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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA ROSA
SECCIÓN FS10B
DERECHO AGRARIO

Compendio de análisis referentes a las sentencias 1080 de fecha 7-7-11; 1708 de


fecha 16-11-11; 0741 de fecha 8-7-10; y 105 Expediente 17-207 esta última con
ponencia de Jesús Manuel Jiménez.

Profesora.
Carmen Julia Fermín.

Participante.
Zerpa Willman V-16.674.126.

Caracas, junio 2022.


Análisis de sentencia.
Sentencia 1.080 de fecha 07/07/2.011.
Sala Constitucional T.S.J.
Magistrada ponente. Luisa E. Morales L.

De la identificación de las partes

Abogada PAULA ANDREÍNA SÁNCHEZ PORTILLO, titular de la cédula de


identidad Nº V-14.831.255 e inscrita en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el Nº 108.160, actuando en nombre y representación de los
ciudadanos YOVANNY JIMÉNEZ, JOSEFINA GUERRERO, GLADYS
TORRES, FRANCISCO QUINTERO, DIANA COTONI, portadores de las
cédulas de identidad Números V- 15.942.399, 15.943.093, 11.322.307,
20.353.615 y 10.828.199.

Contra la decisión dictada el 2 de marzo de 2009, por el abogado LUIS


ENRIQUE CASTILLO SOTO, en su condición de JUEZ AGRARIO PRIMERO
DE PRIMERA INSTANCIA DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL
ESTADO ZULIA.

De los hechos

De la lectura efectuada en la sentencia descrita en el encabezado del


presente análisis en desarrollo, vamos a extraer y presentar varios
segmentos narrativos de la misma, para tomarlos como basamento de lo que
entendimos sobre lo narrado referente a las partes, y de la Sala
Constitucional del máximo Tribunal de la República.

El objeto por el cual la parte accionante decide ejercer la Acción de Amparo


Constitucional, es porque en fecha 2 de marzo de 2.009, el “(…) JUEZ
AGRARIO PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, (…) omissis (…)
ADMITIÓ la Querella Interdictal Restitutoria de la Posesión introducida por la
Sociedad Mercantil Agrícola Torondoy, C.A. en contra de sus representados”.
Y decidió en base a lo establecido en los artículos 699 y siguientes al 711
todos del Código de Procedimiento Civil, que refieren a la resolución de los
conflictos agrarios dentro de la materia civil como materia especial; trayendo
como consecuencia esta acción por parte del Juez del mencionado Tribunal
de Primera Instancia, que la parte querellada accionara una acción de
amparo, ya que la decisión no estaba ajustada a derecho y atentaba contra
la norma suprema, siendo esto causal del accionar de un amparo
constitucional.

De la sentencia 1.080 (I DE LA SENTENCIA CONSULTADA, primer aparte)


podemos citar lo siguiente: “al momento de suscitarse controversias con
ocasión de la actividad agraria que pudieran dar origen a las llamadas
acciones posesorias, mal podrían las mismas ser tramitadas a través de
procedimientos civiles como es el caso del interdictal, el cual como hemos
sostenido a todo lo largo de este Capítulo, está dirigido a satisfacer un
interés particular por encima del social y colectivo, debe ser sustanciadas
(sic) por lo dispuesto en el Procedimiento Ordinario Agrario, por cuanto el
JUZGADO AGRARIO DE PRIMERA INSTANCIA DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, en el decurso de la
sustanciación de Procedimiento Interdictal incurrió violó (sic) el Principio
Constitucional de Legalidad Adjetiva, trastocando el proceso agrario de tal
manera que desatendió, los postulados previamente establecidos en la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario…”.

Entonces podemos ver que la querella admitida por el Tribunal Primero de


Primera Instancia Agrario, tenía como fin lograr una posesión de una tierra o
fundo mediante una interdicción posesoria, que desde el inicio fue mal
llevada por parte del Juez de Primera Instancia; ya que el mismo se rigió por
el Código de Procedimiento Civil y no por la Ley que regula la materia agraria
ordinaria, omitiendo lo establecido por esta última, incurriendo este Juez a su
vez en una transgresión flagrante si se puede decir, del Principio
Constitucional de Legalidad Adjetiva. Que trae como consecuencia una
lesión en materia de derecho constitucional en la persona de quienes recae
la ejecución de la decisión emanada del prenombrado Tribunal.

Por lo que el Tribunal Superior en Materia Agraria de la Circunscripción


Judicial del Estado Zulia y Falcón, ordenó lo siguiente: “(…) debiendo
forzosamente este Juzgado Superior ordenar reponer la causa, del
expediente Nro. 3612, nomenclatura esta llevada por el Juzgado de(sic)
Primero de Primera Instancia Agraria de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia, AL ESTADO DE ADMISIÓN, de la demanda intentada por la
Sociedad Mercantil Agrícola Torondoy, C.A. y SE ORDENA LA ADMISIÓN
DE LA DEMANDA, PARA QUE SEA TRAMITADA POR EL
PROCEDIMIENTO ORDINARIO AGRARIO, como acción posesoria, prevista
en los artículos 197, ordinales 1, 7 y 15 (sic) del 208 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, dada la autonomía por razones de especialidad del
Derecho Agrario, en acatamiento al mandato consagrado en el artículo 257
de la (sic) República Bolivariana de la Venezuela. ASÍ SE DECIDE. En este
orden de ideas, este Juzgado Superior Agrario actuando en sede
Constitucional comparte plenamente la opinión emitida por el ciudadano
Francisco Fossi en su carácter de Fiscal Vigésimo Segundo con
Competencia Especial en Contencioso-Administrativo, Contencioso-
Administrativo Tributario, Contencioso-Agrario y Derechos y Garantías
Constitucionales de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia. Ratificando,
cabe resaltar, que las medidas aplicables en el marco de los procedimientos
agrarios, consagradas en el Capítulo XVI, artículos 254 y siguientes de la
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, resultan adversas a las medidas
contempladas en el procedimiento interdictal civil, (como lo es la aberrante
medida de secuestro con la expresión ‘déjese libre de personas y bienes,
inconcebible en materia agraria) vale citar, el artículo 699 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, toda vez que, las primeras, trascienden de la
esfera de un interés particular, al interés social general y colectivo, en
procura de la continuidad de la producción agroalimentaria, la conservación
de los recursos naturales y del medio ambiente, el mantenimiento de la
biodiversidad; ello, a través de la protección de los derechos del productor,
de los bienes agropecuarios, la utilidad pública de las materias agrarias. Y
siendo, que las medidas consagradas en el Procedimiento Interdictal, no
resultan capaces de garantizar la protección de los derechos fundamentales
garantizados en el ámbito agrario, es por lo que, resulta contumaz la
admisibilidad de la presente acción de amparo constitucional. ASÍ SE
DECIDE.

Entonces podemos observar del párrafo extraído de la sentencia 1.080 ut-


supra expuesto, que la decisión tomada por el Juez Primero de Primera
Instancia, no coincide con lo establecido en la Norma Adjetiva que regula el
trato de tierras y desarrollo agrario, ya que esta no define o no interpreta EL
SECUESTRO de la misma manera que lo define el Código de Procedimiento
Civil entre de sus artículos 699 y 711; de lo que muy perfectamente se
vislumbra el conocimiento del referido juez en cuanto a la errónea decisión
por falta de ajuste a derecho, ya que la norma aplicada no es la que
efectivamente debió emplear. Ya sea por desconocimiento o por cualquier
otra razón que lo haya hecho incurrir en dicho error inexcusable, pues la
norma es clara.

Del derecho
El Tribunal Superior Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
actuó y decidió ajustadamente a Derecho, pues el análisis que hizo sobre la
aplicación de la norma por control difuso quedó muy bien adecuado,
determinó la violación a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela por parte del Juez de Primera Instancia, del porqué no debió
haber aplicado la norma en materia de procedimiento civil, y de la lesión y/o
amenaza de violación a los derechos fundamentales como lo es el derecho al
debido proceso y el derecho a la defensa.

Del mismo orden de ideas procedemos a extraer de la sentencia in comento,


lo siguiente referente al procedimiento ordinario agrario, para que el lector
perciba con más claridad lo ateniente, del porqué no se puede ni se debe
aplicar el procedimiento especial civil mediante interdicto de posesión en
materia agraria; a continuación: (página 8, segundo párrafo de la sentencia
1.080).

“Aplicando el procedimiento ordinario agrario existe certeza e igualdad de


oportunidades a las partes, ya que los lapsos no son los mismos, la citación
permite que el demandado pueda contestar previamente la demanda;
igualmente se evitan desalojos empleando las medidas que la Querella
Interdictal de Amparo permite y son desviadas en la práctica. Igualmente
permite que la contestación la haga en forma oral o escrita, puede oponer
cuestiones previas, reconvención, pueden participar los terceros, igualmente
puede promover pruebas; una vez contestada la demanda es depurada la
demanda realizándose la fijación de los hechos de la litis en la audiencia
preliminar, lo más importante una vez abierto el lapso probatorio, practicadas
las pruebas, existe un juicio oral y público en donde se le da oportunidad a
que el Juez tenga contacto directo con las partes y demás sujetos del
proceso, como expertos y testigos, la misma puede ser grabada por medios
técnicos y el Juez dicta el dispositivo del fallo; incluso le es dada la
oportunidad al demandado confeso para que pruebe lo contrario, en sí dando
pleno cumplimiento del artículo 2, (Estado Democrático Social de Derecho y
Justicia) 26 (Tutela Judicial Efectiva) y 253 (Principio Constitucional de
Legalidad Adjetiva o Principio Constitucional de las Formas Procesales) de la
Carta Fundamental que esta(sic) acorde con el procesalismo moderno.”

Queda claro de lo ut-supra expuesto, que fehacientemente incurrió el Juez


de Primera Instancia en las violaciones constitucionales que se le han venido
responsabilizando en lo ut-retro expuesto de la referida sentencia.

Podemos observar que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia, como máxima interprete de las normas y/o leyes de la República
Bolivariana de Venezuela, luego de determinar y analizar la situación tanto
de hecho como de derecho, en lo concerniente a la Acción de Amparo
interpuesta por la Abg. Paula Andreina Sánchez Portillo, ratifica en el primer
aparte de la página 17 de la analizada sentencia lo siguiente:

“Efectivamente, la jurisdicción especial agraria es la llamada a amparar los


principios constitucionales previstos en los artículos 2, 26, 49, 305 y 307 y
que el legislador concentró en el artículo 1 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, como la consolidación de los mismos dentro de un estado
democrático, social de derecho y de justicia, en la búsqueda de la
profundización de los valores constitucionales de desarrollo sustentable,
inherentes a la seguridad agroalimentaria y a la justa disponibilidad suficiente
de alimentos de calidad, distribución de la riqueza y planificación estratégica,
democrática y participativa; así como la mejora de la calidad de vida de la
población campesina, y el logro de un desarrollo amónico y viable en el
contexto de la justicia social que toda actividad agraria persigue.”
En el párrafo que sucede al extraído párrafo ut-supra de la sentencia in
comento, la Sala Constitucional hace referencia que los amparos en materia
agraria derivan de los criterios y estudios originados del intelecto razonar del
maestro Giangastone Bolla, quien es considerado el padre de la escuela
clásica del derecho agrario, estableciendo a su vez la Sala Constitucional en
el mismo párrafo enunciado, que el padre de la escuela clásica Antonio
Carroza concuerda con el primero nombrado en “…la inaplicabilidad de las
disposiciones del derecho civil para resolver situaciones derivadas de
la aplicación de las instituciones propias del derecho agrario…”;
adoctrinándose así el artículo 305 de la Carta Magna en cuanto a seguridad
agroalimentaria se refiere, el cual establece lo siguiente:

“Artículo 305. El Estado promoverá la agricultura sustentable como base


estratégica del desarrollo rural integral, a fin de garantizar la seguridad
alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y
estable de alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y
permanente a éstos por parte del público consumidor. La seguridad
alimentaria se alcanzará desarrollando y privilegiando la producción
agropecuaria interna, entendiéndose como tal la proveniente de las
actividades agrícola, pecuaria, pesquera y acuícola. La producción de
alimentos es de interés nacional y fundamental para el desarrollo económico
y social de la Nación. A tales fines, el Estado dictará las medidas de orden
financiero, comercial, transferencia tecnológica, tenencia de la tierra,
infraestructura, capacitación de mano de obra y otras que fueran necesarias
para alcanzar niveles estratégicos de autoabastecimiento. Además,
promoverá las acciones en el marco de la economía nacional e internacional
para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola (…)”.

Nos tomamos el atrevimiento de citar el artículo 1 de la Ley de Tierras y


Desarrollo Agrario, para concatenarlo con el artículo 305 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, el mismo nos establece lo
siguiente:

“Artículo 1. La presente Ley tiene por objeto establecer las bases del
desarrollo rural integral y sustentable; entendido éste como el medio
fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del sector
agrario dentro de una justa distribución de la riqueza y una planificación
estratégica, democrática y participativa, eliminando el latifundio y la
tercerización como sistemas contrarios a la justicia, la igualdad, al interés
general y a la paz social en el campo, asegurando la biodiversidad, la
seguridad agroalimentaria y la vigencia efectiva de los derechos de
protección ambiental y agroalimentario de la presente y futuras
generaciones.”

Efectivamente se puede observar del artículo 1 ut-supra expuesto, que el


legislador en su oportunidad ataca a las mafias que manejaban las tierras
para su propio recurso e interés particular del ser humano, y que en décadas
anteriores eran conocidos como latifundistas; con esta ley además de evitar y
desplazar o desterrar al latifundista, se está garantizando el desarrollo
productivo en materia de la agroalimentación que va en pro al beneficio
social y colectivo, más allá del interés particular de quien posee las tierras,
que de hecho y de derecho este último debe ser el mismo que la trabaja.

Entonces para dar por concluido el presente análisis de la sentencia 1.080


descrita en el encabezado, donde la Sala Constitucional ratifica la decisión
emanada del Tribunal Superior Agrario de la Circunscripción Judicial de los
Estados Zulia y Falcón, procedemos a dejar por citado lo decidido por la
Magistrada Ponente Luisa Estela Morales Lamuño, quien decide y ordena lo
siguiente.
“Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República Bolivariana
de Venezuela por autoridad de la ley, declara CONFORME A DERECHO la
desaplicación efectuada por la sentencia Nº 223 dictada por el Juzgado
Superior Agrario de la Circunscripción Judicial de los Estados Zulia y Falcón
el 21 de abril de 2009, que desaplicó los artículos 699 al 711 del Código de
Procedimiento Civil.
 
Se ORDENA la publicación íntegra del presente fallo en la página web de
este Tribunal Supremo de Justicia, así como en la Gaceta Judicial, en cuyo
sumario deberá indicarse lo siguiente:
 
“Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
que fija la interpretación vinculante respecto al procedimiento aplicable
a las acciones posesorias en materia agraria”.”

En conclusión de todo lo ut-retro expuesto, la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia, se erigió en pronunciarse mediante ratificación expresa
de lo decidido por el Tribunal Superior Agrario de la Circunscripción Judicial
de los Estados Zulia y Falcón, que es la desaplicación de los artículos 699 al
711 del Código de Procedimiento Civil, y la orden de admitir nuevamente la
querella con el fin que se restituya nuevamente a limine litis, aplicando el
procedimiento establecido en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, de
manera tal que el proceso se lleve por la vía judicial ordinaria en materia
agraria que es a quien le compete, y no como la había procesado el Juez
Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia, que en lo personal nos deja la duda del actuar erróneamente, a
actuar con animus doli; pero en fin la Sala lo que busca es garantizar y sobre
guardar el Principio Constitucional de Legalidad Adjetiva o Principio
Constitucional de las Formas Procesales, y garantizar la Tutela Judicial
Efectiva, para que prevalezca el Estado Social de Justicia e Igualdad de
Derecho.

Análisis de sentencia.
Sentencia 1708 de fecha 16/11/2.011.
Sala Constitucional T.S.J.
Magistrada ponente. Luisa E. Morales L.

De las partes

De los solicitantes del recurso extraordinario de revisión de sentencia,


tenemos, “los abogados Amilcar Gómez Hernández, Mauricio Rodríguez
Yánez, Yolimar Hernández Figuera, Jerson Dávila y Eloym Gil Hernández,
inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los Nros.
74.717, 47.014, 91.916, 78.713 y 109.641, actuando como representantes
judiciales del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS”.

Contra la “Sentencia Nº 2.140 de la Sala Especial Agraria de la Sala de


Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia del 15 de diciembre de
2008”.

De los hechos

Según lo entendido de la lectura de la sentencia 1708, la misma trata de una


solicitud de revisión de sentencia ante la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, con Ponencia de la Magistrada Luisa Estela Morales
Lamuño; dicho recurso extraordinario en materia judicial, recae sobre la
sentencia 2140 de la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social del
tribunal Supremo de Justicia antes descrita, pues dicha sentencia ratifica la
decisión emanada de un Tribunal Superior en materia agraria, donde uno de
los puntos de objeción más resaltantes de entre todos, es la “perención
breve”, el tribunal de la causa perimió la causa tomando como fundamento
legal la Sentencia Nº 1121 del 24 de mayo de 2007 de la Sala Especial
Agraria de la Sala de la Casación Social del Máximo Tribunal de la
República, donde analiza y soporta el artículo 178 de la norma adjetiva
agraria que prevé la perención breve; lo que a la parte accionada no le
pareció ajustada a derecho, ya que la misma es contraria a lo establecido en
el artículo 193 ejusdem, el cual establece o define que para que exista una
perención total de la causa deben haber transcurrido un lapso de seis meses
sin haber impulsado el proceso por ninguna de las partes; lo que
erróneamente aplicó el Tribunal de Primera Instancia fue la perención breve
establecida como lo cité anteriormente del artículo 178; ahora, del criterio
establecido en la mencionada sentencia 1121, me tomo el atrevimiento de
extraer lo siguiente como basamento de lo antes narrado como vinculación
entre el artículo 173 ejusdem y la sentencia última enunciada.

“Recibida la información en esta Sala, se constató que en ese período


transcurrieron veintiún (21) días de despacho, es decir, se excedió el lapso de
diez (10) días hábiles que establece el artículo 178 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, por tanto, deberá declararse con lugar la apelación
propuesta, en razón de que se consumó la perención breve.
De otra parte, esta Sala, en función pedagógica, hace un llamado de atención
al Tribunal de la causa, por cuanto declaró improcedente la solicitud de
desistimiento del recurso de nulidad; lo procedente era resolver el pedimento
de la parte accionada, en acatamiento del fallo Nº 615 de esta Sala, dictado
en fecha 4 de junio de 2004, por tanto, se insta al sentenciador del Juzgado
Superior Primero Agrario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas y de los Estados Miranda, Vargas, Guárico y
Amazonas, a aplicar, en futuras ocasiones, las decisiones dictadas por esta
Sala Especial Agraria para casos análogos, a los fines de mantener
uniformidad en los criterios jurisprudenciales relativos a esta materia
especial; de esta manera, se evitarán retrasos innecesarios y perjudiciales en la
administración de justicia, en detrimento de los justiciables y el Estado
venezolano”.

Entonces de lo ut-supra expuesto nos podemos percatar que el Tribunal


Superior Primero Agrario de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas y de los Estados Miranda, Vargas, Guárico y
Amazonas, ratificó la perención breve decidida por el Tribunal de la causa, y
que la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social del tribunal
Supremo de Justicia en su decisión le exige a al Tribunal Superior antes
mencionado, que para decisiones futuras, o mejor dicho que de ahora en
adelante decida sobre casos similares en base a las decisiones emitidas por
esa Sala, para que exista y se mantenga la uniformidad en los criterios
jurisprudenciales relativos a la materia especial agraria; en fin los abogados
que asisten en dicha causa a la parte accionada, en ver que ya habiendo
agotado todos los recursos procesales previstos en la Norma Adjetiva
Ordinaria Agraria, se vieron en la necesidad de solicitar una revisión de
sentencia como última instancia para defender los derechos de sus
patrocinados, revisión esta que es sometida a análisis en el presente trabajo.

Del derecho

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia tiene la potestad de


acuerdo a lo establecido en el artículo 336, numeral 10 de la Constitución d
ela República Bolivariana de Venezuela, de revisar las Sentencias decididas
por las demás Sala del Tribunal Supremo de Justicia, y al respecto
establece lo siguiente: “(…) revisar las sentencias definitivamente firmes de
amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas
jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos
establecidos por la ley orgánica respectiva (…)”. De allí la potestad de la Sala
Constitucional en efectuar tales revisiones de sentencias al igual que la
potestad que hereda de ser la última interprete de las leyes y normas
legisladas en la República.

En este orden de ideas paso a extraer de la sentencia in comento de la


decisión que la misma ha tomado mediante su ponente, Magistrada Luisa
Estela Morales Lamuño quien administrando justicia y garantizando el
respeto de los derechos fundamentales establecidos en nuestra carta
magna, pasa a decidir lo siguiente:

 
“Por las razones precedentemente expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República por autoridad
de la ley, declara:
 
1.- HA LUGAR la solicitud de revisión presentada por los abogados Amilcar Gómez
Hernández, Mauricio Rodríguez Yánez, Yolimar Hernández Figuera, Jerson Dávila y
Eloym Gil Hernández, actuando como representantes judiciales del INSTITUTO
NACIONAL DE TIERRAS, ya identificados; de la sentencia Nº 2.140 de la Sala
Especial Agraria de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia del
15 de diciembre de 2008, la cual se ANULA.
 
2.- Se ORDENA  remitir copia de la presente sentencia a Sala Especial Agraria de la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, a los fines de que dicte un
nuevo pronunciamiento, en acatamiento a la doctrina establecida en este fallo.
 

3.- En orden a garantizar los principios y derechos contenidos en los artículos 26, 49


y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Se FIJA CON
CARÁCTER VINCULANTE LA INTERPRETACIÓN DEL ALCANCE Y
CONTENIDO DEL ARTÍCULO 163 DE LA LEY DE TIERRAS Y
DESARROLLO AGRARIO.

 
4.- Se ORDENA la publicación íntegra del presente fallo en la página web de este
Tribunal Supremo de Justicia, así como en la Gaceta Judicial y la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela, en cuyo sumario deberá indicarse lo siguiente:
 
“Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que
fija la interpretación constitucionalizante respecto al artículo 163 de la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario”.
 
 5.- La presente interpretación constitucionalizante de carácter vinculante se realiza
con fundamento en el principio de colaboración de poderes, por lo que
se EXHORTA a la Asamblea Nacional que en ejercicio de sus competencias y a los
fines de garantizar la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales, proceda a la revisión y correspondiente modificación de la
normativa legal vinculada con la interpretación vinculante establecida en la presente
decisión.”

De la decisión citada anteriormente se pude ver claramente que la Sala


Constitucional comienza anulando la sentencia emitida de la Sala especial
Agraria de la Sala de Casación Social; en segundo lugar ordena remitir copia
certificada de la sentencia 1708 a la Sala Especial Agraria, y que luego esta
última emita nuevo pronunciamiento sobre la causa decidida acatando la
doctrina de la Sala Constitucional, que de hecho y de derecho dicha
Sentencia 1078 es de carácter vinculante, lo que quiere decir que aplica para
todos las causas similares dentro de todo el territorio de la República.
Análisis de sentencia.
Sentencia 0741 de fecha 08/07/2.010.
Sala de Casación Social T.S.J.
Magistrado ponente. Alfonso Rafael Valbuena Cordero.

De las partes

Los recurrentes: INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, representado


judicialmente por los abogados Liyuni Sosa, Gerson Rivas, Mónica Oviedo,
Robert Orozco, Mauricio Rodríguez, Kennelma Caraballo, Golfredo
Contreras, Francesco Zordan, Elda Tolisano, Carlos Farías, Jorge Huerta,
José Gregorio Rodríguez, Miguel Monsalve, Yolimar Hernández, Eloym Gil,
Kary Zerpa, Bella Freitas, Yauri Márquez, Jorge Narváez, Viggy Moreno,
Alfredo Guevara, Jerson Dávila, Sugeidi Coello, Eugenio Lainez, Anybeth
Sulbarán, Lila Del Valle Ruíz, Vicmary Cardoza, Andreina Rodríguez, Rocío
Camacho, Karina Sánchez, Ricardo Cestari, Fátima Jiménez, Francys
Andrade, Ivanora Zavala, Augusto Méndez, José Garay, José Del Carmen
Rodríguez y Domingo Marzoa.
Recurso de Apelación contra la decisión definitiva dictada por el Tribunal de
la causa en fecha 21 de mayo del año 2008.

De los hechos.

De lo leído en la sentencia 0741 descrita en el encabezado del presente


análisis, los hechos versan sobre un acto administrativo ejecutado por el
Instituto Nacional de Tierras, quien declaró unas tierras, en estado ociosas e
incultivas; dicho acto es sustentando y basado en un medio de prueba que la
parte accionante denunció ser viciadas, ya que las mismas contenía
información falsa.

El Juez de la causa luego de admitir la acción de solicitud de nulidad en


contra del acto administrativo por parte del Organismo de tierras que
representa al Estado, procedió como lo establece la norma adjetiva agraria a
evacuar los medios probatorios, obteniendo de primera mano que la
inspección técnica efectuada por los supuestos peritos nombrados por el
Instituto Nacional de Tierras, no cumplían con los requisitos establecidos de
ley para validar y dar por cierto la información contentiva en dicha inspección,
por lo que ya ahí, hay una carencia de derecho.

Por otro lado, la inspección técnica dejaba ver que los peritos se
apersonaron y recorrieron todo el lugar, para de esa manera poder obtener
un informe técnico minucioso y detallado que dejaba constar que
efectivamente el terreno se encontraba ocioso e inculto, información esta,
que también se demostró falsa, ya que los mismos nunca entraron al fundo,
pues toda esa información la obtuvieron de narraciones obtenidas de lo que
les decían lugareños o residentes de la zona, además que también
obtuvieron información de libros y actas que se encuentran en registros
públicos con información que datan para el momento del acto administrativo
con más de 5 años; de aquí se demuestra el faso supuesto de hecho.

Luego para terminar de comprobar el vicio del proceso por parte del Instituto
Nacional de Tierras, el Tribunal de la causa mediante análisis aplicado al
mismo informe técnico, se percata que no consta estudio del suelo, lo que
efectivamente deja o hace ver con claridad, que los peritos no realizaron
ningún tipo de estudio científico en el terreno, y de allí deriva que mucho
menos se rigieron o aplicaron de método científico alguno; lo cual sirve para
garantizar que fehacientemente estos peritos nunca tuvieron acceso al
terreno.

No conforme con esto, los representantes judiciales del Instituto Nacional de


Tierras, apelaron la decisión del Tribunal de la causa, ya que dicho tribunal
anuló el acto por parte del mencionado instituto; el recurso de apelación fue
admitido y remitido a la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social
del Tribunal Supremo de Justicia.

Del derecho

El Juzgado Superior Primero Agrario de la Circunscripción Judicial del Área


Metropolitana de Caracas y de los estados Miranda, Vargas, Guárico y
Amazonas, remitió a la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social,
el expediente contentivo de la acción de nulidad, conjuntamente con amparo
constitucional y solicitud de medida cautelar de suspensión de efectos,
ajustado primeramente a la carta magna.

La Sala de Casación Social actuando en Sala Especial en materia Agraria,


admite el recurso y entra a conocer sobre lo que el recurrente pretende,
obteniendo toda la información detallada ut-retro expuesta, en la que reposa
por parte de los accionantes en el momento de activar el aparato judicial, la
violación flagrante de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela en dicho acto administrativo, sobre el artículo 49, numeral 1,
donde se garantiza el derecho a la defensa y al debido proceso; igualmente
la violación a los numerales 1º y 4º del artículo 19 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, que establecen lo siguiente en cuanto a la
materia:

“Artículo 19. Los actos de la administración serán absolutamente nulos en los


siguientes casos: 1. Cuando así este expresamente determinado por una
norma constitucional o legal (…) omissis (…) 4. Cuando hubieren sido
dictados por autoridades manifiestamente incompetentes, o con
prescindencia total y absoluta del procedimiento lealmente(sic) establecido.”
 
A parte la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social, toma como
basamento jurisprudencial la sentencia 1131 de fecha 19 de septiembre de
2002, procedente de la Sala Político Administrativa, que refiere lo siguiente
con respecto al vicio de falso supuesto.

 
“(…) el vicio de falso supuesto se patentiza de dos maneras, a
saber: cuando la Administración, al dictar un acto
administrativo, fundamenta  su decisión en hechos inexistentes,
falsos o no relacionados con el o los asuntos objeto de decisión,
incurre en el vicio de falso supuesto de hecho. Ahora, cuando los
hechos que dan origen a la decisión administrativa existen, se
corresponden con lo acontecido y son verdaderos, pero la
Administración al dictar el acto los subsume en una norma
errónea o inexistente en el universo normativo para fundamentar
su decisión, lo cual incide decisivamente en la esfera de los
derechos subjetivos del administrado, se está en presencia de un
falso supuesto de derecho que acarrearía la anulabilidad del
acto.”
De todo lo descrito en el presente análisis, queda de manera clara y precisa,
que el actuar por parte de quienes para ese momento representaban el
Instituto Nacional de Tierras, tenían un interés manifiesto por dichas tierras,
pues lo que interpreta, es que se valieron de su investidura para adquirir
esas tierras con el fin de conseguir un beneficio lucrativo de los mismos.

Lo que no se imaginaron de pronto fue, que la parte agraviada iba a accionar


la vía judicial, y que esta iba a proceder apegada al marco jurídico legal,
haciendo prevalecer la justicia, garantizando el derecho.

Análisis de sentencia.
Sentencia 105 de fecha 20/08/2.021.
Sala de Casación Social T.S.J.
Magistrado ponente. Dr. JESÚS MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO

De las partes

Los accionantes: “…sociedad mercantil EMPRESA BARIBIENES, C.A.,


representada judicialmente por los abogados María Rivas Zerpa y Asdrúbal
Rafael Piña Soles…”.

El accionado: “…RAMÓN FROILÁN DELGADO SÁNCHEZ, representado


judicialmente por los abogados Cristóbal Falcón Zamora, Cándido Guerrero,
Domingo Rosales y Leonardo Herrera Parra…”.
Terceros opositores contra la medida de “…acción posesoria de restitución
por despojo…”; en fase de ejecución de la sentencia: “…MARÍA GARZÓN,
AUXILIADORA MENDOZA, CARLOS VELAS, ALICIA VITIRIAGO,
MARICRUZ REYNA, AUDI CAMEJO, EMILIA MÁRQUEZ, MARÍA
CLAUDIA GARCÍA, JOSÉ GREGORIO VARGAS, OSCAR ENRIQUE
PAREDES CONTRERAS, RAÚL LARA, ORLEY GARCÍA, GABRIEL
ENRIQUE MONTILVA y ROSMERY PERAZA, representados judicialmente
por los abogados Saiz Rafael Mitilo Véliz y Ely Saúl Berrios…”.

De los hechos

La persona jurídica accionante; accionó una demanda que quedó asignada al


Tribunal Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial
del Estado Barinas, procesando dicho Tribunal la controversia y
pronunciándose en favor de lo solicitado por los accionantes.
Luego de esto en el momento de la ejecución de sentencia, se opusieron
como terceros opositores a dicha ejecución, los ciudadanos antes descritos
en el capítulo de identificación de las partes, con el pretexto que no fueron
partícipes del proceso llevado a cabo por el referido tribunal de la causa.

De tal manera, el tribunal de primera instancia admite la oposición a la


ejecución de la sentencia, y da un lapso prudencial de 8 días para que las
partes opositoras promuevan las pruebas que consideran pertinentes con
respecto al caso.

Reabriéndose de esta manera el proceso con respecto al interés de los


terceros opositores, garantizándoseles así el derecho a la defensa y al
debido proceso. Esta parte opositora alegó que tienen derechos de
propiedad sobre bienhechurías y terrenos que se encuentran dentro del
territorio en recuperación posesoria, ya que los mismos adquirieron dichos
derechos mediante contratos de compra venta, de hecho también se
manifestó como tercero opositor de manera adherida una persona jurídica, la
cual alegó hasta tener permisos de construcción y modificación de
bienhechurías dentro del terreno.

De todo esto el Tribunal de la causa solicitó pruebas, las cuales fueron


presentadas en su debida oportunidad, y en donde por supuesto el tribunal
evaluó para desestimar cuáles eran permitidas para su evacuación, y cuáles
no.

También dentro de las diligencias solicitadas por parte de estos terceros


opositores, se solicitó una inspección judicial al terreno, ya que
supuestamente la notaría de Barinas había efectuado una que no era
confiable para estos, además que la misma es de carácter extrajudicial.

Del derecho

En base a la reconsideración por parte del tribunal Primero de Primera


Instancia, el mismo como garante de los preceptos constitucionales, procedió
de acuerdo a lo establecido en el artículo 232 de la norma adjetiva agraria,
en concordancia con lo establecido en el artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil, los cuales establecen lo siguiente.

“Artículo 232. Cualquier incidencia que surja durante la


ejecución de la sentencia se tramitará y resolverá mediante el
procedimiento establecido en el artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil.”

“Artículo 607 Si por resistencia de una parte a alguna medida


legal del Juez, por abuso de algún funcionario, o por alguna
necesidad del procedimiento, una de las partes reclamare alguna
providencia, el Juez ordenará en el mismo día que la otra parte
conteste en el siguiente, y hágalo ésta o no, resolverá a más
tardar dentro del tercer día, lo que considere justo; a menos que
haya necesidad de esclarecer algún hecho, caso en el cual abrirá
una articulación por ocho días sin término de distancia.

Si la resolución de la incidencia debiere influir en la decisión de la


causa, el Juez resolverá la articulación en la sentencia definitiva;
en caso contrario decidirá al noveno día.”

De lo ut-supra expuesto se acogió muy bien el Juzgado de Primera


Instancia, para garantizar la oportunidad de participar en el debido proceso a
estos terceros opositores, quienes no habiendo participado en el proceso de
la acción intentada por parte de los demandantes, se les reconoció su
derecho, y se les declaro con lugar la oposición de ejecución de sentencia.
Procediendo así el tribunal de la causa a suspender su ejecución de
sentencia, ya que consideró que la sanción no puede recaer sobre personas
que no asistieron o no fueron parte en la Litis principal; pues se debería
llevar otro proceso donde se resuelva la situación de los terceros opositores,
teniendo estos la oportunidad de defender los derechos que tienen en base
a las bienhechurías existentes en el lugar.

La parte accionante no conforme a derecho con lo considerado por parte del


Tribunal de Primera Instancia, acudió a emitir recurso de apelación, siendo
el Tribunal Superior quien determinó que el a quo no actúo erradamente en
cuanto a derecho refiere, y por lo tanto paso a decidir lo siguiente:

“En razón a ello, los derechos de los terceros opositores deben ser
garantizados en cualquier proceso permitiéndoles el acceso a la justicia y al
debido proceso, …más aún ya que del análisis efectuado a las actas y
pruebas consignadas y evacuadas por ante el Juzgado A quo, se desprende
con precisión la existencia inequívoca de grandes bienhechurías, la
existencia de familias que allí pernoctan, y que …” omissis “…no puede
recaer sobre personas que no participaron en el juicio principal…” omissis
“…por tanto no han sido condenadas a entregar la posesión que detentan ni
a ser desalojadas de las bienhechurías que han construido en el área en
cuestión, por tanto “… se desestima la argumentación expresada por la parte
demandante apelante…”
 
“Este Juzgado Superior Agrario, en mérito de los elementos de hecho y
fundamentos de derecho precedentemente expuestos, de la valoración de
las probanzas analizadas, en aras de garantizar el derecho a la defensa, al
debido proceso y a la tutela judicial efectiva, considera forzoso declarar sin
lugar la apelación interpuesta…”
El mismo Tribunal Superior se adecuó a garantizar el derecho a la defensa,
al debido proceso y a la tutela judicial efectiva; declarando sin lugar
forzosamente el recurso de apelación.

Ahora, luego de proceder la parte actora en recurrir a casar la decisión del


Tribunal Superior, la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social,
entró a casar y se percató de la existencia de la mala aplicación de las
normas sobre el caso de marras, entre los cuales resaltan dos puntos muy
importantes, y que tanto el tribunal de primera instancia, como el tribunal
superior no se percataron al decidir sobre la controversia. 1 la desaplicación
de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario; 2 La interpretación y demostración
de documentos fehacientes, que demuestren que efectivamente los terceros
opositores son legítimamente propietarios de los bienes que defienden.
La Sala Especial Agraria analizando sobre el proceso judicial que fue
casado, hizo un análisis con respecto al terreno en controversia, y de lo que
se pudo entender, radica en que las tierras debían ser restituidas y
entregadas a la accionante, porque estos son quienes la destinarían al
trabajo de la producción agroalimentaria, garantizando de esta manera la
protección al autoabastecimiento alimenticio de la nación, que va destinado
al interés social y colectivo más allá del interés particular propio del ser
humano.

En relación al respecto la Sala Especial Agraria entre sus argumentos


jurisprudenciales, citó lo siguiente y que me atrevo a extraer de la sentencia
hoy aquí analizada.

“Respecto al alcance y efectos del artículo 17, numeral 3, de la


Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, esta Sala de Casación Social
en sentencia N° 2.007 de fecha 17 de diciembre de 2014
(caso: Asociación Cooperativa de Servicios y Producción
Agropecuaria Bolivariana "Buen Destino"), estableció que:
 
(…) en torno al referido artículo 17, la Sala Constitucional en
sentencia de fecha 03 de febrero del año 2012 proferida en el
marco de una acción de amparo contra sentencia, interpretó su
alcance y efectos en el proceso judicial venezolano, en los
siguientes términos:
 
Así las cosas, la garantía de permanencia agraria es una
institución jurídica del derecho agrario venezolano, concebida en
la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario como una protección a la
tenencia de la tierra, cuyo fin primordial es garantizarle a los
productores agrarios la continuidad en la posesión de la tierra que
ocupan con fines productivos, constituyéndose en una garantía
especial que impide ser perturbados o desalojados, evitando así
la interrupción su actividad productiva lo cual favorece a la
producción agroalimentaria de la Nación”

Entonces lo ut-supra expuesto, es una de las consideraciones de la Sala


Especial Agraria para declarar la casación de oficio, ya que el a quo no
aplicó lo establecido en el artículo 17 de la norma adjetiva agraria y que a
continuación voy a dejar por asentado como garante de la propiedad por la
actividad agraria.

“Artículo 17. Dentro del régimen del uso de tierras con vocación


para la producción agrícola que permita alcanzar la soberanía
alimentaria, se garantiza:

3. La permanencia de los grupos organizados para el uso


colectivo de la tierra, así como los sistemas colectivos,
cooperativos, comunitarios, consejos de campesinos y
campesinas, consejos comunales y cualquier otro tipo de
organización colectiva en las tierras ocupadas con fines de uso
agrícola.”

Lo establecido en el artículo que antecede, es el objeto para lo cual está


destinado el terreno que la empresa accionante requiere de su posesión, por
lo que la acción va encaminada a la posesión de restitución por despojo.

En cuanto a la oposición de sentencia por parte de terceros interesados, la


Sala Especial Agraria se fundamentó en los análisis establecidos con
carácter vinculante de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, como máxime intérprete de las normas, donde establece los
siguientes criterios.

“En otro orden, se destaca que respecto a la desposesión jurídica


de bienes y la protección de los derechos de los terceros que no
fueron parte en el juicio, la Sala Constitucional en sentencia N°
1.212 de fecha 19 de octubre de 2000 (caso: Ramón Toro León y
otro), estableció:
 
(…), el Código de Procedimiento Civil, protege a los terceros
que pueden ser víctimas de la ejecución en un proceso
donde ellos no fueron partes. No se trata de detentadores de
los bienes en nombre del ejecutado, como lo serían los
mandatarios, empleados u otras personas sin ningún derecho
sobre el bien, sino de aquellos que debido al embargo, o a la
entrega forzosa, verían menoscabados sus derechos de
gozar, o usar el bien, o de ejercer sobre él algún derecho de
retención.
 
(Omissis)
 
Por tratarse de una interpretación vinculante sobre el alcance
del derecho de defensa y el debido proceso, en relación con
los terceros afectados por la fase de ejecución de sentencia,
no quiere la Sala dejar de advertir, que los terceros con algún
derecho sobre el inmueble, que puedan hacer valer, son
aquellos que lo han adquirido antes del embargo ejecutivo o
del registro prevenido en el artículo 549 del Código de
Procedimiento Civil, o en los otros casos, de la sentencia que
ordena la entrega del bien.
 
Quienes detenten por cualquier causa el bien ejecutado
después de esas fechas, no lo hacen legítimamente con
relación al ejecutante o al adjudicatario, ya que el ejecutado no
puede -por ser fraudulento- en detrimento del acreedor
(ejecutante) o del adjudicatario, desmejorar los derechos de
éstos, creando nuevos detentadores del bien, que
entorpezcan la posesión legítima que merece obtener el
ejecutante  o el adjudicatario (…). (Destacados de la Sala).
 
Así pues, la Sala Constitucional como máxima intérprete,
estableció que en resguardo del derecho a la defensa y el debido
proceso de los terceros afectados por la ejecución de la
sentencia, podrán hacer valer sus derechos, siempre que éstos lo
hayan adquirido, antes de la fecha de la sentencia que ordena la
entrega del bien. De lo contrario, su tenencia no sería de forma
legítima con relación al ejecutante.”

Se puede observar que la Sala Constitucional explica que ciertamente los


desalojos en cuanto a vivienda y despojos de la propiedad no son
permitidos, lo menos cierto es que en materia agraria si dichas posesiones u
ocupaciones no están funcionado en pro al desarrollo agroalimentario, si se
pueden desalojar y despojar de esas tierras a quienes las poseen; dentro del
mismo orden de ideas, también se puede interpretar que la Sala Especial
también hace un análisis con respecto a la legalidad de los documentos que
acreditan la propiedad de las bienhechurías y terrenos que supuestamente le
pertenecen a los terceros opositores, y quedó comprobado que los mismos a
pesar que efectivamente se encuentran registrados ante los órganos
competentes por el Estado, carecen fehacientemente de validez, ya que de
acuerdo al orden cronológico en el que fueron debidamente registrados, los
mismos no cumplen con los requisitos de legalidad, puesto que fueron
adquiridos en fechas posteriores de haber sido embargado el terreno.

Es menester traer a colación, que dicho recurso de casación es de oficio, ya


que las irregularidades en la aplicación de las normas que fueron objetadas
por la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia, fueron a modo propio y no por las señaladas por la
parte recurrente, ya que la casación recurrida por la recurrente, no cumplió
con el ordenamiento jurídico que indica los requisitos para formalizar el
recurso de casación.

Por las razones arriba expuestas, es que la Sala Especial Agraria en su


decisión no condenó con costas procesales a los sentenciados
desfavorecidamente sobre el recurso de casación, y la casación fue
declarada sin reenvío; por otro lado de los análisis en cuanto al desalojo, la
oposición de los terceros interesados, la legalidad fehaciente de los
documentos de propiedad, y el destino con que se requiere la tierra para el
desarrollo agrario; es la razón por la cual la enunciada Sala, acuerda SIN
LUGAR LA OPOSICIÓN DE LA EJECUCIÓN DE LA SENTENCIA
definitivamente firme, dejando saber que se ordena inmediatamente la
ejecución de la acción posesoria de restitución por despojo, tal como lo
había decidido el Juez natural de la causa en la Litis principal.

Para concluir dejo la decisión emanada de la Sala Especial Agraria de la


Sala de Casación Social.

DECISIÓN
 
En virtud de las consideraciones precedentemente expuestas, esta Sala de
Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, declara: PRIMERO: CASA DE
OFICIO la sentencia dictada por el Juzgado Superior Cuarto Agrario de la
Circunscripción Judicial del estado Barinas, en fecha 23 de enero de
2017; SEGUNDO: CASA SIN REENVÍO, la decisión antes
identificada; TERCERO: SIN LUGAR LA OPOSICIÓN A LA EJECUCIÓN DE
LA SENTENCIA definitivamente firme, dictada por el Juzgado Primero de Primera
Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del estado Barinas, en fecha 13 de
marzo de 2013, interpuesta por los ciudadanos MARÍA GARZÓN,
AUXILIADORA MENDOZA, CARLOS VELAS, ALICIA VITIRIAGO,
MARICRUZ REYNA, AUDI CAMEJO, EMILIA MÁRQUEZ, MARÍA
CLAUDIA GARCÍA, JOSÉ GREGORIO VARGAS, OSCAR ENRIQUE
PAREDES CONTRERAS, RAÚL LARA, ORLEY GARCÍA, GABRIEL
ENRIQUE MONTILVA, ROSMERY PERAZA y el ciudadano ERICK
ALEXANDER GORY ANDARA, actuando en su nombre y en representación de la
sociedad mercantil INTRANSGOBE, C.A.; CUARTO: SE REMITE el expediente
al Juzgado Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del
estado Barinas, a los fines de continuar con la ejecución de la sentencia
definitivamente firme dictada por dicho órgano en fecha 13 de marzo de 2013.
 
Dada la naturaleza del fallo no hay condenatoria en costas del recurso.

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