Está en la página 1de 2

EL ESPÍRITU SANTO es el 

tercer miembro de la Trinidad. Es un personaje de espíritu, sin un cuerpo


de carne y huesos. A menudo se le llama el Espíritu, el Santo Espíritu, el Espíritu de Dios, el Espíritu
del Señor o el Consolador.

COMO SABEMOS SI TENEMOS EL ESPIRITU SANTO: Después de que las personas se han


bautizado, se les confirma miembros de la Iglesia y se les otorga el don del Espíritu Santo por
medio de la imposición de manos. El Señor dijo: “Y por la imposición de manos confirmaréis en mi
iglesia a quienes tengan fe, y yo les conferiré el don del Espíritu Santo” .
La Biblia dice: “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8). Como cristianos, sólo
acercándonos a Dios y teniendo una interacción real con Él podemos mantener una relación
normal con Dios y obtener la obra del Espíritu Santo. Es como si dos personas se asociaran entre sí,
sólo pueden mantener una estrecha relación durante mucho tiempo siendo más abiertos el uno
con el otro, comunicándose más cuando encuentran problemas, y comprendiéndose y
respetándose mutuamente. Sin embargo, en estos tiempos acelerados, los trabajos exigentes, las
relaciones complicadas y las malas tendencias sociales nos atraen y ocupan cada vez más. Las
personas, los sucesos y las cosas del mundo exterior perturban fácilmente nuestros corazones y
nos impiden mantener una relación normal con Dios. Esto nos lleva a alejarnos cada vez más de Él
y, cuando nos vemos en problemas, se nos hace muy difícil calmarnos ante Dios, acercarnos a Él y
buscar la iluminación y la guía del Espíritu Santo. A menudo hacemos las cosas sin una dirección o
propósito correcto, y nuestros espíritus están constantemente en un estado de vacío y agitación.
Entonces, ¿cómo exactamente podemos mantener una relación estrecha con Dios? Basta con
comprender los cuatro puntos siguientes para que nuestra relación con Dios se vuelva sin duda
más estrecha.
CUANTOS DEMONIOS PUEDE TENER UNA PERSONA: Hay distintos tipos de demonios o espíritus
que pueden entrar en una persona. El espíritu de un demonio pequeño te provoca tristeza,
insomnio, falta de apetito y falta de energía. Te quita confianza en ti mismo y te aísla del entorno.
El espíritu de un demonio mediano hace todo esto y además produce brotes periódicos de
hiperactividad. El demonio más peligroso es el 'Djinn', grande y viejo. Si entra en tu cuerpo te
hace hablar o reírte solo, andar por la calle desnudo, reaccionar violentamente o ser incapaz de
cuidar de ti mismo.
Todo el mundo está expuesto a estos espíritus, pero hay factores de riesgo que te hacen más
vulnerable. Así, el tener muchos problemas personales mella tu resistencia, te hace perder la fe y
le da una oportunidad al demonio para invadirte. Haber vivido experiencias extremadamente
dramáticas te debilita tanto que no puedes enfrentarte al diablo de turno. Hay otros factores,
como habitar en condiciones poco higiénicas (se sabe que los demonios viven en lugares sucios,
mezclados con basura, comida podrida y agua estancada), tener antecedentes familiares, o no
cubrirte el pelo con velo o turbante, ya que el espíritu te entra por la cabeza. También hay Djinns
específicos que atacan sólo a las mujeres embarazadas, a las que acaban de dar a luz o a los niños.
QUE ES UN CORAZON LIMPIO: Tener un corazón limpio es tener conexión directa con Dios. Es ser
y sentir a Dios dentro de uno mismo y expresarlo en palabras, gestos y actos que engrandecen al
que los realiza tanto como a aquellos que son sus receptores. Dios habla a través de un corazón
puro de Amor.
8 MANERAS PARA TENER UN CORAZON LIMPIO:
1. Sanación
Para tener un corazón limpio lo primero que debemos hacer es eliminar la suciedad que tengamos
a su alrededor. Para ello debemos tomar conciencia e ir reconociendo y gestionando lastres,
anclajes y culpabilidades del pasado.
Sanar nuestro pasado es vivir nuestro presente.
2. Intención
Solemos utilizar términos del estilo: “me gustaría”, “ójala…”, “si estuviera en mis manos”, pero
pocas veces elegimos la intención profunda del alma para cambiarnos. Esta intención es la fuerza
cósmica del espíritu en nosotros.
En definitiva, nuestro seguro mundo es lo más inseguro que existe.
3. Monstruos
¿Cuántas veces hemos temido enfrentarnos a nuestros propios monstruos? Y ¿no es verdad que
cuando lo hemos hecho eran pequeñas e inofensivas sombras que nos han ayudado más que
dañarnos?
Nuestros monstruos son la oscuridad carente de Luz, nuestra Luz.
4. Aceptación
Todos y cada uno de nosotros somos únicos y diferentes. No hay nadie igual que nosotros, por lo
tanto tenemos la obligación de reconocernos, respetarnos y sentir la diferencia y unicidad
respecto a los demás.
Cuando aceptamos nuestro Ser, aquello que no somos queda incorporado igualmente a nuestro
verdadero Ser único.
5. Transformación
Generalmente hablamos de cambio cuando queremos pasar de un estado actual a uno deseado,
pero los seres no solo cambiamos, sino que tenemos la obligación natural de transformarnos, de ir
más allá de nuestros límites y descubrir la esencia divina de la que formamos parte.
Nuestra misión es ir más allá de nosotros mismos y nuestra misión.
6. Humildad
Nuestro ego nos controla. Normalmente solemos estar en sus manos y creemos que somos algo
diferente a nuestro Ser. No solo nos lo creemos sino que además le damos entidad y lo llenamos
de orgullo. Nos creemos una careta que no existe.
La humildad comprende al ego, le respeta y le convierte en su esclavo.
7. Amor
De alguna u otra manera todos ofrecemos Amor. Ese ofrecimiento hace que nuestro corazón cada
día esté más limpio y preparado para seguir amando cada vez más profundamente. El Amor
universal es principio y fin de nuestro existir.
El Amor es la sede de un corazón puro.
8. Conexión Divina
Tener un corazón limpio es tener conexión directa con Dios. Es ser y sentir a Dios dentro de uno
mismo y expresarlo en palabras, gestos y actos que engrandecen al que los realiza tanto como a
aquellos que son sus receptores.
Dios habla a través de un corazón puro de Amor.

También podría gustarte