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Teoría Monetaria y Política Financiera

Prof. M. Gómez Lira

Inflación anticipada y no anticipada

Inflación no anticipada: cuando los agentes económicos son sorprendidos por la inflación y
no pudieron incorporar a sus expectativas económicas dicha inflación, generándose costos
económicos.

Inflación anticipada: cuando los agentes económicos tienen conocimiento de inflación e


incorporan a sus expectativas esta alza del nivel general de precios, indexando lo más posible
la actividad económica. La inflación genera menos costos, y con la indexación la economía
se adapte a dicha inflación esperada.

Aunque una inflación sea anticipada el dinero perderá poder adquisitivo y si los salarios
(nominales) no son tan flexibles para modificarse al ritmo de la inflación, el salario real de
los trabajadores caerá.

La sorpresa inflacionaria y las expectativas de inflación. Específicamente en salarios

Se parte de un periodo donde la inflación es cero. Dentro de la economía en su conjunto, se


espera que la inflación sea por lo menos igual a la tasa de inflación del periodo anterior (cero).
Tanto los demandantes de trabajo como los oferentes de trabajo esperan que la inflación sea
igual a la inflación pasada, así los contratos laborales se firman con la expectativa de una
inflación de cero.

Pero si la autoridad monetaria genera una expansión monetaria, puede ser el inicio de un
periodo alcista en el nivel general de precios.

En un segundo periodo y donde la inflación ya hizo su aparición, las próximas negociaciones


salariales tomarán en cuenta la inflación observada exigiendo aumentos salariales que cubran
la inflación observada.
Esto incrementará los costos de producción, y será el comienzo de una espiral inflacionaria.

Expectativas inflacionarias:
Expectativas estáticas: se pueden observar cuando los agentes económicos, y más en
específico, los negociadores salariales, piensan que la inflación tiene un comportamiento
repetitivo y que siempre será la misma tasa de inflación año tras año. Por ejemplo, si la
inflación del año pasado fue del 5%, la inflación del año en curso y la inflación para los años
futuros será la misma tasa del 5%.
Las expectativas adaptativas: se observan cuando los agentes económicos toman como
referencia inflacionaria la tasa de inflación del periodo anterior, es decir, de una manera
automática se indexan los precios y los salarios en base a la inflación pasada, y que también
puede ser la inflación futura. No se toma en cuenta la inflación observada.
Expectativas racionales: es cuando los agentes económicos pueden vislumbrar el
comportamiento de la economía en el futuro, específicamente si la autoridad monetaria
realizará expansiones injustificadas de la Oferta Monetaria.

Inercia inflacionaria provocada por los salarios


Las expectativas inflacionarias se reflejan en los contratos salariales, los cuales serán
negociados con base en la inflación pasada, provocando que en el periodo actual se observen
aumentos de costos laborales y se traduzca en inflación futura.
Esta inercia inflacionaria puede explicarse por la inercia al alza que toman los contratos
laborales, los cuales se negocian en base a la formación de expectativas inflacionarias (no
racionales) provocando así una indexación salarial que puede prolongarse durante mucho
tiempo.

Factores que pueden perpetuar la inercia al alza de los salarios:

a) Expectativas de inflación futura. Cuando los agentes económicos pierden la confianza en


la autoridad monetaria para mantener baja la inflación, y se combina con inflaciones
pasadas de gran magnitud, las negociaciones salariales siempre buscarán anticiparse a
una posible inflación futura. De esta manera, las expectativas inflacionarias pueden
parecer interminables, ocasionando efectivamente largos periodos de inercia
inflacionaria.

b) Indexación de salarios. Cuando los salarios son negociados, no solo se toman en cuenta
las expectativas de inflación con respecto al futuro, también, de una manera automática,
el nuevo contrato salarial se puede negociar mediante una simple formula de indexación
que tome en cuenta la inflación del pasado, sin importar si en el futuro habrá inflación.

c) El aumento en el poder de negociación salarial. Este aspecto es importante ya que la


negociación salarial puede tomar fuerza debido a que un sindicato, o cualquier otra
institución similar, puede ejercer una presión importante sobre las contrataciones
salariales, que pueden provocar un nivel salarial muy distinto al que se obtendría sin la
existencia de estas instituciones.

d) Contratos laborales rígidos (de largo plazo). Esto se refiere a la rigidez temporal que
puede tener la negociación de un salario. Al hablar de un contrato laboral de largo plazo,
se habla de tres a cuatro años. De esta manera, si al momento de firmar el contrato salarial
se toman en cuenta expectativas inflacionarias futuras o se toma en cuenta la inflación
pasada, la rigidez del contrato laboral hará que el salario nominal no se ajuste en verdad
a la inflación observada.

La autoridad monetaria, la cual ha perdido su credibilidad por no cumplir con la estabilidad


de precios, puede jugar un papel importante ante esta inercia alcista en los salarios, que a su
vez, desencadena la inercia inflacionaria en los precios finales de la economía. La autoridad
monetaria, ante la inercia inflacionaria, puede jugar un papel neutral, restrictivo o
acomodaticio, pero sobre todo, lo que puede estar en juego es la credibilidad en la autoridad
monetaria, considerando que la credibilidad en la autoridad monetaria puede modificar las
expectativas inflacionarias y se puede corregir el problema inercial de los salarios.

1) Eliminar la fuente principal que genera la inflación. Esto se puede lograr evitando los
excedentes de emisión de oferta monetaria por parte del banco central para financiar el
déficit gubernamental. Si la fuente principal que genera la inflación no es eliminada, los
demás esfuerzos serán inútiles para controlar la inflación.

2) Eliminar la inercia inflacionaria provocada por la inercia al alza de los salarios. Esto
se logra poniendo límites a la inercia al alza de los salarios, ya sea por medio de la
eliminación de la indexación de los salarios o por medio de la eliminación de contratos
laborales de largo plazo. También se puede eliminar la inercia alcista de los salarios al
contraerse la demanda agregada.

Política Monetaria de Objetivos de Inflación

Existen dos opciones fundamentales para el tipo de estrategia a ser utilizadas: 1) objetivos
intermedios (de corto plazo), definidos ya sea sobre algún agregado monetario, el tipo de
cambio o tasas de interés, que guarden una relación estrecha con el crecimiento de los precios
y 2) metas directas o finales sobre el nivel de precios (de largo plazo).

Objetivos intermedios
La elección del objetivo intermedio ofrece distintos grados de control y visibilidad de las
acciones del banco central. Por ejemplo, si se determina una meta intermedia sobre el tipo de
cambio, se obtiene un alto grado de control y visibilidad, siempre y cuando la autoridad
cuente con un monto holgado de reservas internacionales. Si no es así, el tipo de cambio
como variable ancla será sumamente vulnerable. Otro ejemplo, los agregados monetarios, se
han considerado mas adecuados cuando las perturbaciones que afectan a la economía
provienen primordialmente de la demanda agregada. Así, al controlar las desviaciones de los
agregados monetarios mediante límites predeterminados, se logran controlar las desviaciones
de los precios con respecto a su objetivo final.

Metas directas o finales (Objetivos de inflación)


Una meta directa o final no se basa en un seguimiento único de alguna variable en particular,
sino que las autoridades monetarias deben basar sus decisiones en la evolución de diferentes
variables que guarden una relación estrecha con el nivel de precios en el largo plazo. Es decir,
en las metas directas o finales son considerados los objetivos intermedios como variables
para alcanzar el objetivo final. Así, con una meta directa o final, se utilizan las variables
denominadas objetivos intermedios (tipo de cambio, agregado monetario o tasa de interés)
para que en el largo plazo se alcance el objetivo final de la estabilidad de precios, la cual es
la meta directa o final. Por esto último, se habla en la actualidad de que los bancos centrales
han adoptado políticas monetarias que les permiten contar con la discrecionalidad necesaria
para actuar oportunamente ante los nuevos retos del entorno financiero.
Al ser afectados el tipo de cambio, la tasa de interés o algún agregado monetario, que son los
objetivos intermedios, permite orientar las expectativas inflacionarias de los agentes
económicos, es decir, mediante la afectación de estas variables intermedias se busca alcanzar
una meta final, la cual ahora puede convertirse en el ancla nominal de la economía. Así, el
ancla nominal ya no es solo una variable de corto plazo o intermedia, sino un conjunto de
variables que conforman una meta de inflación para el largo plazo, la cual se convierte en el
ancla nominal.

Ancla nominal
Un ancla nominal es aquel instrumento de política monetaria (un objetivo final, o un objetivo
intermedio) que permite orientar y guiar las expectativas inflacionarias de los agentes
económicos, además de incidir de una manera directa en el nivel general de precios. Este
concepto de ancla nominal como guía de las expectativas inflacionarias es importante, ya que
la adecuada orientación de las expectativas inflacionarias disminuye la incertidumbre
inflacionaria. Más aún, un ancla nominal efectiva propicia la congruencia entre las
expectativas inflacionarias del público con la inflación observada, la cual es responsabilidad
del banco central.

Objetivos de inflación explícitos


Las metas de inflación explícitas se caracterizan porque existe un anuncio oficial por parte
del Banco Central para alcanzar una meta de inflación preestablecida para un periodo
determinado.
Las acciones del banco central y sus anuncios sobre la meta inflacionaria, le permitirán
ejercer una influencia directa sobre la formación de las expectativas inflacionarias del
público.

Para esto, se requiere también, que existan anuncios públicos de las metas de inflación a
mediano plazo, un compromiso institucional sobre la estabilidad de precios como la meta
final de largo plazo de política monetaria y el compromiso de alcanzar esa meta.
Otra ventaja importante de las metas inflacionarias es que por medio de esta política se intenta
mantener la meta de estabilidad de precios en la atención del público.

La elección de una meta inflacionaria puntual o de un intervalo.


Una meta inflacionaria puede ser expresada como un nivel fijo o como un intervalo. Un
intervalo relativamente angosto puede propiciar que la inflación observada resulte fuera del
intervalo, lo que redundaría en una pérdida de credibilidad en el banco central. Un intervalo
relativamente amplio impedirá que las metas inflacionarias se aten con las expectativas de
los agentes económicos. Así, la mayoría de los países que han optado por el establecimiento
de metas inflacionarias, han definido dichas metas en relación con intervalos. Se han definido
bandas de +/- 1 punto porcentual alrededor de la meta. También se han adoptado rangos
objetivo para la inflación futura, como pueden ser rangos inflacionarios del 1 al 4 por ciento
en el corto plazo, de 1 a 2.5 por ciento en el mediano plazo y menor al 2 por ciento en el largo
plazo.

Información y difusión oportuna que acompaña al establecimiento de la meta.


Los países que han resultado exitosos en la instrumentación de metas inflacionarias han
realizado una política de difusión de información efectiva. Esta política se ha realizado
mediante la publicación oportuna de reportes sobre la instrumentación de la política
monetaria, la evolución de los precios y el cumplimiento de las metas de inflación. La
difusión de información ha permitido la formación y el desarrollo de especialistas que le dan
un seguimiento detallado a la ejecución de la política monetaria, lo cual, a su vez, ha
redundado en mayor credibilidad en el banco central.

La evidencia empírica de los diversos países que han adoptado las metas de inflación, ha
mostrado que mediante esta política, los agentes económicos vigilan de manera más
minuciosa el comportamiento de la autoridad monetaria, a la vez que sirven de guía para sus
expectativas de inflación. Además, el establecimiento de metas inflacionarias le ha brindado
al banco central una mayor flexibilidad para utilizar sus diferentes herramientas de política
monetaria que tiene a su disposición, es decir, utilizar su discrecionalidad en el concepto
actual para alcanzar la meta establecida. Esto último resulta de gran relevancia, dado el
contexto económico tan cambiante que enfrentan las autoridades monetarias. Así, las metas
inflacionarias comprometen al banco central a lograr el objetivo inflacionario, y que
regularmente se establecen para el mediano y largo plazo, lo cual hace más congruente dicho
objetivo de inflación.

Conforme las metas inflacionarias se van cumpliendo, el banco central adquiere una mayor
credibilidad, lo que le permite que las metas de inflación anunciadas se conviertan en una
efectiva ancla nominal de los precios. De esta manera, se crea una mayor confianza para que
las acciones y los anuncios de la autoridad monetaria influyan sobre la formación de las
expectativas inflacionarias de los agentes económicos, lo que a su vez redunda de manera
favorable para la política monetaria se convierta en una efectiva ancla nominal de la
economía que en términos generales, la experiencia internacional con metas inflacionarias
ha sido satisfactoria al lograr disminuir el ritmo de crecimiento de los precios.

El conocimiento de los objetivos de inflación por parte del público facilita la convergencia
de las expectativas correspondientes con las metas. Por ejemplo, es importante que los
trabajadores y los empresarios se convenzan de que en el futuro los salarios reales no se verán
erosionados por la inflación y que, en un contexto de estabilidad, las empresas no podrán
repercutir en los precios finales aumentos excesivos de los salarios nominales. Ello facilita
que en las negociaciones de los salarios contractuales, las revisiones se sustenten en los
incrementos previsibles de la productividad y en la inflación esperada.

Incrementos salariales compatibles con las ganancias sostenibles en la productividad y con


la meta de inflación.

En esencia, se trata de fijar las negociaciones salariales al objetivo de inflación, para que
dicho objetivo de inflación se cumpla.

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