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ROL : C-93-2019
Durante todo ese tiempo, mi clienta se dedicó al cuidado de los hijos y a las
labores del hogar en común. En base a lo anterior, jamás pudo trabajar, ya que su
otrora cónyuge era de aquellos de mentalidad machista, al cual no le parecía que
la mujer trabajase. El problema fue S.S., que durante toda la duración del
matrimonio, fue sólo él quien pudo enriquecerse, producto de su trabajo, en
desmedro de mi representada, que no era remunerado.
Bajo este contexto, esta parte hizo sus descargos, principalmente basados
en que era imposible que se configurase la situación de hecho que constituye el
precario, por cuanto la ocupación de la propiedad por parte de mi representada es
precisamente amparada de los deberes y obligaciones que derivaban del contrato
solemne que constituye el matrimonio, y que, a mayor abundamiento, no puede
sustraerse del conocimiento de que mi representada ocupa actualmente la
propiedad, no concurriendo los requisitos copulativos que se sostienen tanto
en doctrina como la jurisprudencia nacional, para que se configure el
precario.
Es así, que con fecha 28 de septiembre de 2018, S.S. del 25° Juzgado Civil
de Santiago, de manera correcta, resolvió rechazar la demanda de precario en
todas sus partes, con expresa condenación en costas. Con ello, la parte
demandante no intentó siquiera apelar a dicha sentencia definitiva, por no tener
motivo plausible.
EN CUANTO AL DERECHO:
Por otra parte, la mera tolerancia tampoco existe, ya que, dentro de las
obligaciones propias del matrimonio, coexisten obligaciones tanto patrimoniales,
como personales. Una de las obligaciones patrimoniales que tienen los cónyuges,
es precisamente la obligación de dar alimentos, el cual debe entenderse en su
concepto amplio, incluido la vivienda. Por lo tanto, no existe mera tolerancia, por
cuanto cumplió con aquella obligación. Ergo, desapareciendo la mera tolerancia e
ignorancia, no se configura el precario. Es así, que puede existir cualquier otra
acción, pero no la del precario.
Es menester señalar que para que no hubiera habido título desde esa
fecha, en el mejor de los casos debió alegarse un matrimonio simplemente nulo,
que no amparase en título al demandado desde el año 1980, ya que se hubiera
entendido que jamás habría habido matrimonio; sin embargo, ella no es la
hipótesis.
Por tanto;
EN EL PRIMER OTROSÍ: Ruego a S.S. tener presente que me valdré de todos los
medios de prueba que la ley me franquea, para efectos de la contestación de la
demanda.