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Introducción
● Definición de Acto Administrativo
Como todo en derecho, existen tantas definiciones como autores que intentan abarcar todo lo que
constituye el acto administrativo en una sola definición. De acuerdo con Ortega Ruiz, L. G.
(2018), “un acto administrativo es una manifestación de la voluntad de la administración que busca
producir efectos jurídicos, bien sea creando, modificando o extinguiendo derechos a favor o en
contra de los administrados.”.
Entonces bien, podríamos decir que un acto administrativo son las declaraciones de las entidades
que están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos de
los administrados dentro.
Otra breve descripción nos la da el autor Pérez, “Aquellos actos realizados por la Administración
que influyen en el patrimonio jurídico de los particulares” (Pérez, M. 2010).
- Aclaraciones:
a) Para que sean válidos, estos “deben ser dictados por el organismo competente y siguiendo
el procedimiento que establezca la ley” (Pérez, M.2010).
b) Deben estar motivados “han de incluir una breve referencia a los hechos a los que se
refieren y a la normativa en la que se basan” (Pérez, M. 2010).
Grupo 1:
Sebastián Barranco Vega
Tracy Fernández Jiménez
● Clases de actos administrativos
Actos definitivos: según Pérez “son aquellos que no agotan la vía administrativa, es decir, son
susceptibles de modificación a través de los recursos administrativos." (Pérez Rodríguez, M.,
2010).
También se le conoce como acto final o acto resolutorio, busca resolver sobre el fondo del
problema que plantea la necesidad administrativa o la petición particular.
Los actos definitorios producen un efecto externo; debido a que logra una relación entre la
Administración y el administrado.
Un acto final tiene autonomía funcional, produce derechos y obligaciones, incide de manera directa
en las relaciones jurídicas preexistentes, modificándose o extinguiéndose. (Jinesta, E. 2007).
Actos de trámite: “son aquellos preparatorios de actos definitivos, de forma que, al carecer de
sustantividad propia, al tener su sentido solo para preparar los actos definitivos, se les excluye de
la vía revisoría.” (Pérez Rodríguez, M., 2010).
Por ejemplo, un acto de trámite sería el peritaje de una finca para saber su valor, mientras que un
acto definitivo sería el monto que el administrado deberá cancelar por concepto del canon anual del
bien concesionado.
Actos favorables: “son los que amplían las posibilidades jurídicas de los administrados
(admisiones, concesiones y autorizaciones).” (Pérez, M. 2010).
Los actos favorables son los que favorecen o benefician al administrado, le reconocen un derecho,
una actuación o lo liberan de un deber.
También conocidos como actos de desfavorables, los cuales imponen una carga u obligación.
Estos pueden tener eficacia retroactiva cuando se dicten para anular actos declaratorios de
derechos que son nulos o para validarlos, según lo contemplan los artículos 143, 172, 187 y 188 de
la Ley General de la Administración Pública.
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Sebastián Barranco Vega
Tracy Fernández Jiménez
Actos reglados y actos discrecionales
Ejemplos: determinación del monto de la obligación tributaria, las licencias de apertura, etc.
Actos discrecionales: “son aquello con posibilidad de decisión autónoma por parte de la
administración. (Pérez, M. 2010).
- Los actos expresos, tácitos y presuntos surgen como una forma distinta (a la escrita) de
manifestar los actos administrativos. Al respecto, el Centro de Información jurídica nos dice,
“Esas otras formas de manifestarlos pueden ser verbales, por signos, tácito, implícito o
presunto” (Centro de Información Jurídica., 2013).
Se distinguen tres:
Los tácitos: Son la declaración de la voluntad de la Administración Pública de manera implícita, los
deseos o el juicio de la administración no se exterioriza. Sin embargo, la Administración mediante
alguna conducta puede demostrar su voluntad en algún caso específico.
Los presuntos: Son la inacción de la Administración pública frente a un acto que se ha denegado.
Es el llamado “silencio administrativo negativo”.
Actos impugnables: El acto administrativo que crea efectos jurídicos directos puede ser
impugnado a través de recursos administrativos o acciones y recursos judiciales. Esta
impugnabilidad permite el ejercicio del derecho de defensa que ampara la Constitución. (Dromi, R.
2014). Por otra parte, “Los actos administrativos puede darse en recurso a vía administrativa, quien
es quien lo resuelve, cuando este recurso no se presenta no habrá manera de impugnar el acto por
vía judicial” (Chacón, s.f).
Actos firmes: De acuerdo con Rojas en su artículo respecto al régimen jurídico del acto firme “el
acto firme limita (en realidad impide) la impugnación de una decisión de la Administración por los
cauces ordinarios, administrativos y judiciales, cuando han pasado los plazos para hacerlo.
Firmeza es irrecurribilidad” (Rojas, 2021).
Algo similar nos dice Chacón “Los actos firmes son aquellos que no pueden ser objeto de recurso,
en cuyo caso también se dice que el acto ha adquirido firmeza.” (Chacón, s.f). En otras palabras,
los actos firmes no pueden darse por ninguna de las dos vías, ni administrativa ni jurisdiccional.
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Bibliografía
Dromi, R. (2014). Acto administrativo (4a. ed.). Ciudad Argentina Hispania Libros. https://elibro-
net.ezproxy.sibdi.ucr.ac.cr/es/ereader/sibdi/43508?page=167
Pérez Rodríguez, M. D. (Coord.). Actos y procedimientos administrativos (2a. ed.). ed. Málaga:
Editorial ICB, 2010. 316 p. https://elibro-net.ezproxy.sibdi.ucr.ac.cr/es/ereader/sibdi/106140?
page=85.
Rojas, F. J. V. (2021). El régimen jurídico del acto firme dictado en aplicación de un reglamento
posteriormente anulado. Revista de administración pública, (215), 39-68.