas necesarias para afrontar esa nueva realidad que se nos presenta. Tal
vez una de las tareas profesionales del Psicólogo Social consista en poder trocar
“miedos” por “medios”, utilizando para ello los instrumentos de nuestro esquema
conceptual referencial operativo (ECRO pichoniano). Sabemos, además, que los
miedos pueden ser paralizantes pero también lo son estimulantes. Hay miedos que
ayudan al grupo a reconocer el deseo, por lo que solemos decir que el deseo es
compañero del miedo, del temor y de la ansiedad.
Si partimos del concepto de que todo deseo lo es de dificultad, de intranquilidad,
pues como agentes de cambio y operadores sociales podremos ayudar a las
personas y a los grupos a convertir esos temores básicos universales (a la pérdida
de lo viejo conocido y al ataque de lo nuevo por conocer) en simples miedos o
ansiedades estimulantes, dejando atrás toda paralización de las potencialidades del
ser humano. Las situaciones de crisis y de cambios son constantes específicas de
nuestra disciplina científica: la Psicología Social. Ante la resistencia al cambio
ofrezcamos un PROYECTO superador e innovador a nuestros consultantes.
Pichon-Rivière. La idea que tiene Pichon es que los fenómenos observables son
determinados (por lo menos, parcialmente) por otros fenómenos no observables.
Habría dos tipos de fenómenos. Los fenómenos explícitos y los fenómenos
implícitos. Los explícitos son los observables. Un observador puede decir "lo que
estoy observando es esto..." y hacer una descripción. La idea de Pichon es que eso
explícito aparece de esa manera y en ese momento, por muchos motivos. Que no
es casual. Más bien, es causal. Policausal. Muchas de esas causas no están a la
vista. Habrá que indagar acerca de las mismas o hacer hipótesis. Esas causas que
no están a la vista corresponderían al nivel de lo implícito.
La pregunta es: ¿por qué alguien es como es, hace lo que hace, dice lo que dice?
Por múltiples causas. La mayoría de ellas no está a la vista. Son fenómenos que
aparecen. Emergentes. Algo, una cualidad -dice Pichon- que emerge de un campo.
Desde el punto de vista individual, esto se puede tomar como que está emergiendo

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de esa persona. Aplicado al campo grupal (o aún al campo social, que es más
complejo todavía) la idea es que hay ciertos fenómenos que se pueden entender
justamente como emergentes. Emergente no tiene nada que ver con emergencia,
en el sentido de urgencia, rapidez. Se trata de esta cuestión de que hay algo que
aparece en relación a una estructura que está subyacente. Es una idea de arriba a
abajo.
Básicamente, lo que piensa Pichon del trabajo grupal es que cuando se juntan dos o
más personas ocurren ciertos fenómenos entre esas personas, que son diferentes a
cuando esas personas están solas. Es el principio básico de Kurt Lewin (psicología
de campo), que dice que se produce algún plus diferente cuando varias personas
están operando juntas. Algo pasa (que sería distinto si esas personas estuvieran
solas). El tema es ¿qué es ese "algo", cómo se lo puede entender? Hay distintas
teorías. Pichon apeló a la teoría lewiniana, por un lado, (psicoanalítica, por el otro) y
dijo que aquello que pasa tiene que ver con un cierto entramado de fantasías
inconscientes individuales. Cada uno de nosotros tenemos múltiples fantasías,
sobre todo fantasías inconscientes. En el momento de juntarnos con otras personas
se potencian y se disparan algunas de estas fantasías, que están en forma latente.
En un grupo, dice Pichon, puede visualizarse cierto común denominador de las
fantasías inconscientes individuales. Casi como si se tratara de una cuestión
matemática. Lo que hay de común, se toma y se trabaja con eso. Una unidad
mínima, pero compartida entre todos. La propuesta de Pichon es que alguna de
estas fantasías circula en el nivel implícito de cualquier grupo y cada tanto se hace
manifiesta. Dejan de ser implícitas y se hacen explícitas. Para que puedan hacerse
explícitas hará falta que alguien lo explicite. Ese alguien que lo explicita se llama
portavoz. Por eso es el que enuncia y denuncia algo de lo que está ocurriendo allí. Y
como toda denuncia hará falta luego que alguien escuche eso y lo transcriba como
tal para luego poder operar (si no, no sirve para nada). Supuestamente, cuando se
trata de un grupo donde hay un equipo de coordinación, una función básica del
equipo es poder recepcionar estas denuncias e intentar comprenderlas y traducirlas.
Esto sería clásicamente pensado como la interpretación.
Al principio, Pichon-Rivière pensaba como sinónimos emergente y portavoz. En el
trabajo grupal, decía que un integrante en algún momento era el emergente y
portavoz del grupo. Luego, se dio cuenta que esto se prestaba a cierta confusión y
empezó a diferenciar ambos conceptos.
El emergente pasó a ser una situación o cualidad nueva que aparece en el campo
grupal. Ya no habla del emergente como un rol, sino como una cualidad de una
situación. Y el portavoz queda como el rol. "Juan ocupa el rol de portavoz". Sería
incorrecto decir que "Juan ocupa el rol de emergente". Emergente tiene que ver con
algo más abstracto, algo que ocurre en el campo grupal diferente de lo que venía
ocurriendo un rato antes.
Lo emergente es una situación o cualidad nueva que aparece en el campo grupal y
que es expresado a través de uno o más portavoces.
Una situación. "Los emergentes son situaciones significativas que desde lo explícito
remiten como signos a formas implícitas de interacción".(E. Pichon-Rivière) Con la
nueva definición el portavoz pasa a ser pensado como el vehículo de lo emergente.

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Un rol. Acá Pichon-Rivière habla de emergente como situación e intenta articular lo


implícito con lo explícito. ¿Por qué interesa esta tema del emergente? Porque es
justamente aquello que permite hacer una articulación, una aproximación entre lo
explícito y lo implícito, tema tan complejo.
"Emergente es una novedad de conducta nacida de la específica organización de
numerosos elementos y es un acontecimiento sintético". Al hablar de emergente
estamos hablando de situación, de conducta, de acontecimiento, de algo nuevo y
sintético. No es cualquier cosa. Es algo novedoso que aparece y que antes no
estaba. Esto no quiere decir que alguien empieza a hablar de otro tema (lo puede
hacer, o no). La novedad puede ser, por ejemplo, que la gente se sienta
habitualmente en el mismo lugar y un día ocupan otra ubicación. Eso es novedad. El
portavoz es un rol sintético. Alguien que sintetiza (con una frase, con un gesto, con
una postura corporal, con lo que pueda...) algo, en un momento, que quizás a otro le
hubiera llevado horas darse cuenta y expresarlo de alguna manera.
El portavoz sería un rol. El rol que Pichon más estudió. Pichon señalaba cuatro roles
básicos. Portavoz, líder, saboteador y chivo emisario. En realidad, el portavoz fue
una creación de Pichon (los otros roles ya estaban estudiados desde mucho tiempo
atrás). Y ahí está sintetizada buena parte de su teoría.
El portavoz es aquel que por su verticalidad (por sus gestos personales, por su
subjetividad) enuncia y denuncia algo del acontecer implícito del grupo.
Cuando el portavoz denuncia algo, lo hace de manera inconsciente, no es voluntario
y a veces ni siquiera registra el contenido profundo de lo que esta diciendo.
Denuncia no es exactamente avisar algo que va a ocurrir. Habría que pensar bien
este término. Pero Pichon dice enuncia y denuncia. Enuncia quiere decir que lo dice.
Hasta ahí, cualquiera puede enunciar lo que quiera (o lo que pueda). Pero también
dice denuncia. Es una palabra no muy elegante, generalmente asociada a la
delación. Y algo de esto hay en realidad, pero de una manera inconsciente. Esto
que hace o dice el portavoz es inconsciente. La denuncia no la hace de manera
consciente. No dice "yo vengo acá a decir lo que pasa...", sino que no se da cuenta
que está denunciando algo. Y aquello que él denuncia tiene que ver con el
acontecer implícito del grupo.
En primer lugar, el portavoz es portavoz de sí mismo, Dice algo que tiene que ver
con él. Y habla siempre en primera persona. "A mí me pasa...". "Yo pienso...". "Yo
creo...". "Yo siento...". "Yo necesito...". "Yo no estoy de acuerdo...". Lo dice en
primera persona pero también puedo manifestarlo en primera persona del plural
("nosotros"), hacer cualquier tipo de forma gramatical. Habitualmente lo trae como si
le pasara a él pero también puede proyectar ("a vos lo que te pasa es..."). Pero, dice
Pichon, por algún motivo, en ese momento, esa persona está haciéndose eco de
algo que no es solamente de su verticalidad, de él, sino que es simultáneamente
también de los demás. Es decir, todo portavoz es portavoz de sí mismo y de
aspectos (por lo menos) de otros acompañantes. De ahí entonces la importancia de
este rol, porque es alguien que "habla" si no en nombre de todos (en realidad no
habla de todos sino de algunos, y de algún aspecto, hay que evitar esa distorsión),
sino también de sí mismo. Reverbera cosas que ocurren en los demás. Lo trae
como algo propio y que resuena. La resonancia es una consecuencia factible.

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Según si resuena, este portavoz podrá ser aceptado o no. Si es aceptado como tal y
aquello que denuncia es fácilmente digerible por el grupo y al grupo le viene bien
esto que ha enunciado el portavoz, este puede transformarse en un líder. Si no es
así y por lo tanto no hay resonancia, o es negativa, rechazante, entonces se
transforma en un chivo.

Hay un trabajo de Pichon-Rivière que se llama "EL CONCEPTO DEL PORTAVOZ".


Pichon dice que el portavoz (los portavoces) es el vehículo de lo emergente. La
situación en la que emerge el portavoz (o los portavoces) es la que revela esto; si
no, no sabríamos darnos cuenta de que hay emergentes. Si por emergente
entendemos una situación grupal diferente de la situación grupal de hace un rato
atrás, aquello que trae la novedad son los portavoces, que dicen o hacen algo
diferente del resto y diferente de lo que viene pasando desde un rato antes. Por eso
es tan importante poder detectar los portavoces porque son aquellos que están
expresando ese algo diferente.
¿Es difícil detectar lo que es propio de una persona y su relación con lo grupal? La
dificultad es teórica, pero sobre todo práctica. No hay reglas. Lo central es ver cómo
incide, qué efectos tiene lo que alguien trae con lo anterior y con lo posterior. En la
medida que eso pase totalmente desapercibido y no genere ningún efecto, que sea
totalmente neutral, uno podría decir que no es demasiado significativo para el resto
(ni sirvió para el coordinador). Uno hace una lectura de veinte intervenciones, se
hace una idea de algo que está pasando y lo va trabajando, pero en la intervención
nro. 21 a uno se le hace la luz y empieza a pensar que a lo mejor este integrante, en
este momento, puede ser portavoz. Pero quizás el compañero de equipo dice que
"no pasa nada". Al contrario, le llamó la atención otra intervención de otro miembro.
Puede pasar. Son diversas miradas frente a un mismo fenómeno. En última
instancia, no interesa tanto si el portavoz es este o el otro, si uno puede comprender
la complejidad del proceso grupal...
Siempre hay cosas dando vueltas. La cuestión está en ver la magnitud, la
importancia, el peso de esto que está dando vueltas y si hay que hacer algo con
esto, o no, si se resuelve solo. Es el momento cuando no hay que intervenir porque
el grupo va encontrando dialécticamente la manera de resolver sus conflictos.
La noción de portavoz la descubrió y la conceptualizó Pichon en el
Neuropsiquiátrico. Se dio cuenta trabajando con locos, que estaban locos,
efectivamente, pero que esa locura no era sólo de ellos: toda la constelación familiar
estaba enferma. Este paciente psicótico lo que hacía era denunciar esta mala
relación familiar. Por lo tanto, portavoceaba algo que tenía que ver con todos.
Pichon dice que esa enfermedad es un hecho concreto que nos remite como signo a
un proceso implícito: las relaciones familiares. El portavoz, por el solo hecho de
enfermarse, denuncia que algo está mal. Y esto es importante porque el portavoz no
necesita decir nada para denunciar sino que el síntoma puede ser una denuncia, un
gesto, un suspiro, levantarse, sentarse, etc. Cualquier actitud corporal puede ser
una denuncia.
Agrega Pichon que los portavoces pueden ser varios, cuyas palabras y acciones
proporcionan elementos para descifrar, para armar en ese momento un

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rompecabezas del acontecer grupal subyacente y que no tiene otra manera de


aparecer. Es interesante la metáfora del rompecabezas, no sólo en el sentido de
que a veces uno se rompe la cabeza en el grupo sino también por lo difícil que es
poner las piezas en los lugares adecuados. Por un lado, está lo que ocurre en el
grupo, la escena manifiesta. Lo difícil de armar es lo otro, cuál es la escena o las
escenas subyacentes. La metáfora del rompecabezas es muy interesante pero se
presta a cierta distorsión, porque el rompecabezas hay una sola forma de armarlo,
está preparado así; en cambio, la lectura de lo latente tiene múltiples formas
posibles. Podríamos pensarlo como caleidoscopio, uno va girando y cada giro es
totalmente diferente, se va componiendo de otra manera. Y depende mucho de la
mirada del coordinador o del observador. Por lo tanto, si uno no encuentra
fácilmente lo latente no hay que inquietarse demasiado, o si la mirada de uno no
coincide demasiado con la del otro. Hay múltiples miradas y en principio todas son
válidas salvo las que miran lo que no hay, puro proyección....
Lo último que dice Pichon se refiere a los grupos operativos de aprendizaje. ¿Qué
sucede? Pasa lo mismo que en las familias, sólo que aquí no se trata de la
enfermedad sino de una modalidad cualquiera de enfrentar la tarea. Frente a esta
tarea. o frente al grupo como totalidad, los integrantes presentan ciertos signos de
fantasías inconscientes que en ese momento son compartidas. El portavoz es aquel
miembro que por su historia personal, por sus características, puede expresar algo
que permite descifrar el proceso latente. Es una especie de alcahuete. Su
verticalidad, y por el término verticalidad designamos su historia, sus experiencias y
circunstancias personales, se articula con la horizontalidad del grupo, lo que en ese
momento constituye el común denominador de la situación, lo compartido,
consciente o inconsciente.
¿Se puede hablar de "mandato" del grupo? ¿Nos reunimos todos y le decimos al
portavoz: "anda y hablá vos"?
No. Por dos motivos. Primero, porque dejaría de ser algo inconsciente y sería algo
consciente y voluntario. Segundo, que la persona directamente diría: "nosotros
hemos pensado tal cosa...". Ahí habla en plural, en nombre de todos. El portavoz
(dentro de la teoría pichoniana) no hace ni una cosa ni la otra. Es cierto que a veces
se confunde esto. Podríamos hablar de otros roles. Hay veces que está claro todo
un trabajo previo, consciente, voluntario, grupal, donde se delega a una persona una
función. Otras veces no es tan claro ese mandato. Hay algún conciliábulo, algún
comentario, y alguien dice "yo quiero señalar que estuvimos pensando tal cosa...".
Bueno. ¿Cómo se llama ese rol? No está muy claro. En algunos casos, como en
este ejemplo, uno podría decir que en ese momento se transforma en un líder de la
comunicación (o de la tarea), alguien que decide hablar en nombre de otros. Y se
transforma en un líder porque resuelve una situación. Una definición clásica de líder
es: se trata de aquel que define una situación y orienta una acción hacia un
determinado lugar. "Acá lo que pasa es esto (define) y quiero que pase tal cosa
(está orientando)...". ¿Por qué el grupo elige a Juan o a Pedro? Porque algo debe
tener Juan (cierta capacidad de expresarse mejor, o que es más decidido, o lo que
sea) y entonces se transforma en el líder. Otros, han preferido llamar a este rol
(parecido al de portavoz, pero para no mezclarlo con el de portavoz) vocero. Una
definición clásica diría que el vocero es aquel que habitualmente habla en nombre

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de los otros. Si obviamos la terminología pichoniana, serían sinónimos, vocero y


portavoz. Como un delegado a cargo de una función. Pero esto no es lo que piensa
Pichon con respecto al rol de portavoz.
Lo difícil es cómo poder darse cuenta quién es portavoz y quién no lo es. No es
sencillo. A veces surge la pregunta: ¿uno puede elegir ser portavoz? Es una
pregunta "rara" para nosotros, sobre todo después que dejamos establecido que era
algo inconsciente. ¿Es un rol fijo? "Juan es siempre el portavoz". Podría ser (y no
ser). ¿Por qué? Porque hay, dice Pichon, cierta sensibilidad especial, diferente, en
el portavoz en relación al resto. Algo se mueve en esa persona en ese momento,
que no se mueve en los otros. O se mueve más rápido o más intensamente. Que
tiene que ver con todo este desarrollo. Todos tenemos temas a los cuales somos
más sensibles. Porque nos han educado con esta sensibilidad (mayor hacia ciertos
temas, menor en relación a otros). Porque hemos vivenciado situaciones (que tiene
que ver con esto). O porque le damos un valor diferenciado a algunas cuestiones.
Todo esto hace que reaccionemos más fácilmente con determinados temas y con
mayor dificultad con otros. El portavoz sería aquel que con esta sensibilidad
especial, en ese momento del trabajo grupal, reacciona expresando algo que es de
él. Desde este punto de vista uno podría pensar que tal vez hay personas que
habitualmente sean portavoces. Digo sensibles, no sensibleras (esas personas que
lloran por cualquier motivo). Perceptivas. Intuitivas. Personas de las cuales uno
puede decir que están más conectadas con su inconsciente. Tienen un menor nivel
de represión, lo cual no quiere decir que hagan cualquier cosa que se les ocurra,
sino que están más abiertas a su propio contacto con su propio inconsciente.
Entonces, por ahí son capaces de decir o hacer cosas que tal vez otros no dirían o
harían. Por eso tampoco son más valientes. Simplemente tienen mayor contacto
(probablemente, sin saberlo). Otras personas, no tienen esa sensibilidad general,
pero frente a algunas situaciones puntuales, sí. Porque hay algo que les toca
especialmente. Entonces, son portavoces esa vez (y tal vez nunca más...). O sea, el
portavoz puede llegar a ser una especie de rol más o menos fijo. O no.
Vectores:
PERTENENCIA La pertenencia consiste en un sentimiento de integrar un grupo
identificándose con los acontecimientos y vicisitudes del mismo. Por la pertenencia,
los integrantes de un grupo se visualizan como tales y al mismo tiempo sienten a los
demás incluidos dentro de su mundo interno, proceso de internalización mediante.
Por esa pertenencia, puede contar con ellos y para la planificación de la tarea
grupal. Una etapa previa a la pertenencia es la afiliación.
Concepto.- «La pertenencia permite establecer la identidad del grupo y establecer la
propia identidad como integrante de ese grupo. Para Sartre, todo grupo que no
revierta, como acto, sobre sí mismo corre el peligro de caer en lo que él llama
‘serialidad' [dispersión]. [Por la pertenencia], el sujeto se ve a sí mismo como
miembro de un grupo, como ‘perteneciente’, adquiere identidad, una referencia
básica, que le permite ubicarse situacionalmente y elaborar estrategias para el
cambio. Pero la pertenencia óptima, lo mismo que los otros vectores del abordaje,
no es lo «dado», como podrían serlo los lazos consanguíneos, sino lo adquirido,
algo logrado por el grupo como tal». Por ejemplo, el sólo hecho de existir lazos
consanguíneos no asegura que alguien se sienta como perteneciente a una familia.

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Pertenencia y afiliación.- La afiliación es un fenómeno que se verifica en el


comienzo de la historia grupal, y por el cual el sujeto guarda aún una determinada
distancia, sin decidirse aún a incluirse totalmente en el grupo. Cuando esto se
concreta, la afiliación se convierte en pertenencia.
Un símil con las agrupaciones políticas puede acercarnos a la idea de afiliación de
Pichon Rivière. Se puede estar simplemente afiliado a un partido político por el solo
hecho de estar incluido en una lista, y sin embargo no pertenecer a él, en el sentido
de no existir una mayor integración que le permita participar activamente de sus
actividades.
La pertenencia va configurándose poco a poco, siendo una etapa previa a la misma
la ‘afiliación’ o identificación con los procesos grupales pero donde el sujeto guarda
aún una determinada distancia, sin incluirse totalmente en el grupo. «Este primer
momento de afiliación, propio de la historia de todo grupo, se convierte más tarde en
‘pertenencia’, una mayor integración al grupo, lo que permite elaborar una
‘estrategia’, una ‘táctica’, una ‘técnica’ y una ‘logística'». «El ‘proyecto'[8] surge
cuando se ha logrado una pertenencia de los miembros; se concreta entonces una
‘planificación'».
COOPERACION Es la contribución, aún silenciosa, a la tarea grupal, sobre la base
de la existencia de roles diferenciados. La cooperación es uno de los seis vectores o
fenómenos universales de los grupos. Antónimos: competencia, antagonismo.
Concepto.- Hay cooperación cuando los miembros de un grupo colaboran entre sí
en pos de una tarea en común, que es la tarea grupal. Para ello deben existir
roles[9]diferenciados donde cada uno haga lo suyo (heterogeneidad en los roles),
pero una sola tarea en común (homogeneidad en la tarea). «Es la través de la
cooperación como se hace manifiesto en carácter interdisciplinario del grupo
operativo y el interjuego entre horizontalidad y verticalidad»[10].
Cooperación en el grupo familiar.- Como en todo grupo, en un grupo familiar la
cooperación se establece sobre la base de roles diferenciales. «Ponemos el acento
en la heterogeneidad que deben mostrar los roles dentro del ámbito familiar. Esta
heterogeneidad está sustentada en las diferencias biológicas y funcionales sobre las
que ha de configurarse una estructura familiar. La familia […] se convierte así en un
ámbito del aprendizaje de roles biológicos y funciones sociales. Sólo a través de una
heterogeneidad podemos alcanzar la complementariedad necesitada en un grupo
operativo, es decir, en un grupo capaz de logros instrumentales y situacionales».
PERTINENCIA Consiste en «el centrarse del grupo en la tarea prescripta, y en el
esclarecimiento de la misma».
Concepto.- Algo es pertinente o atinente cuando ‘tiene que ver’ con algún fin. En un
grupo, decimos que sus integrantes adoptan actitudes o conductas pertinentes
cuando ellas tienen relación, o ‘tienen que ver’ con la tarea que el grupo se propuso.
Por ejemplo, si la tarea del grupo es estudiar, conductas pertinentes serán, por
ejemplo, leer, discutir e incluso hasta preparar café, en la medida en que ello puede
mantener despierto al grupo. Conductas no pertinentes a la tarea serán por ejemplo
quedarse dormido o bailar.

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«El grupo, por la pertenencia, por la cooperación y fundamentalmente por la


pertinencia, en la que juegan la comunicación, el aprendizaje y la telé, llegan a una
‘totalización’ en el sentido de un hacerse en su marcha, en su tarea, en su
trabajarse como grupo».
La calidad de la pertinencia «se evalúa de acuerdo con el monto de la pretarea, la
creatividad y la productividad del grupo y sus aperturas hacia un proyecto».
COMUNICACIÓN Intercambio de mensajes en el contexto de un mundo de señales
que todos saben codificar y decodificar de la misma manera. La comunicación
puede ser verbal o no verbal (preverbal0).
Concepto.- «Podemos decir que la comunicación es un contexto que incluye un
mundo de señales que todos aquellos que se intercomunican saben codificar y
decodificar de la misma manera». Pichon Rivière, categoriza la comunicación como
un vector, es decir como uno de los fenómenos constatados reiterada y
sistemáticamente en los grupos: el individuo o el grupo «se expresan tanto en la
manera de formular sus problemas como en el resultado mismo del discurso».
Tipos.- «La comunicación que se da entre los miembros […] puede ser verbal o
preverbal, a través de gestos. Dentro de este vector tomamos en cuenta no sólo el
contenido del mensaje sino también el cómo y el quién de ese mensaje; a esto
llamamos metacomunicación. Cuando ambos elementos entran en contradicción se
configura un ‘malentendido’ dentro del grupo».
APRENDIZAJE apropiación instrumental de la realidad, para modificarla. Está
íntimamente relacionado con la idea de adaptación activa a la realidad, en tanto esta
implique una relación dialéctica mutuamente modificante y enriquecedora entre
sujeto y medio.
Concepto.- «Aprender es realizar una lectura de la realidad, lectura coherente, no
aceptación acrítica de normas y valores. Por el contrario, apuntamos a una lectura
que implique capacidad de evaluación y creatividad (transformación de lo real) Esta
concepción del aprendizaje como praxis, como relación dialéctica, nos lleva
necesariamente a postular que el enseñar y el aprender constituyen una unidad, que
deben darse como proceso unitario, como continua y dialéctica experiencia de
aprendizaje en la cual el rol docente y el rol humano son funcionales y
complementarios».
Aspectos individuales y grupales.- El aprendizaje es un proceso que involucra
aspectos de cada individuo y del grupo. En relación con el individuo, «las relaciones
intra subjetivas, o estructuras vinculares internalizadas, articuladas en un mundo
interno, condicionarán las características del aprendizaje de la realidad. Este
aprendizaje será facilitado u obstaculizado según que la confrontación entre el
ámbito de lo ínter subjetivo y el ámbito de lo intra subjetivo resulte dialéctica o
dilemática. Es decir, que el proceso de interacción funcione como un circuito abierto,
de trayectoria en espiral, o como un circuito cerrado, viciado por la estereotipia».
A nivel grupal, al aprendizaje es concebido como uno de los vectores de la situación
de grupo. En este sentido, «se logra por la sumación de información de los
integrantes del grupo, cumpliéndose en un momento dado la ley de la dialéctica de
transformación de cantidad en cualidad. Se produce un cambio cualitativo en el

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grupo, que se traduce en términos de resolución de ansiedades, adaptación activa a


la realidad, creatividad, proyectos, etc.».
TELE
La Telé es definido por Moreno como la disposición positiva o negativa para trabajar
con un miembro del grupo. Configura así el clima grupal, que puede traducirse como
transferencia positiva o negativa del grupo con el coordinador, y de los miembros
entre sí.
Concepto.- En todo grupo existe siempre un clima afectivo, una determinado
disposición de sus miembros a encarar la tarea o no, a aceptar o a rechazar a los
otros integrantes o al mismo coordinador porque ‘les cae bien’ o ‘les cae mal’, lo
cual a su vez se funda en un fenómeno transferencial.
No debe confundirse la telé con la cooperación, que es otro de los vectores
grupales: mientras la telé es la disposición para trabajar con otros y encarar una
tarea, la cooperación es la contribución efectiva que se realiza o no. Si no hay una
disposición a trabajar con otros, si el otro no me ‘cae bien’ (telé), se dificultará la
posibilidad de trabajar efectivamente con él (cooperación)
En la medida en que la telé incluye el clima afectivo grupal, también incluirá las
ansiedades básicas (depresiva y paranoide)[11], siempre presentes aunque con
intensidades diferentes según cada momento, y coexistentes y cooperantes en
tiempo y espacio. «Esto implica para el operador que cuando detecta en la situación
grupal uno de esos dos miedos como lo manifiesto, su interpretación incluirá al otro
como lo subyacente».
[1] Grupo: Conjunto restringido de personas ligadas entre sí por constantes
espaciotemporales y articuladas por su mutua representación interna, que se
propone explícita o implícitamente realizar una tarea que constituye su finalidad. El
grupo es una unidad básica de interacción y de sostén de la estructura social.
[2] Momento en el acontecer de un sujeto o de un grupo donde, ante la necesidad
de realizar una determinada tarea, surge una resistencia a los cambios que ella
implica.
[3] En general, es el conjunto de acciones que se ejecutan para alcanzar un fin u
objetivo.
[4] Grupo Operativo: Técnica creada por Pichon Rivière y su equipo, y que se
caracteriza por estar centrada en una tarea explícita (aprendizaje, creación,
curación, etc.), bajo la cual subyace otra tarea implícita que también ha de ser
explicitada y que apunta a la ruptura de pautas estereotipadas mediante la
elaboración de las ansiedades básicas, las que implican un obstáculo frente a toda
situación de progreso o cambio. El término también suele designar el grupo donde
se aplica dicha técnica.
[5] Vínculo: Estructura compleja de interacción constituida por dos personas
físicas(dimensión intersubjetiva) y un tercero fantaseado y proyectado sobre el otro
(dimensión intrasubjetiva).

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[6] “La serialidad es el tipo de relación humana en el cual cada miembro aparece
como sustituible por otro, o sea, como indiferenciado (un número cardinal
intercambiable). Este tipo de relación tiene las características de “lo idéntico”, en el
sentido que cualquiera es visto como equivalente a otro. Esto significa conceder al
individuo un carácter de ente, y expresa la alienación del hombre en la serialidad”.
Roseneild, David. Sartre y la psicoterapia de grupos.
[7] Proyecto: Planteo de objetivos que van más allá del aquí y ahora del acontecer
grupal, y que incluye una planificación de la estrategia para alcanzarlos. Pretarea,
tarea y proyecto constituyen los tres momentos que se presentan habitualmente
cuando un sujeto o un grupo deben enfrentar una situación de cambio
[8] Rol: Función social que asume un sujeto y/o que le es adjudicada por los otros,
y que resulta de un proceso de internalización que se inscribe en otro más amplio: la
socialización del individuo.
[9] Horizontalidad – verticalidad: Conceptos que describen la doble dimensión de
análisis del comportamiento en los grupos. La verticalidad es todo lo referido a la
historia personal del sujeto, mientras que la horizontalidad es el proceso actual que
se cumple en el aquí y ahora en relación con la totalidad de los miembros.
[10] Ansiedad Básica: Miedo o ansiedad que se genera en las personas frente atodo
intento de adaptación al medio. Pichon Rivière, basándose en las ideas de Melanie
Klein, ha identificado fundamentalmente dos tipos de ansiedad básica: el miedo a la
pérdida y el miedo al ataque, y frente a las cuales se instrumentarán medidas
defensivas.
• a) ámbito psicosocial (individuos)
• b) ámbito socio dinámico (grupos)
• c) ámbito institucional (instituciones)
• d) ámbito comunitario (comunidad)

Psicosocial: hace referencia al sujeto teniendo en cuenta las condiciones concretas de


existencia.
Socio dinámico: son las formas en que las personas se relacionan entre si dentro de
un espacio grupal, atendiendo sus necesidades, objetivos, entre otros.

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Institucional: son las relaciones sociales que se dan en un determinado espacio y


tiempo con un grado de organización en tono a un objeto social.
Comunitario: alberga a los otros tres ámbitos, comprende todos los niveles como:
ecológico, cultural, político, etc. Se relacionan con clases sociales, individuos, etc. Y
con la naturaleza.
La relación entre ellos hace referencia al orden de determinación mediante un
interjuego que se desplaza desde los ámbitos más amplios a los menos abarcativos.

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