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MAGISTRADO PONENTE: LEVIS IGNACIO ZERPA

Exp. Nº 16.180
 
            El abogado Hugo J. Domínguez Landa, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el Nº 13.236, actuando con el carácter de apoderado judicial de la ciudadana YONE
ELIZABETH SARDI BRANDT, titular de la cédula de identidad Nº 2.934.753, mediante escrito
presentado ante esta Sala en fecha 22 de junio de 1999, interpuso recurso de nulidad con solicitud de
suspensión de efectos contra el Acuerdo Nº 21, de fecha 29 de diciembre de 1998, dictado por el
Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa.
El 29 de junio de 1999 se dio cuenta en Sala y por auto de la misma fecha, se ordenó solicitar al
Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa el expediente administrativo
correspondiente y pasar la pieza principal al Juzgado de Sustanciación a los fines de su admisión.
            El 16 de septiembre de 1999, el Juzgado de Sustanciación admitió el presente recurso, acordó
las notificaciones de ley y ordenó pasar el expediente a la Sala a los fines de decidir sobre la
suspensión de efectos solicitada, una vez que constaran en autos las notificaciones ordenadas.
            En fecha 28 de marzo de 2000 el Alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó recibo de la
notificación dirigida al Fiscal General de la República.
            El 3 de mayo de 2000 el Alguacil del Juzgado de Sustanciación consignó recibo de la
notificación dirigida al Procurador General de la República.   
            En fecha 4 de mayo de 2000 se acordó pasar el expediente a la Sala.
El 10 de mayo de 2000 se dio cuenta en Sala y por auto de la misma fecha, se designó ponente
al Magistrado Levis Ignacio Zerpa, para decidir la solicitud de suspensión de efectos.
            El 25 de abril de 2001, la parte actora solicitó decisión respecto a la solicitud de suspensión de
efectos y el 31 de mayo de 2001 consignó recaudos, en apoyo de tal solicitud.
Por diligencia presentada el 20 de junio de 2001, el apoderado judicial de la parte actora
insistió en su solicitud de decisión respecto a la medida cautelar requerida.
El 1º de noviembre de 2001, esta Sala dictó auto para mejor proveer, en el cual solicitó la
consignación de una sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Región Occidental en la cual declaraba inaplicable el Decreto impugnado, la cual
fue traída a los autos en fecha 20 del mismo mes y año, por el representante de la recurrente.
El 29 de enero de 2002, el apoderado judicial de la parte recurrente solicitó a la Sala se dictara
pronunciamiento sobre la solicitud de suspensión de efectos.
            Mediante decisión de fecha 25 de junio de 2002, la Sala declaró su competencia para conocer
del presente asunto, declaró procedente la suspensión de efectos del acto impugnado y decretó
prohibición de enajenar y gravar sobre los terrenos objeto del recurso.
            Por escrito de fecha 02 de julio de 2002, la parte actora solicitó que la medida acordada fuera
extendida por la Sala a terrenos de su propiedad de reciente adquisición; requerimiento que ratificó en
diligencias presentadas el 13 de agosto de 2002 y los días 13 de enero y 21 de mayo de 2003. Dicha
solicitud fue negada por la Sala mediante la sentencia Nº 990 del 2 de julio de 2003.
            El 12 de septiembre de 2003 se pasaron los autos al Juzgado de Sustanciación, a los fines de la
continuación de la causa.
            En fecha 14 de octubre de 2003, el Alguacil del Juzgado de Sustanciación dejó constancia de la
notificación del Síndico Procurador Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa de la
decisión que admitió el recurso interpuesto y declaró con lugar la medida cautelar.
El 20 de noviembre de 2003 se libró el cartel de emplazamiento a que se refería el artículo 125
de la entonces vigente Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, el cual fue retirado, publicado y
consignado por la parte actora en tiempo hábil.
            En escritos presentados en fecha 18 de diciembre de 2003 el abogado Hugo J. Domínguez
Landa, antes identificado, actuando con el carácter de apoderado del ciudadano DOMINGO MESA
LEDESMA, titular de la cédula de identidad Nº 1.872.519, así como de los ciudadanos 
ELIZABETH ROSARIO BRANDT viuda de SARDI, LUIS ALEJANDRO SARDI BRANDT,
RICARDO ALBERTO SARDI BRANDT, MARÍA MAGDALENA SARDI BRANDT, GLENN
ANTHONY SARDI BRANDT y YONE ELIZABETH SARDI, titulares de las cédulas de identidad
números 424.200, 2.115.261, 3.658.531, 4.351.294, 629.916 y 2.934.753, respectivamente, y
finalmente, actuando en representación del ciudadano JOSÉ FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ, titular
de la cédula de identidad Nº 6.824.142, manifestó la voluntad de sus mandantes de participar en el
proceso como terceros coadyuvantes.
            Mediante diligencia presentada el 5 de febrero de 2004 el abogado Hugo Domínguez Landa,
actuando en representación de la parte accionante y de los terceros coadyuvantes, solicitó que se pasara
el expediente a la Sala para que decidiera la causa con las pruebas existentes en autos, de conformidad
con el artículo 129 de la entonces vigente Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
            En fecha 10 de febrero de 2004 se remitieron los autos a esta Sala, en virtud de haber concluido
la sustanciación de la causa.
            El 18 de febrero de 2004 se dio cuenta en Sala,  se designó ponente al Magistrado Levis
Ignacio Zerpa y se fijó el quinto día de despacho siguiente para el inicio de la relación.
            Por auto de fecha 03 de marzo de 2004, se dejó constancia del inicio de la relación de la causa
y se fijó la oportunidad para el acto de informes.
            El día 18 de marzo de 2004, tuvo lugar el acto de informes, al cual compareció la
representación judicial de la parte actora, quien presentó el correspondiente escrito de conclusiones.
            En auto de fecha 12 de mayo de 2004 terminó la relación de la causa y se dijo “Vistos”.
            Mediante diligencia presentada en fecha 10 de noviembre de 2004, el apoderado judicial de la
parte actora solicitó se dictara sentencia en la presente causa.
Por auto de fecha 30 de marzo de 2005, se dejó constancia de que en fecha 17 de enero de
2005, se incorporaron a esta Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, los
Magistrados Emiro García Rosas y Evelyn Marrero Ortíz, designados por la Asamblea Nacional el 13
de diciembre de 2004, quedando integrada esta Sala por cinco Magistrados, conforme lo dispuesto en
el artículo 2 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de
Venezuela, a saber: Presidente, Magistrado Levis Ignacio Zerpa; Vicepresidente, Magistrado Hadel
Mostafá Paolini y Magistrados Yolanda Jaimes Guerrero, Evelyn Marrero Ortíz y Emiro García Rosas.
Igualmente, se dejó constancia de que en fecha 2 de febrero de 2005, fue elegida la nueva Junta
Directiva del Tribunal Supremo de Justicia, quedando conformada la Sala Político-Administrativa de
la siguiente forma: Presidenta Magistrada Evelyn Marrero Ortíz; Vicepresidenta, Magistrada Yolanda
Jaimes Guerrero y Magistrados Levis Ignacio Zerpa, Hadel Mostafá Paolini y Emiro García Rosas. 
Asimismo, se ordenó la continuación de la presente causa.
            Mediante diligencias de fechas 29 de marzo, 30 de junio de 2005 la parte actora solicitó
nuevamente se dictara decisión en el presente asunto.
En escrito presentado el 11 de octubre de 2005 el abogado Hugo Domínguez Landa actuando
en representación de sus mandantes, reiteró la solicitud anterior y consignó documentos.
Los días 22 de febrero y 13 de junio de 2006, la parte actora reiteró mediante sendas diligencias
su solicitud de sentencia.
            El 26 de septiembre de 2006 el abogado Hugo Domínguez Landa actuando con el carácter
indicado en autos, solicitó se dictara sentencia y consignó copia simple de una “acción declarativa de
certeza” intentada el 26 de abril de 2006 por el ciudadano Alcalde del Municipio Esteller del Estado
Portuguesa, ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Agrario del
Segundo Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Portuguesa, en relación con el fundo
“Cogote” o “Comunidad de Indios”, objeto del acuerdo Nº 21 dictado por la Municipalidad del
Municipio Esteller del Estado Portuguesa, cuya nulidad se ha demandado en el presente recurso.
            Los días 28 de febrero, 10 de julio y 5 de diciembre de 2007, el apoderado de la parte actora
solicitó se dictara sentencia.
            Mediante escrito presentado el 7 de mayo de 2008, el abogado Hugo J. Domínguez Landa,
invocando el derecho a la tutela judicial efectiva previsto en el artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, solicitó: 1º) Se ratificara mediante Oficios al Municipio Esteller
del Estado Portuguesa y al Alcalde del mismo, la Sentencia Nº 880 de fecha 25 de junio de 2002,
dictada por esta Sala Político Administrativa; 2º) Se aplicaran las sanciones previstas en el Artículo 23,
numeral 2 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de
Venezuela a los Concejales del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, por cuanto éstos mediante el
Acuerdo Nº 46 del 22 de noviembre de 2007  que autorizó la “Construcción de viviendas en las tierras
del caserío El Guasito del Municipio Esteller”, incurrieron en desacato de la sentencia dictada por esta
Sala antes mencionada, y 3º) Se dictara sentencia en la presente causa.
            En diligencia presentada el 2 de octubre de 2008, el mencionado abogado reiteró su solicitud
de sentencia. 
            Para decidir, la Sala observa:
I
EL ACTO IMPUGNADO
En el presente caso, se ha impugnado el acto administrativo dictado por el Concejo Municipal
del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, contenido en el Acuerdo Nº 21 de fecha 29 de diciembre
de 1998, cuyo contenido es del tenor siguiente:
“ACUERDO No 21.
El Concejo Municipal de Esteller en uso de las atribuciones que le confieren los
Artículos 5º, 123, Ordinal 3º y 148 de la Ley Orgánica del Régimen Municipal,
en concordancia con lo establecido en el Artículo 32 de la Constitución de la
República.
Que tanto la Constitución de la República como la vigente Ley Orgánica de
Régimen Municipal, establecen el principio de inalienabilidad e
imprescriptibilidad de los Ejidos con lo que significa que están fuera del
comercio hasta tanto no sean desafectados de su condición dominal (sic) y que
los derechos del Municipio sobre tales inmuebles jamás se extinguen ni puede
operar la prescripción adquisitiva.”
(…) “Que es obligación de la Municipalidad ejercitar los derechos sobre los
Ejidos cuya titularidad corresponda al Municipio y garantizar su debida
incorporación a la Hacienda Municipal, así como garantizar el cumplimiento de
su función Social, mediante una adecuada política de administración Ejidal.”
     (…) “Que en esta jurisdicción existe una extensión de aproximadamente
55.000 hectáreas alinderadas de la siguiente manera: NORTE: Parte de
asentamiento Maporal y Corralito. SUR: Río Portuguesa. ESTE: Caño el
Guamal antiguo cause (sic) del Río Acarigua. OESTE: Río Guache, que formaba
parte del fundo Cogote o comunidad de los indios, sobre los cuales el Municipio
tiene derechos incontrovertibles por tratarse de un resguardo indígena que no
fue objeto de participación ni de legítima adquisición por parte de terceros.”
(…) “Que las ocupaciones precarias que han venido ejerciendo tanto el Instituto
Agrario Nacional (IAN), como campesinos y otros particulares, plantean un
problema de seguridad jurídica que es necesario abordar con el cometido de
salvaguardar los intereses del Municipio; garantizar el uso racional de los
recursos naturales renovables y evitar situaciones de conflicto social o judicial y
asegurar la justicia social agraria y los derechos económicos y sociales de los
productores.”
(…) “Que en la zona del ‘El Guásimo’ existen reclamos de dotación de tierras
por parte de la población campesina sobre predios rústicos ociosos localizados
en las tierras de la antigua comunidad de los indios, situación que amerita
atención en función de los principios de la justicia social agraria.”
(…) “Que en estas extensiones existen lotes boscosos ricos en diversidad
biológica, cuya importancia muestral de incalculable valor para la ciencia hace
procedentes su celosa protección, al igual que la de los cursos de aguas que
forman parte de la red hidrográfica de la zona.”
(…) “Que en los actuales momentos existen conflictos en los predios señalados,
donde se discuten la propiedad y que impiden el desarrollo de los planes de
Reforma Agraria.
ACUERDA
“1.- Expresar públicamente que en ejercicio de derechos incontrovertibles que le
asisten sobre las tierras del Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, esta
Municipalidad tendrá como cometidos básicos los siguientes:
a.- Salvaguardar sus derechos pecuniarios.
b.- Garantizar la seguridad jurídica sin menoscabo de los derechos e intereses
del Municipio ni de la justicia agraria.
c.- Preservar inalterados, los lotes boscosos de la zona y favorecer la
recuperación del ecosistema en razón de su importancia muestral, así como
garantizar la conservación a las aguas y los suelos.
d.- Estimular sistema y experiencia de producción agrícola sustentables.
e.- Reservar para el Municipio áreas y recursos que estime estratégicos y exigir
las contraprestaciones que sean necesarias.
2.- Manifestar la voluntad del Municipio de iniciar un proceso de negociaciones
con el I.A.N. tendente a crear las condiciones para la transferencia parcial de
dichos ejidos, la cual estará condicionada al cumplimiento por parte del Instituto
de los señalados cometidos, quienes junto a la Municipalidad determinando (sic)
el área agrícola donde se indicarán las áreas de parcelamiento campesino.
3.- En uso del poder discrecional que taxativamente describe la Ley Orgánica de
Régimen Municipal se acuerda tomar las medidas proteccionistas inmediatas, a
tal fin se ordena la paralización de actividades agrícolas pecuarias o de
cualquier tipo que menoscaben el desarrollo agrícola y social del Municipio.
4.- Notificar a los órganos auxiliares de justicia y a los órganos de la Reforma
Agraria y Ambiental lo aquí acordado para el estricto cumplimiento del mismo.”
II
ARGUMENTOS DEL RECURSO
            El apoderado judicial de la recurrente fundamentó el recurso de nulidad interpuesto en los
siguientes argumentos:
            1.- Expone que su mandante es propietaria y poseedora de una extensión de terreno equivalente
a mil hectáreas que forma parte de un fundo de mayor extensión denominado “Cogote” o “Comunidad
de Los Indios”, el cual, alega, pertenece a la Sucesión Sardi Brandt desde el año 1956.
            Indica así que su representada ha venido ejerciendo el pleno dominio y posesión pacífica sobre
el inmueble que le pertenece, explotando agrícolamente el mismo.
2. Que el acto administrativo impugnado resulta violatorio del derecho a la defensa y al debido
proceso (previsto en el artículo 68 de la Constitución de 1961, hoy artículo 49 de la Constitución de
1999); toda vez que el mencionado Acuerdo fue dictado sin seguir procedimiento alguno, que
garantizara el derecho a ser oído en una audiencia; señala además que lo que se pretende con el acto
impugnado es una expropiación de los terrenos de su propiedad, pero sin seguir el procedimiento
legalmente establecido para ello y sin indemnizar. Al respecto, se lee del mencionado escrito lo
siguiente:
“Dicho Acuerdo, establece una serie de premisas falsas, que en definitiva se
traduce en un (sic) decisión violatoria de las garantías establecidas en la
Constitución Nacional, que atentan contra el derecho al debido proceso y de
propiedad garantizado en nuestra Carta Magna, ya que el objeto de este acuerdo
‘expropiatorio’, a nuestro juicio, está referido a tierras de propiedad privada
como son las de mi representada y que en modo alguno pueden ser declaradas
como ejidos unilateralmente por el Municipio, so pretexto de destinarlas a una
función social, sin una declaratoria previa de utilidad pública o social por parte
de ese u otro organismo del Estado, facultado para ello”.
(…)
“No existiendo Decreto de Expropiación de las tierras del fundo “Cogote” o
“Comunidad de Los Indios”, ni procedimiento abierto, que, debió ser notificado
a mi representada, a fin de dar lugar a la defensa o “ser oída”, por parte del
Municipio, para delimitar y “expropiar” esta franja de terreno que llama ejidos,
no entendemos francamente, cómo pretende darle validez, a un acto
“expropiatorio”, de “efectos particulares”, que afecta, quién sabe a cuantos
propietarios de la zona, de terrenos nada menos que de CINCUENTA Y CINCO
MIL HECTÁREAS (55.000 Has), sin oír los alegatos de los propietarios,
argumentando simplemente una serie de motivos supuestamente de protección
social y protección del ambiente, y de rescate que, como hemos visto, en nuestro
país, no dejan de ser una pura y simple retórica de los políticos…”.
(…omissis…)
“En todo caso, el procedimiento aplicable por parte del Municipio, si se atribuye
los derechos de propiedad sobre dicho terreno, es el PROCEDIMIENTO
JUDICIAL, e intentar las acciones por ante los Tribunales competentes y no
mediante un Acuerdo.”
            Señala también, que tanto los Concejales como el Alcalde del Municipio Esteller del Estado
Portuguesa conocían de la propiedad de la Sucesión Sardi sobre el Fundo Cogote o Comunidad de los
Indios, por cuanto la Oficina de Catastro del mencionado municipio, en oficio de fecha 30 de agosto de
1996 dirigido a la Sucesión Sardi Brandt, había indicado lo siguiente con referencia al aludido fundo:
“…se encuentra fuera del perímetro urbano del Municipio y los registros que se
encuentran en nuestros archivos se refieren sólo a inmuebles urbanos” (…) “En
tal caso se le sugiere consultar al Registro de Catastro Rural que pueda llevarse
a travéz (sic) del M.A.C. o I.A.N. según sea el caso o en su defecto consultar la
posible tradición jurídica del referido inmueble en los archivos llevados en el
Registro Subalterno del Municipio Esteller”.
            Refiere que la propiedad de la sucesión Sardi Brandt es sobre un terreno ubicado dentro de los
siguientes linderos:
“Los ocho derechos y acciones que corresponden a mis representados sobre la
Finca proindivisa denominada posesión ‘Cogote’ o ‘Comunidad de los Indios’,
ubicada en el Municipio Píritu del Distrito Esteller del Estado Portuguesa, la
cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas, dentro de los siguientes
linderos: Desde el lugar que se llama del ‘Palmar’ donde se toca a este sitio la
quebrada del ‘Maporal’ aguas abajo hasta su confluencia con el río Guache y
aguas debajo de este río hasta el punto denominado ‘Playoncito’ y de este punto
hasta que cae el río Guache al Portuguesa y se encuentra con jurisdicción del
Municipio `Nueva Florida’, y de este punto o sea la boca del río Acarigua aguas
arriba de éste, hasta la boca del caño `Tunce`, línea recta al sitio del `Palmar`
hasta salir a `Playoncito` .
            Asimismo indica que los linderos particulares de la propiedad de la  ciudadana Yone Sardi
Brandt son los siguientes:
“Norte, Desde el punto S-30, en la vía que conduce al Caserío el Guásimo, hasta
el Río guache, teniendo al Norte los terrenos vendidos a Domingo Mesa Ledesma
y a terrenos de la sucesión Sardi; Sur, La Finca San José, propiedad de José
Fernández Domínguez; Este, Finca San José, propiedad de José Fernández
Domínguez y Oeste, Río Guache. Sobre la extensión de terreno de las
NOVECIENTAS (900) HECTAREAS ocupadas y sobre las CIEN (100)
HECTAREAS entregadas en enfiteusis, a los comuneros ya identificados,
ELIZABETH ROSARIO BRANDT DE SARDI, LUIS ALEJANDRO SARDI
BRANDT, GLENN ANTHONY SARDI BRANDT, RICARDO ALBERTO SARDI
BRANDT y MARÍA MAGDALENA SARDI BRANDT, le reconocen a la también
identificada comunera YONE ELISABETH SARDI BRANDT, como su única y
exclusiva propietaria y se acuerda que en caso de partición, judicial o extra
judicial, del fundo Cogote, que el lote de terreno propiedad de Yone Elisabeth
Sardi Brandt, será parte integrante de la alícuota que se le adjudique sobre el
acervo hereditario dejado por su padre”.
            De igual forma expone, que el inmueble antes identificado le pertenece a su representada,
según se evidencia de documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro del Distrito
Esteller del Estado Portuguesa, Primer Trimestre de 1993, bajo el Nº 22, Tomo I del Protocolo
Primero, y que la cadena de documentos registrados que prueba la propiedad es la siguiente:
“Sus causantes lo hubieron de la manera siguiente: La Sucesión Sardi, mediante
instrumento registrado ante la misma Oficina bajo el Nº 3, folios 4 al 6, del tercer
trimestre de 1956, Protocolo Primero; el causante de José Alejandro Sardi lo
hubo por instrumento protocolizado ante la misma Oficina Subalterna de
Registro, bajo el Nº 7, folios 12 al 14, Tercer Trimestre de 1952, Protocolo
Primero; quien le vendió a su vez adquirió mediante instrumento protocolizado
en el citado Registro bajo el Nº 5, folios 8  al 10, Tercer Trimestre de 1952
Protocolo Primero, y a su vez los vendedores lo hubieron por documento
registrado bajo el Nº 6, folios del 9 al 11, Primer Trimestre de 1945, Protocolo
Primero; los vendedores a su vez lo hubieron por documento protocolizado bajo
el Nº 3, Folios 7 al 11, Primer Trimestre de 1945; quienes a su vez lo hubieron
por documento registrado bajo el Nº 7, Folios 15 al 25, Cuarto Trimestre de
1944, y a su vez por documento registrado bajo la serie segunda, Folios 2 al 8,
Protocolo Primero, Tercer Trimestre de 1886.”
            Consigna además conjuntamente con el libelo, documentos que según alega demuestran el
conocimiento de las autoridades municipales de la propiedad de su mandante y de otras personas sobre
los terrenos afectados por el Decreto impugnado.
Aduce que los terrenos en cuestión no se encuentran en ninguna de las categorías que el
artículo 123 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal describe como ejidos, ya que dichos terrenos,
antiguamente de la comunidad indígena, fueron vendidos legalmente.
También alega que “No existe este medio legal de adquirir la propiedad, mediante
declaratoria de ejidos, como lo pretende el Municipio, ejerciendo derechos sobre terrenos propiedad
privada, en desmedro de los derechos legítimamente adquiridos por mi representado” (…) “… si bien
puede el Municipio declarar el objeto de sus derechos, es decir, declarar que terrenos son ejidos y,
por tanto de su propiedad, no puede esa declaración, por más que esté contenida en una Ordenanza,
ser considerada como el título suficiente de la propiedad municipal con preeminencia sobre otros
títulos de propiedad”.
A su vez señala que el acto impugnado es violatorio de los derechos de propiedad y de libertad
económica, establecidos en los artículos 99 y 96 de la entonces vigente Constitución de 1961; toda vez
que se parte de la premisa de que los terrenos en cuestión eran de origen ejidal, lo cual en criterio de la
parte actora no es cierto, y en tal sentido, consigna una serie de documentos con la finalidad de probar
su propiedad y los sucesivos traspasos de los terrenos. Alega así mismo, que como consecuencia de
ese falso supuesto del cual parte el Concejo Municipal, resulta también falso que los terrenos tengan la
característica de inalienables e imprescriptibles.
III
DE LOS TERCEROS INTERVINIENTES
1.                  Mediante escrito presentado el 18 de diciembre de 2003, el abogado Hugo
Domínguez Landa, actuando en representación del ciudadano Domingo Mesa Ledesma, manifestó el
interés de su representado en participar en el presente juicio como tercero coadyuvante, por tener éste
la propiedad de quinientas hectáreas comprendidas dentro de una superficie de mayor extensión de la
“Finca Yone”, en tal sentido alega lo siguiente:
Afirma que sus terrenos los adquirió de la ciudadana Yone Sardi Brandt “quien a su vez hubo
dicha Finca por herencia de su padre José Alejandro Sardi, (…) quien a su vez adquirió dichos
terrenos del fundo ‘COGOTE O COMUNIDAD DE LOS INDIOS”.
Expone que su representado ha venido usando y gozando de su propiedad de manera pacífica e
ininterrumpida, hasta que en febrero de 1998 comenzaron las perturbaciones a su propiedad por parte
de Alcaldía del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, bajo la falsa premisa de que dichas tierras
son ejidos.
Aduce que el Acuerdo Nº 21 vulnera su derecho al debido procedimiento y su derecho a la
propiedad, “al paralizar las actividades agrícolas en el fundo ‘Cogote o Comunidad de los Indios’,
impedir así la explotación del fundo LA MESADORA, obligándolo a solicitar permiso al Concejo
Municipal para explotar los bienes de su propiedad, que quedaron afectados por ese Acuerdo, a pesar
de que la propiedad de mi mandante se encuentra inscrita en el Registro Subalterno del Distrito
Esteller del Estado Portuguesa”.
Agrega a lo anterior que el acto impugnado también viola el artículo 112 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, al impedirle a su representado dedicarse libremente a la
explotación de las tierras de su propiedad.
2.                 Mediante escrito presentado igualmente el 18 de diciembre de 2003, el abogado
Hugo Domínguez Landa, ya identificado, actuando en representación de los ciudadanos Elizabeth
Rosario Brandt (viuda de Sardi), Luis Alejandro Sardi Brandt, Ricardo Alberto Sardi Brandt, María
Magdalena Sardi Brandt y Glenn Anthony Sardi Brandt, ya identificados, manifestó la intención de sus
mandantes de participar como terceros coadyuvantes en el presente proceso.
Sostienen que su legitimidad para ser parte del juicio deviene de la propiedad que tienen de una
extensión de tierra de aproximadamente 80.000 Has. Denominada “FUNDO COGOTE O
COMUNIDAD DE INDIOS”, las cuales fueron declaradas como ejidos por el Concejo Municipal del
Municipio Esteller del Estado Portuguesa, según el acuerdo Nº 21 del 29 de diciembre de 1998, cuya
impugnación constituye el objeto del presente proceso.
            Refieren como antecedentes que:
“En fecha 18 de junio de 1991 el Ing. Glenn Anthony Sardi Brandt (sic), en su
propio nombre y en nombre de los sucesores del causante común coronel JOSE
ALEJANDRO SARDI SARDI, fallecido ab intestato el 24 de enero de 1989, en su
respectivo carácter de propietarios del Fundo ‘COGOTE o COMUNIDAD DE
LOS INDIOS’, solicitó mediante escrito dirigido al Presidente del Instituto
Agrario Nacional, se pronunciara en relación al reclamo de los daños causados
por haber dispuesto ese Instituto de 54.440,75 Has., sin el consentimiento de sus
propietarios, autorizando ocupaciones ilícitas, pues en ningún momento, dicha
tierras, fueron objeto de un decreto expropiatorio, y tampoco de indemnización
alguna a sus propietarios.
(…) efectuado el estudio correspondiente por la Dirección General Sectorial de
Catastro del Ministerio de Agricultura y Cría, a solicitud del I.A.N., en fecha 18
de mayo de 1994, en oficio Nº DGSC/EJ/046, dirigido a uno de mis mandantes
Ing. LUIS ALEJANDRO SARDI BRANDT, dicho organismo Catastral, se
pronunció en relación a la propiedad de las tierras de mis representados, en el
siguiente sentido:
‘Por consiguiente en vista que el Tribunal en 1886, declaró de acuerdo con lo
anteriormente descrito título declarativo de propiedad a favor de la referida
Comunidad Indígena sobre el fundo ‘COGOTE O COMUNIDAD DE LOS
INDIOS’, debe considerarse éste como Propiedad Privada de la Sucesión Sardi’
Posteriormente, y en fecha 16 de junio de 1997, según oficio Nº 3110-1326,
dirigido a otro de mis representados, Sr. GLEN ANTOHONY SARDI BRANDT,
el  Presidente del Instituto Agrario Nacional, amparándose en un supuesto
dictamen de la Dirección General Sectorial de Catastro de 1995, (que ya se
había pronunciado en 1994), y de un supuesto dictamen de la Consultoría
Jurídica del Ministerio de Agricultura y Cría, al cual nunca tuvieron acceso mis
representados, declaró que las tierras del FUNDO COGOTE o COMUNIDAD
DE LOS IDIOS, tenían carácter ejidal.
Contra esa decisión administrativa del Presidente del Instituto Agrario Nacional,
mis representados ejercieron el Recurso de Reconsideración (…), el cual fue
declarado inadmisible, (…) contra esa negativa, ejercieron el Recurso
Jerárquico previsto en esa Ley, para ante el Ministro de Agricultura y Cría, el
cual declaró inadmisible dicho recurso (…). Habiéndose agotado la vía
administrativa, mis representados ejercieron el Recurso Contencioso de Nulidad
1) Contra la DECISIÓN DEL MINISTRO DE AGRICULTURA Y CRIA DEL 22-
4-99 QUE DECLARO INADMISIBLE EL RECURSO JERARQUICO Y 2º)
NULIDAD DE LA DECISIÓN DEL INSTITUTO AGRARIO NACIONAL DE
FECHA 22-7-97 QUE DECLARO INADMISIBLE EL RECURSO DE
RECONSIDERACIÓN, juicio éste que se encuentra pendiente de sentencia en el
Tribunal Superior Tercero Agrario, con sede en Barquisimeto, por la
competencia que le asignó la Ley de Tierras.”. (sic)  
            En cuanto a la impugnación del Acuerdo Nº 21, señalan que violenta su derecho al debido
procedimiento y dentro de éste su derecho a ser oído, al pretender cercenarse su derecho de propiedad
sin que medie un procedimiento expropiatorio.
            Señalan que “el propio Administrador de Rentas Municipales, había otorgado la solvencia de
rentas municipales correspondiente, a la Sucesión Sardi”.
            Reiteran los argumentos expuestos en el recurso que dio inicio a la presente causa, relativos al
conocimiento por parte de las autoridades del Municipio Esteller del Estado Portuguesa de la
propiedad de la sucesión Sardi Brandt.
            Asimismo indican que “Esta inmensa área productiva, se encuentra demarcada en los planos
existentes en el Registro Subalterno del Distrito Esteller del Estado Portuguesa, y, los linderos
establecidos en la cadena documental de propiedad que, como dijimos, constan en autos junto con el
libelo de la demanda, coinciden siempre, en que se trata de las tierras con la denominación del fundo
a que pertenecen que es el Fundo ‘COGOTE’ o ‘COMUNIDAD DE LOS INDIOS’ y, que tal como se
demuestra de la documentación aportada, no deja lugar a dudas de que dichos terrenos, los de mis
representados, constituyen dicho fundo, y, consecuencialmente, no pueden pertenecer al Municipio ni
son ejidos, ya que tal como se demuestra de la cadena registral acompañada, pertenecen a mis
mandantes y porque la propiedad en Venezuela se demuestra con el cumplimiento de las formalidades
registrales que establece la Ley que rige la materia y que no son otras que la inscripción ante el
Registro Público de los documento de propiedad de los inmuebles”.
            Señalan que la Dirección de Catastro del Ministerio de Agricultura y Cría conocía de la
propiedad de sus mandantes y reiteran los argumentos esgrimidos por la recurrente original Yone Sardi
Brandt, contra el Acuerdo Nº 21.
            Aducen que con referencia a los terrenos propiedad de sus mandantes que “…en modo alguno
puede transferirse  la titularidad de los mismos al Municipio, para favorecerse de la aplicación de la
norma contenida en el Art. 11 de la Ley de Reforma Agraria, sin ocasionar un despojo y, en
consecuencia una restricción no establecida en la Ley, del derecho de propiedad, y,
consecuencialmente una violación a la norma contenida en el Art. 99 establecido en la Constitución
de 1961 y actualmente artículo 115 de la Constitución vigente de 1999”.
            Concluye así que, ni la Constitución derogada ni la vigente facultan al Instituto Agrario
Nacional o al Municipio para declarar la transferencia de derechos reales sobre inmuebles, ya que ello
corresponde al Registro Público y a los Tribunales de la República.
            3. Por escrito presentado el 18 de diciembre de 2003, el referido abogado actuando en
representación del ciudadano José Fernández Domínguez, titular de la cédula de identidad Nº
6.824.142, solicitó la intervención de su mandante como tercero coadyuvante en el presente juicio.
            En primer lugar, afirma ser propietario de un inmueble de 3.000 Has, ubicado dentro del fundo
Cogote o Comunidad de los Indios “y, posteriormente copropietario de la finca YONE”, el cual desde
su adquisición en 1988 ha poseído y explotado agrícolamente, ejerciendo pleno dominio sobre el
mismo.
            Indica que los linderos de su propiedad son los siguientes:
“…un lote de terreno constante de tres mil Hectáreas (3.000 Has) comprendida
en una superficie de mayor extensión que configura el fundo denominado
‘Cogote’, dentro de los linderos generales siguientes: desde el lugar que se llama
del palmar donde toca este sitio la quebrada de Maporal, aguas abajo hasta su
confluencia con el Río guache y aguas debajo de esste (sic)  río hasta el punto
llamado Playoncito y de este punto que cae el Río Guache a la Portuguesa y se
encuentra con jurisdicción del Municipio Nueva Florida y de este punto o sea la
boca del Río Acarigua aguas arriba de este, hasta la boca del caño tunce, línea
recta al sitio del Palmar hasta salir a Playoncito”.
            Que dicho terreno le pertenece según se evidencia de documento protocolizado por ante la
Oficina Subalterna de Registro del Distrito Esteller del Estado Portuguesa, Tercer Trimestre de 1988,
bajo el Nº 55, folios 180 al 186 del Protocolo Primero.
            Posteriormente expone que:
“como consecuencia de una transacción celebrada con los representantes de la
empresa agropecuaria Finca Venecia, S.R.L., el día 28 de febrero de 2002, en el
juicio que cursó por ante la jurisdicción civil y agraria de la Circunscripción
Judicial del Estado Portuguesa, la cual fue homologada por el Juzgado
Accidental Superior Tercero Agrario de esa misma Circunscripción Judicial, el
día 8 de marzo y protocolizada ante la Oficina Subalterna de Registro del
Municipio Autónomo Esteller del Estado Portuguesa, el día 3 de junio del 2002,
bajo el Nº 48, folios 158 al 165, Tomo 2, Protocolo Primero, Segundo Trimestre
del año en curso, que cursa en autos en copia certificada, mi representado pasó a
ser propietario de 1.042 Hectáreas, en lugar de las 3.000 que antes tenía, por lo
que, de acuerdo a la transacción que debidamente homologada y registrada,
actualmente es propietario del 50 % de los derechos sobre 2.084 Has., es decir
1.042 Has., modificándose la cabida del terreno de la FINCA YONE, propiedad
de JOSÉ FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ y YONE SARDI BRANDT, según
documento de transacción celebrada por ante el Juzgado Accidental Superior
Tercero Agrario, protocolizada por ante la Oficina Subalterna del Municipio
Autónomo Esteller, el día 3 de junio del 2002, bajo el Nº 48, folios 158 al 165,
Tomo 2, Protocolo Primero, y cuyos linderos, tal como se establecen en la
transacción celebrada, son los siguientes:
‘Norte, carretera de penetración agrícola a partir del botalón número Dos hasta
encontrar el botalón número Dos-A en la entrada del caserío Guásimo y desde
aquí línea curva hasta encontrar el botalón número Dos-B, luego se sigue en
línea recta hasta el Río Guache desde el botalón número dos-C, aguas abajo por
el Río Guache hasta su desembocadura en el Río Portuguesa; Sur, Río
Portuguesa desde la desembocadura del Río Guache, aguas abajo hasta
encontrar el botalón número Seis; Este, línea recta desde el botalón número
cinco, de aquí línea recta al botalón número Cuatro, de aquí siguiendo la margen
derecha de la laguna artificial hasta el botalón número tres y desde este botalón
hasta el botalón número Dos punto de partida, separa con terrenos de FINCA
VENECIA”.
            Finalmente, reproduce los argumentos esgrimidos por la parte actora en el presente juicio y cita
distintos precedentes jurisprudenciales emanados de este Tribunal Supremo de Justicia.
IV
MOTIVACIONES PARA DECIDIR
            I. Previo a decidir sobre el fondo de la solicitud interpuesta, corresponde a la Sala pronunciarse
con relación a la intervención de los ciudadanos Domingo Mesa Ledesma, Elizabeth Rosario Brandt,
Luis Alejandro Sardi Brandt, Ricardo Alberto Sardi Brandt, María Magdalena Sardi Brandt, Glenn
Anthony Sardi Brandt y José Fernández Domínguez, quienes aducen ser propietarios de inmuebles
ubicados en el denominado fundo “Cogote o Comunidad de los Indios”y, por ende, encontrarse
afectados por el Acuerdo Nº 21 de fecha 29 de diciembre de 1998, dictado por el Concejo Municipal
del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, cuya impugnación constituye el objeto de la presente
controversia.
            A tal fin, advierte la Sala que el acto impugnado es un Acuerdo emitido por el Concejo
Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, mediante el cual dicho ente en virtud de la
naturaleza ejidal de una porción de terreno que en el mismo identifica, acuerda la realización de una
serie de actividades tendientes al mejor aprovechamiento del inmueble en referencia.
            Tanto la recurrente original, Yone Sardi Brandt, como las personas cuya legitimación se
analiza, se afirman propietarios de tierras comprendidas en el fundo “Cogote o Comunidad de los
Indios”, el cual alegan se encuentra incluido en los linderos especificados en el acto impugnado como
pertenecientes al terreno que considera como ejido el referido Municipio.
            De esta forma, al dirigirse el acto cuestionado a la realización de actividades en un inmueble en
específico, la Sala considera que el mismo puede ser considerado como un acto de efectos particulares,
pues en principio, sólo aquellas personas que ostenten derechos sobre el referido terreno serán
susceptibles de ser afectadas por el acto administrativo recurrido.
            Ahora bien, de acuerdo con el aparte 8 del artículo 21 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, “Toda persona natural o jurídica, (…)
que tengan interés personal, legítimo y directo en impugnar un acto administrativo de efectos
particulares, puede demandar la nulidad del mismo ante el Tribunal Supremo de Justicia, por razones
de inconstitucionalidad o ilegalidad”.
Es decir, que la Ley exige para la impugnación de actos de efectos particulares un interés
calificado, personal, legítimo y directo, correspondiendo, por ende, sólo a aquellas personas que se
encuentren afectadas por el acto que se trate o a los destinatarios directos del mismo, el
cuestionamiento de su validez ante la jurisdicción contencioso administrativa.
Tal exigencia se encontraba igualmente prevista en la derogada Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, la cual disponía en su artículo 121 que: “La nulidad de actos administrativos de
efectos particulares podrá ser solicitada sólo por quienes tengan interés personal, legítimo y directo
en impugnar el acto de que se trate”.
            De aquí que existan anteriores pronunciamientos de esta Sala en los que se precisó la
legitimación necesaria para la impugnación de actos de efectos particulares en atención a las
exigencias antes enunciadas, específicamente en la sentencia Nº 1.084 del 11 de mayo de 2000 (Caso:
Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela), la Sala expresó su criterio en los términos
siguientes:
“En criterio de esta Sala, cuando el objeto del recurso de nulidad se refiere a un
acto administrativo de efectos particulares la legitimación activa exigida es, de
acuerdo a los claros términos de los artículos 121 y 124, ordinal 1º, la de un
interés legítimo, personal y directo, esto es, que el interés en la legalidad de la
actividad administrativa está calificado por el legislador, por ello, se requiere
que el recurrente, por ejemplo, sea el destinatario del acto, o cualquier otro
sujeto que, sin ser titular de derechos subjetivos administrativos, se encuentre en
una especial situación de hecho ante la infracción del ordenamiento jurídico, la
cual, por eso mismo, le hace más sensible que el resto de los administrados al
desconocimiento del interés general o colectivo por parte de la Administración al
violar la ley”.
            Asimismo, se observa que en nuestro ordenamiento la regla general para la intervención de
terceros se encuentra contenida en el artículo 370 del Código de Procedimiento Civil, respecto al cual
la Sala en su Sentencia Nº 894 del 18 de junio de 2003 ha expresado lo siguiente:
“En nuestro ordenamiento jurídico, existe la posibilidad de la intervención de
terceros en el proceso de conformidad con el artículo 370 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil, cuya justificación viene dada por razones de economía
procesal y por la posibilidad de una cosa juzgada que pueda afectar a personas
que no se hicieron parte en una determinada causa.
Ahora bien, si por parte procesal entendemos: el actor o demandante que pide la
prestación de la actividad jurisdiccional en virtud de una pretensión insatisfecha,
y el demandado al cual le corresponde la resistencia o la contradicción de la
pretensión alegada por el actor; tercero es aquel que no forma parte inicialmente
del proceso, pero que igualmente tiene legitimación para obrar o contradecir, por
lo que puede ingresar al mismo de manera voluntaria o forzosa, según el caso”.
El referido artículo 370 eiusdem dispone en su ordinal 3º que los terceros podrán intervenir, o
ser llamados a la causa pendiente entre otras personas, cuando el tercero tenga un interés jurídico
actual en sostener las razones de alguna de las partes y pretenda ayudarla a vencer en el proceso,
supuesto que se concreta en el presente caso, al alegar los terceros que ostentan la condición de
propietarios de terrenos comprendidos dentro del inmueble afectado por el acto administrativo
impugnado.
Es decir, los terceros que pretenden hacerse parte en este litigio tienen la misma condición que
la ciudadana Yone Sardi Brandt, pues aducen que al ser propietarios de terrenos que se califican como
ejidos en el proveimiento impugnado, su esfera de derechos también se ha visto afectada, coincidiendo
por ello con la recurrente original en solicitar la nulidad del Acuerdo Nº 21 de fecha 29 de diciembre
de 1998, dictado por el entonces Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa.
Así, de conformidad con el artículo 381 del Código de Procedimiento Civil, los terceros
intervinientes en el juicio de autos, deben considerarse como litisconsortes de la parte recurrente, toda
vez que la presente sentencia producirá para ellos los mismos efectos que para la accionante. Así se
establece.
De esta forma, constatada la legitimación necesaria de los ciudadanos Domingo Mesa
Ledesma, Elizabeth Rosario Brandt, Luis Alejandro Sardi Brandt, Ricardo Alberto Sardi Brandt, María
Magdalena Sardi Brandt, Glenn Anthony Sardi Brandt y José Fernández Domínguez, para su
participación en el juicio de autos, la Sala admite su intervención en el mismo. Así se decide.   
II. Precisado lo anterior, pasa la Sala a pronunciarse respecto al recurso de nulidad interpuesto,
a tal fin se observa lo siguiente:
            Se ha solicitado la nulidad del Acuerdo dictado por el Concejo Municipal del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, mediante el cual dicho ente se afirma como propietario de las tierras
del Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, y en virtud de ello, entre otras cosas, “ordena la
paralización de actividades agrícolas pecuarias o de cualquier tipo que menoscaben el desarrollo
agrícola y social del Municipio…”.
            Los recurrentes afirman ser los propietarios legítimos de las tierras del denominado Fundo
Cogote o Comunidad de los Indios y que el acto impugnado es violatorio de su derecho de propiedad,
así como de sus derechos a la defensa, al debido procedimiento y a la libertad económica, por no
haberse seguido el procedimiento que la Ley prevé para la realización de expropiaciones.
            De lo expuesto se colige que el punto central de debate en el presente proceso, es la naturaleza
de los terrenos que comprenden el denominado fundo “Cogote o Comunidad de los Indios”, pues
mientras en el acto cuestionado se afirma la condición de ejidos de los mismos, los recurrentes
aseveran ser sus legítimos propietarios.
            A su vez, en el acto impugnado se señalan los artículos 5, 123, ordinal 3º y 148 de la entonces
vigente Ley Orgánica de Régimen Municipal como fundamento de dicho proveimiento, los cuales
disponen lo siguiente:
“Artículo 5.- Los actos que dicten los Concejos o Cabildos sobre asuntos de
efectos particulares, se denominarán Acuerdos. Estos actos recibirán una sola
discusión y se notificarán conforme a la Ley, Cuando se trate de asuntos que
afecten la Hacienda Municipal, los Acuerdos respectivos se publicarán en la
Gaceta Municipal o Distrital.”
“Artículo 123.- Son terrenos ejidos: (…)
3º Los resguardos de las extinguidas comunidades indígenas no adquiridos
legalmente por terceras personas;”
“Artículo 148.- Los procedimientos auxiliares de la Contabilidad Municipal o
Distrital serán prescritos por la Contraloría, donde ésta exista; sin embargo,
dichos procedimientos deben guardar la necesaria coherencia con el Sistema
Unificado de Contabilidad Nacional que prescriba la Contraloría General de la
República.
El Alcalde dará cumplimiento a lo pautado en este artículo cuando no exista
Contraloría.”
Considera la Sala que la mención al artículo 148 eiusdem es un error material, por no guardar
relación alguna con la materia debatida en este caso, por lo que el análisis se centrara en las otras
disposiciones invocadas.
Se atribuye así la condición de ejido al mencionado fundo, en virtud de lo dispuesto en el
ordinal 3º del artículo 123 esiudem, por considerar el Concejo Municipal del Municipio Esteller del
Estado Portuguesa que dichos terrenos eran resguardos de una comunidad indígena extinguida que no
fueron adquiridos legalmente por terceras personas.
Por su parte, los recurrentes se afirman legítimos propietarios de dichas tierras y consignan
como prueba copias certificadas de diversos títulos que se relacionan a continuación, en orden
cronológico, desde el más reciente al más antiguo:
1.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 22. Protocolo Primero, del Primer Trimestre del año
1993, mediante el cual la sucesión de José Alejandro Sardi Brandt, reconoce derechos a la recurrente
Yone Elisabeth Sardi Brandt, sobre una porción de novecientas (900) hectáreas ocupada por ésta, que
forman parte del fundo denominado El Cogote, se indica específicamente en dicho documento que “…
los comuneros, ya identificados, ELIZABETH ROSARIO BRANDT DE SARDI, LUIS ALEJANDRO
SARDI BRANDT, GLENN ANTHONY SARDI BRANDT, RICARDO ALBERTO SARDI BRANDT y
MARÍA MAGDALENA SARDI BRANDT, le reconocen, a la también identificada comunera YONE
ELIZABETH SARDI BRANDT, como su única y exclusiva propietaria y se acuerda que en caso de
partición, judicial o extrajudicial, del Fundo Cogote, que el lote de terreno propiedad de YONE
ELIZABETH SARDI BRANDT, será parte integrante de la alícuota que se le adjudique sobre el
acervo hereditario dejado por su padre”. (folios 59 al 65 del expediente).
2.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 3, folios 4 al 6 del Protocolo Primero del Tercer
Trimestre del año 1956, mediante el cual Esteban Santander le vende a José Alejandro Sardi Sardi,
“ocho derechos y acciones que de mi propiedad tengo y poseo en la posesión denominada ‘Cogote’ o
‘Comunidad de los Indios’, ubicada en jurisdicción del Municipio Piritu, Distrito Esteller del Estado
Portuguesa, la cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas dentro de los siguiente linderos”
(folios 68 al 70 del expediente).
3.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 7, folios 12 al 14 del Protocolo Primero del Tercer
Trimestre del año 1952, mediante el cual Francisco Garrido le vende a Esteban Santander, “ocho
derechos y acciones que de mi propiedad tengo y poseo en la posesión denominada ‘Cogote o
Comunidad de los Indios’, ubicada en jurisdicción del Municipio Píritu, Distrito Esteller del Estado
Portuguesa, la cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas dentro de los siguiente linderos”
(folios 71 al 72 del expediente).
4.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 5, folios 8 vto. al 10 vto. del Protocolo Primero del
Tercer Trimestre del año 1952, mediante el cual José Eugenio Meléndez le vende a Francisco Garrido
“ocho derechos y acciones que de mi propiedad tengo y poseo en la posesión denominada ‘Cogote o
Comunidad de los Indios’, ubicada en jurisdicción del Municipio Píritu, Distrito Esteller del Estado
Portuguesa, la cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas dentro de los siguiente linderos”
(folios 74 al 75 del expediente).
5.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado el 7 de marzo de 1945 bajo el Nº 6, folios 9 al 11, Protocolo
Primero del Primer Trimestre del año 1945, mediante el cual Gustavo Santander Laya, actuando como
apoderado de Narciso Gerdez, Manuel Vargas, Macario Parra, Eulogio Aguilar, Hilario Muñoz,
Manuel Morante, María Jara y Wencia García, le vende a José Eugenio Meléndez, “los ocho derechos
y acciones que corresponden a mis representados sobre la finca proindivisa denominada posesión
‘Cogote’ o ‘Comunidad de los Indicios’, ubicada en el Municipio Píritu del Distrito Esteller del
Estado Portuguesa, la cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas, dentro de los siguientes
linderos”. (folios 76 al 77 del expediente).
6. Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado el 13 de marzo de 1945 bajo el Nº 1, folios 1 al 6, Protocolo
Primero del Segundo Trimestre del año 1945, contentivo de poder otorgado por los ciudadanos
“Hipólito Farife, José Aniceto Hernández, Higinio Hernández, Nemecio Hernández, Concepción
Paredes, Indalecio Aguilar, Marcelino Gutiérrez, Máxima Hurtado, Anacleto Hurtado, Francisca
González, Sotera Gallegos, Abraham Ríos, Laureano González, José Froilan González, Francisco
Ramos González, Apolinar Ramón González, Fausto Delgado, Ramona Jiménez, Juana Simanca,
María Hernández, Ruperto Barrios, Joaquina Díaz, Sebastiana Arroyo, Segundo Pérez, Pablo
Aguilar, Martín González, Eleuterio Mariño, Emilia Salcedo, Rufino Farife, Pablo María
Lugo,Cándida Ríos, Braulio Ríos, Wenceslao Ríos, Clemente Hernández, Dolores Lucería, Carlos
Morante, Narciso Gerdez, Avelino Oropeza, Francisco Mejías, Manuel Vargas, Genaro Peña,
Francisco Mariño, Macario Parra, Benito Peña, Gregorio Peña, Leonidas García, Laureano Vásquez,
Patricia González, Juan del Carmen González, Eusebia Torrealba, Eulogio Aguilar, Hilario Muñoz,
Juan Solano, Miguel Solano, Encarnación Mata, Roso Villegas, Esteban Aguilar, Manuel Morante,
Gonzalo Morante, Pedro Morillo, Manuel Gutiérrez, Gregorio Pérez, María Jara, Ramona Jara,
Ruperto Ortíz, Avelino Arjonas, Bibiano Lugo, Pablo Infante, Raimundo Alfaro y Wencia García”, al
ciudadano Gustavo Santander Laya para “la libre administración y disposición de sus bienes e
intereses y en la defensa de todos (sus) derechos, principalmente en lo concerniente a todos los
asuntos judiciales y extrajudiciales relacionados con nuestra finca proindivisa llamada ‘Cogote`, que
por su resguardo indígena se conoce con el nombre de `Posesión de los Indios’”, en dicho poder se
especifica que en el ejercicio del mismo el apoderado estaba facultado para: “explotar, vender, gravar,
hipotecar, comprar, adquirir, negociar y enajenar bienes inmuebles, muebles y semobientes..,”(sic).
(Folios 172 al 177)
Este documento poder había sido previamente protocolizado en la Oficina Subalterna de
Registro Público del Distrito Turén del Estado Portuguesa, presentándose luego ante la Oficina de
Registro correspondiente al Distrito Esteller, por encontrarse allí el inmueble sobre el cual versaba el
mismo. En dicho instrumento los otorgantes se identifican como “copropietarios de la Comunidad
Indígena del Partido y Resguardo llamado ‘Cogote”, y también de la siguiente manera: “…todos los
exponentes en este acto somos hijos, nietos, viznietos y sobrinos en primer y segundo grado de quienes
fueron y son actualmente legítimos representantes de ésta Comunidad Indígena” (sic).
Asimismo identifican el fundo “Cogote o Comunidad de los Indios” de la siguiente manera:
“nuestra Finca proindivisa llamada “Cogote” que por su resguardo indígena se conoce con el
nombre de ‘posesión de los indios’, la cual se halla en Jurisdicción del Municipio Píritu del Distrito
Esteller de este Estado Portuguesa y dentro de los siguientes linderos: ‘Desde el lugar que se llama
del ‘Palmar’ donde toca este sitio la quebrada del ‘Maporal’ aguas abajo hasta su confluencia con el
río Guache y aguas abajo de este río hasta el punto denominado ‘Playoncito’y de este punto hasque
cae el río Guache y se encuentra con Jurisdicción del Municipio ‘Nueva Florida’ y de este punto o sea
la boca del río Acarigua aguas arriba de éste hasta la boca del caño ‘Tunce’ línea recta al sitio del
Palmar hasta salir a Playoncito” (sic).
7.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 7, folios 15 al 25 del Protocolo Primero del Cuarto
Trimestre del año 1944, mediante el cual el Secretario del Distrito Turén, certificó documento anotado
en el Protocolo Primero del Tercer Trimestre de 1886, serie segunda, en el que se indica lo siguiente:
“Vista la información que procede compuesta de tres testigos contestes y conformes en que la
propiedad inmueble ubicada en el Municipio Píritu, jurisdicción de este Distrito y conocida con el
nombre de Cogote, es de los indígenas del mismo nombre y que sus resguardos, en atención que desde
años inmemoriales ha poseído sin oposición este Tribunal en vista de la solicitud del postulante
pendiente aún y con presencia de lo que dispone el artículo 554 Código de Procedimiento Civil,
administrando justicia en nombre de los Estados Unidos de Venezuela y por autoridad de la Ley, la
aprueba cuanto a lugar en derecho, declarandolo, en consecuencia, titulo Supletorio del mencionado
fundo a favor de los referidos indígenas; todo sin perjuicio de terceros; al efecto interpone su
autoridad y éste Decreto” (sic) (Folios 79 al 83).
 En dicho documento también se indica lo siguiente:
“Yo, José Gregorio Ramírez, vecino del Municipio Píritu, de esta Jurisdicción ,
mayor de sesenta años y en el libre ejercicio de mis derechos civiles a nombre de
la comunidad de indígenas del partido o resguardo Cogote, ubicados en terrenos
del Municipio indicado. –Hoy no tiene título traslativo de dominio por haberceles
perdido a consecuencia de las frecuentes guerras que han ocurrido en el país y
siendoles imposibles por sus muchas escaseses gestionar su solicitud en donde
deberán hacerlo.- En vista de esto quiero a nombre de ellos promover una
justificación que les sirva de titulo supletorio y a este fin pido que los testigos que
presentaré previos los requisitos legales sean examinados por los particulares
siguientes: 1º) Si saben y les consta que la comunidad de indígenas a que me
refiero tuvieron los titulos y que el expediente que los contenía se perdió en los
tiempos de la guerra de la Federación. 2º, si saben y les consta que siempre lo
han poseído como resguardo bajo los linderos siguientes: desde el lugar que se
llama del Palmar donde toca a este sitio la quebrada del maporal aguas abajo
hasta su confluencia con el río Guache y aguas debajo de este río hasta el punto
denominado Playoncito y desde este punto hasta que cae al río Guache a la
Portuguesa y se encuentra con jurisdicción del Municipio Nueva Florida, de este
punto o sea la boca del río Acarigua, aguas arriba, de este hasta la boca del caño
de Tunce, línea recta al sitio del Palmar, hasta salir a Playoncito y que nadie lo
ha inquietado. 3º) Si saben y les consta que existe la comunidad como con más de
treinta familias.- 4º Si lo que han declarado les consta porque habitan en el lugar
cercanos a dicho resguardo. (…)Vista la información que procede compuesta de
tres testigos contestes y conformes en que la propiedad inmueble ubicada en el
Municipio Píritu, jurisdicción de este Distrito y conocida con el nombre de
Cogote, es de los indígenas del mismo nombre y que sus resguardos, en atención
que desde años inmemoriales ha poseído sin oposición este Tribunal en vista de la
solicitud del postulante pendiente aún y con presencia de lo que dispone el
artículo 554 Código de Procedimiento Civil, administrando justicia en nombre de
los Estados Unidos de Venezuela y por autoridad de la Ley, la aprueba cuanto a
lugar en derecho, declarandolo, en consecuencia, titulo supletorio del
mencionado fundo a favor de los referidos indígenas; todo sin perjuicio de
terceros…” (sic).
8.- Documento protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, anotado bajo el Nº 1, folios 1 al 9 del Protocolo Primero del Tercer
Trimestre del año 1912, mediante el cual se registra también el documento de otorgamiento de título
supletorio indicado en el párrafo anterior (folios 84 al 93).
            Resulta necesario destacar que los instrumentos arriba indicados en los números 1 al 5 versan
sobre los mismos terrenos, identificados de la siguiente manera: “ocho derechos y acciones sobre la
posesión denominada “cogote” o comunidad de los indios, ubicada en la jurisdicción del Municipio
Píritu, Distrito Esteller del Estado Portuguesa, la cual mide aproximadamente ochenta mil hectáreas,
dentro de los linderos siguientes: ‘Desde el lugar que se llama del Palmar, donde toca este sitio la
quebrada del Maporal, aguas abajo, hasta su confluencia con el río Guache, y aguas debajo de este
río, hasta el punto llamado playoncito y desde este punto hasta que cae el río Guache a la Portuguesa
y se encuentra con jurisdicción del Municipio Nueva Florida y de este punto, o sea la boca del río
Acarigua, aguas arriba de éste, hasta la boca del caño Tunce línea recta al sitio del Palmar hasta
salir a Playoncito.”
            Ahora bien, en los documentos identificados en los puntos 6, 7 y 8 se identifica el terreno sobre
el cual versan indicando los linderos señalados supra, mas sin hacer referencia a que se trata de “ocho
derechos” del terreno comprendido en esos linderos.
            De lo anterior se desprende que en la venta realizada por Gustavo Santander Laya, actuando
como apoderado de Narciso Gerdez, Manuel Vargas, Macario Parra, Eulogio Aguilar, Hilario Muñoz,
Manuel Morante, María Jara y Wencia García, a  José Eugenio Meléndez, mediante el documento
protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio Esteller del Estado
Portuguesa, anotado el 7 de marzo de 1945 bajo el Nº 6, folios 9 al 11, Protocolo Primero del Primer
Trimestre del año 1945, sólo se enajenó la propiedad de la porción de terreno dentro del aludido fundo
que correspondía a estos ocho poderdantes, de aquí que se hiciera referencia a que se vendían “los
ocho derechos y acciones que corresponden a mis representados sobre la finca proindivisa
denominada posesión ‘Cogote’ o ‘Comunidad de los Indios’”.
Es decir, que tomando en consideración que el poder conferido a Gustavo Santander Laya en el
año 1945, cuyos datos constan en el punto 6, fue otorgado por setenta personas que se señalaban en el
mismo como propietarios del fundo “Cogote” o “Comunidad de los Indios”, la venta realizada por el
referido apoderado, actuando en representación de ocho de ellos,  [de los ocho derechos que le
correspondían a estos sobre el aludido terreno], comprende entonces únicamente una parte de dicho
bien, que de tomar como la totalidad de sus propietarios a los setenta poderdantes que se identifican en
el mencionado mandato, dicha porción equivaldría a una fracción inferior al 12% del terreno
denominado fundo “Cogote” o “Comunidad de los Indios”.
A su vez, se observa que el tracto sucesivo de la propiedad de los ocho derechos sobre el fundo
“Cogote o Comunidad de los Indios” tuvo su origen en el título supletorio que se tramitara en el año de
1886, al cual se hace referencia en los puntos 7 y 8 de la relación hecha supra.
Siendo oportuno acotar que, los títulos supletorios son considerados suficientes para demostrar
el derecho de posesión mientras no haya oposición, pues éstos constituyen una presunción desvirtuable
de los hechos que en ellos pretenden hacerse constar.
En este sentido, la Sala en su sentencia Nº 806 del 13 de julio de 2004, precisó la naturaleza y
el alcance de este tipo de instrumentos, al dejar sentado lo siguiente:
“El título supletorio o justificativo de testigos del artículo 937 del Código de
Procedimiento Civil, está referido a aquellas diligencias que sirven para declarar
y asegurar la posesión o algún derecho que realiza un sujeto sin control de la
otra parte, por lo que se trata, en todo caso, de informaciones que aportan unos
testigos sobre unos hechos, los cuales una vez evacuados por el tribunal
competente, como ocurrió en el caso bajo estudio, y dictada como fuere la
resolución judicial, se crea una presunción desvirtuable de que el titular del
derecho cuya tutela se pide es promoverte del justificativo
En tal sentido, las determinaciones que tome el juez en esta materia no causan
cosa juzgada, y al establecer una presunción iuris tantum, quedan a salvo los
derechos de terceros (v. Artículos 898 y 937 del Código de Procedimiento Civil).”
            De igual forma, la Sala Constitucional de este Máximo Tribunal, en su decisión Nº 2399 del 18
de diciembre de 2006, precisó el valor probatorio de este tipo de instrumentos, dejando sentado “…tal
documental no es suficiente para probar y justificar el derecho de propiedad, es decir, no constituye
un elemento de convicción suficiente sobre la propiedad de un inmueble. Dicho título a pesar de estar
protocolizado, no pierde su naturaleza extrajudicial, por lo que carece por si solo de valor probatorio
en juicio”.
Así, no siendo los títulos supletorios indubitables, los mismos no pueden considerarse
traslativos del derecho de propiedad, ni válidos por si solos para demostrar éste.
Por otra parte, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 41 del Decreto con Fuerza de Ley
de Registro Público y del Notariado publicada en la Gaceta Oficial Nº 5.556 Extraordinario del 13 de
noviembre de 2001, los asientos registrales sólo podrán ser anulados por sentencia definitivamente
firme, dispone así el mencionado precepto lo siguiente:
“Artículo 41. La inscripción no convalida los actos o negocios jurídicos inscritos
que sean nulos o anulables conforme a la Ley. Sin embargo, los asientos
registrales en que consten esos actos o negocios jurídicos solamente podrán ser
anulados por sentencia definitivamente firme”.
            Asimismo, la Ley de Registro Público, publicada en la Gaceta Oficial Nº 5.215 Extraordinario
de fecha 2 de marzo de 1998, vigente para el momento en que se dictó el acto impugnado y reformada
parcialmente según Decreto Ley publicado en la Gaceta Oficial Nº 5.391 del 22 de octubre de 1999,
preveía la posibilidad de impugnación de las inscripciones registrales en los términos que se
transcriben a continuación:
“Artículo 53. La persona que se considere lesionada por una inscripción
realizada en contravención de esta Ley u otras Leyes de la República podrá
acudir ante la jurisdicción ordinaria a impugnar dicha inscripción. En todo caso
la cancelación o anulación de un asiento en el registro presupone la extinción o
anulación del acto registrado”.
            En el acto impugnado el Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa,
afirma que dicho Municipio tiene sobre el fundo Cogote o Comunidad de los Indios “derechos
incontrovertibles por tratarse de un resguardo indígena que no fue objeto de participación ni de
legítima adquisición por parte de terceros” (sic).
            De igual forma, en el acuerdo recurrido el Concejo Municipal referido indica que “… en
ejercicio de los derechos incontrovertible que le asisten sobre las tierras del Fundo Cogote o
Comunidad de los Indios (…) ordena la paralización de actividades agrícolas pecuarias o de
cualquier tipo que menoscaben el desarrollo agrícola y social del Municipio”.
            Ahora bien,  los asientos registrales en los cuales constan las compra ventas que los integrantes
de la sucesión Sardi Brandt invocan como prueba de su propiedad no han sido anulados mediante
sentencia definitivamente firme.
Así, de las normas y documentos analizados antes, considera la Sala se desprende, cuando
menos en principio, que los recurrentes tienen presuntamente derechos sobre una porción de terreno
perteneciente al denominado Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, por lo que el acto impugnado
incurre en una imprecisión al considerar a priori  que dicho fundo pertenece en su totalidad al ente
municipal.
No obstante lo anterior, considera la Sala oportuno precisar lo siguiente:
            La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, publicada en la Gaceta Oficial Nº
38.344 del 27 de diciembre de 2005, dispone en sus artículos 20 y 31 lo que a continuación se
transcribe:
“Artículo 20. El Estado reconoce y garantiza a los pueblos y comunidades
indígenas, su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y
tradicionalmente ocupan, así como la propiedad colectiva de las mismas, las
cuales son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Las
tierras de los pueblos y comunidades indígenas son inalienables, imprescriptibles,
inembargables e intransferibles.”
“Artículo 31. Las tierras correspondientes a los pueblos y comunidades indígenas
no podrán constituirse en ejidos. Las tierras que ancestral y tradicionalmente
ocupan los pueblos y comunidades indígenas que hayan sido declaradas como
ejidos, serán transferidas a estos pueblos y comunidades previo cumplimiento de
las formalidades previstas en las ordenanzas municipales, a los fines de su
demarcación y titulación conforme con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y la presente Ley, sin menoscabo de los derechos de
terceros”,
Por otra parte, de conformidad con el artículo 181 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y el artículo 32 de la derogada Constitución de la República de Venezuela
de 1961, los ejidos son inalienables e imprescriptibles, lo cual  también estaba previsto en la
Constitución de la República de Venezuela de 1953 en la que se establecía que era de la competencia
de las municipalidades “Dictar la Ordenanza que ha de regir la administración de sus ejidos y bienes
propios, en la cual se establecerá que los primeros son inalienables e imprescriptibles, salvo para
construcciones y para fines de reforma agraria”.
            A su vez la Ley de Tierras Baldías y Ejidos de 1936, prevé en su artículo tercero lo siguiente:
“Artículo 3º.- Son terrenos ejidos:
(…)
3º Los resguardos de las extinguidas comunidades indígenas. Respecto a estos
terrenos se respetarán los derechos adquiridos individualmente por los
poseedores de fracciones determinadas conforme a la Ley de 8 de abril de 1904 y
los derechos adquiridos por prescripción”.
            La vigente Ley Orgánica del Poder Público Municipal establece en su artículo 135 que son
bienes del dominio público los ejidos, y a su vez la derogada Ley Orgánica de Régimen Municipal
preveía en su artículo 123 ordinal 3º que eran “…ejidos los resguardos de las extinguidas
comunidades indígenas no adquiridos legalmente por terceras personas”. Esta última disposición
estaba incluida en términos idénticos en el artículo 101 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal de
1978 publicada en la Gaceta Oficial Nº 2.297 Extraordinario del 18 de agosto de 1978 y en la reforma
de ésta publicada en la Gaceta Oficial Nº 3.371 del 2 de abril de 1984.
            Ahora bien, conforme a las normas anteriores, la Sala exhorta al Municipio Esteller del Estado
Portuguesa a verificar la existencia o extinción de la comunidad indígena a la cual, en principio,
pertenecían las tierras comprendidas en el denominado Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, a
fines de garantizar los derechos que asisten a los pueblos y comunidades indígenas de acuerdo con la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la leyes vigentes en nuestro país.
Asimismo, visto que de los documentos que cursan en autos consta la enajenación sólo de parte
de tierras que pertenecían a una comunidad indígena, es pertinente destacar que de encontrarse
extinguida dicha comunidad, la porción del Fundo Cogote que no hubiera sido enajenada según los
documentos anteriores, o por otros títulos que no constaren en autos, podría considerarse de
conformidad con las leyes venezolanas ejidos municipales y, por ende, inalienables e imprescriptibles,
quedando a salvo los derechos adquiridos por terceras personas con anterioridad a la extinción de la
aludida comunidad indígena en caso de que ésta no perviva en la actualidad.
En virtud de lo expuesto, visto que se desprende de los autos que los recurrentes en el presente
juicio (la sucesión Sardi Brandt y los causahabientes de ésta), tienen derechos sobre una porción de
terreno perteneciente al Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, cuya extensión no aparece
suficientemente determinada en los documentos que constan en el presente expediente y dado que en
virtud de la legislación venezolana, los terrenos pertenecientes al referido fundo que no hayan sido
legalmente enajenados antes de la extinción de la comunidad indígena que allí habitaba, de ser éste el
caso, podrían considerarse ejidos del referido Municipio; la Sala ordena a dicho ente municipal iniciar
un procedimiento administrativo en el que se propicie la participación de los integrantes de la
mencionada comunidad indígena (en caso de existir éstos), así como de todas aquellas personas que
aleguen tener derechos sobre el referido bien, incluidos los recurrentes del presente juicio,  a los fines
de determinar la existencia y extensión de los derechos del Municipio sobre las tierras que conforman
el Fundo Cogote o Comunidad de los Indios. Así se decide.
Precisado lo anterior, la Sala tomando en consideración que el Concejo Municipal del
Municipio Esteller del Estado Portuguesa incurrió en un falso supuesto de hecho en el acto
impugnado, al afirmar en el mismo que el referido Fundo Cogote o Comunidad de los Indios era en su
totalidad un ejido Municipal, declara la nulidad parcial del Acuerdo Nº 21, de fecha 29 de diciembre
de 1998, dictado por el referido Concejo Municipal, en el entendido que dicho acto sólo es válido
respecto a las porciones de terreno del mencionado fundo que no se encuentren dentro de la propiedad
válidamente adquirida por terceros. Así se decide.
En este sentido, considerando que no se desprende de los documentos cursantes en autos,
invocados por los recurrentes como prueba de su propiedad, cuál es la extensión de los terrenos que
presuntamente pertenecen a los integrantes de la sucesión Sardi-Brandt y, por ende, a los
causahabientes de estos, toda vez que en dichos instrumentos se hace referencia a “ocho derechos” en
el Fundo Cogote o Comunidad de los Indios, la Sala considera pertinente acotar que el presente
recurso de nulidad intentado ante esta Sala Político-Administrativa es el medio idóneo para cuestionar
la validez de un acto administrativo y en este caso del Acuerdo dictado por el Concejo Municipal del
Municipio Esteller del Estado Portuguesa, mas no para determinar la existencia, alcance y extensión
del alegado derecho de propiedad de los accionantes, pues el ordenamiento jurídico venezolano pone a
disposición de los justiciables procedimientos especiales para tal finalidad.
Por último, observa la Sala que mediante escrito presentado el 7 de mayo de 2008, el abogado
Hugo J. Domínguez Landa invocando el derecho a la tutela judicial efectiva previsto en el artículo 26
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, solicitó: 1º) Se ratificara mediante
Oficios al Municipio Esteller del Estado Portuguesa y al Alcalde del mismo, lo ordenado en la
Sentencia Nº 880 de fecha 25 de junio de 2002, dictada por esta Sala Político Administrativa; 2º) Se
aplicaran las sanciones previstas en el Artículo 23, numeral 2 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela a los Concejales del Municipio Esteller
del Estado Portuguesa, por cuanto éstos mediante el Acuerdo Nº 46 del 22 de noviembre de 2007  que
autorizó la “Construcción de viviendas en las tierras del caserío El Guasimo del Municipio Esteller”,
incurrieron en desacato de la sentencia dictada por esta Sala antes mencionada, y 3º) Se dictara
sentencia en la presente causa.
Respecto a las solicitudes indicadas en los puntos 1º y 3º la Sala considera inoficioso
pronunciarse por haberse decidido el fondo del recurso de nulidad interpuesto mediante la presente
sentencia.
Finalmente con relación a la solicitud esbozada en el punto 2º, observa la Sala lo siguiente:
Consta en el expediente copia simple consignada por el apoderado judicial de la parte
recurrente del Acuerdo Nº 46 dictado por el Consejo Municipal del Municipio Esteller del Estado
Portuguesa, intitulado “Autorización de Construcción de Viviendas en las Tierras del Caserío El
Guasimo del Municipio Esteller”, en el que se determina lo siguiente:
“Artículo Primero: En sesión Ordinaria Nº 85, en el Salón de Sesiones el día
Jueves veintidós (22) de Noviembre del año 2007, a las 10:00 de la mañana. En el
Orden del día de la presente sesión se acuerda AUTORIZAR al Ciudadano
Alcalde Dr. ALBERTO ANDUEZA, para que adquiera compromiso de garantía y
cumplimiento de contrato relacionado con una serie de adjudicaciones de
terrenos relacionados con la construcción de una serie de viviendas con fines
sociales, cuyos beneficiarios son miembros de la comunidad con carácter de
acendrado tiempo ocupando dichos predios como habitantes del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, por un tiempo estimado de mas de 25 años, y mas
cuando nuestro supremo pacto social establece en su artículo 82 que: (…).
Es lo que avala nuestra anuencia para con el Ciudadano Alcalde del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, para ante el Instituto Regional de la Vivienda del
Estado Portuguesa en lo adelante (I.N.R.E.V.I.).
Dicho compromiso será extensivo a permitir cualquier acción que el
(I.N.R.E.V.I.) intente contra el beneficiario contumaz que se niegue a cumplir con
el respectivo contrato de adjudicación de crédito para la realización de dicha
vivienda.
El hecho que da origen a esta extraordinaria autorización surge del conflicto que
sostienen sobre la propiedad de las extensiones de tierras donde serán
construidas todas las viviendas por (I.N.R.E.V.I.), entre la Municipalidad del
Municipio Esteller del Estado Portuguesa y la Sucesión Sardi Brandt, expediente
Nº 16.180, Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, donde
existe actualmente un pronunciamiento de de fecha 25 de junio de 2002, referente
a una prohibición de enajenar y grabar, que en estracto fijo: (…).
Este Concejo Municipal observa que la medida de prohibición de enajenar y
gravar en nada afecta el cumplimiento de una disposición de carácter
Constitucional, pues las personas que allí habitan y ocupan dichos predios lo
vienen haciendo desde hacen muchos años y seguirán allí siempre fortaleciendo
la seguridad agroalimentaria del país”.(sic)
En efecto, mediante sentencia Nº 880 del 25 de junio de 2002, esta Sala declaró con lugar la
suspensión de efectos del acto recurrido y decretó medida de prohibición de enajenar y gravar “sobre
el lote de terreno ubicado en el Municipio Esteller del Estado Portuguesa, protocolizado por ante la
Oficina Subalterna de Registro del Distrito Esteller del Estado Portuguesa, bajo el Nº 22, Tomo I del
Protocolo Primero, Primer Trimestre de 1993”.
Ahora bien, no existe constancia en autos que los linderos que se indican en dicho documento,
a saber: “Norte, Desde el punto S-30, en la vía que conduce al Caserío El Guásimo, hasta el Río
Guache, teniendo al Norte los terrenos vendidos a Domingo Mesa Ledesma y a terrenos de la
Sucesión Sardi; Sur, La Finca San José, propiedad de José Fernández Domínguez y, Este,  Finca San
José, propiedad de José Fernández Domínguez y, Oeste, Río Guache.”, coincidan con el área afectada
por el referido acuerdo.
A su vez, la medida acordada por esta Sala prohíbe la enajenación o la imposición de
gravámenes sobre el terreno comprendido en los linderos antes descritos, mas no prohíbe la realización
de construcciones en el mismo, por lo que aún cuando coincida el área identificada en el párrafo
anterior con la zona señalada en el Acuerdo Nº 46 emitido por el Concejo Municipal del Municipio
Esteller del Estado Portuguesa, la Sala estima que lo acordado por dicho Concejo Municipal no puede
considerarse un incumplimiento de la medida dictada por este órgano jurisdiccional, razón por la cual
se descarta la petición bajo análisis. Así se decide.
V
DECISIÓN
            En virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, esta Sala Político-Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de
la Ley, DECLARA PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso de nulidad intentado por los
ciudadanos YONE SARDI BRANDT, DOMINGO MESA LEDESMA, ELIZABETH ROSARIO
BRANDT viuda de SARDI, LUIS ALEJANDRO SARDI BRANDT, RICARDO ALBERTO
SARDI BRANDT, MARÍA MAGDALENA SARDI BRANDT, GLENN ANTHONY SARDI
BRANDT y JOSÉ FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ contra el Acuerdo Nº 21, de fecha 29 de
diciembre de 1998, dictado por el Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, en
consecuencia:
1.                  Se DECLARA la nulidad parcial del Acuerdo Nº 21, de fecha 29 de diciembre de
1998, dictado por el Concejo Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa, en el entendido
que dicho acto sólo es válido respecto a las porciones de terreno del mencionado fundo sobre las
cuales no se demuestre la adquisición válida por parte de terceros.
2.                  Se ORDENA al Municipio Esteller del Estado Portuguesa iniciar un
procedimiento administrativo en el que se propicie la participación de los integrantes de la Comunidad
Indígena que habita o habitaba en el Fundo Cogote o Comunidad de los Indios en el Estado
Portuguesa, así como de todas aquellas personas que aleguen tener derechos sobre el referido fundo,
incluidos los recurrentes del presente juicio,  a los fines de determinar la existencia y extensión de los
derechos del Municipio sobre las tierras que conforman el Fundo Cogote o Comunidad de los Indios
3.                  Queda sin efecto la medida de prohibición de enajenar y gravar dictada por esta
Sala en decisión de fecha 25 de junio de 2002, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda existir
para el vendedor, en caso de venta del terreno sobre el cual recaía la medida, de conformidad con lo
establecido en el artículo 1.483 del Código Civil.
Notifíquese a los recurrentes, al Síndico Procurador, al Alcalde, al Presidente del Concejo
Municipal del Municipio Esteller del Estado Portuguesa y al Ministro del Poder Popular para los
Pueblos Indígenas.
            Publíquese, regístrese y comuníquese. Líbrese Oficio al Registro Subalterno del Distrito
Esteller del Estado Portuguesa, a fin de que estampe la nota marginal correspondiente. Archívese el
expediente.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los veintiséis (26) días del mes de mayo del año dos mil nueve
(2009).  Años 199º de la Independencia y 150º de la Federación.
           
          La Presidenta
EVELYN MARRERO ORTÍZ
                       La Vicepresidenta
                    YOLANDA JAIMES
GUERRERO
 
Los Magistrados,
LEVIS IGNACIO ZERPA
                Ponente
                       HADEL MOSTAFÁ
PAOLINI
 
EMIRO GARCÍA ROSAS
 
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN
 
En veintisiete (27) de mayo del año dos mil nueve, se publicó y registró la anterior sentencia bajo
el Nº 00734.
 
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN
 

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