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EL ANALISIS DE LA SOCIEDAD
vida ¿.:-onó m1ca de nuestro tiempo. Abundan los tra bajos sot:-i! los
con flic tos y bs tensiones en la vida familiar, las düicultade:.: de la
juventud para lograr independencia económica y personal, e! 111ta·
gonisoo entre el ideal democrático de vida y la amoralidad c-¿ada
por las pdcticas que se utilizan para lograr el éxito y las pre;:ones
y tensiones de una sociedad competitiva. Tampoco faltan cilisis
de los conílictos en los sistemas de valores generados rneC.inte
cambios dpidos e irregulares en los düerentes aspectos de h cul-
tura: su tecnología, sus instituciones, sus hábitos y sus actir.ides.
Estos estudios señalan un cambio en el significado de a.Ir.mas
d e las ,·erdades eternas de la filosofía democrática de la C'.:.:tura
norteamericana. Existen nuevas interpretaciones de princ;:iios
democ.'<iticos básicos como Ja igualdad de oportunidades, ls ;an.
tidad de 13 individualidad del ser humano, su libertad y sus cere·
chos a la lu! de los cambios en e l ordenamiento social y los
esquemas culturales. Algunos estudios ªEuntan hacia la transitorie-
dad pe-5anal e individualista del coñcepto de libertad_. El .: on-
cepto humano y económico de la igualdad democrática Y.' ha
agregado aJ político. También se 11!alizaron nuevas aplicaciones de
los principios fundamentales de la vida democrática, al examÍI::!rSe
la conducia del mundo y las políticas de posguerra con respec;o a
las relzciones interraciales tanto dentro de los Estados Unido; de
Norteamérica como en otros países. Se han hecho análisis fr.! la
readaptación de los recursos económicos y de las nuevas :-¿Ja.
ciones entre el Estado y las instituciones económicas, individt:l!es
y privadas.. Estas nuevas interpretaciones de los valores derno~
ticos y de los problemas que encierran su aplicación y mantr.ni·
miento wo de gran importancia para la clarificación del ~'lo
por seguir en la educación de una ciudadanía democrática. ::.sí
corno para determinar cómo interpretar la repercusió n social de
las enser..a...rv.as que se imparten.*
Sin e::n bargo , un educador que busca orientac ió n en la lit.é!:a-
tura d e lis cien cias de la conducta no halla un camino fá cil pL'"a
descubrir lz rela ción de este conocimiento con la educación Y '.a
co nducc:é:i de las escuelas. En primer lugar, )os científi cos so:.-2-
les han j:'Q·Íado relativamente poca atención, ya sea al estu d io :e
la escuela co mo institución o a la apLica ción de sus experie ncias 11'
proceso éducstivo. Aunque reconocen el hecho d e que en '..'..:.:!
socied ad :.:;d:i.rtrializada la educació n ocupa un . lugar estra t i~ : J
en la d c:: -::::iinación d ~I carácter económico . polít1ro. s0r::.: .
l. 1.:.t: \:1.d ::.: _, ; ,)r;e<l:id , y que la t5Ct:eb c c,r. ;o ; ;~:a 1 t. ccé n ;oc:.:·. :-:
baU ~1 SUjc: ~ :?. J;; corrientes socia les que forj an y c rean ~ u5 me~ ;,.; :;
poi ític:i.s. :::> existe hasta ahora un análisis orc!enado y cohere:.:c:
de 13 •·i:-_,-: :.:c1ón de la educación " o d e la 1epcrc1:.;1ón de '.:.:. s
• \'~ t.M. .: : 1-:tu ro Soc10 1ói'1co, po r eJ~m;:>lo, Mannhc l:l. 1 9 -l •\. 1 !~ 2 . 1 9~i:. :1 ..~
J.hm:1. 19 ~ ~
5G lllLOA TABA
L:i h istoria , e.al como Ue~a 1 nuestra ,-jda diaria, está lle:-.; d~
sorpresas )' C'Oiln1ocionf'~. ~¡ : f':::-.)t~demc..s mentalmcn:e ha.<.:2 ·.;rio.'i
J>li-:"C.s ai1 0$ :a lríÍ:"., lo qu e :. .:.::; :.:. :_~.:· ;1J n $t.:. i ;o!pQ ri:pcnt 1:1c.· · , l:. . cl;1
in1pre\'ista da sus rdyos L:;. j>J?·~0. l.:ls re-.o>.: ci on~,;. las rehd 1ur1· ~ ;;Jn
rev~ntado sobrt! n osot ros .:::-;i r-¡; .:ez lerrible Los a•:ance-.; en l' c ·• -c i>
y 1.3 lecnologfa re('scnb1e:.:-:. Ivs° :~rminos r las condiciones d~l e~ · ; ra .
to oumano sin más ad\er.¿.:c!.l ;;~e los lit~es del di.ano de la .- .;fta ·
na. Los grandes c.:;mbios ;.;x,_. :,.~ y económ¡c a; no sólo reorc~:.>: o n
inalterablemente nuestras ·.--óó..s, ~:.::i que p•r~en h2be rlo he.:ho •:~e:;-
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cam b ios pendientes. ¿Cuá les son, por ejemplo, las cualidades y lo s
pod er es que los individ uos deben desarrollar inclusive para sob re-
•ivir como seres h u manos en un mundo ta l, si están solos para
controlar las fu erzas liberadas? ¿Cuáles son las tareas d e las
escuelas? ¿Q ué clase d e curr ículo serviría m ejo r a la sociedad d e ·
hoy?
Algunos ed ucadores t oman un aspecto simple d e las necesi-
dad es em ergentes d e una sociedad tecno lógica y lo combinan con
el con cepto tradicional d e educación. Como consecuencia, creen
q ue una so ciedad t ecno lógica requiere simplemente gente prepa -
rada t écnicamente, y que, por consiguiente, la tarea d e las· escue-
las es incrementar y per fecc ionar la enseñanza de las mate máticas
y la cien cia y cuidar que el talento se oriente hacia el estud io
especial de estas ramas. Este ·e nfoque simplista es, pro bab lemen te ,
el m ás generalizado .
Otros, ven una significación más profunda por su m ayor
compenetració n con los cambios sociales provocados por la tecno-
logía, p ero traen a su concepto de la función d e la educac ión u na
visión o pti mist a de la potencialida d tanto d e la tecnol o gía com o ·
de la ed ucación . Cou nts, por ejemplo, animado por una visión
bastante op tim ista coa relació n a las maravillas de la tecnología y
las posibilidades de la educación, insiste ea que la educación
puede a yudar a d eterminar si ingresamos en una é poca de luz o
de so mbra. El cree que la educación t iene condiciones para rem o-
delar a los hombres y a través de ellos, a Ja sociedad : Necesitamos
crear virtudes ind ividuales q ue comprendan no sólo el inte lecto
sino la perso na toda . Necesitamos forta1~cer los · principios d e
igualdad , de liberta d p olítica, de talento est ético y de un orden
mundial t olerable. Esto requiere ·una educación no sólo bue n1i
si no también grande,· que confronte las realida des de nuestra
época, que exprese Jo mejor de nuestra h erencia y saque Ja
máxima ventaja de nuestras posibilidades. Una educación semejan-
te no sólo es útil a la civilización a ctual sino que expresa también
un concepto d e c ivilizac ió n que los educadores pueden llega r a
form ular. Actualmente sólo tenemos una buena educación , p ero
no grand e, po rque no h emos investiga do a fondo las realidades de
nuest ra época y porque hemos fracasado constantemente en el
estudio de Ja naturaleza d e Ja educación como una empresa soc ial
y m oral (Counts , 1952, cap s. 1 9-2 1, 29).
Otros, impr esionados por los proble mas desconcerta ntes crea-
dos po r l os vertigi n osos ca mbios sociales y, en consecuencia, po r
!:. n;1tura!t>2.l de l:ts t;::n·as n llt'\'ns oue fst os ir.; :::idur .-n t•n b ed;,.1-
cac1ón, no están d em asiado seguros ·ce cuál h a e¿ ser la función de
ella en una sociedad en la cual el fu turo es cae!.? vez más inciert o.
Chase, po r ej emplo, detalla como sig ue las nue\-=.s cond icio nes q ue
im ponen otras obli gaciones a Ja ed ucación :
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