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UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA

“UTPL”

DOCENTE:
NAIROBY PINEDA

ASIGNATURA:
DESARROLLO DE LA INFANCIA

ALUMNO:
MORAIMA ANGAMARCA

TEMA:
ETAPA PREOPERACIONAL

CARRERA:
PSICOLOGÍA GENERAL

ACTIVIDAD:
1.Consute que es la etapa preoperacional y sus
características.

ETAPA PREOPERACIONAL DE PIAGET

Desde el nacimiento de los seres humanos se ha iniciado un desarrollo cognitivo que se


estimula de manera gradual y continua. Este es el proceso mediante el cual aprendemos a
usar la memoria, el lenguaje, la percepción, la resolución de problemas o la planificación.
Este proceso, que ocurre en varias etapas, incluida la etapa preoperacional, continúa
durante la adolescencia, involucra el funcionamiento complejo y único de cada individuo y
se crea a través del aprendizaje y la experiencia (el entorno y la sociedad en la que vivimos
son determinantes). Uno de los más grandes teóricos en esta área fue el psicólogo suizo
Jean Piaget, quien formuló una exhaustiva teoría sobre la naturaleza y el desarrollo de la
inteligencia humana. La teoría se ocupa de la naturaleza del conocimiento y de cómo los
seres humanos adquieren, construyen y utilizan gradualmente el conocimiento.
En la etapa preoperacional hay dos subestadios.

1. Subestadio simbólico y preconceptual (2-4 años)


El niño se vale de imágenes concretas para entender el mundo, pero no adquiere ideas
abstractas o generalizables todavía. Las palabras tienen un significado en función de su
experiencia vivida, no en función de lo que se le haya explicado sin haberle dado un
ejemplo real que lo represente.
Se vale de preconceptos, los cuales van muy unidos a su experiencia sensorial, motivo por
el cual es tan importante que los niños de 2 a 4 años se relacionen mucho con la
naturaleza para ir expandiendo su mundo.

2. Subestado intuitivo o conceptual (4-7 años)


La mente del niño está dominada por la percepción inmediata. La intuición juega un papel
fundamental en esta etapa dado que implica la interiorización de percepciones en forma
de imágenes representativas que prolongan los esquemas sensoriomotores sin
coordinación racional. Es decir, el niño, en base a lo que ha visto, intuitivamente se atreve
a generalizar lo que ya sabe.
Características de la etapa preoperacional
Sumado al lenguaje, el niño va adquiriendo una serie de características que están
sentando las bases de cómo adquirirá el conocimiento en años posteriores.
Características de esta etapa
Jean Piaget atribuyó varias características a los niños que se encuentran en la etapa
preoperacional.

1. Centración
La centración es la tendencia del infante a concentrarse en un solo aspecto de un objeto o
situación a la vez. Es decir, los niños que se encuentran en esta etapa tienen problemas
para pensar en más de una característica y tenerlas todas en cuenta de forma simultánea.
La situación contraria, es decir, ser capaz de desplazar su atención en otro aspecto, tanto
de la misma situación u objeto como de otro, es la descentración y, tarde o temprano, la
van adquiriendo.
Igualmente, su capacidad para descentrarse varía en función del tipo de situación. Les
resulta más fácil cambiar el foco de atención en situaciones no sociales que en aquellas
que sí lo son.

2. Egocentrismo
El pensamiento y la comunicación de los niños en esta etapa es típicamente egocéntrico.
Con egocentrismo nos referimos a que su forma de ver y describir las cosas gira en torno a
su experiencia, es decir, están centrados en sí mismos.
Así pues, los niños preoperacionales asumen que lo que ellos ven, oyen y sienten también
lo están viendo, oyendo y sintiendo los demás.

3. Juego
Aunque los niños de 2 a 7 años juegan, su forma de hacerlo es en paralelo. Es decir, juegan
a menudo, e incluso pueden hacerlo varios niños en una misma habitación. Sin embargo,
no interactúan, cada uno está absorto en sus cosas y rara vez juegan de forma colectiva.
Aunque es normal que los padres traten de motivar a sus hijos para que jueguen con los
demás niños, lo cierto es que de acuerdo con Piaget lo normal en estas edades es jugar sin
compartir o crear ningún vínculo con los demás niños de la misma edad. Esto sería debido
a que los niños todavía no comprenden la capacidad del habla ni las reglas por las que se
rige.

4. Representación simbólica
La representación simbólica es la capacidad de realizar una acción, ya sea por medio de
palabras o usando objetos, para representar algo distinto. El lenguaje es la cima de la
representación simbólica dado que por medio de fonemas y grafemas somos capaces de
representar objetos, ideas y acciones.

Aunque importante, Piaget considera que no es el lenguaje lo que facilita el desarrollo


cognoscitivo, sino más bien habría una relación inversa. Es decir, sería el propio desarrollo
cognitivo normativo el que promovería el desarrollo del lenguaje y su uso como
representación simbólica.

5. Juego simbólico
Relacionado con la capacidad de representación simbólica, los niños preoperacionales son
capaces de jugar a algo que no son, como superhéroes, bomberos, médicos… Es decir,
pueden representar simbólicamente el ser otras personas.
También son capaces de hacer esto con objetos, como por ejemplo coger una escoba y
hacer que es un caballo. Objetivamente, queda claro que se trata de una escoba, y el niño
lo entiende, pero también, con la intención de divertirse, lo convierte en su mente en el
animal y hace como que monta en él. También es a esta edad que los niños pueden
inventarse un amigo imaginario.
En el juego simbólico los infantes van avanzando en sus conocimientos sobre cómo
funciona el mundo. Cómo son las personas, los objetos y las acciones que éstos pueden
desempeñar. Así, construyen representaciones cada vez más sofisticadas del mundo a
partir de sus experiencias. A medida que va en aumento el juego simbólico, más se reduce
la visión egocéntrica.

6. Animismo
El animismo es la creencia de que los objetos inanimados, como pueden ser juguetes,
lápices, coches o cualquier otro poseen sentimientos e intenciones humanas. Es decir,
según Piaget, el niño de la etapa preoperacional considera que el mundo natural está vivo,
es consciente y tiene un propósito.
Dentro de esta característica, Piaget detectó cuatro etapas:
La primera va de los 4 a los 5 años, siendo aquella en la que el niño cree que casi todo
tiene vida y tiene un propósito.
Durante la segunda etapa, comprendida entre los 5 y 7 años, solo considera como vivos
aquellos objetos que se mueven y les atribuye un propósito.
La tercera, entre los 7 y 9 años, el niño solo considera como vivos los objetos que se
mueven de forma espontánea.

La última etapa va desde los 9 y 12 año, y en base a lo que ha aprendido tanto de su


entorno familiar como de la escuela el niño entiende que sólo las plantas y los animales
tienen vida.

7. Artificialismo
El artificialismo es el hecho de que los niños preoperacionales piensen que aspectos del
entorno como las nubes, las estrellas, los animales o cualquier otro son fabricados por las
personas. Se trata de una característica muy normal a estas edades, mezcla de todavía no
conocer cómo funciona el mundo y de su interés en el mundo natural.

8. Irreversibilidad
La irreversibilidad es el hecho de que los niños preoperacionales son incapaces de invertir
la direccionalidad de una secuencia de eventos a su punto de partida. Es decir, después de
haber hecho una serie de acciones, por ejemplo, con piezas de lego o de cualquier otro
tipo de juguete similar, los niños no serían capaces de hacer los pasos inversos para volver
al mismo punto en el que estaban al principio.

El experimento de las tres montañas


Piaget quiso comprobar a qué edades los infantes seguían teniendo una perspectiva
egocéntrica de la realidad. Para ello, en colaboración con la psicóloga Bärbel Inhelder en
1956 aplicó el experimento de las tres montañas, el cual consiste en presentarles a los
niños una maqueta en la que hay tres montañas. En una su cumbre está nevada, en otra
hay una casita en lo más alto y en la tercera se encuentra una cruz arriba del todo.
La premisa de Piaget e Inhelder era que, si el niño tiene una perspectiva egocéntrica,
asumirá que los demás ven la misma perspectiva que él tiene de las montañas. En cambio,
si el niño ha superado el egocentrismo, será capaz de entender que los demás no tienen
por qué ver exactamente lo mismo que él, y sabrá indicar qué es lo que están viendo. Así
pues, el principal objetivo de Piaget e Inhelder era ver a partir de qué edad los niños eran
capaces de descentrar su atención e indicar lo que otros podrían ver.
El método era sencillo. Se enseñaba al niño sujeto del experimento la maqueta y se le
decía que podía dar vueltas alrededor y curiosear un poco sobre lo que veía. Pasado un
rato, se cogía al niño y se le hacía sentarse en una silla para que tuviera una visión estática
de la maqueta. Acto seguido, se cogía una muñeca que se colocaba en varias posiciones
de la mesa.
Una vez hecho esto se le presentaba al niño varias fotografías de las montañas, tomadas
desde diferentes posiciones. La tarea era que el niño indicara qué fotografía mostraba la
misma perspectiva que estaba viendo la muñeca. Así pues, si el niño señalaba la fotografía
que se correspondía con su misma visión, el niño todavía era egocéntrico. En cambio, si
indicaba lo que veía la muñeca y acertaba, entonces era señal de que había superado su
visión egocéntrica.
Tras haber realizado el experimento, Piaget e Inhelder descubrieron que los niños de 4
años tenían una visión prácticamente siempre egocéntrica, dado que solían indicar la
imagen que representaba lo que ellos mismos veían y no mostraban señales de ser
conscientes de que la muñeca viera algo diferente. Era a partir de los 6 años en los que se
empezaba a ver a niños que eran capaces de entender que lo que la muñeca veía era
distinto, aunque rara vez acertaron. Quienes sí acertaron casi siempre eran los niños a
partir de los 7-8 años.

Crítica a Piaget: El problema de los muñecos de policía


Pero pese a los hallazgos de Piaget e Inhelder en 1956, Martin Hughes argumentó en 1975
que este experimento no tenía sentido para los niños porque era difícil que lo
comprendieran. Era demasiado complicado para infantes de esas edades tener que
asemejar su propia perspectiva visual con las que se les mostraba en las fotografías y
pretender suponer qué era lo que veía la muñeca.
En base a esto, Hughes ideó una tarea que tenía era más fácil de entender para los niños.
Mostró a los infantes un modelo que comprendía dos paredes que se cruzaba
perpendicularmente, formando una cruz griega que tenía cuatro esquinas. Para el
experimento usaba, además, tres muñecos, dos de ellos eran de policías y uno de un
ladrón.
Primero, se ubica un muñeco de policía en varias posiciones, y se pedía a los niños que
seleccionaran ese mismo muñeco. La finalidad de esto era asegurarse de que el niño
comprendía lo que se le pedía, dado que a edades tan tempranas puede ser que el
problema no sea el tener una visión egocéntrica, sino el no comprender del todo el
lenguaje hablado. En caso de que el niño cometiera errores, se le volvía a explicar la tarea
y lo intentaba otra vez. Curiosamente pocos cometieron errores en los primeros ensayos.
Una vez comprobado que los niños entendían el experimento, se daba inicio al
experimento en sí. Hughes introducía un segundo muñeco de policía, ubicándolo en el
extremo de dos paredes. Se pedía al niño que cogiera el muñeco de ladrón y lo escondiera
de ambos policías, es decir, tenía que tener en cuenta dos puntos de vista diferentes.
La muestra con la que trabajó Hughes iba de los 3 a los 5 años y cerca del 90% fue capaz
de dar respuestas correctas. En base a esto, Hughes ideó una situación más compleja, con
más paredes y un tercer policía, e incluso el 90% de los niños de 4 años tenían éxito. Con
esto Hughes demostraba que los niños habían superado su visión egocéntrica apenas con
4 años, siendo capaces de asumir la perspectiva de la otra persona bastante más pronto
de lo que Piaget había asegurado con su experimento de las tres montañas.

Referencias bibliográficas:

Borke, H. (1975). Piaget’s mountains revisited: Changes in the egocentric landscape.


Developmental Psychology, 11(2), 240.

Piaget, J. (1929). The child’s concept of the world. Londres, Routledge & Kegan Paul.

Piaget, J. (1951). Egocentric thought and sociocentric thought. J. Piaget, Sociological studies, 270-
286.

Piaget, J., & Cook, M. T. (1952). The origins of intelligence in children. New York, NY: International
University Press.

Piaget, J., & Inhelder, B. (1956). The Child’s Conception of Space. London: Routledge & Kegan Paul.

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