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La crisis en Guayaquil: los estragos del neoliberalismo

Segunda parte. Lenin Moreno y la pinza neoliberal

Mtro. José Luis García Hernández

El gobierno de Lenin Moreno ha sido desde el principio un gobierno con una fuerte fragilidad
política. Siempre buscando diferenciarse de su predecesor, enfocando todas sus fuerzas en
ganar espacios a los vestigios del correísmo y en utilizar toda clase de herramientas jurídicas
para la persecución política, el famoso lawfare, para la eliminación del adversario político.
En medio de una crisis social, política y económica por la que atraviesa el pueblo
ecuatoriano causada por la implementación y consolidación de políticas neoliberales y
exacerbada por la pandemia provocada por el Covid-19, este gobierno enfoca todas sus
fuerzas en la persecución del expresidente Rafael Correa y sus colaboradores más cercanos,
en lugar de orientar todo el aparato del Estado en la mitigación de la pandemia y en la
implementación de políticas económicas para asegurar la supervivencia de las miles de
personas que viven en la pobreza y que siguen en las calles buscando la forma de solventar
los gastos mínimos para vivir.
El discurso de Lenin Moreno y de su gabinete enfatizó en todo momento que el
Ecuador estaba preparado para enfrentar la contingencia sanitaria. Este gobierno consideró
que existían gastos más importantes como el pago de la deuda externa. Pagó puntualmente
una parte de los Bonos globales 2020; una deuda cotizada en los mercados internacionales
en USD 139 millones, el gobierno morenista pagó USD 324 millones. Sin importarle los
llamados desde la CONAIE y de diversos grupos sociales que le pidieron no pagar la deuda
y en cambio destinar esos recursos a proteger la vida del pueblo.
Frente a esta situación, hay que sumarle que a inicios del año pasado fueron
despedidos alrededor de 2,500 funcionarios públicos del sector salud, entre médicas y
médicos y enfermeros y enfermeras, en el contexto del proceso de “optimización y reducción
del Estado” que el gobierno de Moreno está implementado para hacerlo más funcional. En la
provincia de Guayas fueron despedidos 300 trabajadores dedicados al control de epidemias.
Estamos ante el gobierno que desde su primer año suspendió la construcción de hospitales.
Lenin Moreno cuestionó a la administración anterior argumentando “para qué seguir
construyendo grandes hospitales de 400 ó 500 camas si son difíciles de administrar”, en un
evento público, en julio de 2018 en Cuenca, Ecuador. Un gobierno que prefiere la
“telemedicina” en lugar de las consultas presenciales.
El sistema de salud público se enfrenta a la pandemia del Covid-19 debilitado por los
recortes económicos. Entre 2018 y 2019 el gasto en el sector salud disminuyó en USD 66
millones. Jonathan Báez de la FLACSO-Ecuador anota que la inversión en salud pasó
de USD 306 millones en 2017 a USD 110 millones en 2019, lo que implica el
desmantelamiento del ya colapsado sistema de salud público ecuatoriano, menor
infraestructura e insumos.
A todo esto, hay que sumarle la mala gestión que está realizando el gobierno para
enfrentar la crisis sanitaria: toque de queda en todo el país como medida para asegurar la
cuarentena y el aislamiento social de las familias ecuatorianas, la declaratoria de Zona de
Seguridad Nacional de la provincia de Guayas, lo que implica que las Fuerzas Armadas del
país se harán cargo de la situación, deslindándose tanto el gobierno nacional como el local
de cualquier decisión.
Lo han señalado diversos grupos críticos del gobierno y de sus políticas: “se habla de
inoperancia gubernamental [para enfrentar la pandemia del Covid-19], no es inoperancia,
es que eligieron a quien proteger y no somos nosotros”. [1] No olvidemos que Lenin Moreno
es la pinza del periplo neoliberal iniciado desde el correísmo.

Referencias:

[1] Revista Crisis (2020), Las pérdidas en tiempos del aislamiento social.

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