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Los niños afectados por enfermedades pediátricas son poblaciones de alto riesgo ya que (Argumosa y
Herran, 2001 ):
• Las enfermedades crónicas en los primeros años de vida pueden afectar a los parámetros de
crecimiento y desarrollo, al influir en la alimentación, el sueño y en las habilidades motoras y
sensoriales.
Educamostxuo Transformar
1 mi 1 un....,ldad
Actuaciones psicoeducativas en aulas hospitalarias
~ :C~ª'
•
Las necesidades educativas especiales que poseen los menores de edad con enfermedades catastróficas
son más impredecibles que las de otras deficiencias y son fundamentalmente de tres tipos:
• a) Las relacionadas con el control de la enfermedad por el niño, la familia y el entorno escolar; y la
adherencia a los tratamientos.
• b) Las relacionadas con los trastornos emocionales y sociales que produce en los padres y niños la
adaptación a la enfermedad.
• e) Las relacionadas con la prevención y tratamiento de las secuelas cognitivas, sensoriales y motrices, o
el retraso escolar que producen las enfermedades y que pueden afectar a su rendimiento escolar.
sanitarias
emocionales
curriculares
Objetivo: conseguir la plena adaptación del niño y la familia a las
exigencias de la enfermedad, un desarrollo social, académico y
emocional lo más normalizado posible, y la integración a la
escuela
lle. Miiena Fernanda Veca Ojeda Me. Se.
Educamos poro Transformar
e Un niño hospital izado es, porencimade todo, un niño. Si bien es cierto que la hospitalización
<D le confiere unos rasgos característicos que lo convierten en paciente, no podemos olvidar
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que hablarnos de un niño, sea cual sea su edad. A pesardequeeljuegoenel niño hospitalizado
U) es un tema que despierta el interés y reconocimiento de profesionalesdediferentes disciplinas
<D (pediatría, psicología, pedagogía, medicina ... ), éste continúa sufriendo de un gran vacío en
(( nuestros hospitales, sobre todo respecto a la vertiente más Libre y placentera del juego. No
es tratado como una necesidad básica del niño.
Un infant hospttulitzat és, per damunt de A h ospitalised child is above ali a child.
tot, un infanr. Si bé és cert que while ir is true that hospitalisation gives
l 'h os pi t al it raci á li conferei x un s trets them the characteristic [eatures that make
caract er ist i cs que el converteixen en them into patients, we cannot forger that
pacient, n.o podem oblidar que parlem d'un we are talking about a child, of whatever
nen o una nena. sigui quina sigui la seva a g e. Despit e play arnon g hospit ali se d
edar. Malg rat que el joc en linfant ch il dren be in g a subjecr a rousing t he
h osp it al it uu és un rema que despena interest and recognirion of professionals
i'interés i reconeixement de professionals from variou s disciplines t p aediat rics.
de dijerents disciplines (pediatría, psychology, education and medicine), there
psicologia, pedagogía. medicina ... ), c ont in ue s ro be a majar void in o ur
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els nostres hospitals, sobretot pe/ que fa la and more pleasurable aspects of play. lt is
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convertir en una eina metodologica que
permet treballar amb t'infant tant a escala
psicológica com educativa, pero no és
tractar com una necessit at básica de
L'infant,
1221
Educación Social 33 El juego, herramienta educativa
...il Introducción
Un niño hospitalizado es, por encima de todo, un niño. Si bien es cierto que
la hospitalización le confiere unos rasgos característicos que lo convierten en
paciente, no podemos olvidar que hablamos de un niño o una niña, sea cual
sea su edad. Esto significa, de un lado, que convendrá ser suficientemente
asertivos para ponernos en su lugar, para ser capaces de comprenderlos y
escucharlos y, de otro, tener presente que para asimilar la enfermedad lo que
conviene es comprenderla. Merecen, por lo tanto, información de lo que les
ocurre, y conseguir que se le dé y se le trate con el respeto que merecen; esto
también es función del educador/a que trabaja con estos niños. Por consiguiente,
antes de utilizar el juego como herramienta terapéutica, deberemos tener unas
bases teóricas de psicología evolutiva, conocer los rasgos específicos que
conllevan la hospitalización y aplicar la inteligencia emocional como
herramientas básicas de nuestro trabajo.
1123
33 Educación Social
Estos datos nos tendrían que hacer reflexionar sobre la falta de atención que
han sufrido los niños enfermos, no sólo en los aspectos más formales
(condiciones del espacio, tipos de tratamiento ... ), ino también en los aspectos
emocionales que inciden directamente en el niño y la enfermedad (explicación
sobre lo que le está pasando, respeto, intimidad, comprensión, etc.). Es
evidente que hablar de juego y espacios adecuados en los hospitales infantiles
donde éste pueda desarrollarse de forma libre, aunque es un largo camino que
hay que construir.
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Educación Social 33 El juego, herramienta educativa
En el niño
En la familia
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33 Educación Social
126 I
Educación Social 33 El juego, herramienta educativa
• Vivir Ja situación desde una vertiente más normalizada (jugar con los
padres y los amigos, con los hermanos, etc.)
Compartir las mismas situaciones con otros niños que están viviendo las
mismas situaciones de hospitalización.
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33 Educación Social
Ser autónomo. Tomar las propias decisiones en las acciones de juego que
lleva a cabo ..
Tener recursos lúdicos para saber jugar con niños de distintas edades al
mismo tiempo o adaptar un juego a la necesidad concreta de un niño (sillas
de ruedas, aislamiento en una habitación, etc.)
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Educación Social 33 El juego, herramienta educativa
Condiciones higiénicas
Es evidente que este tema será uno de los más importantes a tener en cuenta.
Hay que ser estricto respecto a los siguientes procesos:
Para que los juguetes puedan pasar estos procesos, es necesario que sean de
materiales resistentes. En este caso el plástico es lo más adecuado, aunque
pueda ser más pobre a escala sensorial (textura, olor. . ) que otros materiales
naturales como la madera. Cuando escogemos un juguete será necesario que
además miremos bien su constitución, ya que no todas las piezas son de
plástico y éstas podrían estropearse cuando las sometemos a los procesos
anteriormente citados.
Tipología
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33 Educación Social
Juego de ejercicio: se trata de una acción repetida por el placer del resultado
inmediato. Para los niños hasta 2 años les es fundamental para ayudarlos en
su desarrollo básico (gateo, caminar . . ). nos referí mos a juguetes como móviles,
juegos sencillos de manipulación, mesas de actividad, caminadores o arrastres.
Cuando son mayores, todo aquel juego que implica un ejercicio de descarga
(golpear, saltar. .. ), les permite liberar la tensión que produce la hospitalización.
Juego de construcción: son aquellos juegos formados por piezas para encajar,
apilar, enfilar, etc. El juego de construcción facilita el desarrollo de la
coordinación oculo-rnanual, la organización espacial (conceptos como delante,
detrás, arriba, abajo ... ) y la atención y concentración. La adaptación de estos
juegos consistirá sobretodo en la medida de las piezas (pueden tener dificultades
si son demasiado pequeñas, tanto respecto a la manipulación como la visión)
y la complejidad de la construcción. Como hemos dicho anteriormente, los
niños se cansan más pronto y baja su listón de frustración. Es necesario, pues,
que el juego sea sencillo pero efectivo, convirtiéndose en una herramienta
suficientemente motivadora para aumentar su autoestima.
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Educación Social 33 El juego, herramienta educativa
Conclusiones
Sílvia Penón
Pedagoga y Educadora
Marinva
Bibliografía
Método ele clasificación y análisis de juguetes elaborado por Denise Garon ( 1982). El
acrónimo significa: Juego de Ejercicio, Juego Simbólico. Juego de construcción y
Juego de Reglas
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Hospitalización infantil y atención psico-educativa
en contextos excepcionales de aprendizaje
Isabel López Naranjo
Hospital Comarcal de Antequera (Málaga)
Antonio Fernández Castillo
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Granada
Resumen
En el presente trabajo se analizan diversos aspectos sobre la hospitalización infantil y la
necesidad de atención psicológica y educativa que surge en estos contextos, mediatizada a tra-
vés de las aulas hospitalarias. Se parte del análisis de estos recursos desde los que se pretende
ofrecer una respuesta a diversas situaciones de necesidad educativa especial que algunos
niños plantean. Partiendo de una breve revisión de los principales planteamientos legislativos,
se revisan cuestiones de interés que oscilan desde la propia finalidad, metodología o principa-
les funciones de la atención psicopedagógica hospitalaria, hasta aspectos relevantes sobre la
práctica psico-educativa en el entorno hospitalario. Se revisan diversas implicaciones prácticas
de la preparación de los profesionales que desarrollan su labor en estos espacios.
Palabras clave: hospitalización infantil, implicaciones educativas, aulas hospitalarias e in-
tervención psicopedagógica.
relevant aspects of the work of educational psychologists in the hospital environment. Finally,
we review the diverse practical implications regarding the training of the professionals who
perform their work in these spaces.
Key words: child hospitalisation,educational implications,hospital classrooms,psycho-pedagogical
intervention.
Introducción
Esto no significa que deba dejarse de lado a la familia de los pacientes, es decir, a
los padres y hermanos de los niños hospitalizados. La enfermedad crónica tiene un
fuerte impacto sobre todo el sistema familiar, como consecuencia de la misma puede
surgir estrés e incluso determinadas psicopatologías, que van a verse afectadas por
factores tales como la naturaleza y curso de la enfermedad del niño, la estructura del
funcionamiento familiar, los recursos materiales con que cuente la familia y los apo-
yos médicos, psicológicos, sociales y educativos que ésta reciba. Ante el conocimien-
to de un diagnóstico, los padres atraviesan normalmente por tres etapas (Mittag,
1996):
Entre las principales conductas que aparecen en los padres, y que no favorecen la
adaptación del niño enfermo, nos encontramos (Herbert, 1999):
■ Enseñanza escolar
Con las actividades escolares se persigue fundamentalmente evitar la pérdida
del hábito intelectual y del esfuerzo personal en el niño ingresado; compensar
sus lagunas a nivel de aprendizaje, evitando el retraso escolar y favoreciendo la
readaptación del niño una vez regrese al colegio (Lizasoáin, 2000).
■ Actividades lúdicas
El aburrimiento prolongado hace que el niño enfermo se vaya entristeciendo
y acabe adoptando una actitud pasiva e indiferente ante lo que antes le causa-
ba gozo y alegría. El juego en el hospital es una actividad que proporciona al
niño bienestar y confianza, cumpliendo a la vez con las funciones recreativa,
educativa y terapéutica (Palomo, 1995).
■ Orientación personal
Entendida como relación de ayuda al paciente pediátrico, que se desarrolla a
través del diálogo y la compañía (Lizasoáin, 2000).
■ Estrategias psicopedagógicas específicas de intervención
Estas estrategias incluyen, desde los programas concretos de preparación a la
hospitalización,a iniciativas específicas de intervención educativa y terapéutica,
entre las que podemos encontrar una amplia variedad (Ortiz, Serradas y Alves,
2004).Algunas de las más empleadas serían: la información procesual y senso-
rial, los modelos filmados, las técnicas de relajación, la distracción, la imagina-
ción guiada y el tour. Por otro lado, está comprobado que en el caso de niños
con hospitalizaciones repetidas y experiencias previas negativas, deben apli-
carse programas particulares de intervención; ya que para un niño una prepa-
ración centrada en un procedimiento médico aversivo, al que haya sido ex-
puesto en el pasado, puede hacerle evocar una respuesta emocional de carác-
ter negativo. En estos casos la preparación psicológica preoperatoria podría lle-
gar a ser incluso negativa (Barrio, 2003), por lo que habrían de extremarse las
precauciones de la misma.
La atención psicopedagógica debería comenzar desde el mismo momento en que
el niño ingresa en el hospital, independientemente de la enfermedad que padez-
ca o de la duración de su estancia hospitalaria, tomándose éstas características
como punto de partida para la elaboración de programas de intervención especí-
ficos para cada niño, pero nunca como factores excluyentes (Lizasoáin, 2003). En
diversos hospitales europeos si el niño no va a estar ingresado un mínimo de días,
no se les considera susceptibles de la atención psicopedagógica, ni se le ofrece la
posibilidad de asistir al aula hospitalaria. En esta misma línea podemos observar,
que los sujetos susceptibles de la Psicopedagogía Hospitalaria en España, son los
niños escolarizados en los niveles de infantil, primaria y secundaría, esto supone
también un reduccionismo, en cuanto a la edad de los niños que deben ser aten-
didos en los hospitales; es decir, los niños de 0 a 3 años quedarían desantendidos,
al igual que aquellos mayores de 16 años que hayan finalizado la educación obli-
gatoria (Ortigosa, Méndez y Quiles, 1999).
Son muchos los profesionales involucrados en las actividades de Psicopedagogía
Hospitalaria, fundamentalmente psicólogos educativos, pedagogos, psicopedago-
gos y maestros. En primer lugar y tras una formación profesional oportuna (Ortiz,
1999), debe de existir una colaboración interdisciplinar entre todos ellos, extensi-
ble a los médicos y enfermeras, asistentes sociales, animadores socioculturales y
demás profesionales en contacto con el niño enfermo y hospitalizado, sin olvidar
la labor del voluntariado (Ochoa, 2003), y sin dejar de lado consideraciones deon-
tológicas básicas (Fernández Castillo, Izquierdo y Fernández González, 2001).
El papel del psicopedagogo hospitalario podría incluir la evaluación psicosocial
de la situación personal y familiar del niño enfermo. Esta evaluación debe cubrir
diversos aspectos: proceso de desarrollo intelectual, motor y emocional del
Todas las circunstancias que rodean al niño hospitalizado: angustia, miedos, ansiedad,
aburrimiento, etc., se deben considerar a la hora de comprender su situación (Serras,
2002). Por eso, a raíz del conocimiento de ésta problemática y atendiendo al derecho
que todo niño tiene a recibir una educación general, incluso cuando sea necesario su
hospitalización, se crearon centros de enseñanzas dentro de los hospitales. Estas
aulas, tanto por sus especiales características de espacio y lugar de situación, así como
por el tipo de alumnos que acogen, con cualquier tipo de problemas de salud, requie-
ren un tratamiento especial y una actuación psicoeducativa diferenciada con relación
a la ordinaria (Ortiz, 2002; Serradas, Ortiz, Estalayo y de Manueles, 2002). Por ésta
razón, estos espacios excepcionales de aprendizaje se establecen como áreas abiertas
y flexibles, donde el paciente pediátrico puede acudir libremente, ausentándose siem-
pre que lo requiera su asistencia sanitaria.
Se debe tener en cuenta a la hora de trabajar con el niño enfermo y hospitalizado
una serie de técnicas encaminadas a fomentar su creatividad, el perfeccionamiento de
sus destrezas, habilidades, capacidades de movimiento, limitaciones físicas y la utiliza-
ción de nuevas tecnologías.Todo ello dentro de un espacio idóneo dentro del hospi-
tal, en el que puedan relacionarse con otros niños con los que compartir sus expe-
riencias sobre la enfermedad y también el tiempo que éstos pasan en dependencias
compartidas, como son los pasillos, la biblioteca, sala de juegos o en sus habitaciones,
ayudándoles a superar con mayor prontitud los problemas de salud y propiciando que
sientan lo menos posible la lejanía de su ambiente familiar y social (Lansdown, 1996).
A través de la comunicación por Internet con otros niños de otros centros que
sufren problemas iguales o parecidos a lo suyos, se intenta relegar a un segundo plano
la soledad, el aburrimiento y el aislamiento que puede sufrir el niño recluido en un
centro sanitario con enfermedades de larga duración y pronóstico grave, teniendo
presente que la finalidad más importante de las Aulas Hospitalarias es ofrecer al alum-
no un lugar donde desarrollar sus actividades escolares normalmente, sin experimen-
tar ningún retroceso en su nivel académico (Grau, 1990).
En la atención integral en las Aulas Hospitalarias no hay que olvidar dos fundamen-
tos básicos, como son la relación con los padres y con el personal sanitario. La relación
con los padres (Olivares, Méndez y Ros, 2002) debe ser diaria y permanente, ya que son
éstos junto con sus hijos, los que pueden orientar sobre el nivel educativo a establecer,
a la vez que sirven de nexo de unión entre el colegio-tutores y aula hospitalaria. Al
mismo tiempo, y siempre que éstos lo deseen, pueden participar en todas las activida-
des organizadas por las aulas, como fiestas de Navidad, Carnaval, etc. La relación con
el personal sanitario es también continua, siendo su labor muy importante, ya que son
los que deben estimular y apoyar en todo momento la asistencia de los niños y niñas
hospitalizados al aula. A través de ellos se recoge toda la información sobre el estado
del nuevo alumno, si procede su asistencia al aula o si, por el contrario, es más conve-
niente que se le atienda en su habitación, etc. (Guillén y Mejía, 2002).
Como ya comentábamos, la población a la que estaría destinados estos programas
y por tanto la actuaciones psicoeducativas en el entorno hospitalario, sería la de las
niños y niñas, que en edad escolar obligatoria, se encuentren hospitalizados o no pue-
dan asistir a un centro de enseñanza por problemas de salud. Esta atención educati-
va debe articularse desde el centro de referencia del alumno, con la intención de inte-
grar y normalizar las necesidades formativas desde el centro escolar de origen y de
acuerdo con el profesorado del mismo (Serradas y Ortiz,2001;Ortiz y Serradas,2002).
En el caso de aquellos niños que se encuentren fuera del municipio donde se encuen-
tra ubicado el hospital, una vez que recibe el alta del centro hospitalario, y se estima que
su recuperación va a ser a medio o largo plazo, se debe trasladar estas situaciones con la
correspondiente información y asesoramiento a través del teléfono, correo electrónico,
guías de actuación, etc., a los tutores o profesores encargados de atender a éste niño
desde la atención domiciliaria (http://www.madrid.org/dat_capital/upe/supe_enfermos.
htm, 2005).
El hecho de ingresar en un centro sanitario, al tratarse de una situación novedosa
e infrecuente, va a suponer, mayoritariamente, la aparición de una serie de emociones
negativas: estrés, ansiedad, desprotección, aislamiento, miedos, etc., que se manifies-
tan principalmente en el paciente pediátrico y sus progenitores (Strachan, 1993).
Estas conductas negativas son normales y lo importante es que no se extiendan en
tiempo e intensidad, adquiriendo un valor añadido en función de variables como: la
edad del niño convaleciente, tiempo de estancia hospitalaria, tipo de patología/diag-
nóstico definitivo, y actitudes del entorno familiar (Sheldon, 1997). Estas variables,
que no son excluyentes entre sí,van a establecer datos necesarios para hacernos com-
prender el estado anímico del niño y su entorno significativo; a la vez que van a mati-
zar y guiar las pautas de actuación psicoeducativas más acordes con la situación real.
Con todas estas premisas, podemos enunciar las aulas hospitalarias como centros de
enseñanza creados por el Ministerio de Educación y Cultura, puestas a disposición de
los niños enfermos,en diferentes hospitales de España. Con ellas,se pretende atender el
derecho que todo niño tiene a recibir una educación general, incluso cuando sea nece-
saria su hospitalización, al mismo tiempo que se le proporciona un espacio idóneo den-
tro del hospital, en el que puede relacionarse con otros niños con los que compartir sus
propias experiencias, ayudando así a superar con mayor rapidez los problemas de salud
causantes de su ingreso en un centro hospitalario (http://www.jccm.es/educacion/edu-
car/num_4/aulashospitalarias.html, 2005).
Las aulas, en general,cuentan con un espacio dentro del hospital destinado a aten-
der a los niños ingresados en Pediatría, aunque sus actuaciones se extienden a todos
aquellos servicios del hospital donde hay niños que precisan de la atención y que por
el tipo de patología que presentan o por su estado de salud, no pueden acudir a ellas
(Bossert, 1994).
Las aulas hospitalarias surgen ante la necesidad de resolver los problemas de esco-
laridad de aquellos niños que durante un período de tiempo, más o menos prolonga-
do, dejan de asistir al colegio de forma regular debido a problemas de salud. El mode-
lo más temprano de esta preocupación lo tenemos en Francia, país que dio sus pri-
meros pasos en este sentido a finales de la Primera Guerra Mundial, dentro de una
política encaminada a proteger la salud infantil, expuesta a contagiarse de tuberculo-
sis, creando para ello las llamadas Escuelas al Aire Libre. Pero será a finales de la Se-
gunda Guerra Mundial cuando la escuela se introduzca de forma definitiva en los hos-
pitales franceses, con la creación de los primeros puestos de enseñanza en los hospi-
tales, que se vio reflejada con el Decreto del 23 de julio de 1965, por el que se obli-
gaba a dar atención escolar a los niños y adolescentes atendidos en los establecimien-
tos sanitarios especializados (casas de curas, casas de salud, etc.) (Taburno, 1999).
En España el funcionamiento de las aulas hospitalarias es más reciente, al menos
desde el punto de vista legislativo; sin embargo, esta actuación a nivel particular en
algunos hospitales ha venido siendo habitual desde hace más de 30 años, a través de
una iniciativa de algunos profesionales ajenos a la escuela (enfermeras, auxiliares,
celadores, etc.,) (Alguacil-Villaverde, 1999) que posibilitaron más tarde la llegada a los
hospitales de maestros que dieron un nuevo enfoque a la atención del niño hospita-
lizado.
Hubo que esperar a 1982 para encontrar la primera referencia legislativa en la que
se establece la actuación educativa que se debe llevar a cabo en los centros hospitala-
rios y que venía a desarrollar un principio básico establecido en nuestra Constitución,
en la que se dice que «todos los españoles tenemos derecho a la educación», siendo los
poderes públicos los encargados de eliminar cualquier obstáculo que lo dificulte.
Una vez asumidas las competencias en materia educativa en 1999, las administra-
ciones públicas, establecieron los criterios por los que se deben regir las actuaciones
dirigidas a los alumnos/as hospitalizados y convalecientes. En concreto son:
Otra experiencia destacada para reseñar son los Talleres de Expresión Artística
que se realizan en el Hospital Universitario de Getafe en colaboración con varios hos-
pitales de Madrid (Funes-Galán y Sánchez-Martínez, 1999), en los que se utilizan mate-
riales propios del entorno hospitalario como fuente de superación de ésta situación
compleja.
El proyecto «Las maletas» desarrollado en el hospital de Manresa, ofrece un mode-
lo pedagógico divertido de visionar distintas situaciones en el aula: la central letrera,
cuentos de hadas, baúl de sueños y viva el color (Moraga y Gordillo, 1999).
En la Comunidad Autonómica de Andalucía se facilita el trabajo académico a los
niños ingresados a través de Internet, con el denominado «Mundo de estrellas», en
donde se les aporta mundos virtuales, voces y textos donde despliegan su fantasía y
se intercomunican con otros niños conectados a la web, para desarrollar actividades
lúdicas y recreativas (Olivo y Estévez, 1999).
En otras ocasiones, ante la búsqueda de nuevas experiencias didácticas se ha opta-
do por la puesta en marcha y difusión de una revista, como es el caso del aula hospi-
talaria de Guadalajara, donde cada uno de los pacientes pediátricos cuenta sus viven-
cias durante su estancia en el hospital, de ésta forma nació «La pecera» de periodici-
dad mensual (http://aliso.mentor.mec.es/~amejia/, 2005).
Uno de los proyectos más ambiciosos creados por el Ministerio de Educación y
Cultura, a través del Programa de Nuevas Tecnologías, puesto a disposición de los
niños enfermos, ha sido el de la Teleeducación en 32 Aulas Hospitalarias. La idea se
enmarca dentro de una política de innovación educativa, cuyo objetivo es aportar los
nuevos medios telemáticos e informáticos como impulsores del desarrollo
afectivo/social, la comunicación entre los alumnos ingresados y la recuperación del
desfase académico. De este modo se puede favorecer la coordinación con el centro
educativo de referencia y la comunicación entre el alumnado, sin prescindir de la
tarea psicopedagógica del docente (www.cnice.mecd.es/proyectos/aulashosp/pro-
yecto.htm, 2005).
En cada una de estas experiencias, que no son más que ejemplos representativos
de iniciativas posibles, las situaciones planteadas son muy diferentes, ya que en cada
lugar se atiende a un tipo particular de paciente, con una estancia hospitalaria distin-
ta. Tampoco son las mismas las condiciones de trabajo, ni el enfoque didáctico del
profesorado. En la actualidad se debe optar por la uniformidad de criterios y actua-
ciones de los profesionales inmersos en la temática, en aras de una atención integral
e individualizada y al acercamiento de posiciones que nos aportan las nuevas tecno-
logías o las metodologías alternativas (Alves, Ortiz y Serradas, 2004).
El niño enfermo y/u hospitalizado tiene,del mismo modo que el niño sano,unas necesida-
des básicas que desarrollar, propias de cada etapa evolutiva y, por ello, derecho a la educa-
ción:a la disponibilidad de educadores y medios que guíen su proceso de aprendizaje den-
tro del contexto hospitalario,favorezcan la adaptación a este medio y le permitan expresar
sus temores y ansiedades (Serradas, Ortiz, Estalayo y de Manueles, 2002). Las actividades
lúdicas, deben colaborar asimismo, al desarrollo armónico de la personalidad y crear una
disposición positiva para la realización de actividades educativas relacionadas con el pro-
ceso de enseñanza-aprendizaje del currículum escolar, o su adaptación (Palomo, 1992).
La educación tiene dos objetivos fundamentales: por un lado el desarrollo equili-
brado de la personalidad y por otro, favorecer el proceso de aprendizaje basado en el
currículum escolar. Siguiendo esta idea, el hospital, como contexto social, atiende
relativamente, los requerimientos educativos de los niños y de los individuos en gene-
ral (González-Simancas y Polaino-Lorente, 1990).
Nuestras conductas y proyectos se desarrollan en un tiempo y en un espacio. En
este sentido, una persona que está internada en un hospital, dispone de un tiempo
que se le ha de ayudar a estructurar. Como señalan Dobbs y Poletti (1981), ese tiem-
po debe servir para ayudar a la persona hospitalizada a desarrollarse, a establecer una
buena relación con su entorno, a comunicarse y a aprender.
Eiser y Patterson (1984) exploran las creencias de niños sanos, de 5 a 10 años,
sobre cómo emplear el tiempo durante todo el día, si estuvieran en un hospital:
En el caso de los adolescentes, Denholm (1988) señala que éstos encuentran, entre
los factores negativos de la hospitalización,la falta de actividades,mientras que conside-
ran positivas las actividades recreativas y lúdicas que pueden realizar durante su estan-
cia en el hospital.
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gogo:reflexiones y experiencias.Granada,Grupo Editorial Universitario,pp.187-196.
Páginas web
Este estudio tiene como objetivo principal ponderar la importancia que Palabras clave
tienen los factores de riesgo sociofamiliares para el rendimiento acadé-
mico de los estudiantes y cómo las variables personales de los estudiantes Educación secundaria
pueden mediar para evitar su incidencia negativa en los logros acadé- Estudiantes
micos. Para ello se realizó una revisión bibliográfica en las principales Factores de riesgo
bases de datos sobre los tópicos analizados. Se presenta la importancia
de la teoría de acumulación de factores de riesgo y se analiza la relación Nivel socioeconómico
del nivel socioeconómico y variables de naturaleza familiar con el rendi- Rendimiento académico
miento académico de los estudiantes de educación secundaria. Se plantea Familia
la importancia de desarrollar intervenciones educativas que potencien
variables de los estudiantes que la investigación educativa ha demostrado
que los pueden proteger de la influencia negativa de los factores de riesgo
sociofamiliares.
Perfiles Educativos | vol. XLI, núm. 164, 2019 | IISUE-UNAM | DOI: https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2019.164.58925
D. Rodríguez y R. Guzmán | Rendimiento académico y factores sociofamiliares de riesgo 119
y variables psicológicas. Las búsquedas no se especialmente en los que cursan una etapa
limitaron por la fecha de publicación. educativa de cambios personales, como la
educación secundaria (Martínez y Álvarez,
Factores de riesgo y rendimiento 2005; Rogero, 2012).
académico La perspectiva de considerar las diferen-
cias del rendimiento académico desde un en-
Tradicionalmente la investigación educativa foque ecológico (Bronfenbrenner, 1979), en el
se ha centrado, principalmente, en indagar que también se tengan en cuenta variables exó-
las variables personales y las del proceso de genas al estudiante, ha cobrado mayor peso en
enseñanza-aprendizaje que afectan al rendi- las investigaciones sobre rendimiento de los
miento académico (Hattie y Anderman, 2013; últimos años. Estudios como el realizado por
Lee, 2014), y se presta menor atención a los fac- Whipple et al. (2010) sostienen la importancia
tores sociales o familiares que podrían obsta- de considerar los contextos familiares y socia-
culizar el éxito académico; sin embargo, en los les a la hora de interpretar las diferencias en
últimos años los factores contextuales en los el rendimiento; estos autores concluyen que
que se producen el desarrollo y el aprendiza- aproximadamente un tercio de la varianza en
je han ocupado un lugar importante cuando el rendimiento académico se predice por la
se intentan comprender las diferencias en el exposición a un conjunto de factores sociofa-
rendimiento. En la actualidad, cuando se hace miliares de riesgo que están fuera del control
referencia a factores de riesgo asociados al ren- del profesorado y las administraciones educa-
dimiento académico, algunos autores conside- tivas, de manera que la exposición combinada
ran necesario diferenciar las causas que están a estos factores es lo que supera la incidencia
detrás de dichos factores: McKee y Caldarella negativa en el rendimiento.
(2016), por ejemplo, sostienen la importancia La teoría de la acumulación de factores de
de diferenciar, con vistas a la puesta en marcha riesgo (Rutter, 1979; 1987) postula que estudiar
de una intervención, dos tipos de factores de de forma aislada cada factor puede distorsio-
riesgo asociados al rendimiento: por una parte nar la comprensión de los efectos de las situa-
estarían los factores propiamente académicos, ciones de riesgo. Según Rutter (1979), un factor
referidos a las dificultades escolares que impi- de riesgo puede no ser siempre, por sí mismo,
den a los alumnos alcanzar un rendimiento un predictor significativo de desajuste acadé-
óptimo, y que pueden provocar que quede mico; sin embargo, dos o más indicadores de
atrapado en un ciclo de fracaso continuo; y, por adversidad o riesgo, por ejemplo, del contexto
otra, los factores sociales, asociados a variables familiar, producen un aumento de hasta cua-
contextuales o demográficas (por ejemplo, in- tro veces más problemas de comportamiento,
gresos familiares, la educación de los padres, la y cuatro factores de riesgo producen un au-
estructura familiar, etc.) que han demostrado mento de hasta diez veces más estos proble-
tener un impacto negativo en el rendimiento mas. Desde este enfoque se sostiene que los
académico y que, en consecuencia, favorecen factores de riesgo tienden a covariar, y que la
la probabilidad de fracaso escolar. exposición a múltiples factores es mucho más
Actualmente se sabe que existe un cúmu- probable que la exposición a uno solo (Roy y
lo de variables sociales y familiares (pobreza, Raver, 2014). Esta perspectiva pone énfasis en
problemas de salud mental de los padres, pri- que el éxito o fracaso académico no depende
vación cultural, negligencia familiar, maltra- necesariamente de qué predictores negativos
to, movimientos migratorios, delincuencia…) afectan al estudiante, sino del número o la
que pueden constituir factores de riesgo en el cantidad de predictores negativos que estén
rendimiento académico de los estudiantes, presentes (Ragnarsdottir et al., 2017).
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Al igual que en los estudios iniciales de Rut- educativos inferiores (Gómez et al., 2014; Yos-
ter (1997), los resultados de investigaciones más hikawa et al., 2012). De hecho, según Dietrich-
recientes (Lanza et al., 2014; Lucio et al., 2012) son et al. (2017), los resultados promedio de los
confirman que la acumulación de al menos dos Informes del Programa Internacional de Eva-
factores de riesgo, como el desajuste emocional luación de los Estudiantes (PISA) de 2009 y de
de los padres, la pobreza económica familiar, 2012 muestran que la diferencia de puntuación
bajos niveles educativos de los padres y alta en el rendimiento académico de los alumnos
conflictividad en las relaciones familiares, au- con 15 por ciento NSE más elevado respecto al
mentan la probabilidad de fracaso escolar, en 15 por ciento de los de menor NSE en los países
comparación a los efectos que puede provocar miembros de la Organización para la Coope-
la presencia aislada de uno de ellos (Buehler y ración y el Desarrollo Económico (OCDE), es
Gerard, 2013). Cuando se produce esta adición de aproximadamente 0.7 a 0.8 desviaciones.
de factores de riesgo, y no son considerados y Esta diferencia equivale a un desfase de dos
suprimidos tempranamente, generan efectos años en el nivel escolar entre ambos grupos de
que se mantienen en el tiempo e incrementan estudiantes.
la probabilidad de fracaso en las diferentes eta- El NSE, entendido como la clasificación
pas educativas (Sameroff et al., 1998). de una persona o su familia en una jerarquía
Específicamente en la etapa de secundaria, de acuerdo con su acceso o control de rique-
estudios recientes como el de Chaparro et al. za, poder y estatus social (Sirin, 2005), se ha
(2016) confirman que los estudiantes con bajo considerado como uno de los predictores más
rendimiento no se caracterizan por estar ex- importantes del logro educativo de los estu-
puestos a un único factor de riesgo, sino por diantes (Sharkins et al., 2017; Sirin, 2005; Wang
presentar un perfil definido por la acumula- et al., 2017). Aunque la investigación no ha sido
ción de estos factores: proceden de familias de consistente respecto a los indicadores que de-
bajo nivel socioeconómico (NSE) donde ambos ben considerarse para su medición empírica
padres tienen bajo nivel educativo y escasos en muestras de niños y adolescentes (Borns-
ingresos económicos, viven en casas en condi- tein y Bradley, 2003), existe cierto consenso, en
ciones de hacinamiento e insuficiente acceso a términos generales, de que deben tenerse en
servicios básicos. Dentro de estos factores los cuenta cuatro factores: ingresos económicos
que más se han investigado por su incidencia de la unidad familiar, niveles educativos del
significativa en el bajo rendimiento académico padre y de la madre, ocupaciones laborales de
han sido el NSE y las características de la fami- los progenitores y recursos del hogar (libros,
lia (Dietrichson et al., 2017; Xing et al., 2017), los equipos informáticos, espacios dedicados al
cuales se abordan en los siguientes apartados, estudio, etc.) (Eshetu, 2015).
dada su repercusión en el rendimiento. La mayor parte de la investigación sobre el
NSE como dimensión que incluye la acumula-
Nivel socioeconómico y ción de diversos factores de riesgo para el ren-
rendimiento académico dimiento académico se ha centrado en el NSE
de la familia, de manera que la destinada al
Nadie cuestiona que la educación es una de las NSE de la escuela o comunitario se ha conside-
principales herramientas que tienen los Esta- rado en menor medida, aunque se ha demos-
dos para favorecer la igualdad de oportunida- trado que ambas influyen (Caldas y Bankston,
des, tanto sociales como educativas; sin em- 1997; Gustafsson et al., 2018; Whipple et al.,
bargo, se ha demostrado que los estudiantes 2010). Al respecto, en el meta-análisis realiza-
que provienen de contextos desfavorecidos o do por Sirin (2005) se encontró que la correla-
caracterizados por la pobreza alcanzan logros ción media entre NSE familiar y rendimiento
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académico era de 0.47, y de 0.25 cuando éste se futuro suficiente (Román, 2013). Se ha de-
relacionaba con el NSE comunitario o del ba- mostrado que los adolescentes que viven en
rrio; aunque la relación de este último con el contextos familiares con bajo NSE son más
rendimiento es menor, ambos factores están propensos que el resto a creer que no tienen
asociados con él. A fin de incrementar la equi- posibilidades de lograr el nivel académico que
dad educativa, la fuerza de estas relaciones de- les gustaría. Ajustan sus predicciones de éxito
bería disminuir; y para ello habrá que identi- futuro sobre la base de la percepción que tie-
ficar las características propias del alumnado nen del entorno para sí mismos, y de la retroa-
y de la escuela que pueden ayudar a reducir la limentación de esta percepción a partir de sus
relación entre el NSE y el rendimiento acadé- condiciones de vida: sus calificaciones suelen
mico (Gustafsson et al., 2018). ser más bajas que las de los otros alumnos, sus
Desde hace décadas hay estudios que con- padres tuvieron generalmente bajos niveles
firman que los estudiantes criados en fami- de rendimiento escolar, y su grupo de iguales
lias con desventajas socioeconómicas tienen se encuentra en similares situaciones. Por lo
un mayor riesgo de tener bajo rendimiento anterior, si bien es posible que las aspiracio-
académico, menores tasas de finalización en nes de estos jóvenes superen sus expectativas,
la educación secundaria y menor desarrollo sienten que su entorno no les proporciona el
cognitivo (Bolger et al., 1995; Campbell y Ra- apoyo necesario para su desarrollo cognitivo,
mey, 1994; Prelow y Lukas, 2003). Noguera y escolar y social (Boxer et al., 2011).
Wells (2011) describen tres de los motivos por La mayor parte de la investigación sobre
los que el bajo NSE afecta directamente al ren- la incidencia del NSE en el rendimiento acadé-
dimiento académico: en primer lugar, estos mico se ha desarrollado en países anglopar-
estudiantes tienen un menor acceso a apoyos lantes, pero el recorrido por estudios recientes
académicos y sociales fuera de la escuela (cla- comprueba que éste continúa siendo un fac-
ses de refuerzo educativo, oportunidades de tor determinante del rendimiento académi-
enriquecimiento académico, campamentos co en contextos socioculturales diversos. En
de verano, etc.); en segundo lugar, a menudo países de habla hispana, como por ejemplo
están expuestos a condiciones que influyen España, estudios recientes corroboran la inci-
en su salud, seguridad y bienestar (acceso dencia del NSE en el rendimiento académico
limitado a atención médica, mala alimenta- de los estudiantes, independientemente de la
ción, condiciones de vivienda desfavorables, etapa educativa o de las materias de estudio
barrios marginales, etc.); y en tercer lugar, los (Elosua, 2013; Gamazo et al., 2018). Esto tam-
padres de estos estudiantes por lo general no bién se confirma en países de Latinoamérica,
tienen acceso a altos niveles de capital social donde niños y niñas provenientes de hogares
y cultural a causa de la exposición constante a con bajo NSE tienen más probabilidades de re-
condiciones adversas (servicios locales, redes petir curso y de abandonar la escolarización
sociales comunitarias, etc.). incluso desde la educación primaria (Korze-
La experiencia de la pobreza no se produ- niowski et al., 2016; Krüger, 2013); además, se
ce de forma aislada, sino que generalmente ha demostrado que las diferencias en el ren-
viene acompañada de factores psicológicos, dimiento persisten a lo largo de la escolaridad
sociales y familiares estresantes (Aber et al., a pesar de los esfuerzos de las escuelas por de-
1997); además, el hecho de que el nivel eco- sarrollar programas que promuevan la inclu-
nómico familiar sea bajo puede empujar al sión y la equidad (Cervini et al., 2016; Suárez
estudiante al abandono escolar temprano por et al., 2016). En su análisis de los resultados del
la necesidad de trabajar o por considerar que Informe PISA 2012 en ocho países de América
la escolarización no le aportará un beneficio Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
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Costa Rica, México, Perú y Uruguay), Villar efecto tiene en el rendimiento académico es
y Zoido (2016) reafirman la desigualdad edu- el nivel de estudios de los padres (Ahmad y
cativa mencionada anteriormente, y conclu- Khan, 2012; Farooq et al., 2011).
yen que casi 40 por ciento de los estudiantes La incidencia del NSE en el rendimiento
provenientes de familias desfavorecidas no al- académico también ha llevado a analizar si
canzan el nivel básico de competencias. Por el estas diferencias entre estudiantes se produ-
contrario, los estudiantes de familias con altos cen en función de las asignaturas o materias
ingresos económicos tienen cinco veces más que cursen. Los resultados encontrados en
probabilidades de lograr las competencias diversos estudios son consistentes con las in-
que les darán mejores oportunidades para vestigaciones anteriores, ya que los hallazgos
su desarrollo personal y laboral en el futuro, muestran que las diferencias en los NSE de las
además de que el rendimiento académico alto familias producen diferencias de rendimiento
está muy concentrado en las familias de alto en Lengua y en Matemáticas, y que estas dife-
NSE. En países como Estados Unidos, también rencias persisten a lo largo de la escolaridad,
se han confirmado diferencias significativas incluso en escuelas que han hecho esfuerzos
en el rendimiento académico de los estudian- por desarrollar programas que promuevan la
tes de familias con bajo NSE en comparación inclusión y la equidad (Cervini et al., 2016; Suá-
con estudiantes procedentes de familias con rez et al., 2016). En el caso concreto de las mate-
alto NSE (Benner et al., 2016), en tanto que estas máticas, se ha demostrado que el bajo NSE de
últimas ofrecen una serie de soportes y recur- la familia es uno de los predictores más fuertes
sos que proporcionan un beneficio para el de- del bajo rendimiento (Aschbacher et al., 2013;
sarrollo académico de los alumnos a lo largo Gniewosz et al., 2012; Karakolidis et al., 2016;
de su vida (White et al., 2016). Esta tendencia Zhao et al., 2012). Gniewosz et al. (2012) mues-
también se ha confirmado en investigaciones tran que las percepciones de los padres con
realizadas en países del continente africano. NSE elevado sobre el logro, utilidad y valor in-
Los estudios de Chandra y Azimuddin (2013) trínseco de la educación matemática son más
y el de Eshetu (2015) ponen de manifiesto que positivas que las de los padres con NSE bajo,
el NSE familiar, asociado sobre todo a los in- y a su vez propician una mejor valoración de
gresos económicos de la unidad familiar, es sus hijos sobre la necesidad de aprender esta
la variable más importante y predictiva en la materia. Además, como concluyen Aschba-
determinación del rendimiento académico. cher et al. (2013), los estudiantes que provie-
En investigaciones realizadas con población nen de familias con NSE alto tienen recursos
de países asiáticos, en cambio, algunos estu- adicionales para hacer un seguimiento del
dios confirman que, en países como China, aprendizaje de sus hijos e hijas al término de la
Hong Kong, Taiwán o Japón, la incidencia del jornada escolar, por lo que su rendimiento en
NSE en el rendimiento académico de los estu- matemáticas es superior al de los estudiantes
diantes que proceden de familias con pocos de entornos más desfavorecidos.
recursos económicos es menor que en los paí- Dentro de los factores que componen el
ses occidentales, ya que los resultados acadé- NSE es importante tener en cuenta la inciden-
micos de estudiantes de NSE bajo son mayores cia que tiene el nivel educativo de los padres
en comparación con los de estudiantes de cul- sobre el rendimiento académico de los hijos
turas occidentales en similares condiciones (Lorenzo et al., 2012; Robledo y García, 2009).
(Chen y Kaplowitz, 2016; Gates y Guo, 2014). Existen estudios que han confirmado que el
Además, se ha encontrado que, en estudiantes bajo nivel educativo de los padres tiene una
de países como Pakistán, por ejemplo, entre relación más fuerte con el rendimiento aca-
los indicadores del NSE familiar, el que mayor démico de los hijos que, incluso, el NSE de la
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familia medido por los ingresos económicos NSE familiar. El NSE escolar basa su influencia,
(Smokowski et al., 2004); además, el nivel edu- principalmente, en la calidad de la atención
cativo de la madre es el que mayor impacto educativa gracias a los materiales disponibles
tiene en el rendimiento de los hijos, en com- en el centro escolar, la seguridad del barrio de
paración con el del padre (Marks, 2008). En la escuela, la calidad de los maestros, el índice
una revisión realizada por Pati et al. (2011) de rotación de los maestros y la relación maes-
con una muestra de 2 mil 019 estudiantes es- tro-estudiante (Ingersoll, 1999). En cuanto al
tadounidenses, se llegó a la conclusión de que NSE del barrio de residencia, trabajos realiza-
el nivel educativo de la madre era una de las dos en diferentes periodos han mostrado que
variables externas al alumnado con mayor en el caso de niños y niñas que viven en ba-
efecto en la identificación del éxito académi- rrios marginales y con índices de pobreza alto,
co temprano. A la misma conclusión llegaron estas condiciones influyen muy negativamen-
Chaparro et al. (2016) en un estudio realizado te en sus logros académicos (Evans et al., 1998;
en México con 21 mil 724 estudiantes de edu- Morales y Guerra, 2006; Roy y Raver, 2014).
cación secundaria. Mediante el análisis de La relación directa que existe entre pro-
clúster, identificaron el perfil de los alumnos ceder de un contexto familiar y la asistencia a
con alto y bajo rendimiento académico, y en- determinadas escuelas, tal y como se confir-
contraron que el nivel de estudios de la madre mó en el Informe Coleman (1966), ha contri-
era la variable que más contribuía a diferen- buido, en los últimos años, a la intensificación
ciar ambos perfiles. Los autores evidenciaron de la investigación sobre el NSE de otros con-
que, a mayor nivel escolar de los padres, pero textos educativos en los que la modificación
especialmente de la madre, existía una menor de factores de riesgo se puede compensar con
probabilidad de fracaso escolar de los hijos. intervenciones directas. Al respecto, la inves-
En comparación con la literatura que exa- tigación social y educativa ha mostrado que
mina el NSE familiar, menos investigaciones las escuelas situadas en zonas de niveles eco-
han abordado las variaciones del NSE colecti- nómicos más desfavorecidos obtienen peores
vos o comunitarios, como el NSE de la escuela, resultados en el rendimiento académico de
del barrio de residencia o del país en general. sus estudiantes, en comparación con las situa-
Sin embargo, como se demuestra en el estudio das en contextos económicos más favorecidos
realizado por Gustafsson et al. (2018), los dife- (Jehangir et al., 2015; Pitsia et al., 2017). Incluso,
rentes tipos de NSE colectivos inciden signifi- las últimas corrientes en investigación sobre
cativamente en el rendimiento académico de NSE y rendimiento académico afirman que
los estudiantes, con independencia de su NSE los niños que se desarrollan en contextos fa-
familiar. Mucha de la investigación sobre los miliares con un bajo NSE tienen un desarrollo
diferentes tipos de NSE se ha derivado de los cerebral y neuronal que se asocia con un peor
datos obtenidos en el Informe PISA. Por ejem- rendimiento académico, mientras que los ni-
plo, Perry y McConney (2010) analizaron a 12 ños criados en familias con alto NSE tienen un
mil estudiantes australianos del Informe PISA desarrollo cerebral asociado a un mejor ren-
2003 y encontraron relaciones significativas dimiento (Rosen et al., 2018).
entre el NSE de la escuela y el logro académico
de los estudiantes incluso mientras se contro- Variables familiares
laba el NSE individual. Marchant y Finch (2016) y su influencia en el
examinaron los datos del Informe PISA 2009 rendimiento académico
en 65 países y afirmaron que el NSE escolar era
el predictor más fuerte del rendimiento estu- Aparte del NSE existe una combinación de
diantil y explicaba incluso más varianza que el factores familiares que influye, igualmente,
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en el rendimiento de los hijos, como son las cohesión y afecto, y con niveles de comunica-
prácticas de crianza, el ajuste psicológico ción positivos, los estudiantes tienen mayores
de los progenitores, la calidad de la relación probabilidades de superar con éxito la educa-
conyugal y la promoción activa del aprendi- ción obligatoria y de continuar, incluso, con
zaje en el hogar (Robertson y Reynolds, 2010). la educación postobligatoria (Díaz y Osuna,
Investigaciones como la de Buehler y Gerard 2017; Orthner et al., 2004). La violencia intra-
(2013) evidencian una asociación entre la acu- familiar en el hogar incide directamente y de
mulación de factores de riesgo familiares y las forma negativa en el desarrollo académico de
dificultades académicas de los estudiantes. En los menores, y deteriora las relaciones inter-
esta investigación, mediante un diseño lon- personales, además de generar estrés, desmo-
gitudinal con una muestra de estudiantes de tivación y absentismo; todo ello contribuye al
10 a 14 años, se analizó la influencia que pro- rápido descenso del rendimiento escolar (Me-
ducen en el rendimiento la acumulación de rino y Castillo, 2017). Al clima de convivencia
diversos factores de riesgo: NSE, nivel educati- familiar habría que unir otra de las variables
vo de los padres, ajuste psicológico de los pro- considerada en los estudios de rendimiento
genitores, tipo de familia y pautas de crianza. académico: el ajuste psicológico del padre y de
A partir de estos factores de riesgo, los autores la madre. Al respecto, se ha encontrado que el
establecieron un índice de riesgo acumulati- estado de ánimo depresivo, niveles de estrés
vo; los resultados mostraron que el riesgo acu- elevados e insatisfacción con la vida por parte
mulado por variables de naturaleza familiar de los padres inciden en el rendimiento aca-
se asociaba con una disminución significativa démicos de sus hijos (Tan, 2017), es decir que
del rendimiento académico desde la primera la salud mental de los progenitores afecta po-
mitad de la adolescencia. sitiva o negativamente en el funcionamiento y
En el estudio de otras variables de diná- bienestar del niño, así como en su rendimien-
mica familiar, como el nivel de conflictos to académico (Claessens et al., 2015).
interparentales, también se ha confirmado Dentro del conjunto de variables del con-
una asociación positiva con las dificultades texto familiar que pueden convertirse en
académicas (Ghazarian y Buehler, 2010). En factores de riesgo asociados al rendimiento
la investigación realizada por Iraurgi et al. académico, cobran especial importancia las
(2011) con una muestra de 3 mil 957 estudian- expectativas de los progenitores sobre los
tes españoles de educación secundaria, bachi- logros educativos de sus hijos; si bien la in-
llerato y formación profesional, en la que se fluencia que pueden tener las escuelas para
indagó sobre los conflictos interparentales y modificar o disminuir el impacto de deter-
su influencia en el rendimiento académico, se minados factores de riesgo familiar, como los
encontró que los alumnos con mayores nive- señalados anteriormente, es prácticamente
les de fracaso escolar eran los que procedían nula, no ocurre lo mismo respecto de la in-
de hogares con baja afectividad y altos niveles fluencia que la escuela puede ejercer para que
de conflictos dentro de la unidad familiar. Se los progenitores tengan altas expectativas en
ve, por tanto, que la incidencia de la familia en el logro educativo de sus hijos. Los meta-aná-
el desarrollo escolar de los hijos no tiene que lisis realizados por Wilder (2014), y el llevado a
ver sólo con el nivel educativo o económico, cabo, posteriormente, por Castro et al. (2015),
sino que también juegan un papel relevante confirman el efecto que tienen las expectati-
factores familiares como el grado de cohe- vas de los progenitores sobre el rendimiento
sión y convivencia o la percepción de apoyo académico de los hijos, ya que éstos son sus-
afectivo que siente el menor. Incluso en fa- ceptibles de albergar actitudes y creencias si-
milias con bajo NSE, pero con altos niveles de milares a las de sus progenitores. Tan (2017)
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analizó la influencia de las expectativas de los sociofamiliares —identificadas como factores
progenitores sobre el rendimiento académico de riesgo— sobre el rendimiento (Williams
de los hijos a partir de los datos del Informe et al., 2015). Los resultados de algunos traba-
PISA 2012; tomó como referencia ocho países jos revelan que existen varios factores perso-
de contextos culturales muy diferentes: Chile, nales (por ejemplo, locus de control interno,
Hong Kong, Croacia, Hungría, Italia, Corea orientación adecuada de metas académicas,
del Sur, Macao y México. Los resultados mos- autoeficacia, etc.) que difieren significativa-
traron que, con independencia de los contex- mente entre los estudiantes que resisten o
tos, entre las variables familiares analizadas, no la incidencia de los factores de riesgo en
las expectativas de los progenitores era la que su escolaridad (Gizir y Aydin, 2009; Morales,
mayor incidencia tenía en el rendimiento en 2010; Vanderbilt-Adriance y Shaw, 2008). Los
matemáticas, en comparación con otras va- anteriores estudios resaltan la importancia de
riables como el nivel educativo o el estatus considerar estos factores personales desde el
ocupacional de los progenitores. inicio y durante toda la educación secundaria,
ya que, como se ha señalado, es la etapa más
Variables personales protectoras vulnerable para el rendimiento de los estu-
del rendimiento académico diantes, principalmente de los que proceden
de contextos pobres o marginales (Goldstein
Los resultados obtenidos en algunas investi- et al., 2015). En este sentido cabe remarcar que,
gaciones recientes resultan alentadores en re- aunque determinados factores contextuales
lación a la mejora del rendimiento académico, como los abordados en apartados anteriores
por cuanto desafían el estereotipo de que la tienen una incidencia directa en el rendimien-
pobreza impide el éxito académico, o que el to, las variables psicológicas del alumnado
bajo NSE y el bajo rendimiento están estrecha- (metas académicas, autorregulación, autoefi-
mente relacionados (Williams et al., 2015). Wi- cacia, estrategias de aprendizaje, etc.) pueden
lliams y Portman (2014) mostraron la impor- actuar como factores protectores de los resul-
tancia de que los estudiantes provenientes de tados académicos, y reducir o incluso eliminar
contextos de marginación y pobreza adopten la incidencia perjudicial de los factores socio-
un papel activo en su proceso de aprendizaje, familiares de riesgo (Eccles et al., 2006).
y para ello es necesario que desde las escuelas Se ha demostrado que la generación de
se les ayude a desarrollar variables motivacio- un sentimiento fuerte de autoeficacia en el
nales y afectivas para mantener altos niveles alumnado actúa como un potente factor pro-
de motivación y rendimiento a pesar de los tector del desempeño académico. La creencia
factores sociales desfavorecedores. en la capacidad de sí mismo para completar el
La investigación sobre los estudiantes que trabajo escolar y pensar que se va a progresar
tienen la capacidad de tener éxito académico tiene un impacto positivo en el rendimiento
a pesar de la influencia negativa de factores académico, a pesar de la acumulación de fac-
sociales y familiares de riesgo ha comen- tores de riesgo; de ahí que la autoeficacia cum-
zado a desarrollarse apenas recientemente. pla con una importante función protectora
Hasta ahora, se logrado establecer que existe del rendimiento académico (Lucio et al., 2011).
una estrecha relación entre las variables de En el caso de estudiantes de educación secun-
los estudiantes y su rendimiento académi- daria con bajo NSE, Rocchino et al. (2017) com-
co, pero han sido pocos los estudios que han probaron que la autoeficacia es un factor pro-
analizado si las variables personales de los tector determinante en estos estudiantes, ya
estudiantes pueden modificar la dirección que favorece estilos de afrontamiento adapta-
negativa que ejercen determinadas variables tivos que a su vez se relacionan con un buen
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rendimiento académico. Asimismo, Cleary y alumnado contra múltiples factores externos
Kitsantas (2017) comprobaron que, en el estu- de riesgo. Swanson et al. (2012) corroboraron
diante de secundaria, la interacción de la mo- que los niños con mayor autorregulación pue-
tivación, la autoeficacia y la autorregulación den enfocar mejor su atención, mantenerse al
funciona como mediadora del efecto del NSE margen de influencias negativas del contexto,
familiar en el rendimiento, y destacan, sobre centrarse en la realización de tareas escolares
todo, la importancia de la autoeficacia como y obtener mejor rendimiento, a pesar de vi-
factor cognitivo protector de los resultados vir en familias con mayor carga de factores
académicos. Con estudiantes de bachillerato de riesgo, como escasos recursos económi-
se han encontrado resultados similares, en cos, bajo nivel educativo o estilos de crianza
el sentido de que las metas académicas y la parentales inadecuados. En este mismo sen-
autorregulación fungen como variables pro- tido, los estudios longitudinales realizados
tectoras del rendimiento académico frente por Wang et al. (2017) mostraron que, en los
a riesgos del entorno social donde crecen los niños pertenecientes a familias con bajo NSE,
alumnos (Gaxiola et al., 2013). pero con una buena capacidad de autorre-
Otras variables que han mostrado actuar gulación del esfuerzo, el rendimiento en las
como protectoras del rendimiento académico áreas de lectura y matemáticas era superior a
frente a factores sociofamiliares perjudiciales la de sus compañeros procedentes de familias
son las metas académicas. Específicamente en similares; este factor incluso llegaba a reducir
el caso de las metas de aprendizaje, Froiland la brecha en el rendimiento con los estudian-
y Worrell (2016), en una investigación con tes procedentes de familias con buen NSE, y a
estudiantes de secundaria de diversas etnias, igualarse con el paso del tiempo.
encontraron que contribuían positivamente
al rendimiento por encima de la influencia Conclusiones
negativa que pudieran ejercer variables so-
ciodemográficas del alumnado, tales como Aunque son numerosos los factores sociales
el bajo nivel educativo de los progenitores o o familiares que pueden incidir en el rendi-
pertenecer a una minoría étnica. Williams miento académico, en este trabajo se presenta
et al. (2017) también comprobaron la influencia una revisión de aquéllos que, desde la inves-
que pueden ejercer las metas en el rendimien- tigación empírica, han resultado consistentes
to de estudiantes de educación secundaria de en mostrar la relación o efecto significativo
bajo NSE familiar, así como la influencia de en las diferencias de rendimiento, así como
coetáneos en su éxito académico; esto se debe algunas variables personales de los estudian-
a que los compañeros facilitan apoyo e inspi- tes que pueden romper la asociación negativa
ran cambios positivos en el establecimiento entre estos factores y el rendimiento.
de sus propias metas académicas, e incluso en De la investigación consultada en este
la intensidad con la que pretenden lograr sus trabajo se confirma que estudiantes con ca-
objetivos. A raíz de estos resultados los auto- pacidades similares pueden ser más vulnera-
res concluyen en la importancia de llevar a bles a presentar bajo rendimiento académico
cabo intervenciones educativas apoyadas en o abandonar tempranamente la escolaridad,
relaciones o tutorías entre iguales con metas por estar expuestos a factores de riesgo. El NSE
académicas altas, con el fin de contribuir al re- personal o familiar ha sido, y continúa siendo
forzamiento de las metas de estudiantes pro- en la actualidad, el factor de riesgo más estu-
cedentes de contextos con bajos NSE. diado, por lo que se ha podido confirmar su
La autorregulación del esfuerzo también repercusión directa en el rendimiento (Benner
ha demostrado su capacidad para proteger al et al., 2016; Callan et al., 2017; Wang et al., 2017).
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En este sentido, se ha evidenciado una relación como la cohesión, los niveles positivos de
clara entre el rendimiento académico y el ni- afecto y de comunicación (Díaz y Osuna, 2017;
vel de educación de los padres (Marks, 2008), Orthner et al., 2004) y las expectativas de los
y se ha demostrado que el nivel educativo de padres hacia la educación y el rendimiento
la madre es el que tiene mayor incidencia en el (Castro et al., 2015; Tan, 2017; Wilder, 2014), pue-
rendimiento académico del estudiante (King den mitigar el efecto negativo del contexto en
et al., 2017). No obstante, también se ha mos- el rendimiento de los hijos. A ello hay que unir
trado que el NSE familiar no es un factor de los resultados obtenidos en investigaciones re-
riesgo aislado, sino que guarda estrecha cone- cientes que desafían, igualmente, la asociación
xión con factores de riesgo asociados a otros directa entre factores de riesgo y bajo rendi-
contextos, por ejemplo, el de la escuela. Si bien miento; por ejemplo, se ha encontrado que la
en los últimos años se ha incrementado el in- autoeficacia (Cleary y Ritsantas, 2017; Rocchi-
terés por estudiar el NSE comunitario (Callan no et al., 2017), la autorregulación (Wang et al.,
et al., 2017; Williams et al., 2017), se requiere 2017) y la motivación basada en metas acadé-
seguir profundizando en esta dirección, ya micas (Williams et al., 2017), pueden mediar la
que, como se ha comprobado, tiene un efecto influencia negativa de los factores sociofami-
negativo en el rendimiento, incluso después de liares de riesgo en los resultados académicos.
controlar las variables relacionadas con el NSE Hay que considerar que algunas de las
familiar (Gustafsson et al., 2018; Liu et al., 2015). variables sociofamiliares de riesgo —como
Al respecto, se puede concluir que en con- los indicadores del NSE familiar— son difí-
textos sociales o familiares desfavorecidos es cilmente modificables a corto plazo; por el
mucho más probable que el estudiante esté contrario, las variables personales del alum-
expuesto a un conjunto de factores, y no a uno nado, como la motivación y la autoeficacia,
solo, de manera que la exposición combinada además de su relevancia para el rendimiento
o acumulada de éstos es lo que incrementa del alumno, son más susceptibles de mejora o
significativamente la incidencia negativa en modificación en el contexto escolar con inter-
el rendimiento (Buehler y Gerard, 2013; Lanza venciones específicas dirigidas a su potencia-
et al., 2014; Lucio et al., 2012; Ragnarsdottir et ción, por lo que pueden ser más rápidamente
al., 2017; Whipple et al., 2010). Se ha conside- modificables (Tourón et al., 2018). Esto implica
rado que la mayor parte de estos factores de que al potenciar y desarrollar las variables per-
riesgo, al ser del ámbito familiar o social del sonales de los estudiantes se puede contribuir
estudiante, escapan del control del profesora- a favorecer su éxito académico. Es importan-
do y de las administraciones educativas (Roy te tener en cuenta estas variables personales
y Raver, 2014). Quizá por ello, desde la prácti- para desarrollar intervenciones que mejoren
ca, se ha considerado que la mejora del rendi- el rendimiento académico de estudiantes pro-
miento de los estudiantes expuestos a diversos venientes de contextos desfavorecidos.
factores de riesgo depende más de acciones Suárez-Álvarez et al. (2014) afirman que
sociales que educativas y, en consecuencia, las la mejora académica que ofrece la interven-
intervenciones desde el marco escolar se han ción en variables como el autoconcepto aca-
dirigido, fundamentalmente, a compensar démico, la motivación o las expectativas del
desigualdades de partida, con escasas impli- alumnado son superiores que cualquier inter-
caciones de las familias. vención que se quiera desarrollar en variables
Sin embargo, merecen consideración es- relacionadas con el nivel socioeconómico de
pecial los estudios en los que se demuestra que los estudiantes. En la misma línea, al investi-
incluso en contextos desfavorecidos económi- gar la relación entre el autoconcepto y el ren-
ca y socialmente, algunas variables familiares dimiento académico, Marsh y Martin (2011)
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proponen que cualquier intervención edu- crucial para su trayectoria futura de vida. Esto
cativa con estudiantes en situaciones de des- implica que una educación de calidad, de la
ventaja social debe de incorporar el desarrollo que puedan beneficiarse por igual todos los
de sus autoconceptos académicos si se quiere estudiantes, requiere de políticas educativas
mejorar sus logros escolares y compensar los y del desarrollo de acciones e intervenciones
efectos negativos de los entornos de riesgo en holísticas e interdisciplinares a través de múl-
los que crecen. Hay que tener en cuenta, ade- tiples vías, y con implicación directa de los es-
más, que las desventajas socioeconómicas y tudiantes y sus familias. El contexto escolar y
los climas familiares negativos generan auto- el contexto social o familiar se encuentran co-
creencias negativas en los estudiantes; de ahí nectados entre sí, de manera que las interven-
la importancia de considerar el autoconcepto ciones que se hagan para mejorar el adecuado
académico como una variable que debe ser funcionamiento en uno de ellos repercutirán
tenida en cuenta como factor protector de in- en el otro. En el caso de los estudiantes ex-
tervención en cualquier programa de mejora puestos a factores de riesgo, la simbiosis entre
del rendimiento de los estudiantes en riesgo lo pedagógico y lo social no se puede obviar y,
(Prince y Nurius, 2014). por tanto, el desarrollo de programas de inter-
Aunque escapa a la finalidad de este traba- vención debe tener en cuenta ambos aspectos
jo hacer propuestas de intervención concretas, (Herrera-Pastor y De Oña-Cots, 2017). Esto
no queremos finalizar sin dejar constancia de significa aceptar una responsabilidad com-
algunas reflexiones o consideraciones para la partida. La escuela sigue siendo, sin duda, el
práctica. Se ha señalado que la escuela debe medio más adecuado para paliar las desigual-
proporcionar, con independencia de cual- dades de partida y para contribuir a la igual-
quier diferencia personal, familiar o social, los dad de oportunidades en los resultados aca-
recursos necesarios para lograr el éxito educa- démicos. A través de los centros educativos se
tivo (Florian et al., 2010). Es importante recor- puede llegar a las familias, lo cual es una for-
dar que, aunque la estructura de los sistemas ma de unir lo social y lo educativo. Así mismo,
educativos varía según los países (los años desde los centros se pueden y se deben llevar a
de permanencia obligatoria varía entre unos cabo intervenciones que contribuyan a poten-
contextos y otros), la educación secundaria se ciar las variables personales que han mostra-
ha considerado una etapa crítica ya que es en do ser capaces de incidir en la disminución de
la que desciende el rendimiento académico la brecha en el rendimiento de los estudiantes
de los estudiantes (Benner y Graham, 2009). expuestos a factores de riesgo. Esto resulta de
A ello se une la mayor vulnerabilidad de al- relevancia si se quiere que los estudiantes se
gunos estudiantes —por estar expuestos a la conviertan en sujetos activos en relación a su
acumulación de factores de riesgo— a tener rendimiento, y autoprotectores de los factores
bajo rendimiento académico en esta etapa, de riesgo resultantes de sus contextos.
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