Está en la página 1de 7

La imagen de la mujer en los entremeses de Cervantes:

una aproximación hermenéutica

Carmen Elena Armijo Canto

Introducción

Es un hecho innegable que todo aquel estudioso de la obra de Miguel de Cervantes, debe
seguir dos largos caminos: en primer lugar, la lectura de la obra del gran escritor; lectura,
si bien de un clásico de la literatura universal, no por ello menos compleja; en segundo
lugar, enfrentar una abundante literatura crítica cervantina que a partir de la segunda
mitad de este siglo ha tenido un amplio desarrollo, y que de suyo constituye un capítulo
especial dentro de la cultura hispánica, alimentada no sólo por los trabajos en lengua
española, sino por el cervantismo desarrollado en lenguas de diferentes áreas geográficas
del mundo, por ejemplo: en China y en Japón.
En este fin de siglo, y de milenio, es necesario hacer un balance de los estudios
cervantinos, no sólo por saber lo que ha significado la obra de Cervantes dentro de la
cultura, sino para señalar nuevas perspectivas que nos guíen hacia esa fuente inagotable
que es la obra de Cervantes.
En este sentido, desde un punto de vista hermenéutico, los trabajos en torno a la obra
de Cervantes podrían organizarse en cinco apartados:
1) Estudio de las obras escritas en torno a la lengua literaria de Cervantes, a la que
se le han dado múltiples explicaciones: gramaticales, etimológicas, lingüísticas, etc.;
pero hace falta una síntesis que nos ofrezca una visión de la poética (teoría de la lengua
literaria) de Cervantes.
2) Un estudio del desarrollo de la teoría y crítica literaria en torno a la obra de
Cervantes, para ver de qué manera cada una de éstas, ha contribuido a la mejor com-
prensión de la obra.
3) Un conocimiento de las ideas, temas y tópicos de la literatura que Cervantes
presenta en su obra y que ha sido uno de los aspectos más elaborados dentro de la
historia literaria y que ocupa un lugar muy destacado dentro del corpus crítico en torno
a la obra cervantina.
4) Una evaluación de las teorías y métodos que se han utilizado en el estudio de la
obra de Cervantes, es decir, de las obras consideradas ejemplares en el conocimiento
de los textos de Cervantes, para establecer nuevos puntos de partida, hacia nuevos
problemas o continuar su exploración.
5) Finalmente llegar al estudio del «ethos» literario, o cosmovisión, del escritor,
realidad compleja donde se funden el hombre histórico-social que fue Miguel de Cer-
vantes, pero también el escritor, entendido como ser en el cual se amalgama una tra-

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
144 Carmen Elena Armijo

dición literaria con una visión personal de la literatura que da por resultado una obra que
es al mismo tiempo una continuación de ese hacer literario, pero al mismo tiempo una
renovación de esa tradición que reordena el mundo a través de la palabra y le da una
nueva legibilidad, gracias al nuevo sentido de la realidad que la obra produce.
El texto resultante se convierte en un nuevo referente cultural desde el cual la
realidad podría leerse, no sólo en función de la cultura, sino también en función de otros
textos, tanto de crítica y teoría literarias, como de literatura.
En fin, esta breve sinopsis de unos futuros temas de la hermenéutica literaria, tiene
como propósito señalar el objetivo de este trabajo, que se centra en el «ethos» literario
o cosmovisión de Cervantes, a partir de la imagen de la mujer presentada en sus en-
tremeses, concretamente en seis de ellos: El juez de los divorcios, El rufián viudo, La
guarda cuidadosa, El vizcaíno fingido, La cueva de Salamanca y Viejo celoso.
Para aproximarme al «ethos» cervantino, parto de una idea propuesta por don
Eugenio Asensio en su trabajo El entremés, fecundado por la novela. Cervantes1, donde
apunta: «Cervantes remoza el entremés importando en su campo temas y técnicas de
la novela» (p. 99). Pero no se trata sólo de «temas y técnicas», sino de la cosmovisión
de la novela, que les da a los entremeses esa complejidad que desde su publicación en
1615 ha despertado el interés de los lectores, aunque se trate de piezas cortas que pueden
tener una doble vía comunicativa: la representación (como parte de la comedia) o en
nuestros días con carácter autónomo, y a través de la lectura, como texto escrito, sobre
el que hace énfasis Cervantes y pide prestar atención. El entremés, entonces, apunta
hacia la cosmovisión novelística y proyecta el «ethos» literario de Cervantes, tanto
escritor como hombre de principios del siglo XVII. Así la imagen de la mujer se
convierte en un punto de referencia para acercarnos hacia esa compleja mirada de
Cervantes a su mundo histórico, social, cultural y económico.
Dos han sido las constantes utilizadas por la crítica literaria cervantina para inter-
pretar los entremeses.
La primera puede ser ejemplificada en la «Introducción» que don Eugenio Asensio
hace de los entremeses2. El contexto del desarrollo del teatro de Lope de Rueda a
Quiñones de Benavente sirve para explicar el valor del entremés, la aportación de
Cervantes al arte teatral resulta significativa, no sólo por la re-elaboración de los temas,
el manejo de un material folclórico y el lenguaje teatral, sino por la profundidad de la
visión del mundo que Asensio atribuye a la incorporación de las técnicas novelísticas.
La segunda corresponde a la interpretación de los entremeses, en función del contex-
to histórico, político, social y económico de la España de principios del siglo XVII;
ejemplo de ello es la «Introducción» a los entremeses de Nicholas Spadaccini3. Los

1 Cap. IV, de su Itinerario del entremés. Desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente. Con cinco
entremeses de D. Feo. de Quevedo, Madrid, Gredos, 2a ed., 1971.
2 Madrid, Castalia, 1970, 7-49.
3 Madrid, Cátedra, 1985, 13-74.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
La imagen de la mujer en los entremeses de Cervantes: una aproximación... 145

entremeses son un reflejo de las contradicciones en todos los órdenes de la España de


fines del siglo XVI y principios del XVII.
Tal vez la desventaja de esta interpretación la constituye el convertir a Cervantes
en historiador, sociólogo, antropólogo, economista en sentido moderno (siglo XIX)
«avant la lettre», y que la visión de Cervantes, que apunta hacia lo metañsico (con todo
lo que ello implica) se reduzca a una visión de lo inmediato, lo aparencial, como si su
obra sólo tuviera una intención realista en el sentido que esta palabra tuvo en el siglo
XIX y que pasó con fortuna crítica al siglo XX, olvidando el carácter simbólico del arte,
tanto de lo que hemos denominado arte del Renacimiento como del arte Barroco.
Indudablemente que una lectura realista o idealista de los entremeses es válida, pues toda
cultura proyecta sobre las obras del pasado sus principios hermenéuticos, pero ello no
quiere decir, que ambas instancias agoten la interpretación de la obra de arte, así en el
caso de la obra de Cervantes encontramos la presencia de un complejo simbólico que
no se agota en los referentes inmediatos: históricos y en los referentes culturales: ideas.
Cervantes los amalgama y a través de su texto los explora y al igual que sus Novelas
ejemplares, dota sus textos de un misterio que nos admira.
Podemos partir de esta doble perspectiva: realista (material e ideal) para acercarnos
a la intención cervantina.
El mundo social que le toca vivir a Cervantes es un mundo en crisis. El cerrar las
puertas al desarrollo mercantilista burgués, por parte de la monarquía imperial, primero
en lo económico y luego en lo cultural, significó, a la larga, un retroceso para España,
cuyas consecuencias tardarían todavía en verse un siglo después, siglo XVII. En ese
lapso, la vuelta al pasado: como recuperación de una forma de vida histórica ya con-
cluida en muchos aspectos (la llamada Edad Media) parecía o pareció a los ojos de los
españoles el cumplimiento de la utopía imperial que tan altos costos iba a tener.
El imperio se dio a la tarea de construir una realidad al margen de las transformacio-
nes histórico-sociales que se sucedían en gran parte de Europa expresadas a través de
profundos cambios políticos, sociales, religiosos y culturales. La realidad española que
buscó no contaminarse con la realidad que edificaban la ciencia y la economía en los
países no católicos, hizo del mundo un sueño y quienes se aventuraban a ese sueño
vivían engañados y quienes vivían la vida como sueño eran quienes en verdad existían:
los «desengañados». Una verdadera paradoja. Rechazar la vida que es sueño fue la tarea
del arte. El arte al servicio del dogma. A principios del siglo XVII, el racionalismo,
propuesto por Descartes tiende a rechazar esta metafísica escolástica.
La realidad del mensaje artístico católico ahora con la realidad inmediata del sujeto.
Las grandes propuestas ideológicas se fracturan: honor, honra, imperio, religión, clases
sociales. La economía se impone al espíritu, el mundo social que trata de trasgredir el
orden providencial (el mundo de la picaresca) deja de ser visible, porque muestra que
las fronteras entre el ser y el no ser social se pierden: los nobles gustan de la vida
picaresca y los picaros de la vida noble, ya no sólo en el mensaje literario sino en la
realidad social.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
146 Carmen Elena Armijo

La metafísica, que el neo-escolasticismo emanado de Trento ha construido, comienza


a fracturarse. El arte deja de apuntalar esa visión espiritual que ordena y condena al
mundo material. Los cuerpos se rebelan y el espíritu cede a las tentaciones: la sexualidad
se apodera de los hombres y los valores del mundo comienzan a mostrarse.
Nadie como Quevedo, con su obra, trata de advertir de ese caos. Los sueños se
comienzan a volver una realidad.
El mundo ya «es» lo que parece. Cervantes, al que por su vivir (1547-1616) le toca
participar en este trastorno metafísico, todavía tiene esperanzas en una transformación
espiritual conforme a la visión humanista expresada en su obra ¿ a galatea, pero confor-
me pasa el tiempo y su existencia padece la crisis del Imperio; la expresión de su
experiencia a través de la literatura va a dejar constancia de esta fractura metafísica.
Su gran novela Don Quijote, expresa la quiebra de la esperanza humanista (religión
incluida) de transformar el mundo conforme a una metafísica sustentada en el espíritu
del mundo clásico, humanismo italiano e ideales judeo-cristianos4 y muestra la caída
de la escenografía imperial y el triunfo de una realidad que, por carecer de espíritu, es
grotesca, ridicula, escatológica, pero humana al fin. Cervantes no condena esta realidad,
que en términos generales se denomina picaresca, sino que la observa, ya próximo su
fin, su muerte, con un profundo sentido humano, así, el mundo sin sustento metafísico-
moral, es un mundo picaresco, pero al fin humano.
En los entremeses, Cervantes sigue las convenciones de un género y una tradición
teatral, pero logra suspender la mirada condenatoria que el entremés como obra cómica
ofrece (por su carácter carnavalesco) y de manera comprensiva observa a sus criaturas
como seres humanos, cuya vida puede ser condenable, pero a fin de cuentas esa es la
vida humana.
La imagen de la mujer que los entremeses nos proponen nos puede guiar hacia esta
mirada humana de Cervantes.
Como ya advertíamos, todo gran escritor, es heredero de una tradición (un saber
literario) que se remonta a la Antigua Grecia, se continúa en la Antigua Roma, se
desarrolla en la Edad Media, junto con la tradición judeo-cristiana y en España se
conjuga con la tradición oriental. En este sentido, Cervantes se convierte en el escritor
que con su obra comienza una amalgama de tradiciones, además de su renovación, ya
que consigue desarrollar ambas tradiciones, desde un punto de vista personal, colocándo-
las en el umbral de los tiempos modernos (siglos XVI y XVII).
Así la obra de Cervantes se convierte en una de las más importantes claves para
interpretar el desarrollo de la modernidad a partir del antagonismo entre racionalidad
e imaginación y la manera como estos aspectos determinan la existencia humana.
En sus entremeses, Cervantes nos ofrece una imagen de la mujer que se fundamenta
en la tradición literaria occidental, que se nutre de múltiples elementos y que le sirven
para articular una doble propuesta ideológica (valorativa) de la mujer, por un lado, la

4 Vid. Marcel Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, México,
Fondo de Cultura Económica, 2 a ed., 1966.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
La imagen de la mujer en los entremeses de Cervantes: una aproximación... 147

idea humanista de la mujer como símbolo del Eros que mueve al cosmos, y por otro la
visión medieval escolástica de la mujer, con su gran peso misógino, debido a múltiples
factores ideológico-religiosos. Esta doble identidad queda expresada en la presencia-
ausencia de Dulcinea-Aldonza, en su gran novela, obra en la cual, a lo largo de su
desarrollo, Cervantes como narrador en sus diferentes identidades, pone en boca de sus
personajes, diferentes ideas sobre la mujer5.
En el Quijote, podemos encontrar a varios personajes que expresan las siguientes
ideas sobre la mujer:

la mujer es animal imperfecto, y que no se le han de poner em-


barazos donde tropiece y caiga, sino quitárselos y despejalle el
camino de cualquier inconveniente, para que sin pesadumbre corra
ligera a alcanzar la perfección que le falta, que consiste en el ser

O «¿quién hay en el mundo que se pueda alabar que ha penetrado y sabido el confu-
so pensamiento y condición mudable de una mujer»7.
Las citas podrían alargarse, lo cual confirmaría que Cervantes en su obra nos ofrece
un caleidoscopio de ideas en torno a la mujer desarrolladas dentro de la cultura española
a fines del siglo XVI y principios del XVII. Ideas que se ofrecen al lector para que éste
entienda y comprenda la realidad femenina. Sin embargo, a lo largo de la novela, el
lector asiste a un enjuiciamiento de las taxonomías que califican a la mujer por la
realidad que se resiste y rechaza a este enmascaramiento ideológico, y obliga a poner
en suspenso la determinación ideológica para darnos cuenta como lectores, de que la
realidad no puede ser subordinada a marcos ideológicos, culturales. La realidad es puesta
en libertad, hay que mirarla y entenderla de otra manera, tal es la tarea de la literatura
que propone Cervantes.
En los entremeses, las mujeres que piden el divorcio, son mujeres que se construyen
a partir de una tradición literaria, pero también expresan una realidad histórico-social
que no es solamente mostrada con su sentido carnavalesco, sino que es una realidad que
se impone dentro del mundo social y que reclama su reconocimiento.
Cervantes, como dramaturgo, nos presenta un mundo que parece marginal dentro
de la realidad social española construida por la monarquía, pero que sin embargo
reclama su identidad como parte de esa realidad social. Los personajes dramáticos de
Cervantes, también son de novela, en el sentido original, de novedad, de relato de un
acontecimiento digno de ser contado por primera" vez por medio del cual se fija su

Esto no significa que el escritor -Cervantes- sea el responsable directo de esa afirmación como suele
presentarse a menudo, sino que, los personajes manifiestan múltiples puntos de vista que una sociedad
tiene sobre la mujer en función de los valores que conforman la cultura.
Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, ed. de Luis Andrés
Murillo.Vol. I, Madrid, Castalia, 1978,408.
ídem, 337.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
148 Carmen Elena Armijo

existencia en el tiempo humano: memoria e imaginación. Los personajes femeninos


construidos a partir de la tradición narrativa de la picaresca, que Cervantes nos presenta
en el Rufián viudo, no son sólo mujeres de una marginalídad social presentada con
carácter carnavalesco, sino existencias que son reales, que ya no pueden ser asumidas
como no existentes, reclaman su identidad, al igual que el mundo material que la
Monarquía y la Iglesia rechazan y condenan.
La guarda cuidadosa no es sólo la actualización de un topos literario de origen
medieval, Cristina, el personaje femenino, no sólo es una mujer que rompe con la
posibilidad ante la propuesta matrimonial, sino que, simboliza un orden femenino que
busca expresar su identidad en un orden masculino sintetizado en el mundo de las armas
y las letras (Monarquía e Iglesia). La mujer se rebela a ser sometida a tal orden sin su
consentimiento. Esta conducta, expresión de la conciencia de la existencia femenina en
un mundo masculino, es la que nos revela Cervantes y hace del entremés un puente entre
el mundo teatral (fingido) y el mundo novelesco (emerger de la nueva realidad social),
pese a los rechazos y negaciones del poder.
En El vizcaíno fingido, la realidad cortesana de la mujer compite con el mundo
cortesano masculino. Cervantes pone de manifiesto, una nueva conducta femenina que
podrá ser cuestionada desde la perspectiva del orden social masculino, pero revela ese
emerger de un mundo femenino, aunque de intención picaresca, como forma de competir
con el mundo masculino, también picaresco.
En La cueva de Salamanca y El viejo celoso, la infidelidad de las mujeres, doña
Leonarda y doña Lorenza no es solamente la expresión de un tema literario de amplia
tradición en Europa, sino que sirve a Cervantes para presentar una lucha de un orden
femenino contra un orden masculino, no sólo como un conflicto de parejas.
Cervantes no toma partido, no moraliza, simplemente, muestra una compleja
realidad, la novela, dentro de una representación, en donde el sentido de la rebeldía de
las mujeres, el lector de su época lo percibe porque el referente de los matrimonios de
jóvenes con viejos ricos o rústicos con dinero es una realidad a la que las mujeres
comienzan a manifestar su rechazo.

Conclusión

En sus entremeses, Cervantes, al presentarnos la imagen de la mujer, no sólo


desarrolla una tradición literaria y a través de ella articula una realidad social cada vez
más documentada por la crítica cervantina, sino que además, y en esto está su gran
mérito y actualidad, pone de relieve la existencia de un orden femenino que comienza
a estar en antagonismo con un orden masculino, no sólo oponiéndose a éste, sino
reconciliando su existencia, es decir la existencia de un orden femenino, libre de la
esfera de la dominación del poder (religioso y político) en el cual la mujer tiene o debe
tener, al igual que el hombre, la posibilidad de alcanzar la libertad.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...
La imagen de la mujer en los entremeses de Cervantes: una aproximación... 149

Si los entremeses continúan siendo valiosos para nuestra cultura, no es sólo por su
valor histórico intrínseco, sino porque hoy, a ñn de siglo, la lucha por la libertad por
parte de las mujeres sigue siendo uno de los aspectos de nuestra realidad histórico-social
que sigue vigente y que Cervantes pudo mostrar a través de su obra literaria.

AISO. Actas V (1999). Carmen Elena ARMIJO CANTO. La imagen de la mujer en los en...

También podría gustarte