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Introducción
Dicha reforma incluye entre muchas otras cosas la defensa de los derechos humanos,
establecidos en la Constitución y aquellos reconocidos en acuerdos internacionales de
los que México sea parte. Adicionalmente estas reformas legitiman el ejercicio de la
acción de amparo, no solo para quienes sufran un detrimento en su esfera jurídica,
acreditando tener un interés jurídico, sino quienes acrediten poseer un interés legítimo;
igualmente la reforma incluye el amparo por omisión de la autoridad, y dicho sea de
paso se adecué el principio de relatividad de la sentencia de amparo, o también
conocido como fórmula Otero.
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Publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 10 de junio del 2011.
De la voz “interés”:
A partir de una necesidad para la vida humana, surgen los bienes idóneos para
satisfacerlas, lo que implica utilidad, que es la relación entre el sujeto que tiene una
necesidad y el objeto que la satisface; por lo que del concepto bien se pasa al concepto
de interés por medio de la utilidad.2
2
Rocco, Ugo, Tratado de derecho procesal civil. Bogota; Buenos Aires, Temis; Depalma, 1970.
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reformada hasta el 7 de julio del 2014.
Antes de la reforma se hablaba de dos tipos de interés, el jurídico y el simple, y que
sólo el primero legitimaba el ejercicio de la acción constitucional de amparo en defensa
de lo que anteriormente se denominaba garantías individuales y, actualmente, se
modificó por la expresión derechos humanos. La reforma ha acuñado al lenguaje otro
tipo de interés, que es el legítimo, del cual no se tiene aún una definición precisa por la
doctrina o la jurisprudencia mexicana en el contexto de la acción de amparo.
El significado del concepto interés incluye cualquier cosa o bien que convenga o sea
valioso, es decir la cosa relativa a la persona, de carácter económico, personal, familiar,
político etc., que de manera clara o difusa, determinada o indeterminada, directa o
indirectamente, contemple la ley aunque sea de manera implícita.
El interés simple podrá ser de muy diversa índole en la medida de que el ánimo pueda
verse inclinado a cierta finalidad por motivos culturales, económicos, sociales, artísticos,
religiosos o de cualquier otra naturaleza distinta de la jurídica.
Es oportuno, citar con relación a este tema la Tesis Aislada publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que establece a la letra lo siguiente:
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Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, consultado en: http://www.rae.es/
La afectación al interés jurídico como condición para la procedencia del amparo
tiene como sustento la titularidad de un derecho que puede ser de carácter
subjetivo, o bien de carácter objetivo o erga omnes. Así, este último lo tiene
cualquier eventual afectado que resienta un daño concreto por su situación frente
al orden jurídico, cuando se vea afectado por el hecho de que las autoridades no
se conduzcan dentro del margen de la ley, y pueda ser remediado a través de
una medida individualizada por parte de las autoridades. Cabe señalar que esta
hipótesis debe distinguirse claramente de aquella situación en que simplemente
se aduzca la pérdida del beneficio o ventaja, ya sea fáctica o material, y no
derive de una actuación irregular de la autoridad, pues tal supuesto equivale a un
interés simple, que no faculta al particular para exigir una determinada
prestación, de manera que no es susceptible de tutela judicial, sino sólo permite
formular peticiones o denuncias. 5
Entonces, el interés jurídico es el derecho tutelado por una norma jurídica a favor de un
particular. En tanto que el interés simple es la situación en la que simplemente se aduce
la pérdida del beneficio o ventaja, ya sea fáctica o material, y no derive de una
actuación irregular de la autoridad, tal supuesto no faculta al particular para exigir
determinada prestación, de manera que no es susceptible de tutela judicial, sino que
solo permite formular peticiones o denuncias.
5
Tesis: Aislada Tesis: I.4º, Décima Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, p. 1220
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“El interés legítimo tiene su origen en las llamadas normas de acción, las cuales regulan lo relativo a la
organización, contenido y procedimientos que han de regir la actividad administrativa, y constituyen una
serie de obligaciones a cargo de la administración pública, sin establecer derechos subjetivos, pues al
versar sobre la legalidad de actos administrativos o de gobierno, se emiten con el fin de garantizar
intereses generales y no particulares. En ese contexto, por el actuar de la administración, un determinado
Por esa razón, se confiere un poder de exigencia respecto a la legitimidad en el actuar
administrativo. Al hablar de intereses legítimos se incluye a todos aquellos que sean
compatibles con el interés público lesionado o desatendido por la Administración. Se
tiene interés legítimo si la norma se establece en interés general, pero una categoría de
sujetos adquiere una ventaja específica con su cumplimiento, por otra parte, se expresa
que el interés legítimo del ciudadano se da cuando coincide con el interés del Estado.
Dicho en otras palabras, si existe un interés del Estado, tutelado, coincidente en sus
consecuencias con el del particular, éste puede exigir su cumplimiento; viene a ser una
tutela indirecta u ocasional debido a la concomitancia aunque para propósitos distintos.
sujeto de derecho puede llegar a tener una ventaja en relación con los demás, o bien, sufrir un daño; en
este caso, los particulares únicamente se aprovechan de la necesidad de que se observen las normas
dictadas en interés colectivo, por lo que a través y como consecuencia de esa observancia resultan
ocasionalmente protegidos sus intereses. Así, el interés legítimo tutela al gobernado cuyo sustento no se
encuentra en un derecho subjetivo otorgado por la normativa, sino en un interés cualificado que de hecho
pueda tener respecto de la legalidad de determinados actos de autoridad. Por tanto, el quejoso debe
acreditar que se encuentra en esa especial situación que afecta su esfera jurídica con el acatamiento de
las llamadas normas de acción, a fin de demostrar su legitimación para instar la acción de amparo.”
Tesis: Aislada, XXVI.5o, Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, p. 1182.
En otras palabras, existe interés legítimo, en concreto en el derecho administrativo,
cuando una conducta administrativa determinada es susceptible de causar un perjuicio
o generar un beneficio en la situación fáctica del interesado, tutelada por el Derecho,
siendo así que éste no tiene un derecho subjetivo a impedir esa conducta o a imponer
otra distinta, pero sí a exigir de la administración y a reclamar de los tribunales la
observancia de las normas jurídicas cuya infracción pueda perjudicarle. En tal caso, el
titular del interés está legitimado para intervenir en el procedimiento administrativo
correspondiente y para recurrir o actuar como parte en los procesos judiciales
relacionados con el mismo, al objeto de defender esa situación de interés.
El ministro Zaldívar puntualiza algunos aspectos que dibujan los elementos del
concepto en cuestión en los términos siguientes:7
c) Debe haber una afectación a la esfera jurídica en sentido amplio, ya sea económica,
profesional o de otra índole. Lo contrario es la acción popular, en la cual no se requiere
afectación alguna a la esfera jurídica.
7
Cossío, José Ramón y Zaldívar, Arturo, “¿Una nueva Ley de Amparo? III”, Este País, México, núm. 124,
julio de 2001, p. 45.
f) La anulación produce efectos positivos o negativos en la esfera jurídica del
gobernado.
De modo que existe interés legítimo cuando una conducta administrativa determinada
es idónea para causar un perjuicio o provocar un beneficio en la situación fáctica del
interesado, tutelada por el derecho. El interesado no tiene derecho subjetivo para
impedir de manera directa la conducta administrativa o a imponer otra distinta
(obligación correlativa de exigir). Pero dada la situación fáctica que no se concreta en
un gobernado en particular, sí tiene la posibilidad de exigir en forma indirecta a la
administración y a reclamar de los tribunales la observancia de las normas jurídicas
cuya infracción pueda perjudicarle.
Los titulares tienen un interés propio distinto del de cualquier otro gobernado,
consistente en que los poderes públicos actúen de acuerdo con el ordenamiento
cuando con motivo de la persecución de fines de carácter general incidan en el ámbito
de ese interés propio. La anulación produce efectos positivos o negativos en la esfera
jurídica del gobernado.
Es así, que en el interés legítimo no es requisito sine qua non que la autoridad lleve a
cabo la afectación en forma directa en una persona determinada, sino que la
transgresión a una norma debe ser indirecta a un grupo de personas, en la medida en
que protege a una pluralidad de sujetos con base en hechos que puedan causar un
perjuicio, beneficio o utilidad a cualquiera de ellos.
¿En qué consiste el interés legítimo para efectos de la procedencia del juicio de
amparo? Consiste en el poder de exigencia con que cuenta un sujeto, que si bien no se
traduce en un derecho subjetivo, permite reconocerle la facultad de impugnar la
actuación o la omisión de una autoridad en orden a la afectación que ello le genera, al
no acatar lo previsto por determinadas disposiciones jurídicas que le reportan una
situación favorable o ventajosa.
Interés simple, jurídico e interés legítimo para los efectos del amparo.
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Tesis: Aislada Tesis: III.4o, Décima Época, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, p. 3074.
Por su parte, se ilustra en la siguiente figura las distinciones y semejanzas existentes
entre el interés jurídico y el interés legítimo:9
Hasta aquí debe señalarse que tanto el interés jurídico como el interés legítimo
suponen que existe una tutela jurídica del interés en que se apoya la pretensión del
promovente, a diferencia del interés simple que no cuenta con esa tutela, en tanto que
la ley o acto que reclama no le causa agravio jurídico, aunque le cause alguno de
diversa naturaleza como puede ser, por ejemplo, uno meramente económico.
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Figura de propia autoría.
materia de actos de tribunales necesariamente se requiere que cuente con un derecho
subjetivo, es decir, tenga interés jurídico.
Los requisitos para acreditar el interés jurídico o interés legítimo, para efectos de la
procedencia del juicio de amparo, a partir de la reforma al artículo 107, fracción I,
constitucional de 6 de junio de 2011, se pueden desglosar de la siguiente manera
Así, tratándose del interés jurídico, el agravio debe ser personal y directo; en cambio,
para el legítimo no se requieren dichas exigencias, pues la afectación a la esfera
jurídica puede ser directa o en virtud de la especial situación del gobernado frente al
orden jurídico (indirecta) y, además, provenir de un interés individual o colectivo.
Como bien señala Vázquez Gómez Bisogno, son los actores jurídicos los que tienen
que construir los alcances del interés legítimo y la magnificencia de sus efectos no
dependerá de las grandes teorías sino de cómo se configure la doctrina jurisprudencial
de dicho interés, a partir de la apertura o cierre con que permitan o no la entrada de
nuevos casos.10
En este sentido, el interés legítimo como instrumento para acceder a la justicia efectiva
debe evolucionar con las necesidades de la sociedad. Así, refiriéndose a la
obsolescencia de estos conceptos, se argumenta que “quizá exista una incapacidad o
una irracional negativa para aceptar que aquellos pueden ser operativizados al efecto
de comprender los nuevos fenómenos sociales”.11
10
Vázquez Gómez Bisogno, Francisco, “El Proceso al servicio de los derechos. Alcance del interés
legítimo en el derecho comparado”, Cuestiones Constitucionales. Revista Mexicana de Derecho
Constitucional, México, No. 26, enero-junio 2012, pp. 423-426.
11
Ferrer Mac-Gregor, Eduardo, “Amparo colectivo en México: hacia una reforma constitucional y legal”,
en Ferrer-Mac-Gregor, Eduardo y Danés Rojas, Edgar (Coords), La protección orgánica de la
Constitución, México, UNAM-IIJ, 2011, p. 54. Para María del Pilar Hernández Martínez, el interés simple
no es todo deseo o apetito individual, sino el interés alcanzado o alcanzable por los efectos irrazonables
de una ley o de un acto administrativo. Hernández Martínez, María del Pilar,Mecanismos de tutela de los
intereses difusos y colectivos, México, UNAM-IIJ, 1997, p. 71