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ARTÍCULO CIENTÍFICO
AUTORES:
LA ROSA CACHO, DYLAN J.
LALANGUI COLLAZOS, ESMERALDA
LÓPEZ MARIN, LUIS Y.
SIMEÓN ALIAGA, NORVER
DOCENTE:
ROJAS ALVARADO, ALBERTO
HUACHO, PERÚ
Derecho de las Obligaciones
I. Resumen
Este artículo de carácter científico, perteneciendo precisamente a la ciencia jurídica, ha
sido realizado con la finalidad de presentar nuestros conocimientos sobre el asunto a
tratar, el cual es los Derecho de las Obligaciones en Roma, expresando la
conceptualización dada por los juristas romanos, la manera en la que este concepto nació,
es decir, su origen, desenvolvimiento en la disciplina jurídica dentro de las limitaciones
que tenía el derecho como tal en sus albores más primitivos. En el sentido de definir los
parámetros precisos de las obligaciones, determinar sus factores pasivos y activos en los
que se desarrolle, a su vez caracterizar al trabajo por concretar conceptos precisos sobre
los elementos, la división y las fuentes que tuvieron las obligaciones en su contenido.
Posterior a ello será necesario enfocar el trabajo sobre las situaciones que se llevaron a
cabo cuando existieron incumplimiento de las obligaciones como la morosidad o el dolo,
el trasfondo que obtuvieron la transmisión de créditos y obligaciones bajo causas
atribuibles en un medio específico, conocer la razón de la extinción de las obligaciones y
como fue llevada a cabo sobre sujetos sentenciados mediante acto jurídico, la manera de
llevar a lugar la finalización del vínculo entre acreedor (activo) y deudor (pasivo), para
finalizar entendiendo la influencia, remarcándola durante el recorrido de este artículo, con
el fin de apreciar la perpetuación de las obligaciones en el código y jurisprudencia
moderna.
2 Introducción
Derecho de las Obligaciones
Palabras Claves:
Derecho de Obligaciones, vínculo jurídico, acto jurídico, acreedor (sujeto activo), deudor
(sujeto pasivo), crédito, morosidad, atribuibilidad
I. Abstract
This scientist article, which is belonging, precisely, to legal science, it has been made in
order to present our knowledge on the topic to be dealt with, what is the Law of the
Obligations in Rome? Expressing the conceptualization given by the Roman jurists, the
way in which this concept was born, its origin, development in the legal discipline within
the limitations that law had as such in its most primitive beginnings. In the sense of defend
the precise parameters of the obligations, we are determining their passive and active
factors in which it is developed, in turn characterizing the work by specifying precise
concepts about the elements, the division and the sources that the obligations had in their
content. Afterward, it will be necessary to focus the work on the situations that were
carried out when there was a breach of obligations such as slow-paying or willful intent,
the background that obtained the transfer of credits and obligations under attributable
causes in a specific medium, announce the reason of the extinction of the obligations and
how it was carried out on subjects sentenced to legal performance, the way to carry out
the termination of the link between creditor (active) and debtor (passive), on the hole, we
need to understand the influence, highlighting it during the duration of this article, in
order to appreciate the perpetuation of the obligations in the modern jurisprudence.
Keyword:
Law of the Obligations, legal link, legal performance, creditor (active subject), debtor
(passive subject), credit, slow-paying, willful intent.
3 Introducción
Derecho de las Obligaciones
II. Introducción
Desde los albores del derecho, las obligaciones han dado origen a costumbres y
jurisprudencia en toda índole, aprovechando su potencial al máximo y dejando de lado el
derecho consuetudinario, los romanos las utilizaron y caracterizaron de un poder legal y
jurídico, dentro de sus leyes y beneficios en la cultura. De esta manera, se dio pie a lo que
conocemos como derechos de obligaciones, que hasta día de hoy con reformas,
modernizaciones y detalles que precisan su finalidad, se mantiene en vigencia, de una
manera aparentemente diferente, pero que en el trasfondo conserva una esencia, la del
respeto a lo pactado entre los sujetos (activo – acreedor y pasivo – deudor).
Teniendo claro en base a nuestros conocimientos previos que las obligaciones son tratadas
directamente como un vínculo jurídico que atribuye una virtud a un sujeto; aquel que
recibe esta facultad es el activo, quien carga con la capacidad de constreñir a otra persona;
quien adquiere la obligación es conocido como el pasivo, dentro de un marco legal
delimitado que da lugar al cumplimiento legal de la prestación, siendo que esto finalmente
era normado por determinadas instituciones romanas, entre estas se hallaban a los juristas
Gayo y Justiniano quienes dieron pie a interesantes concepciones sobre la fuente de este
derecho.
4 Introducción
Derecho de las Obligaciones
Relación y antecedentes
Con el fin de esclarecer opiniones sobre este asunto, dar un enfoque más amplio del
tema con una sencillez particular al abordarlo, al haber establecido el trabajo en base
a fuentes de conocimiento interesantes, dinámicas y sustanciales, cuales generan
aportes importantes para el mejor aprendizaje, objetivo principal del desarrollo de este
artículo y su respectivo estudio. Además de emplear de la mejor manera las técnicas
IV. Definición
Cabe resaltar que la conceptualización moderna de obligaciones es más abstracta que realista,
aquellos juristas romanos de antaño tendían a asignar una idealización más realista que
racionalista, es decir que no se centraron en desarrollar un sistema ideal del derecho con una
estructuración sistemática de ideas, sino que basaban sus fuentes en recalcar las realidades
vividas; para el jurista Justiniano y sus instituciones era necesaria la definición de este
concepto, aquel personaje lo definió de la siguiente manera: “La obligación es un lazo de
derechos que nos constriñe en la necesidad de pagar alguna cosa, conforme al derecho
establecido en nuestra ciudad”, y para el jurisconsulto Paulo, los beneficios de la obligación
para con el acreedor no eran la propiedad de un objeto material (tangible) o la esclavitud,
servidumbre del deudor en su poder, sino la facultad de constreñir el cumplimiento de la
prestación.
Esto se basaba desde mucho antes a la etimología de las obligaciones, cual proviene del latín
“obligatio” cuyo significado denota una “acción del cumplimiento de algo pactado y sus
efectos”. Es decir que, bajo la definición de obligación hallamos una idea sobre el vínculo entre
el acto y la cosa obligada haciendo un énfasis mayor en la parte activa, ya que es mejor
considerada aquella facultad ente de beneficios mediante la deuda. Así la obligación puede ser
comparado a un vínculo unificador de una a otra persona, entre las cuales se establece una
correlación real y legal, en la que nacerán determinados efectos que prevalecen a lo largo de la
duración del pacto, con el fin de limitar a las partes al cumplimiento, sobre todo al deudor, y
que permiten la viabilidad de este derecho. Principalmente este derecho se diferenciaba con el
ius in rem (derecho real), al tratarse que este se basaba directamente sobre el bien, aquel objeto
del derecho, en cambio aquel de crédito y obligaciones, ejercía su poder sobre la persona pasiva
(deudor).
7 Definición
Derecho de las Obligaciones
Las obligaciones gravitaron históricamente en primer lugar sobre la persona y posterior a ello,
sobre todo su patrimonio (referido al deudor), es decir su persona física.
Para la relación con la ley de Talión, la venganza privada fue delimitada para que no se
excediera lo realizo por aquel que delinquió, y se reguló el hacer tanto mal como mal se te
había causado con un fin de proporcionalidad que adquiere sentido al entender las
circunstancias reales de la situación llevada a cabo, expresando de esta manera el realismo que
caracterizaba a aquellos romanos, basando sus fuentes jurídicas (anticuadas) en los hechos y
no en las ideas. Las obligaciones, aunque “reguladas”, de cierta manera, aún pretendían hacer
un daño al patrimonio del deudor, ya determinado como su propia persona. Además de recibir
mediante el cumplimiento algún solvento que retribuya lo dañado.
Sin embargo, con el vínculo completamente jurídico, mediante las institutas de jurisconsultos
como Gayo, la obligación inicia un fundamento enfocado en los patrimonios o bienes del
deudor dados al acreedor como una responsabilidad jurídica, siendo como punto inflexivo del
cambio la abolición (aunque indirecta) del Nexum (que apelaba por la competencia de tener al
deudor en poder del acreedor) mediante la Lex Poetelia, dicha situación empleada de mejor y
más amplia forma por Justiniano, que permitió la mejoría de calidad superviviente en el deudor
mediante el beneficium competentiae conservando la parte imprescindible de los bienes y el
patrimonio, pero que como deber, seguirá viviendo para pagar la deuda atribuida por la
obligación bajo id quod debitor facere potest.
El jurista romano Gayo (en institutiones 3,88) considera que las obligaciones nacen del contrato
o el delito (omnis enim obligatio vel ex contractu nascitur vel ex delicto). Mas adelante esta
bipartición fue considerada insuficiente ya que, como sabemos los contratos requiere un
acuerdo de voluntades y un delito intención de hacer daño, llevado a la práctica podemos notar
ciertos comportamientos que generaban obligaciones que no siempre derivan de un acuerdo de
voluntad (contrato).
Debido a que existían situaciones que no se acoplan ni al delito, ni al contrato, entonces gayo
se vio obligado a realizar una nueva clasificación, denominada tripartita, agregado un tercer
cuadro al que llamo “Variae Causarum Figurae”. También cabe mencionar que el jurista
Modestino amplio los supuestos mencionados añadiendo la ley como una fuente de obligación.
Finalmente, en la época de justiniano mando a ordenar los distintos casos y, en base al resto de
fuentes ya antes mencionadas los juristas medievales platean que las obligaciones nacen de los
contratos, delitos, cuasicontratos, cuasidelitos y por la ley.
1. Vinculo jurídico
Es el deber del deudor de cumplir con la prestación, creada por alguna de las fuentes y que
faculta al acreedor a forzar al deudor en caso de incumplimiento
2. Sujeto
Para que se origine una obligación, siempre deben existir determinados sujetos.
2.1.Sujeto activo o acreedor: Puede haber uno o varios. Teniendo este el derecho de exigir
del deudor la prestación que es objeto de la obligación. El Derecho Civil le da, como
sanción de su crédito, una acción personal; es decir, la facultad de dirigirse a la
autoridad judicial para obligar al deudor a pagarle lo que se le debe.
2.2.Sujeto pasivo o deudor: Es la persona que está obligada a procurar al acreedor del
objeto de la obligación. Puede haber en ella uno o varios deudores, como uno o varios
acreedores.
3. Objeto o prestación
Es el acto que el deudor debe realizar a favor acreedor y cuyo cumplimiento puede exigir
por medio de la correspondiente acción.
3.1.Dare (dar): Se aplicaba para la trasferencia de dominio de alguna cosa, es decir, hacer
al acreedor propietario de algo también podía ser rendir o prestar unos servicios.
3.2.Facere (hacer): Es todo aquel hecho que implique observar un determinado
comportamiento, que comprende la privación y la restitución de una cosa a su
propietario.
3.3.Praestare (prestar): Responder de algo o garantizar algo, esto implica la diligencia
que debe mostrar el deudor en el cumplimiento de la obligación.
3.4.Requisitos
La prestación debe ser posible: Este requisito se refiere a la imposibilidad inicial, ya
que la imposibilidad sobrevenida sólo libera al deudor cuando sucede por una causa en
la que él no es culpable. En caso de que sea a él imputable, la obligación se perpetúa.
Por tanto, este requisito de la posibilidad debe ser limitado al momento del nacimiento
de la obligación.
La prestación tiene que ser lícita: La obligación debe consistir en la realización de un
comportamiento que no sea contrario a la ley, a la moral y a las buenas costumbres
(mores maiorum).
La prestación tiene que ser determinada: El deudor tiene que saber cómo debe
liberarse de su obligación y el acreedor tiene que saber qué debe exigirle al deudor.
Ahora bien, se admite que pueda confiarse a un tercero (persona distinta del deudor y
el acreedor y que cuenta con la confianza de ambos por ser una persona leal y justa)
que decida según su libre arbitrio la determinación concreta del contenido de la
obligación.
La prestación deber tener carácter patrimonial: Es necesario para poder equiparar
el valor de una obligación cuando ésta consista en un objeto distinto de dinero que, por
causa no imputable al deudor, se destruyese y la única forma de liberarse el deudor sería
entregando al acreedor la suma de dinero establecida para cada caso.
Estas obligaciones se dan cuando los acreedores y deudores, cada uno de ellos se
encuentra frente al otro en posición de independencia, es decir, cada acreedor tiene
solamente derecho a exigir una parte de la prestación u obligación y a la inversa, esto
es, cada deudor se halla obligado respecto de una cuota de la misma. Es por ello que
también es conocida como obligaciones pro parte, pro rata.
1.3. Cumulativas
Son aquellas en las que un deudor se encuentra obligado por la entera prestación frente
a varios acreedores, o cada uno de los varios deudores frente a un acreedor,
produciéndose acumulación de obligaciones.
Son aquellas en las que existe pluralidad de sujetos, acreedores o deudores, y cada uno
de ellos puede exigir o debe realizar la entera prestación.
La condición es que este acuerdo de pago debía manifestarse por escrito, de lo contrario se
volvían mancomunadas.
En Roma sólo se consideraron que estas obligaciones solidarias se podían realizar mediante lo
siguiente
2. En relación al objeto:
Las obligaciones divisibles se dan cuando el objeto es capaz de fraccionarse sin alterar su
esencia. Son divisibles aquellas que por naturaleza su objeto indirecto es indivisible.
Son obligaciones genéricas las que recaen sobre objetos no determinados individualmente, sino
tan sólo por sus rasgos generales. Mientras que las específicas hacen referencia a un objeto
cierto, individual y concreto, insustituible por otra ya que ha sido elegida por sus cualidades
especiales.
Las alternativas son las que indican bastantes prestaciones para que el deudor cumpla sólo
alguna de ellas, a elección suya o al acreedor, salvo que se haya llegado a otro acuerdo. Si la
determinación del objeto se hacía depender de la voluntad de un tercero, la obligación no se
consideraba alternativa, sino condicional; en el caso que el tercero no eligiera, la obligación
condicional sería nula. Las facultativas estas cuentan con un único objeto o prestación, es
permitido al deudor pagar con otra prestación distinta prevista en el título constitutivo de la
obligación o en un precepto legal. Conjuntivas son aquellas obligaciones que tienen distintos
objetos que deben cumplirse acumulativamente para que se entienda cumplida la obligación.
3. En razón a su proveniencia:
3.1. Civiles:
Tienen como fuente el ius civile, las que han sido originadas por las leyes y que daba origen a
una actio civilis.
3.2. Honorarias:
Son aquellas que emanan del ius honorarium, las que el pretor ha establecido por su
jurisdicción.
4. En razón a su eficacia:
Eran obligaciones provistas de una acción, las cuales permitía al acreedor exigir judicialmente
al deudor, en caso de incumplimiento.
Son obligaciones que no crean un derecho procesalmente eficaz, es decir, carecen de acción,
por lo tanto, si el deudor incumple, el acreedor no tiene medida procesal para forzarle a cumplir
con lo que se comprometió.
X. Contratos y su Clasificación
1. Concepto
En base a las fuentes romanas, se puede deducir que el contrato es un acto lícito consistente
en un acuerdo de voluntades entre dos o más personas reconocido y amparado por la ley y
encaminado a crear una o varias obligaciones.
16 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
4.1.1.1.Stipulatio
17 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Es un contrato formal que se celebra verbis, es decir, mediante una pregunta del acreedor
y una respuesta congruente del deudor.
En un principio solo era accesible para los ciudadanos romanos, celebrándose mediante una
sponsio que estaba compuesto por spondes (preguntaba el acreedor) y spondeo (respondía
el deudor), según el ius civile. Más tarde, también pudieron celebrarlo los extranjeros, pero
exigiendo el ius gentium la utilización de otros términos como dabis, Dabo, promittis,
Promitto, etc.
Requisitos
Oralidad: Acreedor y deudor necesariamente tenían que pronunciar las palabras
exigidas, por lo que no podían celebrar este contrato los que tuviesen una merma en su
capacidad de obrar por causa de una enfermedad.
Unidad de acto: Significa que la respuesta debe seguir inmediatamente a la pregunta.
Congruencia: Entre la pregunta y la respuesta ha de mediar correspondencia, es decir,
hay que responder en la forma exigida a la pregunta formulada.
Presencia de las partes: No es válida la stipulatio contraída entre ausentes. Por ello,
no se admite su celebración por medio de representante.
4.1.1.2.Iusiurandum liberti
4.1.1.3.Dotis dictio
Es la promesa solemne de dote, cuya obligación se origina de los verba pronunciados por
el constituyente, siempre y cuando se llegue a contraer matrimonio o que, ya contraído, no
se declare su nulidad.
En todos los contratos verbales las acciones serán según sea la pretensión de dare o facere.
Pudiendo distinguir las siguientes:
18 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Los contratos literales son aquellos cuya causa civilis es una determinada formalidad escrita
de la que surge la obligatio. Su origen se da en la costumbre que todo paterfamilias tenía a
la hora de llevar la contabilidad de la economía familiar.
4.1.2.1.Chirographa
Eran reconocimientos de deuda hechos únicamente por el obligado, los cuales quedaban en
poder del acreedor
4.1.2.2.Syngrapha
consistían en una doble redacción suscrita por ambas partes figurando los sellos de los
contratantes y de los testigos.
Este procedimiento debía presentarse ante el magistrado en un plazo variable de uno, dos o
cinco años. Si deja pasar el plazo señalado por la ley para ello, no podrá intentarse dicha
querella y el que aparezca como deudor en el documento (contrato literal) tendrá que pagar.
En todos estos contratos, la causa civilis de los mismos es una datio rei, esto es, la entrega
de un objeto. Es decir que una de las partes contratantes traspasase a la otra parte una cosa
para que naciera la obligación y, como resultado, el contrato real (re contrahitur obligatio).
Pudiendo diferenciar los siguiente contratos.
4.2.1. Mutuo
El mutuo (mutuum) se puede definir como un contrato real, unilateral y gratuito en virtud
del cual una persona llamada mutuante (mutuo dans) entrega a otra llamada mutuario (mutuo
accipiens) una determinada cantidad de cosas fungibles, con la obligación por parte de ésta
de devolver otro tanto del mismo género y calidad (tantundem).
19 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Se puede definir como un contrato real, bilateral imperfecto y de buena fe, por el que una
persona, llamada comodante, entrega a otra, llamada comodatario, una cosa para que la use
gratuitamente durante un cierto tiempo, al cabo del cual deberá restituirla.
Este contrato real consiste en la entrega de una cosa por parte del propietario o poseedor del
objeto que, a un acreedor, en garantía de una obligación propia o ajena. Además, es un
contrato bilateral imperfecto, al nacer como unilateral (solo tiene obligaciones el acreedor
pignoraticio) pero puede convertirse en bilateral (eventualmente puede contraer
obligaciones el deudor pignoraticio o pignorante).
Es un contrato real, bilateral imperfecto, por el que una persona (llamada fiduciante)
transmite a otra (llamada fiduciario) la propiedad de una cosa, mediante la mancipatio o in
iure cessio, con el fin de garantizar un deuda (fiducia cum creditore) o por cualquier otro
motivo distinto del anterior (fiducia cum amico), añadiendo en ambos supuestos un pactum
fiduciae consistente en devolver dicha propiedad cuando la deuda sea satisfecha (en el
supuesto de la fiducia cum creditore) o bien cuando se acuerde por las partes (fiducia cum
amico).
20 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Los contratos consensuales se caracterizan porque la causa civilis de los mismos es el propio
consentimiento o voluntad de las partes. En este sentido, son los más parecidos a la
concepción del contrato que se da en el Derecho positivo, ya que alcanzaron un alto grado
de perfección gracias a la actividad del pretor y de los ediles curules en la concreción de las
cláusulas que acompañaban a algunos contratos.
4.3.1. Compraventa
21 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
4.3.2. Sociedad
Este es un contrato consensual por el que dos o más personas (socii) se obligan
recíprocamente a poner en común bienes o actividades de trabajo, para alcanzar un fin lícito
de utilidad común.
22 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Son aquellos cuya causa civilis es el intercambio de prestaciones recíprocas entre los
contratantes, es decir, una de las partes realizará una prestación de distinta índole (dará,
facere) quedando el otro contratante obligado a realizar otra.
4.4.1. La permutatio
4.4.2. La aestimatum
Este contrato se da entre dos sujetos en virtud del cual uno entrega al otro determinada
mercancía, acordando el valor de venta; mientras que, el que recibe las mercancías, se
compromete a venderlas a terceros y a pagar a la otra parte el valor convenido en el momento
en que se estipule, devolviendo las mercancías no vendidas.
4.4.3. El precarium
Se realiza cuando el contrato por el que una persona (precario dans) concede a otra (precario
accipiens), tras la súplica de éste, el uso gratuito de una cosa o el ejercicio de un derecho,
con la facultad de revocárselo a su arbitrio en cualquier momento.
4.5. Cuasicontratos
Son relaciones jurídicas generadoras de obligaciones pero que, a diferencia de los contratos,
dichas obligaciones no son producto de un acuerdo de voluntad (conventio), sino de un acto
unilateral. Esta institución jurídica tuvo su configuración a partir del periodo posclásico.
Se entiende que es cuando alguien, sin haber mediado encargo y sin estar obligado a la
misma por razón de su oficio, emprende, por propia iniciativa y en interés de otros, la gestión
de uno más negocios ajenos. De tal actividad unilateral surge una relación obligatoria entre
23 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
el que hace la gestión (negotiorum gestor) y aquel en cuyo interés el primero hace dicha
gestión (dominus rei gestae, dominus negotii).
24 Contratos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Según Gayo, no es solo la apropiación de la cosa ajena, sino también es el uso de la cosa
ajena, como si fuera propia y en contra de la voluntad de su dueño.
25 Delitos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
del objeto robado, siempre y cuando la acción se ejercitara antes del año desde que se
cometió el delito; pues, después del año, sólo se podía reclamar el valor simple de la cosa
robada.
2.3.Iniuria
En cuanto a las conductas que atentaban a la moral, las más contempladas por el Pretor
fueron mediante los siguientes edictos.
Edicto sobre convicium: Este término procede de cum voce, es decir, “reunión
de varias voces en una”; por ello, sancionaba las palabras infamantes e insultos
emitidas a voces o ante público por una o varias personas, sancionando no sólo
al que vociferó sino también al que incitó a otros para que vociferasen e
insultasen.
Edicto de adtemptata puditicia: Se castigaba el ultraje al pudor de ciertas
personas.
Edicto nequid infamando causa fiat: Con este edicto se sancionaba a la
persona que dijera o hiciera algo ofensivo al honor de otro, al menos que probase
la veracidad de lo que se estimaba como ofensa.
2.4.Damnum iniuria datum
26 Delitos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Puede definirse como la lesión o destrucción de la cosa ajena debida a dolo o a culpa.
Difiere del furtum en que no encierra provecho para el agente o ladrón, mientras que se
diferencia de la iniuria, en que se trata de un perjuicio patrimonial y no de una ofensa
personal.
3. Cuasidelitos
Estos estuvieron protegidos por las acciones pretorias in factum que no entraban dentro de
la categoría de delitos. Por ello, la razón de considerarlos como cuasidelitos es porque,
como tales, aparecen de tal modo en la legislación justinianea.
3.2.Effusum et deiectum
Cuando de un edificio caía algo que causase algún destrozo o hiriese o matase a alguna
persona o a un animal. El que habitaba la casa o edificio estaba obligado a pagar una
indemnización (tuviese o no culpa de dicho daño) consistente, en general, en el doble del
perjuicio ocasionado.
3.3.Positum et suspensum
Recae a el habitante de una casa que coloca o suspende algún objeto de manera que, con
su caída, podría causar daño a cualquier transeúnte. No es necesario que el perjuicio se
produzca.
Son responsables los dueños de las naves, albergues o establos de aquellos hurtos y daños
que cometen sus dependientes o personas que están bajo su servicio.
27 Delitos y su clasificación
Derecho de las Obligaciones
Con respecto al dolo y la culpa del deudor, la diferencia entre estas principalmente se da al
percibir la intención de incumplir sobre la obligación, en el dolo el deudor conoce que debe
cumplir, no obstante decide no hacerlo, pese a tener los medios para realizarlo, esto puede darse
en el caso de querer generar un daño en el acreedor, o no hacerlo, sino obtener un beneficio
mayor al que generaría el incumplimiento, en mayor posibilidades se daría por una ganancia
económica, es decir, por ejemplo si un trabajador tiene un vínculo ya establecido, una
obligación ya definida con un empleador, sin embargo, este opta con decisión propia no acudir
a esa obligación porque consiguió un trabajo alterno que producirá mayores ingresos para esta
persona, aquí existe incumplimiento por dolo, se ejecuta la falta a la obligación con
conocimiento, no obstante no existe necesariamente para provocar daño al acreedor, no
significa que no existan casos que sí ocasionen ello, no obstante no es indispensable esta acción;
para la culpa, no existe decisión para el incumplimiento, sino que es dado de manera negligente,
aquí no existe la búsqueda del daño hacia el acreedor, tan solo descuidos del deudor que
provoca el incumplimiento de lo establecido, entre estas tenemos a la culpa lata (Culpa o
Negligencia grave) y a la culpa levis (Culpa o Descuido leve), según el grado de yerro que
exista en el deudor.
Es necesario mencionar cuando existen las excepciones, es decir, incumplimiento del acreedor,
para esto se refieren dos casos estipulados, estos evolucionaron desde el inicio de las
obligaciones; nos referimos a exceptio non adimpleti contractus, y exceptio non rite adimpleti
contractus que generan en el acreedor una mayor responsabilidad en cuanto el objeto de la
prestación, se llegan a dar cuando este ha sido erróneo, defectuoso o nulo, a lo que el deudor
pueden interpelar una de estas excepciones, correspondientes en cuanto al grado de ejecución
defectuoso exista. Los efectos que pueden nacer de exceptio non adimpleti contractus sería
eximir al deudor de su obligación, o facultar al demandado para la resolución del contrato,
existiendo la posibilidad de reclamar una indemnización, para exceptio non rite adimpleti
contractus, permitiría la reducción de la obligación dependiendo del grado total del defecto en
la ejecución del acreedor, además de desestimar parcialmente la demanda.
Pese a no haber existido como tal, la figura de transmisión en Roma, se dieron ciertas
situaciones que se asemejan a esta, sin embargo, carecen del posicionamiento total en el vínculo
obligatorio, ya que cambian la raíz de la obligación (novación) convirtiéndola en una nueva
dentro de la práctica, siendo necesaria la contemplación del deudor como medio decisivo ;o
padecen de un factor revocable de carga (representación en proceso - procurador) al elegir a un
ente o persona que procure la deuda y pueda atribuírsela, pero con un condicionamiento de
carácter sustituible o retornable al acreedor; estos no fueron llevados a cabo directamente por
el Derecho Romano, en particular, fueron las instituciones alternativas e indirectas al centro de
la jurisprudencia quienes permitieron estos antecedentes para lo que se conoce como
transmisión.
Formalmente para la cesión de créditos y obligaciones se debe establecer un contrato para que
aquellos externos al vínculo inicial tomen parte de los sujetos anteriores, para la transmisión
crediticia, el acreedor pasa a llamarse cedente y faculta a otra persona de la recepción del
crédito a recibir, con total responsabilidad sobre esta, el nuevo acreedor será denominado como
Cesionario, y es posible llamar al deudor como cedido, sin embargo, no es una concepción
completamente considerada.
En el caso de la cesión del adeudo, es tratada como el contrato para el traspaso de la obligación
del sujeto pasivo del vínculo, quedando exento aquel deudor primitivo de lo jurídicamente
estipulado, y siendo el nuevo deudor aquel responsable de la deuda, la obligación no cambia,
tan solo uno de sus elementos, es decir que se establece la idem debitum. Para el derecho
romano este punto, llamado también asunción de deudas era totalmente imposibilitado, ya que
la pasividad del sujeto en cuestión provocaba una obligación irrevocable, fuerte e inveterada.
Finalmente, se debe entender que la principal razón de transmisión y, como se verá en el tema
posterior, la extinción de las obligaciones, por mortis causa, esta como tal es tratada más como
una sucesión de obligaciones que como una transmisión estipulada y decidida por el acreedor
y/o el deudor del vínculo de cualquier manera es necesaria hacer mención de ella, para tenerla
presente como circunstancial de la transmisión de crédito u obligaciones.
De alguna manera, encontramos aquí otro carácter que lo hace diferente a los derechos reales,
ya que los reales tienen la capacidad de ser sempiternos, al menos en teoría y en su concepción
abstracta, a distinción de las obligaciones, creadas para tener inicio y fin.
Cuando la obligación se relaciona directamente con un derecho real, es decir, que para su
solvento se basa en este, la relación o el vínculo está destinado a permanecer continuamente,
esta es una excepción para la extinción de las obligaciones, sin embargo, cuando es diferente a
este el fin de la obligación es patente.
Para el Derecho romano antiguo fue obligatorio para la extinción de la deuda, el deudor
realizará un acto solemne para dar por cancelada la relación. Este acto, llamado actus
contrarius, esto se relacionaba directamente con la manera en la que se estableció (en primera
instancia) la obligación, se accedía mediante una acceptilatio, una especie de diálogo en la que
preguntaba el deudor ¿quod ego tibi promissi habesne acceptum? (¿tienes por recibido lo que
te prometí?). En su respuesta acudía el acreedor habeo id (lo tengo); y de esta manera, muy
consecuencial y organizada se hacía permisiva la extinción de las obligaciones para dar paso a
la liberación del deudor.
Varios son los modos para que sea permitida la extinción, y no todos se basan en la paga de la
deuda, sin embargo, es necesario mencionar los más importantes para esclarecer las
determinadas dudas. No obstante, con la disolución de ciertas institutas las maneras de
extinguirse se conjuntaron en dos grupos:
I. Pago (solutio)
Este es la manera natural de extinguir una obligación. La palabra pago no abarca, como en su
sentido más común, solo la entrega de cierta cantidad de dinero, sino que significa a su vez el
cumplimiento de la deuda. Hay que recordar la prestación, objeto inicial de la obligación, aquel
que podía consistir en un: dare, facere, praestare, non facere o pati.
En relación con el pago debemos distinguir los siguientes elementos: quien lo hace, a quién lo
hace, cómo, dónde y cuándo.
Primeramente, el pago debe hacerlo el deudor, pero puede realizarlo también su representante.
En segundo lugar, el pago se debe hacer al acreedor o tutor, procurador, mandatario, etc de este
que lo represente.
Precisando que la forma de hacer el pago, debe ser conforme a lo convenido por las partes
cuando se asumió la obligación mediante el vínculo. Sin embargo, el deudor puede cumplir con
una prestación distinta, siempre que el acreedor de consentimiento de ello: datio in solutum.
Por último, se debe cumplir con el contexto del pago: es decir lugar y tiempo. Para responder
al lugar de pago, tenemos dos circunstancias, la de elementos inciertos (y fungibles): Se debía
recurrir al domicilio del deudor para poder ser cobrada la deuda y tener la certeza de apelar
judicialmente.
Como manera de responder al tiempo de pago bajo la regla estándar de las prestaciones, si
existe la posibilidad de pagar la deuda, se puede hacer desde que tuvo lugar el nacimiento de
esta obligación; si existen factores especiales, se debe hacer en el tiempo que se ha estipulado
en base al vínculo mencionado.
Está ligado indiscutiblemente con el incumplimiento por causas fortuitas, y es que no es posible
obligar a una persona a dar de lo que la naturaleza intempestivamente le ha arrebatado, era
necesaria la investigación sobre el cómo se llevó a cabo el suceso, pero cuando se determina la
certidumbre del acaecimiento, era anulada o extinta la obligación.
Los modos extintivos que operan ope exceptionis son: la compensación y el pacto de non
petendo.
I. Compensación (compensatio)
Se da cuando dos personas son deudoras la una de la otra, es decir, cuando el deudor opone al
acreedor un crédito que tiene a su vez en contra de éste, por ende, nace una obligación, que
hace a ambos de una condición similar.
Para que se diera este supuesto, se tenía que cumplir con lo siguiente:
Es un modo extintivo de las obligaciones que consiste en un acto unilateral por el cual el
acreedor abdica de sus derechos crediticios al renunciar a su derecho de recibir y exigir la
prestación debida y de esa manera libera a su deudor.
Los efectos del pacto pueden sujetarse a término o condición y revocarse mediante un nuevo
pacto. Es una condición bastante atípica conocida como “renuncia”.
Con ello en mente, conocemos la influencia que el Derecho Romano tuvo, en general, sobre nuestro
sistema jurídico actual, la formación particular que establecieron determinados factores para la
actualización de la jurisprudencia romana, y que los cambios procurados, se deben a un aspecto
contextual y dinámico, a una necesidad de adaptarse a mejores, peores o diferentes situaciones que hace
2000 años, pese a esto, dentro del derecho de obligaciones, se establece una relación y reacción más
directa que con la mayoría. Ya que las obligaciones, parecen haber sido trasladadas desde su auge hacia
la actualidad, con alguna mejoras o diferencias circunstanciales mínimas, pero sumamente importantes.
Entre estas encontramos la principalidad o supremacía de la ley en la actualidad, dada como fuente del
derecho de las obligaciones desde institutas de Justiniano, pero que a día de hoy a tomado una aplicación
inconmensurable, conociéndola como la principal de estas.
La solución que actualmente tiene la transmisión de deudas es otro punto a contrastar con el derecho
romano, ya que si bien antes era posible hablar de un traspaso de responsabilidad crediticia, aunque no
con todos los efectos actuales, se hacía imposible el dar paso a una cesión de adeudo, por las
implicancias que estas contraían al sujeto (pasivo en este caso), considerándose tan arraigadas al deudor
como si de un patrimonio más se tratase, implícitamente dentro del derecho de obligaciones, la estricta
visualización del derecho romano impedía este tipo de situaciones, pese a ello actualmente, mediante
conciliación, información y vínculos referidos, es consensuable una situación de este calibre; y hasta es
esclarecida su posibilidad y adecuaciones en el código civil.
Aunque existen otras situaciones posiblemente dables, el espíritu de este Derecho no ha cambiado con
el tiempo, la sensación, definición, y el manejo sigue estando presente desde la concepción de Roma
sobre este derecho, lo que faculta una situación preferiblemente dinámica en la formación de las
situaciones pero que para el trasfondo que estas tiene a sido inamovible desde la raíz de su nacimiento,
dentro de Roma si cambió, de ser referido como un acontecimiento consuetudinario a una acción y
vínculo legalizado y normado.
Actualmente se conocen las obligaciones de dar, hacer, de no hacer; tal vez el más significable acto de
cambio, siendo que principalmente para el Derecho en Roma, era punible las obligaciones, con
tendencia superior hacia deudas y créditos económicos-patrimoniales, no existiendo tanta información
hacia actuares o desarrollo de accionares de personas, no quiere decir que no existían, tan solo que en
la actualidad son más generables, es decir, son más fácil de apreciar por las estipulaciones dadas en el
código civil, adecuaciones que son motivos de evolución del derecho romano, hecho que nos hace
comprender el continuo uso (desde Roma hasta hoy) de las obligaciones en un aspecto civil y legal; el
resultado de términos y plazos, así como las condiciones que estas adquieren; o las propias obligaciones
factiblemente indivisibles que provocaron paulatinamente la existencia de unas divisibles.
XVI. Conclusiones
Se llaman fuentes de las obligaciones a aquellos hechos legales en promesas, a los cuales el
ordenamiento jurídico romano atribuía eficacia de hacer surgir un vínculo obligatorio entre dos o
más personas, contando con Gayo, Modestino y Justiniano como máximos representantes en su
clasificación.
En el Derecho romano arcaico, la obligatio sólo se admitía como un vínculo esencialmente
personal que solo incluía al deudor y el acreedor, descartando a un tercero en dicha relación.
Posteriormente, como resultado del desarrollo de la actividad comercial, los terceros comenzaron
a admitirse ya que posibilitaba el enriquecimiento y facilidad en la actividad comercial y mercantil
de romano.
Un contrato siempre tiene que ser hecha por dos partes, un sujeto activo y el otro pasivo y para
que el contrato sea válido, es preciso que esté hecho entre personas capaces. El pródigo, el
infante, o los esclavos no pueden contratar, porque no tienen voluntad y porque no pueden
consentir. Inicialmente vendría a ser un pacto exclusivo entre el Derecho Romano y sus
ciudadanos, sin embargo, luego estaría llegando a formar parte de los peregrinos.
Para el Derecho romano, se hacía inadmisible la cesión de deudas, era un hecho que rompía la
realidad plasmada dentro del Derecho de las obligaciones, por ende, no había institutas, ni
organismos alternos al del derecho en sí, que abogaran por este tipo de transmisión, encasillando
este tipo de derecho en un formalismo, que en el dinamismo que vemos en la actualidad; sin
embargo, la evolución del Derecho hizo que se pueda admitir este factor, así como los preceptos
necesarios para dar por admitido las transmisiones de crédito y las asunciones de deudas.
La influencia del Derecho Romano es crucial, no solo por ser el antecedente a lo que conocemos
en la actualidad, sino por ser la viva imagen del Derecho de las obligaciones contemporáneas, con
diferencias mínimas aunque importantes, el cómo se mantuvo tan vivazmente es un punto difícil
de tratar, posiblemente por tener tan buena estructura gracias a los jurisconsultos romanos, como
Gayo, Modestino, Paulo o Justiniano en conjunto con sus institutas, el cómo plantearon las teorías
para ser importantes hasta hoy, y como corresponder en cada caso, es una idea clave para el
conocimientos de las obligaciones.
39 Conclusiones
Derecho de las Obligaciones
XVII. Recomendaciones
Se recomienda el estudio del principio de las obligaciones debido a que te da un enfoque general
acerca del origen de las obligaciones y sus requisitos para ser considerada como tales, también
tomar conocimiento de su evolución desde la concepción del derecho romano hasta la concepción
del derecho actual.
Para expandir nuestros conocimientos con relación al tema, es sugerible acudir a libros confiables
de autores reconocidos que conozcan con profundidad el tema, y de la misma manera observar
videos hará que la información sea más dinámica y fácil de recepcionar.
En base a los datos e información recogida en el presente artículo jurídico, se deberían proponer
distintos métodos y técnicas de estudio para organizar la información del tema, como utilizar
organizadores visuales e informativos para estructurar de mejor forma la consolidación de la
temática.
40 Recomendaciones
Derecho de las Obligaciones
XVIII. Bibliografía
Levaggi, A. (1982). Historia del Derecho de las Obligaciones, Contratos y Cosas. En A. Levaggi, Parte I:
Obligaciones y Contratos (págs. 18-35). Buenos aires: Editorial Perrot.
Osterling, F., & Castillo, M. (1988). Algunos Conceptos sobre la teoría general de las Obligaciones. En
F. Osterling, & M. Castillo, Las obligaciones (págs. 640-700). Lima: IDPL.
Prado, J. C. (Diciembre de 2010). El beneficio de la condena limitada al id quod debitor facere potest
en favor del insolvente. Obtenido de Revista General del Derecho Romano.
41 Bibliografía