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FACULTAD DE HUMANIDADES
NICOLÁS MAQUIAVELO
EL PRÍNCIPE
Ensayo
Nos encontramos ante El Príncipe, obra escrita por Nicolás Maquiavelo en 1513,
aunque publicada en 1531 de manera póstuma. Este libro que nos disponemos a comentar se
trata de un tratado que pretende inaugurar a inicios del siglo XVI una nueva ciencia: la política.
Su principal tema es sobre cómo un dirigente debe desarrollar la acción política para conservar
y aumentar su poder. El objetivo, sin embargo, es la busca de la regeneración política de la
Península Itálica totalmente deteriorada por la acción de los ejércitos del Papa, de Francia y de
España.
2. Desarrollo
La idea principal de esta selección de capítulos son las recomendaciones que hace el
autor al gobernante sobre las decisiones que debe tomar para conservar y aumentar su poder.
En concreto, Maquiavelo se centra en 3 aspectos principalmente: el primero, relativo a cómo
debe actuar el gobernante en los diferentes tipos de principados: hereditarios, mixtos o nuevos;
el segundo, sobre cómo debe organizar el ejército; y tercero y último, respectivo a cómo debe
este hacer la guerra.
Los principales cimientos y fundamentos de todos los Estados consisten en las buenas
leyes y las buenas armas. Y como la una no existe sin la otra y viceversa, Maquiavelo no habla
únicamente de las armas, de cuántos son los géneros de tropas y sobre los soldados
mercenarios. Dice este que las tropas con que un príncipe defiende su Estado pueden serle
propias o mercenarias, auxiliares o mixtas. Las mercenarias y auxiliares son útiles y peligrosas,
y si uno tiene apoyado su Estado sobre armas mercenarias, jamás estará firme y seguro, pues
estas tropas carecen de unidad, son ambiciosas, sin disciplina y desleales. El único remedio
posible que el autor ve a esta dificultad es que el príncipe vaya con ellas en persona y ejerza el
oficio de jefe y capitán de las mismas. Como ejemplo de tropas mercenarias en la Antigüedad,
tenemos a los cartaginenses, quienes al acabar la primera guerra contra los romanos estuvieron
a punto de ser sometidos por sus propios soldados mercenarios, a pesar de que al frene de ellos
se encontraban ciudadanos cartaginenses.
Por su parte, las tropas auxiliares son otras dentro de las que Maquiavelo clasifica como
“tropas inútiles”. Se trata del ejército de terceras personas a las que se les reclama apoyo en la
guerra. El ejemplo que el texto proporciona es el del papa Julio cuando se benefició de la ayuda
de las tropas de Fernando, rey de España tras un acuerdo entre ambos. El texto nos aclara que
estas sueles ser útiles, pero casi siempre perjudiciales, ya que, en caso de pérdida, quedas
deshecho, y en caso de victoria, te conviertes en prisionero suyo. El consejo del autor a seguir
es que, como hacen los príncipes prudentes, lo ideal es evitar siempre este tipo de tropas y
recurrir a las de uno mismo, prefiriendo perder con las propias a vencer con la de otro. Aquí,
pone el ejemplo de César Borgia y sus acciones en la Romaña.
3. Conclusión
Deducimos por lo tanto que, en general, hay dos modelos de político enfrentados en El
Príncipe. Uno de ellos atribuido a Cesar Borgia; un modelo de buenas intenciones, pero que,
según Maquiavelo, conduce al fracaso, ya que es un modelo que no supo adaptarse a las
circunstancias, además de ser uno en el que se toman decisiones equivocadas. El otro modelo
es el correspondiente a Fernando de Aragón “El Católico”. Este sí es considerado por el autor
un modelo digno de imitar, además de poseer notable éxito, ya que este era un monarca
ejemplar.
Por otro lado, hay dos conceptos fundamentales para los gobernantes: “Virtud” y
“Fortuna”, y según Maquiavelo, de la combinación de ambos se obtiene el éxito. De esta
manera, la “virtud” se identifica con la inteligencia que posee el gobernante para adaptarse a la
realidad de la situación política; este proceso de adaptación garantiza el éxito del gobernante,
es decir, la buena fortuna. Por su parte, la “fortuna”, buena o mala, depende de la virtud
(inteligencia) del gobernante. La realidad le lleva a reconocer a Maquiavelo que Cesar Borgia
no tuvo la virtud suficiente para garantizarse una buena fortuna.
Finalmente, llegamos a la conclusión de que, para ser un buen príncipe debes adaptarte
a las situaciones que tu principado requiere, dependiendo de si posees uno hereditario, nuevo
o mixto. Además, lo ideal es valerse por sí mismo con la ayuda del propio ejército de uno, y
no ayudarse de soldados mercenarios ni ejércitos auxiliares, ya que pueden ser beneficiosos y
eficaces en un momento determinado, pero unos lastres enormes en el futuro. Por último, para
triunfar en la guerra, un príncipe debe tener otro objeto más que la guerra y lo que a ella
concierne, por lo que este debe renunciar a asuntos no trascendentales que puedan interferir en
su necesaria relación con el arte de la guerra.