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La génesis de la humanidad por Eudald Carbonell (IPHES / Fundación Atapuerca)

Los humanos nos preguntamos sobre nuestro origen constantemente. La teoría de la evolución
planteada en el año 1858 y formulada por Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, a través del concepto
de la selección natural, nos dio un marco para poder explicar quiénes somos y de dónde venimos los
seres vivos del planeta. Estos dos grandes naturalistas plantearon su teoría en un momento en el que no
se habían producido los grandes descubrimientos del registro fósil africano o asiático. La famosa
búsqueda del “eslabón perdido” se puso de moda cuando se pensaba que la evolución era lineal, sobre
todo en la primera mitad del siglo XX. Ya nadie habla de eslabones, sino de especies, de cronoespecies
que configuran un arbusto en el que pueden convivir distintas formas evolutivas del mismo o diferente
género. Ha llovido mucho desde entonces y, cada vez más, los descubrimientos y reflexiones que
realizamos nos acercan las respuestas, a pesar de la aparente complejidad de la evolución. Con el
artículo, se incluye un mapa a doble página con los principales hallazgos fósiles de homininos en África
oriental, central y meridional y los yacimientos con la industria lítica más antigua relacionada con el
origen de la humanidad.

Adaptarse o extinguirse. Determinantes paleoambientales para la evolución de los homininos por Jordi
Nadal (Universitat de Barcelona)

Somos seres vivos, de eso no hay duda. Lo somos porque, como dijera el recientemente fallecido
profesor de física de la Universitat de Barcelona Jorge Wagensberg, hemos luchado durante 3500
millones de años, generación tras generación, contra la entropía, contra un entorno constantemente
cambiante que nos obliga a readaptarnos, una y otra vez, a la búsqueda de nuestro lugar en el puzle de
la biodiversidad, tras nuestro nicho ecológico. Como primates, los humanos deberíamos ser, desde un
punto de vista de las probabilidades estadísticas, una especie arborícola, fundamentalmente frugívora, y
esencialmente ecuatorial o tropical. En cambio, en tanto que únicos y últimos representantes de la
subfamilia de los homininos, somos terrestres bípedos, muy generalistas en nuestra dieta y ubicuistas,
habiendo ocupado casi todos los biomas del planeta. Y, además, extremadamente inteligentes y
tecnológicos. Acompañando a este texto, se incluye una estupenda ilustración, obra de ªRU-MOR,
reconstruyendo un grupo de Australopithecus africanus de hace tres millones de años en un entorno
boscoso del sur de África, un paisaje dominado por el agua y un tectónicamente modificado.

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