Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PRODUCTO ACADÉMICO 2
ARTÍCULO DE OPINIÓN:
“Un arcoíris que aún no brilla: La controversia por el
Matrimonio Igualitario en el Perú”
Autora:
Arellano Barreto Lisseth del Milagro
Curso:
Derecho de Familia
Docente:
Dra. Custodio Cholán Mariella Verenisse
Pimentel - 2021
Un arcoíris que aún no brilla: la controversia por el matrimonio igualitario en el Perú
A nivel mundial, son veintiocho los países que han aprobado el matrimonio igualitario y
doce los que han regularizado la unión civil entre personas del mismo sexo, del total de
países anteriormente mencionados, 5 son latinoamericanos. A pesar, de que el avance ha
sido grande, aún hay 144 países que aún no se han pronunciado o simplemente no está
dentro de sus planes la aprobación de estos, lo cual ha generado controversia dentro de las
personas de la comunidad LGBTI+ y organizaciones pro derechos humanos del resto de
países.
Al día de hoy muchos de los peruanos nos seguimos preguntando qué es lo que nos
diferencia de los cinco países sudamericanos en donde el matrimonio igualitario ya es una
realidad, países como Argentina, Brasil, Colombia que tras tiempo de analizar los
proyectos de ley presentados y evaluarlos, decidieron aceptar el hecho de que es parte de
los derechos de las personas de la comunidad LGBTI+ el poder casarse con la persona que
ellos quieran, sin restricciones ni obstáculos como lo puede hacer una pareja heterosexual.
(Schwarze, 2021)
Pues bien, para que se del matrimonio igualitaria en el Perú, comúnmente se suelen
interponer 3 negativas, la primera que es la religiosa y todo lo que se dictamina en la
biblia, la segunda que es la parte legislativa-constitucional donde se hace mención que el
matrimonio es entre varón y mujer, y la tercera que es donde entra la familia y en
específico el ejemplo moral que se les puede dar a los niños.
Desde el aspecto religioso, está bien sabido que en muchos partes de la biblia nos hace
mención de las uniones entre hombres y mujeres, por lo tanto, las personas más pegadas a
esta, son las que mayormente suelen protestar en contra del matrimonio que ellos califican
como “unión no natural”, sin embargo, esto entra en debate también en distintas ocasiones
debido a que la misma biblia y Jesús nos menciona el amor a nuestros prójimos, cosa que
no ponen en práctica dichas personas que con sus actos solo demuestran el odio que les
tienen a las personas de este colectivo.
Asimismo, otro punto dentro de la biblia que muchas veces suelen incluir es la parte en que
Dios castigo a dos ciudades muy conocidas entre los religiosos por los pecados que habían
cometido, no obstante, y a falta de mayores fundamentos, han transversado lo que ahí se
menciona, llegando a decir que dichas ciudades fueron castigadas por ser ciudades donde
la sodomía abundaba, para aclarar esto, he citado al teólogo Awi (2001) quién expresa que
tras un estudio a profundidad se pudo concluir que era imposible que los habitantes de dos
ciudades sean absolutamente todos homosexuales, y que el castigo que se les dio fue
debido a otros pecados que estos cometieron.
Ahora, por otro lado, tenemos la parte legislativa-constitucional que, en nuestro país a la
fecha, no hay ningún tipo de unión civil o matrimonio que pueda reconocer a dos personas
del mismo sexo como una pareja de esposos, ni tampoco en caso de que uno de estos
fallezca se le reconoce a su pareja como heredero forzoso de los bienes que hubiesen
podido contraer juntos debido a la carencia de una acta que acredite su unión.
Sin embargo, y aunque sea un poco triste el hecho de que para asegurar a la otra parte en
caso de que uno de los dos fallezca, el o la difunta debió haber realizado su testamento en
vida en el cual se declare como heredero voluntario a la persona que fue su pareja todos
esos años, considerándosele a este como un tercero ajeno al grupo de herederos forzosos o
herederos legales; además, en caso de que los padres del fallecido(a) aún estén vivos les
corresponde la mitad de los bienes que este haya tenido. (Dávila, 2015)
Años atrás en nuestro país se propuso un proyecto de ley casi a fines del año 2015 para que
se apruebe en el Perú, la unión civil entre personas del mismo, sin embargo, este no llego a
ser aprobado, sin embargo, meses después dos congresistas retomarían este proyecto de ley
y lo modificarían, aunque actualmente la propuesta parece estar archivada debido a que no
se ha entrado en debate en el congreso nuevamente sobre esta.
Pero este año, en medio de todo el caos, pandemia y conflictos sociales, revivió una luz de
esperanza para la comunidad LGBTI+, estaba vez es un proyecto de ley para el matrimonio
igualitario en nuestro país, ya que hace dos meses aproximadamente distintos congresistas
pertenecientes a dos partidos políticos presentaron ante el pleno del Congreso de la
República un proyecto de ley con el cual, de aprobarse, se modificaría el art. 234 del c.c.
Innumerables veces hemos sido testigos y oyentes de que el Estado protege a las familias,
y como sabemos para que exista una familia debe haber dos personas como mínimo, las
cuales estén unidas por un vínculo sentimental-emocional legal o por un vínculo
consanguíneo; pero esto no es lo que se puede apreciar en el Perú, ya que no se está
tomando en cuenta los derechos de las personas LGBTI+ al matrimonio y formar una
familia.
Asimismo, y para reafirmar más la postura a favor del matrimonio igualitario en el Perú,
está lo dicho por la Corte IDH en la Convención Americana en donde afirmaron que ya es
momento de que todos los países sudamericanos reconozcan y garanticen absolutamente
todos los derechos que se deriven del vínculo familiar de la unión en matrimonio de dos
personas del mismo sexo. (BBC Mundo, 2018)
No obstante, nuestro país a diferencia de otros países latinos no acepta aún esto, lo cual se
apreció en el caso de Óscar Ugarteche, quién debido a que aún no existe ninguna ley
peruana que permita el matrimonio de personas del mismo sexo, él y su pareja Fidel se
casaron en México, pero cuando llegaron al país y quisieron registrar su unión ante
RENIEC, esto simplemente se les fue negado, motivo por el cual se iniciaría una demanda
legal que después de tantos años el TC rechazó. (Irribarren, 2020)
Ahora bien, hace más de dos años se dio un caso que conmociono a todo el país, la historia
de Moisés un joven de la región de San Martín, un joven que se armó de toda la valentía y
les confesó a sus padres que era gay, no sabiendo que sería el peor error de su vida hacerlo
y que incluso le llego a costar esta.
Si bien sabemos que todos los Estados del mundo, tienen como función y tratan de
priorizar a la base de sus sociedades que son las familias, ¿Por qué el negarles a las
personas del colectivo LGBTI+ el poder formar una? Como sabemos, las parejas gay o
lesbianas no pueden tener hijos en común y eso es ya más por un tema biológico, pero al
igual que las parejas heterosexuales que deciden adoptar niños, ellos también lo podrían
hacer y así darles una mejor vida a esos niños que están en albergues sin poder crecer con
una familia que no solo les da cosas materiales sino también amor, sin embargo, esto es
algo que aún se niegan a poder ver las autoridades correspondientes.
Ya está demostrado que muchas parejas heterosexuales no buscan tener hijos, no quieren
tenerlos y hay veces en que los tienen, pero les dan una calidad de vida que deja mucho
que decir, pero eso es algo que no lo trataremos a profundidad en este artículo, lo que se
propone es que todos esos niños que no tienen un hogar puedan tener la oportunidad de
formar una ya sea dos papás o con una mamá y un papá adoptivo, la utopía que se anhela
es cambiar el hecho de que la sociedad peruana se ha enfocado y englobado en el aspecto
de que dos hombres o dos mujeres no pueden criar juntos a un niño o niña.
La verdadera meta es que todos podamos ser felices con o sin hijos, pero con amor, porque
la base de todo lo que hacemos es el amor y lo que anhelamos es la felicidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Awi, Alexandre. (2001). ¿Qué dice la Biblia sobre la homosexualidad? Teología y vida,
42(4), 377-398. https://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492001000400001