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¿Serán los robots quienes

hereden la Tierra?
Así será, pues la nanotecnología permitirá crear cuerpos y cerebros de repuesto.

Entonces viviremos más, poseeremos mayor sabiduría

y gozaremos de facultades inimaginadas

Marvin Minsky

Acostarse cedo y alzarse con presteza rias para ponerlos en práctica se en­ obstante, si se le extirpa cierta glán­
dan al hombre saber, salud cuentran ya en gestación, y es hora dula, sigue alimentándose y vive el
y riqueza. de considerar qué aspecto podría doble. Otros animales están progra­
-Benjamin Franklin ofrecer ese mundo nuevo. mados para morir poco después de
No podrá llegarse a él por medios cesar su reproducción. Entre las ex­
odos aspiramos a la sabiduría biológicos. Es mucho lo que hemos cepciones a este fenómeno se cuen­

T y a la riqueza. Nuestra salud,


sin embargo, suele agotarse
antes de haberlas conseguido. Para
aprendido últimamente sobre la salud
y su cuidado. Hemos ideado millares
de tratamientos específicos para en­
tan los seres humanos y los elefan­
tes, cuya progenie aprende mucho
merced a la transmisión social de
prolongar nuestras vidas y perfeccio­ fermedades y defectos determinados, conocimiento acumulado.
nar nuestras mentes sería necesario mas no parece que haya aumentado Nosotros, los seres humanos, pare­
cambiar nuestros cuerpos y nuestros la duración máxima de nuestra vida. cemos ser los más longevos animales
cerebros. A tal objeto convendrá pri­ Benjamin Franklin vivió 84 años y de sangre caliente. ¿Qué presión se­
mero examinar la forma en que la nadie ha vivido jamás el doble, salvo lectiva pudo haber desembocado en
evolución darwinista tradicional nos en los mitos y leyendas populares. nuestra actual longevidad, que casi
ha llevado hasta el punto en que Según estimaciones del profesor de duplica la de nuestros otros parientes
estamos. Habremos después de ima­ patología Roy L. Walford, la dura­ primates? La respuesta tiene que ver
ginar cómo se podría resolver el de­ ción media de la vida humana era de con la sapiduría. Nuestras criaturas
bilitamiento de nuestra salud susti­ unos 22 años en la Roma antigua y son, de todos los mamíferos, las peor
tuyendo las partes desgastadas de de unos 50 en los países desarrolla­ equipadas para sobrevivir por sí so­
nuestros organismos por elementos dos hacia 1900, donde en la actuali­ las. Es posible que no sólo necesite­
de repuesto de nuevos tipos. A con­ dad ronda los 75 años. A pesar de mos padres, sino también abuelos
tinuación habremos de inventar mé­ los aumentos, cada una de las corres­ que cuiden de nosotros y nos den
todos que potencien nuestros cere­ pondientes curvas de supervivencia consejos de precioso valor para la
bros permitiéndonos adquirir mayor parece concluir abruptamente en tor­ supervivencia.
sabiduría. Al final, mediante nanotec­ no a los 115 años. Siglos de mejoras Pero incluso así asesorados, son
nología, los sustituiremos por comple­ en el cuidado de la salud no han muchas las causas de mortalidad que
to. Una vez liberados de las limita­ tenido efecto sobre tal máximo. podrían hacetnos sucumbir. Cierto
ciones de la biología, decidiremos la ¿Por qué es tan limitada la dura­ número de decesos se deben a infec­
duración de nuestras vidas -con op­ ción de nuestra vida? La respuesta ciones. Nuestros sistemas inmunita­
ción a la inmortalidad- y podremos es sencilla: la selección natural favo­ rios han alcanzado por evolución ver­
optar también a otras facultades que rece los genes de quienes más des­ sátiles procedimientos con los que
ahora no podemos ni imaginar. cendientes tengan, cuyo número tien­ afrontar la mayoría de las enferme­
Como es obvio, resulta difícil ima­ de a crecer exponencialmente con el dades de este tipo. Por desgracia,
ginar tales cambios, y muchos pen­ de generaciones; por ·ello la selec­ ocurre no pocas veces que esos mis­
sadores siguen arguyendo que estos ción natural prefiere los genes de mos sistemas inmunitarios nos lesio­
progresos son imposibles, especial­ quienes se reproducen a edades tem­ nan, pues dan a algunas partes de
mente en el dominio de la inteligen­ pranas. Por lo general, la evolución nuestro organismo tratamiento igual
cia artificial. Pero las ciencias necesa- no tiende a preservar genes que pro­ que si de invasores infecciosos se
longuen la vida más allá de lo nece­
l. COG, que se está construyendo en el Ins­ sario para que los adultos cuiden de
tituto de Tecnología de Massachusetts, sus retoños. De hecho, puede incluso MARVIN MINSKY, uno de los ade­
tendrá ojos, oídos y brazos mecánicos, co­ que favorezca a la descendencia que lantados de la inteligencia artificial y
nectados a una red de microprocesadores no tiene que competir con progenito­ de la robótica, comenzó su carrera estu­
que harán de cerebro. Sus creadores con­
res vivos, pues tal competencia pu­ diando matemáticas, física, biología y
fían en que el sistema aprenda a recono­
diera promover la acreción de genes psicología en las universidades de Har­
cer rostros, a seguir la pista de objetos
letales. Por ejemplo, el pulpo medi­ vard y Princeton. Actualmente trabaja en
y a responder en general a una pléyade
varios laboratorios del Instituto de Tec­
de estímulos visuales y auditivos de su terráneo deja de alimentarse al poco
nología de Massachusetts (MIT).
·

ambiente, como lo haría un_ bebé. de frezar y muere de inanición. No

INvÉSTIÓACIÓN Y CiENCIA, diciembre, 1994 87


tratase. Esta ceguera autoinmunitaria nas) no parecen mostrar incrementos que sirvan de guía a nuestros genes
es causa de enfermedades como la sistemáticos de mortalidad al enveje­ cuando construyen y reconstruyen el
diabetes, la esclerosis múltiple, la ar­ cer. Se cree que estos animales mueren cuerpo. Para reparar los defectos de
tritis reumatoide y muchas otras. sobre todo por causas externas, como mayor escala, Jos organismos necesi­
Sufrimos también lesiones que nues­ la depredación o la falta de alimento. tarían una especie de catálogo que
tros organismos no pueden reparar: De todas formas, no tenemos cons­ detallase qué tipos de células han de
accidentes, desequilibrios nutriciona­ tancia de animales que hayan vivido estar localizadas en cada sitio. Tal
Jes, tóxicos químicos, calor, radia­ 200 años, aunque ello no demuestra redundancia es fácil de instalar en
ción y un sinfín de otras influencias que no exista ninguno. Walford y mu­ los programas informáticos. Muchos
que pueden deformar o alterar quí­ chos otros creen que una dieta cuida­ ordenadores mantienen copias intac­
micamente las moléculas de nuestras dosamente diseñada, que limite es­ tas de los programas más críticos del
células, incapacitándolas para funcio­ trictamente la aportación de calorías, sistema, cuya integridad se comprue­
nar. Algunos de estos errores se co­ podría prolongar notoriamente el lapso ba periódicamente. No hay animales
rrigen reemplazando las moléculas de vida de los seres humanos, pero no, que hayan producido evolutivamente
defectuosas. Pero cuando la tasa de en definitiva, evitar su muerte. sistemas equivalentes, quizá porque
reposición es demasiado baja apare­ Si supiéramos más acerca de nues­ tales algoritmos no pueden desarro­
cen los problemas. Por ejemplo, cuan­ tros genes podríamos alcanzar a co­ llarse por selección natural. La difi­
do las proteínas de Jos cristalinos rregir, o a posponer cuando menos, cultad estriba en que la corrección
pierden su elasticidad, perdemos la muchas dolencias que aún son tor­ de errores impediría las mutaciones,
capacidad de enfoque y hemos de mento de nuestros años postreros. De lo cual, en última instancia, frenaría
usar gafas bifocales, inventadas, por todos modos, aunque llegásemos a tanto el ritmo de evolución de los
cierto, por Benjamín Franklin. descubrir un remedio para cada en­ descendientes de un ser dado que
fermedad específica, tendríamos to­ éstos serían incapaces de adaptarse a
as principales causas de falleci­ davía que afrontar el problema del los cambios medioambientales.
L miento natural resultan de los "desgaste" general. La función nor­ ¿Podríamos vivir varios siglos sin
efectos de genes heredados, entre los mal de cada célula comporta millares más que cambiar cierto número de
que se cuentan Jos considerados res­ de procesos químicos, cada uno de )genes? Después de todo, ahora nos
ponsables principales de las enferme­ los cuales incurre a veces en errores 'diferenciamos de nuestros parientes
dades cardíacas y de los cánceres debidos al azar. Nuestros organismos antropomorfos, los gorilas y los chim­
-dos de las mayores causas de mor­ se valen de técnicas de corrección de pancés, en sólo algunos millares de
talidad-, amén de un sinnúmero de muchas clases, activada cada una por genes; empero, nuestras vidas duran
otros trastornos, como la fibrosis quís­ un error específico. Pero dichos fa­ casi el doble que las suyas. Supo­
tica o la anemia falciforme. Es posi­ llos aleatorios se producen de tantas niendo que haya sido sólo una pe­
ble que nuevas técnicas logren evitar y tan diferentes formas que ningún queña fracción de esos nuevos genes
algunas de estas afecciones reempla­ método de detallé puede corregirlos la responsable del aumento de la du­
zando los genes correspondientes. todos. ración de la vida, tal vez no sean
Lo más verosímil es que la senes­ El problema estriba en que nues­ más de, digamos, cien los que hayan
cencia sea inexorable en todos los or­ tros sistemas genéticos no se diseña­ intervenido. Mas, aunque así resulta­
ganismos biológicos. Por si acaso, ron para efectuar un mantenimiento ra, ello no garantizaría que pudiéra­
mencionemos que ciertas especies (en­ a muy largo plazo. La relación entre mos ganar otro siglo cambiando otro
tre las que figuran algunas variedades genes y células es extremadamente centenar de genes. Tal vez necesitá­
de peces, tortugas y langostas mari- indirecta; no existen planos ni mapas semos cambiar sólo unos pocos; tal
vez, muchísimos más.
La construcción e instalación de
genes nuevos va poco a poco tornán­
dose factible. De todos modos, esta­
w
...., mos valiéndonos ya de otro método

1-
z CURACION de combatir el desgaste y el destrozo
w 80
() DE TODAS biológicos, a saber, la sustitución del
a: LAS ENFERMEDADES órgano defectuoso por otro de re­
o
e:. puesto, sea biológico o artificial.
(/)
w 60 Ciertas sustituciones son ya cosa de
1-
z rutina; otras apuntan por el horizon­
w
> te. Un corazón no es más que una
>
a: bomba muy lista. Los músculos y los
w 40
a. huesos son motores y vigas y los
=>
(/) aparatos digestivos son reactores quí­
(/)
o micos. Al final acabaremos descu­
=>
o 20 briendo formas de trasplantar o reem­
> plazar todas estas piezas.
o
� Pero cuando se trate del cerebro el
trasplante no funcionará, ya que no
o
20 40 60 120 puede intercambiarse sin más nuestro
EDAD (AÑOS) cerebro por otro y seguir siendo la
misma persona. Perderíamos el acer­
2. LA ESPERANZA DE VIDA humana ha ido aumentando con el tiempo, conforme
vo de conocimientos y .modos de ac­
han mejorado las condiciones económicas. En la Roma antigua (marrón) era de unos
22 años; rondaba los SO en los países desarrollados de 1900 (azul), donde actualmente tuar que constituye nuestra identidad.
es de 75 años (azul oscuro). Aunque encontrásemos remedio para todas las enferme­ Podríamos, sin embargo, reemplazar
dades (rojo), es muy probable que nuestros cuerpos se agoten hacia los 115 años. ciertas partes desgastadas de nuestro

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cerebro trasplantando teji­ punto de vista del profesor
dos cultivados de células Hans P. Moravec, quien pro­
fetales. Tal proceder no res­ pone que consideremos a es­
tauraría el conocimiento per­ tas máquinas inteligentes del
dido, pero eso podría no ser futuro como a nuestros pro­
tan importante como parece. pios "hijos mentales".
Es probable que conserve­ Hasta ahora hemos tendido
mos cada fragmento de nues­ a vernos como producto final
tro saber en varios lugares de la evolución, pero la evo­
y bajo diferentes formas. Las lución no ha cesado. La ver­
piezas cerebrales nuevas po­ dad es que ahora estamos evo­
drían volverse a educar in­ lucionando más rápidamente,
tegrándolas al resto; inclu­ aunque no por el lento pro­
so es posible que ello se cedimiento darwinista. Ya es
produjera de forma espon­ hora de que empecemos a
tánea, al menos en parte. pensar en nuestras nuevas
Mucho me temo que, in­ identidades, que están aflo­
cluso antes de que nuestros rando. Podemos comenzar a
cuerpos se desgasten, nos diseñar sistemas fundados en
topamos con las limitaciones tipos ingeniosos de "selección
de nuestras facultades men­ innatural", dirigidos al cum­
tales. Parece como si nues­ plimiento de planes y obje­
tro desarrollo intelectual, en tivos específicos y capaces
cuanto especie, hubiera al­ de sacar partido de caracte­
canzado algún tipo de me­ rísticas adquiridas. Ha hecho
seta. No hay señales de que falta un siglo de educación
3. HORMIGAS de la especie Lasius niger formando enjam­
estemos adquiriendo mayor evolucionista para proscribir
bre. Se sabe de una de sus reinas que ha vivido 27 años. No se
inteligencia. ¿Fue Albert tiene constancia de ningún animal que se reproduzca sexual­ tales ideas -que los biólo­
Einstein mejor científico que mente y haya vivido más de 200 años, aunque pudiera existir. gos califican de "teleológi­
Isaac Newton o que Arquí­ cas" y "lamarckianas"-, pero
medes? ¿Han sido supera- puede que ahora tengamos
dos William Shakespeare o Eurípides durante varios siglos más. Pero en que cambiar las reglas.
por algún dramaturgo de tiempos re­ algún momento necesitaremos aumen­
cientes? Es mucho lo que hemos tar su capacidad. asi todo el conocimiento que ama­
aprendido en 2000 años, pero buena Cuanto más sepamos sobre el ce­ C samos está alojado en diversas
parte de la sabiduría antigua sigue rebro, más vías descubriremos para redes del interior de nuestro cerebro,
pareciéndonos bien fundada, lo que perfeccionarlo. Cada cerebro posee cien­ consistentes en enormes números de
me hace pensar que no hemos pro­ tos de regiones especializadas. Ape­ diminutas células nerviosas y de es­
gresado gran cosa. Seguimos igno­ nas sabemos un poco de lo que hace tructuras más pequeñas todavía, las
rando cómo resolver los conflictos cada una o de cómo lo hace, pero llamadas sinapsis, que controlan la
entre las ambiciones individuales y tan pronto averigüemos de qué ma­ forma en que pasan las señales de
los intereses colectivos. Somos tan nera funciona una parte cualquiera, una célula a otra. Para construir un
ineptos para tomar decisiones impor­ los investigadores tratarán de idear repuesto de un cerebro humano ne­
tantes que siempre que podemos de­ procedimientos para ampliar su capa­ cesitaríamos saber algo sobre la for­
jamos al azar aquello de lo que no cidad. Idearán también facultades ma en que cada una de las sinapsis se
estamos seguros. enteramente nuevas, que la biología relaciona con las dos células que co­
¿Por qué es tan limitada nuestra jamás ha ofrecido. Conforme estos necta. También tendríamos que saber
sabiduría? ¿Se debe a que no dispo­ inventos vayan haciéndose habitua­ cómo responden estas estructuras a
nemos del tiempo necesario para les, trataremos de conectarlos a nues­ los diversos campos eléctricos, hOimo­
aprender mucho o a que carecemos tros cerebros, quién sabe si a través nas, neurotransmisores, nutrientes y de­
de la capacidad suficiente? ¿Será de­ de millones de electrodos microscó­ más compuestos químicos que hay en
bido a que utilizamos sólo una peque­ picos insertos en el gran haz de ner­ su entorno. Un cerebro humano con­
ña parte de nuestros cerebros, como vios denominado cuerpo calloso, el tiene billones de sinapsis, por lo que
se dice a menudo? ¿Serviría de algo mayor "bus" de datos cerebral. Tras tal requisito no es cosa baladí.
una enseñanza de mejor calidad? Es nuevos progresos, ninguna zona en­ Mas, por fortuna, no necesitamos
obvio que sí, pero sólo hasta cierto cefálica estará excluida del acopla­ conocer el último de los detalles.
punto; ni siquiera nuestros mejores miento de nuevos accesorios. En úl­ Por lo pronto, si los detalles fuesen
prodigios pasan de aprender a doble tima instancia, encontraremos formas importantes nuestros cerebros no po­
velocidad que los demás. Tardamos de reemplazar todas las partes del drían funcionar. Los sistemas concre­
demasiado en aprender cualquier cosa cuerpo y del cerebro y de reparar así tos de los organismos biológicos han
porque nuestros cerebros son tremen­ todas las deficiencias y lesiones que solido evolucionar para hacerse in­
damente lentos. Sería de gran ayuda, tan breves hacen nuestras vidas. sensibles a la mayoría de los detalles
desde luego, disponer de más tiem­ Inútil es decir que con ello estru·e­ que acontecen en los subsistemas me­
po, pero la sola longevidad no basta. mos convirtiéndonos en máquinas. nores de los que dependen. Por con­
Al igual que otros entes finitos, el ¿Significa eso que seremos reempla­ siguiente, para copiar un cerebro que
cerebro ha de topar con limitaciones zados por máquinas? Mi impresión funcionase bastaría con reproducir lo
a lo que puede aprender. No sabemos es que no tiene mucho sentido enfocar justo de la función de cada parte
qué límites son ésos; tal vez nuestros la cuestión en términos de "ellas" y para que se produjesen los efectos
cerebros pudieran seguir aprendiendo de "nosotros". Prefiero con mucho el importantes sobre otras partes.

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Supongamos necesario copiar una sinapsis, cuya eficacia y velocidad puedan aprender más rápidamente. A
máquina que, como le sucede a un no tuvieran parangón. pesar de lo mucho que se habla de
cerebro, contuviese un billón de com­ En cuanto pudiéramos utilizar estas individuos con "memoria fotográfi­
ponentes. Tal cosa sería imposible en técnicas para construir una máquina ca", nadie parece haber dominado nun­
nuestros días si tuviéramos que cons­ ensambladora de aplicación general ca, palabra por palabra, el contenido
truir cada elemento por separado, aun que operase a escalas atómicas, el pro­ de cien libros o de alguna de las
cuando supiésemos cómo hacerlo. greso ulterior resultaría rápido. Si tal principales enciclopedias. Las obras
Pero si tuviéramos un millón de má­ máquina tardase una semana en rea­ completas de Shakespeare vienen a
q uinas constructoras, capaces cada una lizar una copia de sí misma, en me­ suponer unos 130 millones de bits.
de producir mil piezas por segundo, la nos de un año podríamos tener mil El límite de Landauer implica que
tarea sería mera cuestión de minutos. millones de ellas. Tales dispositivos una persona tardaría al menos cuatro
Nuevas máquinas fabriles permitirán transformarían el mundo. Podríamos años en aprendérselas de memoria.
hacerlo en los decenios venideros. hacerles fabricar artilugios eficaces No disponemos de estimaciones fun­
Casi todas las manufacturas de nues­ de captación de la energía solar y dadas sobre la cantidad de informa­
tros días consisten en conformar ma­ adosarlos a superficies cercanas, por ción necesaria para pintar o para es­
teriales en bruto. La nanotecnología, ejemplo, con lo que ellos mismos quiar, pero no veo razón alguna para
por el contrario, aspira a construir los generarían la energía que necesita­ suponer que tales actividades no su­
materiales y la maquinaria colocando sen. Podríamos cultivar campos de fran limitaciones análogas.
cada átomo y cada molécula en el microfactorías de forma muy pareci­
lugar preciso deseado. da a como cultivamos plantas. En un e cree que el cerebro contiene
Con tales métodos podríamos cons­ futuro como el descrito apenas ten­ S alrededor ·de 100 billones de si­
truir piezas verdaderamente idénticas dríamos dificultad para conseguir ri­ napsis, con lo que tendría espacio
y evitar así la aleatoriedad que pa­ queza; los problemas estarían en saber sobrado para esos pocos miles de
decen las máquinas habituales. En la administrarla. En concreto, habría de millones de bits recordables. Algún
actualidad, por ejemplo, cuando se tenerse mucho cuidado en mantener día, merced a la nanotecnología, po­
trata de grabar circuitos muy peque­ bajo control a aquellos entes que dría acomodarse todo ese espacio de
ños, los tamaños de los conductores (como es nuestro caso) tuviesen la almacenamiento en un paquetito no
varían tanto que resulta imposible facultad de reproducirse. .mayor que un guisante.
predecir sus propiedades eléctricas. Al considerar la posibilidad de com­ En cuanto sepamos lo que necesi­
En cambio, si pudiéramos ubicar plementar nuestros cerebros, podría­ tamos hacer, nuestras nanotécnicas nos
exactamente cada átomo, todos los mos empezar preguntándonos cuánto permitirán construir cuerpos y cere­
conductores mostrarían idéntico com­ sabe hoy una persona. T homas K. Lan­ bros de repuesto no constreñidos a
portamiento. Esta capacidad desem­ dauer ha pasado revista a muchos trabajar al paso de tortuga del "tiempo
bocaría en materiales de nuevos ti­ experimentos en los que se les pedía real". Los fenómenos de los micro­
pos, que las técnicas actuales jamás a los sujetos que leyeran textos, mi­ circuitos actuales ya son millones de
podrían conseguir; podríamos dotar­ rasen imágenes o escuchasen pala­ veces más rápidos que los de las neu­
los de enorme resistencia o de pro­ bras, frases, pasajes musicales breves y ronas cerebrales. Podríamos, por lo
piedades cuánticas nuevas. A su vez, sílabas sin sentido. Luego se les so­ tanto, diseñar a nuestros "niños men­
estos productos podrían permitir metía a una prueba para ver cuánto tales" para que pensasen un millón de
computadoras tan pequeñas como las recordaban. En ninguna de estas situa- veces más rápido que nosotros. A uno
ciones pudieron apren­ de tales seres, medio minuto le parece­
der y recordar luego ría tan largo como a nosotros un año,
más de un par de bits y una hora, como toda una vida.
por segundo durante Pero ¿podrían existir realmente?
un período prolongado. Hay estudiosos de disciplinas muy
Si pudiese mantenerse variadas que mantienen con firmeza
este ritmo de apren­ que las máquinas jamás tendrán pen­
dizaje durante doce samientos como los nuestros porque,
horas diarias a lo lar­ de cualquier forma que se las cons­
go de cien años, el truya, carecerán siempre de un ingre­
total sería de unos tres diente vital. Al referirse a esta esen­
mil millones de bits, cia ausente, dichos pensadores le dan
menos de lo que en diversos nombres, como sensibilidad,
la actualidad podemos conciencia, espíritu o alma. Los filó­
almacenar en un dis­ sofos han escrito libros enteros para
co compacto ordinario demostrar que, debido a tal carencia,
de trece centímetros. las máquinas no podrán jamás sentir
Dentro de diez años, o comprender la clase de cosas que
más o menos, puede hacen las personas. Sin embargo, to­
que tal cantidad se das las demostraciones que ofrecen es­
aloje en un solo mi­ tos libros incurren en círculo vicioso,
crocircuito. pues de una u otra forma toman como
Aunque tales expe­ hipótesis precisamente lo que preten­
rimentos no se parez­ den demostrar, a saber, la existencia
4. MANO DENDRITICA de un robot, diseñada (pero no
can gran cosa a lo de un hálito mágico que no posee pro­
construida todavía) por el autor e, independientemente, por
que hacemos en la piedades detectables. No soporto tales
Hans P. Moravec, de la Universidad Carnegie Mellon. Está
compuesta por muchas unidades similares de distintos tama­ vida ordinaria, no te­ argumentos. No hace falta que bus­
ños. En el futuro, la construcción de tales robots será sencilla, nemos pruebas claras quemos la pieza concreta que falta:
debido a su uniformidad. de que las personas el pensamiento humano consta de mu-

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chos ·ingredientes y cada una de las
máquinas que hemos construido care­
ce de docenas o de centenares de ellos.
Comparemos lo que hacen hoy los
ordenadores con lo que llamamos pen­
sar. Resulta claro que el pensamiento
humano es mucho más flexible, más
adaptable y posee muchos más recur­
sos. En los programas informáticos de
nuestros días, cuando algo va mal,
aunque sea muy poco, la máquina su­
fre una detención o genera resultados
sin valor. Cuando una persona piensa
es muy frecuente que cometa errores
o lo haga mal; sin embargo, tales in­
convenientes rara vez nos detienen. Lo
que hacemos, en cambio, es probar
otra cosa. Examinamos nuestro pro­
blema desde un ángulo diferente y
pasamos a otra estrategia. ¿Qué nos
capacita para hacer esto?

engo sobre mi escritorio un libro


T de texto dedicado al cerebro
cuyo índice ocupa unas seis mil lí­
neas, relativas a centenares de es­ S. UN MICROMOTOR, bajo la punta de un alfiler. Conforme se vayan descubriendo
tructuras especializadas. Una lesión métodos de construcción de dispositivos cada vez más pequeños, podrán construirse
microfactorías completas, movidas por energía luminosa y autorreproducibles.
accidental de determinados de estos
componentes podría hacernos perder
la capacidad de recordar los nombres que se trate. Lo típico es que un cuando alguien aprende algo 'de memo­

de animales; otra podría incapacitar­ programa informático utilice una sola ria' digamos que no lo ha comprendido

nos para hacer planes a .[argo plazo representación, la cual, si falla, pue­ de verdad. Sin embargo, cuando se tie­
y una tercera nos volvería proclives de provocar que todo el sistema se nen varias representaciones diferentes, si
a soltar palabrotas en los momentos venga abajo. Esta deficiencia justifi­ un método falla se puede ensayar otro.

más inesperados, por haber sufrido ca la queja, muy frecuente, de que Es evidente que si se estabfece un nú­
daños el mecanismo que nomalmente los ordenadores en realidad "no com­ mero excesivo de conexiones indiscrimi­

censura tales expresiones. Sabemos, prenden" lo que hacen. nadas la mente se convertirá en un ba­

por miles de hechos semejantes, que ¿Qué significa comprender? Muchos rull o . En cambio, unas representaciones

el cerebro contiene mecanismos de filósofos han declarado que la com­ debidamente interconectadas nos permi­
diversas clases. Por lo tanto, nuestro prensión (o la significación, o la con­ tirán dar vueltas en la mente a nuestras

saber está representado de diversas ciencia) ha de constituir una facultad ideas, considerar las cosas desde mu­

formas, almacenadas a su vez en dis­ básica que sólo puede poseer una chas perspectivas, hasta encontrar la

tintas regiones del cerebro para ser mente viva. A mi entender, tales aser­ adecuada para nosotros. ¡Y eso es lo
utilizadas en diferentes procesos. ¿Qué tos indican "envidia de la física", que entendemos por pensar!"

aspecto ofrecen estas representaciones? celos de la perfección con que la


Todavía no lo sabemos. física ha podido explicar tantas cosas A mi entender, es la flexibilidad
Pero en el campo de la inteligen­ a partir de un número muy reducido la que explica por qué a nosotros
cia artificial los investigadores han de principios. Los físicos han tenido nos resulta fácil pensar, mientras que
descubierto varios procedimientos mucho éxito rechazando todas las para los ordenadores es muy difícil.
útiles para la representación de co­ explicaciones que les parecen dema­ En The Society of Mind propongo
nocimientos, cada uno de ellos más siado complicadas y esforzándose en que el cerebro rara vez se vale de
adaptado que los demás para un de­ cambio en buscar otras más senci­ una única representación. Lo que hace,
terminado propósito. Los más popu­ llas. Este método, empero, no fun­ en cambio, es poner en funciona­
lares se valen de colecciones de re­ ciona cuando nos ocupamos de toda miento varias tramas o argumentos a
glas condicionales, reglas del tipo la complejidad del cerebro. Ha aquí la vez, con lo que siempre tiene dis­
"Si..., entonces...". Otros sistemas re­ un párrafo de lo que expuse en mi ponibles múltiples puntos de vista.
curren a "marcos conceptuales", es­ libro The Society of Mind al respecto Además, cada sistema está supervisa­
tructuras parecidas a formularios que de la facultad de comprender: do por otros de nivel más alto, que
es preciso rellenar. Hay programas van controlando cómo se desenvuel­
que se valen de redes "en telaraña", "Si entendemos algo sólo de una ma­ ven aquéllos y, en caso necesario,
o de esquemas arbóreos o de listas nera, en realidad no lo entendemos en reformulan los problemas. Como las
llamadas "guiones". Ciertos sistemas absoluto. Y es así porque, si algo va partes y los procesos cerebrales pue­
almacenan conocimientos en frases mal, nos quedamos atascados con un den tener deficiencias, deberíamos en­
que recuerdan al lenguaje natural o único pensamiento, que se instala en contrar otras partes que se ocupen de
a las expresiones de la lógica mate­ nuestra mente sin tener adónde ir. El detectar y enmendar tales fallos.
mática. Cuando un programador abor­ secreto de lo que algo significa para Para poder pensar eficazmente se
da un trabajo nuevo,· empieza tratan­ nosotros está en cómo hemos conectado necesitan procesos múltiples que nos
do de determinar qué representación ese algo con todas las demás cosas que ayuden a describir, predecir, explicar,
será la más idónea para la tarea de conocemos. Esta es la razón de que abstraer y planificar lo que nuestra

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mente debe hacer a continuación. La decidí escribir este artículo, quise sa­
razón de que podamos pensar tan ber qué opinión le merecían estas
bien no estriba en que alojemos mis­ ideas a diversas personas. Descubrí
teriosos talentos y dones ni chispas con sorpresa que al menos tres cuar­
divinas, sino a que empleamos so­ tas partes de aquellos con quienes
ciedades de agentes que operan con­ hablé parecían sentir que nuestras vi­
certadamente para impedir que nos das ya eran demasiado largas. "¿Por
atasquemos. Cuando descubramos qué habría nadie de querer vivir 500
cómo funcionan tales sociedades po­ años? ¿No sería un aburrimiento? ¿Y
dremos instalarlas también en los si sobreviviésemos a todos nuestros
ordenadores. Entonces, si se atasca amigos? ¿Qué hacer con tantísimo
alguno de los procedimientos de tiempo?", me preguntaron. Era como
un programa, quizás otro pueda su­ si, secretamente, temieran no mere­
gerir un método distinto. Si viéramos cer vivir tanto. Me resulta no poco
una máquina que hiciera tal tipo de preocupante que sea tanta la gente
cosas, pensaríamos sin duda que era resignada a morir. ¿No podría ser
consciente. que tales personas, que sienten no
Este artículo atañe también a nues­ tener gran cosa que perder, resulta­
tro derecho a engendrar hijos, a mo­ sen peligrosas?
dificar nuestros genes y a morir, si Mis amigos investigadores no ex­
así lo deseamos. Ningún sistema presaron ninguna preocupación de
ético de amplia aceptación, sea de este tipo. "Hay un sinfín de cosas que
fundamento humanista o religioso, se quiero averiguar, y son tantos los
ha mostrado capaz de encarar los problemas que quiero resolver, que
desafíos que ya hemos de afrontar. podría ocupar muchos siglos", me di­
¿Cuántas personas deberían ocupar la jeron. Desde luego, la inmortalidad
Tierra? ¿Qué clases de personas han no resultaría atractiva si supusiera
de ser? ¿De qué fom1a debemos com­ enfermedad, incapacidad y depen­
partir el espacio disponible? Está dencia indefinida de otros; pero aquí
claro que debemos cambiar nuestras estamos suponiendo un estado de sa­
ideas sobre la generación de nuevos lud perfecta. Algunas personas ex­
hijos. En la actualidad, los indivi­ presaron una preocupación más fun­
duos son concebidos por azar. En dada: la de que los viejos deben
cambio, algún día, podrían ser "com­ morir porque se necesitan jóvenes
puestos" atendiendo a deseos y de­ que espiguen y desbrocen sus ideas
signios meditados. Y, cuando cons­ ya agotadas. Empero, si es verdad,
truyamos nuevos cerebros, éstos no como temo, que estamos acercándo­
tendrían por qué echar a andar con nos a nuestros límites intelectuales,
tan pocos conocimientos sobre el tal respuesta no sería muy certera.
mundo como lo hicieron los nues­ Seguiríamos apartados todavía de las
tros. ¿Qué clases de cosas tendrían magnas ideas pertenecientes a océa­
que conocer nuestros "hijos menta­ nos de sabiduría situados más allá de
les"? ¿Cuántos deberíamos producir nuestro alcance.
y quién se habría de encargar de ¿Serán robots los herederos de la
decidir sus atributos? Tierra? Sí, pero serán hijos nuestros.
Debemos nuestras mentes a las muer­
os sistemas tradicionales de pen­ tes y a las vidas de todas las cria­
L samiento ético se centran sobre turas que han participado en la lucha
todo en los individuos, como si éstos que llamamos evolución. Nuestra ta­
fueran las únicas entidades de valor. rea consiste en velar para que todo
Es evidente que debemos considerar ese trabajo no acabe en puro desper­
también los derechos y papeles de dicio sin sentido.
seres de mayor escala, que nos ayu­
dan a comprender el mundo, como
los superentes que conocemos por
BIBLTOGRAFIA COMPLEMENTARIA
culturas y los sistemas, cada vez más
grandes, que denominamos ciencias. THE SOCIETY OF M !N D . Marvin Minsky.
Simon and Schuster, 1987. (La sociedad
¿Cuántas de tales entidades quere­
de la me111e. Ed. Galápago. Buenos Aires,
mos tener? ¿De qué tipo son las que
1986.)
necesitamos más? Deberíamos des­ MIND Cr·IILDREN. Hans Moravec. Harvard
confiar de las que se encastillan en University Press, 1988.
formas refractarias a todo crecimien­ THE EMPEROR"S NEW MIND. Roger Penrose.
to ulterior. Oxforcl University Press, 1989. (La nueva
Traiga el ignoto futuro lo que fue­ me111e del emperador. Mondadori. Barce­
lona, 1991.)
_re, ya estamos cambiando las reglas
NANOSYSTEMS. K. Eric Drexler. Jolm Wi­
que nos crearon. La mayoría de no­
ley & Sons, 1992.
sotros tendrá miedo al cambio, pero
THE TURING ÜPTION. Marvin Minsky y
otros desearán sin duda escapar de Hany Harrison. Warner Books, 1992.
las limitaciones del presente. Cuando

92 1 VESTIGACIÓN Y CIENCIA, diciembre, 1994

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