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Sistemas de responsabilidad social

Responsabilidad contractual (obligacional) y extracontractual (aquiliana). Uni cación en el Código

Sistema normativo

Responsabilidad precontractual y poscontractual

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Responsabilidad contractual (obligacional) y extracontractual (aquiliana). Unificación en


el Código

Unificación en el Código Civil y Comercial

Situación problemática inicial

Una situación problemática inicial nos puede ayudar para comprender de qué trata esta idea de sistemas de responsabilidad civil.

Imaginemos que una persona invita a su grupo de amigos a su casa y para agasajarlos pide comida rápida, por ejemplo, unas pizzas.

Luego de ingerirlas, el grupo de amigos comienza a sentirse mal, con dolores abdominales severos que les ocasionan daños materiales. El grupo de amigos comprueba que la
comida rápida se encontraba en mal estado, pues no cumplía con normas bromatológicas vigentes.

En este caso, la persona que realizó la invitación se encuentra unida con la casa de comidas mediante un contrato. Por lo tanto, en caso de incumplimiento, esta persona puede
demandar a la casa de comidas rápidas en base a tal incumplimiento por daño y perjuicios y el reclamo se nomina bajo el sistema de “responsabilidad contractual”.

Por otro lado, el resto de los afectados por la comida en mal estado no tiene vínculo contractual con la casa de comidas rápidas. Sin embargo, la conducta negligente de la casa
de comidas violó el principio general de no dañar a otro. Entonces, podemos encasillarla como “responsabilidad extracontractual”. En esta última, a diferencia de la
responsabilidad obligacional, el deber de resarcir el daño implica una nueva relación jurídica obligatoria.

Pensemos también en el caso de un peatón que, al cruzar la calle, se ve embestido por un ómnibus. Dado que no hay una relación obligatoria preexistente entre el peatón y la
empresa de transporte, la responsabilidad civil recaerá en la esfera extracontractual. Distinto sería el caso si el daño es ocasionado al pasajero del ómnibus, pues allí existe un
contrato de transporte.

Con este simple ejemplo tratamos de introducirnos en el tema. En las siguientes líneas, profundizaremos
sobre ambos sistemas y la regulación del Código Civil y Comercial.

Evolución histórica de la distinción

El Código Civil de Vélez, al igual que otros de su época, consagró un doble régimen de responsabilidad: el correspondiente al incumplimiento obligacional (contractual) y el de
la responsabilidad aquiliana (extracontractual).

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En el siglo XIX, la mayoría de los códigos civiles establecieron la distinción entre los dos regímenes de responsabilidad civil. En la actualidad, este distingo perdió vigencia,
especialmente en nuestro país, pues el Código Civil y Comercial (en adelante, CCC) adoptó un sistema unificado.

Discusión en torno a la unificación y deslinde de ambas órbitas: teoría de la dualidad y teoría de la unidad. Tesis
intermedia

Tal como sosteníamos, el Código Civil de Vélez estableció un régimen doble de responsabilidad civil. En primer lugar, encontramos la órbita correspondiente al incumplimiento
obligacional (normalmente llamado contractual) y, en segundo lugar, la responsabilidad aquiliana (o extracontractual).

Tal como explican Pizarro y Vallespinos (2014), se ha debatido en la doctrina argentina respecto de la terminología y la conceptualización de dichas categorías.

Una primera doctrina considera responsabilidad contractual a la derivada de un incumplimiento de una obligación con origen en un contrato válido. De acuerdo con dicha
tesitura, todos los demás supuestos (v. gr., el incumplimiento de una obligación legal, etcétera) quedarían atrapados dentro de la categoría de responsabilidad extracontractual o
aquiliana.

Una posición más amplia admite que la responsabilidad contractual devenga no solo ante el supuesto mencionado más arriba, sino ante la violación de una obligación
preexistente, cualquiera sea su fuente. En otras palabras, no solo en caso de que la obligación incumplida provenga de un contrato, sino también de una obligación con fuente
diferente, como podría ser, por ejemplo, una legal. Por tal razón, recomendarán dichos autores, es más apropiado nominarla responsabilidad obligacional.

En ese sentido, cabe destacar que no es la fuente lo que hace que la responsabilidad sea extracontractual u
obligacional, sino el carácter de obligación preexistente y específica. En cambio, en caso de responsabilidad
extracontractual, la misma será derivada del incumplimiento del deber genérico de no dañar (neminen laedere).
Esta última categoría es la regla en materia de responsabilidad civil.

La unificación de los dos regímenes estudiados ha sido proclamada por la doctrina nacional. Las recomendaciones en jornadas y congresos son numerosas:

1 III Congreso Nacional de Derecho Civil(Córdoba, 1961);

2 V Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Rosario, 1971);

3 Jornadas Australes de Derecho Civil (Comodoro Rivadavia, 1986);

4 III Jornadas Sanjuaninas de Derecho Civil (1986);

5 XII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Bariloche, 1989).

Asimismo, esta es la tendencia que prima en el derecho comparado, especialmente en Italia, Suiza y Portugal.

Diversos proyectos de reforma han reflejado la misma consigna:

1 proyecto de Código Único de 1987;

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2 proyecto de Unificación de la Legislación Civil y Comercial de 1993;

3 proyecto de Reforma al Código Civil Decreto N°468/92;

4 proyecto de Unificación de 1998.

Caracterización del régimen de Vélez Sarsfield

Tal como mencionamos más arriba, en el código derogado se reglamentaba un doble régimen de responsabilidad. Estudiemos cómo estaba regulado.

La responsabilidad obligacional

La responsabilidad obligacional es de carácter específico y regula el incumplimiento de una obligación preexistente sin importar la fuente. En esta categoría de responsabilidad por
incumplimiento, se sustituye por vía de modificación el objeto de la prestación debida o se adiciona a la obligación preexistente.

Por ejemplo, imaginemos que María y Juan se están por casar, contratan un servicio de catering y la empresa no cumple con la obligación de servir la bebida y la comida el día del casamiento. En
este caso, se configurará un incumplimiento definitivo y podrán solicitar el resarcimiento correspondiente al daño y perjuicio sufrido. De ese modo, el objeto de la prestación originaria (el
servicio de catering) será sustituido por la suma de dinero que la empresa de catering deberá pagar a los damnificados. Sin embargo, también podría suceder que el incumplimiento no sea
definitivo y que pueda ser realizado tardíamente con interés del acreedor. En tal caso, al objeto de la prestación se le puede adherir una suma dineraria correspondiente al resarcimiento por los
daños causados por el incumplimiento defectuoso. Profundizaremos todos estos conceptos más adelante.

La responsabilidad extracontractual

La responsabilidad extracontractual, para el régimen de Vélez, era de carácter residual. Es decir, toda responsabilidad que no sea obligacional (contractual) es extracontractual, ya que implica la
lesión al deber general de no dañar a otro.

En la responsabilidad extracontractual, a diferencia de la responsabilidad obligacional, el deber de resarcir el daño implica una nueva relación jurídica obligatoria. Como ejemplo de este tipo de
responsabilidad podemos poner el caso de un peatón que, al cruzar la calle, se ve embestido por un ómnibus. Dado que no hay una relación obligatoria preexistente entre el peatón y la empresa de
transporte, la responsabilidad civil recaerá en la esfera extracontractual.

Por el contrario, si el lesionado hubiera sido transportado por la empresa de transporte, al existir una relación obligatoria preexistente (contrato de transporte), la responsabilidad será, por regla,
obligacional. Sin perjuicio de ello, como veremos seguidamente, queda la posibilidad de opción si el hecho dañoso degenerara en delito criminal.

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LECCIÓN 2 de 4

Sistema normativo

El sistema adoptado por el Código Civil y Comercial

El nuevo Código Civil y Comercial, desde el camino iniciado por los anteriores proyectos de reforma (1987, 1993 y 1998), unifica la responsabilidad civil contractual y
extracontractual, o, mejor dicho, las regula conjuntamente tal como afirma la doctrina al tratar la nueva en cuanto refiere a la unificación (Picasso, 2014).

El artículo 1716 dispone: "Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado,

conforme con las disposiciones de este Código"1.

[1] Art. 1716, Ley 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Conforme la norma citada, cualquiera sea la fuente del deber de reparar el daño –ya sea la violación del deber general de no dañar como fuente de la responsabilidad contractual
o el incumplimiento de una obligación como fuente de la responsabilidad extracontractual–, se tornan de aplicación las mismas reglas. La unificación que opera en el nuevo
código se basa en la identidad de finalidad y de presupuestos entre ambas esferas de responsabilidad y tiende a lograr también, en principio, una unidad de efectos. “Con
algunas excepciones la responsabilidad surgida de la violación del deber general de no dañar a otro o la surgida del incumplimiento obligacional se rigen por idénticas reglas”
(Picasso, 2015, p. 345).

Las normas que integran el Capítulo I del Título V del Libro Tercero del CCC de la Nación, consagradas a
la responsabilidad civil (artículos. 1708 a 1780), se aplican indistintamente a la responsabilidad contractual
y la extracontractual, salvo las excepciones que se expondrán más abajo.

Consecuencias de la unificación

A continuación se tratan los aspectos más relevantes de la unificación.

Plazo de prescripción liberatoria

El nuevo art. 2561 in fine establece un plazo común de tres años para la prescripción del "reclamo de la indemnización de daños derivados de la responsabilidad civil"2.

[2] Art. 1716, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

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En consonancia con lo expuesto, la norma no hace diferencia entre la responsabilidad civil derivada del incumplimiento obligacional o de la violación del deber de no dañar. El
plazo de prescripción es único y fijado en tres años.

Si bien existen otros plazos, estos son supuestos especiales o de excepción y su fijación no pasa por el carácter contractual o extracontractual de la responsabilidad en cuestión,
sino por la especialidad del caso regulado. Así, por ejemplo, el plazo de diez años para la acción por daños derivados de agresiones sexuales a personas incapaces o de dos años
para la acción de derecho común derivada de accidentes o enfermedades del trabajo o para el reclamo de los daños derivados del contrato de transporte (artículo 2562 incisos
"b" y "d” del CCC) son especiales y nada tienen que ver con el carácter contractual o extracontractual. (Picasso, 2015).

Extensión del resarcimiento

El artículo 1726 declara resarcibles las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles, lo cual es aplicable tanto a la responsabilidad extracontractual como a la derivada
del incumplimiento de obligaciones, con la excepción que señalamos más adelante referida a la previsibilidad contractual.

Dice la norma: “Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal

en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles”3.

[3] Art. 1726, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Curso de los intereses accesorios a la obligación de reparar

El art. 1748 es aplicable por igual a ambas clases de responsabilidades. Establece que "El curso de los intereses comienza desde que se produce cada perjuicio"4, con lo cual, en
la responsabilidad contractual y en la aquiliana, el curso de intereses se unifica.

[4] Art. 1748, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Diferencias subsistentes a pesar de la unificación

Aun cuando se legisla por la unificación, la distinción entre la responsabilidad contractual y la extracontractual se mantiene en relación a la distinta estructura del hecho
generador del deber de reparar. En los fundamentos de la comisión de reformas se expresa que "la tesis que se adopta es la unidad del fenómeno de la ilicitud, lo cual no implica
la homogeneidad, ya que hay diferencias que subsisten" (Lorenzetti, Highton de Nolasco y Kemelmajer de Carlucci, 2012, https://bit.ly/2QghAR2). Sobre esto, comenta
Picasso:

Esas diferencias –apuntamos nosotros- son irreductibles, y derivan de la distinta naturaleza del hecho generador de responsabilidad en cada una de esas
hipótesis.

Corresponde entonces estudiar brevemente las situaciones más relevantes en las que la responsabilidad contractual recibe en el flamante Código Civil y
Comercial un tratamiento diferenciado. (2014, p.151).

Al respecto el autor Sebastián Picasso (2015) trabaja varios supuestos de diferenciación, entre los que podemos destacar la antijuridicidad, la configuración del factor de
atribución, el caso fortuito, la previsibilidad de las consecuencias en materia contractual, la ejecución de la obligación por un tercero, la edad a la que se adquiere el
discernimiento y los casos con elemento internacional. Veamos cada uno de estos aspectos.

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1 En relación a la antijuridicidad, tal como vimos, en materia extracontractual este elemento es atípico; es decir, deriva del deber de no dañar a otro.
Mientras que, en la responsabilidad contractual, existe un deber previo, una obligación especifica que se incumple. En este aspecto, aun cuando existe
unificación, la naturaleza propia de cada situación hace imposible asimilarlos. Basta una simple lectura del art. 1749 del CCC donde se distinguen ambas
posibilidades.

2 En relación al factor de atribución, podemos decir que en materia extracontractual o aquiliana el deber general de no dañar obliga a todas las personas sin
determinación: por aplicación de este mandato general todos y cada uno de nosotros estamos obligados a no dañar a otro. La configuración del factor de
atribución en la responsabilidad extracontractual requiere, en cambio, examinar de qué forma se dañó: si se lo hizo con culpa o dolo (artículos 1724 y
1749), por un acto involuntario (artículo 1750), mediante el empleo de una cosa riesgosa o viciosa, o por el ejercicio de una actividad peligrosa (artículos
1757 a 1759); o si el perjuicio fue ocasionado por una persona no identificada dentro de un grupo determinado (artículo 1761), por un grupo de riesgo
(artículo 1762), etc. Por otra parte, en la responsabilidad contractual la obligación asumida –esa prestación especifica– es un vínculo que constriñe a un
sujeto determinado a cumplir cierta conducta en relación a otro u otros, en todos los casos determinados o determinables. En este último tipo de deberes
calificados, la responsabilidad no deriva entonces de la calidad de dañador, sino de la de deudor de la obligación (Picasso, 2014).

3 En relación al caso fortuito, la exoneración en cada una de las esferas es diferente. Dicho de otro modo: el caso fortuito exonera de responsabilidad, sea
esta aquiliana o contractual; pero para que opere tal dispensa se advierten matices diferentes. En efecto, en la responsabilidad extracontractual el caso
fortuito rompe o fractura el nexo causal entre el hecho del sujeto y el daño, y desplaza la autoría hacia ese evento imprevisible o irresistible (artículos
1730 y 1731). En materia obligacional, se trata de evaluar la incidencia que el caso fortuito tiene en la posibilidad de cumplir la obligación.

4 En relación a la previsibilidad contractual, tal como está regulada la hipótesis solo es aplicable para este supuesto y queda excluida la responsabilidad
aquiliana.

5 En la ejecución de la obligación por un tercero, Picasso entiende que:

Dado que, en las obligaciones, el fundamento de la responsabilidad es el incumplimiento (arts. 1716 y 1749), esa circunstancia hace
responsable al deudor, cualquiera sea la persona que de hecho haya materializado la inejecución del plan prestacional. A diferencia de
lo que ocurre en la responsabilidad extracontractual —donde el responsable indirecto responde por el hecho de otro, como sucede con
el principal por el hecho de su dependiente, o con los padres por el hecho de sus hijos, arts. 1753 y 1754-, en la responsabilidad
contractual el análisis no se centra en el hecho que daña sino en el incumplimiento, que en tanto tal es siempre imputable al deudor, de
manera directa (y no refleja). Por eso, el hecho de que el obligado introduzca a un tercero para ejecutar la prestación en su lugar en
nada altera la naturaleza o el fundamento de dicha responsabilidad…En ese sentido, el art. 732 establece que el incumplimiento de las
personas de las que el deudor se sirve para la ejecución de la obligación se equipara al derivado del hecho del propio obligado. En
consecuencia, cuando el incumplimiento es materializado por el tercero ejecutor de la obligación el deudor responde en los términos
del art. 1749 (responsabilidad directa), y no se aplica el art. 1753, que estructura un sistema de responsabilidad indirecta del principal
por el hecho de sus dependientes. Esta última norma sí rige, en cambio, los supuestos de responsabilidad extracontractual por daños
causados por el ejecutor material de la obligación: daños a terceros no contratantes, o bien daños sufridos por el acreedor como
consecuencia de la lesión de bienes distintos de los que conforman el objeto del contrato (v.g., daños a la persona del acreedor). Es en
este sentido que debe entenderse la referencia que se hace en ese último artículo a la responsabilidad del principal por el hecho de "las
personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones”. (Picasso, 2015, p.9).

6 En relación a la edad a la que se adquiere el discernimiento, esta se contabiliza de manera diferente para los actos lícitos y para los ilícitos. Para los actos
ilícitos se adquiere a los diez años –tal como en el código de Vélez– pero para los lícitos se obtiene a los trece. Debes prestar atención aquí pues la edad es
un año antes que en el régimen establecido en el Código derogado conforme el artículo 261, incisos "b" y "c".

7 En relación a los casos con elementos internacionales, conforme el artículo 2651 del Código Civil y Comercial, rige la autonomía de la voluntad: “Los
contratos se rigen por el derecho elegido por las partes en cuanto a su validez intrínseca, naturaleza, efectos, derechos y obligaciones [por el derecho
elegido por los contratantes]”. En defecto de elección por las partes, se aplica la ley del lugar de cumplimiento o, de no poder determinarse este, la del
lugar de celebración del contrato (artículo 2652). Pero, en el caso de implicar responsabilidad aquiliana por actos ilícitos, se aplica la ley del país donde se
produce el daño, independientemente de aquel donde haya tenido lugar el hecho generador. Sin perjuicio de ello, cuando el sindicado como responsable y
la víctima tienen su domicilio en el mismo país en el momento en que se produzca el daño, se aplica el derecho de ese estado tal como reza la norma:

Artículo 2657.- Derecho aplicable. Excepto disposición en contrario, para casos no previstos en los artículos anteriores, el derecho
aplicable a una obligación emergente de la responsabilidad civil es el del país donde se produce el daño, independientemente del país

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donde se haya producido el hecho generador del daño y cualesquiera que sean el país o los países en que se producen las consecuencias
indirectas del hecho en cuestión.

No obstante, cuando la persona cuya responsabilidad se alega y la persona perjudicada tengan su domicilio en el mismo país en el
momento en que se produzca el daño, se aplica el derecho de dicho país.5

[5] Art. 2657, Ley 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Daños a la persona. Desaparición de la obligación de seguridad en el derecho común

También aquí señalamos esta consecuencia señalada por Picasso (2014), que también es opinable. Indica el autor que la obligación tácita de seguridad –sobre la cual volveremos
en las unidades siguientes– cumplió una importante función como instrumento para objetivar la responsabilidad del deudor por los daños causados al acreedor con motivo de la
ejecución del contrato. Sin embargo, esa obligación, así concebida, tenía sentido –dice Picasso– en un sistema que, como el de Vélez, sentaba normas distintas para regular la
responsabilidad contractual y la extracontractual; es decir, en donde, por expresa previsión del artículo 1107 de ese código, no era posible aplicar la responsabilidad por riesgo
creado (artículo 1113, Código derogado) al ámbito del contrato. Luego se introdujo la obligación de seguridad en el derecho del consumo (artículo 42 de la Constitución
Nacional y 5 de la Ley 24240). Por lo cual, al unificarse el sistema, el mantenimiento de la obligación de seguridad en el derecho común carece de sentido, según el autor. Por
un lado, porque la mayoría de los supuestos en los que se justificaba hacer uso de esa obligación están ahora regidos por la legislación especial tuitiva de los consumidores y
usuarios; y por el otro, porque la unificación de la responsabilidad civil torna aplicables al ámbito del contrato las disposiciones referidas a la responsabilidad objetiva por riesgo
(artículos 1757 y 1758), con lo que no es necesario recurrir a la obligación de seguridad de resultado para objetivar la responsabilidad del deudor. Por ese motivo no se ha
incorporado en el flamante código ninguna alusión a la obligación tácita de seguridad. También por eso se dice, en los fundamentos del anteproyecto, que se unifican los
supuestos que habían generado dificultades serias, como ocurre con los daños a la persona en el ámbito de la responsabilidad contractual. En tales situaciones, la reparación del
daño se regirá, según los casos, por los artículos 1749 (responsabilidad por culpa o dolo) o 1757 y 1758 (riesgo). Esto depende de si se hayan empleado o no cosas viciosas o
riesgosas para ejecutar la obligación, o si la actividad desplegada por el deudor puede o no calificarse en sí misma como peligrosa en los términos del artículo 1757. Si los daños
a la persona fueron ocasionados por un dependiente del deudor, se aplicará el artículo 1753. Sobre el mantenimiento o la eliminación de la obligación de seguridad volveremos
en la lectura 3.

La cuestión en las relaciones de consumo

Tal como sostenemos, son claros los aportes que el Código Civil y Comercial hace al derecho del consumidor. El mencionado código formaliza reglas generales no solo sobre
contratos, sino también sobre responsabilidad civil, que complementan la legislación especial y proveen un lenguaje normativo común. También dijimos que el nuevo código
regula los contratos de consumo, pero deja subsistente el régimen establecido por la Ley 24240, con lo cual ambos regímenes se complementan.

Concretamente, el régimen de responsabilidad objetiva por daños derivados de cosas o servicios, actualmente emergente del artículo 40 de la Ley 242406, vendría a
complementarse con la sanción del nuevo código a través de pautas adicionales incorporadas por el artículo 1757 del CCC.

[6] Art. 40, Ley 24240. (1993). Ley de Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QgYev8

En relación a la unificación del sistema de responsabilidad civil obligacional y contractual, podemos afirmar que
el régimen del consumidor fue unos de los primeros y más importantes ejemplos de unificación parcial de la
responsabilidad civil, anterior al dictado del CCC.

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En efecto, en la Ley de Defensa del Consumidor, el eje no pasa por el contrato sino por la relación de consumo (artículo 42 de la CN), entendida como el vínculo que se

establece entre el consumidor o usuario y el proveedor de bienes o servicios para su consumo final (artículos 1, 2 y 3 de la Ley 242407). Es claro que la obligación de seguridad

que esa norma consagra en su artículo 58, a cargo del proveedor, rige incluso en casos en que no existe contrato, ya que basta la existencia de un mero contacto social entre

consumidor y empresario. A su vez, el artículo 409 de la Ley 24240 responsabiliza a todos los integrantes de la cadena de producción y comercialización de un producto o
servicio riesgoso –sin distinguir tampoco entre responsabilidad contractual y extracontractual– y engloba en sus disposiciones –entre otros– tanto al fabricante como al vendedor
directo de la cosa o servicio.

[7] Arts 1, 2 y 3, Ley 24240. (1993). Ley de Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QgYev8

[8] Art. 5, Ley 24240. (1993). Ley de Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QgYev8

[9] Art. 40, Ley 24240. (1993). Ley de Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QgYev8

Esta normativa es aplicable a cualquier contratación, ya sea a título gratuito u oneroso, en la que participen el consumidor o el proveedor de bienes o servicios, sin que interese
el objeto contractual, lo cual incluye todas las situaciones en las cuales el sujeto consumidor o usuario pueda ser afectado. Esto es antes, durante y luego de contratar, tanto por
medio de un ilícito extracontractual o de un incumplimiento obligacional. En efecto, si bien el contrato es una de las fuentes de obligaciones, no es la única forma que puede
generar la obligación resarcitoria.

Algunas respuestas de la situación problemática inicial

En la situación problemática inicial, la persona que realizó la invitación se encuentra unida con la casa de comidas mediante un contrato, de allí que en caso de incumplimiento
esta persona puede demandar a la casa de comidas rápidas con base en tal incumplimiento por daño y perjuicios y el reclamo se nomina bajo el sistema de “responsabilidad
contractual”.

Por otro lado, el resto de los afectados por la comida en mal estado no tiene vínculo contractual con la casa de comidas rápidas y el deber de resarcir el daño implica una nueva
relación jurídica obligatoria cuyo fundamento se encuentra en el deber de no dañar a otro.

Con el sistema del Código de Vélez, la diferencia de sistemas hacía que, por ejemplo, en el caso de la responsabilidad contractual el plazo de prescripción sea de diez años,
mientras que para el resto de los amigos el plazo sería de dos. Esta diferencia puede resultar inexplicablemente injusta para el grupo de amigos.

Otro tanto ocurría, como vimos, con respecto a los intereses o a la extensión del resarcimiento. Hoy, con el
régimen unificado, estas diferencias dejan de existir.

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LECCIÓN 3 de 4

Responsabilidad precontractual y poscontractual

Dos cuestiones más han sido profundamente analizadas por los juristas y son las que respectan a los daños generados a uno de los contratantes, sea en un período precontractual
o poscontractual. Históricamente se ha discutido su naturaleza y procedencia. En la vigencia del Código de Vélez esto fue objeto de distintas teorías y opciones doctrinarias.
Veremos aquí las principales características de ambos supuestos.

Ejemplos iniciales

Para comenzar la idea de responsabilidad pre y postcontractual tal vez resulte útil apelar a un ejemplo. Imaginemos que una persona quiere comprar una casa para su familia.
Busca en los avisos y encuentra una persona que, a su vez, quiere vender su casa.

Las partes inician serias negociaciones para celebrar un futuro contrato de compraventa sobre el inmueble. Celebraron seis reuniones, consultaron arquitectos y técnicos.
Ambas partes están de acuerdo en la intención de celebrar un contrato de compraventa y en el precio del bien. Sin embargo, tenían desavenencias en cuanto al pago del saldo de
precio, además del contenido de la cláusula penal en caso de incumplimiento.

Las tratativas preliminares se encontraban en una fase avanzada, disponiéndose a concurrir a celebrar un contrato
de compraventa. Sin embargo, el vendedor se negó a firmar el contrato de compraventa basándose en que “ahora
que lo pienso mejor no quiero porque no me conviene".

Conforme a los parámetros de la responsabilidad precontractual, esta declaración del vendedor constituye un desistimiento intempestivo y sin justificación legítima, debiendo
reparar los perjuicios causados por su actuar negligente. Se advierte del ejemplo que el vendedor no ha incurrido en incumplimiento de contrato, sino simplemente en una
ruptura injustificada de negociaciones. En consecuencia, el negociante afectado puede demandar invocando responsabilidad precontractual.

Para el supuesto de responsabilidad postcontractual, supongamos que un dependiente de una empresa multinacional tiene acceso –durante el contrato de trabajo– a los secretos
relacionados con los productos y los mecanismos de venta de esta empresa. Luego de finalizado el vínculo laboral pesa sobre el dependiente el deber de guardar silencio
respecto de esos secretos a los que accedió gracias a la relación laboral. En caso de no hacerlo se violan los deberes de fidelidad de un dependiente luego de la expiración de su
relación, que da lugar a un responder del obligado.

Definición de responsabilidad precontractual

El CCC ha incorporado normas que el Código de Vélez no había previsto. Ha receptado, por caso, la idea de responsabilidad precontractual, y se mejoró la situación de los

contratantes en las etapas previas, reguladas en los artículos 990, 991 y 992 del mencionado cuerpo legal10.

Pero antes de examinar esta incorporación normativa corresponde analizar qué decía la doctrina al respecto, previamente al dictado del código unificado.

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[10] Arts. 990 a 992, Ley 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Fundamento

Existen diversas doctrinas que intentan encontrar una justificación a la responsabilidad civil en un período anterior a la formación del consentimiento. En el siguiente cuadro –
tal como constaba en el anterior SAM– se expresan las mismas.

Tabla 1: Diferencias doctrinales sobre la justificación de la responsabilidad civil

Doctrinas contractualistas Doctrinas extracontractualistas

VonIhering Las teorías extracontractualistas, por su parte, poseen diferentes fundamentos.

Los primeros estudios al respecto los realizó Von Ihering. Se plantea el La responsabilidad es de tipo aquiliano. En Argentina, apoyan estas
ideas Busso, Colmo y Lafaille. La culpa encuentra fundamento en la
caso de una compraventa en la cual el futuro comprador incurre en un
consideración de la ruptura intempestiva como un supuesto de hecho
error esencial al formular la oferta y consigna una cantidad superior a la culposo.
deseada. Una vez probado el error, el contrato se anula. La pregunta es
Winscheid considera que el retiro de la oferta constituye un caso de
quién soporta los gastos que se produjeron con motivo del contrato (v. gr.,
responsabilidad legal. Otros consideran que tiene su fuente en la
fletes, embalaje, etcétera). Ihering señala que la culpa se produjo voluntad unilateral y también en el abuso del derecho.
previamente a la formación del contrato, como consecuencia de la
El Código Civil de Vélez no contempla este tipo de responsabilidad; sin
conducta de una de las partes mientras estaba por contratar. A esto lo embargo, pareciera que no escapa del artículo 1109, debido a la
llamó culpa in contrayendo, y consiste en violar la diligencia que las conducta culposa del negociador que se aparta de las tratativas o en
razón de motivar la celebración de un contrato con causas de nulidad.
partes deben observar incluso antes de estar celebrado el contrato. El deber
Por tal razón, debe resarcir el daño de la contraparte.
de diligencia comienza con la oferta. Las tentativas anteriores no generan
responsabilidad alguna. La responsabilidad es de tipo contractual. La Se excluyen de estos principios los casos que se rigen expresamente por
ley debido al ius revocandi en materia de ofertas contractuales
extensión del resarcimiento es del “interés negativo”. El “interés positivo”
(artículos 1150 y 1156 del CC de la Nación11). El artículo 1056 del
o de “incumplimiento” es el que tiene un acreedor ante el incumplimiento derogado Código Civil dispone: "Los actos anulados, aunque no
de un contrato válido. En cambio, en el caso señalado, el “interés produzcan los efectos de actos jurídicos, producen sin embargo, los
efectos de los actos ilícitos, o de los hechos en general, cuyas
negativo” o “de confianza” consiste en el daño sufrido por haber confiado
consecuencias deben ser reparadas"12. Ello permite considerar que en
en la validez del negocio. En consecuencia, se deberá asumir el daño
estos casos son aplicables las normas que rigen la responsabilidad
sufrido y restablecer las condiciones en que se hallaría el damnificado si extracontractual en cuanto a la extensión del resarcimiento. Por tales
no se hubieran realizado las tratativas que llevaron al contrato nulo. razones, la reparación alcanzaría a aquellos daños que sean
consecuencias inmediatas y mediatas del comportamiento culposo del
contratante (artículos 901 a 904 del CC de la Nación13). En cuanto al
Responsabilidad precontractual (Gabrielle Fagella) lucro cesante, también deberá ser motivo del resarcimiento siempre que
constituya un daño cierto. De tal modo, habrá que determinar la mayor
probabilidad de ganancia, lo cual implicará el resarcimiento por
El jurista italiano Gabrielle Fagella estudió asimismo esta cuestión y “pérdida de chance”.
rechazó las ideas de Ihering. En su trabajo, divide el período anterior a la
celebración contractual en dos etapas. La primera sucede antes de que se [11] Arts. 1150 y 1156, Ley 340 (1871). Código Civil de la Nación. Honorable Congreso
produzca la oferta y está subdividida en dos etapas más: las negociaciones de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QsiZEh
preliminares y la negociación que tiene por objeto concretar la oferta
definitiva. La segunda etapa es entre la oferta y la celebración del contrato.
[12] Art. 1056, Ley 340 (1871). Código Civil de la Nación. Honorable Congreso de la
En cualquiera de estos momentos puede existir responsabilidad si la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QsiZEh
ruptura de las negociaciones es intempestiva. La justificación de esta

11
solución no reside en la culpa, sino en la lesión de un acuerdo expreso o [13] Arts. 1150 y 1156, Ley 340 (1871). Código Civil de la Nación. Honorable Congreso

tácito de las partes de entablar negociaciones. No requiere culpa ni dolo; la de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2QsiZEh

mera separación arbitraria e injustificada alcanza. La extensión del


resarcimiento incluye el daño emergente, pero no el lucro cesante.

La doctrina francesa, que comparte la tesis contractualista, está compuesta


por Saleilles, Demolombe y Planiol.

Fuente: Elaboración propia.

Distintos supuestos

Tal como se expresaba más arriba, el comportamiento adoptado por los contratantes durante la fase de tratos previos o negociaciones puede dar lugar a responsabilidad. Pero,
más allá de si esa responsabilidad puede o no encuadrarse en una figura técnica de responsabilidad contractual (ver Hersalis, 2015, p. 24) o extracontractual (ver Stiglitz, 2015,
https://bit.ly/3l3rTpP), que tiene como consecuencia la inejecución del contrato, el nuevo código regula el principio de buena fe y la confidencialidad, y las consecuencias de su
violación.

Requisitos. Principios

En efecto, el CCC de la Nación rompe la tradicional distinción entre responsabilidad contractual y extracontractual y establece, al tratar los deberes de conducta de las partes en
las tratativas, dos deberes específicos y concretos.

1 El principio de buena fe. Reza el artículo 991:

Deber de buena fe. Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una oferta, las partes deben obrar de buena fe
para no frustrarlas injustificadamente. El incumplimiento de este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el
afectado por haber confiado, sin su culpa, en la celebración del contrato14.

[14] Art. 991, Ley 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

La buena fe exige un comportamiento vigilante y atento que impone a cada negociante abstenerse de conductas lesivas de los intereses del otro; requiere
adecuada comunicación, advertencia leal, aviso razonable, para evitar que en la contraparte se genere una expectativa infundada, que pueda llevarlo a
incurrir en gastos o a desestimar otras propuestas negociales en pos de la que se tramite.

2 El principio de confidencialidad. Está relacionado muchas veces con las prestaciones de los servicios profesionales y, por tanto, con el secreto profesional.
Es decir, refiere a la discreción en el manejo de la información a la cual ciertos individuos acceden por causa de su profesión. El CCC de la Nación viene a
reconocer la confidencialidad. Dispone el artículo 992:

Deber de confidencialidad. Si durante las negociaciones, una de las partes facilita a la otra una información con carácter confidencial,
el que la recibió tiene el deber de no revelarla y de no usarla inapropiadamente en su propio interés. La parte que incumple este deber

12
queda obligada a reparar el daño sufrido por la otra y, si ha obtenido una ventaja indebida de la información confidencial, queda
obligada a indemnizar a la otra parte en la medida de su propio enriquecimiento15.

[15] Art. 992, Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

Legitimación activa

Tal como se regula en la norma, las futuras partes contratantes son quienes se encuentran legitimadas para reclamar indemnización en caso de violación de la buena fe. Tal como
dijéramos, esta exige un comportamiento vigilante y atento que impone a cada negociante abstenerse de conductas lesivas de los intereses del otro; requiere adecuada
comunicación y advertencia. Debe sumarse también la violación a la confidencialidad que vimos en el párrafo que antecede.

Extensión del resarcimiento

En caso que una de las futuras partes contratantes viole algunos de los preceptos, será la idea la que determinará el resarcimiento. En este sentido, la extensión del resarcimiento
debe contemplar todo el daño y seguir el norte de la justicia, que es la reparación plena. Por supuesto que se deberá resarcir todo el daño que tenga una relación de causalidad

adecuada con el hecho que lo generó. El proyecto de unificación del Código Civil de 199816, en su artículo 1600 inciso “c”, determina que el daño al interés negativo
comprende los gastos comprometidos con la finalidad de celebrar el negocio frustrado y, en su caso, una indemnización por la pérdida de probabilidades concretas para celebrar
otro negocio similar; la prueba de estas debe ser apreciada con criterio estricto (ver Hersalis, 2015, p. 24).

[16] Art. 1600. Proyecto de Código Civil. (1998) Comisión Honoraria. Recuperado de https://bit.ly/2Yp0tAL

En el CCC se ha incorporado una disposición sumamente abarcativa:

Durante las tratativas preliminares, y aunque no se haya formulado una oferta, las partes deben obrar de buena fe para no frustrarlas injustificadamente. El
incumplimiento de este deber genera la responsabilidad de resarcir el daño que sufra el afectado por haber confiado, sin su culpa, en la celebración del

contrato17.

[17] Art. 991, Ley 26994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. https://bit.ly/2Yo36Tx

El Código ha receptado el tema conforme enseñan la doctrina y la jurisprudencia mayoritaria.

La llamada responsabilidad post-contractual. Nociones

En el derecho romano ya se consideraba al contrato como una de las fuentes de obligaciones. Normalmente, luego de la celebración de un contrato, las partes ejecutan sus
obligaciones para luego dar por cumplido dicho contrato. De allí que el concepto de responsabilidad postcontractual parece extraño a la circunstancia antes expresada. Tanto así
que suele decirse que la responsabilidad postcontractual es aquella que surge (ya sea luego del contrato o lateralmente a él) cuando se violan los deberes de fidelidad de un
dependiente, y que esta circunstancia genera una obligación resarcitoria.

Mosset Iturraspe (1992) nos enseña que la responsabilidad postcontractual se encuentra fuera del contrato o en forma marginal, es decir a su costado, luego de la extinción de
este.

13
Picasso (2001), por otro lado, considera que la responsabilidad postcontractual tiene sentido solamente por oposición al concepto de responsabilidad precontractual y su utilidad
reside en dar a entender aquellas situaciones de responsabilidad que se presentan una vez que el contrato ha producido sus efectos principales.

Se nos plantea ahora el inconveniente de determinar la naturaleza jurídica de la responsabilidad


postcontractual. Para ello presentamos la siguiente tabla que resume los antecedentes dogmáticos
plenamente aplicables.

Tabla 2: Teorías sobre la responsabilidad postcontractual

Teorías extracontractualistas Teorías contractualistas

Otra doctrina (Alterini) ha sostenido que el carácter de postcontractual denota


simplemente la cuestión temporal o, en otras palabras, lo que es ulterior al
Trigo Represas y Lopez Mesa citan a autores como Le Tourneau y
cumplimiento de las obligaciones principales de un contrato. Eso no quiere
Cadiet, quienes explican que, debido a que el contrato se encuentra
decir que tales obligaciones secundarias o accesorias sean extrañas al contrato.
extinguido, la responsabilidad postcontractual tiene que ser
extracontractual, con fundamento en el deber genérico de no dañar
(artículo 1109 del CCC). De allí se infiere que dicha responsabilidad es netamente contractual.

Sin embargo, ello no parece razonable, ya que la teoría De acuerdo con la postura señalada, tanto cuando esté pactado dentro del
extracontractualista se funda en el caso de un contrato que no ha existido. contrato como cuando no, la responsabilidad por lo dicho anteriormente sería
En este caso, el contrato ha existido, ha sido válido y alguna de sus contractual.
obligaciones perdura, de tal forma que se genera una responsabilidad
postcontractual. Esto se debe a que la obligación de ajustarse a la buena fe continúa aún luego
de estar extinguido el contrato.

Fuente: elaboración propia.

Como ejemplos de este tipo de responsabilidad, podemos pensar en aquellos contratos que suponen el mantenimiento de un secreto profesional o técnico, aún luego de la
conclusión del contrato (v. gr., contrato de franquicia, asistencia médica, contrato de trabajo, etcétera).

La extensión del resarcimiento va a incluir el daño emergente (es decir, todos los gastos que haya tenido que realizar el damnificado) y el lucro cesante, siempre y cuando el
mismo sea cierto, aún en calidad de pérdida de chance.

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LECCIÓN 4 de 4

Referencias

Hersalis, M. (2015). Responsabilidad precontractual. Algunas pautas. En Revista de responsabilidad civil y seguros. Año 17 (4), pp. 24-30.

Ley 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Ley 24240. (1993). Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/638/norma.htm

Lorenzetti, R. L., Highton de Nolasco, E. y Kemelmajer de Carlucci, A. (2012). Fundamentos del anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación. Recuperado de
http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf

Mosset Iturraspe, J. (1992). Contratos. Buenos Aires, Argentina: Ediar.

Picasso, S. (2001). La Responsabilidad Pre y Pos contractual en el Proyecto de Código Civil de 1998. Instituciones de Derecho Privado Moderno. El Proyecto de Código Civil
de 1998. Buenos Aires, Argentina: Alterini.

Picasso, S. (noviembre de 2014). La unificación de la responsabilidad contractual y extracontractual en el Código Civil y Comercial de la Nación. En La justicia uruguaya:
revista jurídica. Suplemento especial Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. N° 151, pp. 45-54.

Picasso, S. (2015). Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Tomo VIII. Buenos Aires, Argentina: Rubinzal Culzoni.

Pizarro, R. D. y Vallespinos, C. G. (2014). Compendio de derecho de daños. Buenos Aires, Argentina: Hammurabi.

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