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INSTITUCIÓN RDUCATIVA ALONSO RONQUILLO

MEDINA CUNDINAMARCA

ÉTICA. GRADO 9______

GUÍA 1. SEGUNDO PERIODO.

ESTUDIANTES:
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OBSERVACIONES:
- Es una actividad conformada por grupos de 5 estudiantes.
- Todo estudiante debe aportar insumos al trabajo.
- Al momento de exponer la temática se debe presentar material físico o
magnético.
- Todo estudiante debe participar en la exposición.
- Tiempo. Cuatro horas de clase.

1- ACTIVIDAD: Debemos leer y analizar el documento que se anexa como material


de apoyo.
2- Subrayar y buscar el significado de los términos desconocidos del documento
que figura como material de apoyo. (Hoja anexo con el vocabulario.)
3- Definir con sus propias palabras el termino sexualidad.
4- Realiza un resumen sobre este documento.
5- Construir una sopa de letras con 15 términos de los que conforman el listado de
términos desconocidos.
6- Elabore un ensayo donde se evidencie qué entendimos del tema relacionado con
las características de la sexualidad en las diferentes culturas.
7- Preparar una exposición relacionada con el tema que se analizó en el desarrollo
del material de apoyo. Para ello debe presentar material real.

Características de la sexualidad humana

La sexualidad es un componente de nuestra personalidad, que forma un todo con nosotros


mismos. Nos acompaña permanentemente. Sin embargo, ha pasado a ser en la sociedad
tradicional, un aspecto velado, dejado a la comprensión de los "mayores", y ubicado en aquel
lugar que corresponde a nuestros recónditos secretos. Como consecuencia, ha caído un negro
telón sobre ella.
Esto ha contribuido al atraso en su conocimiento científico y por lo tanto, en su mejor manejo
racional, tanto desde un punto de vista operativo como educacional. No es raro, por lo tanto, que
haya confusión de conceptos entre sexualidad, genitalidad y pornografía.
Por otra parte, la comprensión del fenómeno sexualidad y su interpretación ha dependido del
momento histórico en que se analiza el problema. Vale recordar que, en los inicios del cine sonoro,
el primer beso en una pareja de 40 años fue eliminado de la cinta por atentar contra las buenas
costumbres y fue calificado de pornografía.
Evidentemente que en el campo de la sexualidad se aplica con mayor énfasis y propiedad aquello
de: "Lo que vemos depende del color del cristal con que se mira"; sin lugar a dudas, el color de
este cristal está influenciado por nuestras propias experiencias, positivas o negativas, y que, en
forma inconsciente, proyectamos al mundo que nos rodea". Este hecho es de fundamental
importancia en las y los educadores, que son seres humanos con sus propias experiencias, y, por lo
tanto, interpreta los hechos con determinados patrones.
Este Componente de nuestra personalidad llamada Sexualidad tiene 5 características:
Historicidad
Esta puede ser individual y colectiva, es decir cada uno de nosotros tiene su historia con aspectos
positivos y negativos, que siendo del ámbito de la sexualidad, son parte de la intimidad. Es
colectiva porque respondemos al momento histórico que vivimos y del medio en que nos
desarrollamos en lo antropológico-cultural. No es lo mismo el enfoque de la sexualidad en la
época Victoriana a la época actual. Tampoco es lo mismo la sexualidad en una población
occidental que una oriental o en una urbana moderna y otra rural.
Voluptuosidad
Es la respuesta al estímulo interno o externo de la sexualidad y que se relacionan íntimamente con
la afectividad. Las expresiones biológicas de esta voluptuosidad se rigen por normas sociales y
culturales. Es lo que otros denominan como erotismo. Es más fácil entender si apelamos a
nuestras propias experiencias.
¿Cuál es la reacción de nuestra piel ante un brusco contacto con el frío? Es una reacción de
contracciones musculares que llamamos tiritar y que se explica por ser la forma de producir calor.
Pero junto con ello se produce erección de los pelos de la piel y esta se engranuja, dando origen a
lo que llamamos piel de gallina. Esto se explica por la contracción de los músculos de la base de
implantación del pelo o bulbo piloso que erecta el pelo. El fenómeno contribuye a cerrar los poros
por donde se pierde agua y calor y es un mecanismo automático de mantener la temperatura
corporal.
Pero, ¿Qué sucede cuando observamos o somos observados por la mujer u hombre amado que
nos atrae, o cuando damos o recibimos un cariño de esa persona? Seguramente muchos
reaccionamos con una serie de respuestas corporales como tener piel de gallina (no es lo mismo
ante el frío, a pesar que la reacción fisiológica es la misma). Esto los sentimos. También puede
ocurrir humedecimiento de los genitales, erección de los pezones mamarios y erección del pene.
Estas reacciones son las que conforman la voluptuosidad y son propias de ese componente de
nuestra personalidad llamada sexualidad.
Trascendencia
En el significado de trascender. Tiene 5 acepciones: (a) Olor que se extiende a distancia (b)
Conocimiento de algo oculto (c) Efectos de unas cosas a otras con consecuencias. (d) Aplicarse a
toda una noción que no es género, como acontece con las de unidad y ser, y también en el sistema
kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible. (e) Penetrar, comprender, averiguar
alguna cosa que está oculta.
La acepción que aquí usaremos, es la de traspasar los límites de la experiencia posible. Así, por
ejemplo, se describe acciones excepcionales de algunas personas como el caminar sobre el agua
(Cristo en el Lago) o la levitación que elimina la fuerza de gravedad. Esto se describe para
individuos excepcionales, pero no ocurre en los seres humanos comunes y corrientes. Sin
embargo, para el cotidiano, un ejemplo es él o la enamorado/a que no le importa su Yo, sólo le
importa el Otro u Otra. En este estado los seres humanos pueden asumir actos y acciones que a
veces no tienen una explicación racional, es decir se “despegan” de su propio Yo. Esto se da en el
campo de la afectividad como componente de la sexualidad. En el componente biológico de la
sexualidad, se trasciende durante la fase orgásmica de la respuesta humana sexual coital. El placer
máximo “despega” a la persona de la realidad.
Lenguaje
Es el conjunto de signos y expresiones de comunicación. En el ámbito de la sexualidad los animales
tienen una gran variedad de lenguajes relacionados con el deseo de apareamiento y que son
propios de cada especie y no varían mucho con las variaciones geográficas. Por ejemplo, los
movimientos del pingüino rey sea del Ártico o de la Antártica, o del pavo real sea del África o del
zoológico de Santiago. En el ámbito de la sexualidad humana el lenguaje es muy rico y varía con las
culturas. No es difícil distinguir un secreto al oído de un susurro de enamorados o de una mirada o
un mohín de juegos de conquista. Esto es propio de la sexualidad.
Reacción Paradojal
La expresión de lo bello en las artes es el amor en sus variadas formas y por cierto la sexualidad.
Sin embargo, también sirve para las peores expresiones de otra persona. Los delitos más graves y
menos aceptados por la sociedad se relacionan con la sexualidad, como el acoso sexual, la
violación y el abuso sexual. Al tener expresiones en estos extremos, se describe como de carácter
paradojal o contradictoria, en un mismo objeto de expresión personal.
La Genitalidad, es la expresión de las diferentes características de los genitales femeninos o
masculinos y de sus respuestas a los estímulos físicos o psicológicos, reales o imaginarios o
figurados. Es un componente muy importante en la expresión de la sexualidad.
La pornografía es la expresión selectiva o exagerada o distorsionada de la genitalidad con el objeto
de aumentar el estímulo a la voluptuosidad, en la mayoría de los casos con fines comerciales o tras
la búsqueda de experiencias excepcionales
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Amor, sexo, cultura y sociedad

La adecuada comprensión de lo que es y debe ser la vida en pareja, que está muy
relacionada con el concepto de educación sexual de "preparar a las jóvenes generaciones
para el amor, el matrimonio, la familia y la vida en pareja, en el principio de igualdad de
derechos y deberes del hombre y la mujer",1 se desvía, muchas veces influida por
factores sociales y culturales, arraigados a través del tiempo y las costumbres, algunos de
los cuales trataremos, al menos sucintamente, en este artículo.
El amor no ha sido siempre como generalmente hoy lo conocemos, y decimos
generalmente, porque aún existe una gama muy variada y disímil de criterios, valores y
maneras de concebirlo que varían en grupos sociales con etnias similares.
Este condicionamiento de nuestras ideas sobre el amor, el matrimonio, la familia y sobre
nosotros mismos, por la sociedad de la cual somos resultado, va mucho más allá de lo
que podamos figurarnos.2
A pesar de ello, el sujeto no es pasivo y no asume, por lo general, como un mecanismo lo
histórico-cultural en el propio de cursar de su individualización que es también
histórica.3 Se actúa individualmente mediante recursos persono lógicos y otras
particularidades interactuantes como la influencia cultural, etcétera.
Así vemos como la violencia, el sometimiento y la competencia amorosa, entre otras
cosas, han caracterizado la relación entre el hombre y la mujer a través de la historia,
donde es posible reconocer, casi a simple vista, el abismo que separa las relaciones entre
parejas desde la antigüedad, del sentimiento amoroso tal y como se manifiesta en épocas
posteriores. Esto quedó reflejado en la literatura y, por ejemplo, en el primer canto de la
Ilíada, de Homero, vemos como Briseida, la mujer de hermosa cintura que fuese
arrebatada por Agamenón a Aquiles, era sólo una simple esclava que el héroe "había
conquistado" nada más y nada menos que con la lanza, no en condición de mujer amada,
sino como propiedad del noble guerrero.
La mujer desempeñó, en el mundo griego de la antigüedad, la principal labor de la
reproducción y la realización de las tareas domésticas.
Hay más ejemplos. De todos es conocido cómo Sófocles, 500 años A.C., recogió en el
teatro la historia del hijo que se casa con su madre después de asesinar al padre, trama
que como se sabe el autor no inventó, sino que venía "caminando" desde tiempos
remotos y que sirvió en nuestro siglo a Freud para construir uno de los pilares
fundamentales de su edificio psicoanalítico del llamado y hasta "trajinado" complejo de
Edipo.
Entre los Danakil del África Occidental, el novio debe haber matado a un hombre para
obtener el derecho a casarse. Las costumbres sanguinarias de esta tribu exigen esta
imprescindible prueba de virilidad para encontrar esposa.4 Como vemos, la violencia y la
crueldad llegan aquí a formas sanguinarias tan sólo para obtener el derecho a casarse.
Existen muchas otras formas de violencia que no llegan a los extremos anteriormente
descritos y que suelen acompañarse de ritos diferentes. Por ejemplo, entre los Benilaam,
en Egipto, existe la costumbre de raptar a la novia. Una vez materializado el hecho, los
padres de ella se presentan ante el consejo de ancianos vestidos de luto y demostrando
honda tristeza, otro tanto hace la familia del raptor. El presidente del consejo interviene en
la discusión hasta que llegan a un pacto acerca de la indemnización que recibirá la familia
de la novia, contabilizada muchas veces en camellos. Finalizado el acuerdo, se celebra el
casamiento con un suculento banquete. ¡Lo que son las ceremonias!
Aunque brevemente, queremos hacer alguna mención sobre lo que ha sido el matrimonio.
No podemos olvidar que en la antigüedad éste se definía claramente como el medio
privilegiado para la reproducción y la transmisión de la propiedad, el posible placer
resultante de la unión quedaba de esa manera fuera de la relación conyugal y la voluntad
de los novios, el vínculo matrimonial era celebrado entre las familias de los contrayentes
para asegurar intereses económicos, sociales y hasta políticos.
Junto a este objetivo central del matrimonio, se le adscriben otros producidos por la
cultura y presentes en definiciones jurídicas y religiosas que lo rigen.
En las sociedades occidentales enraizadas en la cultura judeo-cristiana, el matrimonio ha
sido definido casi siempre como la relación establecida entre un hombre y una mujer para
desarrollar una vida en común y con base en un ritual sancionado socialmente cuyo
principal objetivo es la procreación,5 y se ajuste a las relaciones que los seres humanos
han de tener con la divinidad. Otras manifestaciones sexuales por fuera del matrimonio
quedan en el campo de la concupiscencia que es anatematizada.
En algunas regiones de China, los matrimonios son conveniados por los padres de los
futuros cónyuges desde el nacimiento de éstos.4 De dicha tradición resulta que, una vez
llegados a la edad apropiada, los jóvenes no tienen más que casarse con la persona que
decidieron sus progenitores.
Sin pretender agotar el tema del matrimonio, éste ha sido y es hoy una institución social
con la que se pretende organizar la vida sexual de la pareja5 y ha tenido aspectos
cambiantes en su de cursar histórico.
Pero no siempre, ni para todos, el sexo fue solamente procreación. Para los puritanos, por
ejemplo, "el sexo no servía sólo para la procreación, sino que era bueno en sí pues daba
placer y consuelo tanto al marido como a la mujer".6 De ahí que los puritanos exigían
placer en el matrimonio, pero también "discreción, firmeza y constancia en el afecto, el
amor y el placer erótico".
Más allá de las diferencias entre católicos y puritanos subsisten coincidencias en unos y
otros en relación con la vida matrimonial. Para los adeptos a las doctrinas puritanas y
otras afines, las responsabilidades morales en el matrimonio son diferenciadas. A las
mujeres, por ejemplo, se les designó como las encargadas de practicar el autocontrol de
sus impulsos sexuales. Esto se tradujo en exigencias para ellas de ser puras en su
conducta y en sus sentimientos. En contraste con los hombres, a los cuales se les
permitió ser lascivos y dejarse llevar por las tentaciones.
En otro orden de cosas haremos una breve referencia sobre la situación de la mujer.
Como se sabe, desde la antigüedad, por la posición favorecida de los hombres en las
sociedades patriarcales, condujo al estado inferior adjudicado a las mujeres. Un ejemplo
lo vemos en el Antiguo Testamento, donde cuando una mujer paría un vástago hombre,
se encontraba sucia durante 40 días, pero si paría una niña, permanecía sucia 80 días
(Levítico 12).
La creencia de que las mujeres estaban sucias y eran intocables durante la menstruación
y por 2 días después (Levítico 15) estaba basada seguramente en la improbabilidad de
concepción en esos días.
La mujer fue considerada no sólo como un ciudadano de segunda clase en algunos
pasajes del Antiguo Testamento, sino también como una seductora
sexual. Adán y Eva sucumben a la tentación y la culpa recae en Eva y Lot y sus hijas se
ven involucrados en incesto y una vez más la carga de la sexualidad ilícita es colocada
sobre la mujer, las hijas de Lot en este caso.
Sin embargo, como veremos más adelante, esta situación desventajosa de la mujer,
cambia.
Una ojeada breve a la historia no bíblica ilustrará la evolución buena y mala de la ética del
comportamiento sexual. Antes del siglo IV A.C., la cultura occidental consideró al sexo
según la filosofía naturalista como un placer que debía gozarse. Pero cuando Esparta
(una ciudad griega con un conjunto muy diferente de valores) conquistó a Atenas, la
filosofía espartana de autodisciplina rígida - que incluía la evitación del placer y del lujo -
casi destruyó la cultura griega que había enseñado el naturalismo. Es conocido que en su
extraordinaria conquista del mundo en el siglo III A.C., Alejandro el Grande abrió muchos
senderos de intercambio cultural. En consecuencia, las filosofías espirituales de la India y
Mesopotamia se filtraron en el mundo Occidental y echaron raíces. El deseo sexual en
vez de ser considerado un placer se catalogó como un mal que debía rechazarse. El
celibato fue glorificado. El sexo cayó bajo la sombra de la culpa y de la condenación
mucho antes del advenimiento de la Cristiandad, pero debido a que el Nuevo
Testamento fue escrito durante la última parte de este período, estuvo muy influido por
actitudes tempranas de naturaleza espiritual.
Contrario a la creencia común, fue muy poco lo que dijo Jesucristo acerca del sexo.
La mayoría de las restricciones sexuales asociadas con la cristiandad, son de filosofías de
teólogos ulteriores. Pablo fue probablemente el primero que habló de la moralidad sexual.
Hizo hincapié en el matrimonio, aunque aparentemente consideraba la abstinencia sexual
como una finalidad admirable en la vida.
San Agustín (354-430 D.C.) tuvo mucho impacto en las actitudes sexuales. Sus escritos
condenan severamente las canalizaciones sexuales no maritales, la masturbación y la
homosexualidad. La Iglesia Católica llegó a idealizar el celibato como el nivel más alto del
logro humano. La virginidad y la pureza fueron consideradas como una sola entidad.
En la Edad Media, cuando la Iglesia Cristiana extendió e hizo prevalecer su moral en las
sociedades europeas, el amor nunca se consideró como un fin legítimo que justificara en
sí mismo las relaciones sexuales. No obstante, cuando la iglesia empezó a perder su
influencia en las sociedades occidentales, esta idea acerca del amor fue matizada y llega
a admitir la posibilidad del amor entre las parejas siempre y cuando se les concibiera
como "la base del sacramento matrimonial y del modelo cristiano de vida conyugal".
En el catolicismo, como ya hemos señalado, el énfasis se mantuvo en el cumplimiento de
la fidelidad conyugal, la procreación, el sustento y la educación de los hijos y la
celebración del sacramento matrimonial.
La distancia, tanto en el tiempo como en la concepción, que hay entre las relaciones
eróticas en la antigüedad clásica, y la visión del amor que se tiene a fines de la Edad
Media, es ostensible. ya en esta etapa surge "la primera forma de amor sexual aparecida
en la historia, el amor sexual como pasión", pasión ésta que constituye la forma superior
de atracción sexual. Esto llega a situar a la mujer en una posición de superioridad, para
algunos aparente, pero muy real, en relación con el hombre, que tiene que luchar por
conquistar su amor y que se mantiene hasta nuestros días. Como vemos, en este sentido,
ya la situación no es tan desventajosa para la mujer. Esta conquista de amor a la dama se
expresó en múltiples variantes en la época y posteriormente y se convierte en uno de los
valores fundamentales en la vida del caballero medieval, quien consagra parte de su
tiempo en servir y adorar a la mujer amada, y encuentra en ella su amor ideal y una vía de
perfeccionamiento humano.
La conquista amorosa cobra, a partir de entonces, muchas vías y mecanismos que son
producto de diferentes momentos históricos, culturales, geográficos, así como de valores,
ideales, etcétera.
Más adelante, en la historia influyó el romanticismo, y se habla también con mucha razón
del amor romántico7 donde se exalta el fervor por la necesidad del otro.
El amor romántico se caracteriza por exaltar el sufrimiento, su norma sería: dime cuánto
sufres y te diré cuánto amas. Es un amor donde se interpreta como dicha el sufrimiento
por el otro.7
También por sus peculiaridades y características se habla del amor cortés, del amor
renacentista, del amor burgués, etcétera.7
No se puede dejar de hacer mención a 2 costumbres matrimoniales que han existido y
existen en algunas partes; la poligamia y la poliandria. La primera, más extendida, es
común en países musulmanes donde todo buen creyente está autorizado a poseer hasta
4 esposas legítimas. En otras regiones africanas y de la India no existen límites en cuanto
al número de concubinas, siempre que el marido posea la suficiente holgura económica
para mantenerlas a todas por igual.4 La poliandria es práctica común en el Tibet, donde 2,
3 y hasta 4 hombres poseen con frecuencia una sola mujer común. A esto debe añadirse
que cuando una mujer se casa con un hombre que tiene varios hermanos menores, se
convierte automáticamente en la esposa de éstos. Además, es común para estas mujeres
tener relaciones extramatrimoniales con los lamas o monjes solteros.
No podemos dejar de decir, a pesar de lo bien sabido que es, que en varios lugares y en
diferentes épocas, el sexo se ha usado para los fines más bajos y más altos y ha sido
explotado de la manera más torpe y despiadada que ninguna otra necesidad humana. El
cuerpo femenino ha sido una mercancía desde la más remota antigüedad y aunque las
mujeres se han beneficiado, también los hombres han obtenido más que su parte de las
ganancias en este sentido. El sexo se ha usado para ganar o mantener posición social,
obtener popularidad, etcétera.
Son innumerables otras utilizaciones del sexo a través de la historia y las costumbres. Los
antiguos romanos usaban amuletos en forma de órgano sexual masculino. Algunos han
usado el sexo para curar cefalea, calmar los nervios y contra el insomnio.6
No solamente en algunas tribus bolivianas y del Amazonas, sino también en muchos
lugares, las preferencias y la elección de los maridos por las mujeres dependen de las
habilidades del hombre para la cacería, los deportes, etcétera.
Para algunos, la relación de pareja es sólo un entertaiment para satisfacer gustos,
aficiones, preferencias. También se suele usar entertaiment para, mediante esta vía,
llegar al amor.
Como hemos visto, el amor, permeado a través de la historia, la sociedad y la cultura por
la violencia, la crueldad, el crimen, el comercio, las normas e intereses económicos,
sociales y políticos, etcétera, ha llegado a nuestros días como resultado de las diversas
formas amorosas que han existido y está matizado, además, por determinantes persono
lógicas individuales. Algunos que lo han sentido dirán que "no hace falta más que dos";
pero quizás los aspectos que hemos señalado y muchos otros que harían interminable
este artículo, hayan hecho desconocer, olvidar, ignorar y hasta tergiversar, su verdadera
esencia, que es el sentimiento, por definición y por encima de todas las cosas para la vida
en pareja, el matrimonio y la familia.

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