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Opinión
BOLIVIA | 1 al 14 de noviembre de 2015
Pensamiento disruptivo e
innovación emprendedora
Guido Capra Seoane (*)
Una de las preguntas re-
currentes que hago en mis
clases de emprendimiento es
¿por qué el ritmo de las inno-
vaciones que marcan la vida
de las personas, las familias
y las empresas vienen del
lanzamiento y comercializa-
ción de productos y servicios
inventados por empresas de
países como los Estados Uni-
dos, por ejemplo? De hecho
hoy, en pleno siglo XXI, resul-
ta imposible imaginar cómo
era la vida de las personas en
la década de los 1970’s cuan-
do no existían las computa-
doras personales y mucho
menos el Office de Microsoft,
el Internet, los buscadores
como Google, los dispositi-
vos móviles inteligentes y
las aplicaciones para conec-
tarnos a las redes sociales
como FaceBook, Whatsapp y
el Twiter.
En aula, algunas de las
causas que mencionan los
estudiantes sobre el letar-
go o incapacidad que te-
nemos en Bolivia y otros
países del área para sor-
prender al mundo con nue-
vos productos o servicios
disruptivos son:
• la idiosincrasia del boli-
viano promedio que es
adverso al riesgo y a salir
de su zona de confort,
• la anacrónica educación
que se imparte en escue-
las y universidades donde
se prioriza todo menos las
competencias que deben
tener los estudiantes para
crear e innovar,
• la burocracia estatal in-
misericorde para con los
emprendedores que quie-
ren constituir legalmente
y liderar cualquier nuevo
negocio,
• el nulo interés del Estado
en promover y facilitar
la creación y desarrollo
de emprendedores y em-
prendimientos,
• la rigidez normativa que
prohíbe al sector finan-
ciero financiar la innova-
ción y el capital de arran-
que de nuevas empresas,
• la ausencia de una cultura
emprendedora y de insti-
tuciones que actúen como
Fondos de Capital de Riesgo.
De los argumentos ante-
riores se puede concluir que
son diversas causas las que
explican la evidente incapa-
cidad de los bolivianos para
innovar, crear productos y
empresas destinadas a cam-
biar el mundo. Sin embargo,
las causas más preocupantes
son las internas, es decir, las
que son innatas o propias a
los emprendedores bolivia-
nos. Entre estas tenemos el
miedo al cambio y el miedo a
emprender.
El miedo al cambio y el
miedo a emprender
El miedo es una condición
particular en la cual ya sea por
condiciones reales o imagina-
rias el ser humano percibe una
situación de peligro o riesgo
para su propia sobrevivencia.
En una situación de riesgo o
peligro se activa inmediata-
mente el Sistema Nervioso Au-
tonómico vertiendo ingentes
cantidades de hormonas en
el torrente sanguíneo cuyos
receptores orgánicos inhiben
o activan las funciones de los
órganos del cuerpo humano
como el corazón (la circula-
ción), los pulmones (la respira-
ción), los músculos, el estóma-
go, los intestinos, los huesos, el
sistema reproductor y otros.
En una situación de emer-
gencia, el primer órgano en
reaccionar es el hipotálamo
que ordena a la glándula
Pituitaria (glándula matriz
del sistema endocrinológico)
inundar con químicos (epin-
efrina y glucocorticoides) el
torrente sanguíneo afectan-
do de manera radical e inme-
diata el funcionamiento de
los órganos fundamentales
para responder de manera
rápida y eficiente al riesgo
percibido. Por ejemplo, en
una circunstancia de vida
o muerte el corazón debe
bombear sangre con mayor
fuerza para dotar de oxíge-
no y energía a los todos los
músculos que deben activar-
se para atacar, huir o defen-
derse. La memoria se hace
más sensible, (después de
muchas décadas del suceso
somos capaces de recordar
con detalle lo acontecido),
la respiración se hace mucho
más frecuente, aumenta el
ritmo cardiaco y la elevada
presión arterial proporciona
sangre oxigenada a todos
los músculos para actuar con
fuerza multiplicada.
Esta reacción fisiológica
al peligro es deseable cuan-
do efectivamente debemos
enfrentar una situación de
vida o muerte. Sin embargo,
vivir con estrés (24/365) vein-
ticuatro horas al día durante
los trescientos sesenta y cinco
días al año tiene costos enor-
mes para la salud, el razona-
miento creativo y el bienestar
de las personas. Los efectos
más inmediatos son las en-
fermedades gastro intestina-
les, (la gastritis, el cáncer de
estómago, la colitis, el cán-
cer de colón). Los efectos de
mediano plazo son la lenta o
nula regeneración de tejidos
y huesos y los de largo plazo
la degeneración de las célu-
las del hipocampo afectando
la capacidad de aprender y
de memoria.
Toda esta explicación es
necesaria para entender el
porqué de la incapacidad
de los bolivianos para la in-
novación disruptiva. En Bo-
livia desde niños vivimos en
una situación de estrés tanto
dentro la familia, como en el
colegio, la universidad y los
centros de trabajo. El miedo
al cambio es un común de-
nominador ya que proponer
formas diferentes de hacer
las cosas, salirse del esquema
y de los patrones antiguos
son actitudes castigadas con
violencia y vehemencia. Los
niños se vuelven tímidos. Los
jóvenes pierden la motiva-
ción para dar rienda libre a
su creatividad y los adultos
sólo buscan no salir de su
zona de confort laboral.
Los argumentos men-
cionados son a criterio del
que escribe bases suficien-
tes para afirmar categóri-
camente que en Bolivia y
otros países similares no
están dadas las condiciones
para la innovación y el cam-
bio. Sorprender al mundo
con productos o servicios
disruptivos Made in Boli-
va es una quimera porque
definitivamente, mientras
no se den las condiciones
del entorno para romper el
miedo al cambio seguire-
mos funcionando como ani-
males asustados buscando
atacar o huir, no para crear
e innovar.
* Gerente de consultoría
Grupo Nueva Economía.
Director Maestría Finanzas UASB
y docente de posgrado UASB,
UCB y UAJMS.