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Guión literario

En Ecuador

La pandemia de la COVID-19 ha golpeado fuertemente al Ecuador, no solo en lo


sanitario, sino en lo social, lo económico y lo político. Las estadísticas oficiales (que
distan mucho de la realidad) han expuesto, a través de las autoridades de
gobierno, que más de 85.000 personas se han infectado a nivel nacional matando a
más de 9.000 residentes de nuestro país. Los entendidos sobre este tema, los
Ante la pandemia, todos los
familiares de los fallecidos y los propios afectados.
países, incluido Ecuador, han impulsado medidas para frenar los contagios,
como el aislamiento social obligatorio y la suspensión de actividades
económicas, con el fin de precautelar la salud de la población. Sin
embargo, estas medidas generan algunas consecuencias como el incremento
de los gastos estatales realizados para atender necesidades, por encima de las
asignaciones presupuestarias; la contracción de la economía; y el aumento de
las condiciones desfavorables en la población vulnerable.

En nuestro país, el presupuesto de salud en 2019 fue de más de tres mil


millones de dólares, monto que necesariamente tuvo que incrementarse por las
cuestiones de la emergencia sanitaria (costos de diagnóstico, tratamiento y
vigilancia). El cierre de fronteras y el “distanciamiento social” que evita
la aglomeración humana conlleva impactos en varios sectores, entre los más
afectados: turismo, comercio, transporte, restaurantes, salud, educación y
provisión de servicios.

En Colombia

En Colombia, al igual que en el resto


de América Latina, la mayor parte de
los casos iniciales de coronavirus
provinieron de España y Estados
Unidos. No es casualidad, son dos de
los países que albergan una mayor
cantidad de migrantes colombianos y
con los que se mantiene un activo
flujo de personas. La expansión de la
pandemia de la COVID-19 es en
parte resultado de la movilidad inter-
nacional, de un modelo de interde-
pendencia global que ahora está en
cuestión.
La pandemia es un problema global,
pero se enfrenta de manera local.
Desde que en la primera semana de
marzo se detectara el primer caso en
Colombia, se abrió entonces —como
en todos los demás países— un deba-
te sobre las medidas que debían to-
marse y su radicalidad. En él subyace
un dilema entre la paralización de la
economía y la preservación de la
salud pública, que supone un enorme
reto para los sistemas democráticos.
En Colombia, además, la crisis del
coronavirus ha llegado en medio de
una gran inestabilidad sociopolítica,
tras las protestas masivas contra el
gobierno en noviembre y diciembre
de 2019. A ello se suman las malas
perspectivas económicas para 2020
—producto de la bajada en los pre-
cios del petróleo y la desaceleración
económica regional— y la realidad
de una desigualdad estructural, que
puede hacer que la pandemia tenga
un impacto desproporcionado en
algunos sectores sociales.

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