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Política Petrolera

El exceso de renta petrolera tiende a producir una tasa de cambio crónicamente


sobrevaluada que penaliza el desarrollo del resto de los sectores productores de
bienes exportables o importables, que no pueden existir si no a punta de grandes
subsidios o niveles excesivos de protección. En el largo plazo, si la renta se
expande, el crecimiento de la economía solo podrá originarse en el propio sector
petrolero y en los sectores que típicamente producen para el mercado interno
como la construcción y algunos servicios. En cambio, si la renta es volátil (léase, si
los precios del petróleo son volátiles), no habrá posibilidades de crecimiento
dentro de un esquema de políticas proteccionistas y de subsidios, precisamente
porque éstas, conjuntamente con la crónica sobrevaluación de la moneda,
condenan a la ineficiencia y al estancamiento a los sectores productores de bienes
comercializables internacionalmente que potencialmente serían los más dinámicos
para impulsar el crecimiento, empleo y desarrollo de la economía en el largo plazo.
Por estas razones, en medio de una renta sostenidamente en expansión, la
economía venezolana pudo crecer desde los años 40 a los años 70 con altos
niveles de protección e ineficiencias. Por las mismas razones, en medio de una
alta volatilidad de la renta, la economía se ha contraído y ha terminado
produciendo altos niveles de desempleo y empobrecimiento en las últimas dos
décadas.

Estas consideraciones teóricas y la experiencia histórica concreta nos indican que


la política petrolera eficiente para Venezuela no es aquella que maximiza la renta
petrolera, si no aquella que, en conjunción con una política económica integral,
sea capaz de impulsar el máximo crecimiento de los distintos sectores productivos
de su economía en el largo plazo. Es decir, la política petrolera debe entenderse
como un capítulo de la política económica global para impulsar el desarrollo
integral de nuestra economía.

Política monetaria

La política monetaria es el conjunto de instrumentos utilizados por el banco central


de Venezuela para hacer variar la cantidad de dinero presente en la economía a
fin de influir directamente sobre el valor de la divisa nacional, sobre la producción,
la inversión, el consumo y la inflación.

La política monetaria, cuyo objetivo es sostener la actividad económica


proporcionando a los agentes financieros la liquidez y los créditos bancarios
indispensables para consumir, invertir y producir, no debe mostrarse demasiado
restrictiva, porque correría el riesgo de bloquear el crecimiento económico, ni
excesivamente expansionista, porque en la medida en que tal situación ocurriese
favorecería el aumento de la inflación (el alza generalizada de los precios), al
inyectar demasiado poder adquisitivo en una economía que no dispone de una
estructura de producción adecuada para responder a un déficit de la oferta de
producción, no se podrá contar con los bienes suficientes para satisfacer la
demanda.

La política monetaria tiene como función principal procurar el crecimiento


económico, el control de la inflación y la defensa del valor de la divisa nacional con
relación a otras divisas extranjeras. En la práctica, para alcanzar estos fines es
necesario establecer una serie de objetivos intermedios, directamente controlables
por el organismo emisor. La masa monetaria es el objetivo cuantitativo más
vigilado.

El banco central de Venezuela fija todos los años el tipo de crecimiento de uno de
sus agregados y utiliza los instrumentos a su disposición para que no se
sobrepase ese tipo. Los tipos de interés son también elementos esenciales de una
política monetaria. Sus movimientos al alza o a la baja influyen en la inversión y en
el consumo, mediante la orientación de los créditos.

Política Fiscal en Venezuela.

Lamentablemente para nuestro país, la política fiscal ha sido mal llevada a lo largo
de muchos períodos gubernamentales, uno y otro gobierno han tratado de
implantar paquetes económicos que reactiven la economía venezolana, pero
lamentablemente fallan al no poder controlar el Gasto Público y mucho menos se
ha creado una cultura tributaria en los ciudadanos y empresas Venezolanas.

Durante los períodos de bonanza petrolera que vivía el país y hasta la llegada del
viernes negro, la costumbre por parte de los gobiernos; era tener un enorme gasto
público producto de un abultado número de subsidios y regalías; y una política de
endeudamiento demasiado arriesgada, y como los ingresos por concepto de
exportaciones petroleras eran suficientes para cubrir el gasto público, realmente
no se desarrolló nunca una política económica y menos una política tributaria
eficiente y adaptada a la realidad del país y modernizada. La modernización llegó
muy tarde, hace apenas unos 15 o 20 años los instrumentos fiscales utilizados en
las políticas económicas eran pocos, mal implantados y muy difíciles de controlar,
obteniéndose una gran perdida por los altos niveles de evasión fiscal que se
presentaban.

Luego del viernes negro, y por causa de políticas económicas que no han sido
diseñadas para adaptarse a la realidad de nuestro país, la política fiscal ha sido
mal planteada y mal ejecutada. Se ha intentado aplicar serias medidas en materia
económica pero han perdido efecto; primero por falta de continuidad en las
políticas aplicadas, es decir, muchas veces dentro de un mismo periodo
gubernamental hemos visto cambios en las políticas aplicadas, y apenas toman
control los nuevos gobiernos inmediatamente son cambiados los planes
económicos, con esto solo se logra un sistema inestable que no es capaz de
asimilar un lineamiento cuando se le impone una nueva dirección. En segundo
lugar por carecer de un planteamiento que busque primero, controlar el gasto
público a través del mejoramiento y simplificación del sector público y crear un
Sistema Tributario eficiente, para luego poco a poco pero con paso firme y
sostenido lograr la reactivación económica que tanto requiere Venezuela.

En Venezuela, la posibilidad de un Estado como el que tuvimos en las últimas


décadas ya no es viable, por la sencilla razón de que el país no se puede permitir
ese lujo. La sinceración de la economía es y seguirá siendo la única salida. Los
controles excesivos, los subsidios, el proteccionismo, el paternalismo estatal y el
Estado empresario, conllevan altos grados de ineficiencia y terminan imponiendo
un elevado costo a la sociedad. Esos costos tienen que salir de alguna parte
(endeudamiento). Las políticas económicas que caracterizaron la política
económica venezolana entre 1974 y 1994 arrojaron una hiperinflación alimentada
por un drástico y continuado deterioro en el valor de nuestro signo monetario.

Política Cambiaria

Para estos casos encontramos que la política cambiaria funge como un elemento
primordial en la economía de un país, y en sus relaciones internacionales ya que
define claramente estrategias de negocio e inversión que influyen directamente en
la ecuación del producto interno Bruto, debido a que dependiendo de estas variara
no solo el nivel de exportaciones e importaciones si no las políticas de inversión y
las fugas de capitales en divisas de monedas más fuertes.

En el caso Venezolano se escucha constantemente decir a los empresarios que


nuestra moneda presenta en estos momentos una sobre valoración, lo que afecta
notoriamente el nivel de ingresos por concepto de exportaciones, y favorece a las
importaciones, lo que claramente pone en desventaja a la producción local
desfavoreciendo los ingresos por exportaciones y favoreciendo los productos
importados Vs. Los producidos en el país, pese a que el estado controla esta
situación con aranceles de nacionalización e importaciones como herramienta
para mantener la paridad del mercado nacional con el mercado internacional.

Política internacional
La integración Latinoamericana ha constituido uno de los objetivos centrales de la
política exterior venezolana; de hecho, tanto en la constitución de 1961 como en la
de 1999, se contempla dicha integración como un objetivo prioritario del estado
venezolano.

La relación de Venezuela con los Estados Unidos ha sido una de las


preocupaciones fundamentales en la política exterior desde el Gobierno de
Betancourt y hasta el día de hoy. Este país es el primer socio comercial de
Venezuela, punto de origen de casi todas las importaciones y principal destino de
los productos comerciales venezolanos.

En todo momento Venezuela ha mantenido una postura pacífica ante la


comunidad internacional, sin verse envuelta nunca en conflictos armados
internacionales. En ese sentido vale la pena mencionar que Venezuela ha
participado en distintas partes de América en misiones de Paz y de Ayuda
Humanitaria, en casos de Guerras ó desastres naturales.

Venezuela ha ratificado la inmensa mayoría de los tratados y convenios


internacionales en materia ambiental, de desarme y no proliferación de Armas, de
ayuda y cooperación económica, así como en materia de derechos Humanos y
respeto a la propiedad.

Estimular la democratización de la sociedad internacional, con el fin de alentar la


acción concertada de los países en desarrollo, al igual que la solidaridad y la
cooperación entre los distintos actores del sistema internacional.

Promover la integración latinoamericana y caribeña, para afrontar con mayor


empuje las desigualdades sociales y los profundos niveles de pobreza que afectan
a los países de la región.

Consolidar y diversificar las relaciones internacionales, robusteciendo la


cooperación Sur – Sur y ampliando las relaciones con otras regiones y países.

Fortalecer el posicionamiento de Venezuela en la economía internacional.

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