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RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS 1-7

1) A propósito de tu nombre, Midori Doris Moromisato Miasato, quisiera saber : ¿ por qué y
como elegiste este nombre doble ? ¿ Quién te llama Doris y quién te llama Midori ? ¿ De
donde viene Moromisato era el nombre de tu padre y Miasato él de tu madre ?

El nombre con el que nací es Midori, en tanto fue el elegido por mi familia y tal como dictaba la
costumbre japonesa; como dato adicional debo agregar que el kanji o ideograma de Midori
significa « verde », lo cual me alegra pues siento que mi nombre precedió mi vocación ecologista.
Las familias japonesas elegían para cada nacimiento un nombre japonés, que otorgaba
reconocimiento ante la comunidad inmigrante y era de uso exclusivo en el interior de este, y un
nombre no japonés, casi siempre español, que legitimaba su existencia ante las autoridades
peruanas y el cual era el único que se inscribía en el Registro Civil de Partidas de Nacimiento. Mi
familia me confesó que eligieron el nombre no japonés Doris por la similitud de sonido con el
nombre sí japonés Midori, y porque aquel año de 1962 estaba de moda la actriz estadounidense
Doris Day. Con todo, al fin de cuentas no me llamaban ni Doris ni Midori, sino Dori a secas
(porque además resultaba imposible para la fonética de los japoneses utilizar la consonante
« s »).

Mi padre se llamaba Ansei Moromisato Taira. Es necesario aclarar que todos los descendientes
varones de los Moromisato llevan una especie de prefijo « An », por eso se llaman : Anso, Anei,
Anichi, como mis hermanos; y los hombres Miyasato llevan el prefijo « Choo » : Choojiro,
Chookichi, etc. Por supuesto, esto se aplica solo para los hombres. Me gusta recalcar que este
apellido Moromisato posee tres kanji o ideogramas que juntos significan algo así como « señor
que mira y escucha a su pueblo ». Mi padre –como parte de la diáspora japonesa- arribó por
primera vez al Perú a inicios de los años 30, y a fines de los años 50 tuvo que bautizarse católico y
asumir el nombre de José, como un requisito para que mis hermanas ingresasen a escuelas
peruanas. Por su parte, mi madre se llamaba Utoo Miyasato Shikiya y arribó al Perú en 1937
después de contraer nupcias con mi padre en Okinawa a fines de 1936. Ella también fue
bautizaba en la misma fecha y por el mismo motivo que mi padre; le pusieron María. Demás está
decir que solo fue un rito funcional, pues ambos fueron siempre budistas okinawenses.

Entonces, mi verdadero nombre –en tanto consideramos como tal al enunciado que contiene a
una persona con una tradición histórica y a un proyecto de vida- es Midori Moromisato Miyasato,
pero por la necesidad de adscribirse a la legalidad local y por la ignorancia de un pésimo
registrador (que no distinguía el sonido de la « y » con la « i » ) me llamo Doris Moromisato
Miasato.

Resumiendo, yo era Dori para mi familia y mi comunidad japonesa-okinawense, pero Doris para
la sociedad peruana (escuela, universidad, amistades, trabajos, militancia, etc). Sinceramente, a
lo largo de cuatro décadas jamás me reconocí en este último sonido « Doris »; cada vez que
alguien me llamaba así, yo me asustaba, me ponía en guardia como esperando una prueba de
selección o de aprobación. No lo niego, repetí la misma táctica camaleónica que durante un siglo
emplearon quienes me precedieron en esta historia inmigratoria japonesa en Perú: me camuflé
en un nombre castizo para pasar desapercibida y evitar el rechazo de quienes conformaban la
mayoría en una agresiva escenografía no asiática.
En el 2012, cuando cumplí 50 años, decidí firmar mis textos y obras literarias como Doris Midori
Moromisato, y ojalá algún día pueda firmar como verdaderamente me siento: Midori
Moromisato, sin que se me cuestione mi nacionalidad peruana y mi pertenencia a la cultura
latinoamericana.

2) En tu niñez, aparentemente te contaban cuentos infantiles japoneses, como Momotaro…


pero existen varias version de éste, ¿ recuerdas las que oías ? Tienes recuerdos de otros
cuentos, otras historias, anécdotas relacionadas con el país de origen de tus padres ?

Yo nací y crecí en una comunidad étnica muy hermética: la okinawense (la cual es una cultura
minoritaria en Japón actualmente protegida por Naciones Unidas). Mis símbolos y referencias
del mundo eran okinawenses-japoneses antes que peruanos. El Perú era un contexto, un paisaje,
una postal viva que giraba alrededor de nuestra comunidad; podíamos observar a peruanos y
peruanas pero no teníamos permitido dirigirles la palabra y menos entablar amistad. Esta especie
de norma se cumplía en la geografía de mi hogar (Chambala), y mi paso durante once años por
las escuelas primarias y secundarias en la pequeña ciudad de Vitarte ubicada frente a la zona
donde habitábamos la comunidad okinawense, y a las cuales asistíamos en buses especialmente
contratados para que no tuviéramos contacto con los peruanos. Es necesario recalcar que no
éramos un ghetto, pues la comunidad okinawense no fue obligada a aislarse sino que lo hizo
voluntariamente. En este contexto es lógico que las primeras leyendas, fábulas, cuentos y
canciones eran okinawenses y japonesas. Antes que los transmitieran por la televisión, a finales
de los 60, yo crecí con héroes como Astroboy, Ultramán y Ultrasiete, que peleaban contra
monstruos como Godzila; en las revistas japonesas de mi padre admiré al equipo de béisbol The
Giants antes que a cualquier equipo de fútbol peruano (años más tarde, a los 15 años, en mi afán
por sentirme peruana me hice fanática del equipo de fútbol Alianza Lima por sus orígenes
humildes y porque estaba compuesto por jugadores negros). Asimismo, crecí con cantos
infantiles, puedo mencionar “Yuya ke kooya”, “Mika yukisama”, etc. Aparte, mi madre y mis
hermanas mayores nos contaban cuentos como La niña del bambú, El conejo en la luna, etc.

3) A propósito del haiku, quisiera saber ¿ cómo lo imaginas ? ¿ Como lo vives si lo vives.?¿ Qué
es un haiku para ti? ¿ Tiene temas especiales, características espaciales? ¿ Te influye? piensas
que algunos autores de esos poemas te influyeron ? ¿ Recuerdas haber tomado algo de ellos
en tu poesía ? Escribes en el diario :

Haiku

Entras tan suave en mí


Como una mariposa
Resbalando por un hilo de luz.

Ah, quién comprende


La tristeza del lirio
El robusto hastío sobre sus hojas verdes.

Sales tan suave de mí


Como un hilo de luz
Resbalando por una mariposa.
Las estrofas se parecen a haikus, pero no respetan las reglas métricas del género, ¿ eso es para ti un
juego con los versos del haiku ?

Efectivamente, has acertado ciento por ciento. El poema Haiku es un arte poética de lo que
considero un haiku: tres estrofas (no tres versos), la primera se une con la tercera y la segunda
quiebra/dificulta/problematiza esta unión, enfatizándola a su vez.

Me encantan los haiku, pero desde muy niña aprendí que era imposible escribirlos con el idioma
español (imagino que con cualquier idioma que no emplee ideogramas sino sílabas). He atestiguado
intentos de hacerlo por poetas hispanohablantes de diferentes países y me parecen fallidos por la
falsedad que denotan. En primer lugar, el haiku es parte del budismo zen, para escribirlo hay que
adscribirse o al menos compartir esta visión del mundo; en segundo lugar, es imposible construir un
haiku en español, siempre me pregunté sobre la necesidad que tienen las personas de escribir un
haiku, ¿por qué recurrir a un traje tan estrecho cuando el español es tan intenso y tan extenso y
permite decir lo mismo con sus propias palabras?

Si revisas el recorrido de la poesía nikkei en Perú, ningún descendiente de japoneses ha publicado


haiku. Una vez compartí un recital con el poeta José Watanabe y como nos cansamos de leer
nuestros poemas decidimos batirnos en un duelo de haiku de poetas japoneses. Fue gracioso y la
gente se entretuvo muchísimo.

Sigo respondiendo: los haiku no me han influenciado literariamente, más bien sí espiritualmente. Mi
haiku favorito es de Masahide Mizuta que se escribe: “Mi casa está en llamas / ya nada me impide /
la visión de la luna”.

4) A propósito de tu verso: ¿qué es para ti un verso libre? ¿ Los versos cortos?

Nunca estudié literatura, así que tengo nociones pero desconozco las reglas que rigen la lírica.
Guardando las distancias, me identifico con el gran escritor Gabriel García Márquez que tenía
problemas por reconocer las reglas gramaticales. Yo también me declaro una anarquista gramatical.
En el caso de la poesía, jamás utilicé las nociones de verso libre, verso corto, etc. Estoy convencida de
que la poesía es un acto de respiración, y extensiones y contracciones tienen que ver con el hecho de
cómo respire quien escribe un poema.

5) Se ve solo una vez un poema hablando de una estampa de Harunobu Suzuki en “Atrapando
insectos bajo la luz de una antorcha” en el diario... ¿Cuál es tu relación con el Japón
artístico ? ¿ La situación que describe este poema fue real ?

La situación del poema es real, y la imagen que vino a mi mente para vestir los sentimientos que me
embargaban era la de la obra de Suzuki. El deseo no basta para un poema, hay que buscarle un
ropaje adecuado de palabras para que no se circunscriba al mero hecho de los cuerpos; es necesario
otorgarle el peso de los sueños, volverlo vaporoso, sublime, inalcanzable, para que trascienda y no
termine como una efímera punzada hormonal.
Soy hija de japoneses, por lo tanto, soy hija de la cultura japonesa, aunque mi primera piel es la
okinawense. Si me pides que identifique alguna similitud con algunas características del arte japonés,
entonces te diría que encuentro hasta dos detalles: el manejo de la sutileza y la presencia de la
crueldad. En cuanto a la sutileza, podría hablar de una especie de “estrategia de la cebolla”: la
promesa de un hallazgo final, el cual en realidad se va dando en la medida en que se realiza la
lectura. Si lees algún poema de mi autoría verás que hay un rodeo alrededor de un asunto que se
sospecha como central, pero que al final lo que queda –y eso es lo que busco- es la experiencia de la
lectura más que el hallazgo en sí mismo. Sobre la crueldad, hay una especie de regocijo en las
construcciones artísticas japonesas, yo lo siento en las escrituras de Yukio Mishima, Kenzaburo Oe,
Banana Yoshimoto, Yasunari Kawabata, en las animaciones de Hayao Miyazaki, Isao Takahata, en la
música de Riuychi Sakamoto, los cantos de Misora Hibari, en las fotografías, en fin, en varias
manifestaciones más. Esto debe ser producto de largos años de convivencia represiva y sumisión
social. Tengo un cuento “El riachuelo de Ie”, mi primer relato escrito en 1990, que es realmente
cruel; y esto también lo encuentro en mi segundo relato “La misteriosa metáfora de tu cuerpo”.
Pienso que mi constatación final podría darse en la novela que vengo trabajando hace 18 años.

6) ¿ Leíste o sigues leyendo poesía china? ¿ te gusta? Piensas que tienes un lado
« orientalista » ? Para escribir “Ejercicio poético delante de un cuadro madrileño”,
¿realmente fuiste a Madrid en el Prado? ¿ Estabas delante del cuadro ?

Sí leo poesía china, aquellas publicadas antes de la Revolución, pues después de ese acontecimiento
este arte fue mancillado por la burda manipulación que lo convirtió en slogans políticos y burdas loas
militares.

La mayoría de mis viajes son buenas ocasiones para visitar paisajes naturales y lugares donde se
concentran las representaciones artísticas. Además de zonas protegidas, suelo visitar museos y
teatros. Visité el Museo El Prado en 1995, pero el poema en mención lo escribí observando el cuadro
contenido en el libro oficial del museo que compré durante la visita. Esta obra me sirvió para ironizar
sobre el poder y la belleza con algunos guiños a la gramática del Siglo de Oro.

7) ¿ Cuáles son los/las autores/autoras que son importantes para ti ? Tanto desde el punto de
vista de la importancia cultural y publica que del punto de vista más intimo? Se ve que juegas
con la intertextualidad en tus poemas, pero ¿ tú tienes algunos textos que te parecen más
importantes (significativos) que los demás a este respecto ?

Marguerite Yourcenar, Clarice Lispector, Virginia Woolf, son mis diosas; me acompañan a todos
lados, las parafraseo de memoria, y me iluminan cuando me interno en la oscuridad literaria. Mis
dioses son William Faulkner, Gabriel García Márquez.

abla entonces?

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