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Inflación no anticipada: cuando los agentes económicos son sorprendidos por la inflación y
no pudieron incorporar a sus expectativas económicas dicha inflación, generándose costos
económicos.
Aunque una inflación sea anticipada el dinero perderá poder adquisitivo y si los salarios
(nominales) no son tan flexibles para modificarse al ritmo de la inflación, el salario real de
los trabajadores caerá.
Pero si la autoridad monetaria genera una expansión monetaria, puede ser el inicio de un
periodo alcista en el nivel general de precios.
Expectativas inflacionarias:
Expectativas estáticas: se pueden observar cuando los agentes económicos, y más en
específico, los negociadores salariales, piensan que la inflación tiene un comportamiento
repetitivo y que siempre será la misma tasa de inflación año tras año. Por ejemplo, si la
inflación del año pasado fue del 5%, la inflación del año en curso y la inflación para los años
futuros será la misma tasa del 5%.
Las expectativas adaptativas: se observan cuando los agentes económicos toman como
referencia inflacionaria la tasa de inflación del periodo anterior, es decir, de una manera
automática se indexan los precios y los salarios en base a la inflación pasada, y que también
puede ser la inflación futura. No se toma en cuenta la inflación observada.
Expectativas racionales: es cuando los agentes económicos pueden vislumbrar el
comportamiento de la economía en el futuro, específicamente si la autoridad monetaria
realizará expansiones injustificadas de la Oferta Monetaria.
b) Indexación de salarios. Cuando los salarios son negociados, no solo se toman en cuenta
las expectativas de inflación con respecto al futuro, también, de una manera automática,
el nuevo contrato salarial se puede negociar mediante una simple formula de indexación
que tome en cuenta la inflación del pasado, sin importar si en el futuro habrá inflación.
d) Contratos laborales rígidos (de largo plazo). Esto se refiere a la rigidez temporal que
puede tener la negociación de un salario. Al hablar de un contrato laboral de largo plazo,
se habla de tres a cuatro años. De esta manera, si al momento de firmar el contrato salarial
se toman en cuenta expectativas inflacionarias futuras o se toma en cuenta la inflación
pasada, la rigidez del contrato laboral hará que el salario nominal no se ajuste en verdad
a la inflación observada.
1) Eliminar la fuente principal que genera la inflación. Esto se puede lograr evitando los
excedentes de emisión de oferta monetaria por parte del banco central para financiar el
déficit gubernamental. Si la fuente principal que genera la inflación no es eliminada, los
demás esfuerzos serán inútiles para controlar la inflación.
2) Eliminar la inercia inflacionaria provocada por la inercia al alza de los salarios. Esto
se logra poniendo límites a la inercia al alza de los salarios, ya sea por medio de la
eliminación de la indexación de los salarios o por medio de la eliminación de contratos
laborales de largo plazo. También se puede eliminar la inercia alcista de los salarios al
contraerse la demanda agregada.
Existen dos opciones fundamentales para el tipo de estrategia a ser utilizadas: 1) objetivos
intermedios (de corto plazo), definidos ya sea sobre algún agregado monetario, el tipo de
cambio o tasas de interés, que guarden una relación estrecha con el crecimiento de los precios
y 2) metas directas o finales sobre el nivel de precios (de largo plazo).
Objetivos intermedios
La elección del objetivo intermedio ofrece distintos grados de control y visibilidad de las
acciones del banco central. Por ejemplo, si se determina una meta intermedia sobre el tipo de
cambio, se obtiene un alto grado de control y visibilidad, siempre y cuando la autoridad
cuente con un monto holgado de reservas internacionales. Si no es así, el tipo de cambio
como variable ancla será sumamente vulnerable. Otro ejemplo, los agregados monetarios, se
han considerado mas adecuados cuando las perturbaciones que afectan a la economía
provienen primordialmente de la demanda agregada. Así, al controlar las desviaciones de los
agregados monetarios mediante límites predeterminados, se logran controlar las desviaciones
de los precios con respecto a su objetivo final.
Ancla nominal
Un ancla nominal es aquel instrumento de política monetaria (un objetivo final, o un objetivo
intermedio) que permite orientar y guiar las expectativas inflacionarias de los agentes
económicos, además de incidir de una manera directa en el nivel general de precios. Este
concepto de ancla nominal como guía de las expectativas inflacionarias es importante, ya que
la adecuada orientación de las expectativas inflacionarias disminuye la incertidumbre
inflacionaria. Más aún, un ancla nominal efectiva propicia la congruencia entre las
expectativas inflacionarias del público con la inflación observada, la cual es responsabilidad
del banco central.
Para esto, se requiere también, que existan anuncios públicos de las metas de inflación a
mediano plazo, un compromiso institucional sobre la estabilidad de precios como la meta
final de largo plazo de política monetaria y el compromiso de alcanzar esa meta.
Otra ventaja importante de las metas inflacionarias es que por medio de esta política se intenta
mantener la meta de estabilidad de precios en la atención del público.
La evidencia empírica de los diversos países que han adoptado las metas de inflación, ha
mostrado que mediante esta política, los agentes económicos vigilan de manera más
minuciosa el comportamiento de la autoridad monetaria, a la vez que sirven de guía para sus
expectativas de inflación. Además, el establecimiento de metas inflacionarias le ha brindado
al banco central una mayor flexibilidad para utilizar sus diferentes herramientas de política
monetaria que tiene a su disposición, es decir, utilizar su discrecionalidad en el concepto
actual para alcanzar la meta establecida. Esto último resulta de gran relevancia, dado el
contexto económico tan cambiante que enfrentan las autoridades monetarias. Así, las metas
inflacionarias comprometen al banco central a lograr el objetivo inflacionario, y que
regularmente se establecen para el mediano y largo plazo, lo cual hace más congruente dicho
objetivo de inflación.
Conforme las metas inflacionarias se van cumpliendo, el banco central adquiere una mayor
credibilidad, lo que le permite que las metas de inflación anunciadas se conviertan en una
efectiva ancla nominal de los precios. De esta manera, se crea una mayor confianza para que
las acciones y los anuncios de la autoridad monetaria influyan sobre la formación de las
expectativas inflacionarias de los agentes económicos, lo que a su vez redunda de manera
favorable para la política monetaria se convierta en una efectiva ancla nominal de la
economía que en términos generales, la experiencia internacional con metas inflacionarias
ha sido satisfactoria al lograr disminuir el ritmo de crecimiento de los precios.
El conocimiento de los objetivos de inflación por parte del público facilita la convergencia
de las expectativas correspondientes con las metas. Por ejemplo, es importante que los
trabajadores y los empresarios se convenzan de que en el futuro los salarios reales no se verán
erosionados por la inflación y que, en un contexto de estabilidad, las empresas no podrán
repercutir en los precios finales aumentos excesivos de los salarios nominales. Ello facilita
que en las negociaciones de los salarios contractuales, las revisiones se sustenten en los
incrementos previsibles de la productividad y en la inflación esperada.
En esencia, se trata de fijar las negociaciones salariales al objetivo de inflación, para que
dicho objetivo de inflación se cumpla.