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La determinación de la infidelidad como causal de extinción de la unión

de hecho

En el Perú es muy común observar que las familias que conforman nuestra
sociedad en su mayoría han optado por formarse a través de la denominada
convivencia, la cual año tras año va en aumento con respecto al matrimonio.
Así nos lo plantea Castro (2014) cuando indica que muchas parejas se inclinan
por unirse libremente y convivir, situación que responde a diversos factores
como evasión del compromiso y responsabilidad que trae consigo un
matrimonio o razones económicas.

Esta opción de vida en pareja permite a las personas conocerse


profundamente, complementarse y comprenderse mutuamente para poder
llevar una relación estable que perdure en el tiempo. No obstante, no se
encuentran exentos de que en el proceso se den cuenta que no están hechos
el uno para el otro y finalmente sus diferencias terminen por llevarlos a tomar la
decisión de separarse.

Es ahí donde surgen los problemas, agravándose la situación en caso existan


hijos en común, puesto que, en especial la mujer, al quedar abandonada y sin
la colaboración económica del hombre para el sostenimiento del hogar tendrá
que enfrentarse a la vida con ciertas limitaciones. Para estos casos, nuestra
legislación ha previsto en su artículo 326° del Código Civil el otorgamiento de
una indemnización o pensión de alimentos siempre y cuando se demuestre la
posesión constante de estado de convivencia.

Como vemos, nuestro ordenamiento jurídico contempla la unión de hecho y le


otorga un tratamiento casi similar al matrimonio, la cual se extingue por muerte,
ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral. En ese sentido, es preciso
abordar ciertos conceptos a efectos de poder desarrollar y analizar nuestro
tema materia de investigación.

El concubinato en tiempos antiguos fue muy cuestionado por nuestra


conservadora sociedad, pese a ello, ha existido desde siempre, incluso antes
del matrimonio, pero sin reconocimiento legal, lo cual conllevó a que las
personas que lo integraran no gozaran de ningún derecho ni obtuvieran
obligaciones, situación que afectó en mayor porcentaje a los hijos nacidos de
aquellas relaciones de pareja (Zuta, 2018).

Es así que, con la dación de la Constitución de 1979 se le brindó


reconocimiento y tratamiento legal por primera vez a estas formas de unión,
bajo la denominación de uniones de hecho; actualmente nuestra Constitución
vigente la sigue reconociendo en su artículo 5° que a tenor prescribe: “La unión
estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, que
forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de bienes sujeta al
régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable”.

Guerra (2017) nos señala que “se les denomina a las uniones de hecho como
concubinato, pareja de hecho, matrimonio de hecho, convivencia fuera del
matrimonio, unión libre, convivencia adúltera, convivencia extramatrimonial,
pareja no casada; con la finalidad de diferenciarla del matrimonio” (p. 39).

Del mismo parecer es Alpa al señalar:

“Se recurre a expresiones como concubinato, convivencia adulterina,


convivencia extramatrimonial, convivencia fuera del matrimonio,
matrimonio de hecho; precisamente para hacer notar que no se ajusta a
la familia matrimonial y que, por ende, se trata de un hecho que se
encuentra fuera del orden social, fuera del derecho, al estrellarse con los
valores por todos reconocidos: es lo ilícito, lo anormal, lo reprobable”
(Vega, s.f., p. 38).

Así pues, la unión de hecho es entendida como la relación frecuente, duradera


e indeleble sin impedimento matrimonial, teniendo como base el deber de la
fidelidad (Guerra, 2017). En conclusión, para que se pueda hablar de unión de
hecho, esta debe ser voluntaria, entre un hombre y una mujer libres de
impedimento matrimonial, relación exclusiva entre los convivientes (fidelidad),
permanencia en el tiempo y estabilidad.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que la unión de hecho culmina por
ciertas causales, mismas que han sido establecidas en el artículo 326° del
Código Civil: “muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral”. Como
vemos, nuestro ordenamiento jurídico sólo ha contemplado estas 4 causales
como únicas formas en las que se daría por terminada una relación de unión de
hecho, dejando por fuera, la posibilidad de que si en caso uno de los
convivientes falte al deber de fidelidad, el otro pueda solicitar judicialmente el
término de su unión de hecho.

Ante ello, Pala (2021) ha manifestado que nuestro ordenamiento jurídico al


establecer que la unión de hecho termina simplemente por decisión unilateral
de uno de los convivientes está vulnerando y dejando en total desprotección a
una institución jurídica reconocida judicialmente luego de haber demostrado la
existencia de dicha relación; la misma que genera una sociedad de bienes y de
la cual emanan una serie de derechos y obligaciones respecto a sus
descendientes, si los hubiera.

Por ese motivo, Pala (2021) compara a la unión de hecho reconocida


judicialmente con el matrimonio y además propone la necesidad de equiparar
las causales de fenecimiento o disolución de este último a la unión de hecho.

Como nuestra investigación gira en torno a determinar la infidelidad como


causal de extinción de la unión de hecho, es necesario hablar respecto del
matrimonio y los deberes que de él se desprenden, así como de la causal de
infidelidad para instaurar un proceso de divorcio.

Sobre el matrimonio, se entiende a este como un contrato celebrado entre un


hombre y una mujer, del cual surgen una serie de derechos y deberes que
deben ser cumplidos por cada uno de los cónyuges (Arango y Peláez, 2017).

Nuestro Código Civil en el Título II, Capítulo único referente a los deberes y
derechos que nacen del matrimonio, señalando como uno de sus deberes el de
fidelidad y asistencia. Así el artículo 288° prescribe “Los cónyuges se deben
recíprocamente fidelidad y asistencia”.

En ese sentido, al surgir del matrimonio una serie de deberes, es claro que el
incumplimiento de alguno de ellos, configuraría automáticamente una causal de
divorcio, las mismas que se encuentran consagradas en el artículo 333° del
Código Civil:

“Art. 333°. – Causales

Son causales de separación de cuerpos:


1. Adulterio
2. La violencia física o psicológica, que el juez apreciará según las
circunstancias
3. El atentado contra la vida del cónyuge
4. La injuria grave, que haga insoportable la vida en común (…)”

Así pues, la fidelidad como deber del matrimonio se caracteriza por ser mutuo y
perdurar durante todo el tiempo que exista vínculo matrimonial, es decir, que
los cónyuges tienen en el mismo grado la obligación de respetar y honrar a su
pareja, no admitiéndose justificación alguna en caso de incumplimiento (Arango
y Peláez, 2017).

En Argentina, con la dación de su nuevo Código Civil y Comercial de la Nación


se ha eliminado la idea de culpa para entablar un proceso de divorcio, sólo
basta la mera voluntad de uno o de ambos cónyuges para que el juez declare
fenecido el vínculo matrimonial. No obstante, al establecerse el deber de
fidelidad como un deber moral y no jurídico la problemática que gira en torno a
ella es respecto a los daños que se producen en las relaciones de familia luego
de la separación (Baraldo, 2019).

Sin embargo, en nuestra legislación, así como en otras como la colombiana, el


deber de fidelidad como tal configura una causal de divorcio. Así lo indica el
artículo 154° de su Código Civil, al señalar que el cónyuge inocente se
encuentra facultado para pedir el divorcio, distinguiendo incluso la infidelidad
material y la moral al momento de invocar la causal (Arango y Peláez, 2017).

En conclusión, como vemos resulta de vital importancia que nuestra legislación


regule e incorpore como causal de extinción de la unión de hecho, la infidelidad
por parte de uno de los convivientes, ello en mérito a que como bien lo hemos
manifestado en líneas precedentes, al darse el reconocimiento judicial a la
unión de hecho, esta queda equiparada al matrimonio, por lo que, sus causales
también deberían incluirse al momento de estudiar la extinción de la unión de
hecho.

Formulación del problema:


¿Resulta necesaria la regulación de la infidelidad como causal de extinción de
la unión de hecho?

Objetivos

Objetivo general:

- Determinar la regulación de la infidelidad como causal de extinción de la


unión de hecho.

Objetivos específicos:

- Analizar el tratamiento normativo de la unión de hecho en el Perú.


- Analizar la naturaleza jurídica de la unión de hecho.
- Valorar la determinación de la infidelidad como causal de extinción de la
unión de hecho.
- Proponer mediante un proyecto de ley la incorporación de la infidelidad
como una causal de extinción de la unión de hecho.

Justificación e importancia de la investigación

El presente trabajo de investigación que propones se justifica y tiene


importancia no sólo para nuestra sociedad, sino también para los operadores
de justicia y derecho, como jueces, abogados, poder legislativo, ejecutivo, entre
otros; puesto que, estos son los llamados a plantear soluciones a los diversos
problemas que ocurren a diario en nuestra sociedad y de esta forma poder
determinar la necesidad de incorporar en nuestro ordenamiento jurídico a la
infidelidad como causal de extinción de la unión de hecho.

La intención de este trabajo de investigación es describir la problemática y


deficiente normatividad existente, sus alcances, fortalezas y deficiencias, a fin
de que se valore y se regule la determinación de la infidelidad como causal de
extinción de la unión de hecho.

Referencias bibliográficas

- Arango, A. y Peláez, L. (2017). La infidelidad y el incumplimiento de los


deberes conyugales como causales de divorcio en Colombia: Propuesta
de una relectura. Universidad EAFIT. Obtenido de:
https://repository.eafit.edu.co/xmlui/bitstream/handle/10784/12176/
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- Baraldo, S. (2019). Daño moral por causa de infidelidad en el divorcio.
Universidad Empresarial Siglo 21, Argentina. Obtenido de:
https://repositorio.uesiglo21.edu.ar/bitstream/handle/ues21/17774/
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- Castro, E. (2014). Análisis Legal y Jurisprudencial de la unión de hecho.
Fondo Editorial Academia de la Magistratura, Primera edición. Lima,
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- Constitución Política del Perú (1993).
- Código Civil colombiano
- Código Civil peruano (1936).
- Guerra, R. (2017). Unión de hecho impropia y derecho sucesorio. Tesis
para optar el grado académico de Maestro en Derecho y Ciencias
Políticas. Universidad Peruana Los Andes. Perú, Huancayo. Obtenido de
https://repositorio.upla.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12848/384/
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- Pala, J. (2021). La declaración de la unión de hecho y la ausencia de
causales normativas para su disolución a diferencia del matrimonio en el
Perú. Tesis para optar el grado de maestro en Derecho con Mención en
Derecho Civil y Comercial. Universidad Nacional “Santiago Antunez de
Mayolo”. Áncash, Perú. Obtenido de:
http://repositorio.unasam.edu.pe/bitstream/handle/UNASAM/4525/T033_
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- Vega, Y. (s.f.). Consideraciones jurídicas sobre la Unión de Hecho (de la
ceremonia a la vivencia; de la forma a la sustancia; del silencio a la
declaración de derechos y deberes entre convivientes). Artículo
publicado en la Revista Derecho & Sociedad. Obtenido de:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7792755.pdf
- Zuta, E. (2018). La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus
integrantes y desafíos pendientes. Artículo publicado por la Pontificia
Universidad Católica del Perú. Obtenido de:
file:///C:/Users/rivad/Downloads/20298-Texto%20del%20art
%C3%ADculo-80868-1-10-20181001%20(1).pdf

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