Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Educación
La figura del psicopedagogo es clave para que estos nuevos espacios escolares
funcionen correctamente. Sus competencias son equivalentes a las de
los orientadores escolares:
—Coordinación con los equipos profesionales de los centros escolares de
procedencia del alumno. Es necesario que el niño del aula hospitalaria esté al día
en el estudio de las materias que se están impartiendo en las clases del colegio o
instituto y que pueda realizar los exámenes.
—Evaluación psicopedagógica: el psicopedagogo recopila información académica
del alumno y de las necesidades específicas para cada niño. Esto supone también
facilitarle los apoyos pedagógicos requeridos para que su aprendizaje sea el
mismo que el de cualquier otro alumno.
—Fomentar un ambiente positivo y seguro en el aula hospitalaria para que estos
alumnos vivan con la mayor normalidad el tiempo de ingreso en el hospital.
—Y ofrecer atención psicopedagógica domiciliaria para aquellos que requieren un
periodo de curación en casa antes de incorporarse a la escuela.
Pedagogía hospitalaria y el trabajo con las familias
Aunque el foco del psicopedagogo es el paciente, una parte importante de su labor
incluirá la intervención directa con la familia. Un hijo enfermo supone un gran
impacto psicológico tanto en los padres como en los hermanos: negación de la
situación, ira, culpabilidad, ansiedad, depresión…
Por otro lado, los largos periodos en el hospital acompañando al hijo enfermo
acarrean muchos cambios en la dinámica familiar: la baja laboral de los
progenitores, gastos económicos, noches en el hospital, sobreprotección del
niño… Todas estas variables generan en los padres un continuo estrés y
agotamiento físico. En ocasiones pueden, incluso, desconfiar del personal médico y
de los tratamientos, situaciones que afectan negativamente al niño para su buena
adaptación a la vida en el hospital.