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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

CULPABILIDAD
CURSO: DERCHO PENAL

DOCENTE: MARIA EUGENIA


ZEVALLOS LOYAGA

INTEGRANTES: MARTINEZ RUESTA,


SAMANTHA
MOTA SOLORZANO LINA
GARCIA REYES MARICLAUDIA

CICLO: II

Chimbote - 2017
DEDICATORIA

Primeramente a dios por habernos permitido llegar hasta este punto y habernos dado
salud, ser el manantial de vida y darnos lo necesario para seguir adelante día a día para
lograr nuestros objetivos, además de su infinita bondad y amor.

Con todo nuestro cariño a nuestra querida Profesora MARIA EUGENIA ZEVALLOS
LOYAGA que durante este tiempo nos ha brindado un apoyo mutuo e incondicional
brindándonos una educación de calidad orientándonos, así como también brindándonos
confianza para seguir adelante como futuros profesionales.

A nuestros padres y familiares que siempre están preocupándose para ser cada día
mejores brindándonos su confianza, cariño, amor y también en los emocional y
económico y así lograr nuestros objetivos.
AGRADECIMIENTO

Con todo nuestro cariño a nuestra querida profesora Margarita Esther Narro Díaz que
durante este tiempo nos ha brindado un apoyo mutuo e incondicional brindándonos una
educación de calidad orientándonos, así como también brindándonos confianza para
seguir adelante como futuras profesionales.

Esta monografía la dedicamos a Dios, porque nos ha permitido seguir adelante


guiándonos en los momentos difíciles al transcurso de nuestra vida.
INDICE

DEDICATORIA......................................................................................................................2

AGRADECIMIENTO............................................................................................................3

INTRODUCCION...................................................................................................................5

MARCO TEORICO...............................................................................................................6

I. CAPITULO I........................................................................................................6

1. Concepto:...............................................................................................................6

1.1 La Culpabilidad Como Principio:.................................................................7

1.2 El Principio de Legalidad:..............................................................................7

1.3 Principio de la medida de la culpa es la medida de la pena........................9

2. Estructura De La Culpabilidad:.............................................................................14

2.1 La imputabilidad...................................................................................................15

2.2 La conciencia de antijuridicidad.......................................................................15

2.3 La exigibilidad de actuar de forma diferente..................................................16

II. CAPÍTULO II............................................................................................................16

2.1 El Delito Culposo de Comisión...............................................................................16

2.2 Criterios de Definición..............................................................................................17

2.2.1 Criterio objetivo.................................................................................................17

2.2.2 Criterio subjetivo...............................................................................................17

2.3 La Infracción Del Deber De Cuidado (Previsibilidad).......................................17

2.4 El Riesgo Permitido...................................................................................................17

2.5 La Imputación Objetiva Del Resultado................................................................18

CONCLUSIONES............................................................................................................19

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.........................................................................20

RESUMEN GENERAL..................................................................................................21
INTRODUCCION

La evolución de la culpabilidad se remonta de la Grecia antigua hasta nuestros


días. El concepto de culpabilidad aun es una de las interrogantes del derecho penal. Se
confrontan una diversidad de conceptos.

Según el diccionario de la lengua española, culpabilidad es "la calidad de ser


culpable", un presupuesto de la pena, el delincuente es considerado por el Derecho
Penal como una persona cuya responsabilidad jurídica está compuesta por el acto
cometido y por la actitud interna que lo condujo a obrar de tal modo, la calificación de
una conducta como típica y antijurídica expresa solamente que el hecho realizado por el
autor es desaprobado por el Derecho o el origen en procesos psíquicos internos
del hombre, por eso existe una causalidad ética y psicológica entre el sujeto y el acto, de
modo que, aún no se ha podido determinar un concepto exacto.

A través de la presente investigación se busca reforzar  conocimientos referentes a


las Culpabilidad, el cual conforma el quinto elemento del delito, e indica la exigencia de
una relación psíquica entre el sujeto y su hecho, siendo el conjunto de presupuestos que
fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica; así como sus
Causas, que son los medios capaces de anular o neutralizar, el acto típicamente
antijurídico que haya realizado una persona.

En la presente Investigación  se describirá a describir la culpabilidad, sus


teorías que postulan un tratamiento diverso al error del tipo y al error de prohibición, se
denominan Teorías de la Culpabilidad, se desarrollan con el Finalismo y aparecen como
contrarias a la Teoría del Dolo.
MARCO TEORICO
I. CAPITULO I
1. Concepto:
 Reyes (1999),  lo define como: “La ejecución de un hecho típico y antijurídico
por alguien que lo hizo como resultado de operación mental en la que
intervinieron consciente y libremente las esferas intelectiva, afectiva y volitiva
de su personalidad” (p.98).
 Treviño (1998): concluye que  la culpabilidad: “Es el elemento subjetivo del
delito y el eslabón que asocia lo material del acontecimiento típico y antijurídico
con la subjetividad del autor de la conducta” (p.122).
 De Asúa (2009): define  la culpabilidad como: “El conjunto de presupuestos que
fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica. (p.495).
La culpabilidad consiste en el reproche que se dirige al individuo por  haber
observado un comportamiento psicológico contrario al deber, por haberse
determinado a un comportamiento socialmente dañoso en contra de las
exigencias de la norma que le imponía adecuar su conducta a sus prescripciones.
Ahora bien, precisado que la culpabilidad consiste en un reproche, en un juicio
de valor que se dirige al sujeto en razón de la contrariedad del deber de su
comportamiento, debe señalarse que tal juicio es objetivo, a cargo del
ordenamiento jurídico y del juez y no del propio sujeto y que se trata de un
juicio por el cual a luz de la norma penal se considera la actitud interior del
individuo como disconforme con las exigencias de la norma; se le reprocha no
haberse comportado con el deber impuesto sino en forma contraria a la exigida.
1.1 La Culpabilidad Como Principio:
Se puede ver de las siguientes ópticas:

 Únicamente puede ser objeto de sanciones los individuos que pueden


comprender lo injusto del hecho que realizan. Además que su voluntad se
fundamenta en esa comprensión, lo cual implica la idea de responsabilidad.
 El principio de culpabilidad reúne también el concepto de Derecho Penal de acto
de conformidad con el cual ni interesa la personalidad del autor, sino que
importa el hecho delictivo que realiza. Se extrae del aforismo "nulla poena sine
culpa", por lo cual de conformidad con éste principio, no se puede castigar a un
sujeto que actúe sin culpa. Además implica que la pena tiene como límite la
culpabilidad. Es decir la sanción no podría ser superior a la culpabilidad del
hecho.
 El principio de culpabilidad no requiere de fundamentación, pero que sí la
requieren las limitaciones a la imputación o responsabilización que el principio
envuelve.
 El  principio de No hay pena sin culpabilidad. 
 El principio de La medida de la culpabilidad es la medida de la pena

1.2 El Principio de Legalidad:

El principal fundamento del derecho penal moderno, que la consagra al justiciable la


seguridad de que no será juzgado por delitos inexistentes ni sancionado con penas no
determinadas en la ley, es el nombrado principio de legalidad. Este principio (nulla
crimen, nulla poema sine lege). Por su significación y trascendencia se encuentra
acreditado en el primer artículo del libro primero (de la Aplicación de la Ley Penal) de
la Ley Sustantiva Penal Venezolana: “Nadie podrá ser castigado por un hecho que no
estuviere expresamente previsto como no punible por la ley, ni con penas que ella no
hubiere establecido previamente. Los hechos punibles se dividen en delitos y
faltas”.  En otras palabras, están prohibidas, las penas retroactivas, así como las que se
pudiera aplicar por analogía (interpretación analógica de la ley). Por demás, es
apropiado mencionar que este aforismo legal es una expresión original del filósofo y
jurista alemán, Paul Johann Anselm Von Feuerbach (1755-1833).  
El estado tiene derecho a crear las conductas que considere delictivas; y fijar las penas
correspondientes; empero, está obligado a respectar, además, la dignidad de las
personas; y proteger sus bienes materiales y no permitir de ningún modo se quebranten
sus derechos fundamentales.  Esa y no otra es la manifestación pura de un real y
efectivo Estado democrático y social de Derecho y de Justicia.
La retroactividad penal no es aplicable al justiciable, salvo que sea para su beneficio (art
24 C.R.B.V).

El imputado acusado tiene derecho a ser juzgado por su juez natural; a que se acate el
estado axiomático y jurídico de su inocencia; y  que dicho juez conocerá solamente de
conductas y penas previamente instituidas por el Estado y la ley penal.
El Principio de Legalidad se encuentra asentado en la Declaración  Universal de los
Derechos Humanos. Art 11º inciso 2: nadie será condenado por actos u omisiones que
en el momento de cometerse no fueren delictivos según el Derecho nacional e
internacional. Tampoco se impondrá penas más graves que la aplicable en el momento
de la comisión del delito.

Principio de Legalidad sobre Derechos Humanos; art. 9 nadie puede ser condenado  por
acciones u omisiones que en el momento de cometerse no fueren delictivos según el
derecho aplicable. Tampoco se puede imponer pena más grave que la aplicable en el
momento de la comisión del delito. Si con posterioridad  a la comisión de un delito la
ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se beneficiara de ello.
Según Cabanella (1976) define principio. “Como el primer instante del ser, de la
existencia de la vida, razón, fundamento, origen”. (p.54)
El máximo principio que consagra la legitimidad y legalidad del derecho penal es el
aforismo del nullum crimen, nula poena sine praevia lege.

Fernando,  (1989). Señala que “el principio de legalidad de los delitos y de las


penas es el supremo postulado político criminal del derecho penal moderno, su
importancia se observa en los Derechos del hombre y el ciudadano de 1789”.  (p.549).
La doctrina ha ido dando al postulado una formulación más acabada y completa
mientras que tradicionalmente se enunciaba como nullum crimen, nulla poena sine lege
praevia, scripta et stricta, hoy se agrega el rasgo esencial de la ley cierta, es decir, los
llamados tipos cerrados o leyes claras y precisas de las primeras épocas y muchos
incluyen igualmente las medidas de seguridad.

Dicho autor ha inferido que este principio de legalidad, ofrece importantes


rasgos, a cada uno de los cuales apunta, “a una garantía de liberad y seguridad para el
ciudadano y del otro, un poder punitivo del Estado, que ejercer por medio de
legisladores y jueces. El principio de nullum crimen, nulla poena, sine lege, en el
derecho penal moderno. Prohíbe las penas sin ley y sin ley previa escrita y estricta, es
decir, prohíbe por tanto declara ilícitas, ilegítimas las penas de hecho impuestas por
cualquier autoridad, las penas retroactivas o sea las creadas ad hoc y, en todo caso,
después de la realización del hecho, las que pudieran dimanar de la costumbre y las que
se pudieran aplicar por una integración analógica de la Ley. Costumbre, retroactividad y
analogía prohibidas son solo las que obran contra el reo, el desarrollo de una norma de
garantía cuyo único objeto es la protección de los derechos del individuo contra las
arremetidas del poder punitivo estatal. En los últimos años, la formulación con la
exigencia de una ley cierta, cuyo efecto es la prohibición de leyes penales imprecisas o
vagas, esto es, de los tipos indeterminados, que tanta incertidumbre siembra, y es
precisamente uno de los cambios que debe orientar el proceso de transformación de
nuestro Código penal, y en este sentido, los estudiosos y expertos en las materias deber
tener suficientemente claro, cuáles son esas imprecisiones en la ley penal, que
consecuencialmente se traduce en interpretaciones que van en perjuicios del imputado.
Por otra parte, es necesario establecer la perentoriedad de la exigencia de que tanto los
delitos como las penas estén determinados en la ley, lo que le da el carácter de principio
de reserva, con lo que se señala que solo el legislador, no el gobierno, ni los jueces -
pueden asumir esa tarea, la cual es competencia consagrada a la Asamblea Nacional la
cual le corresponde legislar en las materias de la competencia nacional, así como, la
formación de las leyes. La ley, es el acto sancionado por la asamblea Nacional como
cuerpo legislador, de allí que solo, está dado, la creación de normas de carácter penal a
la Asamblea Nacional.

1.3 Principio de la medida de la culpa es la medida de la pena

El principio de culpabilidad supone la determinación de la imputación subjetiva sobre la


base de que el hecho le “corresponde” al autor, que no hay imputación por meros
resultados, distinguiendo culpabilidad de azar o casos fortuitos y diferenciando además,
los grados de participación en el delito; congruente con ello, hacer proporcionales las
consecuencias jurídicas con esos grados de participación. Se incluyen así como
competentes del principio de culpabilidad, al principio de personalidad de las penas, al
principio de responsabilidad por el hecho, al principio de dolo o culpa (nullum crime
sine culpa) y al principio de imputación personal o culpabilidad en sentido estricto.

Bacigalupo (2001): entiende que como consecuencia del respeto al principio


de culpabilidad serán incompatibles el versare in re ilícita, la fundamentación
o agravación de la pena por el mero resultado (responsabilidad objetiva y
delitos cualificados por el resultado), la negación de la relevancia al error de tipo, al
de prohibición, y al error sobre la punibilidad, la aplicación de penas a quienes no hayan
podido comprender las exigencias del derecho o comportarse de acuerdo con ellas y a
quienes hayan obrado bajo condiciones en que la ley no exige su cumplimiento.
Por tanto, únicamente el principio de culpabilidad autoriza al Estado a
hacer responsable al individuo por sus delitos y a imponerle sanciones que afectan
el núcleo de su personalidad. Por otro lado, sólo el principio de culpabilidad
puede evitar también que el Estado, en interés de una protección preventiva de
bienes jurídicos, llegue a castigar incluso aquellos hechos que el autor no podía evitar
y por los cuales no se puede dirigir ningún reproche personal. De este modo,
el principio de legitimación conocido como “culpabilidad” opera, a la vez, de
modo necesario, como principio de limitación y, más allá de todas las causas
de exclusión de la culpabilidad configuradas preventivamente, ha propiciado
una extraordinaria depuración del Derecho Penal. Al decir del profesor alemán, la
relación entre la culpabilidad y prevención tampoco puede ser otra en la determinación
de la magnitud de la pena, esto es, en la medición de la pena, pues resultaría paradójico
que el principio de culpabilidad, que es insuficiente para fundamentar el “si” de la pena,
fuera determinante a la hora de fundamentar el “cuanto” de la misma. Al principio
de culpabilidad le corresponde en la medición de la pena, como en la fundamentación
de la pena, una mera función de limitación, impidiendo que se tomen en consideración
todas aquellas circunstancias que el autor no pudo conocer y que, por lo tanto, no se le
pueden reprochar. El significado del principio de culpabilidad para la medición de la
pena sólo puede consistir en la exigencia de que únicamente se utilicen en la medición
de la pena, aquellos aspectos que se encuentran sometidos al poder de evitación del
autor.

En tanto, BACIGALUPO: encuentra que el principio de culpabilidad tiene


una doble incidencia en el sistema de responsabilidad penal: por un lado condiciona el si
de la pena, es decir, actúa determinando los presupuestos de la pena y por el otro el
cuánto, en el marco de individualización de la pena. Desde la primera perspectiva, el
principio de culpabilidad determina las siguientes consecuencias:
1) No es admisible la responsabilidad por el mero resultado
(responsabilidad objetiva) sin que medie dolo o imprudencia.
2) Se debe reconocer el error sobre los hechos, y al menos sobre la
antijuridicidad.
3) Sólo puede ser responsable quien tenga las condiciones espirituales para
cumplir con el derecho.

En el momento de la individualización de la pena el principio de culpabilidad


tiene dos consecuencias:
1) la pena debe ser proporcionada a la gravedad de la culpabilidad.
2) las necesidades de prevención –especial o general- no pueden justificar una
pena que supere la gravedad de la culpabilidad.

Mediante esta doble influencia en el Derecho penal, el principio de


culpabilidad aspira a cumplir una función de singular trascendencia: sólo mediante
esta vinculación de la pena con la existencia de un reproche y de la gravedad de la pena
aplicable con la gravedad del reproche es posible evitar una instrumentalización de la
persona que debe sufrir la pena. En la medida que la pena no se utilice para perseguir
fines preventivos, deberá ajustar su gravedad a la culpabilidad

Para ROXIN, mediante la vinculación de la pena al principio de


culpabilidad también se eliminan las objeciones que parten del hecho que mediante
la persecución de fines preventivos se trata al particular como “medio para el fin” y se le
perjudica así su dignidad como persona. Pero en la medida en que en los fines de la
pena se sigue tratando del aseguramiento individual y general y de la intimidación, tal
objeción sólo puede afectar el supuesto de que el particular se le haga objeto de los fines
preventivos más allá de la medida de su responsabilidad.

Pues dentro del marco de lo merecido toda pena, dado que se le impone al
sujeto contra su voluntad, supone tratar al afectado como medio para un fin
que primariamente no es el suyo; y que ese fin sea de tipo preventivo- social o por
el contrario, ideal (retribución compensadora de la culpabilidad), no cambia en nada el
hecho de que el condenado es siempre el objeto del poder coercitivo del Estado. Se trata
de la prohibición que la gravedad de la pena que se impone por un delito supere la
gravedad de la culpabilidad referida al concreto delito, aunque ello pudiera ser
justificado por necesidades preventivas (especiales o generales).

El maestro de Múnich enseña que “Sin perjuicio de la renuncia a toda


idea retributiva, hay un elemento decisivo en la teoría retributiva que debe tener
lugar en las teorías preventivas de la unión: el principio de culpabilidad como
medio para limitar la pena”. Dicho en otras palabras: se trata de la prohibición de que
la gravedad de la pena que se impone por un delito supere la gravedad de la culpabilidad
referida al concreto delito, aunque ello pudiera ser justificado por necesidades
preventivas (especiales o generales).

De esta manera, la culpabilidad se constituye como el punto de referencia a


la hora de justificar, limitar, y determinar la medida de la pena.

La culpabilidad, entendida como principio de medida de la pena, es por tanto


un concepto graduable. En efecto, la culpabilidad puede ser medida y con
ello determinada la medida de la pena adecuada al autor de un delito. En este sentido, la
magnitud de la pena resultante de la valoración de la culpabilidad revelada en el hecho
concreto realizado por el autor de un delito, constituye el límite infranqueable de la
potestad punitiva del Estado. El límite que marca la medida de la culpabilidad por el
hecho no puede ser rebasado en ningún caso, pues de otra manera se correría el peligro
de hacer uso del hombre para la consecución de fines que son ajenos a su propia
naturaleza individual. Por otra parte, una correcta comprensión del papel asignado a la
prevención en la teoría de la pena debe tomar como punto de partida un postulado
esencial, esto es, que la medida de la pena resultante de la valoración de la culpabilidad
por el injusto culpable realizado no puede ser superada en ningún caso invocando
razones preventivas.

ROXIN explica que el principio de culpabilidad opera como criterio limitador de


la pena, la cual no puede traspasar, ni en su gravedad, ni en su duración, el grado de la
culpabilidad. Así, si alguien conduciendo un automotor produce un accidente grave por
un ligero descuido, quizás pueda parecer conveniente desde el punto de vista de la
prevención general imponerle una pena grave; pero la vigencia del principio de
culpabilidad obliga también a imponer una pena leve en caso de imprudencia simple,
impidiendo que se sacrifique la libertad del individuo en interés de la intimidación
general. No obstante ello, entiende que –desde el punto de vista de la Teoría de la Pena-
no hay objeción alguna contra una pena cuya cuantía se quede por debajo de la medida
de la culpabilidad. Ciertamente la pena no puede sobrepasar la medida de la
culpabilidad, pero puede no alcanzarla siempre que eso lo permita su fin preventivo. En
ello radica una diferencia decisiva frente a la teoría de la retribución, que ciertamente
también limita la pena por la medida de la culpabilidad, pero que reclama en todo caso
dicha pena correspondiente a la misma con independencia de toda necesidad preventiva.

De la misma manera BACIGALUPO afirma que entre la pena adecuada a


la prevención y a la pena adecuada a la culpabilidad existe una relación que no
es excluyente. La gravedad de la culpabilidad determina el límite máximo de la
pena, pero no obliga –como en la concepción de KANT- a la aplicación de la
pena adecuada a la culpabilidad. Por debajo de este límite es posible
observar exigencias preventivas que, inclusive pueden determinar una reducción de
la pena adecuada a la culpabilidad. Dicho de otro modo: la retribución de
la culpabilidad que proviene de las teorías absolutas, sólo determinan el límite máximo
de la pena aplicable al autor, sin excluir la posibilidad de dar cabida a las necesidades
preventivas, provenientes de las teorías relativas, hasta el límite fijado por la
culpabilidad .

Es decir, el postulado según el cual las razones preventivas no pueden


nunca justificar la imposición de una pena por encima de la medida de la culpabilidad
del autor por el concreto injusto realizado, no impide que por razones vinculadas con la
falta de necesidad preventiva -ya sea por no ser ésta necesaria desde un punto de vista
preventivo general o especial-, la medida de la pena efectivamente impuesta quede por
debajo del límite máximo determinado a partir de la valoración de la culpabilidad por el
hecho concretamente realizado.

Por otra parte y una vez impuesta la pena, no existen obstáculos para que
ésta sea suspendida con fundamento en razones preventivas, ni tampoco en admitir que
por razones vinculadas con la prevención sean sustituidas las penas privativas de
libertad por otras con un menor contenido aflictivo. En efecto, la aceptación del
postulado fundamental, según el cual la pena nunca puede  sobrepasar el límite de la
culpabilidad por el hecho, derivado de la propia justificación de la pena y del respeto a
la dignidad de la persona, no implica negar que por razones vinculadas con el
fundamento real de la pena estatal, esto es, con su necesidad para el mantenimiento de
la identidad normativa, sea posible renunciar a la pena total o parcialmente si existen
equivalentes funcionales para la solución del conflicto. Ello, en tanto es posible afirmar
que las razones vinculadas a unas concepciones utilitarias relacionadas con el concepto
de su necesidad, pueden fundamentar una renuncia total o parcial a la pena si existen
otras alternativas que la hagan innecesaria.

Con arreglo al planteamiento expuesto, es posible pensar que una pena que
se halle debidamente justificada como retribución acorde a la medida de la culpabilidad
del reo, puede no estar fundamentada desde el punto de vista de su necesidad para el
mantenimiento de la identidad normativa. Por ello, según lo expuesto, es posible
solucionar el conflicto sin pena. Según LESCH, si hay equivalentes funcionales para la
pena, ésta no sería necesaria. De forma consecuente con lo anterior, la pena sólo se halla
fundamentada si cumple con la función de utilidad, que en el caso de la pena, es siempre
el mantenimiento de las condiciones fundamentales de la coexistencia social a través de
la estabilización de la norma vulnerada. De lo anterior, se deduce que no existe motivo
para imponer o ejecutar una pena privativa de libertad, por más que ésta se
halle debidamente justificada como retribución adecuada a la medida de la
culpabilidad del autor, si existen equivalentes funcionales para la solución del conflicto
sin pena, esto es, si falta su fundamento real.

Ello permite afirmar que corresponde al propio Estado decidir si pena o


no, tomando como punto de referencia el hecho de que la pena sea o no necesaria para
mantener la identidad normativa de la sociedad. De este modo también la pena se
orienta al valor Justicia, toda vez que una pena innecesaria, una pena que no cumpla
función alguna, es desde este punto de vista una pena injusta. De acuerdo con todo lo
anterior, si existen equivalentes funcionales para la solución del conflicto, la pena no
será necesaria.

2. Estructura De La Culpabilidad:

La culpabilidad está estructurada por tres elementos que se tienen que dar
simultáneamente para que el sujeto sea culpable.

En este sentido se distingue en primer término la cuestión de la capacidad de


comprender la antijuricidad y de dirigir las acciones de acuerdo con esta comprensión,
la llamada IMPUTABILIDAD, para hacer luego lo mismo con la cuestión de la
cognoscibilidad de la ANTIJURICIDAD, la cuestión de la conciencia potencial de la
ilicitud. Las causas que eliminan el reproche de culpabilidad completan, con el título de
EXIGIBILIDAD, el conjunto de elementos de la culpabilidad.
2.1 La imputabilidad

Capacidad de conocer lo injusto del actuar, así como de reconocer la posibilidad de


actuar de otra manera.
La capacidad de motivarse por el cumplimiento del derecho determina que la
realización del ilícito sea reprochable y esa capacidad depende de que el autor haya
podido comprender el derecho, comportarse de acuerdo con esa comprensión y podido
conocer el derecho (es decir, la antijuricidad). Las causas de inculpabilidad no son
elementos que eliminen esa capacidad, como se vio, pero que, de todos modos, marcan
el mínimo de gravedad de la reprochabilidad para fundamentar un reproche.

2.2 La conciencia de antijuridicidad

Posibilidad de comprender lo injusto del acto concreto.


La conciencia de la desaprobación jurídico-penal. La primera condición de la capacidad
de motivarse por el derecho (penal) es la posibilidad de conocer la desaprobación
jurídico-penal del hecho cometido. Las teorías tradicionales consideran aquí la cuestión
del conocimiento de la antijuricidad, con lo cual la culpabilidad desaparece sólo cuando
el autor ha obrado con un error sobre la antijuricidad, es decir, sobre la prohibición del
hecho, para lo cual únicamente se requiere el error sobre la antijuricidad material.
Desde nuestro punto de vista la antijuricidad material resulta insuficiente para la
caracterización de la desaprobación jurídico-penal del hecho. Esta depende
sustancialmente de la amenaza penal para la realización del hecho, es decir, de su
punibilidad. En consecuencia, el autor debe haber podido conocer la punibilidad y el
error sobre esta no sólo atenúa la gravedad de la culpabilidad sino que cuando es
inevitable la excluye.

2.3 La exigibilidad de actuar de forma diferente

Posibilidad de auto determinarse conforme al Derecho en el caso concreto.


Esta capacidad constituye el único momento de la culpabilidad que se agrega a lo ilícito
para completar el concepto de delito. La exigibilidad (las causas de inculpabilidad) no
importa un elemento que fundamenta la reprochabilidad sino, solamente, que establece
los supuestos en los que la reprochabilidad no es suficiente para formular un reproche
de culpabilidad que justifique la aplicación de una pena. La exigibilidad, por tanto, es
simplemente una cuestión referida a la cuantificación del reproche, no a su exclusión.

II. CAPÍTULO II

II.1 El Delito Culposo de Comisión


En el delito culposo, en consecuencia, finalidad y comportamiento no coinciden a
diferencia de lo que ocurre en los delitos dolosos); esta discrepancia está compensada
por la infracción del cuidado debido, que es, por tanto, el fundamento del reproche
penal.

Como el delito doloso, el culposo presenta dos aspectos: lo ilícito, es decir, la infracción
del orden jurídico, y la responsabilidad, o sea la reprochabilidad que fundamenta la
sanción penal del autor de lo ilícito.

En lo ilícito del delito culposo es posible distinguir entre el disvalor de acción y el


disvalor del resultado, paralelamente a como se lo hace en el campo del delito doloso.
Sin embargo, carece de sentido diferenciar el tipo subjetivo del tipo objetivo.

Como en los delitos dolosos, los culposos pueden ser comisivos u omisivos. Estos
últimos serán tratados entre los delitos de omisión. Es preciso advertir ya que toda
forma de culpa o imprudencia contiene un momento negativo que no debe confundirse
con la omisión de la acción. Es posible una acción positiva, sin el debido cuidado, tanto
como una omisión, sin cuidado exigido. En otras palabras, en el delito culposo de
comisión la falta de cuidado no afecta el carácter comisivo del hecho.

II.2 Criterios de Definición

II.2.1 Criterio objetivo


No le interesan las capacidades, las cualidades especiales del autor. Se le
puede exigir a cualquier hombre medio, no tiene conocimiento especial. Sin
embargo, si tienen en cuenta, para exigir el deber de cuidado el conocimiento
especial que pueda tener esa persona.
II.2.2 Criterio subjetivo
Si me interesan las capacidades especiales del autor. Se le exige más al
hombre capacitado. Infringen el deber de cuidado aquellas personas que no
obraron con sus capacidades especiales o no agotaron sus capacidades. Va a
infringir el deber de cuidado aquella persona que no obró con el cuidado que
sus conocimientos o capacidades le hubieran permitido hacerlo en esa
situación.

II.3 La Infracción Del Deber De Cuidado (Previsibilidad)

Se requiere que el autor haya podido prever, el peligro: tanto cuando el agente no previo
lo posible (culpa inconsciente), como en los casos en que aun previendo el resultado
como probable, actuó con la esperanza de que no sucedería (culpa consciente).

Es preciso, por lo tanto, definir el deber de cuidado una vez conocidas concretamente
las circunstancias en las que se desarrolló la acción. La tipicidad de dicha acción se
determinará, entonces, mediante la comparación de la acción realizada con la exigida
por el deber de cuidado en la situación concreta.

II.4 El Riesgo Permitido

Existe un grado de tolerancia que va a tener la sociedad frente a ciertos


comportamientos que pueden llegar a presentar un riesgo pero son beneficiosos para la
sociedad.

El lugar sistemático atribuido al riesgo permitido es discutido. Básicamente los puntos


de vista se dividen entre los que consideran al riesgo permitido como una causa de
justificación, y los que lo excluyen en estos casos ya la tipicidad del comportamiento.

Dentro del riesgo permitido debe considerarse también el comportamiento del que ha
obrado suponiendo que los demás cumplirán con sus deberes de cuidado.

II.5 La Imputación Objetiva Del Resultado

Como en los delitos dolosos de resultado de lesión, el resultado debe ser imputable
objetivamente a la acción que ha infringido el deber de cuidado. El peligro creado por
esa acción es el que debe haberse concretado en el resultado y no otro. Este requisito de
la tipicidad se designa como conexión de antijuricidad, con lo que quiere decirse que el
resultado debe estar estrechamente ligado a la acción realizada sin el debido cuidado o
la debida diligencia.

CONCLUSIONES

 En el ámbito del Derecho Penal y en virtud de su naturaleza eminentemente


punitiva, existe la necesidad de proteger al individuo frente a una manipulación
por razones arbitrarias de política criminal.  Visto desde ese punto de vista se
entiende como garantía constitucional que sin culpabilidad no hay justificación
posible de la pena y el punto de vista rector para el juicio de reproche siendo
cuestión de responsabilidad del autor.
 Bajo la categoría de la culpabilidad, como último elemento de la teoría del
delito, se agrupan todas aquellas cuestiones relacionadas con las circunstancias
específicas que concurrieron en la persona del autor en el momento de la
comisión del hecho típico y antijurídico.
 El contenido ilícito de la culpa debe ser analizado de manera diferente a la
tipicidad, esto por la infracción culposa que no puede ser concebida siempre.
 El principio de culpabilidad se expresa simplemente en la máxima de que no hay
pena sin culpabilidad, y en el subsecuente de que la medida de la pena no puede
exceder la medida de la culpabilidad.
 En nuestra época se ha intentado basar este  principio en alguno de los derechos
fundamentales,  donde constitucionalmente se incorporan al orden jurídico
positivo ciertos valores internacionalmente consagrados, se hace arraigar el
principio de culpabilidad en el valor del "libre desarrollo de la personalidad".
 Que la culpabilidad indica la exigencia de una relación psíquica entre el sujeto y
su hecho, siendo sus formas o especies el dolo y la culpa.
 Ahora bien, las causas de inimputabilidad son todos aquellos motivos por los
cuales no se le puede atribuir a un sujeto el acto típicamente antijurídico que
haya realizado.
 El dolo es una especie de culpabilidad, y el mismo se debe entender como la
voluntad consciente, encaminada u orientada a la perpetración de un acto que la
ley tipifica como delito.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Bucay, J. (2006). De la autoestima al egoísmo. (1. ª ed.). Buenos Aires: Océano.


 Bacigalupo, E. (1996). Derecho Penal: Parte General. (3. ª ed.). Santa Fe de
Bogotá – Colombia: Editorial TEMIS S.A.
 ANTONIO, M. El Delito Culposo. Editorial Rubinzal –Culzoni – Chile. 3573
RESUMEN GENERAL
LA CULPABILIDAD

La comprobación de la realización de una acción típica y antijurídica en la que no se


renuncia a la punibilidad por la irrelevancia del contenido de ilicitud, no es suficiente
para responsabilizar penalmente a su autor.

La culpabilidad está estructurada por tres elementos que se tienen que dar
simultáneamente para que el sujeto sea culpable.

En el tipo de los delitos culposos esta coincidencia entre lo ocurrido y lo conocido y


querido no existe: el autor quiere llegar a un lugar determinado con su automóvil antes
de una hora determinada y para ello acelera su marcha; no quiere, por el contrario,
matar al peatón que cruza la calle y que no previo, debiéndolo hacer.

LA IMPUTABILIDAD

Capacidad de conocer lo injusto del actuar, así como de reconocer la posibilidad de


actuar de otra manera.

LA CONCIENCIA DE ANTIJURIDICIDAD

Posibilidad de comprender lo injusto del acto concreto.

La conciencia de la desaprobación jurídico-penal. La primera condición de la capacidad


de motivarse por el derecho (penal) es la posibilidad de conocer la desaprobación
jurídico-penal del hecho cometido

LA EXIGIBILIDAD DE ACTUAR DE FORMA DIFERENTE


Posibilidad de auto determinarse conforme al Derecho en el caso concreto.

EL DELITO CULPOSO DE COMISIÓN

Criterio objetivo: no le interesan las capacidades, las cualidades especiales del autor.

Criterio subjetivo: (o individual) si me interesan las capacidades especiales del autor.

Como el delito doloso, el culposo presenta dos aspectos: lo ilícito, es decir, la infracción
del orden jurídico, y la responsabilidad, o sea la reprochabilidad que fundamenta la
sanción penal del autor de lo ilícito.

LA INFRACCIÓN DEL DEBER DE CUIDADO (PREVISIBILIDAD)


Se requiere que el autor haya podido prever, el peligro: tanto cuando el agente no previo
lo posible

EL RIESGO PERMITIDO
Existe un grado de tolerancia que va a tener la sociedad frente a ciertos
comportamientos que pueden llegar a presentar un riesgo pero son beneficiosos para la
sociedad.
LA IMPUTACIÓN OBJETIVA DEL RESULTADO
El peligro creado por esa acción es el que debe haberse concretado en el resultado y no
otro. Este requisito de la tipicidad se designa como conexión de antijuricidad.

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