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Bajo sospecha. Fernando Espinoza al asumir otra vez en 2019, junto a Cristina Kirchner
y Verónica Magario.
El censo 2022 que se realizó ayer podría empezar a echar luz sobre cuántos somos y
cómo vivimos los argentinos y también sobre una disputa judicial, millonaria y política
que involucra al municipio más grande de la Provincia, La Matanza, y de manera
indirecta al resto de los 134 distritos bonaerenses, que podrían haber sido
perjudicados en los montos que recibieron por la coparticipación bonaerense durante
los últimos 11 años.
En La Matanza hay una sola respuesta: “Sin comentarios”, contestan ante las consultas
de este diario. Oficialistas y opositores creen que el censo 2022 les dará la razón y
zanjará la disputa a su favor.
El municipio más poblado del país, que hace 12 años era gobernado por el actual
intendente Fernando Espinoza, habría verificado entre 2001 y 2010 un aumento
demográfico del 41 por ciento, según los números oficiales. La cifra está muy por
encima del crecimiento que experimentaron otros distritos de la tercera sección
electoral -la más poblada- que no crecieron más allá del 21 por ciento.
Según esa estadística en 2010 vivían en La Matanza 1.775.816 personas; 520.528 más
que las registradas en el censo anterior, de 2001. La construcción de viviendas creció
en ese lapso un 24%.
La polémica es mucho más que mera estadística. Los fondos coparticipables que la
Provincia reparte a los 135 municipios se dividen según el CUD (Coeficiente Único de
Distribución). En 2021 sumaron un total de $28 mil millones. Para fijar el CUD, se
cruzan variables, como infraestructura sanitaria, escolar y municipalización de
servicios, pero la más importante es la demográfica. “Representa el 36% del CUD”,
explica Valenzuela a Clarín. La Matanza es el que más recibe.
El intendente de Mar del Plata y ex juez federal Guillermo Montenegro, también del
PRO, revisó la presentación judicial y se sumó como querellante en la causa por
falsedad ideológica en un documento público contra el organismo de estadística que
hoy conduce Marco Lavagna.
Los intendentes de la oposición creen que si la Justicia les diera la razón, La Matanza
podría verse obligada a devolver parte de las partidas asignadas. Señalan como posible
solución los $10 mil millones que la actual vicegobernadora y ex intendenta Verónica
Magario colocó en un Plazo Fijo del Banco Provincia en 2019 y, que según algunos
cálculos hoy podrían representar más del doble en pesos.
En 2010, cuando se realizó el censo ahora cuestionado, hacía 3 años que el INDEC
había sido intervenido en los hechos por Guillermo Moreno para manipular los índices
de inflación y que repercutieron en los de pobreza e indigencia, entre otros.
La causa original por la manipulación de los números del INDEC fue elevada a juicio y
está en manos de Daniel Rafecas, que reemplazó a Rodolfo Canicoba Corral.
El intendente de Pinamar, otro referente del PRO, también sostiene que su municipio
fue perjudicado. “Tener un censo pedorro trae consecuencias concretas, por ejemplo,
en Pinamar para la coparticipación tenemos 25.000 habitantes, pero solo nuestro
padrón electoral es de 34.000 personas. Eso genera menos recursos para nuestra
ciudad cada año que pasa”, se quejó el alcalde de la ciudad balnearia en Twitter.
MAXI FAILLA
Por primera vez, la mitad de la población en todo el país cargó las planillas del censo
por Internet, pero las ausencias de los censistas y otros inconvenientes impidieron
terminar el operativo. Por eso, el Indec dedicará otros seis días a completar la visita a
las viviendas que no se pudieron censar.
También se extenderá hasta el 24 de mayo el período para que los ciudadanos carguen
en la web del Censo 2022 los datos de sus hogares.
Además, que reabrió la posibilidad de completar el formulario vía web, opción que
tuvo una cobertura on line por arriba del 50%.
En tanto, el presidente Alberto Fernández aseguró que el relevamiento había sido “un
éxito”. Fue a través de un mensaje grabado, en el que se mostró junto al ministro de
Economía Martín Guzmán y al director del INDEC, Marco Lavagna.
La muerte agobió tanto en los últimos dos años que, aun con las calles vacías y las
persianas bajas -foto gemela de la indeleble cuarentena-, hubo todo el día gran
ansiedad por la cifra poblacional que saldría del censo dos años demorado por el
Covid. Como si el número diera frescura al pantano inflacionario y político. Un dato
que debía acarrear lo nuevo que nunca llega. No seremos los mismos, pero sí,
seguramente, más.
El Covid irrumpe en estas líneas: desde la primera hora de ayer circuló que muchos
censistas debieron “bajarse” a último momento. Clarín consultó al INDEC si había
ausencias por infecciones. Dijeron que no.
Sin embargo, no eran pocas las personas que temprano reportaban lo que los propios
censistas empezaron a confirmar a algunos vecinos: que habían debido realizar
circuitos adicionales para suplir a compañeros ausentes por enfermedad.
En el INDEC, sin embargo, negaron hacia el mediodía "faltazos" o bajas. Más tarde, en
la conferencia de prensa al cierre del operativo, Marco Lavagna reconoció -en parte- el
problema, pero lo consideró un asunto menor.
Evaluó que “alguna casa, quizás, haya quedado sin censar”, aspecto cuya magnitud no
podía ser dimensionada al cierre de estas líneas, ya que solo una jurisdicción dio un
dato oficial: Rosario, ciudad que estimó que un 10% de las viviendas no pudieron ser
censadas (ver pág. 6).
Lavagna además aclaró que habrá seis días “de recupero”, desde hoy, para cubrir
"baches”, algo que, remarcó, “se hace siempre”.
Pero Lavagna también se dirigió a quienes habían completado el censo digital y (por el
"faltazo") no pudieron entregar el código al censista: "Quizás no tengan la etapa del
matcheo, pero lo tomamos como dato válido”.
Sin embargo (en otro sentido), iba al revés: trascendía que no solo había censistas
cubriendo circuitos de terceros sino, también, empleados del INDEC saliendo
improvisadamente a censar. En el Instituto lo negaron.
Acá, 51,5% de la población quedó consignada en el censo digital. El cálculo fue hecho,
no sobre 45 millones de personas sino sobre la proyección del INDEC para 2022 de
46,2 millones. En tanto, Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno porteño, dijo
que “casi el 60% de la población porteña se censó digitalmente”. Fuentes del INDEC
comentaron que fue el 62%.
El dato sorprendió a la luz de la brecha digital que el 30 de abril había informado este
medio, evidente en varias de las provincias con peor situación socioeconómica. Sin
embargo, en 18 días, la adherencia nacional al censo digital casi se cuadruplicó.
En diálogo con este medio, Lavagna hace poco había pronosticado que mucha gente
“patearía" el censo on line para último momento”. No se equivocó. La participación
creció 257% desde el 30 de abril. Tampoco se equivocó al sugerir no dejarlo para
último momento, dado que "la página se podría enlentecerse”.
Según Lavagna, llevará entre uno y tres meses tener cifras demográficas precisas sobre
la población argentina. Y un año y medio tener la foto completa del censo nacional
2022.
En cuanto a lo que sigue en estos días, hay incertidumbre. Los no censados, que
Lavagna destacó como una porción chica pero sin dudas "importante" para el censo,
no se quedarán hasta el 24 de mayo esperando que el censista toque el timbre.
Pero, una de las veedoras del operativo, Fabiana Del Popolo, jefa del área de
demografía e información sobre población del CELADE-CEPALONU, destacó este
miércoles las dificultades de la empresa, y resaltó la importancia de que Argentina
hubiera liderado regionalmente el censo online.
Barranca abajo. Los indicadores bursátiles volvieron a desplomarse. Temor por la tasa
de interés.
Aún en un día feriado por el Censo Nacional 2022, los activos financieros argentinos
terminaron golpeados. Atados al mal humor de las Bolsas globales, las acciones de
empresas locales que cotizan en Wall Street cerraron en su mayoría caídas, con
Mercado Libre a la cabeza. La firma perdió más de 10%.
A nivel general, las acciones que cotizan en Wall Street vivieron un verdadero
miércoles negro este miércoles al presentar su peor caída en los últimos dos años. Los
tres principales índices bursátiles mostraron severos rojos, encabezados por el
tecnológico Nasdaq que perdió 4,73%. En tanto, el S&P 500 se hundió 4,04% y el Dow
Jones terminó con un rojo de 3,57%.
El país vive el impacto de la inflación global y los precios de las acciones lo reflejan. La
fuerte caída de la acción de los supermercados Target (24,87% a 161,73 dólares) -un
hundimiento raro en el sector de las ventas minoristas- se llevó toda la atención de los
inversores, pues muestra que el alza de precios comienza a pesar sobre el consumo y
las ganancias de las empresas.
La firma vio su ganancia trimestral divida por dos, y su presidente, Brian Cornell, se
quejó de las alzas de costos. Advirtió que las ventas bajarían en 2023, y señaló que los
costos de carburante y fletes subieron.
De todos modos, aceleración de la baja se dio desde que la Reserva Federal inició
formalmente su política de suba de tasas de interés. El presidente de la Fed, Jerome
Powell, dijo el martes que el banco central de Estados Unidos aumentará las tasas de
interés hasta que haya evidencia “clara y convincente” de que la inflación está
retrocediendo.
En este escenario adverso para los países emergentes y los activos "de riesgo", los
bonos en dólares parecen no encontrar su piso y volvieron a bajar, lo que hizo que el
riesgo país, que mide la banca JP Morgan trepase a 1.950 unidades, un máximo que no
veía desde principios de marzo, antes de que el Gobierno firmara el acuerdo con el
Fondo Monetario.
El día anterior, los títulos públicos que entraron en la última reestructuración de deuda
encarada por el Ministro Martín Guzmán ya habían cerrado con fuertes rojos.
Esta "aversión al riesgo" impacta también en los papeles argentinos, sobre todo los del
segmento tecnológico. Las acciones más golpeadas fueron las de Globant y Mercado
Libre, que acumulan rojos anuales de 42,8% y 44% respectivamente. El papel del
gigante de ecommerce se hundió más de 10%, seguido de lejos por la acción de
Despegar, que perdió 6%.
Es que estos papeles están en manos de fondos de cobertura que rápidamente migran
hacia "activos de calidad" cuando comienza la volatilidad en el mercado.