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Apunte de la clase sobre “La literatura como sistema”. Resúmenes de obras sobre
el tema.

Apunte de cátedra realizado por Florencia Angulo

¿Qué es un sistema?

La perspectiva sistémica, también llamada holista, surgió en la primera mitad del siglo
XX, en el campo de la biología, cuando se acentuó la visión de los organismos como
totalidades integradas. El concepto de “sistema” se refiere a un modo de pensamiento
relacional en el cual se ponen en juego las relaciones entre las partes de una
totalidad. En otras palabras, un sistema es una totalidad integrada cuyas propiedades
fundamentales surgen de las relaciones entre sus partes. Un ejemplo tomado de la
biología: las células que son sistemas, se combinan para formar tejidos, los cuales a su
vez forman órganos y éstos componen organismos o individuos. Éstos existen dentro de
ecosistemas o de sociedades o culturas.

Los organismos no son sólo miembros de comunidades ecológicas o de sociedades o


culturas, sino que también son complejos sistemas en sí mismos, autónomos pero
armónicamente integrados en el funcionamiento de la totalidad a la que pertenecen. Las
propiedades del todo emergen de las relaciones entre sus partes, pero también las
propiedades de las partes sólo pueden entenderse –de hecho, tienen sentido como
partes- desde y a partir de la organización del todo. En otras palabras: las propiedades
de las partes no son intrínsecas sino que solo se entienden dentro de la totalidad que las
incluye.

Una obra literaria también constituye un sistema autónomo, en tanto está conformada
por determinados procedimientos que la hacen única y le otorgan coherencia en sí
misma. Pero además, está en relación con otras obras literarias y en contacto con ellas,
organizan un sistema literario. Por ejemplo el sistema literario de las obras escritas en
castellano o el sistema literario latinoamericano.

Los sistemas literarios

Aportes al estudio de los sistemas literarios desde las teorías rusas

Los formalistas rusos orientaron sus estudios hacia el funcionamiento de los


mecanismos y principios de construcción del texto literario y cómo estos
mecanismos se convierten en una totalidad organizada. Este interés los llevó a
plantear las nociones de función estética (Jan Mukarovski) y poética (Roman Jakobson)
y también la de sistema literario. Tuvieron como objetivo construir una ciencia
autónoma cuyo objeto de estudio es la literatura a partir de las cualidades intrínsecas
de los materiales literarios. Boris Eichembaum dice: “el objeto de la ciencia literaria
no es la literatura sino la literariedad, es decir, lo que hace de una obra dada una obra
literaria”.
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Esta búsqueda de la especificidad, de la “esencia”, pronto encontró sus límites, pero al


mismo tiempo abrió otros campos de búsquedas. Es fundamental la investigación de
Juri Tinianov quien expresa que en cualquier definición de lo literario se debe tener en
cuenta un fenómeno básico: que en determinada época o en un espacio geográfico
dado, se les ha atribuido características literarias a ciertas obras y a otras no. Esto
quiere decir que el texto literario no debe ser visto de manera aislada ni estática sino
como parte de una totalidad más amplia y como parte de la tradición.

Juri Tinianov propone el concepto de “serie”, es decir un principio de oposición


significante. Una serie literaria se reconoce en oposición a otras series, a otros grupos o
tipos de expresiones (verbales) literarias y extraliterarias. Dice Tinianov:

“La existencia de un hecho como hecho literario depende de su cualidad diferencial (es
decir, de su correlación, sea con la serie literaria, sea con la serie extraliteraria); en otros
términos, depende de la función. Lo que es un “hecho literario” para una época será un
fenómeno lingüístico dependiente de la vida social para otra y viceversa, según el
sistema literario con referencia al cual se sitúa ese hecho.”

Los formalistas mostraron que el estudio de la obra literaria visto como sistema abre la
posibilidad de correlacionarlo con aspectos tanto sincrónicos como diacrónicos. Por
supuesto, se centraron en el descubrimiento de las regularidades internas y externas, y
utilizaron el concepto de sistema para hablar de la obra misma tanto como de las obras
en relación o correlación. Sigue diciendo Tinianov:

“¿Es posible el estudio llamado “inmanente” de la obra concebida como sistema que
ignora sus correlaciones con el sistema literario? Aislado de la obra, este estudio se basa
en una abstracción semejante a la que funda el estudio de los elementos particulares de
aquella. (…) en realidad, ni aún la literatura contemporánea puede ya ser estudiada
aisladamente.”

Así, por este camino, la definición formalista de la literatura adquiere un carácter


funcional, lo cual quiere decir que todo conjunto de elementos al que se reconoce el
atributo de literario está estructurado como un conjunto de elementos
interdependientes, en el cual el papel de cada elemento está dado por la función
que desempeña en el conjunto.

Este sistema es parte de un sistema mayor que le da sentido. No se puede entender la


literatura como una actividad aislada de la sociedad sino como uno de sus factores
constitutivos. De allí la convicción de que la literatura se encuentra inmersa en el
sistema más amplio que es la cultura.

Una respuesta que suma a los planteos realizados por los formalistas son los avances de
Mijaíl Bajtín y su grupo. Cabe aclarar que Bajtín no hablará de “sistemas” en sus
teorizaciones, sino que se refiere a “medio”.

Para Bajtín (1895-1975) “el hombre social está inmerso en fenómenos ideológicos,
rodeado de objetos y signos de diferentes tipos y categorías; de palabras, realizadas en
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las formas más heteróclitas, pronunciadas, escritas y otras; de aserciones científicas, de


símbolos y creencias religiosas; de obras de arte, etc. Todo esto constituye el medio
ideológico que rodea al hombre.

Es decir, desde la perspectiva de Bajtín, entre la obra literaria y el entorno ideológico


hay una estrecha relación ya que éste, además de manifestarse en su contenido,
ejerce una influencia formadora en la obra: la obra es parte del entorno literario, de
todas las obras literarias socialmente activas en una época y en un grupo social dado.
Por lo tanto, la obra es un elemento inseparable del entorno ideológico y dependiente de
él. En palabras de Bajtín:

“La obra literaria es parte, de forma inmediata, de un medio literario, entendido como la
totalidad de las obras literarias socialmente influyentes durante una época y para un
grupo social dado. Desde el punto de vista estrictamente histórico, una obra
literaria aislada no aparece como autónoma, y por lo mismo es un elemento
inalienable del medio literario. La obra ocupar un lugar establecido, determinado
por la influencia inmediata del medio. Pero a su vez, el medio literario es sólo un
elemento dependiente y por tanto prácticamente inseparable del medio ideológico
general de una época. La literatura, tanto en su totalidad como en cada uno de sus
elementos, ocupa cierto lugar en el medio ideológico, está orientada hacia éste y
está determinada por su influencia directa. Del mismo modo, el medio ideológico en
su totalidad y en cada uno de sus elementos, es, a su vez, un elemento igualmente
supeditado al medio socioeconómico, está determinado por éste. Obtenemos un
complejo sistema de interrelaciones e interacciones.”

Entonces, el entorno literario no es un sistema cerrado y autosuficiente; no hay


sistemas culturales cerrados puesto que la individualidad de un sistema se basa
exclusivamente en la interacción del sistema como un todo y en cada uno de sus
elementos con todos los demás sistemas en la unidad de la vida social.

En definitiva, los sistemas se intersectan y funcionan como un todo estructurado


cuyos miembros son interdependientes y en el cual están presentes opciones
diferentes que coexisten en modo simultáneo. Itamar Even-Zohar lo llamó polisistema.
Sin embargo, esa es la condición común de los sistemas, ser estructuras abiertas,
múltiples y heterogéneas, en las que concurren varias redes de relaciones;

Así, los sistemas sociales y culturales, en los que incluimos al sistema literario, son
siempre sistemas abiertos. Ya lo habían demostrado los formalistas y también el grupo
de Bajtín, que el sistema literario (formalistas) o entorno o medio literario (Bajtín)
nunca está aislado puesto que su individualidad se basa en su interacción, como un todo
y en cada una de sus partes, con todos los demás sistemas de la vida social.

Además de abiertos, los sistemas culturales son heterogéneos, quiere decir que los
diferentes estratos o niveles del sistema se encuentran actuando no de manera uniforme
sino que aparecen jerárquicamente ordenados en la totalidad que los engloba. Los
varios niveles no son fijos ni funcionan de una manera uniforme, sino que están en
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lucha permanente. Otro formalista, Viktor Shklovski, distinguió la producción de


textos en términos de la estratificación; dice que algunas propiedades de los textos
literarios se convierten en canónicas mientras otras no. Cuando habla de canónico se
refiere tanto a normas literarias como a otras que se aceptan como legítimas por los
círculos hegemónicos dentro de una cultura, normas y obras que se preservan por la
comunidad como parte de su herencia histórica. Pero el repertorio de obras del canon
no permanece fijo sino en constante mutación puesto que las obras que no están
dentro del canon ejercen una inmensa presión para entrar en él. Es esto lo que
garantiza la evolución del sistema, que al mismo tiempo es la manera de preservarlo
puesto que un sistema sin cambio y sin transformación está condenado a desaparecer.

Aportes al estudio sistémico de la literatura desde la teoría latinoamericana

La teoría literaria latinoamericana problematiza aún más el concepto de sistema:

Dice Ángel Rama:

“No estaremos en presencia de una “literatura” si sólo contamos con desperdigadas,


aisladas obras literarias, por excelentes que sean. Las obras se integrarán a un sistema en
el momento en que sean absorbidas por la crítica dentro de un discurso explicativo”

“El sistema literario no puede desglosarse del cultural, dentro del cual existe y se
fundamenta”1

Es Antonio Cornejo Polar, hacia finales de la década de 1970 el que va a problematizar


el concepto de sistema literario. Cornejo Polar se pregunta si hay una sola literatura
latinoamericana o se trata de un conjunto de genuinos sistemas literarios, con sujetos,
tiempos y espacios distintos, sistemas que mantienen entre sí relaciones contradictorias.
Advierte que ni siquiera es posible hablar de una literatura nacional –en el caso de la
literatura peruana- pues reconoce que existe una literatura hegemónica en español,
junto con literaturas populares y literaturas indígenas. Lo que lleva a otra pregunta
¿cómo conviven histórica y espacialmente varios sistemas literarios autónomos dentro
del amplio territorio de América Latina?

A continuación, transcribo algunos conceptos centrales de la reflexión que realiza


Cornejo Polar.

“Mientras no sepamos cómo funciona socialmente la literatura latinoamericana será


prácticamente imposible comprender con rigor el sentido de su desarrollo histórico y
hasta sus manifestaciones textuales concretas. La indefinición en este campo ha llevado,
por ejemplo, para señalar sólo el caso de más bulto, a privilegiar en términos absolutos
la literatura “culta”, y a remitir hacia el folclore la literatura de los estratos más
deprimidos de la sociedad latinoamericana.”

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Las citas son de Ángel Rama (1971)
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“Se cancela así un riquísimo horizonte de creación y en algunos casos se asume como
único espacio lingüístico el de las lenguas “modernas”, prescindiendo por completo de
las literaturas en lengua “nativas”, o considerándolas a la manera de estrato
arqueológico, como si efectivamente hubieran dejado de producirse a partir de la
conquista. “

“En otras palabras: la aceptación de la heterogénea multiplicidad de la literatura peruana


implica, de una parte, la reivindicación del carácter nacional y del estatuto literario de
todos los sistemas de literatura no erudita que se producen en el Perú; de otra, permite
desenmascarar la ideología discriminadora, de base clasista y étnica, que obtiene la
homogeneidad mediante la supresión de toda manifestación literaria que no pertenezca
o no pueda ser asumida con comodidad por el grupo que norma lo que es o no es
nacional y lo que es o no es literatura”

“Al margen de la diversidad diacrónica que permite la periodización del proceso


histórico de nuestra literatura, incluyendo las literaturas prehispánicas, existe una
diversidad tanto o más significativa que se despliega sobre un mismo eje temporal. Un
primer análisis de esta última permite señalar la coexistencia de no menos de tres
sistemas: el de la literatura erudita escrita en español, que es la que normalmente ha
monopolizado la denominación de literatura peruana, el de la literatura popular en
español, y el de las literaturas en lenguas nativas, donde prima con toda evidencia la
literatura oral quechua.”

“Por lo pronto, como ha quedado ya insinuado, no puede dejarse de advertir que los
varios sistemas literarios nacionales delatan una estructura social basada en la opresión
y en la dependencia, y por consiguiente se fundan en un cimiento de injusticia, pero
tampoco puede olvidarse que en los sistemas dependientes de los grupos oprimidos se
han generado respuestas culturales de extraordinario valor y dentro de ellos, tal vez
precisamente como defensa ante la explotación, se ha afirmado una identidad
absolutamente legítima.”

“Como es claro, no basta, pero es indispensable, subrayar la doble condición, nacional y


literaria, de los sistemas literarios hasta ahora marginados. Puesto que la literatura no es
más que una forma específica de la producción social, esa reivindicación dual tiene que
englobarse dentro de un proyecto general que implique la aceptación del carácter
multinacional del Perú, pero, por cierto, bajo el principio rector de la real igualdad entre
cada una de esas “naciones interiores”.

“Pero si el planteamiento teórico es relativamente claro, esto no implica, en modo


alguno, que la relación concreta será sencilla. No está definido ni remotamente el
modo como pueda investigarse sobre sistemas literarios profundamente
divergentes, que incluyen desde la oposición literatura/oralidad hasta la
realización de conceptos antagónicos acerca de lo que es o no la producción
literaria, pues la solución más expeditiva, consistente en el estudio por separado de
cada sistema, no parece ser la más correcta.”
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Cornejo Polar plantea el concepto de “literaturas heterogéneas”. Reconoce que existe


una “literatura homogénea” que es la producida y leída por escritores y lectores que
pertenecen a un mismo estrato social y que por circular en un solo espacio social tiene
un alto grado de homogeneidad. Postula la existencia de su opuesto: las literaturas
heterogéneas, caracterizadas porque poseen al menos un elemento que no coincide
con la filiación de los otros –filiación social, étnica y cultural- y crea una zona de
ambigüedad y conflicto. Ejemplos de literaturas heterogéneas serían las crónicas de la
Conquista, la literatura gauchesca y la narrativa de lo real-maravilloso.

La oralidad como sistema

Dice Herminia T. de Bellomo que se pueden considerar las producciones orales como
sistema en tanto los textos que la configuran están en relación de interacción entre ellos
y por esos vínculos van constituyendo un cuerpo; vistos en su conjunto, esos textos
conforman sistema.

La oralidad como sistema comprende varios tipos de relaciones: la de los textos entre sí,
la de los textos con otras manifestaciones de la cultura (sacralidad, mitos, ritos, etc) la
de estos textos y la realidad sociocultural en que se producen y la de los textos del
presente con los del pasado.

De estas relaciones se forma un entramado textual en el que se verifican distintos tipos


de vinculaciones intertextuales cuya manifestación prueba la continuidad del sistema,
aún en sus rupturas. Se trata de un principio de orden semiótico: red de relaciones
funcionales que mantienen los textos entre sí y con otras manifestaciones de la cultura,
dinámica en su historicidad y heterogénea en su constitución.

Este apunte es resumen de las siguientes obras

Bajtín, Mijail (Pavel N. Medvedev) (1995) El método formal en los estudios literarios.
Trad. Tatiana Bubnova, Madrid: Alianza Editorial

Cornejo Polar, Antonio (1982) “Los sistemas literarios como categorías históricas” en
Sobre literatura y crítica literaria latinoamericana. Caracas: Universidad Central de
Venezuela.

González Ochoa, César (2008) “La literatura como sistema” en Acta Poética 29.
México. UNAM.

Terrón de Bellomo, Herminia (2007) El saber de los relatos, Córdoba: Ferreyra Editor

Todorov, Tzvetan (comp.) (2008) Teoría de la literatura de los formalistas rusos,


Buenos Aires: Siglo XXI.

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