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La disolución del vínculo matrimonial y su tratamiento legal en el Perú, límites


actuales y posibilidades futuras
Por: Nico Diego Lívano Echevarría

Nuestra Constitución Política del Perú (1993) en su capítulo II denominado “De


los derechos sociales y económicos”, y siendo más específicos en el primer párrafo de
su artículo número 4, establece que:

La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la


madre y al anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y
promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos naturales y
fundamentales de la sociedad.
Como bien podemos observar en el artículo citado, debemos tener siempre
presente que uno de los objetivos principales y fundamentales que a lo largo del tiempo
nuestro estado se ha ido planteando, como es el de brindar protección a una institución
que para muchos autores es la base de desarrollo de una sociedad.
Ahora bien, el mismo artículo ya antes citado también nos muestra como esta
institución que debemos entenderla metafóricamente como el fruto del vinculo
matrimonial, celebrado por varón y mujer, puede llegar indirectamente a su fin, siempre
y cuando existan causas que fuercen un posible separación o disolución.
Bajo esta premisa, la finalidad del presente ensayo será la de analizar y tratar de
entender el porqué la disolución del vinculo matrimonial se da, a partir de entender
que la sociedad a día de hoy va teniendo un cambio muy accidentado. Es
importante también precisar que, a lo largo del desarrollo de este trabajo,
procuraré dotar de conceptos y definiciones de las distintas figuras jurídicas
previstas en nuestra legislación, tales como: separación de cuerpos, divorcio, etc.
Posterior a ello concluiremos a base de una perspectiva propia, para así poder
tener una idea de cómo puede verse este tema en el futuro, ya que, en los últimos
meses del 2023, el RENIEC ha registrado 4,024 divorcios; sin embargo, el año en
el que se registraron más divorcios fue el 2022.
Siguiendo en esa misma línea, debemos considerar que en nuestro sistema
jurídico, el principal requisito para celebrar matrimonio es la voluntad de las partes,
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entendido eso es fácil colegir que en teoría debería ser también requisito para poder
disolver este mismo, sin embargo, esta afirmación puede que no sirva en lo que configura
la Ley, ya que el matrimonio muere a partir del suceso de ciertos hechos, que como bien
hemos estudiado se encuentran regulados en el artículo número 333 que tiene previsto
nuestro Código Civil (1984), el mismo que establece una suerte de catalogo de causales
de divorcio y separación de cuerpos, los mismos que resumidamente son: adulterio,
violencia física o psicológica, atentado contra la vida del cónyuge, injuria grave, que haga
insoportable la vida en común, abandono injustificado de la casa conyugal por más de
dos años continuos o cuando la duración sumada de los períodos de abandono exceda
a este plazo, conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común y por último
uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o de sustancias que puedan generar
toxicomanía.
Haciendo una pequeña observación, en lo personal, no creo que esta serie de
posibles hechos que puedan sucitarse en el ceno de un hogar sean las únicas causas
que puedan discolver el vinculo matrimonial, debido a que podemos observar otro tipo
de figuras como la desaparición y muerte presunta de uno de los conyuges, así como las
muchas fallas o vicios que puedan nacer a partir del acto que da origen al matrimonio.
También he previsto tocar un tema, que para efectos de que el presente trabajo
tenga más entendimiento y fluides es muy importante, el mismo que es el decaimiento y
disolución del matrimonio en el Perú. El decaimiento del matrimonio indica que pueda
existir una crisis, debilitamiento o algún motivo o causa que no permite que dicho vínculo
se mantenga estable y se desenvuelva de una manera habitual; sin embargo, dicha unión
todavía está vigente, existe legal o formalmente. En derecho, este debilitamiento es
tratado como la separación de cuerpos, de la cual ya mencionamos con anterioridad,
dentro de este punto es preciso diferenciar lo que vendría a significar la disolución, que
es tratada dentro de sus diferentes modalidades, cuando ya se da por concluido el
vínculo matrimonial, dandole origen al divorcio.
Por un lado, tenemos la separacionóde cuerpos que debe ser entendida comouna
situación de hecho en que los esposos suspenden la relación conyugal, o los
convivientes de hecho la vida marital, pero que aun así, sigue subsistindo el vínculo
matrimonial o jurídico.
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El objetivo principal de la separación de cuerpos es conseguir la autorización


judicial para suspender el deber de hacer vida en común, que establece el artículo
284 del código civil con sus amplias consecuencias con el propósito de buscar
seguramente alguna solución en el tiempo o dar oportunidad a los cónyuges para
rectificar sus conductas. (Reyes, 2019)
Por otro lado, al hablar del divorcio debemos tener una noción básica que nos
permita entender esto mismo como la disolución del vínculo matrimonial que implica la
pérdida de las obligaciones y derechos que se generan entre los cónyuges.
Cabe señalar que la misma serie de hechos mencionados en el artículo número
333 del Codigo Civil (1984) que ocacionan la disolución del vinculo matrimonial son los
mismos que los que se prevee para el decaimiento de este mismo.
Los Límites Actuales de la disolución del vínculo matrimonial incluyen los
siguientes:
1. La disolución del matrimonio solo se permite en casos específicos, como el
divorcio por mutuo acuerdo o el divorcio por causal. Por lo tanto, no es posible
disolver un matrimonio simplemente porque una de las partes ha perdido el interés
en la relación.
2. Además, existe una serie de requisitos legales que deben cumplirse antes
de que se pueda conceder un divorcio, que incluyen la presentación de la
demanda y la resolución de las cuestiones patrimoniales y de custodia.
3. También es importante tener en cuenta que la disolución del matrimonio en
Perú no siempre es una solución rápida o fácil. Los procesos de divorcio pueden
ser largos y costosos, especialmente si hay disputas sobre los bienes y la custodia
de los hijos.
Un ejemplo de lo anterior es que si una pareja en Perú desea divorciarse, tienen
que presentar una demanda para disolver el vínculo matrimonial. Adicionalmente, deben
acreditar una causal para poder iniciar el proceso, por ejemplo, en el caso que uno de
los cónyuges cometa adulterio. Una vez presentada la demanda, se deberá solucionar
temas como la distribución de bienes y la custodia de los hijos, lo cual muchas veces
lleva un tiempo y puede generar algunos costos económicos. Por estos motivos, el
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proceso de disolución del vínculo matrimonial en Perú no se realiza de manera inmediata


y sin requisitos legales que cumplir.

Uno de los problemas que a mi entendimiento surge en nuestro sistema jurídico


legal, es la confusión que existe para creer que se puede propiciar el divorcio
convencional o por mutuo disenso, figura que a nuestro entendimiento se da
exclusivamente por la separación de cuerpos.

También se considera como problema el hecho de que en nuestra legislación se


consideran las mismas causales, tanto para la separación de cuerpos como para el
divorcio, lo que permite utilizarlas indistintamente para uno y otro propósito, dependiendo
de los objetivos que se pretenden, si es solamente suspender la vida en común o la
disolución definitiva del matrimonio. En estos casos la toma de decisiones dependerá de
una adecuada orientación a los cónyuges, si es interdisciplinaria mejor (psicológica,
religiosa, jurídica, pedagógica, etc.

Reyes (2019) comenta que:

Se suele comprobar que en el campo procesal también existen algunas


confusiones, esencialmente en la etapa de la postulación del proceso. Es por eso
que en el tratamiento de las causales se recomienda tomar en cuenta los
siguientes aspectos: a) precisar la naturaleza de las causales, b) proponer el
empleo de un adecuado medio probatorio, y c) detectar la ineficacia de las
causales.
Dedemos considerar que la legalidad tambien cumple un papel importante, ya que
en el matrimonio, se refiere a la validez legal y moral de la unión entre dos personas. Es
decir, el matrimonio legítimo es aquel que cumple con todos los requisitos legales y éticos
para su celebración y que ha sido consentido libremente por ambas partes de manera
consciente y reflexiva.

Dentro de los requisitos legales que se exigen para el matrimonio legítimo,


podemos mencionar que los contrayentes deben ser mayores de edad o contar con la
autorización correspondiente si son menores. Además, no deben tener impedimentos
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legales como estar casados o tener una unión de hecho vigente, o contar con alguna
incapacidad mental o física para dar su consentimiento.

Por otra parte, la legitimidad moral del matrimonio se refiere a la percepción social
y ética de la unión, es decir que sea considerado tanto por la sociedad como por las
partes, como un compromiso serio y duradero que se realiza por amor, respeto y
consideración mutua. Un matrimonio que cumple con los requisitos legales y morales
puede contribuir a la estabilidad emocional y social de la pareja, así como aportar un
fuerte sentido de compromiso y apego mutuo. Además, un matrimonio legítimo también
es considerado un pilar básico de la familia y como tal, representa un elemento
fundamental para la estabilidad y desarrollo social, referente a esta opinión, surge una
pregunta que genera cierta incertidumbre, la misma que es ¿puede disolverse el
matrimonio por ser ilegitimo?, a consideración nuestra, cabe mencionar que en
definitiva, la legitimidad en el matrimonio es un valor fundamental que debe ser protegido
y valorado, tanto desde el punto de vista legal como social. Un matrimonio legítimo es la
garantía de que la unión entre dos personas se ha realizado con responsabilidad y
reflexión y que se ha forjado por los valores más positivos del ser humano.

Ahora bien, me gustaría dar respuesta a la siguiente pregunta, ¿puede el estado


obstruir la disolución del vínculo matrimonial?, desde mi perspectiva considero que
sí, debido a que dentro de nuestro ordenamiento jurídico, en el artículo número 358 de
nuestro Codigo Civil (1984), establece que “aunque la demanda o la reconvención tengan
por objeto el divorcio, el juez puede declarar la separación, si parece probable que los
cónyuges se reconcilien”. Debo precisar que esta seudo obstrución es parte de la
protecciones, la cuales goza la famila, ya que debemos asumir que la posibilidad que
consideran los conyuges de divorciarse simplmente obedece a un anhelo o deseo propio,
ya sea fundamentado por el catalogo de supuestos previamente explicitados; sin
embargo, la familia al estar constituida no solo por los conyuges, sino también por los
hijos, debe ser argumento necesario para que el estado se vea en la obligación actuar
como protector, por lo que si bien es cierto, se le otorga esa facultad a un Juez, este
debe considerar de forma subjetiva el supuesto de una posible reconciliación, ya que por
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ejemplo: los conyuges que en un momento decidieron divorciarse o separarse, en algun


momento del proceso estos puedan desistir o desistimar la decisión antes tomada.

Finalmente, por lo que a diario se ve es de suma importancia saber que el derecho


se mueve a voluntad del hombre, ya que este tiende a ser en la mayoria de veces y
situaciones , un tanto voluble. Por un lado, estamos abiertos de que la posibilidad de
encontrar y regular nuevos hechos que impulsen la disolución del vinculo matrimonial se
observen a futuro dentro de nuestra legislación.

Considero importante tambien poder implementar un nuevo mecanismo de


disolución matrimonial, el mismo que debera obedecer simplemente a la voluntad de una
las partes, ya que considero de que nadie está obligado en caso de no querer
permanecer junto a otro con la simple excusa de que existen obligaciones legales y
contractuales que se generan al contraer nupcias.

Mientras escribia este trabajo, se genero una cuestión que debo asumir estoy lejos
de poder responder, la misma que es ¿seria egoista por parte de lo conyuges pensar
primero en ellos mismos antes que en su familia?, si bien es sabido por lo ya antes
expuesto, el estado protege a la familia, sin embargo tambien le dota a los conyuges de
causales de separación y de divorcio, por lo que se genera una disyuntiva la cual no sé
aún si responder a base de voluntad y deseo o a base de reconciliación y nuevas
oportunidades.
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Referencias
Perú, R. d. (1984). Código Civil. Lima: CR Edición.

República, C. d. (1993). Constitución Política del Perú. Lima: CR Edición.

Reyes, N. (2019). DECAIMIENTO Y DISOLUCIÓN DEL MATRIMONIO. Lima: Ius Praxis.

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